Reencuentro con Elena

Que decir del devenir de la historia en sus últimos capítulos...
Coincido con la mayoría en que Ángela ha pasado de ser una amiga fiel a ser medio tóxica para Javi por pegarse a él como una lapa. Si quieres lo mejor para el, aléjate un poco, no le des la razón a Elena, que tiene lo suyo, pero por lo menos ha dado el paso de poner distancia con su jefe. En fin...
La que mejor me cae ahora, con diferencia, es Valentina. Molaria una conversación sincera de ella con Elena sobre nuestro protagonista. Porque aunque Javi la traicionó y le rompió el corazón, también la ayudó mucho y por eso ahora tienen algo parecido a una amistad. Quizás alguno de los complejos de Elena remitiese con una buena charla de ambas...o puede que aún fuese peor, quien sabe
Valentina ¡Qué Mujer!
 
Ibiza_Semana Santa.png

El plan de Ángela viene a ser más o menos algo así:

Visita a mercadillos hippies o artesanales:
Son un clásico y a partir de abril empiezan a abrir. En esta época del año no hay mucha afluencia de gente, por lo que podrán disfrutar del ambiente sin encontrarse con las aglomeraciones estivales:

Lunes: Mercado de s'Alamera en Santa Eulalia.
Miércoles: True Hippie Market en Es Canar.
Jueves: Las Dalias (de forma excepcional los festivos).
Viernes: Festival Market de True Hippie Market en Es Canar.
Sábado y domingo: Las Dalias.

Rutas de senderismo:
En el norte, pueden ir a pasear por Es Broll y Camí de Sa Fontassa, o incluso la ruta de Cueva de los Tesoros si se atreven, claro.
En el sur, es casi obligatorio pasear por Las Salinas en la ruta de Torre des Carregador - Torre de ses Portes, o pueden visitar la Torre des Savinar y Cabo Llentrisca.

Puestas de sol:
Pueden optar por una opción sencilla como disfrutarla desde la bahía de San Antonio, en un restaurante, o elegir un entorno más natural como Las Puertas del Cielo, Cala Comte o Cala d'Hort.
Como llegarán el domingo por la mañana, por la noche podrán disfrutar de la puesta de sol en Benirrás acompañados por ritmo y la percusión incesantes de la fiesta hippie de los tambores.

Visitar Formentera:
Pueden alquilar una bicicleta y visitarla, será un descubrimiento para un tipo de secano como Javier.

Gastronomía Ibicenca:
Con lo que les gusta a estos dos compartir mesa y comer rico, no les faltarán sitios donde disfrutar de una buena velada mientras disfrutan de una buena comida, como en Cas Pagés, Es Ventall, Bar Anita, Es Pins, Can Muson de Sa Vila, Es Rebost de Can Prats... Ángela seguro que conoce unos cuantos y los querrá compartir con Javier ... para que se distraiga.

Ángela seguro que tiene pensado hasta qué hacer si sale mal día, como ir a los billares o la bolera.

Desde luego aburrirse no se van a aburrir y a Javier le sentaría muy bien un plan así ... que seguro que es el que Ángela le ha preparado, y lo digo sin ironía, con ingenuidad, pero sin ironía alguna.
 
Última edición:
Capítulo 855

Mi madre me preguntó al día siguiente si me quería ir con ellos toda la semana al saber que no iba a trabajar, pero le comenté el plan tan repentino que me surgió, sorprendiéndole bastante, diciéndome que me lo pasara muy bien, pensando que me vendría genial para desconectar, pero a la vez me pedía que tuviera mucho cuidado. El sábado lo empleé en hacer la maleta para el viaje que teníamos, con Ángela sugiriéndome qué llevar para cuando dijéramos de salir.

No me llevó tanto tiempo, por lo que el resto del día nos lo tomamos bastante tranquilo al estar en casa jugando con la consola, diciendo ella que podíamos aprovechar para hacerlo antes de que nos fuéramos, aunque recibimos la visita de su hermana, quien estuvo con nosotros gran parte de la tarde, cenando incluso allí. Hablamos bastante entre ella y yo, porque su hermana ya lo hacía con regularidad, estando más con la consola.

Lucía me contó cómo le iba con sus estudios, a la vez que me preguntaba a mí por el trabajo, aunque también lo hizo por Elena, pidiéndole Ángela que no lo hiciera, pero le conté igualmente. Tampoco fue algo muy extenso, marchándose al poco de que termináramos de cenar, diciendo que se iba a casa para arreglarse y salir con sus amigas, mientras que nosotros nos quedamos allí, con Ángela marchándose a la cama no muy tarde para intentar descansar bien, haciéndolo yo más tarde.

A ella le costó dormir por los nervios que tenía de tener que coger un vuelo. Yo no percibí mucha diferencia a lo que estaba acostumbrado, por lo que iba bien en ese aspecto. Mientras desayunábamos tranquilamente en la cocina, Ángela me preguntó por el dibujo que tenía pegado en el frigorífico con imanes. Le conté que era de la primita de Elena, que me lo hizo no hacía mucho, aunque pensaba que se lo había contado, siendo así al caer ella en lo que le decía.

Pero no indagó más en ello pese a quedarme yo pensativo en el dibujo, quedándome mirándolo. Después de que desayunáramos, Ángela propuso echar un vistazo al equipaje para asegurarse de que no nos dejábamos nada que pudiéramos necesitar.

Tras hacerlo y ver que todo estaba en orden y que no nos dejábamos nada, le propuse echar una partida para hacer hora, pues la venía nerviosa y pensaba que le vendría bien para distraerse. Efectivamente, funcionó como yo esperaba, porque le prestaba mucha atención a lo que hacía jugando, olvidándose de todo y pasándosele el tiempo muy rápido, como me pasó a mí también pese a estar solo mirando y dándole indicaciones.

Ángela me preguntó si me apetecía comer antes de irnos o cuando llegáramos, pensando que quizá sería un poco tarde para encontrar algo decente cuando llegáramos entre el vuelo y la recogida de equipaje. Como no teníamos hambre en ese momento, lo dejamos estar, llegando la hora de tener que marcharnos para ir bien de tiempo, aunque tampoco es que tuviéramos mucha hambre tampoco a esa hora, porque desayunamos bien a y buena hora como para que pasara tanto tiempo.

Al final comimos cuando llegamos, aunque no es que fuéramos a ningún sitio, porque lo que hicimos tras llegar y coger las maletas fue irnos a un supermercado a comprar cosas para toda la semana, incluyendo comida. Le sugerí hacernos un bocadillo y bajarnos a la cala para comérnoslo allí.

Con la tontería, eran las 6 de la tarde cuando empezamos a comer, pero estábamos muy a gusto, haciendo una temperatura muy buena, la cual me permitía ir en manga corta al estar dando aún un poco el sol. Ese día no nos bañamos en la playa, pero pudimos disfrutar de una brisa muy agradable, nada que ver con la que había la última vez que fui, aunque sí es verdad que notaba bastante el cambio de humedad.

A Ángela le gustó tanto el plan de comer allí que sugirió hacer lo mismo para la cena, aunque para ese momento quería preparar algo más consistente, pensando que podríamos bajarnos algunas cosas para picar, aunque comiendo tan tarde, lo tendríamos que hacer a una hora más lejana de lo que solíamos para cenar. Me pareció bien también, pero antes de eso, nos quedamos un poco más en la playa, sentados sobre una toalla que nos llevamos.

No nos pusimos crema ni nada, porque el sol daba de manera tenue, creyendo que no tendríamos problema. Se estaba muy a gusto y lo mejor de todo es que funcionaba bastante bien el cometido de ir hasta allí, porque el paisaje era tan diferente, que me entretenía mucho mirando el vaivén de las olas. No pasaba nadie por allí, lo que nos permitía tener bastante intimidad, aunque no sé si fue por eso por lo que Ángela me acabó preguntando de nuevo por el dibujo de la nevera.

Me preguntó si echaba de menos a Elena, diciéndole yo que un poco, pero que solo hacía una semana que no la veía, aunque ella me dijo que sí lo hacía en un aspecto más espiritual al dar el paso que di.

La respuesta seguía siendo afirmativa, diciendo ella que no pasaba nada, que era algo normal y que con el tiempo la cosa iría a mejor, diciéndome esto mientras me acariciaba la espalda. Luego, me preguntó si echaba de menos también a su prima, siendo ahora la respuesta más evidente. Le expliqué que le cogí mucho cariño a la niña y que era una mierda no poder verla más ahora que había decidido alejarme de Elena.

Ella ya sabía de la cercanía que teníamos Paula y yo, aunque le expliqué de todos modos que todo empezó en esa semana que vino a donde vivíamos Elena y yo para pasar unos días. Como Elena tenía que trabajar, yo tenía que cuidarla y fue algo que me encantó, porque pasar todo el tiempo juntos y sin nadie más durante muchas horas al día, hizo que se le fuera esa vergüenza que traía cuando el padre de Elena la dejó allí con nosotros.

A Ángela parecía gustarle ver cómo sonreía cuando le contaba aquello, por lo que me pidió que siguiera haciéndolo. Seguí al contarle cómo nos la apañábamos para entretenernos en lo que llegaba Elena, cómo la llevé a mi casa para que mi madre la conociera y cómo también hizo migas con Irene, Mario y Sofía. Ángela se interesó por su reacción al verme después de tantos meses cuando Elena y yo nos empezamos a volver a ver.

Le dije que fue un tanto graciosa, porque fue bastante similar a la situación que me acababa de contar cuando la conocí, mostrando ella algo de vergüenza, o quizá perplejidad, pero fue algo que se fue rápido cuando empezamos a hablar. Le reconocí que me gustó mucho que aún llevara consigo el peluche que le regalé en su día en esa semana que se vino con nosotros aquel verano, contándole también la sorpresa que se llevó al encontrarlo.

Ángela sonreía mucho al oírme contarle todo aquello, diciendo que era una pena que no pudiera verla más, aunque sugirió que podía ir a despedirme de ella, porque seguro que preguntaría por mí.

No dije nada de primeras, manteniendo silencio, aunque después retomé el relato, siguiendo al decirle que se sorprendió mucho al verme con la barba así y con los brazos llenos de tatuajes, diciendo que ella también quería unos dibujos como esos en sus brazos. Si es que en muchas ocasiones parecía que era nuestra hija, como me preguntaron en su día en la piscina comunitaria.

Entre el cariño que le tenía y cómo tenía que cuidar de ella hacía que fuera así, aunque solo fuera durante unos días. Sentimiento que pude volver a saborear alguna vez cuando iba a casa de Elena en esas últimas semanas y ella también venía, saliendo a juagar a algún parque o en casa pintando y demás. Tras terminar de contarle todo, nos volvimos a quedar en silencio, aunque luego pasamos a hablar de otros temas completamente diferentes.

Estuvimos un rato más en la playa, pero nos acabamos subiendo para descasar en su casa, terminando de colocar lo que trajimos del supermercado y también nuestro equipaje. Ángela me cedió su habitación, mientras que ella iba a permanecer en la de sus padres.

Tras descansar un rato, nos pusimos a ver qué podíamos hacer para la cena, preparando entre los dos varias cosas para picar, una ensalada y algo más consistente, pero sin llegar a ser un plato principal.

Lo guardamos todo en una cesta como de picnic que tenía en casa, además de bajarnos un farol para que nos diera luz y no tener que dejar las luces de la casa para que pudiéramos ver. Usamos la misma toalla que nos bajamos por la tarde, siendo muy amplia para poder ir dejándolo todo.

Terminamos cenando cerca de las 12 de la noche, pero en realidad nos vino bien para hacer hambre. Tampoco es que hiciéramos en mucha cantidad, por lo que acabamos con todo, quedándonos reposando allí un poco, aunque por la noche refrescaba bastante, teniendo que bajarnos una chaqueta para no pasar frío.

No tardamos mucho en subirnos tampoco, porque andábamos algo cansados, sobre todo ella, que no había dormido muy bien la pasada noche. Cuando subimos, ambos nos dimos una ducha y nos quedamos un rato en el salón mirando la tele, aunque ella bostezaba mucho, por lo que le sugerí irnos a dormir. Aceptó, diciendo que al día siguiente quería llevarme a unos cuantos sitios, por lo que debíamos descansar.​
 
Ibiza_Semana Santa.png

El plan de Ángela viene a ser más o menos algo así:

Visita a mercadillos hippies o artesanales:
Son un clásico y a partir de abril empiezan a abrir. En esta época del año no hay mucha afluencia de gente, por lo que podrán disfrutar del ambiente sin encontrarse con las aglomeraciones estivales:

Lunes: Mercado de s'Alamera en Santa Eulalia.
Miércoles: True Hippie Market en Es Canar.
Jueves: Las Dalias (de forma excepcional los festivos).
Viernes: Festival Market de True Hippie Market en Es Canar.
Sábado y domingo: Las Dalias.

Rutas de senderismo:
En el norte, pueden ir a pasear por Es Broll y Camí de Sa Fontassa, o incluso la ruta de Cueva de los Tesoros si se atreven, claro.
En el sur, es casi obligatorio pasear por Las Salinas en la ruta de Torre des Carregador - Torre de ses Portes, o pueden visitar la Torre des Savinar y Cabo Llentrisca.

Puestas de sol:
Pueden optar por una opción sencilla como disfrutarla desde la bahía de San Antonio, en un restaurante, o elegir un entorno más natural como Las Puertas del Cielo, Cala Comte o Cala d'Hort.
Como se van el sábado, el domingo podrán disfrutarla en Benirrás acompañados por ritmo y la percusión incesantes de la fiesta hippie de los tambores.

Visitar Formentera:
Pueden alquilar una bicicleta y visitarla, será un descubrimiento para un tipo de secano como Javier.

Gastronomía Ibicenca:
Con lo que les gusta a estos dos compartir mesa y comer rico, no les faltarán sitios donde disfrutar de una buena velada mientras disfrutan de una buena comida, como en Cas Pagés, Es Ventall, Bar Anita, Es Pins, Can Muson de Sa Vila, Es Rebost de Can Prats... Ángela seguro que conoce unos cuantos y los querrá compartir con Javier ... para que se distraiga.

Ángela seguro que tiene pensado hasta qué hacer si sale mal día, como ir a los billares o la bolera.

Desde luego aburrirse no se van a aburrir y a Javier le sentaría muy bien un plan así ... que seguro que es el que Ángela le ha preparado, y lo digo sin ironía, con ingenuidad, pero sin ironía alguna.
Como una puta cabra🤣😂🤣😂🤣😂
 
Con tanta pregunta sobre la niña, por un momento pensé que Ángela iba a decirle a Javi qué mire atrás y este al hacerlo, vea a Elena y la chiquita viniendo hacia ellos, siendo todo un plan maestro de Ángela para juntarlos, haciendo las paces entre ellas y quedando todos felices.

Bueno, Ángela no tanto, pero cerrando con una frase para si misma mirando al mar y con una lágrima en el rostro "ya encontraré el amor"

😂😂😂😂
 
Con tanta pregunta sobre la niña, por un momento pensé que Ángela iba a decirle a Javi qué mire atrás y este al hacerlo, vea a Elena y la chiquita viniendo hacia ellos, siendo todo un plan maestro de Ángela para juntarlos, haciendo las paces entre ellas y quedando todos felices.

Bueno, Ángela no tanto, pero cerrando con una frase para si misma mirando al mar y con una lágrima en el rostro "ya encontraré el amor"

😂😂😂😂
No hombre no, jajaja. Qué melodramático eres, demasiados culebrones en tu infancia.

Es que Ángela es muy lista.
Está calibrando, por un lado los lazos que aún pueden unir a Javier y Elena emocionalmente, esos que hay que ir cortando con sutileza, sin que se note, como el apego a Paula, para lo que propone una oportuna despedida, que descuelgue el dibujito de marras y que se vaya olvidando. Y por otro lado, saber si le gustan los niños y si se le da bien con ellos. Guapo, buen amante, trabajador, aseado, ordenado y le gustan los niños y a los niños les gusta él ... Ángela va completando el checklist sobre Javier.

Si Ángela llevase un diario, hoy aquí se cotizaría muy bien su lectura.
 
Última edición:
Ostras, pues con los sueldos de ambos, todo ese planning, les sale por un pico...
¿Tú crees?

No pagan alojamiento.
Yo lo veo todo muy asequible, fijate que en el plan no había incluido ninguna visita a clubes o discotecas.
Desde luego, con mi plan, no les saldrá mucho más caro que quedarse en su ciudad y salir a comer, cenar y bailar.

Verás como mi plan es exactamente igual al que ha planificado Ángela ... añadiendo el juego de la pelotita y la pala, claro.
 
Última edición:
¿Tú crees?

No pagan alojamiento.
Yo lo veo todo muy asequible, fijate que en el plan no había incluido ninguna visita a clubes o discotecas.
Desde luego, con mi plan, no les saldrá mucho más caro que quedarse en su ciudad y salir a comer, cenar y bailar.

Verás como mi plan es exactamente igual al que ha planificado Ángela ... añadiendo el juego de la pelotita y la pala, claro.
No me imagino el viajecito a Formentera y demás baratillo... aún y cuando sea en temporada media/baja.

Pero que bueno... Ángela quizás tiene algún plan más económico.
 
Capítulo 856

Yo no me pude dormir tan fácilmente, entreteniéndome en mirar el móvil para ver los mensajes que tenía en los grupos y demás, aunque una vez acabé de hacerlo, me quedé pensando en la sugerencia de Ángela de despedirme de Paula. Era algo que habría encantado hacer, pero que veía sumamente difícil al estar las cosas como estaban con Elena.

No veía muy oportuno ir a verla sin comentárselo a ella, porque sabía de sobra dónde vivía al haber ido a por ella en alguna ocasión. Era algo que debía pensar, porque quería verla, aunque fuera una vez más, pero no sabía si debía decirle lo que pasaba o no.

No nos levantamos muy temprano tampoco al día siguiente, desayunando tranquilamente para luego irnos a dar una vuelta. Se estaba muy bien al haber mucha menos gente que la que había cuando fui la vez anterior.

Ese lugar siempre era muy visitado, pero aún no había empezado la temporada fuerte, por lo que era mucho más sencillo ir a ver algunos lugares de interés y poder estar tranquilo en la playa. Como teníamos varios días, Ángela decidió tomarse con calma eso de enseñarme algunas cosas, aunque lo que en realidad tenía en mente era mostrarme con algo más de detenimiento lo que me enseñó el pasado verano.

Fue algo que hicimos bastante de pasada al no tener tiempo y no de la manera que tenía en mente al estar su hermana presente, pensando que ahora que estábamos solos, nos podíamos entretener más.

Esa mañana vimos un par de cosas con calma, siendo algo agradable, volviendo a media mañana para bajar a la playa y poder descansar allí tomando el sol, pues estuvimos andando un buen rato pese a alquilar un coche, pero es que teníamos que meternos por varios sitios y preferimos dejarlo aparcado.

En esta ocasión sí que nos echamos crema, poniéndonos los bañadores antes de bajar, estando ya cada uno en su toalla. Ambos nos ayudamos a echarnos crema, pero no percibí nada por su parte, aunque yo no me pude resistir a mirar un poco su precioso cuerpo mientras se daba crema y yo le ayudaba. Tan solo me preguntó si le quedaba bien el bikini, porque se lo había comprado sin poder estrenarlo, viéndolo una vez en una página y comprándolo.

La verdad es que le sentaba muy bien, siendo de un verde agua que combinaba bien con lo clara que tenía ella la piel, aunque quería remediar un poco eso tomando el sol. Nos bañamos juntos y por separado, volviendo a la casa para darnos una ducha e ir a comer a un restaurante, diciendo Ángela que le apetecía bastante. Nos pasamos a saludar a donde ella y su familia solían comer, aunque no lo hicimos allí, dejándolo para otro día, porque a ella le apetecía algo diferente.

Acabamos en un restaurante más moderno que otra cosa, aunque no estuvo mal, pero había estado en mejores. A Ángela tampoco es que le hiciera mucha ilusión una vez salimos, pero dijo que no había problema, que tendríamos ocasión de ir a otros sitios.

Ya en casa, reposando, me dijo que había estado hablando con Irene por mensaje, contándome el plan que tenía para celebrar sus cumpleaños. Al parecer, quería aprovechar el jueves y el viernes, que eran festivos, para ir a ver a la familia y celebrar con ellos el cumpleaños en esos días, queriendo hacerlo con los amigos el sábado y si se daba, también el domingo.

No entendí eso último, contándome Ángela que Irene aún no tenía claro cómo hacerlo para que pudiéramos estar todos sin que hubiera choques entre Elena y yo. Me pilló un poco a contrapié que me dijera eso, porque no sabía en qué plan iba a ir Elena. Ángela me pidió opinión, contándole yo que no me importaba verla siempre y cuando no pasara nada, pero que si alguien iba a estar incómodo, pues que habría que ver cómo hacerlo.

Ángela me reconoció que no sabía muy bien qué hacer, porque le apetecía ir y juntarse con todos los que iban a estar invitados al ser tan extrovertida, pero que a la vez, no le hacía mucha gracia ir por Elena.

No por ella en sí, sino porque sabía de sobra que Elena no podía ni verla y eso podría ocasionar problemas, sobre todo si íbamos ella y yo juntos, por eso de que ahora vivíamos juntos. Yo tampoco tenía mucha idea de qué podíamos hacer, porque también necesitaba saber cómo iba a estar Elena para esos días.

Ni siquiera sabía si se le había empezado a pasar ya el enfado o si aún lo tenía, por lo que tenía que llamar a Irene para saber si había hablado con ella como me dijo que haría, como también tenía pensado llamar a Sofía por lo mismo.

Ángela dijo que no me preocupara, que aún quedaban varios días para aquello y que seguro que encontrábamos la solución a eso, prefiriendo centrarse en desconectar y pidiéndome perdón de paso por no parar de sacar a Elena como tema de conversación, habiéndolo hecho también el día anterior, aunque le dije que no me importaba y que había sido relevante las veces que lo había hecho.

Por lo pronto, los siguientes días nos lo tomamos con calma, siendo un calco del lunes, en donde ella me llevaba a visitar lugares de interés que ya habíamos visitado en su día, aunque con más detenimiento, incluyendo además visitas a otros lugares que se dejó la otra vez.

Luego pasábamos un rato en la playa, dándonos buen de crema para no quemarnos, porque el sol picaba a esas horas y dándonos un baño para refrescarnos. Después íbamos a la casa para darnos una ducha e ir a comer, generalmente fuera, aunque alguna vez sí que lo hicimos en casa preparando algo entre los dos.

Las ocasiones que salimos fuera a comer fueron otra cosa en comparación al primer día. En esas veces posteriores fuimos a sitios que tenían mejor fama y que ella conocía casi en su totalidad. Y para las cenas, pues lo hacíamos en la playa, como el primer día, o en el local que había muy cerca, el cual era muy frecuentado por Ángela y su familia, siendo geniales tanto el trato como la comida para lo barato que era. Lo importante era cenar con vistas al mar y lo más cerca de él posible, porque era muy agradable la brisa y hacerlo así era relajante.

No hubo mucho problema en esos días, donde quizá lo más reseñable fue que Ángela me preguntó si me importaba que hiciera topless. Yo no tenía ningún problema en absoluto, pero ella me dejó claro que no quería hacerlo para provocarme ni nada, que simplemente quería coger algo de color por todo el cuerpo y poder así lucir mejor sus trajes cuando dijera de salir de fiesta, pensando que el cumpleaños de Irene podría ser una gran ocasión, aunque no pensaba que pudiera ser así finalmente por la presencia de Elena.

No voy a negar que se me fueron un poco los ojos en varias ocasiones, pero la realidad es que no tenía ganas de hacer nada. Me paré un poco a pensar en ello, dándome cuenta de que no es que tuviera demasiado vista a Ángela, porque, aunque fuera así, era un auténtico bombón, dándome cuenta de cómo muchas personas la miraban cuando decíamos de dar una vuelta por la noche para tomarnos algo, aunque nos recogiéramos pronto.

El problema era similar a cuando Elena me dejó en su día, estando un poco desanimado y desganado en ese aspecto. En su día lo estaba de manera preocupante, pero en esta ocasión tampoco es que fuera así. Era más acorde a mi estado de ánimo en general, que si bien es verdad que no estaba llorando por las esquinas, tampoco es que estuviera contento todo el tiempo.

Seguía con esa tristeza de darme cuenta de que las cosas con Elena no tenían prácticamente arreglo y que el amor de mi vida se me escapaba, aunque el desencanto que me llevé hizo que no me fuera tan trágico.

Y tampoco percibía esa provocación por parte de Ángela, primero porque me preguntó si me importaba, aclarándome que no buscaba incomodarme. Y también porque se preocupaba mucho por ese aspecto, no queriendo que yo pensara que se me estaba poniendo a tiro continuamente. A esas alturas ya lo tenía bastante claro, porque lo habíamos hablado muchas veces, pero que ella me lo dijera me daba cierta tranquilidad.

Además, se notaba que no estaba acostumbrada a hacer topless, porque cada vez que pasaba alguien por nuestro trocito de playa particular, siempre se abrazaba las piernas, dejando caer su barbilla sobre una de sus rodillas, ya que de vez en cuando pasaba alguna que otra persona al estar andando a lo largo de toda la playa.

Hasta que no se perdía de vista, no se volvía a tumbar para tomar sol, echándose bien de crema para no quemarse esa parte. Para rebajar esa tensión previa al decirme ella que no buscaba provocarme, le dije que si no se ponía cachonda al frotarse así los pezones mientras se echaba crema al tenernos ella tan sensibles.

Hice que le entrara una buena risa, aclarándome ella que no se excitaba mientas lo hacía, como tampoco lo hacía mientras se echaba crema siempre que se duchaba en casa. Me explicó que lo importante para que aquello tuviera lugar era estar en situación, ya fuera mientras estaba con una persona, o ella sola.

Me entró curiosidad por eso último, diciéndome mi amiga que no me iba a dar detalles de cuándo y cómo se masturbaba, poniéndose un poco roja, algo que me hacía mucha gracia y que provocó la risa de ambos, diciendo yo que no me había parecido percibir que lo hiciera en los días que habíamos estado viviendo juntos hasta el momento.

Para chincharme un poco, ella me preguntó a mí sobre cuando me masturbaba, porque tampoco es que notara nada. Le dije que no lo había hecho todavía. Que desde la última vez que había tenido sexo con Elena, el día del cumpleaños de Sofía, no había hecho nada de nada, sorprendiéndose ella.

Aunque para rebajar la cosa, ella me dijo que tampoco es que lo fuera a hacer a mi vista, dando a entender que lo hacía mientras yo estaba fuera trabajando en la academia, aunque también dejó caer que no es que fuera muy efusiva estando ella sola. Nos volvió a entrar la risa y ahí quedó el tema de conversación, pasando a tratar otros temas.​
 
Que bueno es Javi que no está follandose a Ángela en este viaje, no entiendo porque Elena duda tanto.

Vaya preguntas señor Javier, guárdame un cachorro, y no me vale lo de no está con Elena, porque estando intentándolo con ella también las hacía.
 
Lo que se nos viene es una épica sesión de masturbación mutua. :babeando1::banana1:

Técnicamente podrán no follar, pero estimularse uno al otro, o a si mismo delante del otro, sería pasar por mucho el punto de no retorno, y será cosa de tiempo para que vuelvan a estar follando como conejos, que por lo demás es el estado natural de ambos al estar juntos. :adorar1:

De no ocurrir nada, algo admirable y difícil de creer para quien no sea testigo, será una verdadera tortura hormonal esta semana en Ibiza, partiendo por ambos tocándose casi desnudos para aplicarse bloqueador, una inevitable tarea diaria, hasta darse juntos un baño desnudos en una solitaria playa, todo parece tener un solo desenlace. ;)

Algo absurda la idea de despedirse de Paula, no tiene sentido reunirse con un niña para decirle que no la verás más, si sólo la ves en forma esporádica, un sufrimiento innecesario ante la tremenda adaptabilidad que es innata en esa etapa de vida.

Los encuentros del grupo serán un verdadero lío, gestionar que no se encuentren Elena y Ángela implica en la práctica programar reuniones dobles, primero con Elena, y luego con Javier y Ángela, una labor desgastante que terminará polarizándolos. :rolleyes:









Sin embargo, a pesar de lo que ahora sucede, no dejo de creer que J y E terminarán juntos, único sentido que veo al título del relato.
 
Última edición:
Lo que se nos viene es una épica sesión de masturbación mutua. :babeando1::banana1:

Técnicamente podrán no follar, pero estimularse uno al otro, o a si mismo delante del otro, sería pasar por mucho el punto de no retorno, y será cosa de tiempo para que vuelvan a estar follando como conejos, que por lo demás es el estado natural de ambos al estar juntos. :adorar1:

De no ocurrir nada, algo admirable y difícil de creer para quien no sea testigo, será una verdadera tortura hormonal esta semana en Ibiza, partiendo por ambos tocándose casi desnudos para aplicarse bloqueador, una inevitable tarea diaria, hasta darse juntos un baño desnudos en una solitaria playa, todo parece tener un solo desenlace. ;)

Algo absurda la idea de despedirse de Paula, no tiene sentido reunirse con un niña para decirle que no la verás más, si sólo la ves en forma esporádica, un sufrimiento innecesario ante la tremenda adaptabilidad que es innata en su etapa de vida.

Los encuentros del grupo serán un verdadero lío, gestionar que no se encuentren Elena y Ángela implica en la práctica programar reuniones dobles, primero con Elena, y luego con Javier y Ángela, una labor desgastante que terminará polarizándolos. :rolleyes:

Sin embargo, a pesar de lo que ahora sucede, no dejo de creer que J y E terminarán juntos, único sentido que veo al título del relato.
Veo que tú tampoco te la puedes sacar de la cabeza ...
 
Algo absurda la idea de despedirse de Paula, no tiene sentido reunirse con un niña para decirle que no la verás más, si sólo la ves en forma esporádica, un sufrimiento innecesario ante la tremenda adaptabilidad que es innata en su etapa de vida.

Los encuentros del grupo serán un verdadero lío, gestionar que no se encuentren Elena y Ángela implica en la práctica programar reuniones dobles, primero con Elena, y luego con Javier y Ángela, una labor desgastante que terminará polarizándolos. :rolleyes:
Lo de la niña, pues si, aunque sea cansino repetir tanto esa palabra, es absurdo. Creo que lo hacen por morbo.

Y sobre los encuentros en grupo, no sé que hace Elena ahí, no son sus amigos, que se consiga los suyos, que busque a sus amigos de barrio, escuela, universidad o trabajo y deje de estar jodiendo.
 
Capítulo 857

Pero pronto volveríamos a un tema delicado al ponernos a pensar sobre el tema del cumpleaños de Irene, pues volvíamos en dos días, el sábado por la mañana y aún no sabíamos muy bien qué hacer. Ángela pensó en quitarse del medio, prefiriendo que disfrutáramos nosotros dentro de lo que pudiéramos al haber una potencial situación entre Elena y yo.

No me parecía bien, pero ella me hizo entrar en razón, como también me aconsejó al ver mis dudas. No quería que la cosa saliera mal, sobre todo para Irene, porque sabía de sobra lo importante que era para ella su cumpleaños y sabiendo que iba a ser algo prolongado, porque lo normal en sus cumpleaños era que nos juntáramos para comer, luego para cenar y también para irnos de fiesta.

Ángela se mantenía positiva diciendo que seguramente Elena ya estaría calmada para ese día, y que si tenía algo de enfado aún, seguro que haría un esfuerzo por su amiga para no chafarle el día de su cumpleaños. Esas palabras hicieron que me pusiera más optimista, aunque seguía teniendo mis dudas. Mi amiga me dijo que siempre podía irme si veía que el asunto se salía del tiesto.

Era lo más sensato, aunque también veía sensato no presentarme directamente, pero sabía que a Irene le iba a sentar mal. Ángela dijo de intentar mejorar la situación yendo a comprarle algo a Irene por su cumpleaños. Pensé de primeras regalarle algo entre los dos, pero Ángela me dijo que mejor por separado para evitar problemas por si Elena se enteraba.

Me pareció lo más acertado en realidad, por lo que ese mismo día fuimos a por sus regalos, aprovechando que íbamos a coger el coche para seguir haciendo algo de turismo. Le compramos algo bonito cada uno, creyendo que le iba a gustar muchísimo, así que ya teníamos ese asunto cerrado, pudiendo relajarnos al seguir visitando lugares de interés y luego por la noche cenando tranquilamente.

Aunque ese día nos apetecía algo más de movimiento, por lo que pensamos en ir a Pachá, como hicimos el verano anterior. Ángela me dijo que podíamos ir para ver si teníamos más suerte que en la otra vez, porque había demasiada gente y no nos terminó de gustar mucho la experiencia. Así que nos pusimos en marcha una vez cenamos y volvimos a casa para cambiarnos y ponernos guapos.

Ángela estaba espectacular, poniéndose un vestido de los que tenía por allí en realidad, luciendo toda su espalda al aire, teniendo también un escote muy abierto. Había sido todo un acierto aquello de hacer topless para coger color por la zona, porque ahora estaba preciosa así, además de esas ondas que se hizo en su pelo y el maquillaje más cargado que llevaba.

Yo fui con una camisa blanca para combinar con su vestido, porque tampoco me llevé nada pensando en ir a ese sitio, pero no estuvo tan mal la cosa. Había mucha gente aun así, pero ni de lejos como en la anterior ocasión. Pudimos estar un rato a gusto tomándonos algo, llegando incluso a bailar un poco. Hasta llegamos a ver a algunos famosos, aunque eso no era algo raro allí. No nos fuimos muy tarde, porque tampoco es que estuviera la cosa para abusar con los precios que había por allí.

El último día nos lo tomamos mucho más tranquilo, siguiendo con rutina de playa, aunque ya no visitamos nada más, porque lo hicimos con todo lo que Ángela creía oportuno, pensando que podíamos aprovechar esas últimas horas de playa para descansar también al tener que irnos el día siguiente.

No habíamos usado el jacuzzi que tenía en su casa aún y ese día lo hicimos cuando subimos de la playa por la tarde, estando allí tranquilos con algo de música, siguiendo con nuestras charlas. En ese momento aproveché para agradecerle a Ángela el plan tan bueno que se le había ocurrido para que pudiera desconectar del todo, diciendo ella que no era para tanto.

Pero para mí sí que lo era, diciéndole que era de las mejores personas que había conocido en mi vida y ojalá haberla tenido cuando Elena me dejó en su día, corrigiéndome al decirle que ojalá no hubiéramos perdido el contacto como acabamos haciendo poco a poco hasta que nos reencontramos estando yo ya con Elena.

Ese día cenamos en casa para acabar con lo que compramos y que no se pusiera nada malo, haciéndolo tranquilamente, pero esta vez llevando una pequeña mesa hasta porche en donde se encontraba el jacuzzi, para tener algo de vistas a la playa. No salimos, quedándonos en casa viendo una película juntos hasta que nos fuimos a dormir a una hora prudente, pues el vuelo no salía tan temprano.

Le volví a dar las gracias a Ángela antes de irnos a dormir, quitándole importancia ella una vez más, aunque le di un gran abrazo que al parecer le gustó bastante por cómo me acariciaba la espalda. En la cama volví a pensar en el tema de Paula, creyendo que quizá podría preguntarle a Elena si le parecía bien cuando coincidiésemos en el cumpleaños de Irene, dejándome llevar por el optimismo que me pegó Ángela durante toda esa semana.

Aunque antes de aquello, teníamos que volver, por lo que nos levantamos a una hora decente para ir con tiempo. Yo en realidad hacía bastante que estaba despierto, cosa que aproveché para ver el amanecer en la playa desde el balcón de la habitación de mi amiga.

Ángela tardaría un poco más en levantarse, aunque yo no me aburrí, pues estuve entretenido en asegurarme de que todo estaba en su sitio y también recogí un poco la casa antes de que nos fuéramos para que se quedara bien, aunque tampoco tuve que hacer mucho.

Tras eso, me di una ducha y ya sí que se levantó Ángela, dándome los buenos días mientras yo terminaba de vestirme, diciéndome que ella también se iba a dar una ducha para estar bien despejada. Pero antes de darle el relevo en el baño, me preguntó cómo lo íbamos a hacer para desayunar, proponiéndole yo hacerlo en el aeropuerto, cosa que le pareció bien.

Llegamos con tiempo al aeropuerto y pudimos desayunar tranquilamente, aunque yo solo me tomé un café, porque no me apetecía mucho comer nada. Ángela me preguntó si estaba bien, diciéndole yo que perfectamente, pero que no solía desayunar mucho, sobre todo si no había hecho ejercicio para que el cuerpo me pidiera alimento.

Y mejor así, porque en la vuelta atravesamos varias turbulencias y se me revolvió un poco el estómago, entrándome también un poco de nervios por lo que temblaba el avión, aunque Ángela ni se enteró, porque dio una pequeña cabezada apoyada en mi brazo. De hecho, cuando llegamos me preguntó por qué tenía esa cara, contándole yo lo que había pasado y riendo ella un poco.

Volvimos a casa para deshacer la maleta que nos llevamos y colocar las cosas en su sitio, porque íbamos muy bien de tiempo. De hecho, pretendíamos comer en casa, sobre todo por iniciativa de Ángela, quien me dijo que me iba a preparar un arroz blanco para mi estómago después del viaje que había hecho en la vuelta, aunque yo no lo veía muy necesario, porque ya me encontraba mejor.

Ella, sin embargo, opinaba diferente, convenciéndome al decirme que sería mejor que comiera eso para que luego pudiera cenar con todos en condiciones y por si luego quería tomarme algo cuando se acabara la cena y nos fuéramos todos de fiesta. Así que eso comimos ese día, aunque al final hizo algo más para que no fuera tan sosa la comida, pero fue genial, porque me quedé bien y a la vez no le daba mucho trabajo al estómago.

Decidimos ponernos en marcha hacia nuestra ciudad poco después de terminar de comer, porque íbamos a comer allí con todos los demás, pero al final no fuimos por lo mismo, para no meternos tantas horas seguidas de viaje entre una cosa y otra y para que yo me pudiera recuperar del todo. Fue muy ameno el camino de ida con ella canturreando y bailando un poco la música que pusimos en la radio, pero acabamos llegando y la dejé en su casa, teniendo ropa allí por si decía de acercarse finalmente a la fiesta de Irene.​
 
Por mucho que se resista y a pesar de que esto va más lento que un gol en la serie Oliver y Benji que tenían que tirar 20 veces para marcar, se está viendo venir que van a terminar teniendo sexo salvaje.
Yo creo que Ángela debería decirle claramente que está loca por él, que es algo que todos ven menos el cenutrio.
Si este cabeza de alcornoque no estuviera tan ciego por Elena, vería que Ángela es la mujer de su vida y con la que podría ser feliz.
 
Atrás
Top Abajo