Finca La Salceda

Andrés y Martina descansan en la cama sonrientes, descansando tras la intensa sesión de sexo de reencuentro. Han estado horas, luego han comido parte de la cena que había preparado y se han terminado una botella de rosado entre los dos quedándose un poco achispados. Han hablado de las novedades de obra en La Salceda, de Ana y Miguel que están pendientes de todos los detalles y de las recetas que ha aprendido Martina durante esta semana. Finalmente, ella se acurruca en el hombro de Andrés abrazando su pecho peludo y acariciándolo. La manaza de él se apoya sobre la cadera de ella y ambos aún casi jadeando.

“¿qué has hecho toda la semana tu solo en la finca?¿te has portado bien?”
“pues ya sabes, la faena…” acelerando todo para poder venir hoy y no tener que trabajar mañana”.
“te comiste todo lo que te dejé cocinado?”
“pues mucho si, pero no todo, es que hiciste mucho…. Algunas cosas las congelé el martes para la semana que viene y para que no se estropease el bacalao con tomate, invité a cenar ayer a Nicolai y le gustó mucho”

Nicolai es un polaco enorme, fortísimo, calvo con muchos tatuajes y una barba cerrada que le da un aspecto fiero, pero tiene un trato amable y sonriente. Es el hombre para todo de Andrés, un tipo honrado e incansable. Lleva años en la finca y es tan conocido por su lealtad a la Salceda como por sus visitas regulares a los puticlub de la comarca, de los que dice que un día va a escribir una guía “tipo la Michelín”, porque según él, “yo de putas se más que nadie”. Incluso alardea de que hay un par de profesionales del sexo que a él no le cobran por lo que las hace disfrutar. “Hay pollas y pollas y luego está mi polla, que es la mejor” suele decir para reafirmar cuando cree que tiene razón en cualquier momento.

“Menuda reunión de guachomachos… recogerías todo lo que dejé tendido antes de que viniese ¿no?”
“Pues no, se me olvidó, pero a Nicolai le alegró la cena. Primero lo miró de lejos y silbó, pero después de cenar se acercó y lo miró todo pieza a pieza con todo detalle”
“Andrés, joder, que tenía toda la colección tangas y bodies de puta que te gusta que me ponga los findes para follar….”
“No te preocupes mujer…ya le expliqué que eran juegos privados nuestros. A Nicolai le pareció todo chulísimo. Decía que le encantaría verte con ellos puestos”
“Menudo putero está hecho ese….”
“Le gustas mucho, que lo sepas, me lo dijo bien claro y sin ánimo de ofender pero con total sinceridad”
“Andaya…”
“Que sí, que si, que me lo dijo…así (imitando el acento eslavo de Nicolai): Marrrtina es una mujerrr prrreciosa, muy sexy, despierrrta el deseo animal de los hombres por donde quiera que va, si no fuerrra porque es tu esposa amigo mío…. Y no ofendas tu, perrro cualquier puticlub con una mujer como Marrrtina tendrrria trrres estrrrrellas de mi guía“
“Y a ti que te parece que el putero mayor de la comarca te diga que le gusta tu mujer”
“Hombre Martina, hay que ponerse en situación, que nos conocemos hace tiempo y que nos habíamos puesto tibios de tinto con la cena y teníamos delante los cubatas de después de cenar …. Son cosas que dicen de broma entre tíos bebiendo”
“Entonces a ti que Nicolai te diga que le pongo burro ¿no te importa? ¿es eso lo que quieres decir?”
“A mí me llena de orgullo y satisfacción como decía aquel… “dice riéndose “y si se la pones dura, pues mira, orgulloso que estoy de que seas mi mujer….”
Para un instante como dudando… luego sigue “es más laa paja de anoche, se la hizo fijo pensando en ti con los tangas jajaja”.
“que sabrás tu de sus pajas ¿no te jode?, que cerdos sois los tíos”

“que lo se que lo se… que se la hizo en casa antes de irse y se corrió en uno de tus tangas”
“pero.. ¿que me dices?”
“que si chica estábamos pedo perdido y me dijo si le daba permiso y me dio la risa pensando que era broma pero se levantó miró una por una todas las cosas mientras se frotaba el paquete y luego escogió el tanga rosa, lo puso en la mesa de la cocina, se la sacó y se corrió encima”
“que cerdo… ¿ y tú que hacías mientras?”
“mirarle ¿te da morbo que se la casque pensando en ti?”
“sois unos cerdos”

Andrés le mete la mano en la entrepierna de repente
“Yo creo que te gusta… tu chocho no miente”
“vale que si, que me da un puntito…”
“pero que zorra… ¡te gusta que Nicolai se haga pajas pensando en ti!”
Martina se gira y su mano busca la polla de Andrés, morcillona y creciendo

“Y tu eres un cornudo, que mira como se te pone la polla.. seguro que se te puso dura viendo a tu amigo pajearse con mis bragas”
“no lo niego… menudo corridón echó el polaco… y tiene buena tranca, te gustaría”
“Cornudo”
“Zorra”
“Cabrón ¿Qué pasa? ¿quieres que me folle al putero?”
Andrés le mete dos dedos a Martina
“pues sí, ya ves, eres mi puta y me da morbo que te examine el experto y me diga cuantas estrrrrrellas te pone”
Martina pajea la polla de Andrés, ya dura como una piedra mientras recostada le mira a la cara. El se deja hacer mirándola desafiante.
“a ver zorra cómemela como se la vas a comer a Nicolai”
Martina se incorpora, se coge la melena con una goma que lleva en la muñeca sin prisa. Después separa las piernas de Andrés y se pone de rodillas en medio.

Se inclina hacia delante sacando la lengua empieza a lamer la polla de Andrés de abajo a arriba hasta que al llegar al prepucio la engulle de una sola vez hasta que nota su nariz en su pubis. Andrés gime “joder que zorra”. Martina empieza a follarle literalmente con la boca, los labios bien apretados alrededor de su miembro, al principio despacio, luego acelerando el ritmo. Andrés resopla disfrutando de la mamada.

De pronto ella la suelta
“Crees que le gustará al putero”
“Sigue zorra”
Martina retoma la mamada agarrando la polla por la base con dos dedos brevemente, para soltarla en cuanto la boca rodea la polla de Andrés. Ahora con cada movimiento de su cabeza añade una fricción con la lengua en zigzag a la altura del frenillo
Andrés gruñe “diosss que gusto”
Martina se la vuelve a soltar
“¿crees que le daré satisfacción a Nicolai? ¿se la chuparé igual que sus putas?”
La polla de Andrés palpita sobre su vientre
“no pares zorra”
“las putas cobramos, así que … si Nicolai quiere algo conmigo, será pagando”
“Puta”
“Cabrón”
“Sigue”
“Paga”

Andrés se levanta, busca por la habitación y encuentra los vaqueros. Rebusca en el bolsillo y saca varios billetes y los tira en la cama.
Martina, desnuda, de rodillas, los mira, coge uno de 10 euros y se inclina al borde de la cama donde está Andrés de pie.
“Para la familia hago descuento, el putero pagará 50 por una mamada pero por 100 le doy una hora entera”

Despues agarra la polla de su marido con la boca y sigue con la mamada
Andrés la agarra por la cabeza con las dos manos y empieza a embestir como un toro.
Martina siente que se atraganta, ahoga una náusea, pero aguanta mientras su marido le folla la cara con contundencia.
En menos de un minuto Andrés empieza a bufar como un toro y se corre dentro de la boca de su mujer apretando su cara contra su pubis, de puntillas, con las piernas temblorosas, gruñendo…. Acaba de tener uno de los mejores orgasmos de su vida.

Suelta a Martina. Ella se separa, mirándole a la cara, los ojos llorosos, la boca abierta, llena de semen. Sonríe, se lo traga.
“¿satisfecho? ¿Vale lo que te ha costado?”
Andrés se inclina y mete la mano entre sus muslos.
Está empapada.
Empieza a masturbarla a ritmo vivo, frotando sus dedos contra su clítoris.
Martina se incorpora se abraza al cuerpo de él para mantener el equilibrio abriendo sus piernas y empieza a gemir notando que con la intensidad de la masturbación el orgasmo será pronto e intenso.
Los movimientos de Andrés son rápidos, contundentes y se transmiten por ambos cuerpos.
Los muslos, la poca barriguita que le queda a ella y sus pechos caídos bailan vibran con el vigoroso movimiento de la manaza de Andrés.
Pero a ella le fascina la visión del miembro fofo de su marido bailando al ritmo de su salvaje de masturbación.
En su cabeza anida una idea: se va a correr mientras su marido tiene la picha fofa. Y de repente se visualiza con Nicolai poseyéndola mientras Andrés, con la picha floja les mira. Y se corre. Tiene el mayor orgasmo que ha tenido en mucho tiempo, hasta el punto que tiene que agarrarse a Andrés para no caerse y nota una cantidad de líquido cálido que sale entre sus piernas como nunca antes lo ha hecho.

Abre los ojos.
Ve la polla de Andrés, colgando temblorosa.
Sonríe y tiene un último latigazo de placer desde su vientre.
Me alegro mucho de que continues la historia. La mejor del Foro sin duda.
 
Agradecer a Slibera que haya decidido continuar el relato.
Es de agradecer el tiempo y esfuerzo que dedican los autores, (desinteresadamente no lo olvidemos) a sus relatos.
Quizás los lectores no comentamos o manifestamos nuestras opiniones lo suficiente, pero estamos aquí....
 
Tremenda alegría me acabo de llevar. Me encanta esta historia y de nuevo darle las gracias al autor por el tiempo que dedica a llenarnos de morbazo
 
SLIBERA.... me tienes en ascuas esperando cada día la continuación del relato de Maribel, Jorge.... y PEDRO
Cundo puedas sigue alimentando nuestro morbo
Muchas gracias
 
Antes de que empiece a llover, Pedro se levanta y se va a la ducha mientras Maribel se queda tumbada, desnuda, abrazada a su marido una vez que su amante la ha dejado.
Cuando Pedro sale de la ducha, Maribel se incorpora, agarra su móvil, lo desbloquea y abriendo la app de contactos se lo ofrece a Pedro “¿me apuntas tu número?”
“Viciosa” contesta él.
Con el terminal en la mano, teclea un instante y luego se lo devuelve acercándose para besarla una vez más.
“Que afortunado soy habiéndote conocido”
“Tu lo que quieres es aprovecharte de mí, descarado”
“¿Acaso no te gusta que te folle?”
“me encanta”
“Adios cornudo, gracias por compartir. Ya nos veremos”

Cuando se quedan solos Maribel se gira hacia Jorge, desnuda, sonriendo
Le besa con ternura acariciándole la cara y el pelo.
“Eres el mejor marido del mundo”
“¿Por qué?”
“Porque has mejorado nuestra vida sexual. Tengo que darte las gracias. Tenías razón”
“¿en que?”
“Merecía la pena probarlo”
“¿y ahora?”
“Pues como los vinos buenos, las comidas ricas… algo que se disfruta de cuando en cuando y se saborea en el recuerdo todo el tiempo”
“¿Quieres seguir follándotelo? A ver si te vas a pillar por Pedro…”
“No hay peligro cielo… a Pedro le quiero para un ratito y solamente para que me haga gozar como me hace gozar. Lo siento cariño, es otra cosa diferente. Tu y yo hacemos el amor y me encanta, pero Pedro me folla y me hace sentir físicamente cosas diferentes”
“¿Solo vas a querer hacerlo con él?”
“¿quieres que lo haga con más?”
“A mí me daría morbo, pero llegados a este punto… haremos lo que tu quieras y a ti más te guste”
“¿te excita que lo haga con muchos?”
“Si”
“Eres un guarro”
“Y a ti te encanta”
“Si”
“Me encanta que te estés convirtiendo en una zorrita”
“y tu eres un cerdo y un cornudo”
“a mucha honra, puta”
Se besan con pasión y ella se sube encima de él mientras se abrazan.
Luego ella se desliza hacia abajo y succiona su pene fláccido dentro de su boca y empieza a jugar con él con su lengua.
La polla de Jorge crece y alcanza una cierta dureza al cabo de un minuto
Luego ella la suelta
“Por hoy se ha acabado, si te vas a quedar con ganas, te haces una pajita tu solito”
“Zorra”
“Cornudo”
Se levanta y se va a la ducha sonriendo y tirándole un beso y haciendo con la mano el movimiento de imitación de una paja....



Esa noche, tras una cena ligera, se acuestan temprano. Maribel está agotada. Ella se acuesta desnuda, en contra de su costumbre de ponerse siempre unas bragas y un camisón, incluso en las noches más calurosas e incluso estando solos. Jorge la imita.

Se despierta ya amanecido y se gira. Maribel está sentada en la cama, con el teléfono en la mano escribiendo.

Se gira al notar que Jorge está despierto.
“buenos días amor. ¿qué tal has dormido?”
Le besa en los labios.
“¿Con quién chateabas?”
“Y a ti que te importa, cotilla” le contesta con una sonrisa
“¿Secretitos entre nosotros a estas alturas?
Maribel se sienta sobre su vientre y le sujeta las manos contra la cama
“¿Quieres el desayuno en la cama?”
“uy no, que lo llenamos todo de migas”
“no has entendido nada, tonto”
Se incorpora, se agarra al cabecero y en cuclillas, con una pierna a cada lado de la cabeza de su marido pone sus labios vaginales exactamente en su boca
“vamos, cómemelo”
Jorge saca la lengua y obedece
La reacción no se hace esperar: Maribel gime, jadea y se excita a toda velocidad mientras se acaricia los pechos ella sola
Luego le agarra las manos a su marido y se las ponen encima de sus pechos
“vamos apriétamelas”
La polla de Jorge se pone a mil
Maribel se excita cada vez más.
Jorge la conoce, está a punto de correrse así que disminuye la intensidad para que se alargue el momento

Está tan concentrado en comerle el coño a Maribel que no oye la puerta.
Ni a su mujer diciendo “hola”
Solo se da cuenta de que algo ha pasado cuando nota que la cama se hunde primero a ambos lados de su cabeza.
Abre los ojos y ve a Pedro, desnudo, con las piernas a ambos lados de su cabeza con la espalda apoyada en el cabecero y con su polla dentro de la boca de su mujer.
Continúa lamiendo, ahora más despacio aún.
Pero la excitación de Maribel ha llegado al máximo y alcanza un orgasmo en unos segundos.

Ella se levanta
Se pone a 4 al lado de Jorge y Pedro se pone en cuclillas detrás agarrándola por los hombros dejando su polla grande y dura rozando su vagina y su ano.
Jorge se la agarra, y rodeándola con sus dedos, empieza a masturbar a Pedro lentamente. Aprecia la dureza y el grosor de su polla y finalmente, la dirige dentro de su mujer.
Pedro inicia su vaivén con calma, pero en cuanto nota la vagina lubricada, empieza una cópula frenética, a una velocidad de vértigo. Maribel responde con un par de orgasmos en apenas dos minutos.
Pedro entonces acompasa el ritmo un poco, pero con unas embestidas implacables que duran 10 minutos de rítmicas cachetadas como un martillo pilón. Maribel se corre dos veces más. Finalmente, Pedro acaba emitiendo un bramido y embiste erráticamente a menor velocidad dos o tres veces hasta vaciarse dentro de ella.
Después la saca y deja la vagina abierta, enrojecida, muy mojada y con un churrete blanco y espeso saliendo de ella, separando las nalgas para que lo pueda ver Jorge.
“¿has visto cornudo?”
Jorge ha conseguido ver el espectáculo completo sin masturbarse y se incorpora rápidamente hasta ponerse de rodillas ocupando el lugar de Pedro.
“¿puedo” pregunta a su mujer
“Claro cariño, ahora tu”
La mete, notando la dilatación dejada por el mayor tamaño del miembro de Pedro y una humedad y lubricación desconocidas. Cuando llega al fondo nota que algo líquido escurre por su escroto, probablemente el semen de Pedro mezclado con el flujo de su mujer. Empieza a bombear con fuerza y suena un chapoteo que nunca ha escuchado mientras nota más humedad escurriendo por sus huevos.
La excitación es máxima y se corre al cabo de 10 o 15 empujones gruñendo y jadeando. Cuando se la saca, un líquido espeso y blanco escurre de la vagina de Maribel en grandes goterones que caen sobre las sábanas.
Pedro, que se había ido al baño a lavarse y vestirse vuelve a la habitación.
Se acerca a Maribel, le da un beso en la boca y se va sin decirle nada.

El matrimonio se derrumba en la cama, agotados.
EXPECTANTE de seguir leyendo Slibera....
 
Cuando Miguel y Ana terminaron la carrera, ambos tuvieron relativamente fácil encontrar un trabajo y unos meses después de su último examen, ambos estaban empleados. El en una empresa de seguros, ella en una consultora internacional. Sus sueldos, sin ser extraordinarios eran razonablemente buenos y como seguían viviendo con sus padres, empezaron a ahorrar cada mes una buena cantidad. Con intención de irse a vivir juntos lo antes posible, empezaron a hacer planes de boda, para hacerlo por las buenas y con plena aprobación de ambas familias. La perspectiva de ver a sus hijos casados gustó a los padres de ambos hasta el punto de que decidieron que ambos querían aportar una cantidad en metálico a partes iguales para dar la entrada en la compra de un piso. Tras una breve búsqueda de nuevas promociones, encontraron una en el barrio madrileño de Moratalaz, aún en construcción y con la entrega de llaves y la escritura previstos para un año después de la fecha de la boda. La hipoteca, la pagarían ellos a lo largo de los años y de esa manera tendrían una vivienda en propiedad al cabo del tiempo. El sueño de la clase media nacional, hecho realidad.

Al principio, pensaron en una unión civil, sencilla, con pocos invitados, pero ante las reticencias que despertó la idea en ambas madres, la boda se acabó siendo la más tradicional: ceremonia religiosa en la parroquia de la familia de ella, seguida de una cena en un céntrico y lujoso hotel. Los invitados, que eran fundamentalmente familiares de ambos, amigos de los padres y compromisos laborales de uno y otro progenitor, se completaron con un pequeño grupo de amigos y compañeros de trabajo de los contrayentes, entre los que no podía faltar Pedro, por supuesto. A la boda se presentó en solitario, ya que por aquella época su relación con la que sería su esposa, Blanca, apenas acababa de comenzar.

El enlace fue de lo más convencional, con sus correspondientes fotos y felicitaciones en la iglesia, seguidas de un banquete lleno de excesos tanto en comida como en bebida que acabó, como suele ser costumbre, con más de un invitado e invitada necesitando un brazo del que agarrarse para salir con dignidad del lujoso establecimiento. En definitiva, una boda clásica en la que todo el mundo se sintió cómodo y que en la que no pasó absolutamente nada digno de reseñar. Al menos para casi todos los invitados.

Y es que la peculiaridad del evento pasó desapercibida a ojos de todos los invitados y las familias: la noche de bodas no la disfrutaron solos Miguel y Ana, porque Pedro, se unió a ellos.

Cuando le contaron a Pedro que se iban a casar, primero se estuvo riendo un rato preguntándoles que por qué, pero luego entendió el plan de apaciguar a las familias para que les dejasen en paz. Les confirmó que si, tenía intención de asistir, pero poniendo una condición: solo iría si podía ser el primero en follarse a la novia. Miguel le contestó si no era pasarse un poquito…, pero Pedro se lo explicó: “con lo puta que es Anita, te va a poner los cuernos de verdad, los de marido legal, tarde o temprano….y tu lo sabes. Pero yo he sido el primero en ponértelos, y el que más veces se la ha follado después de ti, así que creo que tengo derecho de pernada con Ana ¿no crees? ¿Además, no te da morbo ser cornudo oficial el mismo día de tu boda? Seguro que se te está poniendo dura solo de pensarlo” Miguel y Ana se rieron con la ocurrencia de Pedro, pero tras pensarlo un rato, acabaron reconociendo que era una idea morbosa. Le añadiría un punto picante a un día pensado más para los padres que para ellos.

Como parte del paquete de la celebración de la boda, el hotel les ofreció una suite para pasar la noche de bodas. Ambos desde allí iniciarían su viaje de novios al día siguiente. Durante el baile que siguió al banquete, Miguel le pasó a Pedro una copia de la llave y cuando decidieron retirarse a Pedro les siguió discretamente al cabo de unos cinco minutos.

Cuando llegó a la Suite, Ana le estaba esperando sentada en la cama con su vestido de novia con su marido al lado. Pedro entró, se quitó la chaqueta del traje, luego los zapatos y se acercó a la cama quedando de pie frente a ella.
“Estás guapísima”
“Gracias”
“Estarás deseando follártela no marido?”
“Evidentemente”
“Ya, pero antes lo haré yo. Vamos Anita, sácamela”
Ana le bajó la cremallera y se la sacó, Ya la tenía morcillona.
Se la metió en la boca y se la chupó durante unos minutos hasta que Pedro consideró que la tenía suficientemente dura. Entonces se la sacó y volvió a dar instrucciones.
“Anda maridito, quítale las bragas a tu mujer para que me la folle”
Mientras Miguel y Ana se ponían de pie, él se quitó el pantalón y el boxer. Estaba desabrochándose la camisa cuando vio a Miguel levantarle la falda del traje de novia a Ana, descubriendo las medias blancas, el liguero de encaje y un tanga blanco a juego

Miguel se lo bajó lentamente mientras Ana, de pie, de frente a Pedro sujetaba las faldas a la altura de su pecho.
Cuando el tanga alcanzó el suelo, Pedro le dijo a Miguel “Déjale los zapatos”
Eran unos zapatos de tacón, blancos, no demasiado altos.

Anda maridito, siéntate en esa butaca.
Miguel obedeció.
Ahora Ana ponte de pie, delante de él y apóyate en los reposabrazos de la butaca.
Ana obedeció quedando de pie, inclinada hacia delante muy cerca de la cara del que ahora era su marido desde hacía unas horas. Ambos sonreían y Miguel se abrió la bragueta para sacársela completamente dura sabiendo lo que venía a continuación.
Miguel levantó las faldas con una mano y con la otra apuntó su miembro a la vagina de Ana. La frotó por exterior un par de veces, resbalando sobre el abundante flujo que emanaba del cuerpo de ella.
“joder que zorra eres, estás empapada”
Ana rio.
Pedro se la metió de un golpe.
Ana pegó un respingo por la sorpresa, seguida de un suspiro de placer
Pedro permaneció un instante quieto, en una penetración profunda y tirando de sus caderas para atraerla hacia él.
“mmm que rico, tu coño ahora me gusta más, me da más morbo follarte casada que soltera”
Y empezó un vaivén implacable, con el sonido de las cachetadas de su ingle contra las nalgas de ella como sonido de fondo.
Miguel no veía nada más que la cara de su recién casada esposa. Se mordía el labio, cerraba los ojos, los ponía en blanco y gemía sin parar

El primer orgasmo lo tuvo al cabo de dos minutos. El segundo otros dos o tres minutos después, ya aún vinieron otros dos más antes de que Pedro, sudoroso y jadeante le dijera a Ana “date la vuelta, de rodillas” retirándose hacia atrás
Ana obedeció y se puso de rodillas delante de Pedro
Entonces Pedro empezó a masturbarse vivamente delante de ella a centímetros de su cara, hasta que eyaculó sobre la misma abundantemente. Entonces, mirando a Miguel le dijo “yo os declaro cornudo y mujer, ahora puedes besar a la novia”.
 
Gracias por continuar la historia me encanta como escribes
 
A pesar que al mi no me va mucho el tema de humillación, excelente capitulo.
Argumento creible con buena narración.
A la espera del siguiente capítulo.
Grácias y saludos.
 
A pesar que al mi no me va mucho el tema de humillación, excelente capitulo.
Argumento creible con buena narración.
A la espera del siguiente capítulo.
Grácias y saludos.
Intenté seguir esta bien contada historia, pero me superó la sumisión y humillación.
Para gustos, disgustos...dicen.:cool:
 
He estado todo el verano leyendo poco a poco el relato completo de La Salceda, @slibera .

Te animo a seguir porque es lo mejor que hay en el foro, enhorabuena!! Yo lo agradeceré mucho 😜
 
Gracias por comentar y por aportar vuestros likes.
Uno escribe con la mejor intención, lo cuelga aquí y espera que os guste, pero si no me lo contáis... no me entero de si gusta o no gusta.
Ayer, después de subir el último trozo, me plantee seriamente dejar de escribir la historia, ya que me daba la impresión de que no le gustaba a casi nadie.
Pues no dejes de escribir, de hecho hay libros sobre este tema qué ya quisieran ser tan buenos como tú relato.
Muy bien escrito y muy bien planteado.
Creo qué vas a tener bastante éxito.
 
Pues no dejes de escribir, de hecho hay libros sobre este tema qué ya quisieran ser tan buenos como tú relato.
Muy bien escrito y muy bien planteado.
Creo qué vas a tener bastante éxito.
Por lo que tengo entendido ( o deseo), aunque @slibera haya espaciado la frecuencia de las publicaciones, no ha abandonado el relato.
Esperando una nueva entrega...;)
 
Ana, Miguel y Pedro subieron en silencio. Estaban nerviosos, excitados ante la expectativa de dar rienda suelta a sus pasiones. Intercambiaban alguna mirada breve, con sonrisa nerviosa y seguían avanzando. Ana iba por delante y los chicos dos pasos por detrás de ella. Abrió la puerta de su habitación y entró la primera. Se acercó a la cama y se desnudó ella sola con decisión y sin mirarlos. Al verla ambos chicos empezaron a desvestirse quitándose la camiseta. Ana, ya completamente desnuda se arrodilló delante de pedro, le abrió el botón de los vaqueros, le bajó la cremallera y le bajó el pantalón y el boxer de un tirón. La polla de Pedro quedó bamboleándose morcillona delante de su cara. Ana la engulló sin tocarla con las manos y tras mantenerla casi entera dentro de su boca durante unos instantes la fue dejando salir, aún sin tocarla con las manos y mientras se iba poniendo dura a ojos vista. De repente la soltó y quedó mirándola ya dura y apuntando al techo en un ángulo de 45º. Entones empezó a darle lametones de abajo a arriba sin dejar de mirarla. A cada contacto con la lengua húmeda y cálida de Ana, la polla de Pedro daba un pequeño respingo, obligando a Ana a buscarla a un lado o al otro. Cansada de no poder mantener el contacto, la agarró con la mano y empezó a pajearle clavando su mirada en la de Pedro. Luego comenzó una mamada profunda y apasionada tratando de engullir toda la longitud de aquel miembro, visiblemente más grande que el de su novio.
Miguel, mientras tanto, terminó de desnudarse. Tenía la polla durísima y se puso de pie al lado de Pedro mirando a su novia mamársela. Ana le vió por el rabillo del ojo y se la agarró y empezó a masturbarlo con su mano sin dejar de chupar la polla de Pedro mientras la sujetaba por la base.

Al cabo de un minuto o dos, cambió de polla y empezó a masturbar a Pedro mientras se la chupaba a su novio. Miguel estaba excitadísimo viendo a su novia de rodillas entre ambas pollas y luego mamándosela mientras se la meneaba a su amigo. Ana iba alternando de una a otra polla mientras los chicos se acercaban entre si más para facilitarle la tarea.

Estaba cada vez más excitada, se notaba muy mojada, y estaba deseando que la penetrase uno de los dos. Soltó la polla que tenía en la boca y pajeando ambas a la vez le dijo a Miguel “trae un condón”.
Miguel obedeció y se fue hacia la mesilla de noche. Cuando se giró hace Ana Pedro tenía le agarrada la cabeza con ambas manos y le follaba literalmente la boca de forma rítmica moviendo sus caderas hacia delante y hacia atrás. Miguel se agachó y en cuclillas detrás de ella, empezó a acariciar sus pechos. Ana sintió un escalofrío en todo su cuerpo al sentir las manos en sus pechos. Estaban duras y con los pezones marcados y sobresaliendo como nunca. Estaba excitadísima. Dejó bajar su mano por el vientre de ella hasta alcanzar su vulva y se maravilló de lo empapada que estaba, ya que incluso goteaba. Cuando Miguel acarició su clítoris con un dedo con máxima suavidad, Ana empezó a gemir como una gata, agradeciendo la caricia de su novio. Pedro le recogió el pelo en una coleta improvisada, dejando descansar a Ana de la follada de boca, algo que ella agradeció para respirar sin dejar de lamer el glande durante unos instantes. Luego se incorporó y besó a Pedro poniéndose de puntillas. Entrecruzaban las leguas por fuera de sus labios con Ana agarrándose a su cuello y Pedro sujetándole fuerte contra su cuerpo con su manos en su culo. La viva imagen de la pasión.

Miguel los miraba, excitado. Tenía la polla durísima y se la acariciaba lentamente. Cuando terminó el beso, Ana le dijo a Miguel “¿y el condón?” Miguel se lo acercó y la respuesta de Ana le produjo una excitación tremenda “dáselo a Pedro el me va a follar primero”. Después Ana se separó de ambos y se puso en la cama a 4 patas mirando hacia el cabecero y ofreciendo su coño brillante y enrojecido hacia ellos. Pedro cogió el condón y se lo puso con cuidado y se colocó detrás de Ana con las piernas ligeramente separadas. La agarró con una mano y la embocó lentamente hacia su coño.

Miguel se quedó de tras de Pedro y se agachó para ver como iba a follar a su novia. Se masturbaba lentamente esperando y disfrutando de como la polla de Pedro empezó a enterrarse dentro de las entrañas de Ana.

Ana reaccionó con un leve gemido, sorprendida por la sensación totalmente diferente de la penetración de aquella polla hasta entonces desconocida. La notaba más grande que la de Miguel, más gruesa, más dura y más larga. Cuando Pedro dejó de empujar y notó sus testículos rozar su vulva, se sentía llena y más mujer que nunca, con su vagina llevada a un nuevo límite de elasticidad que disparaba todas sus sensaciones.

Miguel veía el escroto de Pedro pegado al coño de su chica y empezó a ver como empezaba a bombear follándola con bastante delicadeza.

Ana se sentía en la gloria. Con cada movimiento hacia afuera sentía que su vagina se negaba a abrazar aquel miembro y se iba detrás de él hacia fuera. Al volver a empujar hacia dentro, la sentía dilatada de nuevo y otra vez llena y cada vez más lubricada. La sensación era adictiva y el vaivén se le empezó a antojar lento así que empezó a moverse ella animando a un ritmo más vivo y más fuerte.

Pedro entendió el mensaje y la agarrró por las caderas y tras sacarla casi entera la empjó dentro de golpe. “plas” sonó. “Ah” dijo Ana. Repitió la embestida otra vez. “plas”. “Ah” Y cogió un ritmo constante.

Plas
Plas
Plas

Ana empezó a gemir regularmente. Con cada embestida notaba sus tetas propulsadas hacia su cara bamboleándose de vuelta hacia su pecho una y otra vez. Y sentía un placer enorme con cada una de ellas así que acabó pidiendo más en voz alta “siii, fóllame, siii, dame fuerte”
Pedro apretó más el ritmo y la intensidad de las embestidas
Plas. Plas. Plas. Plas. Plas. Plas.
“¿así?”
Ana empezó a jadear y a gemir más fuerte, “si, que rico, más más”
Pedro embistió más fuerte aún
Plas. Plas. Plas. Plas. Plas. Plas.
“¿Así?”
Ana estaba gozando como nunca, pero quería más. Era toda una nueva forma de follar que nunca había experimentado. Las embestidas de Pedro le sacudían todo el cuerpo y apenas podía mantenerse sobre los brazos mientras sus pechos se bamboleaban sin control.
Plas. Plas. Plas. Plas. Plas. Plas.

No habrían transcurrido ni 3 minutos desde que se la había metido Pedro cuando tuvo el primer orgasmo. Fue tan fuerte, que se derrumbó sobre la cama, incapaz de mantener su peso con sus brazos y acabó tumbada boca abajo emitiendo un gemido agudo y prolongado que Miguel no le había oído emitir nunca. Intentó recuperar el aliento mientras Pedro le daba un instante para recuperarse.
Y Ana enseguida volvió ponerse a 4, a apoyarse en las manos y dijo “sigue, no pares”
Miguel miraba tocándosela con cuidado. Estaba tan excitado que no se atrevía a masturbarse por si se corría.

Ana le buscó con la mirada “que haces ahí tu solo, anda tonto, ponte aquí delante de mi”
Miguel se puso de rodillas en la cama ante su novia y ella buscó su polla con la boca. Al mismo tiempo Pedro se colocó de nuevo detrás de su culo ofrecido. Esta vez la metió de una sola embestida que su vagina totalmente lubricada recibió sin problema. Del primer empujón, a Ana se le escapó la polla de Miguel que tenía en la boca y su novio se la tuvo que recolocar. Pedro empezó a embestir regularmente, con la misma intensidad y al mismo ritmo de antes, implacable. A Ana le faltaba el aíre para mantener una mamada en condiciones, pero se sentía más excitada que nunca follada por la boca y por su coño al mismo tiempo aunque le costaba mucho chupar y respirar a la vez.

Pedro agarró otra vez su pelo formando una coleta y con la mano que se la sujetaba empezó a marcarle el ritmo de la mamada mientras seguía follándola implacable. “Vamos chúpasela” le ordenó y le dio un cachete en el culo con la otra mano. Ana sintió el cachete y le excitó. Se sentía usada por aquel hombre y que él le marcase el ritmo para chupársela a Miguel le produjo una excitación aún mayor que la lanzó rápidamente hasta un nuevo orgasmo casi sin previo aviso. De nuevo emitiendo aquel gemido agudo que Miguel no había oído nunca antes esta vez no se derrumbó gracias a que Pedro le sujetaba la cabeza.

Cuando la vió temblando de pies a cabeza, Pedro la dejó descansar un instante, pero volvió a la carga poco después.

Nada más sentir en la boca de Ana nuevos gemidos y al redoblarse las embestidas de Pedro, Miguel no pudo evitar correrse. Echó la cabeza hacia atrás y gruñó mientras vacíaba sus huevos en la boca de Ana. Ella sintió el sabor del semen de Miguel de inmediato tuvo un nuevo orgasmo, gozando tanto como su novio mientras Pedro la embestía sin piedad. Saboreó todo lo que pudo, pero con el bamboleo de las embestidas de Pedro, mucho fue a parar a las sábanas. Continuó chupando la polla de su novio mientras Pedro seguía embistiendo implacable, y siguió incluso cuando la erección de Miguel desapareció poco a poco dando paso a un estado mucho más laxo y fofo de su miembro que ella seguía succionando incansable.

Un nuevo orgasmo le hizo necesitar todo el aire que su boca fuera capaz de conseguir y entonces soltó la polla de su novio definitivamente derrumbándose otra vez sobre la cama. Jadeaba como si hubiera disputado los 100 metros lisos.

Pedro se quedó de pie al borde de la cama, con su polla apuntando al techo en un ángulo de 45 grados. El preservativo estaba chorreando flujos blanquecinos de ella que le escurría por sus huevos. Parecía que se había corrido él.
Ana se giró y aún jadeando se puso boca arriba y abriendo las piernas le dijo “Follame así.”

Pedro se puso de rodillas en la cama entre sus piernas y con decisión volvió a metérsela hasta el fondo. Ana volvió a sentir su vagina llena y dilatada, y con una penetración aún más profunda que en la otra postura. Pedro empezó a moverse, esta vez de forma lenta y delicada. Sentía ese coño tan apretado y delicioso abrazando su polla aún con más fuerza. La sensación le resultó adictiva y decidió explorarla sin prisas. Sintió las manos de Ana agarrándole las nalgas, atrayéndole hacia ella para que la penetrase bien dentro. Empezó a moverse en círculos y movió sus caderas desde diferentes ángulos, disfrutando cada vez más de la estrechez de ese coño y de como se deslizaba dentro de él y eso le excitó aún más. Comenzó a lamer y a succionar los pezones de Ana y luego la besó. Sus lenguas jugaban dentro y fuera de su boca en un beso apasionado, de amantes. Luego apoyándose en los codos posó sus manos sobre sus tetas y las empezó a amasar durante un tiempo. Después se apoyó en las palmas de las manos, y empezó a follarla con fuerza. Durante varios minutos la embestía como un martillo pilón, provocando que los pechos de ella se movieran como flanes, hasta que empezó gruñir rítmicamente. Ana notó aquella polla palpitar en su interior y supo que se estaba corriendo. Extendió las manos, le agarró la cara con sus dedos y le animó “vamos, vamos, dámelo todo, vamos”. Pedro empezó a moverse más rápido pero con una penetración más profunda y finalmente resopló como un toro mientras Ana notaba las contracciones de su polla inyectándole su semen dentro de la vagina. Siguió moviéndose unos momentos hasta que finalmente se retiró sacando su miembro de Ana se quedó de rodillas. Seguía con la misma erección que cuando empezaron, pero el ángulo era ahora más bajo, ya que en la punta del condón había una bola blanca de semen enorme, como un huevo de gallina de grande. Miguel lo miraba sin dar crédito a lo que estaba viendo… que cantidad de semen… era como lo que él eyaculaba de muchas veces. Ana lo vio y levantó las cejas, incrédula. Se sentó y agarró la polla de Pedro y la movió con una mano mientras con la otra pellizcaba con el pulgar y el índice la punta del preservativo, comprobando si todo eso era semen. Luego empezó a retirárselo con cuidado y cuando se lo quitó del todo se quedó mirando al trasluz el condón y la bolsa de líquido blanco en su extremo mientras se reía. Luego hizo un nudo en el condón, se dio la vuelta y reptó hasta el cabecero de la cama, donde lo colocó colgando de la barra de arriba.

Después puso a 4 patas otra vez y se acercó poco a poco a Pedro, que seguía de rodillas en el otro extremo de la cama y con la misma erección que al principio.
“¿qué podemos hacer para que se te baje esto?”
Dijo mientras se la agarraba con una mano.
Ufff que ganas de que se consume está cornada
Sigo pensando qué te podías dedicar a escribir un libro entero con este relato. Algunos de los qué escriben libros eróticos y llevan tiempo en ello no te llegan literariamente a los tobillos y si hablamos de la manera de encadenar las situaciones más de lo mismo. Mis felicitaciones.
 
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