Reencuentro con Elena

Alguien sabe si hoy es festivo en Canadá?
Porque Keranos, no ha publicado 😜.
También podría ser que estuviera en una de las Comunidades Autónomas donde hoy es festivo:
  • Andalucía
  • Aragón
  • Asturias
  • Castilla y León
  • Extremadura
  • Murcia
  • Melilla
    Claro que hoy muchos colegios e institutos, se han tomado un festivo de libre disposición.
    En cualquier caso, ya que nos quedamos sin capítulo. Desearle al autor que disfrute de la fiesta 😃.
 
Va siendo claro que la historia está próxima a concluir, no debe quedar mucho elemento que Keranos desee destacar, no se ve nada extraordinario que pueda cambiar el actual ritmo de las cosas, quedando por conocer aquellas directrices que están dictando el actual mundo de Javier, y por supuesto, saber qué sucedió con Elena y Ángela.
 
Capítulo 880

Una nueva rutina comenzó a raíz de ir a recoger a Abby, viéndonos además para desayunar juntos en el descanso de las clases de la universidad. Conforme avanzaban los días y nos asentábamos de lleno en el otoño, me di cuenta de que había sido un error pillarme una moto en lugar de un coche, porque ahora que empezaba a llover, lo veía muy engorroso, mojándonos el primer día que encontramos este problema.

Pero ahí quedó ese problema en realidad, no porque dejara de llover, sino porque a Abby se le ocurrió comprar una especie de chubasqueros para que nos cubriera bien y que no nos pasara de nuevo. Fue todo un detalle por su parte, explicándome ella que era lo menos que podía hacer al llevarla yo todos los días a la universidad y luego de vuelta a casa. Me gustó el gesto, pero también pensé que se pasó un poco, porque veía que eran de un material bastante bueno, pero me lo dio con ilusión y no quise hacerle el feo.

Además de todo eso, seguíamos hablando mucho, sobre todo por mensaje al no tener un horario que nos coincidiera mucho para poder vernos más allá de cuando iba a tomar un café a su cafetería para verla. Ella seguía poniéndose tímida en esas ocasiones, más que cuando la llevaba a la universidad o a casa, cosa que me hacía gracia, pero que también me llevó a preguntarme si le incomodaba que fuera tanto por allí.

Ella me dejó muy claro que no era así, solo que no quería que la gente pensara cosas que no eran, porque al parecer sus compañeras eran un poco cotillas, además de que el encargado estaba un poco encima de ellas para que no pasaran tonterías así. Le dije que no tenía problema en dejar de ir o ir menos, pero ella me dijo que no tenía por qué siempre y cuando no me importara que no se sentara a hablar conmigo, cosa que entendía, pues ella estaba trabajando.

Aunque lo de los chubasqueros no iba a ser la única sorpresa que me llevaría esos días, pues Abby me preguntó si tenía algún plan para el día de acción de gracias, festividad muy típica allí, como en Estados Unidos. Algo confuso y descolocado le dije que no tenía nada en mente al no estar acostumbrado a celebrarlo, por no decir que no lo había hecho nunca y también porque tenía entendido que se celebraba en noviembre, siendo fácil de recordar por ser el día previo al Black Friday.

Le saqué una sonrisa al decirle eso, explicándome ella que no se celebraba el cuarto jueves de noviembre como en Estados Unidos, sino el segundo lunes de octubre. Me pilló muy de nuevas esta información y ahora que me paraba a pensarlo, sí que había visto algo de decoración en la universidad, pero lo hicieron de forma tan sutil que no reparé en ello para nada, pensando que era una decoración más como otra cualquiera.

Abby me volvió a formular la pregunta, para ver si tenía algún plan, ya que estábamos a viernes y ese día tendría lugar en tres días. Le dije que no, que todo eso me pillaba muy de nuevas y que no tenía nada especial pensado para ese día. Fue por ella por quien me enteré de que tampoco habría clases ese día, siendo festivo, así que teníamos un pequeño puente a la vista, dándome ella esa alegría para descansar un poco.

Su pregunta venía por ver si estaba libre, para invitarme a comer ese día, porque de normal lo hacía sola y como me había conocido de manera más cercana que lo que solía con la gente, pensó que podría estar bien comer juntos. Me pareció fantástica su invitación, diciéndole que allí estaría, preguntándole de paso si quería que fuera a ayudarla en algo, diciéndome ella que no hacía falta.

También le pedí que me dijera cuánto se iba a gastar para esa comida, para ir a medias, pero tampoco cedió en eso, como tampoco quiso que fuera con ella a comprar para ayudarla a llevar la compra a casa. Se puso muy firme en esta situación, diciéndole yo que estaba bien, pero que no pensara que iría de vacío, porque quería llevar algo como agradecimiento. Eso sí le pareció bien, por lo que la cosa quedó bien.

El fin de semana lo empleé en recoger un poco la casa, aunque no es que tuviera mucho que hacer con lo pequeña que era, pero también me dediqué a recorrerme la ciudad a fondo mientras corría para hacer ejercicio, pensando yo que no era tan grande como al final sí resultó que era. El sábado por la mañana fui a comprar algo para llevar, aunque no tenía mucha idea de qué. Al final me decidí por una buena botella de vino, aunque no sabía si ella bebía o no, pero compré algunos dulces por si acaso.

Me resultó gracioso encontrarla comprando por allí, aunque no quise acercarme para no incomodarla, pues sabía que la pondría en un aprieto por su problemilla. Sí que la observé desde lejos, encontrándola yo muy mona al verla tan concentrada mirando productos y comparando marcas.

Iba de calle, pero la encontraba muy bien, con un gorrito, porque ya empezaba a hacer más frío, además de un abrigo largo, un jersey, unos vaqueros y unas zapatillas de tela que no es que fueran las más adecuadas con la de charcos que había. Lo que me llamó la atención fue que llevaba gafas, pensando yo que no necesitaba, pero no le restaban para nada, encontrándola yo muy mona igualmente.

Al parecer, esas compras que estaba haciendo dieron mucho de sí, porque me dio tiempo a volver a casa para ponerme con unas cosas que tenía que hacer y que ella me preguntara si tenía alguna preferencia sobre algún plato que me apeteciera en especial. Le dije que no, que hiciera lo que ella creyera más oportuno y lo que le apeteciera, que para eso era quien iba a cocinar, comentando además que confiaba en ella viendo lo bueno que estaba todo cuando comí en su casa el día que me invitó, pareciéndole a ella bien.

Le volví a preguntar si necesitaba que le ayudara en algo, pensando que le vendría bien que le ayudara a llevar la compra a casa, pero me dijo que no había problema, que se la llevarían. Así que dejamos por ahí esa breve conversación, siguiendo yo a lo mío, aunque pensé un rato en ella. La verdad es que me apetecía ir a su casa para ese plan que tan buena pinta tenía. Pero me empecé a sentir un poco mal al pensar que lo que había comprado iba a ser poco para lo que ella iba a hacer, por lo que le di una vuelta más para ver qué más podía llevar.

Seguía manteniendo mucho contacto con todos, con la familia, con Ángela, con Irene y Mario y también con Sofía y Hugo, aunque solo Ángela sabía de la existencia de Abby, quien me preguntó a lo largo del fin de semana cómo iba la cosa con ella. Evidentemente, le informé de la invitación de ir a su casa a comer el lunes por la festividad que era, interesándose ella mucho, por lo que le tuve que explicar.

Ángela se mostraba muy alegre y contenta al ver lo bien que congeniábamos Abby y yo como para que en pocas semanas que llevábamos conociéndonos se planteara este tipo de plan. Yo le expliqué que estaba encantado, pero que a la vez me daba mucha pena, porque no me podía creer que no tuviera a nadie con lo maja que era. Se me hacía muy raro que nadie se le hubiera acercado para hablar con ella o para algo más con lo guapa y atractiva que era.

Ángela me preguntó algún detalle más, como al preguntarme cuánto tiempo llevaba saliendo más de casa después de ese periodo de aislamiento que tuvo, aunque no lo sabía a ciencia cierta, ni tampoco me veía preguntándoselo, al menos por el momento, porque no quería incomodarla. No sabía tiempos con exactitud, pero sí podía decirle que lo de buscar trabajo era una mezcla de necesidad y querer superar su ansiedad por lo que pude entender.

Mi amiga me pidió que cuidara de esta chica, porque a sus ojos parecía necesitar alguien con quién contar, pareciendo ser yo esa persona al haber congeniado bastante conmigo. Le conté que no había día que no habláramos, aunque fuera por mensaje, tratando yo de ir a verla siempre que podía a la cafetería, aunque ya lo hiciéramos también en la universidad. Ángela me dijo que quizá estaría bien que yo le contara un poco de mí para que viera que confiaba en ella, a la vez que me servía para desahogarme un poco.​
 
Capítulo 880

Una nueva rutina comenzó a raíz de ir a recoger a Abby, viéndonos además para desayunar juntos en el descanso de las clases de la universidad. Conforme avanzaban los días y nos asentábamos de lleno en el otoño, me di cuenta de que había sido un error pillarme una moto en lugar de un coche, porque ahora que empezaba a llover, lo veía muy engorroso, mojándonos el primer día que encontramos este problema.

Pero ahí quedó ese problema en realidad, no porque dejara de llover, sino porque a Abby se le ocurrió comprar una especie de chubasqueros para que nos cubriera bien y que no nos pasara de nuevo. Fue todo un detalle por su parte, explicándome ella que era lo menos que podía hacer al llevarla yo todos los días a la universidad y luego de vuelta a casa. Me gustó el gesto, pero también pensé que se pasó un poco, porque veía que eran de un material bastante bueno, pero me lo dio con ilusión y no quise hacerle el feo.

Además de todo eso, seguíamos hablando mucho, sobre todo por mensaje al no tener un horario que nos coincidiera mucho para poder vernos más allá de cuando iba a tomar un café a su cafetería para verla. Ella seguía poniéndose tímida en esas ocasiones, más que cuando la llevaba a la universidad o a casa, cosa que me hacía gracia, pero que también me llevó a preguntarme si le incomodaba que fuera tanto por allí.

Ella me dejó muy claro que no era así, solo que no quería que la gente pensara cosas que no eran, porque al parecer sus compañeras eran un poco cotillas, además de que el encargado estaba un poco encima de ellas para que no pasaran tonterías así. Le dije que no tenía problema en dejar de ir o ir menos, pero ella me dijo que no tenía por qué siempre y cuando no me importara que no se sentara a hablar conmigo, cosa que entendía, pues ella estaba trabajando.

Aunque lo de los chubasqueros no iba a ser la única sorpresa que me llevaría esos días, pues Abby me preguntó si tenía algún plan para el día de acción de gracias, festividad muy típica allí, como en Estados Unidos. Algo confuso y descolocado le dije que no tenía nada en mente al no estar acostumbrado a celebrarlo, por no decir que no lo había hecho nunca y también porque tenía entendido que se celebraba en noviembre, siendo fácil de recordar por ser el día previo al Black Friday.

Le saqué una sonrisa al decirle eso, explicándome ella que no se celebraba el cuarto jueves de noviembre como en Estados Unidos, sino el segundo lunes de octubre. Me pilló muy de nuevas esta información y ahora que me paraba a pensarlo, sí que había visto algo de decoración en la universidad, pero lo hicieron de forma tan sutil que no reparé en ello para nada, pensando que era una decoración más como otra cualquiera.

Abby me volvió a formular la pregunta, para ver si tenía algún plan, ya que estábamos a viernes y ese día tendría lugar en tres días. Le dije que no, que todo eso me pillaba muy de nuevas y que no tenía nada especial pensado para ese día. Fue por ella por quien me enteré de que tampoco habría clases ese día, siendo festivo, así que teníamos un pequeño puente a la vista, dándome ella esa alegría para descansar un poco.

Su pregunta venía por ver si estaba libre, para invitarme a comer ese día, porque de normal lo hacía sola y como me había conocido de manera más cercana que lo que solía con la gente, pensó que podría estar bien comer juntos. Me pareció fantástica su invitación, diciéndole que allí estaría, preguntándole de paso si quería que fuera a ayudarla en algo, diciéndome ella que no hacía falta.

También le pedí que me dijera cuánto se iba a gastar para esa comida, para ir a medias, pero tampoco cedió en eso, como tampoco quiso que fuera con ella a comprar para ayudarla a llevar la compra a casa. Se puso muy firme en esta situación, diciéndole yo que estaba bien, pero que no pensara que iría de vacío, porque quería llevar algo como agradecimiento. Eso sí le pareció bien, por lo que la cosa quedó bien.

El fin de semana lo empleé en recoger un poco la casa, aunque no es que tuviera mucho que hacer con lo pequeña que era, pero también me dediqué a recorrerme la ciudad a fondo mientras corría para hacer ejercicio, pensando yo que no era tan grande como al final sí resultó que era. El sábado por la mañana fui a comprar algo para llevar, aunque no tenía mucha idea de qué. Al final me decidí por una buena botella de vino, aunque no sabía si ella bebía o no, pero compré algunos dulces por si acaso.

Me resultó gracioso encontrarla comprando por allí, aunque no quise acercarme para no incomodarla, pues sabía que la pondría en un aprieto por su problemilla. Sí que la observé desde lejos, encontrándola yo muy mona al verla tan concentrada mirando productos y comparando marcas.

Iba de calle, pero la encontraba muy bien, con un gorrito, porque ya empezaba a hacer más frío, además de un abrigo largo, un jersey, unos vaqueros y unas zapatillas de tela que no es que fueran las más adecuadas con la de charcos que había. Lo que me llamó la atención fue que llevaba gafas, pensando yo que no necesitaba, pero no le restaban para nada, encontrándola yo muy mona igualmente.

Al parecer, esas compras que estaba haciendo dieron mucho de sí, porque me dio tiempo a volver a casa para ponerme con unas cosas que tenía que hacer y que ella me preguntara si tenía alguna preferencia sobre algún plato que me apeteciera en especial. Le dije que no, que hiciera lo que ella creyera más oportuno y lo que le apeteciera, que para eso era quien iba a cocinar, comentando además que confiaba en ella viendo lo bueno que estaba todo cuando comí en su casa el día que me invitó, pareciéndole a ella bien.

Le volví a preguntar si necesitaba que le ayudara en algo, pensando que le vendría bien que le ayudara a llevar la compra a casa, pero me dijo que no había problema, que se la llevarían. Así que dejamos por ahí esa breve conversación, siguiendo yo a lo mío, aunque pensé un rato en ella. La verdad es que me apetecía ir a su casa para ese plan que tan buena pinta tenía. Pero me empecé a sentir un poco mal al pensar que lo que había comprado iba a ser poco para lo que ella iba a hacer, por lo que le di una vuelta más para ver qué más podía llevar.

Seguía manteniendo mucho contacto con todos, con la familia, con Ángela, con Irene y Mario y también con Sofía y Hugo, aunque solo Ángela sabía de la existencia de Abby, quien me preguntó a lo largo del fin de semana cómo iba la cosa con ella. Evidentemente, le informé de la invitación de ir a su casa a comer el lunes por la festividad que era, interesándose ella mucho, por lo que le tuve que explicar.

Ángela se mostraba muy alegre y contenta al ver lo bien que congeniábamos Abby y yo como para que en pocas semanas que llevábamos conociéndonos se planteara este tipo de plan. Yo le expliqué que estaba encantado, pero que a la vez me daba mucha pena, porque no me podía creer que no tuviera a nadie con lo maja que era. Se me hacía muy raro que nadie se le hubiera acercado para hablar con ella o para algo más con lo guapa y atractiva que era.

Ángela me preguntó algún detalle más, como al preguntarme cuánto tiempo llevaba saliendo más de casa después de ese periodo de aislamiento que tuvo, aunque no lo sabía a ciencia cierta, ni tampoco me veía preguntándoselo, al menos por el momento, porque no quería incomodarla. No sabía tiempos con exactitud, pero sí podía decirle que lo de buscar trabajo era una mezcla de necesidad y querer superar su ansiedad por lo que pude entender.

Mi amiga me pidió que cuidara de esta chica, porque a sus ojos parecía necesitar alguien con quién contar, pareciendo ser yo esa persona al haber congeniado bastante conmigo. Le conté que no había día que no habláramos, aunque fuera por mensaje, tratando yo de ir a verla siempre que podía a la cafetería, aunque ya lo hiciéramos también en la universidad. Ángela me dijo que quizá estaría bien que yo le contara un poco de mí para que viera que confiaba en ella, a la vez que me servía para desahogarme un poco.​

¿Le trinchará el pavo?
 
El relato está un poco flojo desde que se fue a Canadá. Quizás lo de “reencuentro con Elena” se quedó atrás en el desván y ahora el interés está en ver en cuantos capítulos tiene sexo con la caña fíense y que pasara después.
Nota: tome el autor el comentario como crítica constructiva.
 
El relato está un poco flojo desde que se fue a Canadá. Quizás lo de “reencuentro con Elena” se quedó atrás en el desván y ahora el interés está en ver en cuantos capítulos tiene sexo con la caña fíense y que pasara después.
Nota: tome el autor el comentario como crítica constructiva.
Posiblemente en paralelo a la aventura canadiense de Javier, en España estén ocurriendo cosas. Quizá haya habido un acercamiento entre Elena y Noelia. Quién sabe si ésta última, ha confirmado a su hermana la versión de Javi sobre lo que ocurrió entre ellos.
El relato va de la historia de Javier y Elena, y el autor parece tenernos entretenidos con la aventura americana de nuestro protagonista.
Es posible que retomen la relación, o que no sea así. Pero desde luego, la historia no se ha cerrado como merece una novela tan extensa.
Quién sabe si al salir de la universidad, un día Javier se encuentra con una visita sorpresa. 🤩
 
Posiblemente en paralelo a la aventura canadiense de Javier, en España estén ocurriendo cosas. Quizá haya habido un acercamiento entre Elena y Noelia. Quién sabe si ésta última, ha confirmado a su hermana la versión de Javi sobre lo que ocurrió entre ellos.
El relato va de la historia de Javier y Elena, y el autor parece tenernos entretenidos con la aventura americana de nuestro protagonista.
Es posible que retomen la relación, o que no sea así. Pero desde luego, la historia no se ha cerrado como merece una novela tan extensa.
Quién sabe si al salir de la universidad, un día Javier se encuentra con una visita sorpresa. 🤩
Sería un buen giro, que el este de fiesta con la canadiense y se presente Elena con una niña diciendo que es su hija y que ya lo sabe todo , su hermana antes de ir al convento le ha contado qué pasó y lo mala que fue. Javi duda ante el amor de una y otra pero….
Nota: la historia no es mia que sea el autor quien la cuente.
 
Capítulo 881

La verdad es que no sabía si hacerlo, no por nada, sino por el tema de no incomodarla. Se le notaba mucho cuando estaba incómoda y verla así también me incomodaba a mí, por lo que procuraba evitar esos temas, pero si era ella la que los sacaba y mostraba interés por contar esas cosas, yo le prestaba atención, pensando que en una de esas podía compartir yo algo de mis vivencias con ella.

El día de acción de gracias llegó, por lo que me preparé para ir a su casa, aunque no sabía cómo debía ir, si de día a día o más formal. Al final opté por arreglarme un poco más de lo que solía, poniéndome en camino después de echar en el baúl de la moto todo lo que tenía pensado llevarme. Ese día el tiempo me respetó, no necesitando llevarme el chubasquero que ella me regaló. No tardé en plantarme en su casa, aparcando en la misma puerta y cogiendo todo lo necesario, llamando a la puerta.

Fue todo un acierto ir arreglado, pues ella lo estaba. Iba preciosa con un jersey gris de cuello vuelto, llevando una rebeca por encima, también unos vaqueros y unos botines a juego con la rebeca. También tenía su pelo alisado y algo de maquillaje. Estaba muy guapa, cosa que le dije nada más verla, sonrojándose ella un poco. También le gustó a ella cómo iba yo, aunque estaba acostumbrada a verme vestir así de vez en cuando al ir a trabajar con ropa parecida.

Me percaté de que había decorado un poco la casa, pues encontraba diferencias respecto a la otra vez que me invitó a comer. Llegué un poco temprano, por lo que dejamos todo lo que llevé en la cocina, explicándole yo que había comprado unos dulces y una botella de vino, aunque no sabía si bebía. Por suerte, sí que lo hacía de vez en cuando, por lo que no era problema, diciendo que podíamos tomarlo mientras comíamos.

Luego me preguntó por la otra bolsa que llevaba encima, diciéndole yo que me había echado la consola con algunos juegos al ver que le gustaba tanto. Me di cuenta en ese momento de lo tonto e infantil que me debía ver al llevarme una consola con juegos a una invitación como aquella, pero al final resultó que le llegó a hacer ilusión, diciendo que estaría muy bien jugar un poco cuando termináramos de comer, por lo que la llevamos al salón para ir conectándola a la televisión tan grande que tenía, estando de acuerdo en que se tenía que jugar muy bien con ella.

Pensaba que nos pondríamos a poner la mesa y demás, pero en realidad ya estaba todo bastante preparado. Los platos fríos ya estaban servidos, faltando tan solo los principales. Me sabía muy mal que se hubiera ocupado ella de todo, notándome ella esto y diciendo que no pasaba nada, que no iba a poner a su invitado a hacer cosas cuando a ella no le costaba nada y le gustaba cocinar. Para quitarle hierro al asunto, le dije que todo tenía muy buena pinta y que la manera de presentarlo todo era inmejorable.

Ella aceptaba muy bien esos cumplidos, preguntándome si me apetecía que me enseñara el resto de la casa. No me negué a aquello, dándome cuenta de que así se estaba abriendo más conmigo, por lo que nos pusimos en marcha al subir por las escalares y dar a la planta de arriba, en donde había varias habitaciones. Había un par de baños, un despacho que ella usaba para estudiar, su habitación y la de sus padres.

La casa no podía estar más impecable, siendo muy bonita a la vez. Es que era como sacada de una película típica americana. No podía hacérseme más cliché, pero es que me encantaba que fuera así. Le dije que me parecía que tenía una casa preciosa, dándome ella las gracias, aunque comentó que le seguía costando entrar a la habitación de sus padres, pues le traía demasiados recuerdos. Le dije que pensaba que era normal, pero que no pasaba nada, que si pensaba en ellos tan a menudo era porque los quería mucho y debían ser unos padres increíbles.

Se quedó callada durante unos segundos, pero nos vimos interrumpidos por una inquilina más, pues Abby tenía una gata que llevaba con ella un par de años según me contó. Como me dijo y pude ver, era muy tranquila, no costándole acercarse a mí para conocerme. Me comentó entre risas que le había preparado a ella también su plato para que pudiera comer en ese día tan especial mientras bajábamos por las escaleras y su gata nos seguía, llegando al comedor.

Ya sí que nos sentamos a comer, empezando por los entrantes. Me resultaba increíble la presentación tan buena que tenía y cómo cocinaba esta chica, porque parecía de catering profesional, como si estuviéramos en un restaurante. Le pregunté si había estudiado algo de cocina o si había trabajado alguna vez en algún restaurante o algo, pero ni lo uno, ni lo otro. Me contó que desde muy pequeña, su madre le acostumbró a que cocinara para que luego no le costara tanto.

Entendía de sobra por qué no tenía ninguna foto de sus padres en toda la casa, suponiendo yo que aún le debía doler lo que pasó, pero fue ella misma la que me enseñó una foto de ambos al sacar su móvil. De hecho, me enseñó unas cuantas, en donde pude apreciar que su madre era realmente guapa, siendo muy parecía a ella con esos rasgos esbeltos y finos, con una tez muy clara y pelirroja, aunque ella tenía una melena abundante y larga. Su padre, por el otro lado, tenía rasgos más fuertes, teniendo también una tez blanca, pero siendo moreno, con el pelo corto y una barba muy parecida a la que yo llevaba hasta hacía poco.

Fue algo que me llamó la atención, pues se parecía mucho a la mía, ganándose ese detalle el interés de ella, preguntándome qué ocurría. Le expliqué que llevaba una barba parecida hasta no hacía mucho, enseñándole una foto para que la viera. Le sorprendió bastante verme así, diciendo que era verdad que le recordaba mucho a su padre, aunque me dijo que me sentaba mejor la que llevaba en ese momento. También me enseñó algunas fotos más, en donde salía ella con la edad en la que ocurrió aquello, siendo una chica muy mona desde siempre. Incluso desde niña, porque me enseñó alguna en las que lo era.

Continuamos comiendo, aunque ya tratando otros temas para que no se viniera abajo, porque notaba que le costaba hablar de aquello, aunque si lo hacía era porque confiaba en mí para ello. Pasamos a los platos más contundentes, estando también increíbles y siendo todo muy parecido a lo que se suele comer en ese mismo día, pero en Estados Unidos, aunque ella también preparó un plato típico de allí, más concretamente de la región en la que estábamos, siendo algo bastante simple, pero que estaba muy bueno y que me encantó.

Cuando me preguntó qué fue lo que más me había gustado, le dije que todo, pero ella me pidió que me mojara, por lo que le dije que ese plato típico de allí. Le sorprendió un poco que le dijera ese al ser tan simple, pero es que tenía como base la patata y es un alimento que me gusta mucho.

A ella también me gustaba bastante, por eso lo preparó, siendo algo que comía de vez en cuando, porque tampoco quería abusar. Aunque no fue lo que más le gustó, pues dijo que se trataba del vino, sorprendiéndome ahora ella a mí. Pero aún quedaba el postre, sacando ella una tarta de calabaza que había hecho y la cual no podía estar mejor, aunque era la única que había probado.

Acabé llenísimo, dándole a ella gracia verme así. Y eso que sobró comida, pero es que ya no podía más. Tuvo el detalle de guardarlo bien para que me pudiera llevar parte de lo que sobró para que los siguientes días tuviera comida, explicándome qué debía comer antes para que no se estropeara. Seguimos charlando en el sofá después de recogerlo todo, pidiéndole yo que me dejara ayudar, dándome ella el visto bueno en esta ocasión.

Hablamos durante bastante tiempo, pudiendo reposar bien toda la comida que me metí ese día, aunque después de hablar nos pusimos a jugar con la consola, cosa que también hicimos durante mucho tiempo al tener el día tan libre. De hecho, se nos hizo de noche, preguntándome ella si quería cenar, pero yo seguía bastante lleno como para volver a comer, así que no cenamos nada, porque ella tampoco tenía hambre.

Le pregunté si quería quedarse unos días con la consola para que pudiera jugar, pero ella dijo que no, que no quería abusar, prefiriendo acercarse a casa para jugar allí un poco, dejándome hacerlo a mí cuando me apeteciera. Nos dimos un abrazo para despedirnos, dándole yo de nuevo las gracias por haberme invitado todo el día a su casa, por toda la comida que había preparado, recalcando que estaba todo increíble y también por la comida que me dio para que me llevara a mi casa.

A ella la veía contenta con el día que habíamos pasado juntos, estando muy sonriente y quedando en que nos veríamos a la siguiente mañana para volver a la universidad y continuar con nuestra rutina. Ya en casa estuve pensando en todo lo ocurrido en ese día, sonriendo mientras lo hacía, porque me daba cuenta de los esfuerzos que ella hacía para que nos conociéramos al contarme tantas cosas de sus padres, mostrarme fotos, enseñarme su habitación... Me estaba dando cuenta de que esta chica me iba empezando a gustar de verdad.​
 
Creo que en toda la historia, no recuerdo alguna carcajada de Javi, insultos entre amigos, bromas pesadas, incluso bromas simples no más. Por el contrario, siempre se dan cuando está triste o deprimido.

Hasta ahora no le había dado mucha importancia, no sé si es su forma de ser o ser auto reprime mucho.
 
Creo que en toda la historia, no recuerdo alguna carcajada de Javi, insultos entre amigos, bromas pesadas, incluso bromas simples no más. Por el contrario, siempre se dan cuando está triste o deprimido.

Hasta ahora no le había dado mucha importancia, no sé si es su forma de ser o ser auto reprime mucho.
Buena observación.
De hecho, en todo el relato , no recuerdo que el autor haya utilizado un tono humorístico para recrear una situación.
Toda la trama se mueve en un ambiente de seriedad.
 
Parece que Javi quiere comportarse como un caballero a la antigua usanza, conquistando a una dama con paciencia y sutileza. He echado de menos que le regalara a Abby un bonito ramo de flores, para agradecer la invitación.
El detalle de la consola puede confundir a la canadiense. Al final va a pensar que Javier es el amigo gay que toda chica moderna debe tener. 😝
 
Creo que en toda la historia, no recuerdo alguna carcajada de Javi, insultos entre amigos, bromas pesadas, incluso bromas simples no más. Por el contrario, siempre se dan cuando está triste o deprimido.
Hasta ahora no le había dado mucha importancia, no sé si es su forma de ser o ser auto reprime mucho.
Buena observación.
De hecho, en todo el relato , no recuerdo que el autor haya utilizado un tono humorístico para recrear una situación.
Toda la trama se mueve en un ambiente de seriedad.

Datos friki del megarelato.
Van 881 capítulos.
Con 3574 páginas en formato A4.
Se han usado 1.974.680 palabras.
La palabra carcajada(s) aparece 11 veces.
La palabra risa(s) aparece 437 veces.
La palabra sonrisa(s) aparece 780 veces.
reír 166
reímos 16
reí 55
reían 4
reía 351
sonreír 71
sonreímos 2
sonreí 63
sonreían 2
sonreía 122. :geek:
 
Datos friki del megarelato.
Van 881 capítulos.
Con 3574 páginas en formato A4.
Se han usado 1.974.680 palabras.
La palabra carcajada(s) aparece 11 veces.
La palabra risa(s) aparece 437 veces.
La palabra sonrisa(s) aparece 780 veces.
reír 166
reímos 16
reí 55
reían 4
reía 351
sonreír 71
sonreímos 2
sonreí 63
sonreían 2
sonreía 122. :geek:
Risotada sólo 1

Ahora, tendríamos que ver cuantas de esas palabras pertenecen a Javi.

Dándole una vista rápida creo que por lo menos con carcajada, ninguna pertenece a Javi
 
Datos friki del megarelato.
Van 881 capítulos.
Con 3574 páginas en formato A4.
Se han usado 1.974.680 palabras.
La palabra carcajada(s) aparece 11 veces.
La palabra risa(s) aparece 437 veces.
La palabra sonrisa(s) aparece 780 veces.
reír 166
reímos 16
reí 55
reían 4
reía 351
sonreír 71
sonreímos 2
sonreí 63
sonreían 2
sonreía 122. :geek:
Me gustaría saber cuántas veces aparece en el relato, la palabra " amor ".
Aceptas el reto? 😜.
 
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