El Fruto Prohibido. ( Continuación - 320 )
Aunque la carretera llevaba abundante tráfico, lo cierto es que éste iba fluido y en poco más de media hora llegamos a nuestro destino. Durante el trayecto ninguno de los dos pronunciamos palabra alguna y nos mantuvimos en un tenso silencio que en ningún momento hicimos nada por evitarlo. En mi caso me sentía invadido por una sensación extraña, como si estuviese en un lugar donde no debería estar; era como preguntarme continuamente a mi mismo que hacía ahí y con esa compañía.
En mi fuero interno comenzaba a percibir que había sido un error el haber quedado con Rosa ese día y haber ido a donde fuimos y en esas condiciones que nos llevaron a lo que nos llevaron; lo cual también me hacía sentir culpable por no haber sabido o no haber querido marcar los límites que debería haber marcado y ser drástico en ello. Era algo que no me perdonaba; por un lado pensaba en Carmen y por otro me sentía mal por haber decepcionado a Rosa al quizás haberle dado falsas esperanzas...
Llegamos sin mayor novedad a su calle y detuve el coche justo delante de su portal; ambos nos miramos en silencio durante unos segundos, hasta que ella los rompió al decir:
----- Danny, muchas gracias por todo...
----- No hay de que. ----- le respondí.
Luego me miró haciendo un gesto mientras se mordía el labio inferior, a la vez que bajaba la mirada un instante; y en cuanto la d¡subió otra vez, fue que me dijo:
----- He pasado un día estupendo y siento que acabe de esta manera.
Me pasé la mano por la cara, y tras hacer un gesto le respondí:
----- Yo también he pasado un día estupendo; pero debemos quedarnos con lo mejor; el resto tenemos que pensarlo y meditarlo... debemos autoexaminarnos.
----- Si, tienes razón.
Entonces agarré su mano y mientras la apretaba entre las mías le dije:
----- No pienses que te rechazo ni que te desprecio...
Ella negaba con gestos mientras apretaba los labios...
Y yo continué:
----- ...Solo se trata de unos límites que no debemos cruzar.
Según solté su mano, ella me miraba en silencio, con esa misma mirada que siempre me fascinó, a la vez que abría la puerta y salía del coche.
A continuación me hizo un gesto de despedida y me lanzó un beso al aire, al cual le respondí de la misma manera.
Tras ello, puse nuevamente en marcha el coche y tomé el rumbo a mi barrio. Durante el trayecto fui pensando y meditando todo lo que había ocurrido ese día, sobre todo dentro del cine y luego a la salida en el coche. Y la verdad es que me sentí mal por varias razones; una por la decepción que en esos momentos debía sentir Rosa en su interior y de la que yo era culpable, y otra aún mayor, por la cual me sentía muy cabreado conmigo mismo, por la debilidad que mostré al iniciar un juego peligroso que seguramente me habría llevado a perder a Carmen, y hacerle un daño irreparable.
Una vez que llegué a mi casa, dejé el coche estacionado en el garaje y subí a mi apartamento, entré en casa y tras quitarme el anorak y el calzado, me senté en el salón y tras tumbarme sobre el sofá me fui relajando poco a poco... Después de unos minutos, me incorporé de nuevo y decidí agarrar el portátil y ponerme a revisar algunos asuntos del trabajo; no es que necesitase hacerlo, pero lo hice más que nada por estar entretenido y distraerme con algo, para no estar todo el rato pensando en Rosa y lo que había ocurrido.
Antes que nada me serví un whisky con hielo para calmar esas ansiedades que notaba en mi interior. Tras servirme, hice una sutil y disimulada marca sobre la etiqueta de la botella, marcando el nivel de contenido que quedaba en la misma. Tras sentarme y poner en marcha el portátil di un pequeño trago que me supo a gloria...
Llevaría como veinte minutos sumergido en esa tarea cuando de pronto me sonó el móvil. Al agarrarlo y mirar la pantalla, pude ver que era Carmen quien me llamaba.
----- Hola, dime... ----- respondí.
----- Hola cariño... ¿ Donde andas?
----- Ya estoy en casa.
----- Ahhhh... Ya estás en casíta...
----- Si, llegué hace ya un rato.
----- ¿ Y como has regresado tan pronto ?
----- Porque ya estábamos cansados y decidimos regresar.
----- ¿ Que tal con tu amiga ?
----- Pues bien, como siempre; recordando viejos tiempos, como ya sabes... ¿ Que tal tú ?
----- Estupendo, nos lo estamos pasando de maravilla.
----- Ya me imagino.
----- Ahora estamos cerca de Soria; nos hemos alojado en un hostel de carretera que es un punto de encuentro motero, y dentro de un ratillo nos iremos a cenar aquí al lado.
----- Pues muy bien.
----- Nos hemos pillado un par de cuartos dobles; los chicos en uno y las chicas en otro, aunque dormiremos algo apretadillas.
Me reí...
y le dije:
----- ¿ Como ? explícame eso...
Y ella riendo
también me explicó:
----- Que nos hemos pillado dos cuartos con dos camas cada uno; los chicos se van a uno y tendrán cada uno su propia cama, en cambio las chicas tendremos que compartirlas y dormir dos en cada una.
----- Ah, vale... ya entiendo.
----- Sebas, el sobrino de Inma compartirá cuarto con mi cuñado...
----- Buuufffff....!!! pobrecillo.
----- ¿ Por que dices eso ?
----- Porque tu cuñado es gilipollas.
Entonces se rió de nuevo...
y me dijo:
----- Que jodido eres a veces.
----- ¿ Es que no es verdad ? ----- le pregunté.
Y sin dejar de reír
me respondió:
----- Ya sabemos como es... Pero en esta ruta se está portando.
----- No me digas...!!!
----- Si, si... a veces tiene una de sus salidillas, pero ha mejorado bastante.
----- Más le vale.
----- Parece que la hostia que le solté aquel día ha hecho efecto y le ha ordenado las neuronas.
Ahora me reí yo...
Y tras ello le dije:
----- Entonces las chicas os vais al otro cuarto.
----- Siiiii... dormiremos algo apretadillas pero también nos daremos calorcito porque no veas que frío hace ahora por aquí.
----- Ya me imagino.
----- Las camas no son muy grandes, pero no hay otra. Inma dormirá con su hermana y yo con la mía; así nos ahorramos el gasto de un cuarto.
----- Pues muy bien...
----- ¿ Y tu que ? ¿ Estas solo ?
----- Ahora mismo si.
----- ¿ Sabes algo de Ernesto ?
----- No tengo ni idea, ni una noticia.
----- Joder... que bien vive y que bien se lo monta el cabronazo.
----- Déjale que disfrute mientras pueda...
----- Bueno mi amor, te voy a dejar porque ya viene la peña para que vayamos a cenar.
----- Pues nada, que lo sigáis pasando bien y que os aproveche.
----- Mañana a la tarde tenemos previsto llegar a Madrid.
----- Me imagino que vendrás cansada.
----- Seguro que si.
----- Pues vente aquí conmigo...
----- ¿ A tu casa ?
----- Claro, y duermes aquí.
----- ¿ Tu quieres ?
----- Yo siempre quiero... ----- le respondí.
Y ella se rió...
A continuación me dijo:
----- Ay mi amor, si es que eres un cielo... Como no te voy a querer.
----- Bueno, tu me avisas y te voy a buscar.
----- Bien, mañana te llamo cuando llegue a casa y acordamos.
Y sin más nos despedimos...
Tras hablar con Carmen me quedé un poco más tranquilo, pero también se removía mi conciencia por mi comportamiento de esa y la deslealtad que habría ejercido para con ella. En esos momentos sentí que no era digno de Carmen, y que no me la merecía...
Continué mirando y revisando aquellos asuntos del trabajo, tratando de matar el tiempo, a la vez que le daba otro buen trago a aquel whisky con hielo que me había preparado... Tras ello, sentí como llegaba el ascensor a la planta, y al abrirse la puerta escuche unas risas... Claramente, una era la de Ernesto porque era inconfundible. Sin duda era él y venía acompañado.
Enseguida noté que se abría la puerta del apartamento y le escuché decir:
----- Adelante, estás en tu casa.
----- ¡Oh! Que gentil. ----- le respondían.
Cuando entraron en el salón, pude ver que era Lucrecia su acompañante, la amiga de Angela.
Ernesto al verme se quedó un tanto sorprendido...
y cortado a la vez; estaba claro que no esperaba mi presencia en casa a esas horas, y me dio la impresión como que se le chafaba algún plan...
----- Hey... hermano...!!! ----- exclamó.
----- Hola... ----- le respondí.
Toda sonriente, Lucrecia se me acercó para saludarme, y a la vez que yo me ponía de pié, fue que intercambiamos un par de besos.
----- Hola Danny.
----- Hola... ¿ Que tal ?
----- Bien... Que linda casa que tienes.
----- Gracias... ----- respondí sonriendo.
Notaba que Ernesto mantenía esa expresión de decepción.
----- ¿ Y como es que vos ya estás por acá ? ----- me preguntó.
Me sentí un tanto sorprendido con esa pregunta...
y le respondí:
----- Creo que esta sigue siendo mi casa... ¿ no ?
Entonces miró a Lucrecia disimuladamente como dándole a entender que se les había jodido el plan...
Y tras ello me respondió:
----- Si claro, pero no te esperaba aún; creí que regresarías más tarde y que aún andarías por Segovia.
----- No, regresamos pronto porque allá hacia bastante frío y ya estábamos cansados.
----- ¿ Y que tal les fue ?
----- Bien, caminamos por La Granja de San Ildefonso.
----- Ah, que bueno...
----- Y luego nos apretamos un buen asado segoviano.
----- Uoooohhhh...!!!! vaya nivel.
----- ¿ Que tal tu ?
----- Pues bien, como ves quedé con Lucrecia y anduvimos en unos salones de baile... Ahí hicimos salsa, merengue, ballenato, cumbia...
Me reí...
y le dije:
----- Tu como siempre.
----- Es que vos ya sabés que los latinos somos bailongos y de alma caliente, no somos tan fríos como ustedes los británicos...
Los tres nos reímos...
Y Ernesto me comentó:
----- Y ahora, pues veníamos a prepararnos algo de cena.
Hice un gesto y le respondí:
----- Adelante, ya sabes donde está la cocina.
----- ¿Vos ya cenaste ? ----- me preguntó.
----- Entonces cenás con nosotros, pues...
----- No, no... gracias, no voy a cenar. ----- le respondí.
Y sorprendido
me preguntó:
----- ¿ Y como es eso ?
----- Es que quedé muy lleno con ese asado que comimos.
----- Bueno, como vos querás... ----- me dijo.
Luego, mirando a Lucrecia le dijo:
----- Vamos para allá, pues...
Ambos se quitaron las prendas de abrigo y las dejaron sobre uno de los sillones , para luego irse a la cocina, mientras que yo continué con lo mío.
Poco después sonó un SMS en mi móvil... Al abrirlo vi que era de Rosa, y en el cual me decía:
" Danny. Muchas gracias por el día de hoy porque me lo pasé genial y necesitaba un día así.
Siempre te estaré agradecida por ello... "
Iba a responderle pero nuevamente sonó otro SMS suyo que era como una continuación del anterior:
" Solo lamento que te hayas molestado al final y te pido disculpas..."
Entonces pulsé la tecla correspondiente y pasé a responderle:
" Yo también me lo pasé genial, y no te preocupes por el resto. Por mi parte está todo olvidado,
Y volvamos a ser los amigos de siempre... Solo quedémonos con lo mejor de este día..."
Casi de inmediato me respondió:
" Si, si... porque hubo momentos en los que me sentí como si estuviera de nuevo en aquella época
de la universidad... No tengas duda que si volviese atrás en el tiempo a esa época, iría a por ti como
una leona y no te dejaría escapar. "
Sonreí al leerlo, y tras unos segundos le respondí:
" Hubiese sido una presa fácil de cazar, no tengas duda... Pero el tiempo ha pasado y la realidad es
muy distinta y debemos asumirla porque no hay vuelta atrás..."
Tras unos segundos me respondió:
" Te quiero Danny; y no sabes como envidio a Carmen..."
Buuuufffff.....!!!!!!
esto si que me preocupó y durante unos segundos estuve meditando la respuesta que debía darle.
Al final escribí:
" Mientras ese amor sea fraternal no habrá problema, y te lo corresponderé con gran placer... En
cuanto a Carmen, me parece bien que le tengas envidia, siempre y cuando esa envidia sea sana."
Se lo transmití y estuve un rato esperando su respuesta, pero ésta no se produjo. No se si al final le molestó o le decepcionó esto que le dije, y decidió dejar ahí la conversación.
Poco después se asomó Ernesto desde la cocina y me dijo:
----- Oye hermano... ¿ De verdad que no vas a cenar nada ?
----- No, no... cenar vosotros tranquilos; ya te dije que quedé muy lleno con el asado que comimos hoy.
----- Pero algo ligero podías tomar.
----- No, nada... tal vez antes de irme a dormir me tome un té.
----- Bueno, como vos querás...
Y ahí le dije:
----- Ven acércate un momento.
Un tanto extrañado se vino hacia mí y le dije:
----- Hoy después de comer me llamó Rocío...
----- Joddddeeeeerrrr... que pesada.
----- Me dijo que necesita hablar contigo y que lleva días tratando de comunicarte. Que la llames sin falta.
Hizo gestos negativos; y sin más respuesta, se dio media vuelta y regresó a la cocina.
Yo cerré el portátil y me fui al sofá, donde tras sentarme puse la televisión para ir viendo que contaban los diferentes noticieros, a la vez que desde la cocina me llegaban las risas y comentarios de Ernesto y Lucrecia.
Continuará...........................................................................