Capítulo 786
-¿De qué habías, Javi? Yo no tengo ningún bebé.
-¿No?
-Pues no. ¿Cómo voy a tener un bebé? Por Dios...
-¿Entonces?
-El bebé que tengo en mis brazos en esa foto es mi primito Marcos.
-¿Tu primo?
-Es el hermanito de Paula. Su madre se quedó embarazada hace poco más de un año.
-Joder... -dije con bastante alivio-. ¿Qué es todo eso entonces? -dije volviendo a mirar al rincón.
-Pues son para ellos, para cuando vienen aquí. Como viven también en esta ciudad, pues a veces Paula se queda conmigo y Marcos también se queda un rato. Compré eso para los dos, para que pudieran jugar ahí y que Paula tuviera su mesa para dibujar, porque no le gustaba hacerlo en esta.
-Ya veo.
-Eso que has dicho... Está muy feo, es verdad.
-Lo sé, pero es que... Joder, es que podríamos haber estado tan bien... Me daba envidia ver que tú habías pasado página de esa manera.
-¿Tú no lo has hecho?
-Lo he intentado. Con todas mis fuerzas, pero no he podido. No te he podido olvidar.
-¿Por eso te has vuelto a ver con mi hermana? ¿Esa es tu forma de no poderme olvidar?
-¿Cómo sabes que me he vuelto a ver con tu hermana?
-¿Qué más da eso ahora?
-Ha sido Irene, ¿no? Ella te ha contado todo.
-¿Irene? No la veo desde la fiesta de Halloween de hace dos años.
-Ah...
-¿Por qué la sacas? ¿Ha pasado algo con ella?
-No. Bueno, que está muy enfadada conmigo. Eso es todo.
-¿Por qué? ¿Por verte con mi hermana?
-Sí, por eso.
-Normal.
-¿Por qué cortaste relación con todos?
-No te escaquees y responde a mi pregunta. ¿Por qué te has estado viendo con mi hermana?
-Pero Elena, no puedes estar todo el rato a la defensiva. Vale que la he cagado enormemente, que lo nuestro se acabó por mi culpa ya fuera de una manera o de otra, pero no puedes estar así todo el tiempo. Ya me he disculpado y te estoy explicando todo lo que ha pasado.
-¿Y cómo quieres que esté?
-No sé, te podías tranquilizar un poco. ¿O te crees que esto es fácil para mí?
-No sé... Tú sabrás.
-Mira, vamos a hacer una cosa. ¿Te parece si ambos contestamos a las preguntas del otro?
-Vale, tú primero.
-Está bien...
-¿Por qué te has estado viendo con mi hermana durante un tiempo?
-Vamos a ver... -dije respirando hondo para intentar serenarme un poco, ya que seguía nervioso- Fue una casualidad.
-Es que... No, si tú no tienes la culpa de nada nunca. Todo es casualidad o es culpa de otro.
-¿Me dejas que te explique?
-Venga...
-Coincide en una clase con mi compañera de piso. A mi compañera de piso la conocí en donde trabajo ahora y resulta que ambas coinciden en la universidad. Montaron un grupo de estudio junto a otras chicas y un día me la encontré en casa, con las demás. Estaban estudiando. Ya te he dicho que tu hermana estaba obsesionada conmigo, pues en esta ocasión lo volvió a estar, porque se colaba en mi casa con tal de verme. En fin... Una cosa llevó a la otra y acabamos en la cama y nos empezamos a ver un poco más, pero no hemos llegado a ser nada.
-Madre mía... ¿Te volviste a confundir con alguien en esa ocasión? -preguntó con ironía.
-No. La verdad es que no.
-Vaya... Ya no tienes excusa.
-¿Quieres saber por qué me acosté con ella y por qué dejé que nos siguiéramos viendo más a menudo?
-¿Por qué? A ver...
-Porque me recordaba a ti. Aparte de parecerse mucho a ti por ser tu hermana, ella decidió cortarse el pelo como tú, ponerse piercings como los que llevas tú, imitar tus gestos... Ya te he dicho que no he levantado mucha cabeza durante todos estos meses que hemos estado sin vernos, pues esta es otra cosa más. No quería sentirme tan solo y a veces, estar con ella era como estar contigo. Elena, no te he podido olvidar y creo que sigo sintiendo lo mismo por ti que cuando estábamos juntos. Hala, ya lo he dicho.
-Con razón has mostrado tanto alivio cuando te he dicho que no tengo ningún bebé.
-Pues sí, la verdad.
-Aunque eso no significa que no tenga pareja.
-¿Y es así?
-No. No tengo.
-Vale -dije aliviado.
-Otra vez. Otra vez ese tono de alivio. ¿Crees que vamos a volver a estar juntos al darme estas explicaciones?
-No contaba con ello realmente. No te voy a mentir, me gustaría, claro que me gustaría, pero no venía pensando que iba a salir bien. Primero por lo que pensaba de que tenías un bebé, dando por hecho que también tenías pareja, aunque al final no haya sido así. Pero ahora, hablando contigo, tampoco lo veo muy posible por lo resentida que estás conmigo. Que lo entiendo, ¿sabes? Pero yo estoy poniendo de mi parte para que esta conversación salga bien, aunque no me lo estás poniendo nada fácil.
-¿Esperabas que te recibiera con las piernas abiertas?
-No, Elena. Te lo acabo de decir.
-Es que me dices todo eso como si no te hubieras follado a toda la que se te haya cruzado.
-¿Y qué importa eso?
-Porque no tiene sentido con eso que dices de que no podías olvidarme.
-¿Sabes que te he comparado con prácticamente todas las chicas con las que me he acostado y que no te han podido superar?
-Dices eso para hacerme la pelota.
-Piensa lo que quieras.
-¿Con cuántas has estado? Seguro que con muchas.
-No lo sé, la vedad.
-¿No lo sabes? Pues deberías, porque yo sé perfectamente con cuántos he estado en todo este tiempo.
-Supongo que seguimos siendo igual de diferentes en ese aspecto...
-Desde luego.
-Mira, Elena, te aseguro que lo que te he dicho de que no te he olvidado es cierto. He llegado a tener otra pareja. Y la he querido, mucho, pero ni de lejos como te he querido a ti. No me llegué a enamorar de ella como sí hice perdidamente de ti. No creo que pueda sentir algo así por nadie más.
-Mira que te gusta hacer de seductor...
-Solo te estoy diciendo las cosas tal cual las siento.
-O sea, que has tenido otra pareja...