Reencuentro con Elena

No entiendo cómo a Ángela se le ha ocurrido una idea tan descabellada y absurda como la de meter a su madre y a su hermana en medio de un problema personal de Javi. Porque Irene, Mario, Sofía, Hugo y Ángela no tienen ningún problema entre ellos, es Javi quien tiene un problema con todos ellos. Me parece una decisión desacertada e imprudente por parte de Ángela. Podrá estar cargada de buenas intenciones, pero ya sabemos, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.
 
Esta juntanza va a acabar mal pero mal de verdad. A la primera tensión/discusión Javi se pone o bien violento y empieza a golpes con Hugo y Mario o se encierra en una habitación y no sale o bien escapa corriendo de la casa...

Hagan sus apuestas... :ROFLMAO: :ROFLMAO: :ROFLMAO:
 
Capítulo 760

Salimos de la cafetería y nos volvimos a montar en el coche para ir a donde vivía ella junto a su hermana meses atrás, aunque ahora no era así. Esperaba que estuviera esa chica que necesitaba ayuda para buscar piso y que Lucía acogió, pero la casa estaba vacía, echando Ángela un ojo y diciendo que lo veía todo bien.

Tras eso fue a la habitación de su hermana para coger un par de cosas que había allí, no tardando mucho en volver al coche para ir a mi casa, aparcando cerca, porque no íbamos a estar mucho tiempo. Nada más entrar, Ángela miró curiosa, cosa que me hizo gracia, preguntándole por qué lo hacía.

Ella reía mientras decía que quería ver cómo tenía la casa, aunque dijo que estaba muy bien y que la cuidaba bastante. Fuimos a mi habitación para buscar aquello que recogí en la casa de su hermana, ese juguete que me pidió que le guardara, porque le daba vergüenza que su hermana o su madre lo pudieran ver.

No recordaba dónde lo había puesto y nos pusimos a buscarlo entre los dos, dando con él al poco, pero entonces fue cuando llamaron a la puerta. Ángela me preguntó si esperaba visita, negando yo mientras pensaba quien podía ser, no viniéndose nadie a mi mente, aunque rápidamente caí en quién podría ser.

Ángela se adelantó para ir a ver quién era, encarando el pasillo para ir a abrir en lo que yo pensaba de quién se podría tratar. Efectivamente, era Noelia, quien tenía una cara un tanto curiosa, supongo que por ver ahí a Ángela. Mi amiga también estaba un poco que no sabía qué cara poner, pero reaccionó rápidamente al presentarse, ya que no se conocían.

Noelia también se presentó, interviniendo yo en cuanto lo hizo para preguntarle qué hacía ahí. Noelia dijo que como el día anterior habíamos acabado la conversación que estábamos teniendo de manera tan abrupta, pues que pensó en pasarse por casa para ver cómo estaba.

Mientras me hablaba, no dejaba de mirar a Ángela cada pocos segundos, diciéndole yo que me podía haber avisado. Ella me dijo que llevaba razón, aunque como tampoco es que le hiciera mucho caso a sus mensajes y llamadas, pues por eso decidió venir. De hecho, comentó que había venido un rato antes, pero que nadie había contestado y que pensaba que estaría en el gimnasio o algo, dándose una vuelta para hacer hora, volviendo justo en ese momento en el que estábamos Ángela y yo allí.

Le dije que estaba ocupado como podía ver, señalando a mi amiga, aunque Ángela me dijo que no fuera así y que hablara con ella, que nos dejaba solos si queríamos, pero le dije que no hacía falta, porque hablábamos mucho y era para una tontería, pasando a decirle que nos teníamos que ir ya para poder llevarla a su casa.

Noelia puso cara de decepción al oír eso, mirando al suelo, pero para mi sorpresa, Ángela dijo que seguro que la podíamos llevar a casa, no gustándome a mí eso, pero no teniendo mucho más remedio para no causar mala impresión.

El camino de vuelta a casa empezó siendo incómodo, porque para empezar hubo un titubeo donde se iba a sentar cada una, no aclarándose ninguna de las dos. Al final optaron por sentarse las dos atrás para empezar a charlar y así poder conocerse mejor. Yo me mantuve serio todo el trayecto en el que llevábamos a Noelia de vuelta a casa, notando como ella estaba un poco incómoda, como si tuviera vergüenza.

La miraba por el espejo retrovisor y ella buscaba mi mirada muy de seguido. Notaba cuándo lo hacía por sus movimientos de cabeza. Pero en realidad no fue tan malo ese momento, porque Ángela era tan abierta para conocer gente que le sacaba conversación hasta a una piedra, y si bien es verdad que Noelia de primeras estaba cohibida, luego se fue soltando y terminó charlando con ella con total normalidad. Hasta diría que se cayeron bien por el trato que tenían y por algunas bromas que decían.

Cuando llegamos a su pueblo, la dejé no muy cerca de su casa por temor a que nos vieran juntos y por otro temor, volver a encontrarme a Elena de frente, porque no sabía si estaba por allí o no al no haberle preguntado nada a Noelia por haber estado todo el rato en silencio, como ya he dicho.

Por suerte, no pasó ninguna de las dos cosas, aunque Noelia se despidió, buscando darme un beso que yo me negué. No es que lo hiciera de manera muy descarada, pero cuando se quitó el cinturón de seguridad, se echó hacia delante para hablarme más de cerca y decirme que ya hablaríamos, acercándose más con la intención de darme ese beso, pero aparté la cara y ella lo entendió, apartándose también y saliendo del coche una vez se despidió de Ángela.

Mi amiga se sentó delante, a mi lado para el poco trayecto que nos quedaba por hacer hasta llegar a nuestra ciudad, estando callada de primeras, pero mirándome mucho, eso sí. Cuando salimos del pueblo de Noelia ya se ánimo a sacarme la conversación.

-Conque esa es la hermana de Elena, ¿no?
-Ajá...
-Se parecen muchísimo -dijo mirando al frente.
-A mí me lo vas a decir...
-Ahora entiendo muchas cosas.
-Ah, ¿sí...?
-Pues sí -dijo en un suspiro-. La chica es mona.
-¿Te gusta?
-Es guapa. Y tiene un cuerpo bonito.
-Tú más.
-¿Qué te traes con ella?
-¿Yo? Nada.
-¿Seguro?
-Te lo aseguro.
-Pues...
-¿Qué pasa? A ver...
-Está muy colada por ti.
-Dime algo que no sepa.
-No, quiero que me lo digas tú. Estoy un poco perdida.
-Ya te he contado la historia.
-No me refiero a toda la historia. Me refiero a por qué te ves con ella si tanto la odias.
-A veces me apetece divertirme y siempre está muy dispuesta. Eso es todo.
-Pues va a sufrir mucho.
-Ya está más que avisada.
-No deberías verte con ella solo para follar. Ella está poniendo sentimientos, se nota mucho.
-Oye, que fue ella la que dijo de vernos para follar aunque sea.
-Me da igual que ella fuera la que dijera de veros para eso. Tú ya eres mayorcito como para ver lo que pasa y para ver que está mal.
-Pues que no me busque tanto, joder.
-Pon tierra de por medio entre vosotros.
-No es tan fácil. Si hasta se cuela en mi casa.
-Ya, seguro que es muy difícil -dijo suspirando de nuevo, aunque ahora con cierto tono de agotamiento.

Por suerte, la conversación se quedó ahí, manteniéndonos en silencio los pocos minutos que nos quedaban. En cuanto llegamos, fuimos a su casa, aparcando yo al lado y bajándonos los dos para entrar en su casa, estando allí su madre y su hermana. Saludé a ambas, siendo su madre muy cercana y dándome las gracias por haber traído a su hija.

Lucía también fue cercana al darme un abrazo, aunque no me gustó mucho que me diera un repaso con sus ojos estando delante de su hermana y de su madre. No había reparado mucho en el detalle de que nos habíamos acostado unas semanas atrás hasta ese momento en el que la había visto y ahora el incómodo era yo, aunque ellas no parecieron darse cuenta de ese detalle, empezando a charlar entre todos, sobre todo ellas, para preguntarme cómo me iba y demás.

Al final nos acabamos sentando en su salón. Era la primera vez que entraba a su casa y la verdad es que me encantó, porque tenía clase y a la vez era muy acogedora. Estaba muy a gusto en ella y charlamos durante bastante tiempo, ausentándose Ángela unos momentos para dejar su maleta en su habitación.

Con la tontería se nos echó un poco la hora encima y nos dio la hora de comer. Ellas insistieron tanto en que me quedara como agradecimiento por haberla recogido en el aeropuerto y haberla traído a casa que acabé aceptando. Fue un momento muy agradable en donde seguimos hablando, con Lucía pareciendo estar más relajada en cuanto a las miradas que me echaba.

Y la cosa no acabó ahí, pues después de comer estuvimos tomándonos un café allí mismo, diciendo Ángela que ya dejaría para el día siguiente lo de ir a ver a sus demás familiares y amigos, porque estaba bastante cansada de tanto viaje, de madrugar y por no haber dormido casi nada por lo nerviosa que estaba.

Yo me fui a media tarde, aunque ellas me dijeron que me podía quedar más si quería y que era bienvenido siempre que quisiera, aunque prefiera irme para dejar descansar a mi amiga, que tenía una cara de sueño importante y tampoco me parecía pertinente quedarme allí mientras ella se marchaba a dormir, porque no tenía esa confianza en esa casa.

Me despedí de todas conforme lo hice al llegar, aunque con Ángela fue más cercano, con ella dándome un abrazo y un beso en la mejilla, dándome no sé cuántas veces las gracias por haberle hecho el favor de recogerla y traerla. Me dijo que hablaríamos y que ya me iría diciendo qué le contaban los demás.

Al irme, me monté en el coche y pensé en acercarme a ver a la familia, pensando por el camino que se habló del tema de la cena de Nochevieja y que a su madre y a Lucía no parecía importarles mucho que se perdieran ese momento con el resto de su familia. De hecho, veía a su madre con ganas, porque decía que era algo especial y que le gustaba tener la casa llena de gente joven.

Lucía dijo que podía ser divertido, suponiendo yo que su hermana le había hablado de Irene y de Mario, aunque dudaba que lo hubiera hecho de manera que le explicara nada de lo que hacían, porque no es que hablaran mucho de esas cosas según tenía entendido yo.

Mi familia se vio sorprendida de verme por allí, sobre todo cuando había estado el día anterior para la comida familiar de Navidad, pero les expliqué el motivo de estar allí, pareciéndoles bien a ellos. No les pareció tan bien cuando saqué el tema de la cena de Nochevieja, porque ellos contaban conmigo para ese momento, aunque les dije que no se preocuparan, que podíamos hacer como había pasado con la cena de Nochebuena, haciéndola yo fuera, pero yendo al día siguiente para la comida, otra comida familiar, para Año Nuevo en este caso. Además, me quitaba del medio el coincidir con mi hermano, porque mi madre ya me contó que en principio iba a ir esa noche.

En el rato que estuve allí hablando con ellos no sabía cómo hacerlo para preguntar si también iba a estar presente en la comida, pero fue algo que terminé haciendo al irme, cuando mi madre se despidió de mí en la puerta, diciéndome que tenía mala cara, aprovechando yo para cambiar de tema al preguntarle eso.

Me dijo que no tenía ni idea, pero que no contaba con ello. Quizá se quedara a dormir para no coger el coche tan tarde, porque a ella le daba miedo que lo hiciera al ser fechas problemáticas con los accidentes, pero pensaba que seguramente se iría por la mañana de vuelta a casa para no dejar solo a mi padre tanto rato. Dejamos ahí la conversación y nos despedimos con un abrazo.

No la noté tan triste con la noticia de no ir en Nochevieja como lo estaba con la misma situación en Nochebuena, pero me dijo que le gustaba que me fuera con mis amigos, porque así sabía que estaba en buena compañía, justo como el año pasado. Aunque si ella supiera lo diferente que era todo ahora... Me puse en camino a casa, llamando a Noelia, pero no me lo cogió de primeras. Justo cuando llevaba la mitad del trayecto me llamó ella, aunque la hice esperar un poco, como ella me había hecho esperar a mí. No estaba de muy buen humor con ella por presentarse de esa manera tan inoportuna.
 
De verdad ¿Es la fiesta de Nochevieja el mejor momento para una reunión así? ¿No tienen Ángela y Lucía amigos para celebrar en lugar de meterse en medio de un follón entre gente peleada? Es que no entiendo nada de nada. Y la madre de Ángela y Lucía ¿Qué pinta en esa reunión? ... ojo, que ya nos han soltado que le gusta estar rodeada de "jóvenes".

La curiosidad me mata de ansiedad ... voy a pillar la consola para no pensar ...
 
De verdad ¿Es la fiesta de Nochevieja el mejor momento para una reunión así? ¿No tienen Ángela y Lucía amigos para celebrar en lugar de meterse en medio de un follón entre gente peleada? Es que no entiendo nada de nada. Y la madre de Ángela y Lucía ¿Qué pinta en esa reunión? ... ojo, que ya nos han soltado que le gusta estar rodeada de "jóvenes".

La curiosidad me mata de ansiedad ... voy a pillar la consola para no pensar ...
Además de que me parece rarisimo qué tanto Sofía como Irene no tengan planes de alguna fiesta o reunión que siempre sale y se programa en esa fecha.

Quizás sólo sea un momento y después cada pareja se vaya a su respectivo compromiso.
 
Espero ansioso el momento en que "caiga" la madre de Ángela, la única hembra de esa reunión que no ha catado al bueno de Javi ... y se muere por hacerlo, le encanta estar rodeada de jóvenes, como ella misma ha dicho.

Siguiendo con la lógica de Javi, es lo que toca, follarse a la madre de Ángela. Si puedes follarte a alguien que suponga un problema para las relaciones con personas que dices que te importan, pues te lo follas y ya luego te quejarás de lo otro, pero más vale polvo en mano que ciento volando.
 
Capítulo 761

-¿Qué pasa, Javi? Me has pillado durmiendo un poco. Esta mañana he madrugado mucho para ir a verte.
-Precisamente te llamo por eso.
-Ah, ¿sí? ¿Quieres que nos veamos?
-No. Quiero que me expliques el numerito.
-¿Qué numerito? Ya te he explicado por qué he ido.
-¿Y lo de avisar para cuándo?
-Es que...
-¿No ves que puedo estar con alguien?
-Pensaba que estabas en el gimnasio.
-Lo más normal es llamar a alguien cuando vas a verlo. Sobre todo si vienes desde otro sitio.
-Perdona.
-¿Y qué querías?
-Verte. Tenía muchas ganas y pensaba que a lo mejor podríamos haber comido juntos y no sé... Pasar el día en tu casa, los dos tranquilos.
-Eres muy pesada.
-¿Te estoy agobiando?
-Pues sí. Bastante.
-Solo quería hacerte compañía. Con lo que pasó la semana pasada pensaba que querías algo de compañía. No sé... Además, quiero ver que te cuidas, que comes bien y eso. Hoy no me has pasado ninguna foto de lo que has comido, por cierto.
-Lo he hecho con Ángela. Me ha invitado a comer, bueno ella, su madre y su hermana.
-Ah... Muy bien entonces, así sé que has comido. Me ha caído muy bien tu amiga. Es una chica muy dulce.
-Lo sé.
-¿Quieres entonces que nos vemos mañana?
-Ya se te ha olvidado lo del agobio por lo que veo.
-Noooooo, pero en plan tranquilos, ¿sabes?
-Noelia, si te pica, hazte un dedo.
-No es eso. Ay...
-¿Te crees que no me he dado cuenta de cómo has venido hoy más maquillada de lo que sueles ir?
-Solo quería ponerme guapa para ti.
-Ya...
-Bueno, ¿y qué pasa si me apetece echar un polvo contigo? No es nada malo. En absoluto.
-Anda, ponte a estudiar, que en nada tienes los exámenes.
-¿Cuándo nos veremos?
-Joder... No lo sé, Noelia.
-Claro, ahora que está tu amiga, no tendrás tanto tiempo...
-¿Me vas a montar el numerito de los celos ahora?
-No.
-Bien, porque tampoco tienes derecho. Recuerda que no somos nada.
-Ajá...
-Y si se te pasa por esa cabeza tuya venir a verme, avísame al menos. Has tenido suerte de pillarnos allí y de que te hayamos llevado a casa. Que esa es otra, has perdido toda la mañana sin hacer nada, pudiendo estar estudiando.
-Cómo te preocupas por mí... Me encanta.
-Bueno, mejor cuelgo, que te estás poniendo muy tonta. No te enteras de nada.
-Me gustaría que nos viéramos pronto. Dime cuando te viene bien, porfa...
-Que sí. Yo te aviso -dije colgando.

Al día siguiente tuve una sorpresa en forma de visita. Andrea había vuelto a casa, pero no estaba de buen humor. Me la encontré al volver del gimnasio, asustándome de hecho por no esperar movimiento dentro de casa. Nada más saludarnos noté que la conversación no iba a ser agradable, pero tendría que esperar, porque necesitaba darme una ducha.

Al volver me la encontré donde la dejé, con el móvil en la mano, pero lo dejó sobre la mesa en cuanto me vio aparecer. Casi sin dejar que me sentara ya empezó a decir que estaba muy disgustada, preguntándome qué era eso de que me drogaba. La conversación empezaba bastante fuerte, explicándole yo que fue algo bastante puntual.

Andrea exigía más respuestas, preguntándome en varias ocasiones por qué había tomado aquello. Me escabullí varias veces, pidiéndole explicaciones yo de por qué le había dado sus llaves a Noelia para que acabara viniendo.

Mi compañera de piso me explicó que Noelia estaba bastante histérica, llamándola a cada rato, porque estaba muy preocupada de que yo no diera señales de vida y que de hecho ella también me llamó y me envió mensajes, pero que no podía venir para ver si estaba bien o no al tener que estar al cuidado de su hermano por estar sus padres fuera.

Me dijo que si hubiera sido ella la que me hubiera encontrado así me la habría liado más de lo que lo estaba haciendo en ese momento. Se enfadó muchísimo cuando Noelia le contó lo que se encontró al llegar a casa y tampoco daba crédito. Le costó bastante asimilar la información que le dio su amiga y no sabía qué pensar de mí.

Por lo pronto me dijo que el sexo entre nosotros se había acabo, porque que hubiera hecho eso hacía que ahora no se fiara mucho de mí. De hecho, me dijo que estaba aprovechando las vacaciones de Navidad para pensar qué iba a hacer respecto a seguir viviendo conmigo.

Me sorprendió que dijera aquello, aunque no dije nada para no empeorar la conversación. Nunca la había visto así de enfadada, porque estaba hasta roja y podía notar cómo temblaba un poco. De ahí pasó a preguntarme de nuevo la razón para drogarme hasta tal punto de no enterarme de nada durante dos días y para que Noelia me encontrara en el estado tan lamentable en el que me encontró.

Sin dejar responderme, aunque tampoco es que yo hiciera un gran esfuerzo en hacerlo, me preguntó si era por haberse quedado solo en casa, porque tanto ella, como Noelia y la mayoría del resto de mis amigos de allí se habían ido a casa por las vacaciones y como Noelia le había dicho algo de que me sentía así, pues pensaba que me podría haber deprimido por eso.

No faltaba razón en ese argumento, pero el principal motivo era otro. Consideraba a Andrea mi amiga, pero la manera que tenía de hablarme no invitaba mucho a contarle algo tan serio como lo que me pasó, y más aún cuando iba a contárselo a Noelia en cuanto se marchara de casa, porque sabía de sobra que lo iba a hacer.

Le di algún que otro detalle que se me ocurrió para salir del paso, pero no le acabé contando la verdad. El punto importante que le conté fue que las Navidades pasadas las había pasado con mis amigos más cercanos y ahora la cosa estaba muy cambiada. Otro que le di fue que tenía mucho tiempo libre y no paraba de pensar en ello y era agotador, por eso recurrí a esa sustancia, para dejar de pensar y poder descansar de paso.

Me resultaba difícil de adivinar si esas excusas eran suficientes para ella, porque tenía un mosqueo encima que no cambiaba su expresión de enfado. Supongo que sí al cambiar un poco de tema, volviendo a decirme que se sentía muy mal por Noelia al habernos acostado. Hasta se le ponían los ojos vidriosos y reflejaba ahora más tristeza que enfado. Llegó a decir que entre eso y lo que había pasado conmigo, quizá lo mejor era irse de allí, cosa que me volvió a decir que se estaba pensando.

La conversación no dio para mucho más, despidiéndose de mí y deseándome unas buenas Navidades, terminando con que ya me diría algo cuando tomara una decisión. El sentimiento era de desazón, porque a mí me gustaba tenerla como amiga y compañera de piso. El sexo con ella en realidad pasó a un segundo plano en ese momento, quizá por no andar yo con ganas en absoluto después de cómo reaccioné al reencontrarme con Elena.

No tenía ni idea de qué tenía en mente si al final tomaba la decisión de irse, aunque en realidad era bastante fácil de suponer que lo más probable era que se acabara yendo con Noelia, aunque eso podría suponer un problema si ella y yo nos seguíamos viendo y Andrea prefería mantener las distancias.

En cualquier caso, esa visita que me habría encantado en otras circunstancias, no hizo más que empeorar el estado de ánimo que llevaba arrastrando ya durante muchas semanas, aunque tuviera algunos picos positivos como el regreso de Ángela.
 
En mi opinión esta es la historia (está en el título) de Javi y Elena, Javi no se ha recuperado del palo de haber perdido a Elena, toda la historia lo que nos demuestra es que va dando tumbos desde que rompieron y no levanta cabeza, es una huida hacia adelante para no encarar la verdad, ha perdido al amor de su vida y hasta que no lo asuma y luche por volver no lo va a superar.

Que está haciendo el imbécil? Sí, pero a sus veintitantos no lo podéis juzgar con mente de 40 o 50, está sufriendo y hecho polvo, no seáis duros con él, recordaos a esa edad…
 
En fin, Andrea haría bien en cambiar de casero, es obvio que es la única que se da cuenta de que la situación ha cambiado y la convivencia también. Al final todas acaban alejándose de Javi, porque consideran que es lo mejor para ellas. La conclusión es muy triste para él. Ojalá llegue a tomar conciencia de que el "problema" no está en todos los demás, ya son demasiadas personas con las que tiene problemas, el problema está en él y el muy capullo se empeña en no dejarlo salir.
 
Noelia, si te pica, hazte un dedo.

Es que esta corta frase tan soberbia e inmodesta, cargada de una humillante indolencia, ha terminado por rebasar el dique de mi tolerancia.

Mostrando su mejor faceta nuestro héroe, esta frase de Javier nos termina por indicar hasta donde lo ha arrastrado su bajeza moral, ni Noelia con todo lo que hizo para dañar lo suyo con Elena, lo merece, un verdadero apátrida del corazón.

Su relativa "juventud" no es excusa para actuar tan idiotamente soberbio, y va de merluzo con todos, con la vida en general, que si Ángela no se esforzara, también la tendría en el saco, su capacidad de ser un patán es infinita, lástima que siempre encuentra mujeres vulnerables dispuestas a sacrificar dignidad por una superficial muestra de cariño.
 
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