El Fruto Prohibido. ( Continuación - 304 )
Tras mirar el reloj y ver que se iba acercando la hora, me despedí de ellos y me marché hacia la recepción; allí se encontraba Angela sentada en su mesa y ordenando unos papeles.
----- Hola, buenas tardes. ----- le dije.
Tras levantar la mirada y sonreír, me respondió:
----- Hola Danny... ¿ Que tal ?
----- Bien. ¿ Que tal tú ?
----- Aquí atareada con estos papeles.
----- Ya veo, ya...
----- ¿ Se te ofrece algo ?
----- No, estoy esperando a Rosa, que está sin coche y me la llevo a Madrid.
----- ¿ Rosa, Rosa ?
----- Si, la profesora asistente de Jennifer.
----- Ahhhh... las universitarias.
----- Esa... esa... ----- dije sonriendo.
Y mientras seguía con su tarea me preguntó.
----- ¿ Que tal tu amigo Ernesto ?
----- Supongo que bien; esta mañana le dejé durmiendo en casa.
Ella sonrió y me comentó:
----- Parece que ha conectado bien con Luqui...
----- ¿ Luqui ?
----- Si, Lucrecia... Las amigas la llamamos Luqui.
Y sonriendo dije:
----- Ahhh... vale, vale... Eso parece si.
Y pensé para mi: " Conectado y más que conectado... Si tu supieras, si es que lo sabes ya ... "
Justo en ese momento fue que salían dos grupos de los estudiantes de la universidad y con ellos venía charlando Jennifer, supongo que de temas lectivos, y que me saludó con un gesto y una sonrisa. Poco después salía otro grupo y Rosa en medio del mismo, charlando con unas chicas que debían ser alumnas suyas. Venía bien guapa, vistiendo un traje de chaqueta y falda en tonos castaños, y una carpeta en su brazo.
Poco después vi como se despedía de Jenniffer y se acercó hacia la mesa de la recepción, donde aún seguía con Angela.
----- Hola... ----- saludó.
----- Hola... ¿ Que tal ? ----- le respondí.
Hizo un gesto con el semblante serio y le pregunté:
----- ¿ Terminaste ya ?
----- Si, por fin acabamos por hoy.
----- ¿ Nos vamos entonces ?
----- Como digas.
Nos despedimos de Angela y salimos hacia el parking; al llegar a la puerta, la abrí y le cedí el paso. Acto seguido fuimos hacia el coche, en el que tras abrirlo fuimos ocupando nuestros respectivos asientos, y una vez que estuvimos listos, lo puse en marcha y salimos hacia la calle, donde ya pusimos rumbo a Madrid por la carretera nacional.
----- ¿ A donde quieres que vayamos ?----- le pregunté.
Y tras hacer un gesto de indiferencia, me respondió:
----- Decide tú.
Me quedé pensando unos segundos, y le propuse:
----- Hay una zona por mi barrio que está bastante bien, si te parece vamos para allí.
----- ¿ En Aluche ?
----- Si claro, en Aluche.
----- Bien...
Noté que mantenía su semblante serio y no pronunciaba palabra alguna; y también percibí cierto nerviosismo en ella, lo cual iba creando un ambiente con cierto grado de tensión entre los dos, y no acababa de entender que era lo que podía estar motivando esta situación. También percibía en ella cierto mal estar y desgana, igual que si estuviese siendo obligada a estar conmigo en aquel momento y no porque le apeteciese.
Ibamos haciendo el trayecto en silencio, el cual rompía yo de vez en cuando al hacer algún comentario intrascendente, y al que siempre me respondía con un gesto de indiferencia o algún monosílabo. Y así llegamos a mi barrio, donde estacionamos el coche en las cercanías del Centro Comercial y luego nos fuimos a aquella cervecería alemana a la que solía ir con frecuencia.
Le cedí el paso al entrar y nos fuimos directos a la barra, donde nos pedimos un par de pintas...
A continuación le propuse irnos a una mesa y me respondió con un gesto afirmativo, mientras que el camarero nos decía que ya nos llevaba las cervezas a donde nos sentásemos.
Y así fue que tomamos asiento uno frente al otro, a la vez que nos traían aquellas pintas
que habíamos pedido, junto con un bol de torreznos como aperitivo.
Según estuvimos servidos fue que le comenté:
----- Uffff...!!!! Si me ve Carmen comiendo esto me cruje.
Ella sonrió levemente y a continuación tras chocar nuestros vasos en un brindis...
y dimos el primer trago a aquella estupenda cerveza que nos habían servido.
----- Este es el sitio donde tienen la mejor cerveza en el barrio. ----- le comenté.
Pero no me respondió, y se mostraba como ausente.
En ese momento agarré sus manos, y tras apretarlas, hice un gesto y le dije:
----- A ver Rosa... ¿ Que te ocurre ? Y no me digas que no te ocurre nada porque no me lo creo. Se que te ocurre algo conmigo.
Entonces bajó la mirada, y tras apretar los labios, me respondió en tono leve:
----- Es que me siento avergonzada.
----- ¿ Avergonzada ? ----- dije incrédulo.
Ella respondió con gestos afirmativos mientras mantenía bajada su mirada.
----- ¿ Avergonzada con que o con quien ? ----- le inisiti.
----- Conmigo misma... ----- me respondió.
Y tras unos breves segundos añadió:
----- Y por el comportamiento que tuve el otro día.
La verdad es que me sorprendió
con estas afirmaciones.
----- ¿ Y que comportamiento tuviste ? ----- le pregunté.
----- Todas las tonterías que te dije.
Alcé la mirada al techo, y tras sonreír le respondí:
---- Por favor Rosa... no me digas eso.
---- Dije muchas tonteríae y quedé contigo como una idiota, lo reconozco.
Nuevamente agarré sus manos, y tras acariciarlas suavemente le dije:
----- No tienes que sentirte así porque no hiciste nada de lo que debas avergonzarte.
----- Como que no.
Yo insistí haciendo gestos negativos, mientras que ella seguía insistiendo:
----- Ayyy... Danny. Pero si te dije lo que te dije; y lo que te llegué a proponer...
La interrumpí poniendo mi dedo en sus labios, y le dije:
----- No dijiste nada...
----- Claro que lo dije, y a saber lo que habrás pensado de mí.
Entonces sonreí y le dije:
----- Y que quieres que piense. Para mí todo ha sido una anécdota y punto. Ahí se queda.
----- Si pero también...
Y nuevamente la volví a interrumpir:
----- Una anécdota, te digo que todo fue una anécdota y nada más.
Entonces me miró con aquella expresión tan dulce y tan característica que siempre me había fascinado, y que me embobaba en mis años universitarios.
Y se siguió excusando, aunque realmente no sabía si era conmigo o más bien era con ella misma con quien se quería excusar...
----- Creo que todo fue por lo que bebí; no estoy acostumbrada a tomar alcohol y me sentía tan bien contigo que me descontrolé.
Yo me reí...
haciendo gestos negativos, y le dije:
----- Que no, que no te descontrolaste. Había algo dentro de tí que necesitabas sacar y eso fue lo que hiciste.
Ella bajó nuevamente la mirada y no dijo nada. Entonces me conmovió y sentí como si hubiésemos retrocedido en el tiempo y nos encontrásemos de nuevo en nuestros tiempos universitarios.
Nuevamente agarré sus manos, y tras apretárselas con suavidad le dije:
----- Rosa, Rosa... No te sientas mal que no pasó nada; lo único que hicimos fue recordad viejos tiempos.
Ella me miró con el semblante serio, y tras sonreír continué:
----- Ya nos vamos haciendo mayores y va a apareciendo la nostalgia de tiempos pasados y de juventud en los que a penas teníamos responsabilidades y solo nos preocupaba el pasarlo bien y disfrutar de la vida. Juventud divino tesoro.
Por fin conseguí que esbozase una sonrisa; y tras apretar el gesto, me miró a los ojos y me dijo:
----- Ayyy... Danny, no sabes lo bien que me siento a tu lado, y lo que te agradezco estos momentos; es como si hubiese vuelto a la época de la universidad y volvieses a ser aquel chico escocés.
Yo me reí...
y le dije:
----- Escocés sigo siendo, aunque algo más viejo.
Ella sonrió de nuevo y le dije:
----- Lo mismo me ocurre a mí; desde nuestro reencuentro se me han refrescado muchos recuerdos.
Afirmó con un gesto, y tras apretar los labios me dijo:
----- Tu has aprovechado mejor el tiempo y la vida.
La miré un tanto sorprendido...
y le respondí:
----- No te creas, también tengo mis puntos negativos. Pero el caso es que cada uno seguimos el camino que que quisimos o que pudimos seguir, y que el destino nos tenía reservado.
Ella hizo un gesto y me insistió:
----- Pero tu has disfrutado más.
----- Eso es relativo. Porque tu te doctoraste y has triunfado profesionalmente. Pero en cambio yo he ido dando bandazos por un lado y por otro.
----- Pero tienes tu propio negocio... ----- me interrumpió.
----- Ya, pero eso ha sido en esta última etapa y de una manera circunstancial. Todo el mérito es de David, porque él ha sido quien diseñó y puso en marcha este proyecto; yo solo he tenido la suerte de que me eligiese para acompañarle.
----- Como sea, pero estás triunfando profesionalmente.
----- Bueno, puede decirse que si... Pero no he llevado una vida ordenada como llevaste tú; nunca quise responsabilidades extra ni cargas. Reconozco que he sido muy cómodo y siempre tiré por lo bohemio. Luego los años van pasando y llega un momento en que te das cuenta de que ya no eres un chaval y que debes enfocar la vida de otra manera.
----- Como quieras, pero el caso es que disfrutaste tu vida como lo decidiste.
----- En cierta manera puede decirse que si; pero por ejemplo, como pareja he sido un auténtico desastre y tal vez fue por mi comodidad de no agarrar responsabilidades extra.
----- Pero te va bien con Carmen... ¿ no ?
----- Si, la verdad es que si, al menos por el momento.
----- Como por el momento.
----- Llevamos poco más de un año.
----- Ahhh... yo creí que llevabais más.
----- No, no... Pero la clave creo que está en que en cierta manera es otra bohemia como yo.
Ella sonrió de nuevo y me dijo:
----- Dos almas gemelas...
Tras hacer un gesto le respondí:
----- No tanto... Ella es más bohemia que yo, y cree que va a ser joven siempre; por eso es tan alocada a veces.
Volvió a sonreí otra vez, mientras que yo continué:
----- Lo cierto es que llegó a mi vida en un momento clave; pues había muchos vacíos en mí y que poco a poco los fue llenando.
----- A mí me gusta Carmen, y os veo bien compenetrados.
----- Bueno, también tenemos lo nuestro...
----- Ya me imagino.
----- Pero creo que si... Puede decirse que estamos gestionando bien nuestra relación y el trabajo; y también que es la persona ideal para tenerla a mi lado en estos momentos, porque como ya te dije antes, como pareja he sido un desastre.
----- Ahhhh... no digas eso.
Hice un gesto de evidencia y le respondí:
----- Es que es la verdad... Pero con Carmen todo es diferente; nuestra relación digamos que se basa en tener nuestras propias dosis de libertad mutua...
----- Eso es lo que nunca conseguí tener con mi marido; siempre fue muy absorbente.
----- Pero has formado una familia, y tienes unos hijos que seguramente serán tu orgullo.
----- Eso si, mis hijos son lo mejor que tengo y de lo que nunca me he arrepentido.
----- Pues claro que sí.
Después de haber charlado un buen rato, ya la vi más animada y abierta conmigo, dibujando una sonrisa en su rostro. Así fue como pude percibir que aquellas preocupaciones que pudo tener conmigo se habían esfumado...
Continuará...........................................................