Charón
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El Fruto prohibido. ( Continuación - 307 )
Por fin llegué a mi casa sin mayor novedad; entré en el garaje y estacioné el coche en mi plaza... Miré el espacio que ocupaba y eché de menos la moto de Carmen en aquel hueco vacío donde solía dejarla, y así pensé que debíamos volver a hablar del tema de irnos a vivir juntos. Había encargado a David que me mirase alquileres por la zona donde él vivía, pero hasta el momento no me había dicho nada; se ve que aún no había encontrado nada que pudiera interesarme. Y Carmen a su vez que había quedado en mirar por Madrid tampoco me había mencionado nada al respecto. Y ante estos hechos creí que debíamos darle otro empujón al tema.
Subí a mi apartamento, y al abrir la puerta, ya en el mismo recibidor percibí que había luz en el salón y también que sonaba la televisión. Según pasé vi que allí estaba Ernesto sentado en el sofá y cenando un plato de verduras.
Tras dejar mi portátil y mi carpeta sobre la mesa, saludé:
----- Hola...
----- Hey, hermano... Hoy llegás más tarde pues.
----- Si, he tenido asuntos extra que atender... ----- le respondí.
----- Ya veo...
Y vi que apretaba una sonrisa con una expresión irónica; y como le conocía de sobra fue que le dije:
----- ¿ Que estás tramando ?
El se rió... y me respondió:
----- Vos decís que no... Pero al final te hacés millonario con tanto trabajar.
----- Si, seguro... van a ir rodando las monedas por esta casa...
----- Bueno, cuando eso sea recogeré una de cada cinco no sea que me de lumbago.
Ambos nos reímos... El jodido tenía ocurrencias para todo.
----- ¿ Como te fue hoy ? ----- le pregunté.
----- Bien, me ha ido bien. Y ahora me he preparado unas espinacas con garbanzos y pollo, y eso es lo que estoy cenando.
Le hice un gesto positivo y le dije:
----- Buen provecho.
----- Gracias hermano.
----- Está bien que comas sano y te cuides.
----- Claro, claro... ----- me respondió.
Aunque en el fondo yo sabía que no se estaba cuidando todo lo que debía cuidarse y que poco a poco estaba regresando a esos hábitos que casi le cuestan la vida... Por el momento le habían costado su salud, pero percibía que iba perdiendo el miedo y empezaba a sentirse curado aunque su enfermedad no se cura nunca.
----- Disculpame que me ausente un momento. Voy a cambiarme de ropa y a relajarme.
Me hizo un gesto positivo y me respondió:
----- Adelante pues.
Ya en el cuarto, según me fui cambiando de ropa, me puse a pensar en Ernesto y su estancia en mi casa... Lo que había visto aquella mañana no me había gustado nada, y no sabía realmente cuales eran sus planes; solo que había venido por un tiempo indefinido, pero eternamente no podía estar en mi casa y menos con esos comportamientos que tenía, al menos hasta que no rompiese definitivamente con Rocío.
Una vez que me cambié recordé que había quedado en llamar a Carmen, así que allí mismo en el cuarto, agarré el móvil y pulsé su número. Me respondió casi de inmediato.
----- Hola mi amor... ----- me saludó.
----- Hola... ¿ Que tal ? ----- le respondí.
----- Bien... ¿ Que tal tú ? ¿ Ya estás en casa ?
----- Sí, he llegado hace un momento y me acabo de cambiar de ropa.
----- ¿ Como te fue con tu amiga ?
----- Pues lo que me esperaba.
----- ¿ Y que te esperabas ?
----- Pues eso, hablamos de sus problemas y sus frustraciones, y también recordamos los tiempos universitarios.
----- Ay madreeeeee...!!!
----- Ehhh...!!! ¿ Que pasa ?
----- A ver si te voy a tener que atar en corto...
Me reí... y le respondí:
----- Sabes bien que no.
----- O lo mismo tengo que pararle los pies a esa jabata.
Me reí aún más y le dije:
----- Tranquila que si eso ya se los paro yo.
----- Más te vale.
----- Además ya sabe que este gallo tiene gallinero... Y me ha dicho que le gusta la relación que tenemos tu y yo.
----- Anda, mira que maja.
----- Que le encanta esos espacios de libertad que nos gestionamos y que ella nunca fue capaz de tenerlos con su marido.
----- Eso será porque ese imbécil no te llegará ni a la suela del zapato.
Hice un gesto y le respondí:
----- Tal vez si.
----- Es que tu vales mucho mi amor...
----- Bueno, será eso...
----- Pues claro que si.
Y a continuación cambié el tema.
----- ¿ Que tal te fue a tí ?
----- Muy bien, anduve con Inma comprando algunos enseres para la ruta y ya estoy en casita relajada.
----- OK.
----- Y tengo una novedad.
----- ¿ Cual ?
----- Su hermana y su sobrino también se apuntan.
----- ¿ Y eso ?
----- Su sobrino Sebas... ¿ Te acuerdas ?
----- El del bar de copas por el Viaducto... ¿ no ?
----- Si el mismo; se acaba de comprar una pedazo moto y se viene también
----- Anda mira...
----- Y ya de paso se lleva a su madre.
----- Pues vaya grupete que os habéis juntado.
----- Siiiiii... nos lo vamos a pasar genial. Es una pena que no te vengas.
----- Deja, deja; ya sabes que las motos y yo como que no.
----- Ya, ya lo se... Al final salimos el sábado por la mañana a primera hora.
----- Muy bien...
----- Oye, mañana me voy contigo al curro... ¿ Te parece ?
Y un tanto sorprendido le respondí:
----- ¿ Y eso ?
----- Es que me apetece; madrugo un poco más y me recoges en el metro como en los viejos tiempos.
Me reí y le dije:
----- No tan viejos.
----- ¿ Te parece ?
----- Bien, como quieras. Allí te recojo.
----- Así mañana me vuelvo también contigo y estamos más tiempo juntos; que no nos vamos a ver en todo el finde.
----- Vale, vale...
----- Luego me traes aquí a mi casa; Inma se vendrá más tarde y pasaremos aquí la noche juntas, así no madrugamos tanto el sábado y salimos a primera hora para unirnos al grupo.
----- Muy bien.
Y aún seguimos hablando de otros temas intrascendentes, hasta que nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente en las proximidades del metro, donde debía recogerla.
A continuación regresé al salón donde aún estaba Ernesto que ya había terminado de cenar; regresaba de la cocina tras haber dejado allí esos enseres que había usado.
Tomamos asiento y le pregunté:
----- ¿ Como te fue hoy ?
----- Bien... ayer llegué tarde.
----- Ya me di cuenta.
----- Entonces hoy me levanté como al medio día.
Sonreí e hice un gesto como de bendito tu que puedes...
Y él me continuó contando.
----- Pasé el día con Lucrecia, tal y como te dije.
----- Ya, ya...
----- Tenía el día libre, porque regenta un restaurante con un socio y allí fuimos a cenar; y por lo visto se complementan dejándose un día libre a la semana. Y después nos fuimos a una discoteca, donde estuvimos bailando y se nos hizo tarde.
----- No te oí llegar.
----- Claro, es que vinimos en total silencio para no despertarte.
Ahí el se dio cuenta de que había metido la pata. Pero yo me hice el tonto y di a entender como que no me había enterado.
----- Gracias por el detalle. ----- le dije.
----- Que menos pues ... ----- me respondió.
----- Bueno, te levantaste tarde... ¿ Y que más ?
----- Pues nada, salí paseando hasta el Metro y lo tomé; me fui hasta el paseo de La Castellana, y por allí anduve paseando por los boulevares que había un mercadillo de libros viejos. Y después comí en un pequeño restaurante argentino que hay cerca de la calle Huertas.
----- ¿ Y que tal está ?
----- Bastante bien.
----- Pues habrá que ir.
----- Si hermano, un día te invito a comer o a cenar... porque el sitio te va a encantar.
----- Si tu lo dices, me fío de ti.
----- Fiáte, porque verás. El lugar lo regenta un matrimonio de argentinos que son muy chévere, y lo mantienen en un ambiente muy familiar y acogedor.
----- Pues suena bien eso.
----- Me sirvieron un buen bife a la plancha, así de vuelta y vuelta... Y guauuuhhhhh....!!!! de la mejor carne que he probado en mi vida.
----- Pues hay que ir a probarla entonces.
----- Si hermano... ya te llevaré.
Y luego, como queriendo cambiar el tema, fue que me dijo:
----- Sabés... me está viniendo bastante bien el haber desconectado con mi rutina en Sevilla; porque noto como que mi mente está más calmada y relajada; y aquí vivo con una tranquilidad que necesitaba.
----- Ya... ¿ Y que pasa con Rocío ?
----- Ehhh... ¿ Que pasa ? ¿ Es que te ha vuelto a llamar ?
----- No, no... No me ha llamado. ¿ Pero la llamas tu ?
----- Si hermano, esta mañana precisamente hablé con ella y está bien. Te envía recuerdos a vos y a Carmen.
----- Dale recuerdos nuestros también.
----- Si, ya se los daré. También me dijo que a ver si tu y Carmen vais por Sevilla.
----- Buuuffff....!!!! ahora está complicado, pero ya iremos en cuanto se pueda.
Y a continuación me comentó:
----- Mirá... Un día me gustaría ir con vos al trabajo y pasar allí el día como ya te comenté.
----- Bueno, ya se verá.
----- Es que me gustará verles trabajar y como dirigen el negocio; así que había pensado que podía ir mañana.
----- No, mañana no.
----- ¿ Y eso por que ?
----- Porque andamos muy atareados, mejor será la semana que viene.
----- Bueno, como vos digás...
----- Si, pero deja que antes lo comente con David.
----- Si, si... claro. Vos sabés.
Y así estuvimos un rato más charlando de sus cosas, y mientras hablábamos no se me iba de la mente lo que había visto por la mañana antes de irme al trabajo... Y él debió notarme algo, porque varias veces me preguntó que me ocurría ya que me notaba bastante serio; yo a su vez le argumenté que me encontraba cansado del trabajo, pero realmente lo que estaba era molesto con su comportamiento; y no me parecía oportuno comentárselo. Al menos por el momento.
Así, en vista de que al día siguiente no iba a venir conmigo al trabajo, me comentó que entonces iba a aprovechar para ir al barrio del Pilar, donde le habían dado la ubicación de un librería especializada en libros viejos, y que iba a echar un vistazo por allí, ya que le habían comentado que tenían cosas interesantes y a buenos precios. También me comentó que en Sevilla, por el barrio de la Encarnación, los jueves se montaba también un mercadillo de antigüedades al que solía asistir buscando libros viejos, y que siempre encontraba algo interesante.
Aunque ya no ejerciese su profesión, seguía interesado en la literatura y mantenía una amplia y variada biblioteca que no hacía más que crecer y crecer.
Continuamos aún charlando un poco más sobre temas informales y riendo con sus comentarios y bromas; y así hasta que le dije que me iba retirando ya que al día siguiente tenía que madrugar un poco más de lo habitual puesto que en las proximidades del metro debía recoger a Carmen tal y como había quedado...
Continuará........................................................................
Por fin llegué a mi casa sin mayor novedad; entré en el garaje y estacioné el coche en mi plaza... Miré el espacio que ocupaba y eché de menos la moto de Carmen en aquel hueco vacío donde solía dejarla, y así pensé que debíamos volver a hablar del tema de irnos a vivir juntos. Había encargado a David que me mirase alquileres por la zona donde él vivía, pero hasta el momento no me había dicho nada; se ve que aún no había encontrado nada que pudiera interesarme. Y Carmen a su vez que había quedado en mirar por Madrid tampoco me había mencionado nada al respecto. Y ante estos hechos creí que debíamos darle otro empujón al tema.
Subí a mi apartamento, y al abrir la puerta, ya en el mismo recibidor percibí que había luz en el salón y también que sonaba la televisión. Según pasé vi que allí estaba Ernesto sentado en el sofá y cenando un plato de verduras.
Tras dejar mi portátil y mi carpeta sobre la mesa, saludé:
----- Hola...
----- Hey, hermano... Hoy llegás más tarde pues.
----- Si, he tenido asuntos extra que atender... ----- le respondí.
----- Ya veo...
Y vi que apretaba una sonrisa con una expresión irónica; y como le conocía de sobra fue que le dije:
----- ¿ Que estás tramando ?
El se rió... y me respondió:
----- Vos decís que no... Pero al final te hacés millonario con tanto trabajar.
----- Si, seguro... van a ir rodando las monedas por esta casa...
----- Bueno, cuando eso sea recogeré una de cada cinco no sea que me de lumbago.
Ambos nos reímos... El jodido tenía ocurrencias para todo.
----- ¿ Como te fue hoy ? ----- le pregunté.
----- Bien, me ha ido bien. Y ahora me he preparado unas espinacas con garbanzos y pollo, y eso es lo que estoy cenando.
Le hice un gesto positivo y le dije:
----- Buen provecho.
----- Gracias hermano.
----- Está bien que comas sano y te cuides.
----- Claro, claro... ----- me respondió.
Aunque en el fondo yo sabía que no se estaba cuidando todo lo que debía cuidarse y que poco a poco estaba regresando a esos hábitos que casi le cuestan la vida... Por el momento le habían costado su salud, pero percibía que iba perdiendo el miedo y empezaba a sentirse curado aunque su enfermedad no se cura nunca.
----- Disculpame que me ausente un momento. Voy a cambiarme de ropa y a relajarme.
Me hizo un gesto positivo y me respondió:
----- Adelante pues.
Ya en el cuarto, según me fui cambiando de ropa, me puse a pensar en Ernesto y su estancia en mi casa... Lo que había visto aquella mañana no me había gustado nada, y no sabía realmente cuales eran sus planes; solo que había venido por un tiempo indefinido, pero eternamente no podía estar en mi casa y menos con esos comportamientos que tenía, al menos hasta que no rompiese definitivamente con Rocío.
Una vez que me cambié recordé que había quedado en llamar a Carmen, así que allí mismo en el cuarto, agarré el móvil y pulsé su número. Me respondió casi de inmediato.
----- Hola mi amor... ----- me saludó.
----- Hola... ¿ Que tal ? ----- le respondí.
----- Bien... ¿ Que tal tú ? ¿ Ya estás en casa ?
----- Sí, he llegado hace un momento y me acabo de cambiar de ropa.
----- ¿ Como te fue con tu amiga ?
----- Pues lo que me esperaba.
----- ¿ Y que te esperabas ?
----- Pues eso, hablamos de sus problemas y sus frustraciones, y también recordamos los tiempos universitarios.
----- Ay madreeeeee...!!!
----- Ehhh...!!! ¿ Que pasa ?
----- A ver si te voy a tener que atar en corto...
Me reí... y le respondí:
----- Sabes bien que no.
----- O lo mismo tengo que pararle los pies a esa jabata.
Me reí aún más y le dije:
----- Tranquila que si eso ya se los paro yo.
----- Más te vale.
----- Además ya sabe que este gallo tiene gallinero... Y me ha dicho que le gusta la relación que tenemos tu y yo.
----- Anda, mira que maja.
----- Que le encanta esos espacios de libertad que nos gestionamos y que ella nunca fue capaz de tenerlos con su marido.
----- Eso será porque ese imbécil no te llegará ni a la suela del zapato.
Hice un gesto y le respondí:
----- Tal vez si.
----- Es que tu vales mucho mi amor...
----- Bueno, será eso...
----- Pues claro que si.
Y a continuación cambié el tema.
----- ¿ Que tal te fue a tí ?
----- Muy bien, anduve con Inma comprando algunos enseres para la ruta y ya estoy en casita relajada.
----- OK.
----- Y tengo una novedad.
----- ¿ Cual ?
----- Su hermana y su sobrino también se apuntan.
----- ¿ Y eso ?
----- Su sobrino Sebas... ¿ Te acuerdas ?
----- El del bar de copas por el Viaducto... ¿ no ?
----- Si el mismo; se acaba de comprar una pedazo moto y se viene también
----- Anda mira...
----- Y ya de paso se lleva a su madre.
----- Pues vaya grupete que os habéis juntado.
----- Siiiiii... nos lo vamos a pasar genial. Es una pena que no te vengas.
----- Deja, deja; ya sabes que las motos y yo como que no.
----- Ya, ya lo se... Al final salimos el sábado por la mañana a primera hora.
----- Muy bien...
----- Oye, mañana me voy contigo al curro... ¿ Te parece ?
Y un tanto sorprendido le respondí:
----- ¿ Y eso ?
----- Es que me apetece; madrugo un poco más y me recoges en el metro como en los viejos tiempos.
Me reí y le dije:
----- No tan viejos.
----- ¿ Te parece ?
----- Bien, como quieras. Allí te recojo.
----- Así mañana me vuelvo también contigo y estamos más tiempo juntos; que no nos vamos a ver en todo el finde.
----- Vale, vale...
----- Luego me traes aquí a mi casa; Inma se vendrá más tarde y pasaremos aquí la noche juntas, así no madrugamos tanto el sábado y salimos a primera hora para unirnos al grupo.
----- Muy bien.
Y aún seguimos hablando de otros temas intrascendentes, hasta que nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente en las proximidades del metro, donde debía recogerla.
A continuación regresé al salón donde aún estaba Ernesto que ya había terminado de cenar; regresaba de la cocina tras haber dejado allí esos enseres que había usado.
Tomamos asiento y le pregunté:
----- ¿ Como te fue hoy ?
----- Bien... ayer llegué tarde.
----- Ya me di cuenta.
----- Entonces hoy me levanté como al medio día.
Sonreí e hice un gesto como de bendito tu que puedes...
Y él me continuó contando.
----- Pasé el día con Lucrecia, tal y como te dije.
----- Ya, ya...
----- Tenía el día libre, porque regenta un restaurante con un socio y allí fuimos a cenar; y por lo visto se complementan dejándose un día libre a la semana. Y después nos fuimos a una discoteca, donde estuvimos bailando y se nos hizo tarde.
----- No te oí llegar.
----- Claro, es que vinimos en total silencio para no despertarte.
Ahí el se dio cuenta de que había metido la pata. Pero yo me hice el tonto y di a entender como que no me había enterado.
----- Gracias por el detalle. ----- le dije.
----- Que menos pues ... ----- me respondió.
----- Bueno, te levantaste tarde... ¿ Y que más ?
----- Pues nada, salí paseando hasta el Metro y lo tomé; me fui hasta el paseo de La Castellana, y por allí anduve paseando por los boulevares que había un mercadillo de libros viejos. Y después comí en un pequeño restaurante argentino que hay cerca de la calle Huertas.
----- ¿ Y que tal está ?
----- Bastante bien.
----- Pues habrá que ir.
----- Si hermano, un día te invito a comer o a cenar... porque el sitio te va a encantar.
----- Si tu lo dices, me fío de ti.
----- Fiáte, porque verás. El lugar lo regenta un matrimonio de argentinos que son muy chévere, y lo mantienen en un ambiente muy familiar y acogedor.
----- Pues suena bien eso.
----- Me sirvieron un buen bife a la plancha, así de vuelta y vuelta... Y guauuuhhhhh....!!!! de la mejor carne que he probado en mi vida.
----- Pues hay que ir a probarla entonces.
----- Si hermano... ya te llevaré.
Y luego, como queriendo cambiar el tema, fue que me dijo:
----- Sabés... me está viniendo bastante bien el haber desconectado con mi rutina en Sevilla; porque noto como que mi mente está más calmada y relajada; y aquí vivo con una tranquilidad que necesitaba.
----- Ya... ¿ Y que pasa con Rocío ?
----- Ehhh... ¿ Que pasa ? ¿ Es que te ha vuelto a llamar ?
----- No, no... No me ha llamado. ¿ Pero la llamas tu ?
----- Si hermano, esta mañana precisamente hablé con ella y está bien. Te envía recuerdos a vos y a Carmen.
----- Dale recuerdos nuestros también.
----- Si, ya se los daré. También me dijo que a ver si tu y Carmen vais por Sevilla.
----- Buuuffff....!!!! ahora está complicado, pero ya iremos en cuanto se pueda.
Y a continuación me comentó:
----- Mirá... Un día me gustaría ir con vos al trabajo y pasar allí el día como ya te comenté.
----- Bueno, ya se verá.
----- Es que me gustará verles trabajar y como dirigen el negocio; así que había pensado que podía ir mañana.
----- No, mañana no.
----- ¿ Y eso por que ?
----- Porque andamos muy atareados, mejor será la semana que viene.
----- Bueno, como vos digás...
----- Si, pero deja que antes lo comente con David.
----- Si, si... claro. Vos sabés.
Y así estuvimos un rato más charlando de sus cosas, y mientras hablábamos no se me iba de la mente lo que había visto por la mañana antes de irme al trabajo... Y él debió notarme algo, porque varias veces me preguntó que me ocurría ya que me notaba bastante serio; yo a su vez le argumenté que me encontraba cansado del trabajo, pero realmente lo que estaba era molesto con su comportamiento; y no me parecía oportuno comentárselo. Al menos por el momento.
Así, en vista de que al día siguiente no iba a venir conmigo al trabajo, me comentó que entonces iba a aprovechar para ir al barrio del Pilar, donde le habían dado la ubicación de un librería especializada en libros viejos, y que iba a echar un vistazo por allí, ya que le habían comentado que tenían cosas interesantes y a buenos precios. También me comentó que en Sevilla, por el barrio de la Encarnación, los jueves se montaba también un mercadillo de antigüedades al que solía asistir buscando libros viejos, y que siempre encontraba algo interesante.
Aunque ya no ejerciese su profesión, seguía interesado en la literatura y mantenía una amplia y variada biblioteca que no hacía más que crecer y crecer.
Continuamos aún charlando un poco más sobre temas informales y riendo con sus comentarios y bromas; y así hasta que le dije que me iba retirando ya que al día siguiente tenía que madrugar un poco más de lo habitual puesto que en las proximidades del metro debía recoger a Carmen tal y como había quedado...
Continuará........................................................................