La cena del Idiota

Habrán nuevas historias, novelas, películas donde el mayordomo es el asesino? 🤔
 
Y aquí está la continuación. Perdonad las tardanza.
Otra cosa más. Tengo que avisar, para los que gusten de relatos cortos que vayan al grano, que éste no lo va a ser. Es largo, porque en él he plasmado todas las situaciones que tenía en la cabeza. Va a haber un poco de toda la mierda que quería sacar. Ya sabéis, morboseces que uno va acumulando en su fuero interno y más oscuro de tanto leer en sitios como éste. De hecho, y por consejo de un amigo, estoy pensando en publicar un libro completo. De momento es una idea, y sería más por orgullo personal que otra cosa, pero... ahí lo dejo.

La última casa a la izquierda​



La casa de su prima era moderadamente grande. Estaba algo apartada, lo que le daba mayor intimidad y su ubicación era perfecta. Situada al final de la calle, donde terminaba el paseo y empezaba el litoral. Frente a ella, cruzando el propio paseo y bajando por unas rocas, se podía alcanzar la playa por su lateral izquierdo.

El lugar era el típico pueblo costero que se llena de turistas en verano, lo que le daba cierto toque impersonal en esas fechas. Con una playa en forma de C estirada y sus casas repartidas alrededor de ella siguiendo la misma línea del mar, se podría considerar un lugar idílico para pasar unas vacaciones. «Bien —pensó Dani—, el lugar es agradable y parece algo solitario. Mejor para estar los dos solitos». Para Dani no lo iban a ser tanto, aunque él en ese momento no lo sabía.

Después de bajarse del coche y con aquel panorama, el recuerdo del gasolinero parecía quedar a años luz. Se acercaron hasta una portezuela de madera que daba acceso al jardín delantero de la casa y llamaron al timbre. Nadie contestó. De hecho no se veía a nadie por aquel lugar, ni en la calle ni circulando. De nuevo la sensación de paz.

—A ver si nos ha dejado la casa para nosotros solos —comentó Dani evitando sonreír de oreja a oreja.

—¿Te imaginas? —contestó Alba con la misma ilusión contenida.

De la casa apareció entonces una mujer haciendo señas con la mano para que pasaran mientras caminaba hacia su encuentro. Pasaba ampliamente de la treintena y mostraba una sonrisa resplandeciente. Alta, morena, bien parecida y sin duda proveniente de la misma rama familiar que Alba a tenor de su generoso busto.

Dani se fijó en el jardín mientras caminaba por detrás de Alba. La parcela estaba bien cuidada, con unos adornos florales muy vistosos. El olor a hierba recién segada aún permanecía en el ambiente. Era evidente que lo habían arreglado esa misma mañana. Era un jardín espacioso que iba a dar para muchas siestas y quién sabe si algún que otro achuchón. Ya estaba saboreando la tranquilidad de sus vacaciones junto a su novia.

—¡Alba, preciosa! —dijo su prima antes de abrazarse.

—Marta guapaaa.

Por instinto no pudo reprimir una miradita a las tetas de su prima que venían moviéndose bajo su camisa. Y cuando ambas se fundieron en un abrazo, tampoco pudo resistir fijarse en aquellos tetones apretujados entre sí. Se le ocurrió pensar que si se desplazaran ligeramente cada una hacia un costado, podrían encajarse como dos piezas de lego. Desechó su maledicente pensamiento con una sonrisa disimulada, en realidad estaban mejor así, teta contra teta. De no llevar ropa sus pezones se estarían tocando. Se le borró la sonrisa cuando notó el amago de una indecorosa erección y se sintió mal por ser tan superficial y tan cerdo.

Cuando ambas se soltaron y terminaron de besarse las mejillas, le tocó el turno a él.

—Así que tú eres Dani, el que tiene cautivada a mi prima preferida. Alba no ha parado de hablar de ti.

—Y tú Marta, la primísima. Encantado.

El abrazo fue igual de efusivo que el de Alba y pudo notar de primera mano aquella turgencia en su pecho. Al rodear ella su cuello con ambos brazos y quedar parcialmente echada sobre él, pegaba no solo el torso sino el resto del cuerpo y, como eran casi de la misma altura, su polla quedaba apretada contra la entrepierna de ella. Su imaginación hizo que le sobrevinieran imágenes parecidas a las anteriores, muy poco idóneas en ese momento por lo que la erección creció un poco más y rezó para que no la notara. Incluso sacó el culo un poco hacia atrás para disminuir presión sobre ella en esa zona. Fue un alivio cuando lo soltó al fin y lo tomó de los hombros.

—Me alegro de conocerte en persona por fin. Venid, acompañadme a la parte de atrás donde está la piscina para que os presente al resto.

Dani frunció el ceño e intercambió una mirada con Alba que respondió con un encogimiento de hombros. Ella tampoco sabía nada, al parecer.

La siguieron hasta llegar a la parte trasera donde estaba la piscina y una pequeña barbacoa. La visión resultó desoladora. Una bandada de adolescentes correteaba y se divertía junto a la piscina a voz en grito. Habían tomado la zona ocupando las tumbonas y desperdigando chancletas, ropa y bolsas de playa. Un montón de vasos y restos de comida yacían esparcidos por doquier.

—Cristian, el hijo de mi pareja, está pasando unos días aquí. Estos son sus amigos que han venido a pasar la tarde y darse un chapuzón.

Dani tenía las cejas levantadas y la boca medio abierta. Aquello parecía la guerra. Adiós a su ilusión de un verano a solas con Alba. Y ni hablar de verla en topless ni correteando desnuda por el jardín. No se le ocurría peor compañía que un puñado de adolescentes ruidosos con las hormonas desbocadas.

—Les he sacado algo para picar —dijo Marta al darse cuenta del estropicio de comida—. Pero ya sabéis, estos críos…

—Ya, ya, claro —contestó Alba intentando no hacerle sentir incómoda.

—¡Cristian! —llamó entonces Marta, agitando la mano en dirección a un muchacho alto y esbelto.

El chico levantó la mirada percatándose, por primera vez, de su presencia. Tras unos segundos observándolos, intercambió unas palabras con dos amigos que tenía al lado, haciendo que ambos giraran sus cabezas hacia ellos. Dani supuso que la exuberancia de Alba había despertado el interés de aquellos sacos de hormonas. Hubo algunos cuchicheos seguidos de unas sonrisas antes de que el muchacho comenzara a acercarse.

—Ésta es mi prima Alba, la que te dije que iba a venir con su novio a pasar unos días.

Saludó a Dani con un choque de manos y un escueto “qué tal”. A Alba le dedicó media sonrisa antes de darle dos besos. Lo hizo sin despegar los ojos de los de ella.

—El resto son amigos de Cristian, pero mejor se los presentas luego —dijo dirigiéndose a él—. ¿Ahora por qué no acompañas a Dani a subir sus maletas mientras yo le enseño a Alba la casa? He hecho alguna reforma, ¿sabes? —dijo dirigiéndose a ella— Ya veréis qué habitación os he preparado.

Mientras las chicas entraban en la casa, ellos dos se dirigieron al coche a por las maletas. Dani decidió romper el hielo con aquel adolescente que no debía pasar de los dieciocho.

—Está bien la casa. Menuda piscina más guapa.

—Sí, muy guapa —contestó el chico con cierta desgana. Se lo veía cortado en su compañía.

—Y has venido a pasar… ¿unos días, todo el verano…?

—Pues no sé —dijo tomando la primera de las maletas que le pasó Dani—. Me quedo aquí hasta que vuelva mi padre. Ahora está de viaje por trabajo y no sé cuándo volverá. Mi padre y ella… ya sabes.

—Sí, sí, claro.

Supuso que Marta se estaba encargando del hijo de su novio en su ausencia. Lo cual lo descorazonaba pues mucho se temía que su padre no vendría a por él antes de que ellos regresaran a su casa o, si lo hiciera, probablemente se quedaría a pasar unos días. Maldijo por lo bajo su mala suerte.

Cuando fue a pasarle la segunda maleta, Cristian ya había desaparecido. «Cojonudo —pensó—, y se lleva la más pequeña. Me toca llevar las otras tres yo solo». Alba era de esas que viajaba bien provista. Cogió una maleta en cada mano y puso la tercera debajo de la axila. Caminó con dificultad hasta la casa. Dentro no había ni rastro de Cristian ni de las chicas pero vio una escalera que daba acceso al piso superior. Justo cuando se disponía a subirla apareció Cristian que bajaba por ella.

—La primera habitación de la izquierda —dijo señalando hacia atrás con el pulgar.

«Gracias por la ayuda. No te hernies», pensó. Cristian desapareció a través del salón por el que tenía acceso a la piscina donde estaban sus amigos. Cuando Dani llegó arriba se metió en la primera habitación siguiendo las indicaciones del chaval.

La cama parecía mullida. Dejó las maletas en un lado y saltó con el culo sobre ella comprobando que no hacía ningún ruido. Se alegró de que no sonara el típico ñic-ñic para cuando follaran. Se tumbó hacia atrás y cerró los ojos. Alba no aparecía ni oía su voz. Al parecer todavía debía estar de tourné por la casa. Decidió ir a buscarlas.

Recorrió el resto del pasillo hasta el fondo donde encontró unas escaleras. Desde allí se oían unas voces que reconoció enseguida y subió por ellas. Llevaban a una habitación en una planta superior. Las chicas estaban de espaldas, sentadas en la cama, la una junto a la otra.

—Pues sí. Y está guapísimo —decía Marta.

Debían estar hablando de él. Sonrió al oír el piropo. Nunca desagrada oír cosas bonitas de uno mismo. Se quedó a escuchar tras la rendija de la puerta.

—Bueno, tanto como guapísimo…

—Que sí, que sí. Anda que, está para hacerle un favor. —Le dio un codazo.

—Pero qué guarrona —se quejaba Alba—. Que tienes pareja.

—Tú también y qué.

—Ay, calla, no seas boba. Yo con Dani ya tengo suficiente.

—Si le hubieras visto no dirías lo mismo.

—Si le hubiera visto no diría nada.

—Venga ya. No me digas que nunca has pensado…

—Ya te he dicho que tengo suficiente con mi novio.

—¿Ah, sí? ¿Y sabe tu novio lo de…?

—No —chistó—. Y mira, mejor así. —Alba apartó la mirada.

—Ya, claro —dijo condescendiente.

—De claro nada, rica. No empieces otra vez. Y vamos abajo que me estará esperando —contestó algo alterada.

A Dani le había cambiado la cara. Era lo que se dice “ir a por lana y salir trasquilado”. Se pasó la mano por la frente y lamentó haberse quedado a escuchar. ¿De quién demonios hablaban, de Rafa? ¿Y qué era eso que no le había contado? De nuevo recordó cuando le oyó decir que había pasado algo con su ex una tercera vez y una honda preocupación inundó su estómago.

El ruido de pisadas le indicó que debía salir de allí pitando si no quería que lo pillaran espiando. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo sin hacer ruido. Atravesó el pasillo y se coló en su cuarto echándose hacia atrás en la cama, como si hubiera estado todo el tiempo esperando en esa posición. Después, con el corazón a tope, lo pensó mejor y se incorporó. Abrió el primer cajón de la mesilla decidido a comenzar a meter ropa o a simular que lo hacía. La sorpresa vino cuando descubrió que el cajón estaba lleno de prendas.

Cogió una de ellas con dos dedos y la levantó hasta tenerla frente a su cara, extrañado. Al desplegarla vio que era ropa interior femenina.

—¿Qué haces en mi cuarto? —sonó la voz de Marta desde la puerta— Y ¿qué haces con mis bragas?

La imagen de Marta con la frente arrugada y los ojos como platos era desoladora.

—Yo pensaba… No sabía…

—Tu cuarto está al final ¿Es que no te lo ha dicho Cristian? —dijo señalando hacia el fondo del pasillo—. Pero si ha dejado la maleta allí.

El tono de voz pretendía ser amable pero se notaban los esfuerzos por no enfadarse. Turbada por ver ultrajado su santuario más íntimo.

Dani comprobó, con consternación, que en ese cuarto solo estaban las tres maletas que había subido él. Se levantó con la cara roja como un tomate, sin saber muy bien qué hacer con la prenda aún entre sus manos. Marta se las arrancó de entre los dedos y las tiró con más fuerza de la necesaria dentro del cajón.

—¿Qué pasa? —dijo Alba asomando la cabeza por la puerta alertada por las voces.

—Aquí, tu novio. No me dijiste que es de esos a los que les gusta la ropa interior de mujer —dijo con tono burlonamente incisivo.

Dani se puso tenso y endureció la mirada. Después, habló siseando cada sílaba, contemporizando su malestar por el bochornoso malentendido.

—Cristian me dijo…

—Déjalo, anda, y vete con tu novia, que ya veo que la echas mucho de menos —le guiñó un ojo—. Quizá tenía que haber puesto rollos de papel en tu lado de la cama porque me parece que tú…

Su cara se puso de varios colores y se mordió la lengua para no decir algo impropio. Alba lo miraba entre la desaprobación y el desconcierto.


— · —


—Te juro que me dijo la primera a la izquierda —se lamentaba ya en su cuarto. Iba de un lado a otro como un león enjaulado.

—Déjalo ya. Tampoco se lo ha tomado mal. —Alba, de espaldas a él, plegaba su ropa en los cajones del armario.

—Ya, pero ahora piensa que soy un fetichista pajillero. Joder, qué humillación.

—Pues no haber rebuscado en sus cajones.

—¡Que no lo sabía!

—Vale, vale, ya te he oído —rió mientras colocaba otra prenda con total parsimonia—. Oye, y… dime una cosa. ¿Las oliste?

—Eres tontísima, de verdad. —La miraba con los ojos achinados, empezando a entrar en su juego.

Ella se carcajeó y lo abrazó pegando su frente a la de él.

—Solo bromeaba, bobo. Ya sabes que me gusta picarte. —Frotó su nariz con la de él—. No te sulfures, seguro que a ella ya se le ha olvidado. Y lo de Cristian… si empiezas a contar desde aquí, sí que estamos en la primera habitación de la izquierda.

«Ya, será eso», pensó Dani.

—Venga —Alba tomó su cara entre sus manos y lo besó—. Tú solo piensa en lo bien que lo vamos a pasar, ¿vale?

Recibió el beso con agrado y aprovechó para alargarlo. Cuando Alba se quiso dar cuenta, ambos estaban tirados sobre la cama y se acoplaba encima de ella pegando su paquete a su entrepierna con una sonrisa malévola.

—Ahora no, Dani —protestó Alba sonriendo—. Que se nos va a hacer tarde.

—Siempre hay tiempo para esto. —Entrelazó sus dedos con los de ella, inmovilizándola. Clavó un poco más su paquete con suavidad. Alba se mordió el labio inferior. Dani estaba pletórico por ahí abajo.

—Venga, va, déjalo. Lo hacemos a la noche. —Era más un ronroneo que una protesta.

—Llevamos dos semanas sin hacerlo —protestó mordiendo su cuello. Ella cerró los ojos de placer. Soltó sus manos y rodeó el cuello de él que aprovechó para hacerse con sus tetas y amasarlas con delicia. Alba se dejó hacer unos segundos y de improviso lo volteó quedando sobre él, aprisionándolo bajo su peso.

—Soy más fuerte que tú y digo que pares. —Frotó su nariz con la de él—. Puedo hacerte daño en partes de tu cuerpo que jamás imaginarías, “pequeño”.

—Ay —se quejó Dani.

—No iba con segundas —atajó rápidamente ella—. Pero mira, ya que sale el tema, no deberías quejarte, que tú siempre empiezas con expectativas más “grandes” de la cuenta.

—No tiene gracia.

—No la tendrá para mí, ¿no?... chiquitín.

—¡Vale, Alba! —Sonó más brusco de lo que esperaba. Dejó de manosearla y fue relajando los dedos con que apresaba sus tetas.

—Ey, que hablaba en broma —intentó tranquilizar—. Te estaba vacilando. No te mosquees. Sabes de sobra que no me importa.

El descubrimiento de las dotes de Rafa y su polla magnífica estaban acomplejando más de la cuenta a un Dani ya de por sí tocado. Sumado al monstruoso consolador que tanto había gustado usar, hacía que su autoestima estuviera bajo mínimos. Y para rematar, algo le decía que, tarde o temprano, tendría que vérselas con su exnovio del que ella parecía esconder algo inconfesable.

—Vale, tienes razón —concedió—. Lo dejamos para otro rato.

—Dani, joder, estaba de coña —insistió—. No iba con mala intención. Deja de comerte el tarro con el puto temita de una vez.

Agarró la cabeza con ambas manos pegando su frente a la de él.

—Me gustas tal y como eres, sin cambiar nada de ti. Me gustas así, punto. ¿Tú me querrías menos si yo tuviera las tetas pequeñas?

Dani intentó sonreír y negó con un leve gesto de cabeza. La abrazó y besó sus labios. Ella correspondió su beso pero dejó de notar la dureza entre sus piernas. El momento se había roto.

Otra vez.

Casi como si de una pareja de desconocidos se tratara, se ducharon y se prepararon para bajar con Marta a la piscina. Todavía quedaba el resto de la tarde para descansar al sol.

Cuando salían por la puerta de su dormitorio, Alba se subió a su espalda rodeándolo con las piernas y abrazándolo desde atrás.

—Cuando volvamos a la habitación vamos a retomar lo que hemos dejado antes. ¿Me has oído? Yo también tengo muchas ganas y no voy a dejar que pares hasta que te arda la polla.

—No sé yo si será buena idea. Hay quien dice que soy pura dinamita.

Sonrió aliviada al oírlo bromear otra vez y lo abrazó con fuerza.

—Voy a hacerte muchas cosas, nene.

—Pues vas a tener que emplearte a fondo. Me has tenido dos semanas a palo seco.

—¿Ah, sí? Pues en ese caso no vas a olvidar esta noche en tu vida. Como premio y sin que sirva de precedente, te voy a hacer una cubana con mamada incluida y voy a dejar que te corras en mis tetas o en la cara, lo que prefieras.

A Dani se le puso dura solo de imaginarlo. Ella nunca hacía cubanas ni le dejaba correrse en su cara. No disfrutaba haciéndolas y verse manchada le parecía denigrante así que él apenas disfrutaba de esa práctica. Para Dani era todo lo contrario, ver a Alba arrodillada con su cara o sus enormes tetas mancilladas con su semen le producía un placer indescriptible.

Salieron de la habitación con ella subida a sus espaldas. Pese a no tener el físico de un bombero de calendario, su cuerpo nervudo le permitía transportarla como si fuera una mochila llena de plumas. Lo que a Dani pudiera faltarle en la cama le sobraba en todo lo demás.

Cuando llegaron a la piscina, las cosas no habían cambiado mucho desde la última vez. La zona parecía un descampado de vasos y trozos de comida a medio morder. Bolsas con restos de chucherías eran arrastradas con cada soplo de brisa. Marta se afanaba en recomponer un poco la zona de vez en cuando paseándose con una bandeja en la mano.

Mientras tanto, Cristian y sus amigos correteaban y se empujaban al agua haciéndose los gallitos frente a las chicas que no paraban de ocultar sus risitas como gallinas cluecas. Divina juventud.

Marta alzó el brazo y les hizo señas para que se acercaran donde estaba ella. Había reservado unas tumbonas. Su ubicación frente al sol, era la ideal para descansar un rato en ellas. Lo malo era que estaban peligrosamente cerca del borde de la piscina.

Todas las miradas, incluidas las de las chicas se giraron al ver a Alba y su modelito. No era un bikini típico para el baño sino uno de esos que están diseñados para lucirlo con un cuerpo perfecto. El resto de complementos como las gafas de sol, pareo, chanclas, etc, iban a juego con la prenda de dos piezas. Y lo más importante, un busto que ninguna de las allí presentes soñaba con poder lucir algún día. Y no solo era eso; las piernas, un culo de infarto, todo. Hasta a Dani le costaba no quedarse embobado viéndola caminar.

—Les he dicho a los chicos que os dejen estas dos —comentó Marta—. Es la mejor zona de la piscina. Justo aquí entra una brisilla superagradable que con este calor…

A Dani le preocupaba lo cerca que estaban de aquella jauría de adolescentes cachitas y hembras ávidas de la atención de sus gallos de corral. Se colocó en una de ellas y dejó la más alejada para Alba haciendo él de barrera con el resto.

—Voy a prepararos algo fresquito para beber —dijo Marta.

Se metió en la casa dejándolos a solas. Alba se colocó las gafas y se acomodó en su tumbona. Le sonrió a Dani en señal de que oficialmente sus vacaciones de relax habían comenzado.

—Con este sol seguro que me pongo morenita enseguida —dijo ella—. Lástima que no me pueda quitar la parte de arriba para que no me quede marca —susurró con un guiño de complicidad.

Se la imaginó en bolas y lamentó más que nunca la presencia de aquellos críos. Se recolocó la entrepierna que ya comenzaba a hacerle daño cuando un salpicón más grande que un tsunami los empapó por completo.

—¡Pero qué coño…!

Alba se incorporó dando bocanadas de aire por el susto y por el contraste del agua con su piel caliente. Ella se había llevado la peor parte y todo su cuerpo estaba empapado incluido su pelo que había cuidado todo el día de no estropearlo. Quizás fuera esto lo que más le enfadó. Se quitó las gafas y se acercó al borde. Algún gracioso había saltado con toda la mala intención. Aquel gracioso tenía nombre conocido, Cristian.

—Oye guapo, que me has empapado.

—Perdona —dijo disimulando una sonrisa—, ha sido sin querer.

—Sí, seguro —respondió enojada—. Me has puesto perdida.

—Venga mujer, que solo es agua.

Le salpicó de nuevo con un manotazo insistiendo en la broma y mojándola aún más. Ella tuvo que dar un saltito hacia atrás para atenuar en lo posible la mojadura.

—Ey, para.

—Si es para refrescarte, que estás muy caliente. Por el sol, digo. —Las risas del resto estallaron como un torrente. Para rematar, dio otro manotazo más.

Dani se vio en la obligación de acudir en su auxilio. Se colocó en el borde de la piscina, un paso por delante de ella.

—Oye, tío, te ha dicho que pares.

Cristian cambió el tono. —Que solo es agua, joder. No te sulfures.

Dio otro manotazo para mostrárselo. Dani no se inmuto recibiendo toda la mojadura intentando proyectar la imagen de tío duro. Y cuando estaba a punto de soltar una réplica, la mano de Alba se posó en su antebrazo.

—Dani, tranquilo. Que solo están jugando.

El rictus de su cara indicaba enojo contenido, pero la advertencia era para él. Lo último que quería era iniciar una bronca en casa de su prima con el hijo de su novio. Dani decidió claudicar y relajarse cuando, de repente, alguien empujó con fuerza a Alba haciendo que volara hacia la piscina y cayera al agua con estrépito. Al mirar hacia atrás vio a dos de los amigotes de Cristian partiéndose de risa.

El primer instinto fue el de salir tras ellos, pero ambos desaparecieron corriendo entre carcajadas en diferentes direcciones, dejándolo en medio de la nada; desconcertado, sin saber hacia dónde ir o contra quién tomarla.

Por el rabillo del ojo vio a Alba emergiendo del agua. De su peinado ya no quedaba nada. El pelo de su melena caía como chorretones. La vio apartándose el agua de la cara junto a varios mechones, resoplando.

Cristian, a un metro de ella, se aguantaba la risa viendo su peinado y su aspecto arruinado. Alba echaba chispas.

—¡Mierda, joder!, sois idiotas.

Bufó y se acercó al borde para que su novio la ayudara a salir. Cuando lo hizo, el agua chorreaba por su cuerpo. Su modelito había quedado arruinado. La tela se pegaba a su piel lo que hacía que se transparentara en gran parte. Algunos aullaron al ver el espectáculo.

Dani se colocó en el borde con los brazos en jarras. —¿¡Pero vosotros de qué vais?

—Relaja, tío —contestó Cristian sacando pecho—. Que no es para tanto.

Alba le tomó de un hombro. —Vale, Dani, déjalo. Estos chavales se ponen un poco gilipollas cuando se juntan en manada. —Se miró de arriba a abajo—. Voy a dentro a cambiarme. Me han dejado el pareo como un churro. Espérame aquí.

Cuando Alba se marchó, Dani se giró de nuevo hacia Cristian.

—Deberías tener más respeto, chaval. —Cristian no le hizo ni caso y siguió a lo suyo con sus colegas.

Volvió a ocupar su tumbona e intentó tranquilizarse mientras veía a su novia desaparecer dentro de la casa. Había escurrido su pelo antes de entrar dejando un charquito en el suelo.

Se colocó las gafas oscuras y se recostó hacia atrás sin perderlos de vista. Cristian y sus amigos se habían tranquilizado y se mantenían en su lado de la piscina. Cuchicheaban, seguramente a costa de Alba o de él mismo. Por suerte no volvieron a acercarse ni a molestarlo.

En un rápido reconocimiento constató que las chicas de aquel grupo, aunque auténticas chonis y poligoneras, no estaban nada mal. Un poco jóvenes para él pues apenas habían pasado de la mayoría de edad, pero todas con mucho de donde agarrar.

No pudo evitar repasar una y otra vez aquellos cuerpos adolescentes mientras esperaba paciente la vuelta de Alba. Quizás las muchachas no cultivaban su mente pero sus cuerpos eran otra cosa.

La espera hizo que comenzara a vencerle el sopor y le costara no cerrar los ojos mientras aguardaba paciente a su novia. Terminó por caer rendido.

Se despertó de un sobresalto. No sabía cuánto tiempo había estado dormido, pero su novia seguía sin aparecer. Se encontraba algo fuera de lugar allí solo, así que se levantó y se dirigió a la casa a buscarla. Pasó por detrás del grupo de chicos que en ese momento se reían por lo bajo. Nada más entrar al salón desde el jardín giró a su izquierda, hacia las escaleras que subían a las habitaciones. Alba estaba allí, sobre el primer escalón.

Con Cristian.

Apoyaba su espalda en la pared con las manos por detrás. Él también se apoyaba, pero posando su codo demasiado cerca de la cabeza de ella y, aunque dentro de la casa hacía frío, no se había puesto la camiseta, aprovechando para lucir musculitos.

Ella estaba en el primer escalón, pero sus cabezas estaban a la misma altura debido a la estatura de él. Así que sus caras quedaban muy cerca la una de la otra. Cuchicheaban. El muy crápula susurraba acercándose a su oído en plan tonteo y ella le reía sus gracias. Estaba muy pegado a ella, demasiado. De paso, entre susurro y susurro, echaba una miradita a su escote.

Dani no supo cómo reaccionar de primeras. No es que estuvieran haciendo nada malo, pero le repateó que se encontrara allí hablando con él en plan tonteo después de haber salido enfadadísima de la piscina por su culpa y la de sus amigos.

Cuando ella lo vio, se incorporó y le hizo señas para que se acercara, pero Dani dudó, no le apetecía ni media hablar con ese idiota.

Giró a la derecha y recorrió el pasillo en dirección a la cocina, alejándose. Su novia salió tras él mientras Cristian sonreía divertido. Le alcanzó antes de llegar a la puerta.

—Eh, Dani.

—Tu prima tarda con las bebidas —dijo sin girarse pero intentando aparentar un tono neutro—. He venido a ver si necesita ayuda.

—He preparado un capazo con unas toallas y un par de cosas —dijo en lo que a Dani le pareció una excusa improvisada—. He pensado que podríamos irnos a la playa tú y yo solos para estar tranquilos.

Le mostró una bolsa de playa que él no se molestó en mirar. Alba volvió a tomar la palabra. —Justo ahora se lo estaba diciendo a Cristian.

Nuevo silencio.

—Igual hasta podríamos llevarnos un par de tumbonas.

—Yo casi mejor no —dijo por fin—. Creo que prefiero dar un paseo, y así conozco la zona por mí mismo.

Intentaba modular su tono de voz para no parecer un niño enfurruñado, que era seguramente lo que estaba siendo, pero es que le había dolido verla llevarse bien con ese niñato. En ese momento apareció Marta que salía de la cocina.

—Ah, ¿estáis aquí? —Llevaba una bandejita con una jarra y unos vasos.

—Sí, pero ya nos vamos. Dani y yo vamos a dar un paseo. Aquí es imposible estar tranquilos con esa panda de asilvestrados. No sabes la que me han liado en la piscina. He tenido que subir a cambiarme. —Le mostró su pelo todavía húmedo ya sin rastro de su alisado de peluquería—. Es para matarlos, ¿verdad, Dani? —dijo intentando meterlo en la conversación y encontrar su complicidad—. Ha tenido que pararles los pies.

Dani miró a Marta y se encogió de hombros a modo de respuesta neutra. Resulta que ahora su actitud en el borde de la piscina sí había sido la correcta.

—Oy, estos muchachos son incorregibles —dijo Marta—. Ahora mismo les digo algo.

—Déjalo, solo son niños grandes. Total, así aprovecho para enseñarle la zona a Dani. —Se echó el pelo hacia atrás ahuecándolo—. ¿Te parece, Amor?

Esperó paciente a que contestara con los ojos fijos en los suyos. Lo estaba midiendo, a la espera de su reacción. Él sostuvo la mirada unos segundos hasta que por fin sonrió. Una sonrisa tímida de medio lado que disimulaba su estado de ánimo a la perfección.

—Va a ser lo mejor —claudicó condescendiente.

Alba respiró aliviada y una sonrisa se dibujó en su cara.

—Te voy a enseñar los miradores y después, si quieres, podríamos volver caminando por la playa. Ya verás qué bonita es y qué arena más fina tiene.

—Ah, pues si vais a la playa igual veis a Martina que está con su novio.

—¿Está allí? —preguntó Alba sorprendida.

—Sí, se tira todas las tardes tumbada al sol con Marcos. Ya casi apenas se acuerda de que tiene una hermana. Ahora que has venido tú a lo mejor se pasa por aquí más a menudo.

Fin capítulo VI
 
Primero que todo me gustaría felicitar al autor, ya que me está gustando mucho la historia. Hace un tiempo que no sigo mucho las historias nuevas y esta me está gustando mucho.

Dicho lo anterior, hay un punto que comenté en el capítulo pasado y que vuelve a pasar en este nuevo capítulo y es la NULA capacidad de Alba de empatizar con Dani y de sentir cuando Dani está incómodo. En este nuevo capítulo tenemos el comentario sobre “pequeño” y lo que pasa en la piscina. Haciendo un breve resumen, tenemos lo del café con el tal Javier, tenemos lo que pasó con la polla de plástica, lo de “pequeño” y lo de la piscina.

Viendo esas 4 cosas, no creen ustedes que quizás la relación de Alba y Dani llegó a este viaje ya con muchos problemas, a punto de terminar, y eso lo iremos viendo en los flashbacks? Creo que si eso fuera así, explicaría bastante las actitudes de Alba con Dani.
Es más, quizás por eso Dani quería que las vacaciones las pasaran solos, para intentar recomponer la relación. En cambio, Alba ya no le interesaba arreglar nada. ¿Qué opinan?

PD: Para mi que la historia sea larga le suma mucho.
 
...
Viendo esas 4 cosas, no creen ustedes que quizás la relación de Alba y Dani llegó a este viaje ya con muchos problemas, a punto de terminar, y eso lo iremos viendo en los flashbacks? Creo que si eso fuera así, explicaría bastante las actitudes de Alba con Dani.
Es más, quizás por eso Dani quería que las vacaciones las pasaran solos, para intentar recomponer la relación. En cambio, Alba ya no le interesaba arreglar nada. ¿Qué opinan?
PD: Para mi que la historia sea larga le suma mucho.

Al inicio, en el primer capítulo lo establece el autor como uno de los motivos principales del viaje. ;)
"Iba a ser un momento especial. No solo porque ella volvía a su
pueblo paterno después de muchos años, sino porque así
aprovechaban para pasar las vacaciones. Además sería una buena
oportunidad para intentar solucionar los problemas de pareja por
los que venían atravesando últimamente."
 
Última edición:
Al inicio, en el primer capítulo lo establece el autor como uno de los motivos principales del viaje. ;)
"Iba a ser un momento especial. No solo porque ella volvía a su
pueblo paterno después de muchos años, sino porque así
aprovechaban para pasar las vacaciones. Además sería una buena
oportunidad para intentar solucionar los problemas de pareja por
los que venían atravesando últimamente."
Se me había olvidado completamente esa parte! Pero sí, ahora encuentro que tiene bastante más sentido las actitudes que ha tenido Alba. Yo creo que esos “problemas de pareja” son bastante graves y que Alba y Dani están mucho más cerca de separarse que de la reconciliación.
 
Se me había olvidado completamente esa parte! Pero sí, ahora encuentro que tiene bastante más sentido las actitudes que ha tenido Alba. Yo creo que esos “problemas de pareja” son bastante graves y que Alba y Dani están mucho más cerca de separarse que de la reconciliación.
Muy complicada está la relación, lo de la separación o reconciliación ya no creo dependa de Dani, lo veo en como Alba modifique su actitud hacia su novio. la que no parece mejorar, todo lo contrario.
 
Como me ha indignado este capítulo.

Joder, que ya no se trata de "lo que parece ser", de interpretaciones, ni celos, Alba lo trata como un perro, es su mascota, y cada vez que puede le recuerda su inferioridad, y los varios escalones que debajo de ella se encuentra.

Ni la intimidad espera para enrostrarle su inferioridad sexual, con una condescendencia casi burlesca en todo momento se lo recuerda, en los peores.

La actitud de Marta, inexplicable, escala una confusa y ridícula situación con Dani, para hacerle una velada declaración de guerra. Sumado a las sugerencias que le dio a Alba veo oscuras intenciones en ella

No me van a decir que es inocente la posición en que encontró a Alba y Cristian en las escaleras, es cualquier cosa menos eso.

Encontrar a tu mujer apoyada de espaldas con los brazos atrás, mientras un guaperas de apenas 18, sin camisa, un peldaño bajo ella para igualar sus alturas, apoyado con el codo pegado a su cara y susurrándole cosas al oído mientras ella se ríe, es un descaro, sobre todo luego de lo ocurrido en la piscina. Y luego le dice a Dani que le estaba diciendo sobre la playa, absurdo.

Claramente una situación de índole sexual, sin ambigüedades, ahí no hay espacio para interpretaciones, la posición de Cristian es la de un tipo enviando señales de su interés por poseer a su hembra, y la de Alba de una hembra muy receptiva aprobando esas señales.

Ya quisiera un Dani mezcla de "El puertas" de Turista, de un Diego de FranRel, y un "Pepe" de C. Velarde, pero con cierta resignación, vaticino que con Dani no tendremos mucho de ellos.

Me bastaría el Dani antes de Alba, pero apuesto que será muy difícil recuperar a aquel Dani del mesón en el bar, ese que con su silencio contemplativo entre frases expresaba más de lo que se evidenciaba, marcando claramente su posición ante las cosas, e indicando a su entorno el trato que se merecía.

Preocúpate y ocúpate Dani, aunque sabemos como terminará este viaje, la idea es que termines lo menos dañado posible, ninguna Alba vale la pena.:cool:
 
Última edición:
Primero que todo me gustaría felicitar al autor, ya que me está gustando mucho la historia. Hace un tiempo que no sigo mucho las historias nuevas y esta me está gustando mucho.

Dicho lo anterior, hay un punto que comenté en el capítulo pasado y que vuelve a pasar en este nuevo capítulo y es la NULA capacidad de Alba de empatizar con Dani y de sentir cuando Dani está incómodo. En este nuevo capítulo tenemos el comentario sobre “pequeño” y lo que pasa en la piscina. Haciendo un breve resumen, tenemos lo del café con el tal Javier, tenemos lo que pasó con la polla de plástica, lo de “pequeño” y lo de la piscina.

Viendo esas 4 cosas, no creen ustedes que quizás la relación de Alba y Dani llegó a este viaje ya con muchos problemas, a punto de terminar, y eso lo iremos viendo en los flashbacks? Creo que si eso fuera así, explicaría bastante las actitudes de Alba con Dani.
Es más, quizás por eso Dani quería que las vacaciones las pasaran solos, para intentar recomponer la relación. En cambio, Alba ya no le interesaba arreglar nada. ¿Qué opinan?

PD: Para mi que la historia sea larga le suma mucho.
Yo lo tengo muy claro" Mejor solo que mal acompañado".
Mujeres mejor que Alba va a encontrar Dani seguro. No va a perder absolutamente nada.
Prefiero una chica que no esté muy buena, pero sepa valorar lo que tiene y demuestre su amor, que una tía buena mono neuronal y que se cree más de lo que es como Alba.
El no va a perder absolutamente nada y Alba va a perder un chico que difícilmente va a volver a encontrar en su vida.
 
Como me me ha indignado este capítulo.

Joder, que ya no se trata de "lo que parece ser", de interpretaciones, ni celos, Alba lo trata como un perro, es su mascota, y cada vez que puede le recuerda su inferioridad, y los varios escalones que debajo de ella se encuentra.

Ni la intimidad espera para enrostrarle su inferioridad sexual, con una condescendencia casi burlesca en todo momento se lo recuerda, en los peores.

La actitud de Marta, inexplicable, escala una confusa y ridícula situación con Dani, para hacerle una velada declaración de guerra. Sumado a las sugerencias que le dio a Alba veo oscuras intenciones en ella

No me van a decir que es inocente la posición en que encontró a Alba y Cristian en las escaleras, es cualquier cosa menos eso.

Encontrar a tu mujer apoyada de espaldas con los brazos atrás, mientras un guaperas de apenas 18, sin camisa, un peldaño bajo ella para igualar sus alturas, apoyado con el codo pegado a su cara y susurrándole cosas al oído mientras ella se ríe, es un descaro, sobre todo luego de lo ocurrido en la piscina. Y luego le dice a Dani que le estaba diciendo sobre la playa, absurdo.

Claramente una situación de índole sexual, sin ambigüedades, ahí no hay espacio para interpretaciones, la posición de Cristian es la de un tipo enviando señales de su interés por poseer a su hembra, y la de Alba de una hembra muy receptiva aprobando esas señales.

Ya quisiera un Dani mezcla de "El puertas" de Turista, de un Diego de FranRel, y un "Pepe" de C. Velarde, pero con cierta resignación, vaticino que con Dani no tendremos mucho de ellos.

Me bastaría el Dani antes de Alba, pero apuesto que será muy difícil recuperar a aquel Dani del mesón en el bar, ese que con su silencio contemplativo entre frases expresaba más de lo que se evidenciaba, marcando claramente su posición ante las cosas, e indicando a su entorno el trato que se merecía.

Preocúpate y ocúpate Dani, aunque sabemos como terminará este viaje, la idea es que termines lo menos dañado posible, ninguna Alba vale la pena.:cool:
Pues yo creo que ese Dani volverá a aparecer y mandará a Alba a paseo.
Cuando a uno le tocan los cojones, saca el carácter. Y eso va a pasar con Dani.
 
Tenéis muy poca confianza en Dani y si la referencia es Perros de Paja, entonces hay que ser optimista.
El poco a poco va a descubrir como es Alba y verá que no merece la pena y terminará rompiendo la relación, que es lo mejor que puede hacer.
Si yo fuera el, de hecho me iba largando ya de allí. Que la aguante otro.
 
Ya no me queda duda,todos estan confabulados en contra de Dani, incluida Alba en esa confabulación. No se porque Dani no tiro esa puerta y encaro de una vez por todas a Alba y a su prima cuando las dos arpias hablaban del ex. Me da impotencia ver que por amor este aguantando mucho, pero subscribo todo lo que dice @Carlos Sevillista ,El Dani del bar resurgira y aunque parezca que el va a ser el perdedor, al contrario se liberara de una arpia que lo ningunea a su antojo.
 
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Lo que no se aclara de este idiota es, que pasa con él (y con ella) luego del primer polvo?

Vamos que, mucha gente repite sin mucha dificultad, y por razones biológicas, se dura más. Y hasta hay 3ras y 4tas veces. Al menos en la 2da, no es raro recuperarse rápido.

No sé, como que mágicamente descartan alternativas.
 
Me encanta el relato, va poco a poco y la expectativa va creciendo. Me recuerda bastante al relato de Perdiendo a Sara, espero esta vez conocer el final.
Por otro lado sería muy morboso poder poner imagen a los personajes no se si sería posible colgar una foto de los protagonistas aunque lógicamente con alguien parecido.
 
En la oTRa orilla, algunos han supuesto que Alba ha preparado este viaje para montar un ambiente que vaya enfermando de celos a Dani, al límite de la paranoia, y así con esta justificada causa dejarlo, manteniendo fuera su verdadera motivación que es su ineficiencia sexual.

Admito que es una posibilidad lo que sugieren, pero me parecería muy retorcido de parte de Alba, usar su entorno paterno para invertir las culpas de un muy cercano quiebre.

No sé, no me convence esa necesidad de ella justificarse, más bien creo que si llegase a estar decidida en dejarlo, el cariño que aún mantiene por Dani la motivaría a ser honesta en ese aspecto, y no dejaría que ninguno de los dos perdiese más tiempo juntos.

Prefiero creer que en forma sincera ella armó este viaje para intentar reencontrarse, hay una buena intención inicial en ella, el problema pasa porque ni Dani ni Alba esperan que su plan sea saboteado por la mayoría, digo la mayoría y no todos esperanzado en que alguien esté a favor de la continuidad de la pareja.

Una mayoría conformada por quienes la conocen, que muy probable están acostumbrados a verla emparejada con especímenes alfa, tipo Rafa, Cristian, o Javier; y los que la van conociendo, quienes encuentran bastante abajo en la escala a Dani para ser su pareja. Todo esto apenas en las apariencias, que de conocer sus incapacidades íntimas lo tendrían recluido a una habitación junto al perro.

Respecto a Dani, su personalidad parece estar guiada por un precepto básico, no complicarse demasiado la existencia, lo que lleva a un error en algunos que le conocen en primera instancia, que su alta capacidad de tolerancia sea confundida con debilidad.

Te tengo fe Dani, sobrevive de alguna forma a esto, quiero llegar a conocer más historias de tu vida.
 
En la oTRa orilla, algunos han supuesto que Alba ha preparado este viaje para montar un ambiente que vaya enfermando de celos a Dani, al límite de la paranoia, y así con esta justificada causa dejarlo, manteniendo fuera su verdadera motivación que es su ineficiencia sexual.

Admito que es una posibilidad lo que sugieren, pero me parecería muy retorcido de parte de Alba, usar su entorno paterno para invertir las culpas de un muy cercano quiebre.

No sé, no me convence esa necesidad de ella justificarse, más bien creo que si llegase a estar decidida en dejarlo, el cariño que aún mantiene por Dani la motivaría a ser honesta en ese aspecto, y no dejaría que ninguno de los dos perdiese más tiempo juntos.

Prefiero creer que en forma sincera ella armó este viaje para intentar reencontrarse, hay una buena intención inicial en ella, el problema pasa porque ni Dani ni Alba esperan que su plan sea saboteado por la mayoría, digo la mayoría y no todos esperanzado en que alguien esté a favor de la continuidad de la pareja.

Una mayoría conformada por quienes la conocen, que muy probable están acostumbrados a verla emparejada con especímenes alfa, tipo Rafa, Cristian, o Javier; y los que la van conociendo, quienes encuentran bastante abajo en la escala a Dani para ser su pareja. Todo esto apenas en las apariencias, que de conocer sus incapacidades íntimas lo tendrían recluido a una habitación junto al perro.

Respecto a Dani, su personalidad parece estar guiada por un precepto básico, no complicarse demasiado la existencia, lo que lleva a un error en algunos que le conocen en primera instancia, que su alta capacidad de tolerancia sea confundida con debilidad.

Te tengo fe Dani, sobrevive de alguna forma a esto, quiero llegar a conocer más historias de tu vida.
Yo estoy contigo, en parte al menos. No creo que Alba haya preparado este viaje como una especie de trampa para terminar con Dani.

Lo que yo sí creo es que Alba organizó estas vacaciones, inconscientemente, pensando en ella como una mujer soltera. Yo supongo que su relación estaba en un punto tan malo previo al viaje, que Alba ya no pensaba en un “nosotros” respecto a Dani, sino solo en un “yo”. Por eso no le interesó la opinión de Dani sobre pasar tiempo ellos solos.

En lo que no estoy de acuerdo, es que Alba ideará estas vacaciones para arreglar las cosas con Dani. Básicamente, porque hasta el momento ninguna acción de Alba me hace pensar eso, es más, creo que sus acciones dicen todo lo contrario si vemos lo que pasó con Javier y con Cristian en este último capítulo.
 
En la oTRa orilla, algunos han supuesto que Alba ha preparado este viaje para montar un ambiente que vaya enfermando de celos a Dani, al límite de la paranoia, y así con esta justificada causa dejarlo, manteniendo fuera su verdadera motivación que es su ineficiencia sexual.

Admito que es una posibilidad lo que sugieren, pero me parecería muy retorcido de parte de Alba, usar su entorno paterno para invertir las culpas de un muy cercano quiebre.

No sé, no me convence esa necesidad de ella justificarse, más bien creo que si llegase a estar decidida en dejarlo, el cariño que aún mantiene por Dani la motivaría a ser honesta en ese aspecto, y no dejaría que ninguno de los dos perdiese más tiempo juntos.

Prefiero creer que en forma sincera ella armó este viaje para intentar reencontrarse, hay una buena intención inicial en ella, el problema pasa porque ni Dani ni Alba esperan que su plan sea saboteado por la mayoría, digo la mayoría y no todos esperanzado en que alguien esté a favor de la continuidad de la pareja.

Una mayoría conformada por quienes la conocen, que muy probable están acostumbrados a verla emparejada con especímenes alfa, tipo Rafa, Cristian, o Javier; y los que la van conociendo, quienes encuentran bastante abajo en la escala a Dani para ser su pareja. Todo esto apenas en las apariencias, que de conocer sus incapacidades íntimas lo tendrían recluido a una habitación junto al perro.

Respecto a Dani, su personalidad parece estar guiada por un precepto básico, no complicarse demasiado la existencia, lo que lleva a un error en algunos que le conocen en primera instancia, que su alta capacidad de tolerancia sea confundida con debilidad.

Te tengo fe Dani, sobrevive de alguna forma a esto, quiero llegar a conocer más historias de tu vida.
Tengo la sensación de que Alba solventa cuando, como y con quien quiere la ineficiencia sexual de Dani. Esta servida, mas que servida
Dani es un servil.
Es una relación de intereses propios: Alba con un planchabragas. Dani con una diosa inalcanzable para la mayoría de los mortales.
Ser tolerante no es lo mismo que tragar, tragar y tragar. Dani es buena gente, demasiado.
Como ocurre en la vida real, diosas y venus pierden los vientos por machos alfa, no convenientes en casi ninguno de los ámbitos, salvo en el sexo. Machos alfa y malotes. Rafa sobrevuela.. y de que manera
La única duda es que no sabemos de Dani. ¿Porque se comporta así?
Sospecho... que su primita.... "guarda malotes en su armario"
Nos tocará esperar
 
Última edición:
Tengo la sensación de que Alba solventa cuando, como y con quien quiere la ineficiencia sexual de Dani. Esta servida, mas que servida
Dani es un servil.
Es una relación de intereses propios: Alba con un planchabragas. Dani con una diosa inalcanzable para la mayoría de los mortales.
Ser tolerante no es lo mismo que tragar, tragar y tragar. Dani es buena gente, demasiado.
Como ocurre en la vida real, diosas y venus pierden los vientos por machos alfa, no convenientes en casi ninguno de los ámbitos, salvo en el sexo. Machos alfa y malotes. Rafa sobrevuela.. y de que manera
La única duda es que no sabemos de Dani. ¿Porque se comporta así?
Sospecho... que su primita.... "guarda malotes en su armario"
Nos tocará esperar
Creo que esta fantática historia ira desde comer palomitas para saber lo que pasa a sufrir un montón por nuestro personaje. Gracias autor
 
Me han borrado un comentario...!!!

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