Reencuentro con Elena

Hablando, hablando, Valentina le ha dicho a Irene que Javi la ha prometido exclusividad e Irene se ha mosqueado.
Yo creo que ha visto a alguien :rolleyes::rolleyes::rolleyes:
y Javi es el padre 🤣🤣
Nada desearía más que eso Wapete35, pero Keranos no acostumbra, lamentablemente, entregarnos sucesos tan sorpresivos.
Como vamos, recién sabremos de la otra persona cuando el cura aparezca dando la extremaunción a Javier.:rolleyes:
Me inclino más bien por lo que dice elherdau, algo que en la práctica sería catastrófico para el grupo de los cinco.
De concretarse esa exclusividad prometida por Javier a Valentina, la persona más perjudicada, sin duda, sería Irene... mi Irene.;)
Todo indica algo relacionado a eso, la llegada de Valentina especialmente demostrativa y cariñosa, como marcando su territorio ya ganado.
Siendo así, me imagino a una Irene más dolida que molesta, siempre ha evidenciado sentimientos superiores a la amistad con Javier.



Mientras, esa calurosa mañana, hacen camino a la playa, su hermana y el pequeño J...
 
Nada desearía más que eso Wapete35, pero Keranos no acostumbra, lamentablemente, entregarnos sucesos tan sorpresivos.
Como vamos, recién sabremos de la otra persona cuando el cura aparezca dando la extremaunción a Javier.:rolleyes:
Me inclino más bien por lo que dice elherdau, algo que en la práctica sería catastrófico para el grupo de los cinco.
De concretarse esa exclusividad prometida por Javier a Valentina, la persona más perjudicada, sin duda, sería Irene... mi Irene.;)
Todo indica algo relacionado a eso, la llegada de Valentina especialmente demostrativa y cariñosa, como marcando su territorio ya ganado.
Siendo así, me imagino a una Irene más dolida que molesta, siempre ha evidenciado sentimientos superiores a la amistad con Javier.



Mientras, esa calurosa mañana, hacen camino a la playa, su hermana y el pequeño J...
Es que siempre vamos pensando en la logica, pero tambien es verdad que Keranos, la mayoria de veces se pasa la logica ya sabeis por donde.
Siempre pensamos como deberia ser, y mi pregunta es...Acertamos en lo que pensamos? ...Pues no
Es como si Keranos estuviese esperando los comentarios para saber que pensamos que pasara y va y de golpe pasa lo contrario.
Aun asi, no se si alguno de nosotros acertara en las reflexiones.
 
Capítulo 560

-¿Qué ha pasado?
-¿Mmm? -murmuró algo distraída.
-Está la cosa un poco rara.
-No sé a qué te refieres.
-Irene traía una cara que... Y llegas tú y te sientas así entre mis piernas...
-Oye, que si te molesto, me lo dices y me quito, jejeje.
-No, no -dije agarrándola del brazo para evitar que se levantara-, no me molestas en absoluto. Solo que me ha parecido rara la situación.
-¿Es raro que Irene tenga calor después de todo lo que hemos andado y se quiera dar un baño?
-¿Tú no tienes calor?
-No.
-Claro, este gorro te protege bien del sol.
-Eso es, jajaja. Pero sí que me apetecía sentarme un poco.
-Va, en serio. ¿Ha pasado algo?
-Que nooooo.
-Mario me ha dicho que pensaba que había problemas por la cara que traía Irene.
-Tal vez se encuentre mal. Yo no he notado nada.
-Bueno, no será nada entonces -dije besándole el cuello a Valentina.
-Mmm, oye... -decía riendo por lo cariñoso que me puse.
-¿Te hago cosquillas?
-Un poco. Pero no quiero que...
-Ya. No quieres besos con tanta gente alrededor.
-Bueno...
-Pero es que te has sentado tú así y tan cerca de mí -dije abrazándola por la parte del vientre.
-Y tú te aprovechas, jeje.
-Te lo he dicho muchas veces. Es muy difícil tenerte tan cerca y no querer besarte y tocarte.
-Tienes más peligro...

Mis amigos se quedaron un buen rato en el agua mientras que Valentina y yo nos quedamos ahí sentados, pero con ella moviéndose para sentarse algo alejada de mí porque con tanto roce, algo se estaba despertando en mí. Cuando dijimos de meternos al agua, estuvimos un poco con ellos y ver a Irene tan callada me hizo mosquearme un poco más de lo que ya lo estaba al verla venir de la manera en la que hizo y por el comentario de Mario, dejando el tema con Valentina, aunque pensaba que sí que había pasado algo. Pero no tardaron mucho en salir del agua, mientras que nosotros estuvimos un rato nadando y a remojo, conmigo tratando de jugar con ella de manera más divertida que otra cosa, aunque Valentina se alejaba entre risas. Así, salimos del agua para ver cuál era el plan para la hora de comer, cosa que estaba cerca.

Al ir hacia ellos, me encontré a los dos en las toallas y bajo las sombrillas. Mario estaba normal, mirando hacia el mar, pero Irene estaba sentada abrazando sus piernas y con la cara apoyada en ellas, tapándosela. Pregunté qué pasaba al verla así, porque con lo de antes y con esto, no me parecía normal su comportamiento. Mario me dijo que le había bajado la regla y que se encontraba regular, sin pedir yo más explicaciones. Pensaba que el plan sería irnos por ahí a comer, pero en el estado en el que estaba mi amiga, no podía ser. Por eso, recogimos y nos fuimos al coche para volver. Allí, ellos se ducharon primero y luego lo hicimos nosotros, aunque no entramos a la vez como hicieron mis amigos. Entré yo antes y luego Valentina. Me había entrado bastante hambre y fui a la habitación de Irene y Mario para preguntar si íbamos a comer allí o si saldríamos, encontrándome a Mario sentado viendo la tele mientras que Irene estaba tumbada de lado, dando la espalda a la puerta, donde me encontraba yo.

Volví a preguntar qué pasaba y él me dijo que Irene estaba regular y que se había dormido después de tomarse una pastilla. Entonces fue cuando le pregunté qué haríamos para comer. Mi amigo me respondió que Irene no estaba para salir y que no quería despertarla, porque a veces le pasaba eso cuando le venía el periodo y lo mejor era dejarla descansar para que se le pasara algo más rápido. También dijo que él no tenía mucha hambre y que luego prepararía algo para los dos. Me sugirió que me llevara a Valentina a comer fuera y que le enseñara la ciudad por la tarde, porque pensaba que Irene no tendría ganas de estar yendo y viniendo. Los dejé allí y le comenté a Valentina lo que me había dicho mi amigo, así que nos arreglamos y nos fuimos a comer a un restaurante. Esta vez no tan pegado a la costa, siendo uno que se encontraba por la zona más interior de la ciudad, pero que era bastante bueno según había visto en una reseña en el móvil.

Disfrutamos de un buen rato los dos a solas, teniendo un momento de intimidad al sentarnos en una mesa y pudimos charlar algo más alejado de lo usual en nosotros. Parecía que Valentina estaba abriéndose muy poco a poco más conmigo y estaba encantado con eso. Me empezó a contar cosas de su familia, cómo eran, a lo que se dedicaban y cosas por el estilo, haciendo yo lo propio. Cuando acabamos, fuimos a la heladería que visitamos el día anterior para tomarnos un helado, tomándome yo la libertad de pedir el suyo, de un par de variantes de chocolate, acertando de lleno, aunque imaginaba que las variedades daban igual mientras que fuera de ese sabor. Me encantaba ver a Valentina comer chocolate, porque ponía una cara graciosa y bonita a la vez. Como cuando una niña recibe su regalo de cumpleaños. Y, de hecho, en ese momento, para ella no había existía nada más.

Entre risas por comentarle yo eso precisamente, pensamos qué hacer, porque hacía un calor insoportable como para estar en la calle, ya fuera paseando para ver la ciudad o simplemente estando sentados a la sombra para reposar la comida y el helado que nos tomamos. Por eso decidimos ir al centro comercial para ver alguna película y así hacer hora para que fuera más tarde y que el sol se fuera poniendo para poder dar un paseo por la ciudad para verla. Allí, en el cine, estuvimos muy a gusto, ya que estaba muy bien acondicionado con aire para estar frescos, de la misma manera que tenían proyectores de calidad, además de un buen servicio. De hecho, hasta nos llegamos a ver dos películas, una seguida de la otra para que el tiempo pasara y salir más tarde. Valentina parecía estar muy contenta, aunque me llamó la atención en varias ocasiones por estar mirando el móvil para ver si tenía algún mensaje de mis amigos por si Irene se había puesto peor o algo. Y fue algo que vine haciendo desde que estuvimos en el restaurante.

Ella me decía que me relajara y que me centrara en la película, pero me costaba no pensar en cómo estaba mi amiga, porque sospechaba que era algo más que una indisposición por haberle bajado la regla. Pero Valentina se esforzaba en hacer algún que otro comentario cuando veía algo que le llamaba la atención, preguntándome a mí, cosa que hacía que estuviera más pendiente. No recibí ningún mensaje por su parte, así que decidí relajarme un poco con el tema, sobre todo cuando salimos ya una vez acabadas ambas películas y nos pusimos a pasear para ver la ciudad tranquilamente. Así, llegamos al apartamento sobre las 9 de la noche, preguntándoles cómo estaba la cosa una vez los vi sentados en el sofá. Parecía estar mejor y hasta se animaron a vestirse para cenar fuera, aunque en algún lugar que no estuviera muy lejos.

Así que, tras unos 20 minutos, salimos del apartamento para irnos a cenar a algún lugar, terminando en el que el año anterior comimos en los últimos momentos de esa semana de vacaciones que pasamos allí, justo aquel en el que se nos unió Bea. Tras los saludos a Irene por parte del personal, nos sentamos y estuvimos cenando tranquilamente mientras charlábamos, aunque Irene estaba muy callada, siendo algo muy destacable cuando de normal era la persona que más hablaba en cualquier conversación, siendo ahora todo lo contrario. Me quedé mirándola por si podía ver algo en varias ocasiones, aunque no logré descifrar nada más de lo que ya pensaba antes. Ella me aguantaba la mirada alguna que otra vez, pero la acababa retirando, estando sería en gran medida durante todo el momento que estuvimos allí. Era algo que me empezaba a incomodar, pero Valentina y Mario sí que estaban más habladores, por lo que el ambiente no era malo del todo.

Lo único que me llegó a distraer de esa situación fueron las numerosas llamadas que me estaban haciendo al móvil, llegando yo a silenciarlo y a ponerlo boca abajo para que no sonara más. Valentina me miró interrogándome con la mirada, haciéndole yo un gesto para decirle que no era nada. Pero se acercó a mí para decirme que contestara a las llamadas, porque pensaba que, si insistían tanto, tendría que ser porque era algo importante. Le volví a insistir en que no era nada, pero ella hizo un gesto para que me lo pensara bien. Al final le acabé haciendo caso, disculpándome para salir fuera y poder hablar. No le hice caso a Valentina porque fuera algo importante, sino porque quería decirle a esa persona que no me llamara más, porque veía venir que la cosa iba a ir a más. Ya fuera, me lo llegué a pensar un poco, porque no sabía cómo podría reaccionar, aunque me imaginaba cómo podía hacerlo en realidad, pero con esta persona nunca se sabía.

-¿Qué quieres, Cintia?
-¿Dónde estás? Llevo llamándote un buen rato.
-Estoy ocupado.
-No, si ya lo veo. He venido un par de veces por tu casa y aquí no contesta nadie.
-Es que no estoy allí. Me he ido una semana a la playa.
-Ah... No me dijiste nada.
-No sabía que tenía que hacerlo.
-Bueno.... -decía con pesadez- Es que me apetecía... En fin, que había pensado que quizá podíamos tomarnos algo y luego pasar juntos la noche.
-Em... Vamos a ver, Cintia...
-¿Qué pasa? Me echas un polvo y si te he visto no me acuerdo, ¿no? ¿Solo vamos a vernos cuando tú quieras? ¿Así funciona?
-Joder, ya empezamos. ¿No estabas más calmada y tal?
-Lo estoy, pero no me gusta que tengamos que hacer siempre lo que tú quieras.
-Cintia, estaba borracho. No me acuerdo de nada de lo que pasó. Si hubiera estado sobrio, no me habría acercado a ti.
-¿Así me pagas que te ayudara a ir a tu casa?
-Yo no te pedí que lo hicieras.
-Bien que me entraste.
-Porque estaba borracho, ya te lo he dicho.
-¿No quieres que nos vemos? Es eso. Debes estar entretenido con alguna guarra. A ver lo que te dura.
-Pues sí, he conocido a alguien. Así que no podemos vernos más.
-¿En 4 días has conocido a alguien?
-No, llevamos viéndonos semanas.
-Ah, que le pones los cuernos. Tú no cambias, jajaja.
-No es así exactamente.
-Claro, claro. Si tú nunca tienes la culpa ni haces nada malo.
-Bueno, que sí. Que lo que tú quieras, pero que no nos vamos a ver más. Así que no me llames ni me busques, ¿vale?

Cintia me colgó y tras respirar hondo y esperar unos segundos, acabé entrando de nuevo al restaurante habiendo despejado la mente, porque no iba a dejar que ella me jodiera ni uno de los minutos que iba a pasar en la playa. Al entrar, me preguntaron si pasaba algo y dije que no, que era una tontería, siguiendo con la cena y luego yéndonos a dar un pequeño paseo. Valentina miraba mucho a mis amigos, especialmente a cómo iban agarrados de la mano, poniendo una pequeña sonrisa en su boca. Me moría de ganas por coger yo la suya también, pero viendo cómo se había puesto en momentos anteriores con algunos acercamientos por mi parte, no sabía si debía hacerlo. Pero la zona por la que íbamos no estaba muy concurrida y tampoco estaba muy iluminada, por lo que lo acabé haciendo. Ella dio como un respingo, pero no fue por miedo. Estoy seguro de que fue por la manera en la que lo hice, porque fue un gesto que hice con bastante seguridad finalmente. Para mi sorpresa, Valentina recibió aquello bien, sonriéndome e incluso acomodando su mano para que entrelazáramos los dedos.

Aunque me la soltó de manera muy rápida y brusca cuando nuestros amigos se dieron la vuelta al ir delante de nosotros. Ellos dos se dieron cuenta del gesto, aunque no dijeron nada. Ni siquiera reaccionaron con ningún cambio en su cara. Lo único que hicieron fue preguntarnos si queríamos ir a por un helado. Y ya habíamos tomado uno después de comer, pero aceptamos y fuimos a por otro para mitigar el calor que hacía. Esta vez lo compramos cerca del apartamento y nos lo tomamos allí, en el balcón, cada uno sentado en su silla y estando en realidad en bastante silencio, con mis amigos retirándose en poco tiempo para descansar, quedándonos Valentina y yo allí, siguiendo con nuestros helados, comiéndolos despacio para disfrutar bien de ellos. Esta vez, ella se tomó la libertad de acercar su silla a la mía para poner sus piernas sobre las mías y estirarlas así una vez se descalzó.

Seguimos comiendo los helados en silencio, aunque no dejábamos de mirarnos y una vez los acabamos, Valentina se acercó más a mí, juntando esta vez nuestras sillas para echar su cabeza sobre mi hombro. Le di un beso en la cabeza de vez en cuando y eso hizo que se pusiera más cariñosa, levantando ella su cara para besarnos de vez en cuando. Y aquello me estaba empezando a calentar, por eso le dije que se sentara sobre mi regazo, con la intención de besarnos más cómodamente, con ella recostándose por momentos sobre mí, pero los besos seguían teniendo lugar y también empecé a tocarla, acariciando sus rodillas y subiendo por sus muslos, aunque un poco solo. Y ella no le hacía ascos, pues se dejaba hacer murmurando con tono de agrado después de las primeras risas que lanzaba, aunque también lo hacía bajito para no ser oídos, pues al fin y al cabo estábamos en el balcón del apartamento y cualquiera que pasara por ahí o cualquier vecino nos podía oír.

Aunque la cosa se calentó más, poniéndola yo a ella sobre mí con una pierna a cada lado, agarrando ella mi cara para besarme con mayor estabilidad. Estaba muy a gusto con ella así sobre mí, apretando mi erección con su cuerpo, sintiendo sus labios y su sabor y metiendo mis manos por dentro de su vestido para agarrar su culo, pero de repente, Valentina me empezó a besar el cuello, lo que hizo que me estremeciera y me sobreexcitara. Ella se lo tomaba a risa de primeras, pero se preocupó un poco cuando le rogué que parara entre susurros con la voz bastante entrecortada. Se me quedó mirando algo seria, casi que asustada, aunque yo cerré mis ojos para tratar de calmarme un poco. Era algo que me ponía muy revolucionado, que hacía que se me erizara la piel y que me entraran escalofríos por la espalda. Ella no hizo nada más aparte de acariciarme la cara con suavidad.
 
Es que siempre vamos pensando en la logica, pero tambien es verdad que Keranos, la mayoria de veces se pasa la logica ya sabeis por donde.
Siempre pensamos como deberia ser, y mi pregunta es...Acertamos en lo que pensamos? ...Pues no
Es como si Keranos estuviese esperando los comentarios para saber que pensamos que pasara y va y de golpe pasa lo contrario.
Aun asi, no se si alguno de nosotros acertara en las reflexiones.
Para nada es así. Todo esto lleva escrito desde mucho antes de que Valentina saliera a escena.

Y sí, hay gente que acierta, hay gente que no... Algunos hiláis fino y decís cosas con sentido y dais justo en el clavo. Otros decís cada barbaridad... 😂
 
Nada desearía más que eso Wapete35, pero Keranos no acostumbra, lamentablemente, entregarnos sucesos tan sorpresivos.
Como vamos, recién sabremos de la otra persona cuando el cura aparezca dando la extremaunción a Javier.:rolleyes:
Me inclino más bien por lo que dice elherdau, algo que en la práctica sería catastrófico para el grupo de los cinco.
De concretarse esa exclusividad prometida por Javier a Valentina, la persona más perjudicada, sin duda, sería Irene... mi Irene.;)
Todo indica algo relacionado a eso, la llegada de Valentina especialmente demostrativa y cariñosa, como marcando su territorio ya ganado.
Siendo así, me imagino a una Irene más dolida que molesta, siempre ha evidenciado sentimientos superiores a la amistad con Javier.



Mientras, esa calurosa mañana, hacen camino a la playa, su hermana y el pequeño J...
Me intrigan mucho esas partes finales tachadas, pero esta me ha dejado muy perdido. Me puedes iluminar un poco?

Por cierto, me gusta gusta bastante, porque parece que cuentan algo en paralelo desde su perspectiva.
 
Me intrigan mucho esas partes finales tachadas, pero esta me ha dejado muy perdido. Me puedes iluminar un poco?

Por cierto, me gusta gusta bastante, porque parece que cuentan algo en paralelo desde su perspectiva.

Desde el inicio de tu relato he admitido ser "Elenista", y me ha tenido ansioso ver como la historia ha continuado, sin saber nada de ella.
Comparto con fffxxx lo mal que se ha sentido los numerosos hilos abiertos que ha dejado su ruptura.
Pero creo tener algo más de confianza en que llegará el momento cuando se producirán esas debidas aclaraciones.
Varios fueron esos sospechosos comportamientos que la otra persona tuvo durante y ha tenido después de su relación con Javier.
Involucran a su ex Alejandro, Yolanda y su esposo, su exjefe Alberto, y David hermano de Javier.
Bueno, toda esta incertidumbre la canalizo imaginando escenas de la vida actual de la otra persona, que ocurren en paralelo a lo que vas relatando.
Una humorada.
Esta última "tachadura" se me ocurrió al leer a Wapete35 comentando, "Yo creo que ha visto a alguien...y Javi es el padre".
...su hermana y el pequeño J... : Noelia y Javiercito ;)
 
Capítulo 560

-¿Qué ha pasado?
-¿Mmm? -murmuró algo distraída.
-Está la cosa un poco rara.
-No sé a qué te refieres.
-Irene traía una cara que... Y llegas tú y te sientas así entre mis piernas...
-Oye, que si te molesto, me lo dices y me quito, jejeje.
-No, no -dije agarrándola del brazo para evitar que se levantara-, no me molestas en absoluto. Solo que me ha parecido rara la situación.
-¿Es raro que Irene tenga calor después de todo lo que hemos andado y se quiera dar un baño?
-¿Tú no tienes calor?
-No.
-Claro, este gorro te protege bien del sol.
-Eso es, jajaja. Pero sí que me apetecía sentarme un poco.
-Va, en serio. ¿Ha pasado algo?
-Que nooooo.
-Mario me ha dicho que pensaba que había problemas por la cara que traía Irene.
-Tal vez se encuentre mal. Yo no he notado nada.
-Bueno, no será nada entonces -dije besándole el cuello a Valentina.
-Mmm, oye... -decía riendo por lo cariñoso que me puse.
-¿Te hago cosquillas?
-Un poco. Pero no quiero que...
-Ya. No quieres besos con tanta gente alrededor.
-Bueno...
-Pero es que te has sentado tú así y tan cerca de mí -dije abrazándola por la parte del vientre.
-Y tú te aprovechas, jeje.
-Te lo he dicho muchas veces. Es muy difícil tenerte tan cerca y no querer besarte y tocarte.
-Tienes más peligro...

Mis amigos se quedaron un buen rato en el agua mientras que Valentina y yo nos quedamos ahí sentados, pero con ella moviéndose para sentarse algo alejada de mí porque con tanto roce, algo se estaba despertando en mí. Cuando dijimos de meternos al agua, estuvimos un poco con ellos y ver a Irene tan callada me hizo mosquearme un poco más de lo que ya lo estaba al verla venir de la manera en la que hizo y por el comentario de Mario, dejando el tema con Valentina, aunque pensaba que sí que había pasado algo...

Es criminal de parte de Keranos, dejarnos con la incertidumbre de lo que ocurrió entre Irene y Valentina. A esperar mañana. :giggle:
En todo caso, luego del "paseo", Valentina no parece aproblemada, contrario a Irene que se ve muy afectada. Ganadora y perdedora?
Empiezo sí, a sentirme decepcionado por la actitud que sigue tomando Valentina en toda interacción con Javier.
Esperaba una mayor apertura en sus muestras de cariño, en su trato cotidiano, no sexual.:love1:
Es inexplicable esta última reacción de ella, separar bruscamente su mano de la de Javier, sólo estando sus amigos. Incomodidad? :unsure:
Está también la enervante pasividad de Javier, todo parece muy forzado entre ellos, cero fluidez, de un estrés insoportable.:sneaky:

(mucha "E" al inicio?...un subliminal recuerdo para Keranos)


Mientras, apenada ante lo que le describía su hermana, E...
 
Para nada es así. Todo esto lleva escrito desde mucho antes de que Valentina saliera a escena.

Y sí, hay gente que acierta, hay gente que no... Algunos hiláis fino y decís cosas con sentido y dais justo en el clavo. Otros decís cada barbaridad... 😂
Sabemos que esta escrito desde hace bastante, nos lo dijiste. Pero...joer, es que nos dejas siempre en ascuas y de alguna manera tenemos que buscar la continuacion a base de los comentarios con y sin sentido 🤣 🤣 🤣 🤣
 
Sabemos que esta escrito desde hace bastante, nos lo dijiste. Pero...joer, es que nos dejas siempre en ascuas y de alguna manera tenemos que buscar la continuacion a base de los comentarios con y sin sentido 🤣 🤣 🤣 🤣
Eso es lo bueno de estas cosas, que te dejen en ascuas para que vuelvas a seguir la historia. Si cerrara todo rápidamente y no dejara algo de intriga en algunos capítulos, no se tendría tanta expectación para los siguientes.

Seguro que si todo lo que quedó abierto en su día se hubiera resuelto en ese momento, mucha gente habría dejado de leer la historia al haberse acabado la relación.
 
Para nada lo veo así.

Carlos, no puedes negar que Javier en todo momento que está con Valentina tiene que medir cada movimiento, cada gesto que hace.
Para qué decir el aspecto sexual, no admite comparación con lo que hace y siente con Irene o Sofía, aún más con la otra persona.
Me atrevería a afirmar que en presencia de ella no ha podido ser realmente él desde que se conocieron.
En su momento me encantó que ella entrara en su vida, esperaba su influencia en él, para recomponer lo dañado y mejorar lo bueno.
Luego de la discusión que se produjo el día de la boda, no pensé que lograrían sacar a flote la relación, y lo hicieron. Lo intentan.
Estos días de playa, básicamente ha sido más de lo mismo, ella no logra desbloquear sus aparentes fobias, y él demasiado lo tolera.
He sentido como una verdadera bofetada de ella el neurótico gesto de apartar las manos cuando iban los cuatro. Nadie les veía.
Hasta ahora sólo constato hechos, que si me dedico a citar cada reflexión de incomodidad y malestar dada por Javier, faltarían páginas.
 
Última edición:
Capítulo 561

-¿Estás bien? -susurró a mi oído.
-Sí. Es que es muy intenso y...
-Creía que ya habíamos superado esto...
-Pues se ve que no. Además, ayer es que tenía un calentón muy grande encima. Fue algo más puntual, pero empezar a jugar así...
-Pues qué pena, porque me encanta besarte por ahí. Y me gusta mucho cómo te pones. Es gracioso.
-¿Te parece gracioso? ¿Te estás riendo de mí? -dije de broma.
-No... -me respondió sonriendo- Sabes que no.
-No sé... Me dices eso...
-Es que es gracioso. Sin más -dijo empezando a besarme de nuevo.

Estuvimos así unos segundos, pero otra vez, ella echó mano a mi cuello, empezándolo a besar e incluso succionando para hacerme un chupetón que sí que sonó bastante fuerte una vez me lo hizo. Ella se retiró con una risa bajita y traviesa y que volviera a hacer eso, pues como es obvio, me volvió a encender, pero esta vez fue de manera diferente, porque me entraron muchas ganas de jugar con ella de manera diferente. Algo habíamos hecho alguna vez con un castigo por mi parte, pero ni se acercaba a lo que ya había practicado anteriormente con otras parejas sexuales. Por eso la agarré de la cara apretando sus mejillas, con ella poniendo expresión de sorpresa, abriendo mucho sus ojos mientras que yo acercaba mi cara mucho a la suya.

-¿Qué haces? ¿Por qué sigues?
-¿Eh...?
-Te he dicho que no quería que siguieras y tú lo has hecho.
-Ya...
-¿Ahora qué hacemos?
-¿Mmm?
-Tendré que ponerle remedio para que no se vuelva a repetir, ¿no?
-¿Pero para tanto es...?
-Shhh. Ya has visto cómo me pongo. Creo que te has ganado un castigo. Así seguro que aprendes a no hacer lo que no debes.
-¿Qué vas a hacer? -preguntaba algo acongojada.
-Jajajaja, ¿ahora te pones así?
-Es que...
-Si juegas con fuego, te puedes quemar. Pues resulta que te has quemado.
-Javi...
-¿Tienes miedo?
-No, jaja -reía nerviosa-. Pero es que...
-Pues deberías tenerlo, porque voy a...

Valentina puso cara de susto, cosa que me hizo mucha gracia ahora a mí, pero lo cierto es que no tenía pensado hacer nada exagerado con ella. Aunque alguna cosa se me pasaba por la cabeza, cosas que tenía muchas ganas de hacer con ella, pero que no me atrevía por cómo era.

-Tranquila, es broma -seguí.
-Ah, jaja.
-Pero sí que me gustaría ponerte un pequeño castigo.
-¿Cuál?
-Vamos a ver... Se me ocurren muchas cosas, pero la gran mayoría de ellas te parecerían mal.
-Ya...
-Pero un castigo es un castigo, ¿no? No lo sería si lo disfrutaras.
-Uy...
-Yo te he dado la confianza de jugar con una parte de mi cuerpo y tú te has tomado demasiadas confianzas. Podrías hacer tú lo mismo, ¿no?

Valentina se incorporó un poco, quedando en una postura muy sexy a mi parecer sobre mí, con su espalda erguida, aunque estaba algo seria, mirándome a los ojos.

-Pfff... Es que... Nunca he hecho eso.
-Veo que ya ves por donde voy.
-Claro que lo veo. Es muy fácil de entender. No sé qué tenéis todos los hombres con ese tema. Estáis obsesionados.
-¿Te lo han pedido más?
-Da igual.
-¿Confías en mí?
-Sabes que sí. Si no, no estaría aquí contigo. No habría venido, ni iría a la playa contigo, ni pasearíamos juntos, ni comeríamos y cenaríamos fuera y mucho menos te cogería de la mano en la calle con gente alrededor.
-Vale, vale. Tranquila.
-Si lo estoy, jeje.
-Estás un poco tensa.
-Porque es algo que nunca he hecho y que me da reparo.
-Tú has abusado un poco de mi confianza.
-Ya, perdona.
-Tampoco es para que te disculpes. Estamos jugando -dije acercando su cuerpo al mío para susurrarle aquello al oído y luego besarle yo el cuello.
-¿Y qué es exactamente lo que quieres hacer?
-¿Lo que quiero hacer? No. Lo que voy a hacer.
-Y es...
-Hoy te voy a follar el culo.

Valentina pegó casi un bote, separándose de mí, mirándome con horror y sus ojos vibrantes, provocando de nuevo mi risa.

-Tranquila, te estoy tomando el pelo.
-¿Seguro?
-Sí. No te lo voy a follar. Veo imposible que algún día lleguemos a eso. Te conozco ya y sé que no va a pasar.
-¿Entonces?
-Quiero jugar con él. No te voy a meter nada, no te preocupes. Pero me apetece acariciártelo para empezar.
-Vale.
-¿Sí? -pregunté impresionado.
-Sí. Pero no quiero que te emociones, ¿vale? Ya te he dicho que confío en ti. No quiero que por el calentón que te pueda entrar te vengas arriba y al final la cosa termine mal.
-Te prometo que no va a ser así. No te voy a meter nada ni siquiera. No te voy a hacer daño.

Nos dimos un beso al quedar conformes, pidiéndome ella después susurrándome muy bajo que quería ir al baño para prepararse. Yo le dije que para lo que íbamos a hacer, no hacía falta que lo hiciera, pero ella lo prefería así, por lo que se fue al baño y me quedé allí esperando. La erección que tenía no se me bajó en ningún momento en la espera, pero es que entre lo del cuello y que accediera a aquello, estaba muy cachondo. También tenía que ver que no dejara de sobarme por encima de la ropa. Para cuando volvió ella, se puso apoyada en el marco de la puerta, siseándome para llamarme la atención y que la mirara, haciéndome un gesto para irnos a la habitación, pero yo le hice otro, negando con la cabeza, pasando a hacer otro para que viniera hacia mí. Ella dudó y hasta llegó a poner los ojos en blanco un poco, pero acabó acercándose para quedarse de pie donde yo estaba sentado.

-¿A qué viene esa expresión?
-A nada -dijo encorvándose un poco para acercarse a mí-. Es que ya sabes que no me gusta hacer cosas fuera de...
-Es que se está muy a gusto aquí. Ven, vamos a ponernos como antes.

Valentina se incorporó y se puso frente a mí para pasar una pierna a cada lado de mi cuerpo, pero antes de que lo hiciera, la detuve. Ella me interrogó con la mirada y yo le abracé estando ella de pie aún. Puso una sonrisa muy tierna en su cara, pero esta vez me levanté yo para besarle el cuello y luego en los labios, pasando a susurrarle que le iba a quitar las braguitas para así poder jugar más cómodamente. Ella hizo un gesto socarrón, mirando hacia arriba con media sonrisa, pero no dijo nada más, por lo que me volví a sentar y metí mis manos por dentro de su vestido y así poder agarrarlas para quitárselas. Una vez lo hice y me las guardé en el bolsillo del pantalón, sí que la ayudé a que se sentara sobre mí para estar igual que estábamos justo antes de que se fuera. Pero no empezaría a jugar con su culo tan rápido, pues estaba muy a gusto con ella así, besándonos lentamente.

No fue hasta que ella se volvió a encender que ya subiría mis manos hasta su culo para jugar con sus nalgas. Ella reía, aunque de manera algo nerviosa. Le susurré que se tranquilizara, diciéndole también que no era para tanto y que si se relajaba seguro que le iba a gustar. Valentina me hizo caso, aunque antes de hacerlo, le dije que me chupara el dedo corazón para que así estuviera húmedo y escurriera mejor. Para mi sorpresa, fue algo que hizo con ganas, siendo un gesto bastante guarro para lo que solía hacer ella, chupándolo como si fuera una polla, cosa que me encantó que hiciera. Luego nos besamos de nuevo y bajé mi mano hasta donde la tenía antes, pero sin jugar de momento con esa zona. Primero quería cerciorarme de que estaba totalmente tranquila, por eso la seguí besando un poco más hasta que llegó un punto en el que pensaba que estaba lista.

Le dije que echara su cara sobre mi hombro para que estuviera más relajada, comentándole que iba a empezar a tocarla. Ella asintió con un murmullo y yo puse mi dedo sobre su ano para empezar a acariciarlo. Ella pegó un pequeño respingo, aunque volvió a poner su cara apoyada sobre mi hombro y yo seguí con lo mío, haciéndolo de manera muy suave para que ella estuviera cómoda. Era algo raro, no por nada en especial, porque me encantaba hacerle eso y lo que yo notaba, sino por la lentitud excesiva que estaba teniendo en comparación con otras ocasiones previas con otras chicas. Pero era lo que había con ella. Estaba seguro de que si no lo hacía así, no lo iba a disfrutar. Así que seguí de manera lenta y ella suspiraba de vez en cuando, llegando a apretar su cara contra mi cuerpo en alguna ocasión. Era un momento muy especial en general, porque según decía, era su primera vez.

-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Te gusta?
-Es raro.
-¿Pero te gusta o...?
-No es tan desagradable como pensaba. Tiene su punto, pero es que lo veo un poco raro.
-Mucha gente piensa eso de primeras, pero luego se relaja y hasta pueden hacer mucho más.
-Uff... ¿Tú has hecho...?
-Tengo práctica. Sé cómo hay que hacerlo para...
-Me refería a si te lo han hecho a ti.
-Ah... Pues sí.
-¿Sí? -preguntaba sorprendida.
-Ajá.
-¿Y qué tal?
-No me lo han hecho mucho, pero hubo una vez que... Tuve un orgasmo muy intenso. Descargué mucha cantidad.
-Vaya... -decía aún impresionada.
-Pero esto es una putada...
-¿Por? Ah, ya sé. Porque no puedes ir a más, ¿no?
-Mmm, bueno, eso puede ser también. Pero es porque estoy muy cachondo. Demasiado.
-¿Y eso es un problema? Jajaja.
-Pues sí. Porque no voy a poder follarte.
-¿Cómo que no?
-No, porque si lo hago, no voy a poder controlarme. Se entrarían Irene y Mario. Y a lo mejor todo el barrio.
-Jajaja.
-Lo digo en serio.
-No, por favor. No me puedes calentar así y luego no...
-Me jode más a mí que a ti. Créeme.
-No sé yo...
-A ver. Tenemos alguna opción.
-¿Cuál?
-Hacerlo aquí queda descartado por lo que te acabo de decir. Podemos coger mi coche e irnos a un descampado, o irnos a un hotel o algo así.
-Pfff... No me convence mucho ninguna de las dos.
-Pues es lo que hay, Valentina. O eso, o no follamos.
-A ver, vamos a pensar -dijo incorporándose para ponernos cara a cara, aunque yo seguía jugando con su culo-. En el coche sería incómodo, ¿no?
-Bueno, mi coche no es tan pequeño. Puedo echar los asientos delanteros hacia delante y tal.
-Bueno... Y en un hotel... Es que tendríamos las mismas que aquí. La gente de las habitaciones de al lado nos escucharía.
-Cuando follamos en mi casa lo hacemos a grito limpio y no te importa. Seguro que los vecinos han oído algo alguna vez.
-Pfff... Lo estás arreglando.
-Jajajaja.
-No sé...
-En un hotel la gente va a eso mucho. No debería ser raro que se oiga algo. También podemos pedir una habitación que quede retirada sin gente alrededor.
-Bueno, visto así...
 
Capítulo 561

-¿Estás bien? -susurró a mi oído.
-Sí. Es que es muy intenso y...
-Creía que ya habíamos superado esto...
-Pues se ve que no. Además, ayer es que tenía un calentón muy grande encima. Fue algo más puntual, pero empezar a jugar así...
-Pues qué pena, porque me encanta besarte por ahí. Y me gusta mucho cómo te pones. Es gracioso.
-¿Te parece gracioso? ¿Te estás riendo de mí? -dije de broma.
-No... -me respondió sonriendo- Sabes que no.
-No sé... Me dices eso...
-Es que es gracioso. Sin más -dijo empezando a besarme de nuevo.

Estuvimos así unos segundos, pero otra vez, ella echó mano a mi cuello, empezándolo a besar e incluso succionando para hacerme un chupetón que sí que sonó bastante fuerte una vez me lo hizo. Ella se retiró con una risa bajita y traviesa y que volviera a hacer eso, pues como es obvio, me volvió a encender, pero esta vez fue de manera diferente, porque me entraron muchas ganas de jugar con ella de manera diferente. Algo habíamos hecho alguna vez con un castigo por mi parte, pero ni se acercaba a lo que ya había practicado anteriormente con otras parejas sexuales. Por eso la agarré de la cara apretando sus mejillas, con ella poniendo expresión de sorpresa, abriendo mucho sus ojos mientras que yo acercaba mi cara mucho a la suya.

-¿Qué haces? ¿Por qué sigues?
-¿Eh...?
-Te he dicho que no quería que siguieras y tú lo has hecho.
-Ya...
-¿Ahora qué hacemos?
-¿Mmm?
-Tendré que ponerle remedio para que no se vuelva a repetir, ¿no?
-¿Pero para tanto es...?
-Shhh. Ya has visto cómo me pongo. Creo que te has ganado un castigo. Así seguro que aprendes a no hacer lo que no debes.
-¿Qué vas a hacer? -preguntaba algo acongojada.
-Jajajaja, ¿ahora te pones así?
-Es que...
-Si juegas con fuego, te puedes quemar. Pues resulta que te has quemado.
-Javi...
-¿Tienes miedo?
-No, jaja -reía nerviosa-. Pero es que...
-Pues deberías tenerlo, porque voy a...

Valentina puso cara de susto, cosa que me hizo mucha gracia ahora a mí, pero lo cierto es que no tenía pensado hacer nada exagerado con ella. Aunque alguna cosa se me pasaba por la cabeza, cosas que tenía muchas ganas de hacer con ella, pero que no me atrevía por cómo era.

-Tranquila, es broma -seguí.
-Ah, jaja.
-Pero sí que me gustaría ponerte un pequeño castigo.
-¿Cuál?
-Vamos a ver... Se me ocurren muchas cosas, pero la gran mayoría de ellas te parecerían mal.
-Ya...
-Pero un castigo es un castigo, ¿no? No lo sería si lo disfrutaras.
-Uy...
-Yo te he dado la confianza de jugar con una parte de mi cuerpo y tú te has tomado demasiadas confianzas. Podrías hacer tú lo mismo, ¿no?

Valentina se incorporó un poco, quedando en una postura muy sexy a mi parecer sobre mí, con su espalda erguida, aunque estaba algo seria, mirándome a los ojos.

-Pfff... Es que... Nunca he hecho eso.
-Veo que ya ves por donde voy.
-Claro que lo veo. Es muy fácil de entender. No sé qué tenéis todos los hombres con ese tema. Estáis obsesionados.
-¿Te lo han pedido más?
-Da igual.
-¿Confías en mí?
-Sabes que sí. Si no, no estaría aquí contigo. No habría venido, ni iría a la playa contigo, ni pasearíamos juntos, ni comeríamos y cenaríamos fuera y mucho menos te cogería de la mano en la calle con gente alrededor.
-Vale, vale. Tranquila.
-Si lo estoy, jeje.
-Estás un poco tensa.
-Porque es algo que nunca he hecho y que me da reparo.
-Tú has abusado un poco de mi confianza.
-Ya, perdona.
-Tampoco es para que te disculpes. Estamos jugando -dije acercando su cuerpo al mío para susurrarle aquello al oído y luego besarle yo el cuello.
-¿Y qué es exactamente lo que quieres hacer?
-¿Lo que quiero hacer? No. Lo que voy a hacer.
-Y es...
-Hoy te voy a follar el culo.

Valentina pegó casi un bote, separándose de mí, mirándome con horror y sus ojos vibrantes, provocando de nuevo mi risa.

-Tranquila, te estoy tomando el pelo.
-¿Seguro?
-Sí. No te lo voy a follar. Veo imposible que algún día lleguemos a eso. Te conozco ya y sé que no va a pasar.
-¿Entonces?
-Quiero jugar con él. No te voy a meter nada, no te preocupes. Pero me apetece acariciártelo para empezar.
-Vale.
-¿Sí? -pregunté impresionado.
-Sí. Pero no quiero que te emociones, ¿vale? Ya te he dicho que confío en ti. No quiero que por el calentón que te pueda entrar te vengas arriba y al final la cosa termine mal.
-Te prometo que no va a ser así. No te voy a meter nada ni siquiera. No te voy a hacer daño.

Nos dimos un beso al quedar conformes, pidiéndome ella después susurrándome muy bajo que quería ir al baño para prepararse. Yo le dije que para lo que íbamos a hacer, no hacía falta que lo hiciera, pero ella lo prefería así, por lo que se fue al baño y me quedé allí esperando. La erección que tenía no se me bajó en ningún momento en la espera, pero es que entre lo del cuello y que accediera a aquello, estaba muy cachondo. También tenía que ver que no dejara de sobarme por encima de la ropa. Para cuando volvió ella, se puso apoyada en el marco de la puerta, siseándome para llamarme la atención y que la mirara, haciéndome un gesto para irnos a la habitación, pero yo le hice otro, negando con la cabeza, pasando a hacer otro para que viniera hacia mí. Ella dudó y hasta llegó a poner los ojos en blanco un poco, pero acabó acercándose para quedarse de pie donde yo estaba sentado.

-¿A qué viene esa expresión?
-A nada -dijo encorvándose un poco para acercarse a mí-. Es que ya sabes que no me gusta hacer cosas fuera de...
-Es que se está muy a gusto aquí. Ven, vamos a ponernos como antes.

Valentina se incorporó y se puso frente a mí para pasar una pierna a cada lado de mi cuerpo, pero antes de que lo hiciera, la detuve. Ella me interrogó con la mirada y yo le abracé estando ella de pie aún. Puso una sonrisa muy tierna en su cara, pero esta vez me levanté yo para besarle el cuello y luego en los labios, pasando a susurrarle que le iba a quitar las braguitas para así poder jugar más cómodamente. Ella hizo un gesto socarrón, mirando hacia arriba con media sonrisa, pero no dijo nada más, por lo que me volví a sentar y metí mis manos por dentro de su vestido y así poder agarrarlas para quitárselas. Una vez lo hice y me las guardé en el bolsillo del pantalón, sí que la ayudé a que se sentara sobre mí para estar igual que estábamos justo antes de que se fuera. Pero no empezaría a jugar con su culo tan rápido, pues estaba muy a gusto con ella así, besándonos lentamente.

No fue hasta que ella se volvió a encender que ya subiría mis manos hasta su culo para jugar con sus nalgas. Ella reía, aunque de manera algo nerviosa. Le susurré que se tranquilizara, diciéndole también que no era para tanto y que si se relajaba seguro que le iba a gustar. Valentina me hizo caso, aunque antes de hacerlo, le dije que me chupara el dedo corazón para que así estuviera húmedo y escurriera mejor. Para mi sorpresa, fue algo que hizo con ganas, siendo un gesto bastante guarro para lo que solía hacer ella, chupándolo como si fuera una polla, cosa que me encantó que hiciera. Luego nos besamos de nuevo y bajé mi mano hasta donde la tenía antes, pero sin jugar de momento con esa zona. Primero quería cerciorarme de que estaba totalmente tranquila, por eso la seguí besando un poco más hasta que llegó un punto en el que pensaba que estaba lista.

Le dije que echara su cara sobre mi hombro para que estuviera más relajada, comentándole que iba a empezar a tocarla. Ella asintió con un murmullo y yo puse mi dedo sobre su ano para empezar a acariciarlo. Ella pegó un pequeño respingo, aunque volvió a poner su cara apoyada sobre mi hombro y yo seguí con lo mío, haciéndolo de manera muy suave para que ella estuviera cómoda. Era algo raro, no por nada en especial, porque me encantaba hacerle eso y lo que yo notaba, sino por la lentitud excesiva que estaba teniendo en comparación con otras ocasiones previas con otras chicas. Pero era lo que había con ella. Estaba seguro de que si no lo hacía así, no lo iba a disfrutar. Así que seguí de manera lenta y ella suspiraba de vez en cuando, llegando a apretar su cara contra mi cuerpo en alguna ocasión. Era un momento muy especial en general, porque según decía, era su primera vez.

-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Te gusta?
-Es raro.
-¿Pero te gusta o...?
-No es tan desagradable como pensaba. Tiene su punto, pero es que lo veo un poco raro.
-Mucha gente piensa eso de primeras, pero luego se relaja y hasta pueden hacer mucho más.
-Uff... ¿Tú has hecho...?
-Tengo práctica. Sé cómo hay que hacerlo para...
-Me refería a si te lo han hecho a ti.
-Ah... Pues sí.
-¿Sí? -preguntaba sorprendida.
-Ajá.
-¿Y qué tal?
-No me lo han hecho mucho, pero hubo una vez que... Tuve un orgasmo muy intenso. Descargué mucha cantidad.
-Vaya... -decía aún impresionada.
-Pero esto es una putada...
-¿Por? Ah, ya sé. Porque no puedes ir a más, ¿no?
-Mmm, bueno, eso puede ser también. Pero es porque estoy muy cachondo. Demasiado.
-¿Y eso es un problema? Jajaja.
-Pues sí. Porque no voy a poder follarte.
-¿Cómo que no?
-No, porque si lo hago, no voy a poder controlarme. Se entrarían Irene y Mario. Y a lo mejor todo el barrio.
-Jajaja.
-Lo digo en serio.
-No, por favor. No me puedes calentar así y luego no...
-Me jode más a mí que a ti. Créeme.
-No sé yo...
-A ver. Tenemos alguna opción.
-¿Cuál?
-Hacerlo aquí queda descartado por lo que te acabo de decir. Podemos coger mi coche e irnos a un descampado, o irnos a un hotel o algo así.
-Pfff... No me convence mucho ninguna de las dos.
-Pues es lo que hay, Valentina. O eso, o no follamos.
-A ver, vamos a pensar -dijo incorporándose para ponernos cara a cara, aunque yo seguía jugando con su culo-. En el coche sería incómodo, ¿no?
-Bueno, mi coche no es tan pequeño. Puedo echar los asientos delanteros hacia delante y tal.
-Bueno... Y en un hotel... Es que tendríamos las mismas que aquí. La gente de las habitaciones de al lado nos escucharía.
-Cuando follamos en mi casa lo hacemos a grito limpio y no te importa. Seguro que los vecinos han oído algo alguna vez.
-Pfff... Lo estás arreglando.
-Jajajaja.
-No sé...
-En un hotel la gente va a eso mucho. No debería ser raro que se oiga algo. También podemos pedir una habitación que quede retirada sin gente alrededor.
-Bueno, visto así...

Ya es demasiada tanta tontería para poder echar un polvo. Demasiados caprichos de Valentina.
 
Insufribles estos dos.
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En cierta medida Javier ya lo era, pero ahora junto a Valentina han elevado esa expresión a la máxima exponencia.
Parecen dos adolescentes, sobretodo en el sexo, y no lo digo como un cumplido de jovialidad.
Aparte, no entiendo la indiferencia de Javier tratando lo sucedido entre Irene y Valentina. Ninguna prioridad le ha dado al tema.
Aunque se lo niegue Valentina, tanto Mario como él, se dieron cuenta de que algo malo ocurrió durante ese paseo.
Confirmándose en la cena con la actitud de Irene, comportamiento muy parecido al que tuvo por el episodio de Mario con Sofía.
Está triste Irene... y cuando se entrometen con mi Irene...!!! :mad:
De verdad me han fastidiado estos dos, hasta desearía que Keranos pudiera mantenerlos en algún tipo de criosueño, hasta terminar el viaje, mientras nos entretiene con las vivencias de Mario e Irene. ;)
 
Capitulo de transicion, para que vayamos olvidando que aun queda la charla con Irene. En donde le dira que ha visto a alguien....:rolleyes::rolleyes::rolleyes:
Pero eso ya sera el viernes, para dejarnos con cara de bobos esperando ansiosos que llegue el Lunes.
Este Keranos la verdad es que es un artista en tema de "ascuas"
Aun asi, no me queda otra que agradecerle todo lo mal que nos hace pasar (y)(y)
 
Capítulo 562

Seguimos un poco más con ese magreo que teníamos, aunque ahora Valentina estaba más activa, besándome bastante al haberse quedado así de incorporada, pero el calentón que teníamos encima se estaba empezando a poner peor, por lo que nos levantamos, diciéndome ella que fuera al baño a lavarme las manos y a echarme algo de agua a la cara y a la nuca para que se me bajara un poco, porque no podíamos ir con esas pintas al hotel. Al salir a la calle una vez hice eso, echamos a andar sin saber muy bien a dónde, porque no sabíamos a qué hotel ir. Hicimos una breve búsqueda en Internet y al final acabamos yendo a uno que yo conocía, justo a uno al que fuimos hacía un año, aquel en el que nos tomamos algo viendo a un grupo tocar y luego Mario y yo hicimos el tonto a petición de Irene. En recepción pagué por una noche en una habitación, pidiendo yo que fuera algo retirada y que tuviera algo de intimidad, con Valentina estando apartada y haciéndose la distraída, aunque en cuanto la avisé, vino hacia mí para coger el ascensor y subir a una de las últimas plantas, las cuales estaban prácticamente vacías.

Mientras subíamos en el ascensor intenté jugar un poco con ella al acercarme para besarla y sí que me recibió bien, pero cuando dije de poner mis manos en su culo me frenaba, echándome un poco la reprimenda por no esperar a llegar a la habitación, aunque también reía un poco de manera nerviosa. Al llegar a la habitación y abrir con la típica tarjeta, la cogí en brazos con ella pegando un pequeño grito y riendo, pero poco le duró la risa cuando le di un fuerte azote, lanzando ella un sonido de quejido. Nunca me había comportado así con Valentina, pero llevaba un calentón encima por haber hecho ese adelanto con ella al empezar a jugar con su culo que me revolucioné y lo único que me apetecía en ese momento era sexo duro de esa manera en donde dominaba a las chicas como varias veces he descrito ya.

La lancé a la cama con ella rebotando, donde lo que más lo hacía eran sus pechos, siendo algo muy hipnotizante y se quedó mirándome fijamente una vez se lo permitió su estabilidad. Estaba con la respiración acelerada y como no podía esperar más, pues me quité toda mi ropa rápidamente para luego quitarle sus sandalias y su vestido, dejándola en ropa interior, aunque voló también rápidamente. Se me ocurrió que saliera sin bragas cuando dijimos de irnos, pero ella no lo permitió. Ni siquiera se dio la oportunidad, porque me las pidió antes de salir y por su tono, no iba a reprocharle nada. Pero ahora la cosa era diferente. Valentina seguía riendo de manera nerviosa por cómo me quité yo mi ropa y cómo se la estaba quitando a ella, dejándola totalmente desnuda. Sin hablar nada, ni casi mirarla a los ojos, me lancé a comerle el coño de manera guarra y dura. Ella seguía con risa, aunque rápidamente se transformó en una serie de gemidos que cada vez ganaban más intensidad y volumen. Subiendo le dije que íbamos a estar solos en esa planta casi y ella pareció relajarse al máximo por cómo de relajada y desatada estaba ahora en el tema del sexo.

No se cortaba en gemir a sus anchas y al pedirme más mientras decía mi nombre de manera alta y eso me encantaba, porque me alentaba a hacerlo con más intensidad aún. Así fue como le arranqué su primer orgasmo, con grandes lametones en su raja, centrándome en su clítoris y estimulándole el ano de la misma manera que hacía en el balcón del apartamento. Pero de hacerle caricias con mi dedo corazón húmedo en movimientos circulares, no pasaba. Aunque tenía en mente dar un pasito más en ese aspecto, pero tendría que ir con cuidado, porque ya conocía cómo era ella y sabía que le podía incomodar. La dejé recuperarse de su orgasmo, viéndola con sus ojos cerrados y expresión de placer, agarrando sus pechos y encorvándose levantando su torso. Pero no podía esperar, porque necesitaba metérsela, por lo que la avisé para abriera los ojos, haciéndolo ella, buscándome con la mirada.

Me acerqué a ella para besarla y me recibió bien. Qué diferente estaban empezando a ser los momentos de cama con ella con los cambios que empezaban a tener lugar. Una semana atrás, besarla después de haberle hecho sexo oral era impensable, y ahí estábamos, comiéndonos la boca con ansia después de hacerlo hecho. Y no solo eso, también empezaba a jugar con su culo, cosa que sinceramente, veía bastante imposible. Me permití el lujo de hacerle una broma diciendo que se me habían olvidado los condones en el apartamento, con ella haciendo un sonido de queja muy infantil que me hizo gracia, aunque mirando al techo parecía meditar dar un paso más en ese aspecto y quizá hacerlo sin nada de protección, pero le acabé confesando que era una broma y saqué unos cuantos que había echado en mi bolsillo.

Me moría por metérsela sin nada y poder sentirla bien, pero no veía oportuno que ese fuera el mejor momento. Ese paso sí que lo consideraba más grande y si lo íbamos a hacer, quería que fuera especial, por lo que lo dejé para otra ocasión, pensando en que tuviera lugar a la vuelta, en mi casa después de preparar una buena cena y hacer un momento más íntimo sin preocuparnos de estar pendientes de nada más que de nosotros. Pero el caso que es ella misma fue la que cogió los condones para dejarlos sobre la mesita, abriendo uno para ponérmelo con suma maestría y montarse sobre mí. Se la puso en el orificio de su sexo y empezó a bajar muy lentamente hasta que se la metió por completo, lanzando un suspiro una vez lo hizo. Tenerla en esa postura era ya bastante extasiante de por sí, pero cuando se movía era otra historia.

Valentina empezó a moverse lentamente hacia delante y atrás para frotarse conmigo a la vez que empezaba a tener lugar la penetración. De nuevo, la agarré de su culo con fuerza, empezando a lanzar azotes con el correspondiente sonido de queja por su parte. Ella se empezó a mosquear, preguntándome que por qué le pegaba mientras estábamos disfrutando así, momento que aproveché yo para tirar de sus manos y a traerla hacia mí para juntar nuestras caras y decirle que me ponía muy malo y que esa noche estaba revolucionado, como ya le dije antes de irnos. Ella lanzó un gemidito muy mono que me indicó que le gustaba lo que oía, pasando yo a agarrar sus nalgas para empezar una rápida follada al mover mis caderas desde abajo con una velocidad vertiginosa. Era increíble tener así a Valentina, en esa postura con nuestras carnes sonando al chocar mientras ella gemía de manera alta y aguda, gritando mi nombre por momentos y viendo sus tetas rebotar.

Así tuvo ella su segundo orgasmo, empezando sus piernas a temblar mucho, llegando yo también por lo caliente que estaba al verla así de desatada y tan sexy con sus pechos bailando al son de mis embestidas. La abracé con fuerza y estuvimos unos momentos así, con ella sobre mí. Me quité el condón y me puse a acariciar su espalda, pero estaba muy sediento de sexo pese a no poder quejarme en absoluto de aquello, pues iba bastante bien servido. Pero no podía dejarlo ahí. Esa noche no. Por eso empecé a besar su cuello con ella murmurando de manera agradable, pero de nuevo eché mano a su culo para seguir con esas caricias previas y estimularla así. Valentina dio un pequeño respingo, llegando a apretar sus piernas para cerrarlas y por ende, su culo, pero le siseé y le dije que se tranquilizara, siguiendo con los besos. Ella se tranquilizó y me dejó hurgar para seguir acariciándolo de manera suave para que no se alarmara.

-No sabía que te gustaba tanto jugar con un culo.
-Jajajajaja. No es algo que me fascine especialmente. Tiene su morbo, pero es que como es algo muy nuevo contigo, pues quiero seguir para que te acostumbres y lo puedas disfrutar bien.
-Es un poco raro.
-¿Pero te es incómodo?
-No. Pensaba que sería algo muy incómodo. Pero no es para tanto. Es algo nuevo.
-Me gustaría llegar un poco más allá.
-¿Cómo más allá? -preguntó levantando su cara bruscamente para mirarme.
-Jajajajaja. Tranquila, que no vamos a hacer nada del otro mundo. Solo estamos hablando. Será muy poco a poco.
-Uff... Miedo me das.
-¿Alguna vez te lo he hecho pasar mal en la cama?
-No.
-Pues puedes estar tranquila, ¿no?

Valentina volvió a echar su cara en mi pecho y yo seguí con lo mío, aunque cuando iba a humedecer mi dedo, me tenía absolutamente prohibido que me llevara dicho dedo a la boca para chuparlo y así lubricarlo. Me decía que eso era una guarrería muy grande y que si lo quería hacer, tenía dos opciones: O lo humedecía dejando caer saliva desde mi boca, o no la podía besar si me metía el dedo en la boca. Fue un momento que aproveché para ponerla boca arriba y agarrarla del cuello, con suavidad, pero con firmeza para que viera el plan en el que estaba y que no iba a dejar que me mandara lo que podía o no hacer. La expresión de Valentina cambió un poco, pasando a abrir mucho sus ojos y poniendo sus manos sobre la mía que agarraba su cuello. Era muy divertido verla así, aunque la notaba excitada por cómo frotaba sus muslos y por cómo se le escapaba algún gemido.

-No seas tan anticuada -le dije algo serio.
-Javi...
-¿Qué pasa?
-¿Y esto?
-¿No te gusta que me ponga serio?
-Es que... No sé.
-Te he dicho que esta noche estaba muy revolucionado. A veces me pongo así en estas situaciones. ¿Te vas a portar bien?

Valentina no llegó a responder, por lo que tuve que repetirle la pregunta, asintiendo ella mientras veía cómo se hacía un poco pequeña. Me extrañaba bastante que no me plantara cara con esa manera de ser tan fuerte que tenía, pero desde luego no me iba a quejar, porque estaba disfrutando del momento igualmente. Le acaricié los labios de su boca con el pulgar, tratando de meterlo en su boca y consiguiéndolo sin mucho esfuerzo, moviéndolo para que ella lo chupara como si fuera una polla. Mientras tanto, con la otra mano cogí otro condón de la mesita y se lo di para que lo abriera y me lo pusiera ella, que tenía ambas manos libres. Una vez lo hizo, se la metí después de dejar caer saliva desde mi boca hasta su raja, frotándome con ella también. Con mi pulgar en su boca, ella lanzó un gemido muy sensual, pasando a cerrar los ojos para centrarse en cómo entraba.

Seguimos con la follada durante un buen rato más. Este momento fue el más largo de la noche en el que me mantuve en ese misionero durante bastantes minutos, follándola lenta y rápidamente por momentos, pero aguantando su orgasmo. Valentina estaba muy excitada y gemía al ritmo y en proporción a la estimulación que yo le provocaba. De vez en cuando ponía mis dedos en su clítoris para acariciarlo en movimientos circulares, agarrando ella las sábanas o haciendo fuerza contra el cabecero de la cama. Pero también tenía que bajar el ritmo o parar directamente por mí, porque verla así de encendida, con esas chapetas y sus tetas bailar con sendos movimientos me tenían a mil también. En los momentos que paraba, aprovechaba para besarla y retomar el roce mientras lo hacíamos, lentamente y apretando, separándome de ella.

Aunque pasamos otra vez a la postura inicial en la que ella se puso sobre mí. Me quería dar placer ella a mí y se lo propuso, con una follada bastante rápida hacia delante y atrás que yo tenía que parar para que no nos corriéramos ninguno de los dos, porque no quería que la cosa se acabara tan rápido. En una de esas ocasiones que la paré, la abracé para pegar nuestros cuerpos, notando como ella apretaba con su vagina para seguir con la estimulación, aunque no era tan fuerte como para hacernos acabar. Puse mi dedo sobre su culo una vez más y empecé a jugar con él, esta vez haciendo algo de más de presión, lo que hacía que ella lanzara gemidos más intensos y raros también. Le dije que se centrara en lo que hacía y que imaginara que le estaba follando el culo. Ella afirmó con un sonido, aunque me preguntó si eso era lo que se sentía a los pocos segundos.

Entre risas le dije que no, que era bastante diferente a lo que estaba sintiendo en ese momento. Le pregunté si quería sentirlo de verdad, alarmándose ella, aunque solo le iba a intentar meter mi dedo un poco, solo la yema. Ella se estremecía y parecía incómoda, por eso la tranquilicé diciéndole que no se preocupara, que si no quería, no lo hacíamos. Se quedó en silencio y fui yo el que retomó la follada al empezar a moverme desde abajo, siguiendo con las caricias por la zona. De nuevo, estuvimos así bastante rato, en una follada más normal por el ritmo que llevábamos, aunque llegó un punto en el que ella me dijo que podía intentarlo, pero que llevara mucho cuidado y que si me decía de parar, tenía que hacerlo. Paré en seco y me quedé mirándola fijamente, haciéndolo ella también, pero fue algo que quise intentar, por lo que le pregunté si estaba segura y ella asintió.

Así que volví a moverme para estimularla, pero cada vez iba aumentando más el ritmo para que se calentara cada vez más y llegó un punto en el que lo hizo, con grandes gemidos. Pensé que era el momento más oportuno para hacerlo y entonces fue cuando le metí un poco el dedo. Fue casi nada, muy poco, pero suficiente para que ella lo notara, apretando tanto su culo como su vagina bastante, aunque no tenía mal gesto, sino que transmitía placer por la manera en la que cerraba sus ojos y sus cejas quedaban caídas, con su boca abierta. Fue un momento muy breve, pero lo aproveché bien para meter y sacar un par de veces el dedo, aunque solo fuera un par de centímetros. Era algo tan nuevo y tan impensable con ella que me excitó demasiado, por eso me moví rápidamente para ponerla a cuatro y reventarla bien, como a ella más le gustaba y en su postura favorita.

Aquí sí que no me corté un pelo y la follé lo más rápido y duro que pude, dando fuertes embestidas que provocaban no gemidos, sino gritos de placer por su parte. Gritaba y gritaba, metiendo mi nombre por medio y diciendo que la iba a matar. Y eso era lo que quería, matarla de gusto, pero estaba demasiado excitado y le lancé un par de azotes bastante fuertes que le pusieron el culo rojo. No se quejó como esperaba que hiciera, recibiéndolo ella bastante bien, tal y como hizo con el tirón de pelo que le di para elevar su cuerpo, porque estaba con su cara de lado sobre la almohada. Pero Valentina parecía que no estaba atenta a esos azotes y a ese tirón de pelo, porque estaba disfrutando mucho. Tanto, que se acabó corriendo una vez más, con sus piernas temblando y derrumbándose sobre la cama con varios espasmos que hacían que agarrara las sábanas con fuerza.
 
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