El Fruto Prohibido. ( Continuación - 321 )
Y allí estaba mirando un canal donde había un debate político, y que lo estuve siguiendo sin mayor interés, ya que ninguno de los que hablaban me convencían con sus argumentos; pero si les escuchaba era más que nada por matar el tiempo y esperar a que esos dos terminasen de cenar.
En un momento dado oí a Lucrecia comentar a Ernesto que debían lavar todos esos enseres que habían usado durante la cena, pero éste le decía que no, que mejor los metían en el lavavajillas y ya se pondría a lavar cuando estuviese lleno... Luego escuché que ella lñe decía que al menos debían limpiar la placa de vitroceramica, a lo cual él accedió...
Poco después, cuando ya terminaron y salieron de la cocina, Lucrecia dijo que iba un momento al baño, mientras que Ernesto me planteó:
----- Mirá hermano... Quería pedirte un favor.
----- Dime que favor... ----- le respondí.
----- Bueno verás, es que Lucky vive por El Escorial y ya se hace tarde para ir allí. Así que he pensado que podía quedarse aquí... ¿ Te importa si se queda ?
Le miré un tanto extrañado, y de inmediato me aclaró:
----- Yo le cedo mi cuarto.
Sonreí para mis adentros pensando en lo liante que era; como si yo no supiese que ella ya había pasado una noche con él en ese cuarto...
----- ¿ Y tu donde duermes ? ----- le pregunté.
----- Pues con vos...
Ambos nos partimos de risa




mientras que yo le hacía gestos negativos.
----- Hey...!!! ¿ Que ocurre ? ----- me preguntó.
----- Quita, quita... ----- le respondí.
----- Es que no te fiás de mí.
----- Ni un pelo, no me fío ni un pelo... ----- le dije.
Y sin dejar de reír



me aclaró:
----- No hombre, yo dormiría acá en este sofá.
Le miré como si no acabara de creerle, y tras unos segundos le planteé:
----- También podemos llevarla en el coche.
----- ¿ A El Escorial ?
----- Claro.
Me miró con una expresión un tanto incrédula


y me preguntó:
----- ¿ No te importa ?
----- No... como me va a importar. ----- le respondí.
----- Bueno, voy a planteárselo ahora en cuanto salga del baño.
Le hice un gesto como de adelante...
Unos segundos más tarde, salió Lucrecia del baño y Ernesto le planteó mi propuesta, pero ella miraba un tanto incrédula y decía que no. Pero Ernesto le insistía y entonces ella le recriminó que me hubiera pedido ese favor.
----- Que no, que ha sido iniciativa suya.
Y riendo


le decía que no le creía; entonces Ernesto me miró y me dijo:
----- Mirá hermano, decíselo vos, que a mi no me cree.
----- Y hace bien en no creerte... ----- le respondí.
----- Ahhhhh... pero que jodido que eres.
Y mientras los tres nos reíamos...




fue que le aclaré.
----- Oye que no, que no me planteó nada... Salió de mi.
Ella sonrió y me dijo:
----- ¿ De veras ?
Y yo le respondí con un gesto afirmativo mientras apretaba los labios.
Ella sonrió de nuevo y me dijo:
----- ¿ No te importa ?
----- Claro que no me importa, si me importase no lo hubiera ofrecido. ----- le respondí.
Entonces me dijo:
----- Muchas gracias por el detalle.
----- No hay de que... ----- le respondí.
Y a continuación nos planteó:
----- En mi casa tengo bastante espacio, así que os invito a que os quedéis allí; así no tenéis que regresar tan tarde por la carretera.
----- No, no hace falta... ----- le respondí.
----- Hombreeee...!!! no seás tan descortés. ----- me recriminó Ernesto.
----- No, no soy descortés; lo agradezco, pero prefiero volver aquí ya que mañana me apetece levantarme tarde.
----- En mi casa te puedes levantar a la hora que quieras... ----- me dijo Lucrecia.
----- Muchas gracias, pero prefiero dormir aquí y hacer mi rutina.
----- Ayyyy... no me digas eso; os quiero preparar un buen desayuno nicaragüense.
Sonreí y le respondí.
----- Muchas gracias, pero mejor en otra ocasión; mañana viene Carmen y quiero estar descansado porque hoy tuve un día movido.
Entonces Ernesto miró a Lucrecia con cierta complicidad y le dijo:
----- Yo si que me quedo.
Yo me quedé sorprendido de sus pocos escrúpulos, pero no respondí ni hice ademán al respecto; pero tampoco tenía por que hacerlo, aunque en el fondo me indignaba que pasase de Rocío de aquella manera tan descarada.
Ernesto me miró y me dijo:
----- ¿ Que pensás ?
----- ¿ Y que quieres que piense ? Ya eres mayorcito para tomar tus decisiones.
----- ¿ Estás molesto ?
Le miré un tanto sorprendido...

Y tras encogerme de hombros le respondí:
----- No en absoluto... ¿ Por que iba a estarlo ? Haz lo que quieras, ya bastante tengo con mi vida como para meterme en la de los demás.
La verdad es que no me apetecía salir de nuevo con el coche ya que me sentía cansado y habría preferido quedarme en casa; pero si Ernesto iba a pasar de nuevo la noche con Lucrecia, prefería que la pasase en la casa de ella antes que en la mía... Así que dadas las circunstancias no me quedaba más remedio que meterme de nuevo en carretera.
A continuación nos preparamos y en cuanto estuvimos listos bajamos al garaje para tomar el coche; fuimos tomando nuestros respectivos asientos, Ernesto delante a mi lado, y Lucrecia detrás. Nos pusimos en marcha y tomamos rumbo a El Escorial; enseguida Ernesto comenzó a soltyar su repertorio de comentarios graciosos y jocosos a veces, además de contar alguna gansada, con lo cual arrancaba las carcajadas de Lucrecia, mientras que yo solo respondía con alguna sonrisa; pues no estábacómodo en esa situación y en parte me sentía cómplice de esa traición a Rocío.
De vez en cuando de comentaba:
----- Hey hermano... ¿ Que te pasa, que vas muy serio ?
Y tras hacer un gesto le respondía:
----- Nada hombre, solo que estoy algo cansado, pero no pasa nada.
Y Lucrecia me insitía en que me quedase también en su casa, pero mantuve mi negativa.
La verdad es que había momentos en los que alucinaba en colores con Ernesto, por que ambos iban haciendo planes para el día siguiente y hablaban de ir a comer en no se que restaurante por Guadarrama, ya que Lucrecia había quedado con Carmela,. la otra amiga de Angela y hablaban de citarla en ese restaurante... Y Ernesto se mostraba tan feliz como si ya estuviera establecido definitivamente en Madrid y su vida en Sevilla no existiese...
Buuufffff....!!!! La verdad es que cada vez entendía menos como continuaba casado con Rocío y como esta no le mandaba a la mierda

sin billete de vuelta...




No entendía como era que continuaban casados si no se les apreciaba ningún plan de vida en común... Ernesto estaba visto que no perdía el tiempo y disfrutaba de la vida... ¿ Pero Rocío ? ¿ Que hacía y que planes de futuro tenía ?



La única conclusión que saqué fue que Ernesto era un caso perdido y sin remedio posible. Solo quedaba por calcular en que momento se descontrolaría por completo y dejaría de cuidarse como debía; porque cada vez veía más lejos a aquel Ernesto hundido y acojonado que me encontré tras aquella complicada operación que sufrió. Ahora no hacía más que hablarme de lo bien que se sentía y el buen trabajo que con él habían hecho los médicos; estaba claro que se sentía curado. Pero yo en mi papel de aguafiestas no paraba de recordárle que lo suyo no tenía cura, que le habían parcheado para que pudiera seguir adelante con unos cuidados intensos, pero él no pensaba así. Se sentía curado y había perdido el miedo; y eso era lo peor que le podía pasar.
Cuando por fin llegamos a El Escorial, fui siguiendo las instrucciones que me me daba Lucrecia, y tras callejear por el casco histórico me hizo parar ante una casa de dos plantas que parecía un palacete. Lucrecia me comentó que vivía en la segunda planta, y por mucho que me insistió para que subiera y me ensañase donde vivía, cortesmente decliné la invitación alegando que mejor lo dejásemos para otro día.
Así que tras despedirme de ambos, nuevamente me puse en camino, regresando a Madrid por la misma ruta... Durante el trayecto seguí pensando en Ernesto y los derroteros que estaba tomando; pues estaba claro que se había venido a Madrid huyendo de los controles que le hacía Rocío, y una vez aquí poder moverse a sus anchas y golfear sin impedimento alguno...




La verdad es que me tenía preocupado; o regresaba con Rocío y volvía a tomar el buen camino, o continuaba por esta ruta sin control que inevitablemente le acabaría llevando a su final. Y eso fue lo que pensé, si no estaríamos ya iniciando el final de Ernesto...


Nuevamente llegué a casa sin novedad, y tras dejar el coche estacionado en el garaje me dirigí a tomar el ascensor... Según lo tomé y pulsé para subir a mi planta, miré la hora y ya pasaba de la una y cuarto de la mañana... Pero para mi sorpresa, el ascensor se detuvo inesperadamente en el recibidor del portal.
Al abrirse la puerta vi que era mi vecina Marisa, la cual venía acompañada de una mujer más o menos de su quinta, rubia como ella y también de buen ver, ya que lucía una estupenda figura, al igual que Marisa que vestía ese vestido verde que también le quedaba, mientras que la acompañante vestía un corto vestido negro, bien escotado marcando un buen busto, y luciendo unas estupendas piernas.
Marisa le cedió el paso mientras le decía:
----- Pasa Sofía, no tengas miedo que no muerde.
Y ambas se rieron...


Ahí me di cuenta de que ambas venían un tanto tomadas, sobre todo Marisa, ya que su voz sonaba algo pastosa.
----- Buenas noches... ----- saludó Sofía al entrar.
----- Buenas... ----- respondí levemente.
Marisa se mantuvo en silencio y torciendo la mirada; en tan poco espacio se comenzó a crear un ambiente tenso entre ella y yo como era de esperar.
La verdad es que me sentía incómodo, y más cuando la amiga le hizo un gesto en referencia a mí y Marisa le respondió con una expresión de desprecio... A continuación se miraron y comenzaron a reírse de nuevo...



Marisa se arrancó de nuevo con su voz pastosa:
----- Pues como te decía, la leona a veces se cansa de la presa cuando ya ha jugado bastante...
Estaba claro que quería provocarme, pero no iba a caer en su juego y me mantenía al margen sin darme por aludido.
La amiga la miraba con complicidad y apretando una sonrisa mientras apoyaba su espalda contra el espejo del ascensor.
Y Marisa continuó:
----- ... Pues eso, que a veces se cansa... Pero nunca se sabe, lo mismo en algún momento se aburre y le apetece recuperar el juguete.
La amiga se reía...



a la vez que le respondía:
----- Pero hay presas de las que nunca hay que cansarse...
Y mientras se continuaban riendo...




llegamos a la planta; al abrirse las puertas salieron antes que yo.
Mientras Marisa intentaba meter la llave en la cerradura de su apartamento, la amiga le comentaba:
----- Hoy nos habría venido bien montar un buen trío o una cama redonda...
----- Yaaaaaaa... pero no hubo ocasión, no encontramos presa adecuada.
----- No, no encontramos.
----- Aquellos dos eran unos capullos gilipollas. Se ve que últimamente abundan esos especímenes...
Y mientras seguían intentando abrir su puerta, yo abrí la mía y entré en mi casa ignorándolas por completo, mientras que ambas se ponían a cuchichear en medio de sus risas




tontas.
En cuanto entré y cerré la puerta, pasé al salón y me dejé caer sobre el sofá; me sentía agotado, la verdad... Intenté relajarme un poco antes de irme a dormir, pero no tardó en sonar mi móvil.
Según lo agarré y miré la pantalla, vi que era Rocío.
----- Hola, dime. ----- le respondí.
----- ¿ Danny ?
----- Si, dime.
----- Perdona que te llame tan tarde y que te vuelva a molestar.
----- No te preocupes, no pasa nada.
----- ¿ Estás en casa ?
----- Si, acabo de llegar y apenas me he sentado.
----- ¿ Está por ahí Ernesto ?
----- No, no está.
----- Ayyyy... que hombre. ¿ Donde andará ?
----- Pues no se decirte.
----- ¿ No sabes nada de él ?
----- No, no se nada desde esta mañana que le dejé aquí durmiendo. Acabo de llegar como te digo y aquí no hay nadie más que yo.
Y mientras pensé para mí: " Pobrecilla... si supiera la verdad. "


----- ¿ Le habrá pasado algo ?
----- No creo; ya sabes como es.
----- Si, un auténtico desastre.
Yo me reí...



y ella me dijo:
----- Ay no te rías...
Y luego en tono de confesión añadió:
----- Danny, yo así no puedo seguir. Esto va a terminar conmigo.
Tomé aire y tras resoplar le respondí:
----- Mira, creo que debéis tomar una decisión ya, la que sea, y no esperar más.
Estuvo unos segundos en silencio, y con la voz un tanto temblorosa me dijo:
----- Quizás tengas razón, porque he sido una imbécil, una imbécil total. Nunca debí casarme con él... Ya me lo decía mi pobre madre; a ella nunca le convenció Ernesto; me lo dijo muchas veces y yo me cabreaba con ella.
----- Se os veía muy enamorados.
----- Y lo estábamos; al menos yo si que lo estaba, porque me casé enamorada, muy enamorada, pero tengo mis dudas de que él lo estuviese también. ¿ Pero sabes cuando dejé de estar enamorada ?
----- ¿ Cuando ?
----- Aquella noche en la Feria. Hoy veo claro que en aquel momento llegué a mi límite y me desenamoré, porque aquella fue la gota que colmó el vaso.
Tras ello se hizo un breve silencio, el cual me llevó a los recuerdos de aquella noche, hasta que ella nuevamente me hizo volver a la realidad.
----- ¿ Saber cual ha sido mi desgracia ? ----- me preguntó.
----- No, dímela si quieres. ----- le respondí.
----- Que siempre he llegado tarde a todo; esa ha sido mi desgracia.
----- O tal vez te faltó decisión para tomar medidas drásticas cuando tenías que haberlas tomado.
----- Si, si... eso también es cierto. Y cuando quiero rectificar ya es tarde para hacerlo.
Entonces le dije:
----- Hay momentos que solo ocurren una vez, y una vez que pasaron ya no vuelven a ocurrir más. Vendrán otros momentos distintos, pero esos ya no volverán...
----- Si, es así... Y todos mis sueños se vivieron abajo; ninguno se hizo realidad.
----- Bueno, eso no ha sido del todo así, porque profesionalmente no te ha ido mal.
----- No, claro que no, a nivel laboral no me puedo quejar, pero en cambio no puedo decir lo mismo a nivel sentimental.
Me quedé pensando unos segundos y le respondí así:
----- No se Rocío; tal vez hayas sido muy tradicional y te haya faltado una chispa de rebeldía.
----- Exacto... exacto...
Y tras ello añadió:
----- Danny, me encanta hablar contigo porque tu si que me comprendes.
----- Siempre procuro poner una dosis de sentido común a mis análisis.
----- Te tengo en gran estima y guardo muy buen recuerdo de tí.
----- Muchas gracias...
----- Y quiero que sepas que si cedí para que Ernesto se fuera a Madrid fue porque iba a estar contigo en tu casa.
----- Ya, pero ten presente que tampoco va a estar pegado a mí, ni tampoco voy a controlar todos y cada uno de los pasos que dé.
----- Eso siempre lo he tenido claro; pero tu eres una compañía sana, no como esos amigotes y con los que llegó a lo que llegó. Así le pasó lo que le pasó, y suerte que puede contarlo..
----- Pues si, porque aquel descontrol pudo matárle.
----- Claro, se lo decías y se lo decías, pero nunca quería escuchar. Después fui yo quien tuvo que recoger sus pedazos y cargar con el para sacarle adelante.
----- Eso es algo que te honra.
----- Es que no podía hacer otra cosa, porque si le hubiese dejado abandonado, hoy no seguiría aquí entre nosotros
----- Seguramente que no.
----- Ay Danny, en estos últimos tres años han pasado muchas cosas.
----- Si, bastantes.
----- Han sido muy intensos y todo ha ido muy acelerado.
----- Y a veces descontrolado... ----- le añadí.
----- Si...
Nos quedamos unos segundos en silencio, hasta que ella arrancó de nuevo...
----- También quiero confesarte una cosa.
----- Dime.
----- No me arrepiento de haber hecho lo que hice contigo, nunca me arrepentí...
Y tras unos segundos le respondí:
----- Yo tampoco.
----- Es más, volvería a vivírlo si se presentase otra vez la ocasión.
Buuuffffff-...!!!! La verdad es que esto me removió popr dentro, y al final le respondí:
----- Yo no puedo decir lo mismo porque mi situación es otra, y me debo a quien está conmigo.
Seguramente que esta respuesta que le dí le causó decepción, ya que aún tardó unos segundos en responderme.
----- Como te dije, siempre llego tarde, o dejo pasar el momento que ya no vuelve.
Y a continuación añadió:
----- Lo que sentí contigo no lo he sentido con nadie.
Suspiré y le respondí:
----- Para mí también fue especial.
justo en ese momento sonó el timbre de la puerta, lo cual me extrañó enormemente porque Ernesto era seguro que no podía ser.
----- Disculpa, están llamando a la puerta...
----- ¿ Tan tarde ? A ver si es Ernesto. -----me dijo
----- No creo, porque tiene una llave. ----- le dije.
----- Lo mismo la perdió o la dejó olvidada en algún sitio, sabiendo lo desastre que es.
Me reí...




mientras me levantaba para ir a ver quien llamaba tan insistentemente.
Al mirar por la mirilla pude ver que era la amiga de Marisa, lo cual me extrañó.
----- Te tengo que dejar... ----- dije a Rocío.
----- No es Ernesto... ¿ Verdad ?
----- No, es la vecina de en frente, no se que querrá a estas horas...
----- Muchas gracias por escucharme.
----- Nada, ha sido un placer.
----- Siempre me alivia hablar contigo.
----- Y ami me complace hacerlo.
----- Pues lo dicho, cuando llegue insístele para que me llame.
----- Tranquila que lo haré; te doy mi palabra.
----- Gracias Danny... te quiero.
Bufffff....!!!! esto último me removió por dentro; y ahí corté de golpe para evitar el tener que respondérle. Pero no pude meditar sobre ello porque seguían tocando el timbre insistentemente...




Continuará...........................................................................................