La tentación de Sara

Pues sí, Pablo parece obsesionado con Sara, pero Sara no ha humillado a nadie.

Lo de Lorena fue lamentable, y Pablo parece plenamente consciente de ello, de momento, no parece tan obsesionado como para no ver la realidad.

Y Javier, pues tampoco la ha humillado, si es que es verdad eso que le cuenta a Pablo y no es un farol de alguien resentido al que le han dado calabazas. Ahora, cuando le cuente lo que vino cuando llegaron al hotel, sabremos si es un fanfarrón o no. En cualquier caso bastante cabrón si que es, está hablando de una compañera de trabajo y aireando su intimidad, adornándolo todo con opiniones personales bastante cargadas de prejuicios.

Los comentarios están fantásticos. Parece haber un grupo de miedosos aficionados a películas de terror que nos hablan de lo mal que lo pasan con ciertas escenas de miedo, pero no pueden dejar de mirar ... 🫣 ... capaces de superar el terror, siempre y cuando acabe habiendo un héroe triunfal o, al menos, un superviviente "digno".
 
Última edición:
Ya que es domingo me puse al día con los últimos capítulos que no había leído.

Yo realmente pensaba que Javier no era el que se había follado a Sara, aunque eso ya está prácticamente 99% confirmado. Veremos que dice Javier sobre lo que pasó en esa habitación y si concuerda con lo que Pablo escuchó. Otra cosa importante es si la historia es tan así como la cuenta o si está mintiendo un poco para dárselas de machito. De verdad Sara se lo folló pensando que eso la ayudaría a quedarse en el trabajo?

PS: Sobre Pablo y agregando a lo que dice @Estagirita : Es necesario que después de cada capítulo vengan a criticar lo que hace o deja de hacer Pablo? Ya todos los que seguimos el hilo sabemos que hay algunos usuarios a los cuales no les gustan los protagonistas "peleles", eso ya lo dejaron en claro desde el primer capítulo. Por lo mismo, no entiendo la necesidad de venir a escribir lo mismo capítulo a capítulo. Es casi como si quisieran que David Lovia reescribiera la historia para que les dé en el gusto a ustedes.
 
Pues sí, Pablo parece obsesionado con Sara, pero Sara no ha humillado a nadie.

Lo de Lorena fue lamentable, y Pablo parece plenamente consciente de ello, de momento, no parece tan obsesionado como para no ver la realidad.

Y Javier, pues tampoco, si es que es verdad eso que le cuenta a Pablo y no es un farol de alguien resentido al que le han dado calabazas. Ahora, cuando le cuente lo que vino cuando llegaron al hotel, sabremos si es un fanfarrón o no. En cualquier caso bastante cabrón si que es, está hablando de una compañera de trabajo y aireando su intimidad, adornándolo todo con opiniones personales bastante cargadas de prejuicios.

Los comentarios están fantásticos. Parece un grupo de miedosos aficionados a películas de terror que nos hablan de lo mal que lo pasan con ciertas escenas de miedo, pero no pueden dejar de mirar ... 🫣 ... capaces de superar el terror, siempre y cuando acabe habiendo un héroe triunfal o, al menos, un superviviente "digno".

Toda la razón, lo de Sara pasa en la cabeza de Pablo.

Exacerbado quizás por aquellos particulares mensajes que Sara constantemente le envía, pudo él considerarse especial para ella.

Admito que nos estamos adelantando suponiendo hechos que no han ocurrido, pero es que con DL ...:rolleyes:
 
Ya que es domingo me puse al día con los últimos capítulos que no había leído.

Yo realmente pensaba que Javier no era el que se había follado a Sara, aunque eso ya está prácticamente 99% confirmado. Veremos que dice Javier sobre lo que pasó en esa habitación y si concuerda con lo que Pablo escuchó. Otra cosa importante es si la historia es tan así como la cuenta o si está mintiendo un poco para dárselas de machito. De verdad Sara se lo folló pensando que eso la ayudaría a quedarse en el trabajo?

PS: Sobre Pablo y agregando a lo que dice @Estagirita : Es necesario que después de cada capítulo vengan a criticar lo que hace o deja de hacer Pablo? Ya todos los que seguimos el hilo sabemos que hay algunos usuarios a los cuales no les gustan los protagonistas "peleles", eso ya lo dejaron en claro desde el primer capítulo. Por lo mismo, no entiendo la necesidad de venir a escribir lo mismo capítulo a capítulo. Es casi como si quisieran que David Lovia reescribiera la historia para que les dé en el gusto a ustedes.
Hay una cosa que se llama respetar las opiniones de la gente. Y si no te gustan, mala suerte.
A ver si vamos a tener que pedir permiso para opinar.
 
Hay una cosa que se llama respetar las opiniones de la gente. Y si no te gustan, mala suerte.
A ver si vamos a tener que pedir permiso para opinar.
Opinar puedes opinar lo que quieras. Yo no critico eso. Yo critico que opinen lo mismo una y otra vez por que justamente me parece una falta de respeto para con el autor.

PS: Y esto será lo último que comente al respecto.
PS2: Ahora toca esperar al martes para que salga la historia completa y ver como sigue todo.
 
A ver. Estamos opinando de uno de los protagonistas. Yo no veo ninguna falta de respeto al autor para nada.
Cada uno tendrá su opinión del.protagonista principal y si a gente como es mi caso no siento empatía por el, pues normal que lo diga. Igual que a otros no les parecerá mal su proceder.
 
A ver. Estamos opinando de uno de los protagonistas. Yo no veo ninguna falta de respeto al autor para nada.
Cada uno tendrá su opinión del.protagonista principal y si a gente como es mi caso no siento empatía por el, pues normal que lo diga. Igual que a otros no les parecerá mal su proceder.
Carlos puedes opinar cuando quieras eso está claro , además, cada uno tiene su opinión
 
Creo que todos estamos opinando del relato y sus personajes. Vamos a respetar la opinión de cada uno, aunque no coincida con la nuestra. Solo hace falta que encima haya lectores que opinen sobre las opiniones de otros. Vamos a limitarnos al relato y que cada uno opine lo que quiera, aunque se repita.
 
Hay una cosa que se llama respetar las opiniones de la gente. Y si no te gustan, mala suerte.
A ver si vamos a tener que pedir permiso para opinar.
Claro, todo el mundo tiene derecho a opinar, eso es incuestionable, pero no todas las opiniones son respetables. Una mierda de opinión que ofende, es injusta, rezuma maldad, es racista o discriminatoria, o simplemente es cansina y reiterativa no tiene porqué merecer respeto, no es cuestión de que quien la lea haya tenido mala suerte, es cuestión de que no todas las opiniones son respetables, así de claro y así de sencillo.

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Así que eres libre de opinar, siempre y cuando respetes las normas del foro (vaya ya eres un poquito menos libre), tan libre como los demás son libres de respetar o no tus opiniones en función de su contenido, siempre dentro de las normas del foro, claro.

Y dicho esto, bienvenidas las opiniones, las críticas a los personajes, al relato, al autor ... y las críticas a las opiniones, y a los opinadores, siempre dentro de las normas del foro, claro.
 
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Creo que todos estamos opinando del relato y sus personajes. Vamos a respetar la opinión de cada uno, aunque no coincida con la nuestra. Solo hace falta que encima haya lectores que opinen sobre las opiniones de otros. Vamos a limitarnos al relato y que cada uno opine lo que quiera, aunque se repita.
Perdone usted, si un comentarista hace un comentario ¿No se puede opinar sobre dicho comentario? Siempre con respeto y educación ¿Pretende usted que esto sean una serie de monólogos sucesivos sin diálogo ni debate?

Pues me va a perdonar, pero yo entro en este hilo para disfrutar de la lectura de lo que nos ofrece el autor, para expresar mi opinión o contrastarla con las opiniones de otros lectores y para observar cómo son las reacciones de otros lectores a cada capítulo, que es otra cosa que tiene un interés y atractivo por sí mismo. Es como ir a ver una película y divertirte también de las expresiones y exclamaciones de terror de algunos espectadores. Se puede comentar perfectamente sobre los gritos o quejas de la sala y los comentarios que escuchas a la salida del cine, creo yo.

Un debate rico es un debate diverso y argumentado, hacerse el ofendidito con la intención de acallar a alguien o pedir autocensura para no molestar más a los ofendiditos es muy pobre, triste y no es argumento de nada. Mis comentarios están dentro de las normas del foro, son pertinentes con el relato y lo que lo envuelve, respetuosos en el fondo y en la forma, y solo los administradores tienen autoridad para censurarme, si así lo consideran.

Dicho esto, ya tengo ganas de escuchar cómo le narra Javier a Pablo el episodio del Hotel. Me da la impresión de que hay unos cuantos que ven a Sara tal y como la ve Javier y, tal vez, haya unos cuantos que vean a Sara tal y como la ve Pablo ... estos, naturalmente, no se atreverán a manifestar su opinión, como le pasaría a Pablo si leyera el relato ... ;) ... los otros, como Javier, la repetirán una y otra vez, como hace Javier cada vez que le habla a Pablo de Sara.
 
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Opinar puedes opinar lo que quieras. Yo no critico eso. Yo critico que opinen lo mismo una y otra vez por que justamente me parece una falta de respeto para con el autor.

PS: Y esto será lo último que comente al respecto.
PS2: Ahora toca esperar al martes para que salga la historia completa y ver como sigue todo.
Pues si yo fuera el autor, estaría encantado que se involucren así con los personajes, mientras más tirria, amor, empatía, antipatía hacia ellos, mejor.

Estoy seguro que el autor de esta historia también disfruta de la pasión de sus lectores.
 
Capítulo 9



Ni tan siquiera esperó a que el camarero terminara de servir las copas, le daba igual si nos escuchaba hablar. Estaba claro que la discreción no era el punto fuerte de mi jefe.

―Subimos al taxi y nos sentamos los dos en la parte de atrás. Fue un momento tenso, no te vayas a pensar que las tenía todas conmigo, la niñata estaba muy seria y yo pensaba «Esta todavía se me echa para atrás». No hablamos nada durante el camino. Nada de nada. Y tenías que haberla visto allí sentada con esa falda, era tan corta que me mostraba toda la pierna y casi se le veía hasta el culo. ¡Y no hay cosa que me ponga más cachondo que unas buenas piernas!, y esta las tiene espectaculares, largas, firmes, brillantes, suaves y muy morenas. Las cruzó así, montando un muslo sobre el otro para que yo se las viera bien, joder, ¡que ya no hacía falta tanto despliegue!, las podía haber cruzado del lado contrario también, aunque no era lo mismo…, ¡quería enseñármelas bien y se le veía hasta el carnet de identidad!, ja, ja, ja…
―Me hago una idea ―dije como un panoli y comencé mi copa chupando de una pajita.
―Daban ganas de lamer esas piernas a lo guarro… ―continuó relamiéndose con pinta de baboso―. Te lo juro que, si me lo llega a pedir, se las abro en medio del taxi y se lo hubiera comido allí mismo, manoseando bien esos muslos…
―Ja, ja, ja, te veo capaz…
―No lo dudes. Hacía tiempo que una zorra no me ponía tan bruto. Entre el calor, lo buena que estaba, que iba casi desnuda y la cara esa de diva que ponía, tuve que hacer verdaderos esfuerzos para contenerme. Nada, pagué el taxi y subimos por el ascensor hasta su habitación. Lo mismo. Sin decirnos ni una sola palabra, y espera… que ahora viene lo bueno. ―Hizo otra pausa y degustó su copa―. Uf, está cojonuda, mmmmm… ―No supe si se refería a lo que bebía o a Sara.
―Venga, sigue, no me dejes así… ―le apremié impaciente.
―Ja, ja, ja, tranquilo…, pues eso, entramos en su habitación y yo pensando a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, ya sabes, lo difícil es romper el hielo, empezar, aunque ya había sobado su culo en el bar, ahora estábamos en otro escenario…
―Entiendo, ¿y te lo puso difícil?
―Ja, ja, ja, ¿difícil?, estas niñatas de hoy en día saben lo que se hacen. No tienen vergüenza ni escrúpulos, y me parece cojonudo, eh… Con toda la calma del mundo dejó el bolso en la mesa, sacó un condón y lo tiró en la cama. Así como te lo cuento.
―¿Quéééééé?
―Tal cual, tío, se acercó a mí y yo pues claro, ¿qué iba a hacer?, lo normal, lo que haría todo el mundo, intenté besarla y va la muy guarra y me retira la cara. «No, eso no», me soltó. Me quedé a cuadros, yo pensaba «Joder, me tira el condón delante de mis narices y no me deja que le coma la boca». ¿Qué se supone que tenía que hacer?
―¿Y qué pasó luego?
―Me cogió de la mano sin quitarse la blusa ni la falda, solo los zapatos, me llevó hasta la cama, y espera, que ahora viene lo mejor. ―Otro trago de la copa y yo infartado de los nervios―. La muy PUTA se subió encima sin soltarme la mano y va y se me pone a cuatro patas, como te lo cuento, sin previos, sin besos, sin desnudarse. Ala, toma, ¡a cuatro patas en medio de la cama!…
―¡La madre que la parió!
―Está muy buena y todo lo que quieras, pero me parecía muy impersonal, no sé, ni tan siquiera había comprobado que ya la tenía dura, ¿y si no llego a estar empalmado?…, ¿qué se supone que tenía que hacer con ese condón?
―Eso es que estaba muy segura.
―Está tan buena que hay que ser muy cafre para no empalmarse con ella, pero de todo hay en esta vida y, oye, que yo ya tengo unos años y a mi edad no se les levanta a todos…
―¿Y qué hiciste?
―¿Pues qué voy a hacer?, lo primero fue poner las dos manos en su culo, la falda esa de buscona era tan corta que no tuve ni que tirar de ella, en cuanto se colocó a cuatro, se le subió sola, ja, ja, ja, llevaba un tanguita de esos a tiras, pero parecía que iba desnuda, se le metía entre los cachetes que era una delicia…, y yo no podía dejar de contemplar aquello.
―¿Y Sara qué decía?
―Me dijo que, si me molestaba, que se lo quitara, eso fue lo único, lo podía haber hecho ella misma, pero yo creo que le daba morbo que fuera yo el que se lo bajara…, y metí las manos por los laterales y fui tirando despacio. Ese momento en el que le bajas las bragas a una mujer es celestial. ¡Ah, qué delicia!, tendrías que haberlo visto, se le quedó un poquito pegado por la zona del coño. Un hilo de flujo de lo cachonda que estaba, ja, ja, ja.
―Mmmmmm…
―Levantó las rodillas para que se lo pudiera sacar, y luego le pedí que se quitara también la falda. La blusa me daba igual, pero la faldita no. Quería que estuviera desnuda del todo de cintura para abajo, ¡quería ver bien ese culazo!
―¿Y te obedeció?
―Sin rechistar, tío, ja, ja, ja, estaba deseando que se la metiera, y yo no me pude resistir, su culo era tal y como me lo había imaginado, moreno, suave, aunque tenía una mínima marca de biquini, esta en la playa es de las que lo va enseñando para poner cachondo a todo el personal… Como te decía, no me pude aguantar y le abrí los glúteos con las manos, y allí lo tenía delante de mis narices, ese pequeño agujerito tan apetecible y me agaché y le solté un lametón. ¡Le pasé la lengua por el ojete!, yo pensé que eso le gustaría, pero me dijo: «Venga, ponte el condón».
―Joder, tenía prisa porque te la follaras…
―Sí, era raro, como si lo hiciera por obligación y no le gustara mi presencia, pero también notaba lo excitada que estaba. También me gustaba mucho su coño…, mmmmm…
―Esta, seguro, que es de las que lo llevan bien depilado ―le seguí el juego para que me confirmara el aspecto que tenía.
―Sí, ¡has acertado!, a mí personalmente me gustan con pelo, y si tienen mucho… mejor, peludos así a lo bestia, aunque de eso casi ya no hay, y ella lo llevaba depilado total, le colgaban los labios vaginales y pasé la mano hacia delante para comprobar si lo llevaba rasurado. Antes de metérsela comprobé que estaba ya preparada y le clavé un par de dedos. Entraron suavecitos, mmmmm…, así que tampoco me apetecía trabajármela mucho, ¿para qué?, ja, ja, ja, luego me puse el condón y sin avisar se la metí de un solo empujón…
―¡Hostias!
―Sí, Pablito, entró taaaan fácil, yo no es que tenga una superpolla, pero tampoco está nada mal y ya te digo yo que a esta niñata se la han follado unos cuantos buenos pollones. Muchos. Entre lo abierto que lo tenía y lo mojada que estaba…, casi lo que más me excitó fue lo caliente que lo tenía por dentro…, mmmmm, eso me dio mucho morbo…, echaba fuego la cabrona…
―¿Y te la follaste así, a cuatro patas?
―Sí, al principio despacio, sujetándola bien de la cintura, sin poder dejar de mirar ese culo, pero así ella no lo estaba disfrutando, no gemía, nada, solo se dejaba follar.
―Qué mal rollo…
―Lo que quería es que le diera caña, así que la empecé a follar a lo bestia y no veas cómo cambió la cosa, ¡se puso cerdísima!, yo no quería que gritara tanto, pero… ¿qué iba a hacer?, me imaginé que nos estarías escuchando, era demasiado escandalosa, ¿verdad?
―Ja, ja, ja, sí, reconozco que me desperté con sus gemidos, cómo berreaba, ja, ja, ja ―comenté, dándome asco de mí mismo por hablar de esa manera.
―Y viendo que le gustaba duro la cogí por el pelo y tiré fuerte, con eso se puso a mil, y después le solté un azote, mmmmmm, ¡qué bien sonaban esas nalgas, Pablito!, a ese culazo daban ganas de soltarle azotes hasta dejárselo en carne viva…
―Hasta que sangrara…
―Exacto, ja, ja, ja, ahora la tenía en mis manos, pero fui un poco malo con ella, cuando estaba a punto de correrse, me tomaba unos segundos de descanso y le tocaba comenzar de nuevo, se le escapaba un gritito de decepción, pero yo sabía que cuando se corriera finalmente, me lo agradecería. Yo creo que no se la habían follado así en la puta vida, porque otra cosa no, pero yo tengo mucho aguante, muchísimo. Te aseguro que me la follé muy duro. ¡Esta niñata no se merecía otra cosa!
―Bien hecho…, ¿y después te corriste dentro de ella?
―No, ya te he dicho que lo puedo retardar todo lo que quiera y, además, físicamente estoy bien, pero en uno de los parones se me bajó un poco… por el puto condón, no estoy acostumbrado a ponerme esas mierdas y no me gusta nada; así que se lo dije, tampoco quería metérsela sin avisar, se podría haber enfadado…, entonces se la restregué un poco sin protección, y cuando vi que ella estaba deseando que volviera a metérsela, se lo comenté, que se me había salido el condón…
―¿Y qué te contestó?
―Estaba a punto de llegar al orgasmo, ¿qué me iba a decir?, ja, ja, ja, la zorrita murmuró: «Vale, pero no te corras dentro».
―Mmmmm, ¿y se la metiste a pelo?
―Sí, tío, dejó que se lo hiciera sin goma, no me quise recrear mucho, por si se me escapaba, así que me la follé duro un par de minutos más, le pegué otro par de tirones de pelo, cuatro o cinco azotes, pero con ganas, eh, ¡le di con ganas!, y cuanto más fuerte la atizaba, más gritaba, ja, ja, ja, y ya dejé que se corriera…, ahí reconozco que me puse muy cachondo…, esa niñata corriéndose a cuatro patas, con lo buena que está, lanzando el culo contra mí y sintiendo el calor de su coño directamente…, uffff, no me corrí yo también de puta casualidad, si no me lo hubiera advertido, se lo habría echado todo dentro, ja, ja, ja.
―Ja, ja, ja, normal, yo no creo que hubiera podido aguantarme…
―No creo, Pablín, es mucha hembra para ti, aunque estuviste a punto de comprobarlo…, aquella noche tuviste mala suerte…
―¿Por qué dices eso?
―Pues porque esa noche esta tía se podría haber tirado al que le diera la gana, pero está claro lo que buscaba, a estas zorras no les importa aprovecharse de su cuerpo para conseguir lo que quieren… y Sara lo que quería era acostarse, o contigo, o conmigo…
―¿Y por qué iba a querer eso?
―Joder, que pareces nuevo, pues para qué va a ser, para que luego le ayudemos a quedarse en la empresa, eso es lo que busca…, mira, estoy convencido de que, si esa noche te hubieras quedado, te la habrías follado tú.
―¿Tú crees?, no lo pienso así.
―Te llevas muy bien con ella, eres guapete, más joven, ya te lo digo yo, seguro, ella salía con un objetivo definido y en cuanto te fuiste y nos dejaste solos, me la serviste en bandeja de plata, aunque claro, ¿cómo lo ibas a saber?, ja, ja, ja…

La frase se me clavó en el estómago como un puñal. Javier no lo decía para fastidiarme ni burlarse de mí, lo hacía porque es un cretino sin sentimientos y ni tan siquiera se dio cuenta de que se me cambió la cara cuando escuché aquello. Siguió hablando, pero yo solo le daba vueltas a eso.

«Estoy convencido de que, si esa noche te hubieras quedado, te la habrías follado tú».

Había sido un gilipollas por irme, pero ¿cómo iba a imaginarme que Sara terminaría la noche acostándose con Javier?, es que, por más detalles que me estaba dando, no quería creerlo. Ojalá se lo estuviera inventando todo y solo fuera una de sus fanfarronadas; pero Javier no era de los que se apuntaban esas medallitas si no fuera cierto.

Y lo peor de todo es que cada vez me palpitaba más fuerte la polla de manera involuntaria.

Había sido un error pedirnos otra copa. Ya no quería saber más detalles de su encuentro. La visión de Sara a cuatro patas dejándose follar por Javier me iba a perseguir toda la vida y ahora ya no podía hacerlo callar. Y el siguió machacándome.

Destrozándome por dentro.

―Fue el único respiro que nos dimos ―siguió Javier―, yo notaba que ella quería que terminara ya y me largara de su habitación, total, ya se había corrido y no le hacía falta. Se dio la vuelta y se quedó tumbada bocarriba, mmmmm, esa visión fue celestial, se me quedó mirando mientras yo me la masajeaba despacio para que no se me bajara y luego se quitó la blusa y ya solo llevaba el sujetador, joder, ¡menudas tetas que tenía también!, y me dijo: «Puedes correrte encima de mí, no me importa», y se pasó la mano por el pubis y el estómago como indicándome que lo hiciera allí.
―¿Y lo hiciste?
―Qué va, tío, ya quería probarla entera, no podía irme de la habitación sin comerme esas tetas, ¡no me jodas!
―Claro, normal…
―Le pedí que se quitara el sujetador… y sin decirme nada se lo sacó con total naturalidad y lo tiró al suelo, luego se apoyó sobre los codos para incorporarse y sobre todo… mostrármelas bien, ¡qué tetas, Pablito!, con unos pezoncitos oscuros que eran exquisitos, flexionó una rodilla y se me quedó mirando con cara de zorra mientras se acariciaba uno de sus pechos y luego insistió: «¿Vas correrte encima de mí?».
―Uf, impresionante, yo lo hubiera hecho.
―¿Te hubieras corrido encima sin probar esas tetas?, ¡no me jodas!, no podía terminar sin antes comerme esos pezones; pero tenía que ir con cuidado, no le gustaba que la chupara, ni besarse conmigo, si me agachaba directamente, seguro que volvía a rechazarme…
―¿Y qué hiciste?
―Pues bien sencillo, utilizar la misma táctica que con lo del condón, ja, ja, ja, hacer que se pusiera cachonda otra vez; así que me acerqué de rodillas a ella con la polla en la mano, meneándomela fuerte delante de su cara…, se notaba que le daba mucho morbo que me corriera encima…, pero antes estiré el brazo y le metí dos dedos por el coño, pensé que iba a protestar, pero me dejó hacer, incluso abrió más las piernas…, y en cuanto cerró los ojos y se le escapó un primer gemidito, le dije que quería correrme en su cara o en su boca…
―¿Y te dejó?, yo en veinte años con mi mujer jamás me lo ha permitido, no me digas que Sara la primera noche…
―Cerró los ojos y me susurró en bajito «Vale», te lo juro que casi me corro encima en ese momento. Imagínatela apoyada sobre los codos y con mi polla a diez centímetros de su cara, ¿tú qué habrías hecho?
―Yo no me hubiera aguantado…
―Ni yo tampoco, pero no quería terminar todavía, me apetecía «putearla» un poco más, ja, ja, ja.
―¡Qué cabrón eres!, a saber lo que le hiciste luego…
―Me acerqué un poquito más y le rocé con la polla en los labios, no digo que fue sin querer porque es lo que estaba buscando, pero me intrigaba saber cómo iba a reaccionar ella cuando la tuviera delante…
―¿Y qué hizo?
―Pues qué va a hacer, hay que reconocer que tiene unos labios cojonudos, muy bonitos y sensuales… ―afirmó con un trago a su copa―, y no dudó en abrirlos para meterse mi polla en la boca, ja, ja, ja.
―¿Te la chupó así, sin más?
―Claro, Pablito, estas niñatas de hoy en día no tienen problema en comerse una polla la primera noche.
―Joder…
―Tampoco es que le pusiera muchas ganas, se notaba que ya estaba deseando que terminara, pero la dejé unos treinta segundos y luego se la saqué de la boca, se limpió con la mano, mirándome con cara de zorra, con las piernas abiertas, dejando que me la siguiera follando con los dedos y entonces me tumbé a su lado.
―¿Para qué…?
―Pues para qué va a ser, ya sabía que no me iba a dejar besarla, así que no insistí, pero le apreté con fuerza uno de sus pechos y le dije que tenía unas buenas tetas. Tuve que acelerar con los dedos que entraban y salían de ella y echó la cabeza hacia atrás, gimiendo más alto y permitiéndome que hiciera lo que tenía en mente. ¡Buah, qué gozada, tío!, ¡me dejó que le lamiera las tetazas!
―¡Qué suerte!
―Suerte no, hay que saber currárselo, y mira que yo no soy ningún seductor, eh, pero enseguida me di cuenta de su punto débil.
―¿Su punto débil?
―Sí, ya te lo he dicho antes, lo que le ponía era que la humillara…, yo creo que esta es de las que mandan, está muy buena y se cree una jodida diosa, no está acostumbrada a que los tíos le lleven la contraria, y en cuanto le dije que no sabía ni cómo se llamaba, se puso caliente como una perra, ja, ja, ja.
―Ja, ja, ja, sí, puede ser…
―Ya te lo digo yo, si no, de que la voy a tener en su habitación abierta de piernas dejando que me la follara con los dedos y babeando sus tetas. Y eso todavía la encendió más, no veas cómo le chapoteaba el coño…, estaba a punto de correrse otra vez.
―¿Y se corrió?
―Qué va, estaba tan cachonda que estiró el brazo y me agarró la polla. Imagínatelo, allí pajeándonos mutuamente. Te lo juro que lo hacía de maravilla, me hizo gemir como un cerdo, casi se me escapa todo, pero yo no quería correrme así… y fue el momento que busqué su boca para robarle un beso.
―¿Un beso? Y ella… ¿te dejó? ―pregunté con miedo, pero con la esperanza de que al menos Sara no le hubiera permitido ultrajar aquellos preciosos labios.

La sonrisa burlona de Javier antes de darle un nuevo trago a su copa me indicó que esta vez sí, Sara había dejado que le comiera la boca. Aquello me partió el corazón. Me dolió casi más eso que se hubiera dejado follar a cuatro patas. No entendía los celos que estaba sintiendo, Sara no era mi novia, ni tenía ninguna posibilidad, aunque aquel día comprendí que estaba muy pillado por ella.

Lo que más me extrañaba era estar tan empalmado mientras Javier me contaba cómo había humillado a la chica que me gustaba. A mis cuarenta y cinco años jamás me había pasado algo similar. No entendía nada. ¿Por qué la polla no dejaba de palpitarme? Javier no me dio ni unos segundos de tregua.

―Claro que me dejó, no solo eso, la muy zorra me metió la lengua en la boca…, aunque solo unos poquitos segundos, como si le diera asco…, luego me la volvió a coger con la mano y me preguntó si me apetecía correrme.
―¿Y qué contestaste?
―Que sí, pero que, si no lo quería dentro, me iba a correr donde me diera la gana. Y subí un dedo para metérselo en la boca.
―Mmmmmm…
―Tenías que haber visto a la niñata, me miró con cara de viciosa y me lamió el dedo como si fuera una polla, y luego se lo sacó de la boca y me dijo: «Ya te he dicho antes que puedes hacerlo donde quieras».
―Joder.

Y mi polla volvió a temblar con más intensidad. Tanto que creí seriamente que me lo echaba en los calzones. Me daban ganas de desabrocharme el pantalón y tirarme el mojito por encima para que se me bajara el calentón.

Era muy duro para mí imaginarme todo lo que me relataba Javier. Sara recostada desnuda en su cama dejándose masturbar, con la polla de ese viejo en la mano y lamiéndole el dedo. Es que me parecía surrealista.

Por suerte para mí, Javier ya se estaba terminando su old fashioned, aunque el final de su cóctel iba a coincidir con el de su historia. Lo tenía todo perfectamente calculado.

―Así que me puse de pie todo chulo, sujetándomela con la mano, y me la meneé delante de ella, que se quedó sentada en la cama, pero cuando fui a metérsela en la boca, le dije que se pusiera de rodillas. ¡Quería tener a esa niñata de rodillas delante de mí!, ja, ja, ja…
―¿Y lo hizo?
―Claro, ni se lo pensó, se apartó el pelazo ese que tiene y lo dejó caer así por un hombro, ¡eso me puso mucho!, y luego ya… te lo puedes imaginar… se esforzó bien en hacer que me corriera…, ¡no veas cómo tragaba!, ja, ja, ja…
―Sí, sí, ya os escuché desde mi habitación…
―Se lo dije, tío, que estaba a punto, que, si seguía así, no me iba a poder controlar, pero ella ya no se iba a detener, ¿y sabes lo que me dijo?
―No…
―Va y me soltó algo así como «No me importa, es lo que querías, ¿no?»…, y ahí ya fue cuando no pude más, buaaaah, qué gozada, ¡me corrí en su puta boca, Pablito!, fue la hostia, se lo eché todo dentro…, no dejó escapar ni una sola gota, ja, ja, ja ―exclamó cerrando los ojos rememorando ese momento―. ¡Reconozco que ha sido uno de los orgasmos más intensos de mi vida!
―¡No me extraña!
―Lo malo es que a ella le dio la tos y luego lo escupió todo en la alfombra, menuda imagen, tío, allí a cuatro patas en el suelo del hotel teniendo arcadas y un hilo viscoso que no dejaba de salir de su boca…, ¡te prometo que así ya no parecía tan elegante la niñata!, ja, ja, ja…

Miré con odio a mi jefe. En ese momento le hubiera pegado una hostia en toda la cara y hubiera hecho que cayera hacia atrás, pero en lugar de eso sonreí afirmando con la cabeza. Siendo cómplice de su «hazaña». Éramos dos tíos compartiendo confidencias.

Unos machotes.

Por suerte, Javier ya había terminado la copa y yo apuré la mía. No podía resistir seguir escuchándolo ya ni un segundo más. Nos pusimos de pie y nos dirigimos a los ascensores para subir a la habitación. Por el camino me dio unas palmaditas en la espalda y terminó su historia.

Tenía que ponerle la guinda al pastel.

―Luego eché un pis en su baño y cuando salí seguía allí, de rodillas en el suelo, tosiendo, le pregunté si estaba bien y ella me dijo que sí; así que me piré a mi habitación.
―¿Y la dejaste tirada?
―Sí, ¿qué podía hacer?, después de todo esa es con la imagen que me quedé de ella esa noche, ja, ja, ja.
―Te portaste como un cabrón.
―Puede ser, pero eso es lo que le pone…

Mientras subíamos en el ascensor, le hice una última pregunta que me intrigaba mucho.

―Oye, Javier, ¿y por qué solo te la follaste una vez?, si está tan buena y te daba tanto morbo, podrías haber estado toda la noche con ella, ¿no?

Su respuesta todavía fue más denigrante hacia Sara y la gota que colmó el vaso de mi calentura. La puerta del ascensor se abrió y antes de llegar hasta mi habitación me soltó como si nada.

―¿Tú, cuando vas de putas, repites?
―Yo no voy de…
―Pues esto es lo mismo, ja, ja, ja…, una vez que ya me había corrido no tenía sentido seguir allí, a las putas se las folla una sola vez, te desahogas con ellas y luego te vas para casa…
―Joder, no me compares a Sara con…
―Además, así se quedó con ganas de más, te aseguro que ahora me la voy a poder follar cuando quiera, ja, ja, ja…, venga, Pablito, buenas noches. ―Y se metió en su habitación sin mirar hacia atrás.

En cuanto entré yo en la mía, me solté el botón del pantalón y liberé mi polla. Fui al baño, me puse de pie sobre la taza y cerré los ojos fantaseando con Sara. Con unas pocas sacudidas exploté sin poder controlar mi orgasmo. Lo puse todo perdido.

Mi paja no había durado ni treinta segundos.

Me avergoncé de mí mismo una vez que me corrí y necesité varios minutos para limpiar el estropicio del baño. Todavía me sentí peor cuando me metí en la cama. No podía dejar de darle vueltas a lo que me había contado Javier. Era un relato ciertamente increíble.

Por suerte para mí, solo quedaba un mes para que Sara terminara las prácticas; así que decidí que me comportaría de manera normal, como si no supiera nada, y después me olvidaría de ella.

Para siempre.
 
Y con este capítulo 9 termina la primera parte del libro, que he dividido en 5 partes. El día 31 lo podréis leer ya completo, y a partir de aquí voy a parar unas semanas de publicarlo en el foro, espero que lo entendáis y después de esas semanas lo seguiré publicando poco a poco.

Muchísimas gracias por todo y un abrazo.
 
Os dejo la nueva portada, a ver qué os parece. Le cambié las letras y yo creo que queda ahora más bonita, ¿no?
 

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