Reencuentro con Elena

Capítulo 896

Le pedí que me contara un poco qué había visto. Me dijo que lo que más había captado su atención había sido que no dejaba de mirarla, explicándole yo por qué y haciéndose ella una idea, pero también mencionó la manera en la que la miraba. Era algo que se me escapaba al no poder verme mientras lo hacía, por lo que le pregunté. Ángela me comentó riendo que se me caía la baba con mi novia, pareciéndole genial.

Yo también me reí, preguntándole qué más había visto. Ángela me dijo que se había dado cuenta de lo pendiente que estaba en todo momento, de cómo la trataba, y en especial, de todo lo que le había contado durante las semanas que habíamos estado como pareja y también antes de serlo. Me dijo que lo de estar apoyándola en un momento tan importante para ella como lo era dar un cambio a la casa para que no le recordara tanto a sus padres era porque me importaba de verdad.

Fue entonces cuando le pregunté qué pensaba ella en la pregunta que me había hecho, pensando que sí, que había sido capaz de volver a despertar eso en mí. Poco tenía que añadir yo a su respuesta, aunque Ángela quería despejar alguna duda más, como si pensaba en Elena últimamente, contándole yo que apenas, por no decir nada, en especial desde que estaba con Abby e iban pasando las semanas.

Se quedó tranquila cuando le conté todo eso, pasando a hablar de otras cosas hasta que Abby bajó y se nos unió para desayunar también. Saludó algo cortada, pero pronto se abrió y se relajó, comportándose con total normalidad. Me encantaba verla así con alguien tan importante para mí, estando bastante activa, proponiendo dar un paseo para ver algunos decorados navideños, aunque había que abrigarnos bien, eso sí.

Fue algo breve en realidad, porque con el frío que hacía, con una cantidad considerable de varios grados bajo cero y con tanta nieve, no se podía pasear mucho. Lo hicimos lo justo para ver un poco de decorado navideño, el cual le encantó a Ángela. Paramos en la cafetería en la que trabajaba Abby, dándole recuerdos a Ángela de cuando estuvimos desayunando allí un día cuando vino junto a Irene y a Mario.

Necesitábamos algo caliente para el cuerpo y nos vino fenomenal, además de un dulce que nos tomamos para reponer un poco de fuerzas. El resto de la mañana nos refugiamos en un centro comercial, en el cual ambas estuvieron mirando ropa y yo me escapé un momento para recoger el regalo que le quería hacer a Abby. También aprovechamos para comprar alguna cosa que otra más que necesitábamos para la cena de Nochebuena que íbamos a hacer.

Después de comer allí y dejar lo que compramos a buen recaudo en una de las taquillas que había por allí, fuimos a tomarnos un café después de comer allí para a continuación ir a ver una película. Estuvimos muy entretenidos aquel día, aunque el frío invitaba al quedarse en casa, plan por el que optamos una vez acabó la película. En esta ocasión volvimos en taxi, siendo mucho más cómodo.

El resto de la tarde lo empleamos en jugar con las consolas que teníamos allí al gustarnos tanto a los tres. Lo pasamos bastante bien y continuamos jugando un poco más después de cenar, aunque no tardamos mucho en irnos a dormir, pero Abby seguía con ganas de algo más, como todos los días desde que nos hicimos pareja, salvo aquellos en los que estaba con el periodo.

El día siguiente lo pasamos en casa por completo, porque era la víspera de Navidad y queríamos preparar una buena cena para los tres. Ángela se puso muy cabezona en que quería pagar parte del dinero que nos habíamos dejado en comprar tanta cosa, pero tanto Abby como yo nos negamos. Al fin y al cabo, ella era nuestra invitada y bastante había gastado ya en los billetes de avión que había comprado por muy buena oferta que hubiera conseguido.

Se quedó más tranquila cuando pudo ayudar a preparar cosas. A Abby se le volvió a ir la mano preparando tanta comida cuando íbamos a ser solo tres personas para cenar, pero la gran variedad que había era genial y estaba todo excelente. Sobró mucha comida, como ya veía yo venir, pero a la vez, nos lo tomamos con calma. Pese a todo lo que comimos, también probamos las dos tartas que hizo Abby, una de queso y otra de limón, encantándoles a Ángela.

Mi amiga volvió a mencionar la anécdota de cuando vino a visitarme por primera vez y me preguntó si había conocido a alguien especial o si alguien me había llamado la atención, levantando yo la cabeza en la cafetería donde trabajaba Abby para ver si estaba ella y poder comentar algo, pero no se encontraba en ese momento. Mi chica se puso un poco roja, pero estaba preciosa, yendo bien maquillada, con su melenita bien lisa y muy guapa con el traje que se puso el día que salimos para celebrar nuestros cumpleaños.

Ángela también se puso muy guapa al maquillarse también de manera cargada, como solía hacer cuando salía de fiesta o en ocasiones especiales, llevando también un vestido precioso, aunque el suyo no era del mismo color que el de Abby, sino que era de un rojo muy intenso, el cual combinaba con el color de sus labios. Yo opté por ponerme traje para la ocasión, no habiéndolo hecho aún desde que había llegado a Canadá.

De hecho, de primeras pensé en no llevármelo, pero se me pasó por la cabeza que podía haber alguna cena de personal para toda persona que trabajara en la universidad, o al menos para el profesorado, pero o no hubo dicha cena, o no contaron conmigo, porque no recibí ninguna invitación.

Sin embargo, pude ponérmelo para la ocasión, diciéndome mi novia que estaba muy guapo y muy sexy mientras me terminaba de vestir en nuestra habitación, sentándose ella en la cama para observarme, habiendo acabado ya ella.

Una vez acabamos de cenar, sin salir de casa, pusimos un poco de música y nos preparamos unas bebidas para pasarlo bien, aunque Ángela no bebió gota de alcohol, como siempre. De hecho, Ángela le contó a Abby el motivo de por qué no lo hacía, entendiéndolo ella, dándole un abrazo y contándole después el tema de sus padres.

Me sorprendió un poco que lo hiciera teniendo en cuenta cuánto le costaba hablar de aquello, pero entre algo de vino que había tomado durante la cena y ahora con esa copa, debía estar un poco desinhibida. Ángela tuvo hacia ella la misma respuesta una vez le contó aquello, devolviéndole ese abrazo, aunque yo di una palmada, diciendo que no era noche para pensar en esas cosas, sugiriendo bailar un poco.

Sí, así de desesperado estaba por cambiar de tema como para sugerir bailar. Fue divertido en realidad, haciéndolo entre todos, y sumándose la gata a nosotros al cogerla Abby en brazos para bailar con ella, haciéndolo yo después. También tuvo una cena un poco especial esa noche, pudiendo tomarla al lado de nosotros en el comedor.

Para cerrar la noche, pensamos en abrir los regalos que previamente habíamos dejado bajo el árbol de Navidad, habiendo varios, más de los que me esperaba. Había regalos para todos, hasta para la gata. A Ángela le regalamos un par de juegos, porque le gustaba bastante también, además de algunos detalles más que Abby pensó que le podían gustar con las descripciones que le había dado yo.

Algo parecido pasó con el regalo que le hizo ella a Abby, guiándose mucho por las cosas que yo le había contado sobre ella, sus gustos y demás. A la gata le compramos un par de juguetes, los cuales estrenó esa misma noche cuando los abrimos y se los dimos para que los viera. Yo le regalé a Abby un estuche de maquillaje bastante amplio. Era algo que le encantaba, y Ángela también le había regalado un poco de maquillaje, pero yo quería hacerle un regalo más amplio.

Para ello me estuve informando un poco y también prestando atención cuando íbamos de compras y se quedaba mirando un poco por la zona de maquillajes, como también en las búsquedas que hacía por Internet o en tutoriales de cómo maquillarse. Le encantó el regalo, aunque sabía de sobra lo que costaba y eso le hizo refunfuñar un poco.​
 
Esta Abby es una joya ... cocina de vicio y folla para chuparse los dedos ... ¿O es al revés?

Lo buena cocinera que es Abby ha hecho que Javier olvide a Elena ... es que nada puede superar a una mujer que haga buenas tartas de queso y de limón.
Totalmente de acuerdo.
La verdad es, que a no ser que se descubra, que tiene gente enterrada en el sótano. Ésta chica no tiene una falta.
La suerte que ha tenido Javi, de encontrar éste tesoro allende los mares. 🤔
 
Lo único que sabemos con certeza a día de hoy, es que Javi/Keranos, vive con una gata, lo demás es pura especulación 🤭
Tampoco iba a decir para dar la pista definitiva que vive también con Abby.
... ahora que hay una nueva inquilina en casa, pues no he tenido tiempo para nada.
De hecho, por esto último ahora tengo menos tiempo aún, porque requiere mucho de mi atención y necesita mucho muchos mimos. Tenía pensado acabar de escribir el relato en verano y la cosa se me ha alargado hasta ahora, que tenía pensado acabarlo en Navidad, pero con la pequeña es que no puedo ponerme, porque no deja que me concentre...
Y para aclarar dudas... No, no es un bebé. Es una pequeña gata adoptada, pero vamos, que casi requiere la misma atención, porque todo es muy nuevo para ella y se tiene que adaptar y demás.
...Abby tenía una gata que llevaba con ella un par de años según me contó...
...Si hasta se traía a su gata a casa cuando venía a verme los fines de semana para no dejarla sola...
...Me apeteció también comprarle un juguete a su gata...

...por lo que le sugerí que fuéramos a su casa en un momento para ir a por algo de ropa y a por su gata...
 
Esta Abby es una joya ... cocina de vicio y folla para chuparse los dedos ... ¿O es al revés?

Lo buena cocinera que es Abby ha hecho que Javier olvide a Elena ... es que nada puede superar a una mujer que haga buenas tartas de queso y de limón.
mmmmm...pie de limón...:babeando1:
 
Capítulo 897

Pero no era el único regalo, porque también le regalé un colgante de plata con la forma de un sol, haciendo referencia al mote cariñoso de pareja que le puse de "mon soleil", surgiendo como una gracia por eso de ser pelirroja y también por ser un apodo para pareja en español. Con esto se llegó a emocionar, pues en la parte de atrás de ese sol, venían grabadas esas palabras. Me dio un abrazo tremendo y un beso muy tierno también, pidiéndome que se lo pusiera.

A mí también me regalaron muchas cosas, habiendo juegos, algunas figuras decorativas de cosas que me gustaban y a las cuales les había echado un ojo, haciéndome todo mucha ilusión. Me llevé una sorpresa enorme cuando me encontré un regalo de parte de mi madre. Ángela me comentó que había pasado por casa de mis abuelos para hablar con mi madre para ver si quería que me trajera algo, pensando que sería una ocasión perfecta para hacerme el regalo de Navidad.

Quería llamarla para hablar con ella y darle las gracias por el regalo, pero no podía hacerlo, pues en España ya era muy de madrugada, así que tendría que esperar al día siguiente. Estuvimos un rato entretenidos con nuestros regalos, aunque tampoco nos fuimos excesivamente tarde a dormir, pero Abby y yo no dormimos precisamente, porque nada más meternos a la habitación y cerrar la puerta, se giró hacia mí con una sonrisa preciosa a la vez que apasionada para agarrar mi cara y besarme.

Duró más de lo que esperaba ese beso que ya imaginaba yo que daría lugar a algo más, pero al parecer ella quería tomárselo con calma. En realidad, no me importaba en absoluto, porque cuanto más durara todo con ella, mejor. Pero me senté en la cama, porque aun llevando ella unos tacones bastante altos, le costaba llegar a mí al ser tan bajita.

Ahora sí que podíamos besarnos de manera más cómoda, agarrando ella mi cara bien, pero de manera muy tierna para continuar con el beso. Cuando se separó de mí, me miró con esos ojos increíbles y con un gesto alegre. Se me escapó un "je t'aime", aunque no es que quisiera evitar decírselo.

Abby me miró con más intensidad, notando yo cómo se ponía un poco roja pese a estar iluminados tan solo por la luz de una lámpara que teníamos en una cómoda. No se demoró mucho en devolverme esas palabras, las cuales dijo de manera muy sentida, pasando a frotar su nariz con la mía para luego darme otro beso.

A continuación, me dio un abrazo, sentándose en mi regazo, aunque eso no impidió que la cosa siguiera. Tan solo nos pusimos un poco románticos durante unos momentos, porque luego volvieron los besos. Intenté quitarme la ropa, pero ella me lo impidió al agarrar mis manos, diciéndome que no me quitara nada aún, que me veía muy sexy.

Tras ello, me susurró al oído que esa noche era muy especial. Yo seguí al responderle que sí, que había sido una noche fantástica y que tenía pinta de acabar mucho mejor, aunque ella me dijo que no le había entendido, a lo que yo le pregunté a qué se refería. Mientras acariciaba ni cara y pasaba uno de sus dedos por mi mentón me dijo que podríamos hacerlo sin que me tuviera que poner un condón.

No me sorprendió tanto, porque no era tan raro que de vez en cuando tuviéramos sexo así, aunque me lo acabara poniendo al final. De hecho, lo más normal era que empezáramos sin usarlo para calentarnos más de lo que ya lo estábamos. También había habido alguna vez en la que habíamos apurado más de lo que deberíamos haberlo hecho, pero ella negó con la cabeza en esta ocasión.

Me explicó que un día le había hecho una visita a su ginecóloga para informarse de métodos anticonceptivos alternativos, pues para ella era un fastidio cortar el momento para que me tuviera que poner un condón, además de que le gustaba más sin nada. Al final me dijo que había empezado a tomar pastillas, llevando ya unos días.

Esto sí que me sorprendió más, porque se me venían muchas preguntas a la cabeza, como la de cómo había podido lidiar con una situación así con su ansiedad, pero no pensé que era el momento de hablar de ello, pensando que sería mejor en otro momento. Abby continuó diciendo que tenía muchas ganas de sentir cómo acababa dentro de ella.

De repente me empezó a entrar mucho calor, sobrándome toda la ropa, pero ella quería seguir así un poco más. Seguimos besándonos, hasta que empezó a jugar con mi cuello, pasando su boca por él para rozar sus labios, para besarlo o dar pequeñas succiones. Estaba muy claro que resultado iba a tener eso, despertándose una erección bastante fuerte, aunque ya la tenía bastante morcillona de antes con todos esos besos.

Abby me levantó al tirar de mis manos con fuerza para llevarme hasta la pared y ponerme contra ella, desabrochando la cremallera de los pantalones, metiendo su mano para sacármela después de maniobrar dentro y conseguir sacarla de los boxers también. Me empezó a pajear un poco mientras me miraba fijamente a los ojos, aunque paró de inmediato.

Se acercó a la cama para coger uno de los cojines que teníamos allí y echarlo al suelo, poniéndose después de rodillas sobre él para pajearme de nuevo, pero ahora teniendo su cara muy cerca de ella. Me parecía muy excitante lo que estaba haciendo, tomándose su tiempo y mirándola con detenimiento.

Pero no me hizo sufrir mucho más, empezando a lamer poco a poco, de manera lenta, para después empezar a metérsela en la boca también poco a poco. Abby empezó una mamada lenta y con cariño, la cual se fue transformando en una más apasionada y rápida. Forzaba bastante para meterse todo lo que pudiera, pero no podía hacerlo por completo, aunque a mí no me importaba en absoluto que no pudiera.

Me estaba dando mucho placer conforme lo estaba haciendo, pero yo necesitaba algo más. Aun así, me mantuve paciente para que ella disfrutara también de lo que estaba haciendo, cosa que le encantaba. Pareciera que estuviera a disgusto con lo que me estaba haciendo, pero no era nada nuevo que me entrara tal ansia que no me dejara disfrutar bien de lo que estaba pasando en el momento.

Era algo que ya me venía muy de lejos, por lo que traté de controlarme y de calmarme, siendo así mucho mejor. Abby me decía que me tenía que poner más el traje cuando se la sacaba de la boca para descansar un poco. Le parecía muy sexy cuando llevaba algún jersey o alguna camisa, pero con el traje era otra cosa según me contaba.

Abby se levantó después de un rato así, preguntándome si quería que pasáramos a la cama. Aunque yo tenía otros planes, pues lo que hice fue cambiar los papeles, poniéndola a ella ahora pegada a la pared mientras yo me hincaba de rodillas sobre el cojín. Antes de subirle el vestido o pasar a algo más, metí mis manos por dentro de él, pero desde abajo para quitarle las medias que se había puesto.

También le quité los tacones, aunque se los volví a poner una vez me deshice de las medias. Le subí el vestido un poco para besarle los muslos, resoplando ella un poco. Le subí aún más el vestido hasta que se lo dejé a la altura del ombligo, viendo el precioso tanga negro que llevaba puesto al darle la vuelta también.

Le di un beso sobre en su pubis, sobre el tanga, notando ese olor especial al estar ella excitada, como también noté algo de humedad. La miré a los ojos, estando ella sonriendo y muy sonrojada. No quise esperar más y le bajé el tanga, encontrándome una sorpresa nueva, pues su vello púbico tenía forma de corazón. Busqué una respuesta al mirarla, preguntándome ella con una voz muy tierna si me gustaba, sonrojándose más aún.

Le susurré que me encantaba, pasando a darle un beso para luego abrirla de piernas y empezar a comérselo. A Abby le temblaban las piernas por momentos conforme pasaban los minutos, aunque yo llevaba cuidado de que no se corriera al parar y pasar a darle besos por el pubis y los muslos. También le di la vuelta y se lo comí desde atrás, haciéndolo también un poco con su culo, cosa que hizo que pegara un saltito, aunque no era nuevo para ella en absoluto.​
 
Todo parece perfecto entre Javier y Abby.
No me imagino nada que pueda hacer que ésta relación no sea duradera. Bueno, una cosa sí: Que Javi quiera regresar a España y Abby no contemple abandonar su casa y su país.
Si Javi y Keranos tienen la misma historia, éste último está claro que regresó a España. Nos queda saber si con "su Abby" o sin ella.
 
Todo parece perfecto entre Javier y Abby.
No me imagino nada que pueda hacer que ésta relación no sea duradera. Bueno, una cosa sí: Que Javi quiera regresar a España y Abby no contemple abandonar su casa y su país.
Si Javi y Keranos tienen la misma historia, éste último está claro que regresó a España. Nos queda saber si con "su Abby" o sin ella.
Con la gata y preñada seguro, de eso el gatito
 
Keranos ha comentado en alguna ocasión, los años en los que se desarrolla ésta historia.
Alguien me los podría recordar?
Creo que onatrapse es un lince, buscando datos.
Gracias ☺️
 
Keranos ha comentado en alguna ocasión, los años en los que se desarrolla ésta historia.
Alguien me los podría recordar☺️
Screenshot 2025-01-17 at 18-46-55 Reencuentro con Elena Page 100 FORO PORNO Sexo porno y morbo.png
 
Acaban de adoptar otra. ;)
Creo que en todo éste tiempo, nuestro protagonista ha tenido tiempo más que suficiente para vivir y terminar con todas éstas historias que nos relata. Quizá ésto para él sea solo un recuerdo, y no tenga conexión con su vida actual.
Elena, Abby y todo lo demás, puede estar más que superado.
O a lo mejor no... Quién sabe 🤔
 
Capítulo 898

Sin embargo, aún no habíamos practicado sexo anal, pero era algo que tenía pensado probar con ella desde la primera vez que tuvimos sexo, en donde ella se metió un par de dedos mientras follábamos. Ya sí que no podía esperar más, levantándome para metérsela al tenerla todavía muy dura entre lo excitado que estaba y que no había parado de masturbarme mientras se lo comía.

La follé un rato ahí mismo, ambos de pie, apretando mi cuerpo contra el suyo, quedado atrapada entre la pared y yo. Estaba muy preparada para recibirme, jadeando ella un poco cuando se la empecé a meter. Era increíble notar como se escurrían sus fluidos por mi polla, además de lo caliente que estaba ahí abajo literalmente.

De primeras se la metí y me quedé quieto, pues temía acabar más pronto de lo que deseaba. No era difícil que pudiera pasar entre la excitación que tenía encima y cómo me la había comido antes. Cuando me vi seguro, empecé a moverme para sacársela y volver a metérsela, provocándole placer a ella y también a mí.

A mi novia le temblaban las piernas por momentos, pensando yo que no debía serle cómodo por la postura al haber tanta diferencia de altura, pero me di cuenta de que no era así cuando empezó a colaborar al ponerse cada vez más en pompa y llegar a empujarme con su culo también de hecho. Me estaba encantado cómo estaba yendo la cosa. Tanto, que la agarré de las caderas para darle con más contundencia, aunque tuve que parar, porque estábamos haciendo demasiado ruido.

Cuando me despegué de ella, Abby se giró hacia mí, algo temblorosa y muy sonrojada. No podía verla más preciosa. Le pregunté si le parecía bien que nos fuéramos desnudando, asintiendo ella, aunque se acercó a mí para decirme que cada uno lo hiciéramos con el otro. Empezó ella al quitarme la ropa de manera muy lenta, pero pareciéndome muy sexy.

Fue un poco tortura de lo lento que fue, pero una vez terminó, me puse yo con ella, aunque me pidió que fuera lento, como lo había hecho ella. Así lo hice, dentro de lo que me dejaban mis ansias por ir más allá. Empecé por sus tacones, entreteniéndome un poco con sus pies al besarlos y al admirar los bonitos que eran, sobre todo al haberse ella pitado las uñas de negro, algo que todavía no había visto, porque no se solía pintar las uñas.

En realidad, lo tenía mucho fácil para desnudarla, pues su tanga hacía rato que había abandonado su cuerpo, así como sus medias, quedándole solo el vestido al no llevar sujetador por tener el vestido una sujeción incorporada. Era todo un espectáculo verla tumbada en la cama, tan blanquita, tan sonrojada, con su vello púbico pelirrojo con forma de corazón... Ella me notaba cómo estaba y reía bajito, aunque habría que ver si se seguía riendo cuando se lo comiera hasta que se corriera en mi boca.

Me intentaba frenar al empujar mi cabeza y al tirarme del pelo por momentos, pero no consiguió evitar que le llegara su orgasmo, empezando con sus extraños gemidos hasta que se dio cuenta y se tapó con las manos, haciéndolo después con la almohada. Era toda una exquisitez saborearla de esa manera, notando cómo sus fluidos inundaban mi boca una vez llegaba, continuando yo al seguir ansioso, con ella retorciéndose.

Llegó a apartarme de su cuerpo usando sus piernas para alejarme, captando yo que no podía más y dejándola, aunque me puse a su lado para besarla, recibiéndome ella muy bien, poniéndose por encima de mí, aprovechando yo para agarrarle el culo. Cuando se separó de mí, me dijo que había sido un poco malo por continuar cuando ella ya había llegado.

Dijo que ella tenía ganas de hacer lo mismo conmigo, pero que no iba a ser mala, porque no quería que armara un escándalo teniendo visita. Rápidamente se dio cuenta de los gemidos que se le escaparon previamente, hundiendo su cara contra mi pecho por la vergüenza que le entró. Le dije que no pasaba nada, que lo más seguro es que Ángela no lo hubiera escuchado al estar la habitación alejada en realidad, aunque estaba seguro de que tampoco le importaría escucharnos.

Abby me dijo que no podía esperar más y que me quería dentro de ella cuanto antes. Sin decir nada más y sin dejar que yo reaccionara, se acomodó para ponerse sentada sobre mí y buscar mi polla para frotarse un poco, cosa que le encantaba hacer, terminando por metérsela dentro. Se le escapó otro gemido de los suyos una vez que la tenía dentro por completo, aunque fue breve. Se quedó quieta unos instantes y después se empezó a mover para que hubiera penetración.

Ella me conocía a esas alturas bastante bien en la cama como para saber qué cosas hacer y qué no para que llegara al orgasmo o retrasarlo al máximo. Fue así como empezó a jugar conmigo al hacer una buena sesión de edging que tenía controlada a la perfección. Me empezó a follar de esa manera, muy lentamente, inclinándose sobre mí para agarrar mis manos y entrelazar mis dedos, aprisionándome contra la almohada, levantando su culo y dejándolo caer para follarme.

Me dijo en varias ocasiones que no quería que yo llevara la batuta, porque sabía de sobra que aumentaría mucho el ritmo y que no duraría nada. Como he dicho, me conocía muy bien. Ella quería que la cosa fuera lenta, aunque no me resultó torturante como pudiera parecer, porque ella hacía muchas cosas que me gustaban mucho, parando cuando debía para agarrar mi cara con sus manos y besarme. Hasta corregía situaciones en las que me soltaba las manos y yo agarraba su culo para moverlo y seguir la follada, empujando hacia abajo con fuerza para que no hubiera penetración.

Después de un rato, se puso en cuclillas para botar un poco sobre mí, aunque lo hacía con mucho cuidado para que no hiciéramos ruido. También se movía hacia delante y atrás en esa misma postura, encantándome cómo lo hacía. Pero ella también se dio cuenta de cuánto me gustaba, cambiando de postura para que no me exaltara tanto. Para ello, se bajó de mí y me la chupó durante unos minutos.

Cuando vio que me calmé un poco, se puso sobre mí de nuevo, aunque dándome la espalda. Ella se pensaba que así me tenía controlado, pero ver su precioso culo me tenía loco también. Aquí se animó más y me folló con más intensidad, aunque me miraba muchas veces al girarse hacia mí. Cada vez que lo hacía yo le mandaba un beso, haciendo que se riera un poco, aunque me lo devolvía. Al parecer fue una postura que le gustó mucho, pues se acabó corriendo así, y no es que la hubiéramos practicado mucho con anterioridad.

Para que pudiera descansar, se bajó de mí y me dio un beso, siguiendo por mi pecho hasta llegar a mi polla para chuparla y de paso recoger sus fluidos, algo que también le gustaba mucho hacer. Se entretuvo un rato hasta que dijo que se estaba haciendo tarde y que no quería hacerme sufrir más. Se volvió a subir encima de mí, aunque ahora pegando mucho nuestros cuerpos para besarnos, pero todo ello ya habiéndosela metido de nuevo.

Podía notar cómo de duros estaban sus pezones al hincarse contra mi pecho, notando yo así de nuevo su excitación, aunque otra pista muy obvia era tanto el calor que desprendía como las ganas que seguía teniendo. Reanudó la follada como lo había hecho al principio, entrelazando nuestros dedos contra la almohada y follándome ella a mí al estar inclinada sobre mi cuerpo.

Cada vez lo hacía más rápido, aunque no tardó en pasar a hacérmelo como más me gustaba mí, liberando mis manos para que las pudiera poner sobre su culo. Abby tenía una expresión que me ponía mucho al estar con sus ojos muy entonados y sus cejas caídas, jadeando bastante también. Ya no quería detenerse, ni yo tampoco lo quería, viniéndome ya mi orgasmo de manera súbita, el cual manifesté jadeando y retorciéndome mientras le agarraba el culo con fuerza.

Abby se corrió como consecuencia al verme llegar a mí, jadeando mucho también y pegando su cuerpo al mío una vez más para ahogar sus gemidos contra mi cuello. Le llené el coñito bastante, porque podía notar perfectamente como salía todo de mí, haciéndose muy intenso a la vez que placentero. Quedé rendido y mareado, mientras que ella se recuperó más pronto, cogiendo rápidamente papel que tenía en la mesita de noche para taparse bien y que absorbiera toda mi corrida, pasando a limpiarme a mí con toallitas.

Después lo hizo con ella misma, haciéndole gracia la cantidad de semen que había expulsado, pues decía que no paraba de salir. Cuando por fin acabó, se tumbó a mi lado para abrazarse a mí con mucho cariño, empezando la ronda de besos postpolvo, con esos cariñitos que suelen tener lugar.

Me comentó que le había encantado la experiencia, pues, al fin y al cabo, era la primera vez que un chico se corría dentro de ella, aunque tampoco es que tuviera tanta experiencia, haciéndose acostado solo con un chico antes que conmigo, y de eso hacía ya mucho.

Yo le dije que a mí también me había encantado y que hacía mucho tiempo que no hacía algo así, pareciéndome exagerado lo intenso que fue el orgasmo que tuve, el cual me dejó reventado. Ella también estaba con los ojos entonados, habiéndose corrido tres veces, cosa que era normal en nuestros momentos de cama, llegando varias veces al orgasmo sin problema ninguno. A ella le parecía que necesitábamos una ducha, pero ya era muy tarde y no queríamos molestar a Ángela, por lo que lo dejamos para el día siguiente, poniéndonos nuestros pijamas para dormir.​
 
Da un poco de miedo, porque va demasiado bien.
Es evidente que algo va a pasar, si no fuera así, ya habría terminado el relato.
Los acontecimientos que se vayan sucediendo, no tienen porqué ser negativos.
También nos queda por saber, si Elena va a retomar el papel protagonista, que ha tenido durante todo el relato.
 

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