El Fruto Prohibido. ( Continuación - 283 )
Tras pedir nuestros respectivos menús, para beber nos decantamos por un vino argentino de Mendoza que nos recomendaron; por lo visto era ideal para acompañar a la parrillada. Carmen prefirió pedir una cerveza
Y Ernesto se comportó responsablemente eligiendo un agua mineral, con otra copa a parte.
Y mirándome se justificó:
----- Al menos probaré un poco de ese vino que han elegido.
Hice un gesto como de indiferencia y le respondí:
----- Tu sabrás, ya eres mayorcito.
----- Bueno, lo comento para que no pensés mal de mi.
Yo me reí...
a la vez que negaba con la cabeza.
Carmen a su vez le daba una palmada en el hombro y le decía:
----- Tu tranquilo que ya estoy yo aquí para controlarte.
En cuanto nos sirvieron y tuvimos nuestras copas y vasos llenos, propusimos un nuevo brindis
por todos nosotros y por que repitiésemos a menudo salidas y quedadas como esta.
Y en cuanto alzamos las copas, fue que añadí:
----- Y que esté presente Rocío.
Ernesto me miró un par de segundos apretando los labios y respondió:
----- También, también...
Y tras dar el trago, Carmen le comentó:
----- La próxima vez tienes que venir con Rocío.
Ernesto hizo un gesto y agarrándole la mano le respondió:
----- Se intentará al menos...
Pero Carmen le miró con el semblante serio y le insistió:
----- No hay peros que valgan, tienes que venir con ella.
----- Ya te digo que lo intentaré.
----- Tienes que prometerlo.
Ernesto puso su mano en el pecho y respondió:
----- Prometido queda.
Carmen apretó una sonrisa, y acercándose a él le besó la mejilla. Ernesto puso entonces sus dops manos en el pecho, y alzando la mirada con una expresión risueña, fue que dijo:
----- Ay Carmencita, esto me ha sabido a gloria.
----- Anda tunante, no te enrolles. ----- le respondió.
Y todos nos reímos...
----- Es que recibir un beso de una chica como vos es todo un privilegio. ----- se justificó.
Entonces Carmen alzó su dedo índice y arqueando las cejas le respondió:
----- Pero no son gratis, hay que hacer méritos para recibirlos, recuérdalo.
----- Lo tengo muy presente...
Yo los observaba con una expresión divertida y de alivio a la vez; perecía que se iba recuperando la dinámica habitual entre los dos.
Poco después nos sirvieron nuestros pedidos y comenzamos a cenar en un ambiente cordial y divertido con los comentarios y bromas de Ernesto, que continuamente picaba a Carmen y ésta le seguía el juego dándole buenos cortes muchas veces, y a Ernesto se le quedaba una cara desencajada...
Tras haber cenado y pagar proporcionalmente a escote lo que comimos y tomamos cada uno, fuimos hasta el fondo de la sala donde tomamos un pasillo y bajamos por unas escaleras al semisótano que era el lugar que tenían habilitado para las actuaciones.
Inma nos indicó unos asientos libres alrededor de una pequeña mesa redonda, justo a la izquierda del escenario y como a tres metros del mismo. Había un cómodo asiento contra la pared, en el cual se sentó Ernesto junto con las chicas, mientras que Konrad y yo nos sentamos frente a ellos en dos pequeños taburetes forrados de fieltro. Carmen se había sentado en medio, con Ernesto a su derecha e Inma a su izquierda; y así era como le seguía a Ernesto sus comentarios graciosos e ironías... Hablamos de pedir unas bebidas; y así fue como Konrad y yo terminamos yendo a la barra al fondo de la sala.
Le comenté que no quería tomar alcohol porque luego tenía que conducir; él me dijo que tampoco iba a tomar alcohol ya que luego también tenía que conducir... Para las chicas pedimos unos vodka con naranja, tal y como nos habían indicado, y para nosotros unos batidos de coco sin nada de alcohol; a Ernesto le pedimos lo mismo ya que lo había dejado en mis manos.
Según regresamos con las bebidas y las repartimos a cada uno la suya...
Al tomar asiento de nuevo fue que comenzó la primera de las actuaciones; eran una banda de músicos jóvenes y aficionados, bien conjuntados, con un buen batería y uno de los guitarristas que tocaba de manera sencilla pero con clase, además de una cantante gótica muy alborotada y con una voz estridente.
Inma nos aclaró que esos no eran sus amigos; eran los que iban a tocar después de estos. Y así nos pusimos a ver la actuación, que realmente no tuvo nada que destacar, solo las poses provocadoras de la cantante.
Tras casi una hora salieron por fin los amigos de Inma que junto con Carmen se puso en pié, y ambas los recibieron con victores y aplausos...
Y algunos fuertes Uooohhh Uoooohuuuooooohhhh...!!!! En cuanto comenzaron a tocar a ritmo de swing animando el ambiente de la sala, y ambas comenzaron a bailar, al igual que muchos de los allí presentes... Ernesto no tardó también en ponerse en pié y bailar con ellas, mientras que Konrad y yo nos quedamos en nuestros respectivos asientos mirando lo bien que lo pasaban los tres.
Después de un buen rato, la verdad es que me sentía aburrido, así que le dije a Konrad que me iba un rato para arriba ya que me sentía un tanto agobiado y necesitaba salir a la calle para tomar algo de aire fresco.
Me puse en pié, y abriéndome paso entre la gente conseguí llegar hasta las escaleras, las cuales subí y tras ir atravesando la sala de arriba, por fin pude salir a la calle... Una vez fuera miré mi móvil y vi que tenía un par de mensajes de David en los que me adelantaba algunos asuntos que debíamos tratar el lunes por la mañana entre él, Celia y yo, antes de planteárselo a los dos otros socios...
Estuve un rato allí en la acera, cerca de la puerta del local donde también había otra gente que aprovechaban para echar un cigarro, pues ya se había establecido la prohibición de fumar en locales públicos.
Cuando ya me sentí algo desahogado fue que decidí volver para dentro y reunirme con ellos otra vez. Al entrar de nuevo en la sala e ir abriéndome paso entre la gente, sentí que por detrás alguien me agarraba el brazo a la vez que decía mi nombre.
----- Danny, Danny...
Al darme la vuelta y para mi sorpresa, pude ver que era Angela, la recepcionista que habíamos contratado para el turno de tarde.
----- Hola jefe... ¿ Como tu por aquí ? ----- me dijo sonriendo.
----- Angela... ----- dije con sorpresa.
La miré y vi que venía bien guapa, discretamente maquillada, con su media melena cortada al estilo egipcio, tipo Cleopatra, sus hermosas facciones resaltadas por su encantadora sonrisa, y vistiendo un discreto atuendo en color teja con un cinturón blanco que le sentaba de maravilla.
Intercambiamos un par de besos y le pregunté:
----- ¿ Que haces por aquí ?
----- Estoy con unas amigas en aquella mesa.
Y miré hacia donde me indicó, y allí pude ver a tres mujeres más o menos de su quinta, todas cuarentonas.
----- Nosotros estamos en la sala de abajo. ----- le aclaré.
----- ¿ Quienes ?
----- Carmen e Inma, junto con Konrad y un amigo venezolano que nos ha venido de Sevilla.
Y con sorpresa me dijo:
----- No me digas... Así que Carmen e Inma están aquí contigo.
Le respondí con un gesto afirmativo y una sonrisa.
----- Estamos abajo viendo tocar a una banda que son amigos de Inma.
----- Ahhh... que bueno.
Y luego me aclaró:
----- Nosotras hemos venido aquí a tomar algo y hacer tiempo, porque en media hora o así nos vamos para una discoteca que hay por aquí cerca.
----- Muy bien.
----- Ya sabes, hay que aprovechar el tiempo libre.
----- Naturalmente que si... Y haces muy bien.
Entonces fue que me propuso:
----- Vente conmigo un ratillo y así te presento a mis amigas; quieron que vean el jefe tan majo que tengo.
Yo me reí...
y le respondí:
----- No me cameles, no me cameles.
----- Que va, si no te camelo. Es que siempre les comento lo contenta que estoy trabajando con vosotros.
----- Ah, pues muchas gracias.
----- Es que es la verdad.
Entonces la miré apretando una sonrisa y le dije:
----- Bueno, voy pero solo un ratillo, porque abajo me van a echar de menos ya mismo.
Ella sonrió y agarrandose a mi brazo me llevó hasta donde estaban sus amigas.
Al llegar fue que les dijo:
----- Mirar, me he encontrado con mi jefe.
Un tanto sorprendida, una de ellas dijo:
----- ¿ Tu jefe ?
----- Bueno, bueno... no tanto. Digamos que uno de los que intenta poner orden por allí.
Y así me las fue presentando, Carmela, Bea y Lucrecia. Todas más o menos de su quinta, pasadas de mitad de la cuarentena, Bea no era guapa la verdad, Carmela era monilla y una sonrisa bastante jovial, pero Lucrecia era bastante guapa, una nicaragüense de origen alemán, alta, rubia , de unos hermosos ojos azules y facciones teutonas.
Me hicieron sitio y me senté en medio de ellas... y según tomé asiente les dije:
----- ¿ Y que hacen cuatro bellezones por aquí ?
Uooooohhhhhhh....!!!!! exclamaron al unisono en medio de risas...
----- Andamos de marcha... ----- me dijo Carmela.
----- Ya lo veo.
Y a continuación añadió:
----- Y a ver si nos salen algunos ligues.
----- Seguro que si. ----- le respondí.
Carmela me miró apretando una sonrisa, guiñó un ojo
y tras restregarse contra mi hombro me dijo casi susurrando:
----- Estamos disponibles.
----- ¿ Y... ?
----- Por si te animas... ----- me aclaró.
Yo me reí
y tras alzar la mirada al techo le respondí:
----- Quita, quita... ya no estoy para estos menesteres.
Entonces me preguntó:
----- ¿ Que edad tienes ?
----- Treinta y siete.
----- Yo cuarenta y ocho.
----- Pues no hay quien te los eche.
----- Muchas gracias.
----- No hay de que.
----- Entonces se puso en pié, se colocó las manos en la cintura y tras darse media vuelta me dijo:
----- No te gustaría una aventurilla con una mujer que te saque una década.
Entonces me eché la mano a la cara riendo...
y le respondí:
----- Ve a la sala de abajo y se lo explicas a mi chica, a ver que te dice...
Se quedó un tanto cortada, y luego reaccionó al decirme:
----- Vaya, he llegado tarde.
Y riendo...
Angela le aclaró:
----- Ya está pillado, y por una compañera mía.
----- Anda que espabilada... ----- dijo Carmela.
Todos nos reímos...
y Angela les comentó mi origen escocés, además de hablar de algunos aspectos del trabajo y del ambiente que creábamos allí. Luego seguimos hablando de otras cosas intrascendentes, donde cada una me fue comentando a que se dedicaban y en que se habían formado, etc... Y así hasta que ya decidí dejarlas porque segurtamente que Carmen y Ernesto me estarían echando de menos.
Me puse en pié y les dije:
----- Chicas, ha sido un placer.
Todas sonrieron y me respondieron de la misma manera.
Luego miré a Angela y le dije:
----- ¿ Te vienes un momento conmigo ?
----- Si claro, así saludo a Carmen e Inma.
Tras despedirme de sus amigas, le ofrecí mi mano, la cual tomó y nos fuimos abriendo paso entre la gente hasta llegar a las escaleras...
Continuará...............................................................................