Memorias de una solitaria

Y por supuesto, César, que ya en ese momento y a pesar de nuestra relación extraña, en la que manteníamos cada uno nuestros pisos abiertos aunque solíamos dormir en uno de los dos, era mi pareja. Se había convertido en mi compañero acabando con mi soledad de años.

¿Cómo encajaría alguien de su clase social con mi familia? Pues para mi sosiego el abogado estuvo absolutamente encantador con mi madre y llano con mi padre con quién habló largamente del escalafón taurino y de los carteles de la próxima Feria de Abril.
Una pista para aquella frase "misteriosa" que le dijo Claudia a Luis sobre su vida actual, cuando se reencontraron con motivo de la operación del padre de Luis.
 
Cuando me encontré a Luis al salir del quirófano pude disimular la impresión que me había provocado. Aunque él parecía más impresionado que yo. Había cambiado. Ya no era el muchacho que guardaba en fotos de aquella época y en mi memoria. Pero maduraba bien. Estaba guapo.

Sin embargo, no fue ese mi primer pensamiento al verlo. Disimulé una naturalidad que no tenía pues llevaba temiendo aquel encuentro años. Y no era por él. De hecho Luis entre otras cosas también había dañado mi vanidad pues demasiado pronto pareció olvidarse de mí.

Superado el trance de saludarlo me sentí extraña. ¿Qué me estaba pasando? Pues no me estaba pasando nada. Tampoco voy a mentir. Sí me pasó. Se removieron recuerdos del pasado, se avivaron temores y el nerviosismo me hizo temer que patinara al dirigirme a él.

Pero no ocurrió nada de todo eso. Porque en realidad yo ya no era aquella Claudia que se había ido de su casa despidiéndose con una carta para cortar todo lazo. De hecho mi mayor extrañeza fue precisamente esa: no pasó nada. No sentía ni miedo, ni duda, ni necesidad de lanzar ningún reproche.

Cuando pasé por el dormitorio y me presentó a su mujer entendí que se olvidara de mí. Era guapa, elegante, inteligente…aunque por lo que supe más tarde, bastante insegura. Aunque si sabía las andanzas de su maridito antes de estar con ella, normal…

Me había pasado años agobiada por un recuerdo y ahora que lo tenía delante me daba cuenta de que había hecho un mundo de una simple relación adolescente. También me di cuenta de algo más. De que el recuerdo de Luis había influido en todas mis relaciones posteriores excepto ahora con César. Eso sí que me puso nerviosa. Porque me estaba ocurriendo algo que creía no poder volver a repetir: estaba enamorada hasta el tuétano del hombre con el que compartía mis días. Por eso había olvidado a Luis y ahora veía todo lo ocurrido en nuestro pasado como algo insignificante.

¿Un clavo saca a otro clavo? Borja y Edu no lo habían hecho. De hecho me autofustigaba sintiéndome una persona solitaria incapaz de ser amada. Pero resultaba que no era así. En realidad había sido una adolescente solitaria de pocas amigas, especialmente tras huir de mi pueblo por el asesinato del Largo. Esa imagen de mí misma la había alimentado mi ruptura con Luis y mi nueva huida. Pero en realidad yo no estaba sola. Llevaba mucho tiempo sin estarlo.

Tenía una familia que me había ayudado a llegar donde estaba ahora con el sacrificio de mis padres y la colaboración de mi tía. Aunque entre mis hermanos y yo habíamos intentado sacarlos del barrio e incluso del pueblo lo más que habíamos conseguido es que se mudaran a una promoción de adosados con jardín cerca del barrio para poder mantener sus amistades y comprar en las tiendas de toda la vida.

Tenía la amistad de mis grandes mentores, el Dr. García y mi queridísima Amelia. Un sinfín de amistades con una vida social increíble y más aún desde que César y yo éramos pareja.

Lourdes había sido mi compañera desde la distancia tantos años y seguíamos siendo uña y carne además de confidentes. Una amistad verdadera no se rompe aunque vivamos en ciudades separadas.

Y mi gran soporte en esos momentos era César. Mi temor a las relaciones me había hecho no valorar suficientemente lo que aquel hombre me había aportado. Y no hablo sólo de comer verdadero jamón de Jabugo en Londres.

Mi naturalidad era pasmosa frente a su nerviosismo cuando nos fuimos a tomar un café aquella misma tarde. Luis parecía impresionado por mi cambio en la forma de vestir y mi soltura de cirujana experta. Él en cambio parecía algo abrumado tratando de mostrar serenidad delante de su mujer, guapísima, aunque parecía algo incómoda con la situación.
 
Pues este capítulo sólo me ha reafirmado mi punto de vista. Luis está totalmente superado. Y es que todo lo vivido hace que esa experiencia adolescente con Luis quede muy pequeña.

Lo único que me queda por pensar, quizás por el estereotipo que siempre de que la mayoría quisiera formar una familia con hijos, es que Claudia está sin nada de eso, ni siquiera vive junto a su nueva pareja por lo que entendí. Y eso siempre me deja un descuadre.

Claudia realmente está feliz?

Y por otro lado, si bien Luis tiene todo eso, como que tampoco lo veo plenamente realizado y estable emocionalmente.

Luis realmente está feliz?
 
Pues yo sí la creo, y creo que la trayectoria, su historia y su evolución ha estado muy bien llevada por el autor.
En este punto de su vida hablamos de personas maduras con una trayectoria personal, profesional y sentimental que les permite poner en su correcto lugar aquellos meses de enamoramiento juvenil.
Me ha gustado mucho la actitud de Claudia, sorprendida por su propia reacción, sin rencor, con aprecio, el lugar en el que está en la actualidad relativiza completamente lo que era una construcción de la memoria, ya sabemos que los recuerdos se edulcoran con el tiempo, el temor a ese reencuentro parece que estaba sobrevalorado, no por el valor del reencuentro en sí, sino porque ahora tienen mucho más valor para Claudia lo que tiene hoy que lo que dejó de tener ayer.

Y creo que ese mensaje del autor, aplicable a Claudia y a Luis, está muy bien construido y expresado, por eso digo que yo la creo, creo a la Claudia de hoy, como creí al Luis de hoy en su día. Ambos tienen una vida plena, nada les falta y si alguno de los dos podría arrastrar dudas ese sería Luis, porque Claudia ya decidió al romper, pero Luis no fue quien decidió, aunque sí fue consciente de que la causa de la ruptura era él mismo y eso deja más cicatriz que cuando eres tú mismo quien toma la decisión.

Me ha gustado mucho como nos ha acabado llevando el autor a este nuevo cruce de caminos entre Claudia y Luis, aunque he de reconocer que algunos lavados de cara del pícaro Luis y alabanzas hacia su persona quizás alteraban un poco mi percepción de la historia. Me han resultado curiosas las alabanzas a la imagen de Alba de la propia Claudia, sin celos y con admiración, no creo que el autor esté enviándole un mensaje a su "Alba" o sí, por si este relato cae en su manos o sabiendo que pasará por sus manos, jeje, ha sonado a piropo camuflado.

En fin, si me centro en la esencia del recorrido vital de Claudia y Luis, la historia queda redonda, bien construida y estupendamente contada y, sobre todo, me ayuda a reconciliarme con la naturaleza humana a través de dos personas que luchan por alcanzar sus sueños y procurar la felicidad propia y de los más allegados.

Ignoro si el autor nos deparará alguna sorpresa, que no veo hoy por hoy, sabemos de ese café que compartieron, ahora nos falta vivirlo desde los ojos de Claudia.
 
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Lo siento por los adoradores del amor romántico y la nostalgia de lo que puedo haber sido y no fue, pero lo que el autor nos ha narrado es mucho más real que la fantasía de un amor eterno de dos adolescentes, y no solo es más real, es más rico, más profundo y más consistente, porque nace de lo que ambos realmente descubren que son y desean con el paso de los años.
Visto desde hoy hacia atrás es indudable que Alba y César son mejores parejas para Luis y Claudia, de lo que estos podían llegar a ser. Digamos que es un amor más maduro y con más "fundamento" capaz de acompañar y complementar, y que encaja con el proyecto vital de cada uno de ellos.
 
A mí la verdad es que desde que apareció Alba en el relato se convirtió en mi favorita y yo me alegro de que sean felices, aunque haya compañeros que piensen que no lo son.
Lo que si creo es que a esto no le debe quedar mucho, porque están ya prácticamente a tiempo real.
 
Pues sí, ahora Claudia y Luis son felices, pero ambos han tenido que renunciar a su primer amor, con dolor. Son felices pero no con la persona que ellos hubieran querido.

"Son felices pero no con la persona que ellos hubieran querido."

Lo has dicho todo.

Una frase desesperanzadora que desgarra el corazón por ese amor que sigue incompleto, sin duda es lo que sucede a Claudia y Luis.
 
Pues sí, ahora Claudia y Luis son felices, pero ambos han tenido que renunciar a su primer amor, con dolor. Son felices pero no con la persona que ellos hubieran querido.
Son felices con las personas que ellos han elegido y que a lo largo del tiempo han permanecido a su lado. Lo otro no hay que perder de vista que se enmarcar en un enamoramiento juvenil que una percibía como nocivo para ella misma y, el otro, no supo ni lo que era realmente para él. Creo que algunos "románticos de telenovela" han sacado un poco las cosas de sitio en la relación entre Claudia y Luis, ellos parecen más maduros, sensatos, inteligentes y sanos al haber superado aquel enamoramiento juvenil de ella y postadolescente de él.
 
"Son felices pero no con la persona que ellos hubieran querido."

Lo has dicho todo.

Una frase desesperanzadora que desgarra el corazón por ese amor que sigue incompleto, sin duda es lo que sucede a Claudia y Luis.

Menuda frase, de novelita romántica, te has venido arriba ¿Eh?

Sinceramente yo no veo ningún corazón desgarrado ni los veo incompletos a ellos dos, veo las marcas de la vida en ellos, como todos las tenemos, marcas que nos hacen ser como somos hoy y llegar a donde estamos hoy en un camino que nos labramos con encuentros y desencuentros. Y, sobre todo , Luis y Claudia, Claudia y Luis están hoy donde ellos quieren estar hoy y con quien ellos quieren estar hoy y mañana.

No olvidéis aquellas dos frases memorables de Timón y Pumba, nuestros referentes éticos del siglo XXI:

Aquella de Timón: "Siempre hay que dejar el pasado atrás ... hakuna matata, vive y deja vivir, hakuna matata, vive y sé feliz"

Y aquella otra de Pumba: "Viscoso pero sabroso" ... como la "almeja" ... ;)
 
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Luis y Claudia, Claudia y Luis están hoy donde ellos quieren estar hoy y con quien ellos quieren estar hoy y mañana.

Es cierto, ambos están ahora con quien quieren estar, pero porque en el pasado, no pudieron estar juntos y tuvieron que renunciarse mutuamente. Y no fue por desamor, porque los dos se amaban, bueno que ya sabemos porque.

Luis lo intentó con Alba, cuando Claudia desapareció y Claudia lo consiguió con César, cuando pudo sacar a Luis de su corazón. Cada uno está con su amor de consolación.

Mañana ya veremos.
 
Es cierto, ambos están ahora con quien quieren estar, pero porque en el pasado, no pudieron estar juntos y tuvieron que renunciarse mutuamente. Y no fue por desamor, porque los dos se amaban, bueno que ya sabemos porque.

Luis lo intentó con Alba, cuando Claudia desapareció y Claudia lo consiguió con César, cuando pudo sacar a Luis de su corazón. Cada uno está con su amor de consolación.

Mañana ya veremos.

"Amor de consolación" ... lo dudo. Cada uno está con su amor de hoy, y el de hoy no es de consolación, es el amor que hay, el real, el de verdad, el que importa ... el único que cuenta hoy ... lo demás son fantasías, cuentos de vieja ...
 
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