Charón
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El Fruto Prohibido ( II )
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A ver, Ernesto es un golfo compulsivo, un personaje que no quiere madurar y al que no le atan compromisos con nadie, y es difícil que se divorcie porque siempre necesita tener al final del camino a una mujer que recoja sus pedazos y los recomponga de nuevo...
Danny no tiene que decirle nada a Rocío, porque es ella quien tiene que verlo y decidirse a dar ese paso. Pero aún así, en esta conversación por teléfono ya le dijo que ella y Ernesto deben tomar una decisión, la que sea, y no retrasarlo más...
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Pero que se aplique el cuento entonces. Que hace acogiendo a ese miserable?
Ante todo es su amigo de muchos años...
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A ver, Danny no le va decir semejante cosa, ahora se siente muy a gusto con Carmen y no será tan estupido de meterse otra vez en conflictos ajenos... Tendrá a Ernesto en su casa mientras éste quiera estar.
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Divorciarse no, pero separarse si; pero el infarto de Ernesto les volvió a reunir. La historia fue como fue y deben asumirla, de nada sirve ahora que piensen o lamenten lo que pudo ser y no fue...
Ya veremos en la próxima entrega que ocurre con la vecina y por que motivo la amiga de ésta llama con tanta inisitencia en la puerta de Danny... ¿ Reclamar la presa ?
Pudiera ser, cabe esa posibilidad; pero Danny es una persona de dignidad...
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Rocío tal y como deja claro en la conversación, ya solo es para él un recuerdo del pasado; Danny fue ese tren que no quiso tomar y ahora, otra pasajera llamada Carmen fue quien lo tomó y ocupó el asiento que ella rechazó...
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Bueno, ese análisis es basándose en las versiones de Ernesto, pero realmente no sabemos que pasó porque aún no hemos escuchado las versiones de Rocío....
Da igual con quien fuese, se casase con quien se casase, ernesto tendría los mismos problemas y las mismas situaciones; ya al principio del relato Danny comentó que le costaba imaginarse a Ernesto casado y haciendo una vida formal...
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Que no te quede duda, asi como sigue este sujeto de salidas y rollos con otras mujeres, Carmen algun día lo pilla con las manos en la masa. Danny se esta exponiendo mucho, da a entender como que esta forzando a ser descubierto por Carmen, pero bueno......
De momento y desde que tiene un compromiso formal con Carmen no ha tenido rollos con otras mujeres; solo este pequeño devaneo con Rosa y del que ha sabido salir airoso...
Al menos por el momento...
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Hay que reconocer que Rocío también tiene su parte de culpa; y ahora seguramente que estará arrepentida de no haber dado el paso que debió dar...
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El Fruto Prohibido. ( Continuación - 322 )
Seguían llamando insistentemente, y la verdad es que me estaba mosqueando. Lo primero que pensé fue: " A ver que quieren estas dos y que estarán tramando." Por eso pensaba abrir con cara de mala hostia y leerle la cartilla a la señora esa, por que entre otras cosas no eran horas adecuadas para llamar en una puerta de esa manera.
Pero al abrir la puerta y ver que se mostraba muy nerviosa y con la cara medio desencajada, fue que me cambió el chip por completo y tras un par de segundos le dije:
----- ¿ Que desea usted ?
Con la voz un tanto agitada me respondió:
----- Perdona que te moleste, se que no son horas; pero es que Marisa se encuentra muy mal y no se a quien acudir.
Mi cara debió cambiar por completo en cuanto le pregunté:
----- ¿ Que le ocurre ?
----- Que ha bebido demasiado y le está sentando fatal; está medio inconsciente...
----- Buffff....!!!! ----- exclamé
Y también balbuceé algo en inglés.
----- Ayúdame por favor... ----- me suplicó.
----- Si claro... ----- le respondí.
Acto seguido cerré la puerta y me fui con ella para el apartamento de Marisa, que se encontraba medio inconsciente en el salón y tumbada boca arriba en el sofá.
----- A ver, así no debe estar; ayúdame a ponerla de lado. ----- dije a la amiga.
Y en cuanto la pusimos de lado, la observé durante unos segundos, y la verdad es que no tenía buena pinta... Le dí unos cachetes suaves en la cara y reaccionó abriendo levemente los ojos...
Miré a la amiga que miraba muy nerviosa y le dije:
----- Ante todo hay que evitar como sea el que pierda la consciencia. No puede quedarse dormida de ninguna de las maneras...
----- Estaba aquí sentada y de pronto se desplomó. Menos mal que no estaba de pié... ----- me comentó.
En ese momento comencé a tomar conciencia del problema que teníamos que afrontar y mi preocupación se elevó enormemente; también tuve mis dudas sobre si seríamos capaces de gestionar la situación. Pero había que intentarlo de la manera que fuese.
----- ¿ Cuanto ha bebido ? ----- pregunté a la amiga.
----- Bastante, ha bebido bastante; ya venía bien cargada...
----- Si, ya me di cuenta en el ascensor.
----- Aquí aún se tomó otros dos vasos de whisky; le dije que no lo hiciera, pero no me hizo caso.
----- ¿ Ha mezclado bebidas ?
----- Si, ha tomado de todo.
----- ¿ Alguna droga ?
Me miró sorprendida y respondió:
----- Ay no por Dios, drogas no...
Y en ese momento se puso medio a sollozar...
y le dije:
----- A ver, no te me derrumbes ahora, porque te necesito en forma...
----- Si, si... claro. Cuenta conmigo en todo lo que pueda.
----- Quiero que evites por todos los medios que se duerma... abofeteala o tuercele un brazo si hace falta; no repares en medios.
----- Si, si... yo hago lo que me digas.
Miré a Marisa con preocupación y le levanté un párpado para observar su ojo, y no me gustó nada lo que vi... Luego hice lo mismo con el otro y tampoco me gustó...
Después puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, lo cual sorprendió a su amiga, que me miraba sin decir nada pero con una expresión de no entender por que motivo hacía eso...
Tras ello le dije:
----- Su corazón late muy despacio.
----- Ayyyy... Diooosss... Diooossss... ----- susurró
----- Hay que hacer que vomite y descargue todo lo que tenga en el estómago. Pero aquí tumbada no podemos, no es conveniente. Hay que llevarla al baño y que vomite de pié.
----- Si, si... lo que tu digas... estamos en tus manos.
Tomé a Marisa en mis brazos como buenamente pude, y vi que quedó con los brazos colgando como si estuviera muerta; parecía un bulto o un saco.
----- Vamos al baño, y ve dándole palmadas en la cara para que reaccione.
Y cargando con ella fuimos para allí... Una vez que conseguimos entrar en el baño, dije:
----- Hay que ponerla de pié contra el lavabo. Sujétala para que no se caiga; sobre todo que no se caiga porque si se cae estamos perdidos.
Cuando lo conseguimos, hice que quedara doblada contra el lavabo mientras la sujetaba su amiga, ya que las piernas no la sostenían y podía desplomarse.
La miré y nuevamente le dí unos cachetes en la cara algo más fuertes que los anteriores y vi que abría los ojos, aunque su mirada estaba totalmente perdida.
----- Bien, hay que provocarle nauseas para que vomite... Tu sigue sujetándola así.
----- Vale, vale...
Volví a darle unos cachetes en la cara mientras le decía.
----- Venga Marisa, tienes que vomitar.
Pero no reaccionaba; así que con dos de mis dedos conseguí abrirle la boca e introducirselos en el interior para ir presionándole la lengua hacia abajo; pero no fue suficiente.
Así que metí un dedo más, y ya con los tres dentro hice más presión desde muy atrás; y tras varios intentos comenzó a tener nauseas... Continué la maniobra con más insistencia hasta que por fin comenzó a vomitar, al mismo tiempo que le daba unas fuertes palmadas en la espalda.
----- Venga, venga... Vomita más... ----- la fui animando.
Todo lo que soltaba era un líquido oscuro mezclado con sus jugos gástricos y dejando un fuerte aroma desagradable y oliendo también a alcohol...
Y así estuve repitiendo la maniobra una y otra vez, hasta que ya no soltó nada... Parecía que había descargado por completo su estómago y comenzaba a respirar algo agitada, a la vez que le insistía a la amiga:
----- Sujétala bien, por favor. Que no se caiga
----- Si, si... descuida.
Puse mi mano sobre su espalda y le dije:
----- Marisa... ¿ Como te sientes ?
Solo respondió haciendo gestos afirmativos.
----- Cariño... ¿ Estás mejor ?----- le preguntaba su amiga.
Y seguía haciendo más gestos afirmativos e intentando balbucear algo que no se le entendía...
----- Tranquila cariño, tranquila que te vas a poner bien... ----- le decía su amiga.
Nuevamente puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, y tras unos segundos comenté con cierto alivio:
----- Parece que su corazón va reaccionando y ya late con más ritmo...
----- Ay, menos mal.
Y a continuación dije:
----- Hay que llevarla para que la vea un médico. Aquí ya no podemos hacer más.
----- Si, si... pienso igual. Vamos a llamar a una ambulancia.
----- No, no... ----- me negué en rotundo.
Y mirando sin comprender, la amiga me dijo:
----- ¿ Por que ?
----- Porque entre que vienen, llegan y la preparan perdemos un tiempo vital. Mejor la llevamos por nuestros medios en mi coche, que tardamos menos.
----- Si, si... como digas.
----- Aguántala así y aséala lo mejor que puedas... Pero que no se te caiga.
----- No, tranquilo. ¿ Le damos un poco de agua ?
----- Nooooooo....!!!! ni hablar... No debe tomar nada, absolutamente nada. ----- dije de manera tajante.
----- Ay, vale... No le damos nada.
----- Voy un momento a mi casa a por las llaves del coche. No tardo nada; y la llevamos al hospital.
Y volví a recordarle:
----- No le des nada; ni siquiera agua por mucho que te la pida.
----- Si, si... Tranquilo que me ha quedado claro.
Y le hice un gesto positivo...
La amiga me miró con los ojos vidriosos y mordiéndose el labio inferior con la boca temblorosa, a la vez que me decía:
----- Muchísimas gracias; si no es por ti no se como haría.
Y sobre la marcha le respondí:
----- No es nada; no perdamos más tiempo porque hay que llevarla cuanto antes al hospital. Tu ve preparándola como puedas.
Rápidamente me fui a mi apartamento donde tomé las llaves del coche y me puse el mismo anorak con el que había ido a la sierra... En la misma puerta, antes de cerrar me quedé unos segundos pensando en el día tan completito que estaba teniendo y el colofón que iba a tener. También estuve recordando de pasada mis desencuentros con Marisa y lo miserables que somos a veces los humanos...
Pero no había tiempo que perder, cada segundo era vital; así que sin más cerré la puerta y regresé al apartamento de Marisa cuya puerta había dejado entre abierta al salir. Nada más entrar fui directo al baño donde aún continuaban las dos.
----- Ya estoy aquí... ----- dije al entrar.
En la amiga vi una expresión de alivio a la vez que me decía:
----- Menos mal.
----- No he tardado... ¿ Verdad ?
----- No, no... pero es que estoy que ya casi ni puedo con ella.
----- Déjame a mí. ----- le dije
Y nuevamente como pude, tomé a Marisa en mis brazos y me la llevé para el salón, donde la dejé tumbada de lado sobre el sofá...
----- Vete preparando que nos vamos ya... ----- dije a la amiga.
De inmediato se puso un abrigo, y con otro en la mano me dijo:
----- Ayúdame a ponerle éste abrigo para que no se enfríe.
----- No, no... mejor trae una manta y se la echamos por encima. Es mejor así.
----- Bien, como tu digas...
En cuanto la trajo se la echamos por encima y nuevamente la tomé en mis brazos.
----- ¿ Tienes llaves para cerrar ?----- pregunté.
----- Si, hay unas aquí encima.
----- Pues venga, salimos ya. Ve tu delante abriendo camino.
Y así salí tras ella cargando con Marisa; en cuanto cerró la puerta fuimos hacia el ascensor que aún seguía en nuestra planta. Entramos y tras pulsar bajamos al garaje.
Una vez allí le dije a la amiga que nos fuera abriendo camino a la vez que le indicaba cual era mi coche. Y en cuanto estuvimos al lado del mismo, le pedí que buscase la llave en mi bolsillo del anorak y que lo abriese.
Una vez que lo hizo metimos como pudimos a Marisa en la parte trasera, dejándola tumbada de lado sobre el asiento.
----- Entra tu por el otro lado... ----- dije a la amiga.
Y una vez que entró y puso la cabeza de Marisa contra su regazo, fue que le indiqué:
----- Manténla así en esta posición; que no deje de estar de lado, porque es muy importante. Y procura que no se duerma; es vital que no se duerma.
----- Si, si... descuida.
Acto seguido entré yo y me puse al volante; y una vez que estuve listo puse el coche en marcha.
Por fin salimos a la calle y puse rumbo directo al hospital más próximo.
Durante el trayecto hubo un momento en que Marisa recuperó un poco de consciencia y balbuceó medio susurrando:
----- Jodeeerrr... que mal me encuentro.
----- Tranquila cariño... ----- le decía su amiga.
----- ¿ Donde estoy ?
----- Vamos en coche, te llevamos al hospital... Tu tranquila que te vas a poner bien enseguida...
Ya cerca del hospital y en una rotonda, un coche de los municipales se vino tras de mí dándome destellos con las luces y obligándome a parar. Ambos agentes se bajaron y me recriminaron de manera brusca que iba a bastante velocidad y que me había saltado dos semáforos en rojo; entonces les expliqué la situación de emergencia, que llevaba a una mujer urgentemente al hospital porque había bebido demasiado e iba camino de caer en un coma etílico. Entonces su actitud cambió de golpe y tras mirar el asiento trasero, los agentes se pusieron a nuestra disposición y se vinieron con nosotros abriéndonos camino con la sirena puesta.
Cuando por fin llegamos a las urgencias del hospital, uno de los agentes se bajó y entró de golpe en el interior a pedir ayuda; casi de inmediato salió con dos celadores que sacaron a Marisa del coche y se la llevaron para dentro en una camilla tras entregarle a la amiga esa manta con que la habíamos envuelto.
Acto seguido pedí a Sofía que fuera a la recepción para informar del ingreso de Marisa y que diera sus datos, mientras que los agentes se quedaron conmigo interrogándome sobre lo que había ocurrido; y así les fui explicando lo que buenamente pude explicarles contando mi versión de como se dieron los hechos, a la vez que iban tomando nota de lo que les contaba, y también apuntaban mis datos.
En cuanto regresó Sofía les dije que mejor hablasen con ella porque les explicaría mejor la situación; y mientras tanto yo me llevé el coche a un parking al aire libre que había allí mismo.
Cuando regresé pasados unos minutos, los agentes se estaban despidiendo de Sofía; les dimos las gracias por su colaboración y nos desearon que todo saliera bien. Y una vez que se marcharon nos fuimos para dentro a una sala de espera.
Una vez allí le dije:
----- ¿ Hace un café ?
----- Si por favor, lo necesito.
----- ¿ Como lo quieres ?
----- Con leche y largo de café.
Ella se fue a tomar asiento mientras que yo me fui a la máquina para sacarle aquel café y un té con limón para mí.
Según se lo dí me lo agradeció con una mirada a la vez que me decía:
----- Muchas gracias.
Tomó un primer trago y se la cayeron un par de lágrimas...
----- Dios, Dios... menos mal que estabas tú, porque de no ser así seguro que se me muere... Diosssss... que horror de situación.
----- Una situación límite... ----- de dije.
----- Totalmente, y es que me vi desbordada.
Agarré su mano y tras apretársela le dije:
----- Tranquila, ya la hemos traído y está en manos de profesionales. Confiemos en ellos.
----- Si, confiemos
Luego me miró con una expresión tierna y me dijo:
----- ¿ Te importa abrazarme ?
De entrada me sorprendió un poco con esta petición.
----- No claro que no... ----- le respondí.
----- Es que necesito que me abracen... ----- añadió sollozando.
Entonces le pasé el brazo por encima y la apreté contra mí, a la vez que acomodaba su cabeza sobre mi hombro...
----- Ayyyy... Dioooossssss... Esta Marisa que susto nos ha dado; últimamente lleva una vida muy desordenada y descontrolada a veces.
----- Ya veo, ya... ----- le dije.
----- Desde que se separó es que se ha descontrolado de una manera impresionante.
Y luego añadió:
----- Hoy se desmadró de una manera como nunca antes la había visto.
Hice un gesto y le dije:
----- Tú también venías contenta...
----- Si, también... pero no tanto como ella.
Y luego añadió:
----- Pero con este susto se me quitó de golpe.
Entonces sonreí y comenté:
----- No me extraña.
Y ella añadió:
----- A ver si con este susto Marisa se centra de nuevo.
A continuación se apartó de mí y ofreciéndome su mano me dijo:
----- Por cierto, me llamo Sofía.
----- Y yo Daniel, pero llámame Danny.
----- Muy bien Danny... Sois vecinos... ¿ verdad ?
----- Claro... ----- dije con un gesto de evidencia.
----- ¿ Tenéis trato ?
Antes de responder tomé un poco de aire, y tras resoplar levemente le dije:
----- Bueno, tuvimos trato pero últimamente nos hemos distanciado.
Y un tanto sorprendida me dijo:
----- ¿ Y eso por qué ? Ya noté en el ascensor que no había buen rollo entre los dos.
Torcí el gesto y le respondí:
----- Pues digamos que hemos tenido algunas diferencias y ninguno de los dos dimos el brazo a torcer.
----- Pues que pena, la verdad.
----- Bueno, son cosas que pasan... ----- dije encogiéndome de hombros.
Y entonces me dijo:
----- Seguro que después de esto os vais a reconciliar.
Hice un gesto y le respondí:
----- Bueno, ya se verá... Ahora lo más importante es que salga bien de ésta.
----- Si, claro... eso sobre todo.
Uffff....!!!! daba la impresión de que Marisa no le había contado nada sobre nosotros, lo cual me tranquilizó...
A continuación, Sofía me dijo:
----- Danny, que agradecida te estoy, creo que le has salvado la vida a Marisa.
Sonreí y le respondí:
----- Bueno, tampoco hay que exagerar, porque yo solo la he traído lo más rápido que pude. Quienes la están salvando son los que están ahí dentro con ella.
----- Si, si... desde luego; pero de no haber sido por ti... Además me tranquilizó lo seguro que te mostraste en todo momento.
----- En situaciones como esta no hay que perder la calma... ----- le respondí.
Y allí seguíamos en aquella fría sala de espera, en medio de unas sensaciones mezcladas de tensión e incertidumbre, mientras que seguía recordando mis devaneos con Marisa y el desencuentro insalvable al que habíamos llegado y los desprecios que nos habíamos regalado mutuamente.
----- ¿ Como irá todo ahí dentro ? ----- me comentó Sofía.
Y tras suspirar levemente le respondí:
----- Dicen que en estos casos, la mejor noticia es no tener noticias; así que pensemos en que todo va bien y que están consiguiendo estabilizarla. Hay que confiar.
----- Si, si... pero sigo estando muy nerviosa.
----- Es normal; pero te has portado de maravilla.
----- ¿ De verdad lo crees ?
----- Totalmente... Hiciste lo que había que hacer.
Me miró con ternura, y agarrando de nuevo mi mano fue que me dijo:
----- Te agradezco enormemente que me lo digas porque eso me anima bastante.
----- Es que es la verdad.
En ese momento noté que temblaba y no sabía si es que tenía frío o eran nervios, y así le pregunté:
----- ¿ Tienes frío ?
----- No... ¿ por que me lo preguntas ?
----- Es que noto que estás temblando.
----- Si, aún sigo nerviosa.
Entonces le indiqué la manta de Marisa que la tenía sobre su regazo y le dije:
----- ¿ Quieres que te la eche por encima ?
----- Si por favor.
Y eso hice a continuación...
Noté que ya iba tomando confianza conmigo, porque nuevamente se acomodó contra mi hombro y no tardó en quedarse dormida...
Miré mi reloj y vi que ya pasaba de las tres de la mañana, y allí seguíamos esperando noticias de Marisa.
Continuará.......................................................................
Seguían llamando insistentemente, y la verdad es que me estaba mosqueando. Lo primero que pensé fue: " A ver que quieren estas dos y que estarán tramando." Por eso pensaba abrir con cara de mala hostia y leerle la cartilla a la señora esa, por que entre otras cosas no eran horas adecuadas para llamar en una puerta de esa manera.
Pero al abrir la puerta y ver que se mostraba muy nerviosa y con la cara medio desencajada, fue que me cambió el chip por completo y tras un par de segundos le dije:
----- ¿ Que desea usted ?
Con la voz un tanto agitada me respondió:
----- Perdona que te moleste, se que no son horas; pero es que Marisa se encuentra muy mal y no se a quien acudir.
Mi cara debió cambiar por completo en cuanto le pregunté:
----- ¿ Que le ocurre ?
----- Que ha bebido demasiado y le está sentando fatal; está medio inconsciente...
----- Buffff....!!!! ----- exclamé
Y también balbuceé algo en inglés.
----- Ayúdame por favor... ----- me suplicó.
----- Si claro... ----- le respondí.
Acto seguido cerré la puerta y me fui con ella para el apartamento de Marisa, que se encontraba medio inconsciente en el salón y tumbada boca arriba en el sofá.
----- A ver, así no debe estar; ayúdame a ponerla de lado. ----- dije a la amiga.
Y en cuanto la pusimos de lado, la observé durante unos segundos, y la verdad es que no tenía buena pinta... Le dí unos cachetes suaves en la cara y reaccionó abriendo levemente los ojos...
Miré a la amiga que miraba muy nerviosa y le dije:
----- Ante todo hay que evitar como sea el que pierda la consciencia. No puede quedarse dormida de ninguna de las maneras...
----- Estaba aquí sentada y de pronto se desplomó. Menos mal que no estaba de pié... ----- me comentó.
En ese momento comencé a tomar conciencia del problema que teníamos que afrontar y mi preocupación se elevó enormemente; también tuve mis dudas sobre si seríamos capaces de gestionar la situación. Pero había que intentarlo de la manera que fuese.
----- ¿ Cuanto ha bebido ? ----- pregunté a la amiga.
----- Bastante, ha bebido bastante; ya venía bien cargada...
----- Si, ya me di cuenta en el ascensor.
----- Aquí aún se tomó otros dos vasos de whisky; le dije que no lo hiciera, pero no me hizo caso.
----- ¿ Ha mezclado bebidas ?
----- Si, ha tomado de todo.
----- ¿ Alguna droga ?
Me miró sorprendida
y respondió:----- Ay no por Dios, drogas no...
Y en ese momento se puso medio a sollozar...
y le dije:----- A ver, no te me derrumbes ahora, porque te necesito en forma...
----- Si, si... claro. Cuenta conmigo en todo lo que pueda.
----- Quiero que evites por todos los medios que se duerma... abofeteala o tuercele un brazo si hace falta; no repares en medios.
----- Si, si... yo hago lo que me digas.
Miré a Marisa con preocupación y le levanté un párpado para observar su ojo, y no me gustó nada lo que vi... Luego hice lo mismo con el otro y tampoco me gustó...
Después puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, lo cual sorprendió a su amiga, que me miraba sin decir nada pero con una expresión de no entender por que motivo hacía eso...
Tras ello le dije:
----- Su corazón late muy despacio.
----- Ayyyy... Diooosss... Diooossss... ----- susurró
----- Hay que hacer que vomite y descargue todo lo que tenga en el estómago. Pero aquí tumbada no podemos, no es conveniente. Hay que llevarla al baño y que vomite de pié.
----- Si, si... lo que tu digas... estamos en tus manos.
Tomé a Marisa en mis brazos como buenamente pude, y vi que quedó con los brazos colgando como si estuviera muerta; parecía un bulto o un saco.
----- Vamos al baño, y ve dándole palmadas en la cara para que reaccione.
Y cargando con ella fuimos para allí... Una vez que conseguimos entrar en el baño, dije:
----- Hay que ponerla de pié contra el lavabo. Sujétala para que no se caiga; sobre todo que no se caiga porque si se cae estamos perdidos.
Cuando lo conseguimos, hice que quedara doblada contra el lavabo mientras la sujetaba su amiga, ya que las piernas no la sostenían y podía desplomarse.
La miré y nuevamente le dí unos cachetes en la cara algo más fuertes que los anteriores y vi que abría los ojos, aunque su mirada estaba totalmente perdida.
----- Bien, hay que provocarle nauseas para que vomite... Tu sigue sujetándola así.
----- Vale, vale...
Volví a darle unos cachetes en la cara mientras le decía.
----- Venga Marisa, tienes que vomitar.
Pero no reaccionaba; así que con dos de mis dedos conseguí abrirle la boca e introducirselos en el interior para ir presionándole la lengua hacia abajo; pero no fue suficiente.
Así que metí un dedo más, y ya con los tres dentro hice más presión desde muy atrás; y tras varios intentos comenzó a tener nauseas... Continué la maniobra con más insistencia hasta que por fin comenzó a vomitar, al mismo tiempo que le daba unas fuertes palmadas en la espalda.
----- Venga, venga... Vomita más... ----- la fui animando.
Todo lo que soltaba era un líquido oscuro mezclado con sus jugos gástricos y dejando un fuerte aroma desagradable y oliendo también a alcohol...
Y así estuve repitiendo la maniobra una y otra vez, hasta que ya no soltó nada... Parecía que había descargado por completo su estómago y comenzaba a respirar algo agitada, a la vez que le insistía a la amiga:
----- Sujétala bien, por favor. Que no se caiga
----- Si, si... descuida.
Puse mi mano sobre su espalda y le dije:
----- Marisa... ¿ Como te sientes ?
Solo respondió haciendo gestos afirmativos.
----- Cariño... ¿ Estás mejor ?----- le preguntaba su amiga.
Y seguía haciendo más gestos afirmativos e intentando balbucear algo que no se le entendía...
----- Tranquila cariño, tranquila que te vas a poner bien... ----- le decía su amiga.
Nuevamente puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, y tras unos segundos comenté con cierto alivio:
----- Parece que su corazón va reaccionando y ya late con más ritmo...
----- Ay, menos mal.
Y a continuación dije:
----- Hay que llevarla para que la vea un médico. Aquí ya no podemos hacer más.
----- Si, si... pienso igual. Vamos a llamar a una ambulancia.
----- No, no... ----- me negué en rotundo.
Y mirando sin comprender, la amiga me dijo:
----- ¿ Por que ?
----- Porque entre que vienen, llegan y la preparan perdemos un tiempo vital. Mejor la llevamos por nuestros medios en mi coche, que tardamos menos.
----- Si, si... como digas.
----- Aguántala así y aséala lo mejor que puedas... Pero que no se te caiga.
----- No, tranquilo. ¿ Le damos un poco de agua ?
----- Nooooooo....!!!! ni hablar... No debe tomar nada, absolutamente nada. ----- dije de manera tajante.
----- Ay, vale... No le damos nada.
----- Voy un momento a mi casa a por las llaves del coche. No tardo nada; y la llevamos al hospital.
Y volví a recordarle:
----- No le des nada; ni siquiera agua por mucho que te la pida.
----- Si, si... Tranquilo que me ha quedado claro.
Y le hice un gesto positivo...
La amiga me miró con los ojos vidriosos y mordiéndose el labio inferior con la boca temblorosa, a la vez que me decía:
----- Muchísimas gracias; si no es por ti no se como haría.
Y sobre la marcha le respondí:
----- No es nada; no perdamos más tiempo porque hay que llevarla cuanto antes al hospital. Tu ve preparándola como puedas.
Rápidamente me fui a mi apartamento donde tomé las llaves del coche y me puse el mismo anorak con el que había ido a la sierra... En la misma puerta, antes de cerrar me quedé unos segundos pensando en el día tan completito que estaba teniendo y el colofón que iba a tener. También estuve recordando de pasada mis desencuentros con Marisa y lo miserables que somos a veces los humanos...
Pero no había tiempo que perder, cada segundo era vital; así que sin más cerré la puerta y regresé al apartamento de Marisa cuya puerta había dejado entre abierta al salir. Nada más entrar fui directo al baño donde aún continuaban las dos.
----- Ya estoy aquí... ----- dije al entrar.
En la amiga vi una expresión de alivio a la vez que me decía:
----- Menos mal.
----- No he tardado... ¿ Verdad ?
----- No, no... pero es que estoy que ya casi ni puedo con ella.
----- Déjame a mí. ----- le dije
Y nuevamente como pude, tomé a Marisa en mis brazos y me la llevé para el salón, donde la dejé tumbada de lado sobre el sofá...
----- Vete preparando que nos vamos ya... ----- dije a la amiga.
De inmediato se puso un abrigo, y con otro en la mano me dijo:
----- Ayúdame a ponerle éste abrigo para que no se enfríe.
----- No, no... mejor trae una manta y se la echamos por encima. Es mejor así.
----- Bien, como tu digas...
En cuanto la trajo se la echamos por encima y nuevamente la tomé en mis brazos.
----- ¿ Tienes llaves para cerrar ?----- pregunté.
----- Si, hay unas aquí encima.
----- Pues venga, salimos ya. Ve tu delante abriendo camino.
Y así salí tras ella cargando con Marisa; en cuanto cerró la puerta fuimos hacia el ascensor que aún seguía en nuestra planta. Entramos y tras pulsar bajamos al garaje.
Una vez allí le dije a la amiga que nos fuera abriendo camino a la vez que le indicaba cual era mi coche. Y en cuanto estuvimos al lado del mismo, le pedí que buscase la llave en mi bolsillo del anorak y que lo abriese.
Una vez que lo hizo metimos como pudimos a Marisa en la parte trasera, dejándola tumbada de lado sobre el asiento.
----- Entra tu por el otro lado... ----- dije a la amiga.
Y una vez que entró y puso la cabeza de Marisa contra su regazo, fue que le indiqué:
----- Manténla así en esta posición; que no deje de estar de lado, porque es muy importante. Y procura que no se duerma; es vital que no se duerma.
----- Si, si... descuida.
Acto seguido entré yo y me puse al volante; y una vez que estuve listo puse el coche en marcha.
Por fin salimos a la calle y puse rumbo directo al hospital más próximo.
Durante el trayecto hubo un momento en que Marisa recuperó un poco de consciencia y balbuceó medio susurrando:
----- Jodeeerrr... que mal me encuentro.
----- Tranquila cariño... ----- le decía su amiga.
----- ¿ Donde estoy ?
----- Vamos en coche, te llevamos al hospital... Tu tranquila que te vas a poner bien enseguida...
Ya cerca del hospital y en una rotonda, un coche de los municipales se vino tras de mí dándome destellos con las luces y obligándome a parar. Ambos agentes se bajaron y me recriminaron de manera brusca que iba a bastante velocidad y que me había saltado dos semáforos en rojo; entonces les expliqué la situación de emergencia, que llevaba a una mujer urgentemente al hospital porque había bebido demasiado e iba camino de caer en un coma etílico. Entonces su actitud cambió de golpe y tras mirar el asiento trasero, los agentes se pusieron a nuestra disposición y se vinieron con nosotros abriéndonos camino con la sirena puesta.
Cuando por fin llegamos a las urgencias del hospital, uno de los agentes se bajó y entró de golpe en el interior a pedir ayuda; casi de inmediato salió con dos celadores que sacaron a Marisa del coche y se la llevaron para dentro en una camilla tras entregarle a la amiga esa manta con que la habíamos envuelto.
Acto seguido pedí a Sofía que fuera a la recepción para informar del ingreso de Marisa y que diera sus datos, mientras que los agentes se quedaron conmigo interrogándome sobre lo que había ocurrido; y así les fui explicando lo que buenamente pude explicarles contando mi versión de como se dieron los hechos, a la vez que iban tomando nota de lo que les contaba, y también apuntaban mis datos.
En cuanto regresó Sofía les dije que mejor hablasen con ella porque les explicaría mejor la situación; y mientras tanto yo me llevé el coche a un parking al aire libre que había allí mismo.
Cuando regresé pasados unos minutos, los agentes se estaban despidiendo de Sofía; les dimos las gracias por su colaboración y nos desearon que todo saliera bien. Y una vez que se marcharon nos fuimos para dentro a una sala de espera.
Una vez allí le dije:
----- ¿ Hace un café ?
----- Si por favor, lo necesito.
----- ¿ Como lo quieres ?
----- Con leche y largo de café.
Ella se fue a tomar asiento mientras que yo me fui a la máquina para sacarle aquel café y un té con limón para mí.
Según se lo dí me lo agradeció con una mirada a la vez que me decía:
----- Muchas gracias.
Tomó un primer trago y se la cayeron un par de lágrimas...
----- Dios, Dios... menos mal que estabas tú, porque de no ser así seguro que se me muere... Diosssss... que horror de situación.
----- Una situación límite... ----- de dije.
----- Totalmente, y es que me vi desbordada.
Agarré su mano y tras apretársela le dije:
----- Tranquila, ya la hemos traído y está en manos de profesionales. Confiemos en ellos.
----- Si, confiemos
Luego me miró con una expresión tierna y me dijo:
----- ¿ Te importa abrazarme ?
De entrada me sorprendió un poco
con esta petición.----- No claro que no... ----- le respondí.
----- Es que necesito que me abracen... ----- añadió sollozando.
Entonces le pasé el brazo por encima y la apreté contra mí, a la vez que acomodaba su cabeza sobre mi hombro...
----- Ayyyy... Dioooossssss... Esta Marisa que susto nos ha dado; últimamente lleva una vida muy desordenada y descontrolada a veces.
----- Ya veo, ya... ----- le dije.
----- Desde que se separó es que se ha descontrolado de una manera impresionante.
Y luego añadió:
----- Hoy se desmadró de una manera como nunca antes la había visto.
Hice un gesto y le dije:
----- Tú también venías contenta...
----- Si, también... pero no tanto como ella.
Y luego añadió:
----- Pero con este susto se me quitó de golpe.
Entonces sonreí y comenté:
----- No me extraña.
Y ella añadió:
----- A ver si con este susto Marisa se centra de nuevo.
A continuación se apartó de mí y ofreciéndome su mano me dijo:
----- Por cierto, me llamo Sofía.
----- Y yo Daniel, pero llámame Danny.
----- Muy bien Danny... Sois vecinos... ¿ verdad ?
----- Claro... ----- dije con un gesto de evidencia.
----- ¿ Tenéis trato ?
Antes de responder tomé un poco de aire, y tras resoplar levemente le dije:
----- Bueno, tuvimos trato pero últimamente nos hemos distanciado.
Y un tanto sorprendida
me dijo:----- ¿ Y eso por qué ? Ya noté en el ascensor que no había buen rollo entre los dos.
Torcí el gesto
y le respondí:----- Pues digamos que hemos tenido algunas diferencias y ninguno de los dos dimos el brazo a torcer.
----- Pues que pena, la verdad.
----- Bueno, son cosas que pasan... ----- dije encogiéndome de hombros.
Y entonces me dijo:
----- Seguro que después de esto os vais a reconciliar.
Hice un gesto y le respondí:
----- Bueno, ya se verá... Ahora lo más importante es que salga bien de ésta.
----- Si, claro... eso sobre todo.
Uffff....!!!! daba la impresión de que Marisa no le había contado nada sobre nosotros, lo cual me tranquilizó...
A continuación, Sofía me dijo:
----- Danny, que agradecida te estoy, creo que le has salvado la vida a Marisa.
Sonreí y le respondí:
----- Bueno, tampoco hay que exagerar, porque yo solo la he traído lo más rápido que pude. Quienes la están salvando son los que están ahí dentro con ella.
----- Si, si... desde luego; pero de no haber sido por ti... Además me tranquilizó lo seguro que te mostraste en todo momento.
----- En situaciones como esta no hay que perder la calma... ----- le respondí.
Y allí seguíamos en aquella fría sala de espera, en medio de unas sensaciones mezcladas de tensión e incertidumbre, mientras que seguía recordando mis devaneos con Marisa y el desencuentro insalvable al que habíamos llegado y los desprecios que nos habíamos regalado mutuamente.
----- ¿ Como irá todo ahí dentro ? ----- me comentó Sofía.
Y tras suspirar levemente le respondí:
----- Dicen que en estos casos, la mejor noticia es no tener noticias; así que pensemos en que todo va bien y que están consiguiendo estabilizarla. Hay que confiar.
----- Si, si... pero sigo estando muy nerviosa.
----- Es normal; pero te has portado de maravilla.
----- ¿ De verdad lo crees ?
----- Totalmente... Hiciste lo que había que hacer.
Me miró con ternura, y agarrando de nuevo mi mano fue que me dijo:
----- Te agradezco enormemente que me lo digas porque eso me anima bastante.
----- Es que es la verdad.
En ese momento noté que temblaba y no sabía si es que tenía frío o eran nervios, y así le pregunté:
----- ¿ Tienes frío ?
----- No... ¿ por que me lo preguntas ?
----- Es que noto que estás temblando.
----- Si, aún sigo nerviosa.
Entonces le indiqué la manta de Marisa que la tenía sobre su regazo y le dije:
----- ¿ Quieres que te la eche por encima ?
----- Si por favor.
Y eso hice a continuación...
Noté que ya iba tomando confianza conmigo, porque nuevamente se acomodó contra mi hombro y no tardó en quedarse dormida...
Miré mi reloj y vi que ya pasaba de las tres de la mañana, y allí seguíamos esperando noticias de Marisa.
Continuará.......................................................................
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ReyLeon
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El Fruto Prohibido. ( Continuación - 322 )
Seguían llamando insistentemente, y la verdad es que me estaba mosqueando. Lo primero que pensé fue: " A ver que quieren estas dos y que estarán tramando." Por eso pensaba abrir con cara de mala hostia y leerle la cartilla a la señora esa, por que entre otras cosas no eran horas adecuadas para llamar en una puerta de esa manera.
Pero al abrir la puerta y ver que se mostraba muy nerviosa y con la cara medio desencajada, fue que me cambió el chip por completo y tras un par de segundos le dije:
----- ¿ Que desea usted ?
Con la voz un tanto agitada me respondió:
----- Perdona que te moleste, se que no son horas; pero es que Marisa se encuentra muy mal y no se a quien acudir.
Mi cara debió cambiar por completo en cuanto le pregunté:
----- ¿ Que le ocurre ?
----- Que ha bebido demasiado y le está sentando fatal, está medio inconsciente...
----- Buffff....!!!! ----- exclamé
Y también balbuceé algo en inglés.
----- Ayúdame por favor... ----- me suplicó.
----- Si claro... ----- le respondí.
Acto seguido cerré la puerta y me fui con ella para el apartamento de Marisa, que se encontraba medio inconsciente en el salón y tumbada boca arriba en el sofá.
----- A ver, así no debe estar; ayúdame a ponerla de lado. ----- dije a la amiga.
Y en cuanto la pusimos de lado, la observé durante unos segundos, y la verdad es que no tenía buena pinta... Le dí unos cachetes suaves en la cara y reaccionó levemente los ojos...
Miré a la amiga que miraba muy nerviosa y le dije:
----- Ante todo hay que evitar como sea el que pierda la consciencia. No puede quedarse dormida de ninguna de las maneras...
----- Estaba aquí sentada y de pronto se desplomó. Menos mal que no estaba de pié... ----- me comentó.
En ese momento comencé a tomar conciencia del problema que teníamos que afrontar y mi preocupación se elevó enormemente; también tuve mis dudas sobre si seríamos capaces de gestionar la situación. Pero había que intentarlo de la manera que fuese.
----- ¿ Cuanto ha bebido ? ----- pregunté a la amiga.
----- Bastante, ha bebido bastante; ya venía bien cargada...
----- Si, ya me di cuenta en el ascensor.
----- Aquí aún se tomó otros dos vasos de whisky; le dije que no lo hiciera, pero no me hizo caso.
----- ¿ Ha mezclado bebidas ?
----- Si, ha tomado de todo.
----- ¿ Alguna droga ?
Me miró sorprendida
----- Ay no por Dios, drogas no...
Y en ese momento se puso medio a sollozar...
----- A ver, no te me derrumbes ahora, porque te necesito en forma...
----- Si, si... claro. Cuenta conmigo en todo lo que pueda.
----- Quiero que evites por todos los medios que se duerma... abofeteala o tuercele un brazo si hace falta; no repares en medios.
----- Si, si... yo hago lo que me digas.
Miré a Marisa con preocupación y le levanté un párpado para observar su ojo, y no me gustó nada lo que vi... Luego hice lo mismo con el otro y tampoco me gustó...
Después puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, lo cual sorprendió a su amiga, que me miraba sin decir nada pero con una expresión de no entender lo por que hacía eso...
Tras ello le dije:
----- Su corazón late muy despacio.
----- Ayyyy... Diooosss... Diooossss... ----- susurró
----- Hay que hacer que vomite y descargue todo lo que tenga en el estómago. Pero aquí tumbada no podemos, hay que llevarla al baño y que vomite de pié.
----- Si, si... lo que tu digas... estamos en tus manos.
Tomé a Marisa en mis brazos como buenamente pude, y vi que quedó con los brazos colgando como si estuviera muerta; parecía un busto o un saco.
----- Vamos al baño, y ve dándole palmadas en la cara para que reaccione.
Y cargando con ella fuimos para allí; una vez que conseguimos entrar en el baño, dije:
----- Hay que ponerla de pié contra el lavabo. Sujétala para que no se caiga; sobre todo que no se caiga porque estamos perdidos.
Cuando lo conseguimos, hice que quedara doblada contra el lavabo mientras la sujetaba su amiga, ya que las piernas no la sostenían y podía desplomarse.
La miré y nuevamente le dí unos cachetes en la cara algo más fuertes que los anteriores y vi que abría los ojos, aunque su mirada estaba totalmente perdida.
----- Bien, hay que provocarle nauseas para que vomite... Tu sigue sujetándola así.
----- Vale, vale...
Volví a darle unos cachetes en la cara mientras le decía.
----- Venga Marisa, tienes que vomitar.
Pero no reaccionaba; así que con dos de mis dedos con seguí abrirle la boca e introducírselos en el interior para ir presionándole la lengua hacia abajo; pero no fue suficiente.
Así que metí un dedo más, y ya con los tres dentro hice más presión desde muy atrás; y tras varios intentos comenzó a tener nauseas... Continué la maniobra con más insistencia hasta que comenzó a vomitar, al mismo tiempo que le daba unas fuertes palmadas en la espalda.
----- Venga, venga... Vomita más... ----- la fui animando.
Todo lo que soltaba era un líquido oscuro mezclado con sus jugos gástricos y dejando un fuerte aroma a alcohol... Y así estuve repitiendo la maniobra una y otra vez, hasta que ya no soltó nada...
Parecía que había descargado por completo su estómago y comenzaba a respirar algo agitada, a la vez que le insistía a la amiga:
----- Sujétala bien, por favor. Que no se caiga
----- Si, si... descuida.
Puse mi mano sobre su espalda y le dije:
----- Marisa... ¿ Como te sientes ?
Solo respondió haciendo gestos afirmativos.
----- Cariño... ¿ Estás mejor ?----- le preguntaba su amiga.
Y seguía haciendo más gestos afirmativos e intentando balbucear algo que no se le entendía...
----- Tranquila cariño, tranquila que te vas a poner bien... ----- le decía su amiga.
Nuevamente puse mi mano por debajo de su pecho izquierdo, y tras unos segundos comenté con cierto alivio:
----- Parece que su corazón va reaccionando y ya late con más ritmo...
----- Ay, menos mal.
Y a continuación dije:
----- Hay que llevarla para que la vea un médico. Aquí ya no podemos hacer más.
----- Si, si... pienso igual. Vamos a llamar a una ambulancia.
----- No, no... ----- me negué en rotundo.
Y mirando sin comprender, la amiga me dijo:
----- ¿ Por que ?
----- Porque entre que vienen, llegan y la preparan perdemos un tiempo vital. Mejor la llevamos por nuestros medios en mi coche que tardamos menos.
----- Si, si... como digas.
----- Aguántala así y aséala lo mejor que puedas... Pero que no se te caiga.
----- No, tranquilo.
----- Voy un momento a mi casa a por las llaves del coche. No tardo nada y la llevamos al hospital.
La amiga me miró con los ojos vidriosos y mordiéndose el labio inferior con la boca temblorosa, a la vez que me decía:
----- Muchísimas gracias; si no es por ti no se como haría.
Y sobre la marcha le respondí:
----- No es nada; no perdamos más tiempo porque hay que llevarla cuanto antes al hospital. Tu ve preparándola como puedas.
Rápidamente me fui a mi apartamento donde tomé las llaves del coche y me puse el mismo anorak con el que había ido a la sierra... En la misma puerta, antes de cerrar me quedé unos segundos pensando en el día tan completito que estaba teniendo y el colofón que iba a tener. También estuve recordando de pasada mis desencuentros con Marisa y lo miserables que somos a veces los humanos...
Pero no había tiempo que perder, cada segundo era vital; así que sin más cerré la puerta y regresé al apartamento de Marisa cuya puerta había dejado entre abierta al salir. Nada más entrar fui directo al baño donde aún continuaban las dos.
----- Ya estoy aquí... ----- dije al entrar.
En la amiga vi una expresión de alivio a la vez que me decía:
----- Menos mal.
----- No he tardado... ¿ Verdad ?
----- No, no... pero es que estoy que ya casi ni puedo con ella.
----- Déjame a mí. ----- le dije
Y nuevamente como pude, tomé a Marisa en mis brazos y me la llevé para el salón, donde la dejé tumbada de lado sobre el sofá...
----- Vete preparando que nos vamos ya... ----- dije a la amiga.
De inmediato se puso un abrigo, y con otro en la mano me dijo:
----- Ayúdame a ponerle éste abrigo para que no se enfríe.
----- No, no... mejor trae una manta y se la echamos por encima. Es mejor así.
----- Bien, como tu digas...
En cuanto la trajo se la echamos por encima y nuevamente la tomé en mis brazos.
----- ¿ Tienes llaves para cerrar ?----- pregunté.
----- Si, hay unas aquí encima.
----- Pues venga, salimos ya. Ve tu delante abriendo camino.
Y así salí tras ella cargando con Marisa; en cuanto cerró la puerta fuimos hacia el ascensor que aún seguía en nuestra planta. Entramos y tras pulsar bajamos al garaje.
Una vez allí le dije a la amiga que nos fuera abriendo camino a la vez que le indicaba cual era mi coche. Y en cuanto estuvimos al lado del mismo, le pedí que buscase en mi bolsillo del anorak la llave y abriese.
Una vez que lo hizo metimos como pudimos a Marisa en la parte trasera, dejándola tumbada de lado sobre el asiento.
----- Entra tu por el otro lado... ----- dije a la amiga.
Y una vez que entró y puso la cabeza de Marisa contra su regazo, fue que le indiqué:
----- Manténla así en esta posición; que no deje de estar de lado y procura que no se duerma. Es vital que no se duerma.
----- Si, si... descuida.
Acto seguido entré yo y me puse al volante; y una vez que estuve listo puse el coche en marcha.
Por fin salimos a la calle y puse rumbo directo al hospital más próximo.
Durante el trayecto hubo un momento en que Marisa recuperó un poco de consciencia y balbuceó medio susurrando:
----- Jodeeerrr... que mal me encuentro.
----- Tranquila cariño... ----- le decía su amiga.
----- ¿ Donde estoy ?
----- Vamos en coche, te llevamos al hospital... Tu tranquila que te vas a poner bien enseguida...
Ya cerca del hospital y en una rotonda, un coche de los municipales se vino tras de mí dándome destellos con las luces y obligándome a parar. Ambos agentes se bajaron y me recriminaron de manera brusca que iba a bastante velocidad y que me había saltado dos semáforos en rojo; entonces les expliqué la situación de emergencia, que llevaba a una mujer urgentemente al hospital porque había bebido demasiado e iba camino de caer en un coma etílico. Entonces su actitud cambió de golpe y tras mirar el asiento trasero, los agentes se pusieron a nuestra disposición y se vinieron con nosotros abriéndonos camino con la sirena puesta.
Cuando por fin llegamos a las urgencias del hospital, uno de los agentes se bajó y entro de golpe en el interior a pedir ayuda; casi de inmediato salió con dos celadores que sacaron a Marisa del coche y se la llevaron para dentro en una camilla tras entregarle a la amiga esa manta con que la habíamos envuelto.
Acto seguido pedí a Sofía que fuera a la recepción para informar del ingreso de Marisa y que diera sus datos, mientras que los agentes se quedaron conmigo interrogándome sobre lo que había ocurrido; y así les fui explicando lo que buenamente pude explicarles contando mi versión de como se dieron los hechos, a la vez que iban tomando nota de lo que les contaba, y también apuntaban mis datos.
En cuanto regresó Sofía les dije que mejor hablasen con ella porque les explicaría mejor la situación; y mientras tanto yo me llevé el coche a un parking al aire libre que había allí mismo.
Cuando regresé pasados unos minutos, los agentes se estaban despidiendo de Sofía; les dimos las gracias por su colaboración y nos desearon que todo saliera bien. Y una vez que se marcharon nos fuimos para dentro a una sala de espera.
Una vez allí le dije:
----- ¿ Hace un café ?
----- Si por favor, lo necesito.
----- ¿ Como lo quieres ?
----- Con leche y largo de café.
Ella se fue a tomar asiento mientras que yo me fui a la máquina para sacarle aquel café y un té con limón para mí.
Según se lo dí me lo agradeció con una mirada a la vez que me decía:
----- Muchas gracias.
Tomó un primer trago y se la cayeron un par de lágrimas...
----- Dios, Dios... menos mal que estabas tú, porque de no ser así seguro que se me muere... Diosssss... que horror de situación.
----- Una situación límite... ----- de dije.
----- Totalmente, y es que me vi desbordada.
Agarré su mano y tras apretársela le dije:
----- Tranquila, ya la hemos traído y está en manos de profesionales. Confiemos en ellos.
----- Si, confiemos
Luego me miró con una expresión tierna y me dijo:
----- ¿ Te importa abrazarme ?
----- No claro que no... ----- le respondí.
----- Es que necesito que me abracen... ----- añadió sollozando.
Entonces le pasé el brazo por encima y la apreté contra mí, a la vez que acomodaba su cabeza sobre mi hombro...
----- Ayyyy... Dioooossssss... Esta Marisa que susto nos ha dado; últimamente lleva una vida muy desordenada y descontrolada a veces.
----- Ya veo, ya... ----- le dije.
----- Desde que se separó es que se ha descontrolado de una manera impresionante.
Y luego añadió:
----- Hoy se desmadró de una manera como nunca antes la había visto.
Hice un gesto y le dije:
----- Tú también venías contenta...
----- Si, también... pero no tanto como ella.
Y luego añadió:
----- Pero con este susto se me quitó de golpe.
Entonces sonreí y comenté:
----- No me extraña.
Y ella añadió:
----- A ver si con este susto Marisa se centra de nuevo.
A continuación se apartó de mí y ofreciéndome su mano me dijo:
----- Por cierto, me llamo Sofía.
----- Y yo Daniel, pero llámame Danny.
----- Muy bien Danny... Sois vecinos... ¿ verdad ?
----- Claro... ----- dije con un gesto de evidencia.
----- ¿ Tenéis trato ?
Antes de responder tomé un poco de aire, y tras resoplar levemente le dije:
----- Bueno, tuvimos trato pero últimamente nos hemos distanciado.
Y un tanto sorprendida
----- ¿ Y eso por qué ? Ya noté en el ascensor que no había buen rollo entre los dos.
Torcí el gesto
----- Pues digamos que hemos tenido algunas diferencias y ninguno de los dos dimos el brazo a torcer.
----- Pues que pena, la verdad.
----- Bueno, son cosas que pasan... ----- dije encogiéndome de hombros.
Y entonces me dijo:
----- Seguro que después de esto os vais a reconciliar.
Hice un gesto y le respondí:
----- Bueno, ya se verá... Ahora lo que importante es que salga bien de ésta.
----- Si, claro... eso sobre todo.
Uffff....!!!! daba la impresión de que Marisa no le había contado nada, lo cual me tranquilizó...
A continuación, Sofía me dijo:
----- Danny, que agradecida te estoy, creo que le has salvado la vida a Marisa.
Sonreí y le respondí:
----- Bueno, tampoco hay que exagerar, porque yo solo la he traído lo más rápido que pude. Quienes la están salvando son los de ahí dentro con ella.
----- Si, si... desde luego; pero de no haber sido por ti.
Y allí seguíamos en aquella fría sala de espera, en medio de unas sensaciones mezcladas de tensión e incertidumbre, mientras que seguía recordando mis devaneos con Marisa y el desencuentro insalvable al que habíamos llegado.
----- ¿ Como irá todo ahí dentro ? ----- me comentó.
Y tras suspirar levemente le respondí:
----- Dicen que en estos casos, la mejor noticia es no tener noticias; así que pensemos en que todo va bien y que están consiguiendo estabilizarla. Hay que confiar.
----- Si, si... pero sigo estando muy nerviosa.
----- Es normal; pero te has portado de maravilla.
----- ¿ De verdad lo crees ?
----- Totalmente... Hiciste lo que había que hacer.
Me miró con ternura, y agarrando de nuevo mi mano fue que me dijo:
----- Te agradezco enormemente que me lo digas porque eso me anima bastante.
----- Es que es la verdad.
En ese momento noté que temblaba y no sabía si es que tenía frío o eran nervios, y así le pregunté:
----- ¿ Tienes frío ?
----- No... ¿ por que me lo preguntas ?
----- Es que noto que estás temblando.
----- Si, aún sigo nerviosa.
Entonces le indiqué la manta de Marisa que la tenía sobre su regazo y le dije:
----- ¿ Quieres que te la eche por encima ?
----- Si por favor.
Y eso hice a continuación... Ella nuevamente se acomodó contra mi hombro y no tardó en quedarse dormida...
Miré mi reloj y vi que ya pasaba de las tres de la mañana, y allí seguíamos esperando noticias de Marisa.
Continuará.......................................................................
Bien el accionar rápido de Danny
ReyLeon
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Jajajaja que malo eres, en esas circunstancias que tiene que ver el lado escocesMenos mal que se impuso el lado frío escocés
Por cierto, todo eso que hizo es estrictamente necesario?, porque he pasado por situaciones similares y a lo más metía a la persona a la ducha fría
javieron
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Nada de malo, lo refería por lo que bromeaban a lo largo de la historia sobre sus dos nacionalidadesJajajaja que malo eres, en esas circunstancias que tiene que ver el lado escoces
Charón
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Por una vez elogias a Danny... No me lo puedo creerrrr...!!!!
Apuntemos fecha y hora y pongamos una placa conmemorativa...
Charón
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Menos mal que se impuso el lado frío escocés
Por cierto, todo eso que hizo es estrictamente necesario?, porque he pasado por situaciones similares y a lo más metía a la persona a la ducha fría
A ver, cuando alguien ha pillado una buena castaña...
Pues eso... café con sal, ducha fría o hacerle oler amoniaco... Pero todo eso no no sirve cuando alguien va perdiendo la consciencia, le baja el ritmo cardíaco y va directo a un coma etílico, que es cuando al higado no le da tiempo a procesar todo el alcohol que se ha ingerido y pasa directo a sangre. Y por muchas duchas frías que se apliquen, eso no evitará que se dañe el cerebro, los riñones, el corazón o el mismo hígado...
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Charón
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Jajajaja que malo eres, en esas circunstancias que tiene que ver el lado escoces
Nada de malo, lo refería por lo que bromeaban a lo largo de la historia sobre sus dos nacionalidades
Con faldas y a lo loco...
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Ahora si que me sorprendes... y me defraudas... No me esperaba esta reacción en ti... Yo más bien te hacía comentando: Ahora Marisa querrá compensarle con un buen polvo... 
y volverá a ponerle unos buenos cuernos 
a la pobre de Carmen... 
Carlos Sevillista
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Joer, menos mal que han salido de este momento delicado
Muy,muy,muy bien Danny. Seguramente después de esto se normalizará la relación con Marisa.
Muy,muy,muy bien Danny. Seguramente después de esto se normalizará la relación con Marisa.