El Fruto Prohibido. ( Continuación - 293 )
Estuvimos aún un rato más con Ernesto, riendo
con sus bromas y comentarios jocosos, así nos contó anécdotas de sus vacaciones en Venezuela; sobre todo en ese crucero que hicieron por el Caribe Venezolano y en el que se lo pasaron de miedo.
Nos contó que tenían como vecinos de departamento en el barco a una pareja de mexicanos adinerados; eran un matrimonio ya de cincuentones y que el marido por lo visto tenía un tic nervioso en un ojo que lo guiñaba continuamente...
----- Alejandro y yo nos percatamos del detalle. ----- nos comentó
Yo me reía
porque conociéndole como le conocía, me esperaba que sacase punta al hecho.
----- Así fue que hicimos cierta amistad cuando íbamos navegando, porque claro estábamos encerrados en el barco y había que llenar el tiempo con las actividades de ocio que allí te ofrecían.
----- ¿ Que actividades había ? ----- le preguntó Carmen.
----- Bueno, había de todo un poco, cine, un pequeño casino, juegos, una buena piscina; y cosas así. Además de cenas de gala por las noches, con su baile y actuaciones de artistas; y también había un par de salas de fiestas. El caso es que cuando nos los encontrábamos pues solían pegarse a nosotros. Y así al tercer día, según lo vemos le digo a Alejandro. Mirá, ahí ya tenemos al francotirador...
Yo me partí de risa...
porque era muy de él poner apodos, y que siempre solían ser apodos bien puestos a su víctima.
----- Y nada hermano, con esa se quedó. A partir de ese momento le llamamos el francotirador... Con esa se quedó.
Y según lo decía, hacía como que tenía un fusil en sus manos y apuntaba para disparar guiñando el ojo sin parar, mientras que Carmen y yo nos partíamos...
----- Que mala leche la tuya. ----- le dijo Carmen.
----- Buaaaaahhhh... Tu no sabes quien es aquí el amigo. ----- le comenté
Y continué:
----- Me acuerdo de Hernández, un compañero mío de la facultad que era bastante alto y muy flaco; a veces se pegaba a mi para que le aclarase dudas o le explicase algún tema.
----- Si, que a veces se venía al apartamento a verte.
----- Exacto. ¿ Como bautizaste a ese ?
----- Ahhhh... ese era El Pértiga.
Y en ese momento recordé:
----- A veces estaba en mi cuarto y venías a avisarme: Oye hermano, que ha venido a verte El Pértiga.
----- Que jodido... ----- decía Carmen riendo.
Y Ernesto poniéndose en pié comenzó a moverse imitando el caminar de aquel chico.
----- Pero si el tipo iba así caminando, tan largo y tan flaco que parecía una pértiga andante.
Carmen y yo no parábamos de reír...
Y yo seguí recordando:
----- Otra vez que quedamos con Alejandro en la cafetería de su facultad; al llegar le vemos en la barra hablando con un tipo bajito, medio encorvado, encogido de hombros y algo dentudo, con los pómulos salientes.
----- Vamos, todo un bellezón. ----- comentó Carmen.
----- Más o menos. ----- le dije.
Y le aclaró Ernesto:
----- Si ese tipo parecía más un simio que un humano... Yo creo que era la prueba que demostraba la certeza de las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies.
Carmen y yo nos partimos junto con él...
----- ¿ Y a ese que apodo le puso ? ----- me preguntó.
----- El megalítico.
----- El megalítico...!!!! ----- exclamó.
Y con una gran carcajada...
le dijo:
----- Pero como eres tan cabrón.
Ernesto poniendo cara de asombro
le respondió:
----- Heyyyy... pero si parecía un hombre primitivo. Lo mirabas así y parecía sacado de la prehistoria.
Carmen no paraba de reírse...
Y agarrándose a mi brazo decía:
----- Ayyyy que me meo...
Y Ernesto se explicaba:
----- Con solo observarlo un momento tenías que decir: Este tipo viene directo del megalítico.
Y en medio de sus risas, Carmen le dijo:
----- A ver si me vas a poner un apodo a mí también.
Y con cara de asombro...
Ernesto le respondió:
----- Ah, no... Eso si que no. Como voy a hacer eso con una mujer tan hermosa y tan bella como vos.
----- No te fíes. Lo hará cuando de con el adecuado. ----- le dije.
----- Cabrón... ----- me dijo Ernesto.
Y me arrojó uno de los cojines que tenía en el sillón, mientras que nos partíamos de risa...
----- ¿ No tienes otro por ahí ? ----- le preguntó Carmen.
----- ¿ Otro que ?
----- Otro bautizado... ----- le aclaró.
Ernesto hizo un gesto y nos contó:
----- Bueno, una vez que tuvimos una comida familiar allá en Sevilla, y se vino una sobrina de mi suegra con un novio que se había echado.
----- ¿ Y que pasó con ese ? ----- le pregunté.
----- Era un tipo ya sesentón, viudo. Un tipo bien fornido y fuerte, alto y orondo. Por lo visto era ingeniero de comunicaciones y trabajaba para una empresa importante y debía ganar buena plata.
Entonces nos miró, y tras un par de segundos nos aclaró:
----- La verdad que un tipo horrible, feo no, horrible.
Carmen y yo nos reímos de nuevo...
imaginando la que estaba por venir.
Y así continuó:
----- También era un tanto fantasma, no hacía más que relatar batallas de viajes que se hizo allá por sitios perdidos como el Amazonas, el Sahara.
----- ¿ Y que más ? ----- le pregunté.
----- Era miope, porque llevaba una gafas de culo de vaso, una barba desaliñada, y una calva con un penacho de pelo encima de la frente.
----- Otra belleza... ----- dijo Carmen.
----- Yo creo que ese tipo asustaba al miedo. ----- le aclaró.
Y nuevamente nos partimos...
----- El caso es que durante la comida lo tuve en frente y según lo observaba con esa calva y ese penacho... Y me dije: Este tipo parece una cebolla.
Carmen y yo no parábamos de reír...
Y Ernesto exclamó:
----- Cebollón...!!!! Este tipo es Cebollón.
Nuestra carcajada fue la más sonora de la noche...
----- Pero que cabróncete que eres... ----- le decía Carmen.
Y Ernesto se explicaba:
----- Si el tipo además de feo era contra hecho... tenía forma de letrina, parecía que lo habían hecho para cagar...
Tirados por el sofá, Carmen y yo no parábamos de reír...
----- Tenían que haberlo visto y verían que no exagero... ----- nos decía.
Y después continuó:
----- Luego mis cuñadas y Rocío comentaban conmigo lo feo que era el tipo... Y yo les decía: Pues si, pero seguro que tiene plata, eso es lo que lo salva; así que convenzan a su prima para que se case con él.
Nosotros no parábamos de reír...
mientras que él nos seguía relatando:
----- Porque que una vez que se casen y ella tenga todo a su nombre, a este tipo hay que matarlo; hacemos el reparto y nos soluciona la vida a todos.
----- Eres un cabrón... ----- le decía Carmen ----- Un mal bicho...
----- ¿ Que dijeron tus cuñadas ? ----- le pregunté.
Y riendo me respondió:
----- Me conocen de sobra, hermano...
Y así nos estuvimos riendo un buen rato más con Eernesto y sus historias; hasta que en un momento dado miré el reloj y dije:
----- Nosotros nos tenemos que retirar ya.
Miró un tanto sorprendido
y me dijo:
----- ¿ Y eso ?
----- Tenemos que currar mañana. ----- le respondió Carmen
----- Y hay que madrugar. ----- añadí.
Entonces Carmen le aclaró:
----- Que no vivimos de rentas.
Nos miró a los dos y nos dijo:
----- Con tanto trabajar van a hacerse millonarios enseguida.
----- Si claro; a menos que nos toque la lotería, porque de otra manera. ----- le respondí.
----- Pues cuando eso ocurra espero que no se olviden de mí. ----- nos dijo.
----- No te preocupes que no nos olvidaremos, no sea que nos quieras matar como al Cebollón ese. ----- le dijo Carmen.
Y nuevamente nos partimos los tres...
----- Ayyyyy... Cebollón, Cebollón... ----- nos dijo ----- ya había elegido yo un par de naranjos para enterrarle bajo los mismos.
----- Que jodido... ----- exclamó Carmen en medio de sus risas.
----- ¿ Tu te quedas ? ----- le pregunté.
----- Si hermano, aún no tengo sueño, voy a ver si encuentro alguna película o algún programa interesante en algún y me lo veo.
----- Ok, como quieras. ----- le dije.
----- Dichoso tu que no madrugas. ----- le dijo Carmen.
----- Ayyyyy... Carmencita, yo ya madrugué bastante.
Y yo le comenté:
----- ya sabes como va todo... ¿ no ? las llaves, el desayuno, comida...
----- Se hermano, no te preocupés... tengo todo controlado.
Le hice un gesto positivo
y poniéndome en pié me despedí:
----- Pues venga, hasta mañana.
----- Hasta mañana.... ----- me respondió.
Agarrando a Carmen de la mano la puse en pié, y se despidió de él con un par de besos.
----- Que descansen. ----- nos dijo.
Allí le dejamos mientras que nosotros nos íbamos al cuarto, donde tras cerrar la puerta nos miramos riendo y nos dimos un pico en los labios...
----- Lo que me he reído. ----- me dijo Carmen.
Y luego añadió:
----- Este Ernesto es todo un personaje.
----- Pero total. ----- le respondí.
----- No conocía esta faceta en él.
Hice un gesto tapándome la cara, y le dije:
----- Pobre con quien la tome; es que no tiene escapatoria. Como se le atraviese alguien no le deja ninguna pieza sana.
----- Ya veo, ya...
Nos fuimos quitando la ropa, y nos metimos en la cama; tras apagar la luz nos pegamos el uno al otro, y acogiéndola en mis brazos la abracé con ternura y besé de nuevo los labios... Y así tras varios besos más, no tardamos en quedarnos dormidos, abrazados con ternura.
Continuará..................................................................................