Keranos
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Capítulo 217
M: Nenes... ¿Qué os ha pasado?
E: Nos hemos dormido.
M: ¿Y eso?
J: Ayer tuvimos un poco de fiesta.
M: ¿Ves, Cristina? Los niños y niñas de hoy en día solo piensan en pasarlo bien. (dijo mirando a mi madre)
C: Es normal, son muy jóvenes, tienen que divertirse... (dijo mi madre algo cortada, pero con una sonrisilla)
J: Claro que sí. (dije dándole un abrazo y un beso a mi madre)
M: Qué cariñoso es tu hijo... Mi Elena ni me da un beso...
E: Que sí, mamá...
J: No te pongas celosa Maribel, jejeje.
E: ¿Y el viaje bien?
M: Sí, muy bien.
J: ¿Habéis hablado mucho?
C: Algunas cosas, hijo.
M: Cosas de madres, comentando un poco como os vemos.
J: Ah... ¿Y se puede saber?
C: Pues claro, hijo. Las dos estamos muy contentas. Os vemos muy felices a los dos y estamos encantadas, aunque os echamos un poco de menos por haberos ido de casa, pero si habéis dado este paso tan importante, es que la cosa va muy bien y en serio.
M: Exactamente.
J: Eso me dijo ayer Elena.
M: ¿El qué?
E: Nada, nada. (dijo dándome un pellizco en el costado)
M: ¿Cómo que nada?
J: Nada, que tu hija es muy tímida...
C: Qué rica... (dijo sonriendo)
E: Mamá, ¿y la abuela? (dijo con tono de cambiar de tema mientras se sonrojaba)
M: Con tu tía, hoy he venido más a disfrutar. Y tu hermana en casa, sola. No quería venir.
I: Buenos días. (dijo alegremente mientras aparecía por la puerta)
Ambas le saludaron, con una Maribel algo cortada y mi madre un poco descolocada porque no la conocía.
I: ¿Usted es la madre de Javi?
C: Sí, pero por favor, no me trates así... Jejeje.
I: Perdona, es la costumbre. Me alegro de poder conocerte. Javi es uno de mis mejores amigos y hemos venido a pasar el fin de semana con ellos.
M: Hola, buenos días. (dijo Mario también de forma alegre, pero algo cortado)
C: Hombre, Mario, cuánto tiempo... Qué grande estás y qué guapo.
M: Yo también me alegro de verte, Cristina. Esta chica es mi novia, se llama Irene.
M: ¿Os conocéis? (dijo Maribel algo cortada)
C: Sí. Mario venía mucho por casa para jugar con mi hijo cuando eran más pequeños, incluso ya de más mayorcito cuando iba al instituto venía buscando a Javier.
M: Pues yo no conocía a ninguno de los dos, ni a tu hijo hasta hace poco. ¿Te lo puedes creer?
E: Mamá...
C: Pero eso es porque Elena no es del mismo sitio que ellos, no te creas que la conozco desde hace mucho, solo unos meses. Si acabo de conocer a la novia de Mario ahora mismo también...
J: ¿Habéis desayunado?
C: Sí, nos hemos tomado un café rápido antes de venir.
J: Pues nosotros no. Vamos a hacer una cosa. Vamos a ir Mario y yo a por algo para desayunar y mientras vosotras os bajáis a la piscina.
A todos les pareció bien el plan, por lo que ellas se bajaron a la piscina mientras Mario y yo íbamos en coche a un supermercado para comprar cafés fríos y algo para desayunar. A la vuelta, antes de llegar dijo:
-Buen día vamos a echar en familia, jajajaja.
-¿Qué pasa? No le quitáis ojo a la madre de Elena, ¿no?
-Ya ves. Es que es tan parecida a ella que no puedo evitar imaginármela... Ya sabes.
-Ya.
-Irene se pone como una moto cada vez que la ve.
-¿La metéis en vuestras fantasías también? Jajajaja.
-Pues alguna vez... Jajajaja.
-Madre mía...
-Pues también.
-¿Qué?
-Pues que tu madre también está muy bien...
-Mario, no me jodas...
-No, si ya sabes que yo soy muy cortado y respetuoso con eso, pero ya ves que Irene...
-No me jodas, tío...
-No sé qué le parece a ella, a ver qué nos encontramos ahora cuando lleguemos y nos las encontremos en bikini...
-Joder... Algo me has dicho...
-Javi, que no va a pasar nada, tranquilo.
Llegamos, aparcando el coche al lado del inicio del caminito. Bajamos con las bolsas y nos encontramos a todas aún con la ropa puesta. Estaban sentadas a la sombra, hablando las cuatro. Cuando nos vieron, nos hicieron una señal y fuimos con ellas, para sentarnos en una mesa, en la misma en la que comimos el día anterior y nos pusimos a desayunar. Durante el desayuno hablamos de las cosas típicas que hablan las personas que se empiezan a conocer, contándoles a todos como nos iba con nuestra nueva vida, como nos apañábamos y demás.
Después nos fuimos hasta las toallas, quitándonos la ropa para quedarnos en bañador. Todas se quedaron en bikini excepto Maribel. Elena iba con un bikini rosa chicle muy bonito, que realzaba bastante su culo, poniéndose también un pañuelo negro en la cabeza, doblándolo como si fuera una cinta, como ella se solía poner para los días de piscina o playa. Irene iba con uno amarillo bastante chillón, que contrastaba bastante con su color de piel más oscura, y más al estar tan morena a esas alturas del verano. Mi madre, sin embargo, no estaba tan morena, cosa que intentaba ocultar al ponerse un bañador de cuerpo completo azul marino, tapando su abdomen y espalda. Mario y yo llevábamos siempre un bañador de pantalón de medio muslo, azul celeste el suyo y rojo el mío. Empezó el ritual de la crema, con ambas chicas echándole a su pareja. Mi madre me miraba con una sonrisilla mientras ella se echaba sobre los brazos. Yo apartaba la mirada algo cortado, pero también con una sonrisa. Después, los chicos le echamos a nuestras chicas, sobre todo por la espalda. En una de esas pasadas me colé y le subí la parte de atrás un poco a Elena, viéndose que la marca no era tan notable cómo debería serlo al ir siempre tapada por esa zona.
M: Elena, ¿haces topless?
E: ¿Eh? No... ¿Por qué?
M: No tienes mucha marca del moreno por ahí.
E: No, solo me desabrocho la parte de atrás y me tumbo boca abajo.
M: Que no pasa nada, ¿eh? Cada una hace lo que quiere.
C: Claro que no pasa nada. Tiene un cuerpo muy bonito.
I: Yo sí que hago. De hecho, voy a hacerlo, ¿os molesta?
M: Mmm, no, no. Tranquila.
C: Tú también tienes un cuerpo muy bonito, Irene.
I: Y tú, Cristina. ¿No te animas?
C: Yo no puedo con este bañador. Si me bajo la parte de arriba se me puede caer todo y entonces sí que hago topless del todo...
I: Bueno, te lo anudas.
C: Es que me da vergüenza también delante de mi hijo y de Mario.
M: Por mí no te cortes, Cristina. (dijo Mario medio riéndose)
M: Mario, creía que eras más formal... Jejeje. (dijo Maribel)
M: No, mujer. Es que conozco a Cristina desde que era pequeño, hay confianza, aunque lleve mucho sin verla. Además, en nuestro grupo de amigos cuando éramos pequeños e íbamos a casa de Javi, ella era la mujer, no sé si me entiendes...
J: Madre mía, Mario...
C: Vas a hacer que me ponga roja...
I: A ver, Cristina, es que eres muy guapa y estás muy bien para tener... ¿Cuántos años dices que tienes?
C: 48.
I: ¿Qué dices?
M: Estás muy bien, no lo aparentas. (dijo Maribel mientras estaba sentada con las piernas cruzadas)
I: Las dos estáis muy bien, ojalá llegue yo así a vuestras edades. (dijo quitándose la parte de arriba para dejarla apartada y empezar a echarse crema)
M: Vaya cuerpazo tienes, Irene. No te quejarás, ¿eh, Mario?
M: No me quejo, no.
I: Nadie ha tenido queja conmigo, jejeje.
M: Normal, los traerás locos a todos...
I: Y a todas.
M: ¿Cómo?
I: Es que soy bisexual, Maribel.
M: Ah...
C: Pues qué bien. Seguro que te lo has pasado muy bien.
I: La verdad es que sí, no os voy a mentir.
M: Pero ya no, ¿verdad?
I: ¿Cómo?
M: Quiero decir... Que estado en pareja con Mario, ya nada de chicas, ¿no?
I: No, no. -dijo después de un par de segundos- Cada oveja con su pareja. Yo con Mario estoy contentísima, me tiene bien servida.
M: No, si no quería decir eso...
I: Es muy cariñoso, es un amor.
C: Me alegro por vosotros.
I: ¿Te animas tú, Maribel?
M: ¿Qué? -dijo de manera incrédula- Yo no... Yo soy normal, o sea, que me gusta solo los hombres, yo no...
I: No, jajajaja. Me refería a si te animas a hacer topless.
M: Ah...
I: Pero si aún no te has quitado la ropa para quedarte en bikini. ¿A qué esperas? Estás sudando...
M: Eh... Sí. Voy a por una bebida para refrescarme. ¿Queréis algo?
E: Venga mamá, que voy contigo y te echo una mano.
Elena y Maribel se fueron a la zona del bar donde habíamos guardado las bebidas en las neveras que había ahí, quedándose unos minutos ambas hablando apartadas de nosotros.
C: Javier, estás muy callado...
J: ¿Yo? No, ¿por qué lo dices?
C: Has dormido poco, ¿no?
J: No... No sé de qué me hablas...
C: ¿Seguro? (dijo pasando su mano por mi espalda, hincándome las uñas por algunas partes, haciéndome daño)
J: Mamá... ¿Qué haces?
C: No... Qué hacéis vosotros... Que tienes la espalda hecha polvo.
J: Ah...
I: Es que Elena es muy...
C: Ya, ya lo sé.
I: ¿Cómo? Jajajaja.
C: Mi hijo me explicado lo que le pasa a Elena.
M: ¿Qué?
J: Que no, que fue para explicarle una situación. Que yo no voy por ahí diciendo lo que hago en la cama.
I: Pues sí, Cristina. Elena es sensible y tu hijo la tiene bien atendida.
C: Jajaja, vamos a dejar el tema, que Javier se enfada.
J: No me enfado... Es incómodo.
I: Pero si es divertido hablar de esto.
J: Me da cosa, jajaja. Hablad vosotros, yo voy a ver qué hacen estas dos.
M: Nenes... ¿Qué os ha pasado?
E: Nos hemos dormido.
M: ¿Y eso?
J: Ayer tuvimos un poco de fiesta.
M: ¿Ves, Cristina? Los niños y niñas de hoy en día solo piensan en pasarlo bien. (dijo mirando a mi madre)
C: Es normal, son muy jóvenes, tienen que divertirse... (dijo mi madre algo cortada, pero con una sonrisilla)
J: Claro que sí. (dije dándole un abrazo y un beso a mi madre)
M: Qué cariñoso es tu hijo... Mi Elena ni me da un beso...
E: Que sí, mamá...
J: No te pongas celosa Maribel, jejeje.
E: ¿Y el viaje bien?
M: Sí, muy bien.
J: ¿Habéis hablado mucho?
C: Algunas cosas, hijo.
M: Cosas de madres, comentando un poco como os vemos.
J: Ah... ¿Y se puede saber?
C: Pues claro, hijo. Las dos estamos muy contentas. Os vemos muy felices a los dos y estamos encantadas, aunque os echamos un poco de menos por haberos ido de casa, pero si habéis dado este paso tan importante, es que la cosa va muy bien y en serio.
M: Exactamente.
J: Eso me dijo ayer Elena.
M: ¿El qué?
E: Nada, nada. (dijo dándome un pellizco en el costado)
M: ¿Cómo que nada?
J: Nada, que tu hija es muy tímida...
C: Qué rica... (dijo sonriendo)
E: Mamá, ¿y la abuela? (dijo con tono de cambiar de tema mientras se sonrojaba)
M: Con tu tía, hoy he venido más a disfrutar. Y tu hermana en casa, sola. No quería venir.
I: Buenos días. (dijo alegremente mientras aparecía por la puerta)
Ambas le saludaron, con una Maribel algo cortada y mi madre un poco descolocada porque no la conocía.
I: ¿Usted es la madre de Javi?
C: Sí, pero por favor, no me trates así... Jejeje.
I: Perdona, es la costumbre. Me alegro de poder conocerte. Javi es uno de mis mejores amigos y hemos venido a pasar el fin de semana con ellos.
M: Hola, buenos días. (dijo Mario también de forma alegre, pero algo cortado)
C: Hombre, Mario, cuánto tiempo... Qué grande estás y qué guapo.
M: Yo también me alegro de verte, Cristina. Esta chica es mi novia, se llama Irene.
M: ¿Os conocéis? (dijo Maribel algo cortada)
C: Sí. Mario venía mucho por casa para jugar con mi hijo cuando eran más pequeños, incluso ya de más mayorcito cuando iba al instituto venía buscando a Javier.
M: Pues yo no conocía a ninguno de los dos, ni a tu hijo hasta hace poco. ¿Te lo puedes creer?
E: Mamá...
C: Pero eso es porque Elena no es del mismo sitio que ellos, no te creas que la conozco desde hace mucho, solo unos meses. Si acabo de conocer a la novia de Mario ahora mismo también...
J: ¿Habéis desayunado?
C: Sí, nos hemos tomado un café rápido antes de venir.
J: Pues nosotros no. Vamos a hacer una cosa. Vamos a ir Mario y yo a por algo para desayunar y mientras vosotras os bajáis a la piscina.
A todos les pareció bien el plan, por lo que ellas se bajaron a la piscina mientras Mario y yo íbamos en coche a un supermercado para comprar cafés fríos y algo para desayunar. A la vuelta, antes de llegar dijo:
-Buen día vamos a echar en familia, jajajaja.
-¿Qué pasa? No le quitáis ojo a la madre de Elena, ¿no?
-Ya ves. Es que es tan parecida a ella que no puedo evitar imaginármela... Ya sabes.
-Ya.
-Irene se pone como una moto cada vez que la ve.
-¿La metéis en vuestras fantasías también? Jajajaja.
-Pues alguna vez... Jajajaja.
-Madre mía...
-Pues también.
-¿Qué?
-Pues que tu madre también está muy bien...
-Mario, no me jodas...
-No, si ya sabes que yo soy muy cortado y respetuoso con eso, pero ya ves que Irene...
-No me jodas, tío...
-No sé qué le parece a ella, a ver qué nos encontramos ahora cuando lleguemos y nos las encontremos en bikini...
-Joder... Algo me has dicho...
-Javi, que no va a pasar nada, tranquilo.
Llegamos, aparcando el coche al lado del inicio del caminito. Bajamos con las bolsas y nos encontramos a todas aún con la ropa puesta. Estaban sentadas a la sombra, hablando las cuatro. Cuando nos vieron, nos hicieron una señal y fuimos con ellas, para sentarnos en una mesa, en la misma en la que comimos el día anterior y nos pusimos a desayunar. Durante el desayuno hablamos de las cosas típicas que hablan las personas que se empiezan a conocer, contándoles a todos como nos iba con nuestra nueva vida, como nos apañábamos y demás.
Después nos fuimos hasta las toallas, quitándonos la ropa para quedarnos en bañador. Todas se quedaron en bikini excepto Maribel. Elena iba con un bikini rosa chicle muy bonito, que realzaba bastante su culo, poniéndose también un pañuelo negro en la cabeza, doblándolo como si fuera una cinta, como ella se solía poner para los días de piscina o playa. Irene iba con uno amarillo bastante chillón, que contrastaba bastante con su color de piel más oscura, y más al estar tan morena a esas alturas del verano. Mi madre, sin embargo, no estaba tan morena, cosa que intentaba ocultar al ponerse un bañador de cuerpo completo azul marino, tapando su abdomen y espalda. Mario y yo llevábamos siempre un bañador de pantalón de medio muslo, azul celeste el suyo y rojo el mío. Empezó el ritual de la crema, con ambas chicas echándole a su pareja. Mi madre me miraba con una sonrisilla mientras ella se echaba sobre los brazos. Yo apartaba la mirada algo cortado, pero también con una sonrisa. Después, los chicos le echamos a nuestras chicas, sobre todo por la espalda. En una de esas pasadas me colé y le subí la parte de atrás un poco a Elena, viéndose que la marca no era tan notable cómo debería serlo al ir siempre tapada por esa zona.
M: Elena, ¿haces topless?
E: ¿Eh? No... ¿Por qué?
M: No tienes mucha marca del moreno por ahí.
E: No, solo me desabrocho la parte de atrás y me tumbo boca abajo.
M: Que no pasa nada, ¿eh? Cada una hace lo que quiere.
C: Claro que no pasa nada. Tiene un cuerpo muy bonito.
I: Yo sí que hago. De hecho, voy a hacerlo, ¿os molesta?
M: Mmm, no, no. Tranquila.
C: Tú también tienes un cuerpo muy bonito, Irene.
I: Y tú, Cristina. ¿No te animas?
C: Yo no puedo con este bañador. Si me bajo la parte de arriba se me puede caer todo y entonces sí que hago topless del todo...
I: Bueno, te lo anudas.
C: Es que me da vergüenza también delante de mi hijo y de Mario.
M: Por mí no te cortes, Cristina. (dijo Mario medio riéndose)
M: Mario, creía que eras más formal... Jejeje. (dijo Maribel)
M: No, mujer. Es que conozco a Cristina desde que era pequeño, hay confianza, aunque lleve mucho sin verla. Además, en nuestro grupo de amigos cuando éramos pequeños e íbamos a casa de Javi, ella era la mujer, no sé si me entiendes...
J: Madre mía, Mario...
C: Vas a hacer que me ponga roja...
I: A ver, Cristina, es que eres muy guapa y estás muy bien para tener... ¿Cuántos años dices que tienes?
C: 48.
I: ¿Qué dices?
M: Estás muy bien, no lo aparentas. (dijo Maribel mientras estaba sentada con las piernas cruzadas)
I: Las dos estáis muy bien, ojalá llegue yo así a vuestras edades. (dijo quitándose la parte de arriba para dejarla apartada y empezar a echarse crema)
M: Vaya cuerpazo tienes, Irene. No te quejarás, ¿eh, Mario?
M: No me quejo, no.
I: Nadie ha tenido queja conmigo, jejeje.
M: Normal, los traerás locos a todos...
I: Y a todas.
M: ¿Cómo?
I: Es que soy bisexual, Maribel.
M: Ah...
C: Pues qué bien. Seguro que te lo has pasado muy bien.
I: La verdad es que sí, no os voy a mentir.
M: Pero ya no, ¿verdad?
I: ¿Cómo?
M: Quiero decir... Que estado en pareja con Mario, ya nada de chicas, ¿no?
I: No, no. -dijo después de un par de segundos- Cada oveja con su pareja. Yo con Mario estoy contentísima, me tiene bien servida.
M: No, si no quería decir eso...
I: Es muy cariñoso, es un amor.
C: Me alegro por vosotros.
I: ¿Te animas tú, Maribel?
M: ¿Qué? -dijo de manera incrédula- Yo no... Yo soy normal, o sea, que me gusta solo los hombres, yo no...
I: No, jajajaja. Me refería a si te animas a hacer topless.
M: Ah...
I: Pero si aún no te has quitado la ropa para quedarte en bikini. ¿A qué esperas? Estás sudando...
M: Eh... Sí. Voy a por una bebida para refrescarme. ¿Queréis algo?
E: Venga mamá, que voy contigo y te echo una mano.
Elena y Maribel se fueron a la zona del bar donde habíamos guardado las bebidas en las neveras que había ahí, quedándose unos minutos ambas hablando apartadas de nosotros.
C: Javier, estás muy callado...
J: ¿Yo? No, ¿por qué lo dices?
C: Has dormido poco, ¿no?
J: No... No sé de qué me hablas...
C: ¿Seguro? (dijo pasando su mano por mi espalda, hincándome las uñas por algunas partes, haciéndome daño)
J: Mamá... ¿Qué haces?
C: No... Qué hacéis vosotros... Que tienes la espalda hecha polvo.
J: Ah...
I: Es que Elena es muy...
C: Ya, ya lo sé.
I: ¿Cómo? Jajajaja.
C: Mi hijo me explicado lo que le pasa a Elena.
M: ¿Qué?
J: Que no, que fue para explicarle una situación. Que yo no voy por ahí diciendo lo que hago en la cama.
I: Pues sí, Cristina. Elena es sensible y tu hijo la tiene bien atendida.
C: Jajaja, vamos a dejar el tema, que Javier se enfada.
J: No me enfado... Es incómodo.
I: Pero si es divertido hablar de esto.
J: Me da cosa, jajaja. Hablad vosotros, yo voy a ver qué hacen estas dos.