Reencuentro con Elena

Y en lo de la boda a Javi le echa la bronca y al marido se lo folla👌👌👌
La ha sacado muy barata la Valentina esta.:bdsm1:
Porque para mí dejó de ser Valentina, ahora es "la Valentina".
Me gustaría tener enterada de todo esto a Irene.
Cuanto demoraría en llegar, nanosegundos.
Se las cantaría todas a la Valentina en plena cafetería o en su oficina, nadie juega con su Javier.
Una consulta, Elena no ha viajado a Londres no?:eek:
 
Bien, me gustó el capítulo, la cosa se puso interesante. Por el contrario, la realidad de Valentina a mí me deja más tranquilo porque las extrañas actitudes de la mujer me hacía pensar en algún problema psicológico, y de eso Javi ya tiene ejemplos tóxicos en su pasado como para sumar otro más.
Todo cobra sentido con el matrimonio de Valentina. Daniela sabría algo de esto?
La reacción de Javi no me extraña, creo que él debe pensar algo parecido a lo que dije arriba, como que ahora le cierra todas las actitudes extrañas de ella y comprueba que no es una histérica de manual (creo). Y demuestra que le importa mucho estar con ella. En ese sentido, a
mí me dejó asombrado el final: "Yo también te quiero, Valentina" :eek: ... qué tipo de sentimiento es ese? Veremos.
 
La ha sacado muy barata la Valentina esta.:bdsm1:
Porque para mí dejó de ser Valentina, ahora es "la Valentina".
Me gustaría tener enterada de todo esto a Irene.
Cuanto demoraría en llegar, nanosegundos.
Se las cantaría todas a la Valentina en plena cafetería o en su oficina, nadie juega con su Javier.
Una consulta, Elena no ha viajado a Londres no?:eek:
Eso pensaba yo. Seré la empresa donde trabajaba Elena y seria el jefe el marido de valentina? 😱😱😱
 
Javi está tan acostumbrado a mentir siempre que cuando le mienten a él se lo toma como algo sin importancia. Valentina desde el principio ha sido una persona que no le ha tratado nada bien, y ahora que sabemos el por qué es peor la razón que el maltrato.

No me entra ni un poco esta relación, no sé si porque Keranos se está centrando tanto en Valentina que nos está haciendo dejar de saber sobre el resto de cosas y personas, o porque simplemente no entiendo que haya aguantado tantas tonterías de ella aunque esté muy buena.

Si encima ahora le añadimos que está casada y que toda su apertura de miras para el sexo no ha sido por querer hacerlo sino para que Javi no se aburra de ella.

Y Javi que a casi todas las mujeres las ve como un agujero para meter la polla justo se viene a pillar de la que peor lo ha tratado siempre.
 
Capítulo 582

Fue un rato muy tierno el que vino después al quedar los dos sobre el sofá de la misma manera en la que ya estábamos, pero ahora nos dábamos más cariño en forma de besos y caricias, todo de manera más lenta que pasional, que era lo más normal en nosotros. Pero en esta ocasión no fue así, porque ella necesitaba desahogarse y aunque ya no lloraba más, sí que buscaba ese calor que proporciona el cariño de un abrazo. Aunque aún se oía su respiración algo agitada por lo que había llorado hacía unos minutos, pero la cosa ya no estaba tan mal y se llegó a serenar del todo, pero sin soltar el abrazo que me estaba dando con mucha fuerza. El problema era que se hacía tarde, por eso la cogí en brazos para llevarla a la cama para que descansara, ya que tenía que ir temprano a trabajar, al igual que yo, aunque no tanto, pero tenía en mente seguir con la rutina de gimnasio bien temprano.

Ella no se opuso ni dijo nada cuando la cogí para llevarla a la cama, dejándola allí con delicadeza, aunque me seguía mirando con ese gesto tierno de vulnerabilidad. Ni siquiera dijo nada de quitarse la ropa que llevaba para ponerse un pijama o uno de sus camiones, pero era cómoda igualmente, llevando una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones cortos y anchos. La verdad es que estaba muy sexy con aquella ropa, pero no era el momento de hacer nada. O eso era lo que yo pensaba, porque una vez la dejé sobre la cama, me agarró una mano para que me acercara a ella, agarrando después mi cara para besarme de manera tierna. Me recorrió un escalofrío bastante intenso cuando me dijo que me quería dentro de ella. Fue algo tan sentido con esa manera de decirlo que me recordó mucho a tiempos pasados y sinceramente, echaba de menos esas sensaciones, aunque no sintiera lo mismo por Valentina, que eso no quita que me encantara y le hubiera cogido mucho cariño, especialmente por esos últimos días que vivimos.

No hicieron falta más palabras para que la desnudara con delicadeza, aunque yo lo hice de manera más rápida para no hacerla esperar. Una vez estábamos ambos desnudos, nos empezamos a besar, estando los dos de lado sobre la cama, aunque en unos segundos me puse sobre ella para besar su cara, su cuello e ir bajando, aunque lo hacía de manera tranquila, con más delicadeza que pasión. Ni siquiera se lo llegué a comer pese a lo que me encantaba en general y con ella en especial por tener un coño precioso y por el detalle que tantas veces he dicho ya que me gusta. Por eso subí hasta su cara una vez le besé su pubis unas cuantas veces, me mojé los dedos para lubricar tanto su raja como mi glande y se la empecé a acariciar, pasando a meterla un poco, solo la cabeza para quedarme así unos segundos, con ambos mirándonos fijamente a la cara pese a la poca luz que había ya por la hora que era.

Esta fue la primera vez que hice el amor con Valentina, pues todos nuestros demás encuentros eran más cañeros que otra cosa, ya que a ambos nos gustaba así, en especial a ella, aunque luego acabara algo dolorida por la rudeza que me pedía que usara. Ni se podía comparar a las veces que lo hacíamos más despacio para no ser escuchados por terceros. Esta vez era lenta y sentida de verdad. Tan solo me movía dentro de ella al apretar los glúteos. Hacía tanto que no lo hacía de esa manera que era un subidón diferente el que me entraba en el momento. Y también me entró mucho calor, en especial por mi cara. La veía hermosa, con sus ojos azules brillando a pesar de que los tenía más cerrados que abiertos por estar concentrada en sus sensaciones, teniendo sus cejas caídas y su boca un poco abierta. Me encantaba tenerla así y sentirla tan intensamente, aunque es difícil de entender cómo físicamente podía estar recibiendo tanto placer al ir tan lentamente.

Fue más largo de lo que me esperaba una vez en el asunto, pues me gustó tanto desde que empezamos que pensaba que no iba a durar tanto. Y no es que estuviera todo el tiempo sintiendo el placer que se siente cuando estás al borde del orgasmo, pero se acercaba bastante. Ese misionero, ya que no hubo más posturas, duro alrededor de unos 10 minutos, con Valentina manteniendo sus piernas alzadas todo el tiempo y abrazándome con ellas en repetidas ocasiones mientras que yo me apoyaba en mis manos, aunque luego pasara a hacerlo sobre mis codos para estar más cómodo y más cerca de ella para poder besarnos con más facilidad. Valentina empezó a jadear con más intensidad y rapidez, poniendo una cara de placer increíblemente preciosa que hizo que mi orgasmo se acelerara. Era muy obvio que ella estaba teniendo el suyo con la manera que tenía de apretarme de manera interna y por cómo temblaba su cuerpo.

No hizo falta mucho más para que yo empezara a descargar dentro de ella, especialmente cuando me besó el cuello al abrazarme con mucha fuerza. Ahora sí que me encantaba que me hiciera aquello. La llené bastante pese a lo que descargué la noche anterior con ella en esa misma cama, lanzando algunos gemidos lastimeros en esta ocasión, aunque no podía estar mejor acabando de esa manera. Me quedé unos segundos sobre ella, con la intención de moverme después para dejarla descansar y recuperarse mejor, pero fue ella misma la que apretó más su abrazo para no dejarme escapar. Aunque al final me soltó cuando le dije que íbamos a manchar las sábanas al derramarse todo lo que había echado dentro de ella. Así que Valentina se tapó con la mano para no hacerlo mientas que yo fui al baño a por papel y a por toallitas para limpiarnos bien. Yo lo hice allí mismo rápidamente para volver con ella enseguida, empezando a hacerlo con ella mientras me miraba con un gesto muy ñoño.

-No sabía que eras tan cariñosa cuando... -dije riéndome ligeramente.
-Puedo ser muchas cosas cuando llega el momento -decía casi susurrando y de manera muy dulce.
-Hacía muchísimo que no lo hacía así.
-Y yo. Ya lo sabes. Lo sabes todo sobre mí ahora.
-Eso parece.
-¿De verdad que no estás enfadado?
-¿Me ves cara de estarlo?
-No.
-¿Crees que habría hecho contigo lo que acabo de hacer si lo estuviera?
-Tampoco.
-Pues ahí tienes la respuesta. Y es totalmente verdad. Si no lo fuera no podría haber hecho esto -dije acariciando uno de sus muslos estando ya sentado en la cama de nuevo.
-Me ha encantado -susurró.
-Y a mí. Ha sido muy especial.
-Sí. Ya no recordaba lo que era hacerlo así. Ya sabes cómo me gusta...
-Ya, jajaja. Mira el lado bueno, mañana no te dolerá.
-Jejejeje. Eso es verdad.
-Necesito beber agua, ahora vengo. ¿Te traigo?
-¿Te quedarás a dormir?
-No tenía intención de irme -dije sonriendo.

Valentina puso una sonrisa muy grande en su cara. Se le iluminó. Tan contenta se puso que se incorporó para darme un beso muy tierno y lento, poniendo una de sus manos en mi cara para acariciarla. Así que me puse los boxers y fui a la cocina a por algo de agua, agarrando una de las botellas de cristal que tenía en la nevera. Mientras bebía me dio por pensar que a lo mejor en una de estas su marido se podía presentar por casa mientras nosotros estábamos en una situación como esa en la que estábamos en ese mismo momento. ¿Cómo reaccionaría si entrara y me viera en calzoncillos en su cocina? Me podía hacer una idea de que no le haría nada de gracia, pero con lo que estaba haciendo tampoco pensaba que se le fuera a caer el mundo encima, porque era muy evidente que pasaba de Valentina, cosa que no entendía por lo increíble que era esa mujer.

Al volver me la encontré de lado, viendo que estaba con los ojos abiertos y poniendo una sonrisa de nuevo cuando me vio aparecer. Ya estaba con la camiseta de tirantes que llevaba y sus braguitas. Después de que bebiera agua me tumbé a su lado y ella se echó sobre mí. De nuevo, volvieron las caricias con ella haciéndolo por mi pecho mientras que yo lo hacía por su brazo y espalda. También me daba pequeños besos por la zona y lanzaba algún suspiro, permaneciendo en silencio durante bastante rato hasta que lo rompió.

-No sabes lo importante que es que estemos así ahora.
-¿A qué te refieres?
-A que hayas reaccionado así a todo lo que te he contado y que hayamos acabado así. Muchas gracias por todo.
-No me des las gracias. Es lo mínimo que podía hacer.
-Cualquiera se habría ido al descubrir todas esas mentiras.
-No ha sido para tanto.
-¿Cómo que no...?
-No hace falta que hablemos ahora mismo de esto. ¿Por qué no lo dejamos para mañana? Es tarde ya y no quiero que se rompa el momento tan bonito que hemos tenido. Que no es que se vaya a romper al hablarlo, pero quiero dejarlo así.
-¿Pero está todo bien?
-Está perfecto. Lo único que quiero es que estés bien y que estés contenta.
-Y lo estoy.
-Pues fantástico. Yo lo estoy si tú lo estás.
-Qué bien. No esperaba que fuera a pasar esto.
-¿No?
-No. Pensaba que ibas a salir corriendo y que no te iba a ver más.
-Pues ya ves que no ha sido así.
-Si llego a saber que te lo ibas a tomar así, te lo hubiera contado antes. ¿Quién me iba a decir que íbamos a estar así de abrazaditos ahora mismo? Estoy encantada.
-Me alegro. Mmm, deberíamos dormir. Mañana tenemos que madrugar y es tarde.
-Lo único que me apetece mañana es que estemos todo el día juntos.
-Y a mí. Pero tenemos que trabajar. Y empezamos temprano, sobre todo tú. Pero podemos comer juntos si quieres.
-Sí. Me gustaría mucho. ¿Lo hacemos en tu casa? Nos pilla más cerca para luego volver al trabajo. Ya sabes... Por si...
-Claro, jajajaja.
-Pues sobre la 1 me paso por tu casa y así preparamos algo para comer entre los dos.
-Genial.
-Buenas noches. Que descanses -dijo dándome un pico.
-Y tú también.

Valentina echó de nuevo su cabeza sobre mi hombro y me abrazó con fuerza para caer dormida relativamente rápido, aunque a mí me costó, nada nuevo. Esos momentos que estuve despierto me permitieron pensar todo lo que había pasado. Sin duda, haber ocultado todo eso era algo grave, pero por sorpresa, no me lo tomé mal en absoluto. Era algo como que no asimilaba al imaginarme a Valentina desde el primer momento como una mujer solitaria e independiente. También es verdad que me extrañaba mucho que no tuviera nada cuando la conocí, ni una relación ni nada, porque era una mujer demasiado atractiva como para estar sola. Yo tampoco esperaba acabar así la noche, porque estaba decepcionado con ella, pero ese sentimiento se desvaneció una vez la vi tan vulnerable. Pasé de decepción a preocupación cuando la vi sentarse así en su sofá para echar luego la cabeza hacia atrás con sus ojos cerrados.

No terminaba de entender lo bien que me lo había tomado todo, pero sospechaba que era por la estima que le tenía, sintiéndome mal cuando la vi empezar a llorar desconsoladamente. Era algo muy duro por lo que había pasado. Que tu pareja de tantos años y de la que sigues enamorado, como Valentina me dijo, deje de sentir cosas por ti hasta tal punto de empezar otra relación tiene que ser algo realmente duro y que no me podía imaginar cómo tenía que ser pasar ese duelo. Yo estuve meses muerto por dentro cuando mi relación de 8 meses se terminó. No sabía que sería de mí si una relación de 15 años en la que estaba se acababa así. Lo que me salió fue ponerme en plan protector con ella y darle lo que necesitaba: cariño. Y sentía que este momento había sido el más importante que habíamos compartido y que marcaría un antes y un después en nosotros, porque según me dijo, era el único que sabía toda esa historia y eso se me hacía muy especial, porque me demostraba que tenía confianza plena en mí.
 
Saludos a todos:
Para contextualizar un poco el asunto, tendríamos que tener en cuenta que la relación entre Javier y Valentina, apenas hace unas semanas que existe.
Keranos nos cuenta todo con tal riqueza de detalles, que pareciera que llevan cinco años juntos.
Por lo tanto, la prevención de Valentina a contar a Javier todos los detalles de su vida, tiene mucho más sentido dado el corto recorrido de su relación.
 
Capítulo 583

El despertar al día siguiente fue uno de los más dulces que recuerdo de la época. Abrazaba a Valentina desde atrás y ella tenía uno de mis brazos atrapado con los suyos, entrelazando los dedos de una de sus manos con los de la mía. Era un conjunto de cosas: lo cómoda que era la cama, lo ocurrido la noche anterior, lo bien que olía, lo que me atraía y me gustaba aquella mujer... Era fantástico haber descubierto a Valentina de esa forma, con esa manera de ser tan dulce cuando estábamos en el momento cariñoso la noche anterior y sobre todo por abrirse a mí de la manera que lo hizo. Miré su despertador y marcaba una hora muy temprana aún, cosa que nos venía perfecto para no ir con prisas y la verdad es que me apetecía mucho en ese momento, sobre todo teniendo la típica erección matutina. Por eso me empecé a frotar con ella, en especial por la zona baja, aprovechando también para meter la otra mano por dentro de su camiseta para tocarle las tetas, aunque me resultaba imposible por tener que pasarla también por debajo de su cuerpo.

Pero ella ayudó a que pudiera llegar a esa zona al despertar y soltar mi mano para desperezarse. Ahí aproveché para llegar a donde quería, agarrando uno de sus pechos con toda mi mano para apretarlo un poco a la vez que me seguía frotando en la zona más baja. Valentina reía de manera encantadora, dándome los buenos días sin llegar a cambiar de postura, respondiéndole yo de la misma manera, aunque susurrando en su oído y pasando a besar su cuello. Y se empezó a calentar con todo lo que le estaba haciendo, pasando a murmurar de manera sensual. No perdí mucho tiempo más para ir más allá, quitándole tanto la camiseta que llevaba como sus braguitas, aunque sin cambiarla de postura. También me quité mis calzoncillos, aprovechando ella para agarrármela con la mano para moverla ligeramente. Yo jugaba con sus tetas, aunque me humedecí los dedos para llevarlos hasta su raja y empezar a masturbarla.

Fue un polvo rápido, pero muy intenso y satisfactorio. Ni siquiera nos llegamos a mirar a los ojos por mantener la postura que teníamos. Tan solo ella se agarró una nalga para abrir su sexo, metiéndosela yo del tirón. De primeras me quedé quieto para notarla bien, con ella apretando, empezando a estimularnos mutuamente, pero no tardé en empezar a moverme. Primero lento, pero cogiendo ritmo rápidamente. Tan solo se oían nuestros jadeos y Valentina volvió a agarrar una de mis manos para entrelazar nuestros dedos de nuevo. En menos de 5 minutos ya me estaba corriendo dentro de ella entre jadeos entrecortados, provocando también su orgasmo, con ella lanzando tímidos y pequeños gemidos mientras se encogía y le temblaban las piernas. Pese a ser algo rapidito y poco movido, nos quedamos quietos y sofocados, aunque bien abrazados para recuperar el aliento.

Tras eso y algún que otro mimito en forma de besos y caricias, nos levantamos para darnos una ducha en el baño. Fue un momento en el que estuvimos en silencio, aunque su sonrisa no desaparecía en ningún momento y yo estaba encantado. Una vez acabamos, me vestí e hicimos la cama, empezando a vestirse ella mientras yo me quedaba sentado en un sillón que tenía allí, mirándola. Qué espectáculo era ver a estar mujer vestirse con lo buena que estaba y con la manera tan sexy que tenía de hacerlo todo. Hasta se me llegó a poner dura de nuevo, con ella riendo al darse cuenta, pero no llegamos a hacer nada más. Lo único que hicimos fue ir hasta la cocina para desayunar algo, porque me comentó que tenía que ir temprano al trabajo como consecuencia del trato alcanzado la semana anterior. Aún quedaban cosas por hacer y flecos que cerrar, así que debía ir más temprano para ponerse cuanto antes. Pero seguía en pie aquello de comer juntos en mi casa, así que no había problema.

Cuando acabamos, nos despedimos con un buen abrazo, con ella supercariñosa y dándome las gracias por cómo me había tomado todo. Luego nos dimos un beso en los labios, húmedo, pero sin lengua y me marché, porque yo también tenía que ir a casa para cambiarme de ropa y coger algunas cosas que necesitaba. No pude pararme mucho a pensar en el momento todo lo pasado las últimas horas en realidad, cosa que empecé a hacer en la academia, sobre todo en los momentos en los que les ponía a mis alumnos los listening. Me asaltaban muchas preguntas en esos momentos en los que me evadía en mis pensamientos. Veía que lo que teníamos Valentina y yo había dado un paso muy grande y eso me hacía preguntarme si éramos algo más. También se me venía a la cabeza qué haría ella con su marido y con la situación que tenía en general, aunque creía que era muy obvio lo que tenía que hacer, pero era ella la que tenía que pasar por eso y no yo y siempre es más fácil ver cómo hay que hacer las cosas desde fuera que estando en esa situación.

En cuanto acabé de trabajar fui a casa con muchas ganas de verme con ella de nuevo, porque una cosa no quitaba la otra, aunque tenía en mente aclarar alguna de esas dudas. Y justo cuando encaré mi calle, la veía bajando con un par de bolsas, por lo que le silbé pese a que no había nadie en la calle y podría hacerla llamado. Ella se giró y puso una sonrisa enorme en su cara, esperándome hasta que llegué a su altura y animándose a darme un beso, algo que me dejó bastante perplejo por seguir en plena calle, en nuestra ciudad. Que sí, que mi calle era muy tranquila y era raro ver a alguien pasar, sobre todo a esa hora, pero ese cambio era tan notable como llamativo. Entramos en casa y ahí sí que se me lanzó para darme un buen beso, poniendo sus manos en mi cuello, pasando a darme un abrazo después. Eran momentos en los que se me olvidaban esas dudas, pero tenía que resolverlas, por eso intenté hacerlo cuando nos fuimos a la cocina para empezar a preparar la comida entre los dos.

-Oye, Valentina...
-Dime -dijo mientras no quitaba ojo de lo que estaba preparando.
-Mmm... El tema de tu marido...
-¿Qué pasa?
-Es que tengo alguna duda.
-Creía que todo estaba bien.
-Y lo está. ¿No ves lo contento que estoy de que estés aquí conmigo? -dije abrazándola, pasando mis brazos por sus caderas para darle un beso.
-Jejeje. Sí, lo veo.
-Es solo que... ¿Cómo es que no has hecho nada? Quiero decir... Con lo firme y estricta que eres, ¿por qué no lo has hablado con él y no le has plantado el divorcio aún?
-Ah, eso...

Valentina pasó a quedarse en silencio, volviendo a lo que estaba antes sin terminar de responderme.

-Em... A ver, entiendo que aún sientes cosas por él. Imagino que es difícil dejar de hacerlo después de tantos años. Supongo que es por eso por lo que no has hecho nada aún.
-¿Eso crees?
-Es lo que me imagino.
-¿Y no te molesta que siga sintiendo cosas por él?
-Mmm, no sé. Supongo.
-¿Supones?
-Esto es bastante nuevo para mí. Nunca me había metido en una relación y...
-Una relación muerta -dijo interrumpiéndome.
-Ya, bueno. Pero me he metido. Si no estuviera rota no hubieras dejado que nos hubiéramos conocido. Ni siquiera te hubiera visto en el pub aquella noche.
-Pero nos hubiéramos seguido viendo en la cafetería.
-Imagino.
-¿No hubieras intentado nada?
-No lo sé. A ver, los primeros días me fijé bien en ti y nunca vi ninguna alianza, por lo que supuse que estabas soltera, aunque me extrañaba que alguien como tú no estuviera con alguien.
-Nunca he llevado anillos. No me gusta. Me molesta demasiado y se me llega a irritar la zona mucho.
-Am. Pues estuve pensando cómo hacer para entrarte durante unos días, pero al final todo vino solo.
-Contéstame. Si no me hubieras visto en el pub, ¿hubieras intentado conocerme?
-Sí. Está claro que sí. Algo se me habría ocurrido.
-Bien. Y no, no es por eso por lo que no he hecho nada aún.
-Ah, ¿no?
-Bueno... Donde hubo fuego, quedan rescoldos, ¿no? Pero lo que más me echaba para atrás era la idea de quedarme sola. Aunque ya lo estaba. Qué tontería, ¿no?
-Bueno...
-No quería quedarme sola, porque ya tengo una edad y creo que es más complicado conocer a alguien. Alguien decente, claro. Y no me apetecía ser tampoco la comidilla de la gente de mi alrededor. Una vez hecho, seguro que me habría encerrado en mí misma. Más aún de lo que lo estaba y me hubiera costado mucho dar el paso de conocer a alguien más. Contigo ha sido todo muy natural.
-Ya veo.
-Es un poco difícil de explicar -dijo tras unos segundos-. De primeras pensé que mi marido estaba en una fase. Pensaba que se vería unas cuantas veces con su amante y que se cansaría rápido y volvería conmigo. Pero me equivoqué una vez más.
-¿Eso pensabas?
-Ajá.
-Entiendo que si pensabas eso era porque tenías en mente perdonarle, ¿no?
-Bueno... -decía algo pensativa.
-No te veo muy convencida ahora.
-Depende de varias cosas.
-¿Me explicas? -pregunté volviendo a lo mío.
-Para perdonarlo tendría que haberlo visto arrepentido de verdad, que se alejara de ella para siempre y que valorara lo que tiene en casa. Y me lo tendría que haber contado él, obviamente. Así, sí lo habría perdonado, pero como ves, nada de eso ha pasado. Ni pasará.
-No lo entiendo.
-¿Qué no entiendes?
-No, no le entiendo a él.
-Ah... La verdad es que la chica era una monada.
-Dudo muchísimo que sea más guapa y que esté más buena que tú.
-Pues él opina así. Está claro.
-Ya. Por eso no lo entiendo.

Nos quedamos unos momentos en silencio, siguiendo cada uno con lo que hacíamos hasta que Valentina rompió el silencio.

-No te preocupes por...
-¿Por...?
-No pienso volver a acostarme con él. Fue un momento de debilidad que...
-No pasa nada. Ya sabes lo que pienso del tema. Además, no éramos nada. ¿No?
-¿Y ahora?

Me quedé mirándola fijamente y ella hizo lo mismo conmigo. Fue algo tenso, porque ambos sabíamos lo que había en este tema, aunque era obvio lo que ella quería oír.

-¿Qué piensas tú? -le pregunté pese a saber de sobra la respuesta.
-Javi, te has convertido en una persona muy importante para mí. Es gracioso, porque en muchos momentos nos hemos llevado como el perro y el gato, pero si después de lo que hemos discutido seguimos así, es buena señal. Quiero decir... Bueno, que eso, que te has convertido en alguien con quien puedo hablar tranquilamente de lo que sea, aunque me ha costado mucho hacerlo de manera más profunda, pero lo he acabado haciendo. Nadie más sabe lo de mi marido. Al menos por mi parte. Me lo paso muy bien contigo. Puedo... Puedo ser yo. Me gustas mucho.
-Joder...
-No piensas igual -dijo con disgusto.
-¿Qué?
-Que solo quieres sexo conmigo, ¿no? Si ya me hice a la idea cuando te conocí, pero te he ido cogiendo cariño. Y sinceramente, has tenido unos detalles varias veces que me han traído muy buenos recuerdos, aunque también tienes tus momentos con tus bromitas, pero me gustan también, como la de la cajita que me diste el sábado y que resultó ser aquello... He empezado a sentir cosas por ti. Cosas fuertes. Hala, ya lo he dicho. Pero se ve que tú no piensas igual, así que creo que mejor paramos esto mientras estemos a tiempo.
-No, no. No corras tanto.
-¿Entonces? ¿Qué es lo que pasa?
-Pasa que yo tenía las cosas muy claras y has llegado tú y... Joder, me has roto todos los esquemas. No te voy a engañar. Lo que quería al verte todos esos días era acabar contigo en la cama. Jamás imaginaba que podrías dar lugar a esto en mí.
-¿A qué he dado lugar? -dijo cambiando su cara, pasando a una que empezaba a irradiar alegría.
-Yo también... Joder, no recordaba que esto diera tanto corte... Me gusta mucho estar contigo. Se me pasa el tiempo volando y disfruto mucho de tu compañía tanto dentro como fuera de la cama, sobre todo ahora que te has abierto tanto, pero no de manera...
-Ya, ya, jejeje.
-Pues eso, que no te dije el sábado que te quiero por decir.
-Yo lo hice porque lo sentía de verdad.
-Ya. Y yo.
-Entonces... -dijo acercándose a mí.
-¿Qué pasa?
-¿Crees que podríamos... Intentarlo?
-Em... Claro.
-Jejejeje. Qué mono te pones cuando estás nervioso -dijo pasando sus brazos por mi cuello para abrazarse a mí, pasando a besarme.
-Pero... -dije al despegarnos.
-¿Qué ocurre?
-Tú sigues casada.
-Ya. Eh... Sí. Tengo que solucionar eso. Pero es que no quiero pasar por eso ahora. No quiero que nuestros primeros días se vean empañados por ese hecho, porque va a ser algo que me venga a la cabeza y ya no quiero verlo más. Ahora quiero esto -decía agarrando mi cara para mirarme fijamente y darme un pequeño beso.
-¿Y cómo lo vas a hacer?
-No quiero hablar con él más. Y mucho menos de todo lo que ha pasado. No necesito que me cuente que se ha aburrido de mí y que ha conocido mejor a esa persona y que empezó a sentir cosas. Por eso he estado pensando en que mi abogado le haga llegar el divorcio. También he pensado escribirle una carta diciéndole que lo sé todo y con ella mandarle el divorcio.
-Tal vez deberías hablar con él cara a cara.
-Ni hablar. Bastante daño me ha hecho ya.
-Bueno, es algo que tienes que decidir tú. Pero, ¿y si se entera de lo nuestro?
-Ya me da igual que se entere.
-¿Y si nos ve juntos en tu casa? También es la suya.
-Javi, ha estado meses sin aparecer por casa. ¿Por qué iba a hacerlo ahora?
-A lo mejor le da un pronto y viene al enterarse de lo que pasa.
-¿Tienes dudas?
-No. Pero tampoco podemos dejar pasar por alto estos detalles. Son cosas que...
-Ya. Te entiendo, pero no te preocupes. Todo se solucionará.

Comimos tranquilamente pasando a hablar de otros temas, aunque yo estaba todo el tiempo pensando en toda esa conversación y en lo que había desembocado. Volvía a estar en una relación después varios meses y después de pensar que yo no estaba hecho para eso, que debía mantenerme alejado de cualquier chica que se acercara a mí de por más para evitar hacer y sufrir el daño tan horrible que tuvo lugar en su día cuando todo terminó. Pero no podía evitar dejar de verme con ella. La atracción que ejercía sobre mí era tan grande que cada vez tenía más ganas de irme a la cama con ella y así, muy poco a poco, se fueron estableciendo esos vínculos que tanto evitaba para no acabar precisamente así. Pero ya no había marcha atrás. Volvía a tener novia y su nombre era Valentina.
 
Bueno, al final terminó pasando. Es que Valentina, a pesar de su madurez para ciertos aspectos de la vida, no lo es tanto en cuanto a las relaciones, se comporta igual que Javi: no va a hablar con su esposo, simplemente le manda un abogado y listo, muy fácil, no?
Ella piensa que si habla con él, le va a dar las justificaciones del por qué se fué con otra y que ya no la quiere....y si no es así? Y si el tío viene arrodillado suplicando clemencia y perdón? Si viene con el cuento de que sigue siendo el amor de su vida y bla bla bla, toda esa chorrera de arrepentido que tantas veces hemos leído por estos foros?
Se me hace que el proceso de separación va a ser muy duro, no creo que el esposo se quede tan tranquilo en relación a la empresa y sus bienes, más aún si logra reunir pruebas de su infidelidad con Javi, a ver cómo lo resiste la nueva pareja.
Mientras tanto: enhorabuena!!!!
 
Bueno, al final terminó pasando. Es que Valentina, a pesar de su madurez para ciertos aspectos de la vida, no lo es tanto en cuanto a las relaciones, se comporta igual que Javi: no va a hablar con su esposo, simplemente le manda un abogado y listo, muy fácil, no?
Ella piensa que si habla con él, le va a dar las justificaciones del por qué se fué con otra y que ya no la quiere....y si no es así? Y si el tío viene arrodillado suplicando clemencia y perdón? Si viene con el cuento de que sigue siendo el amor de su vida y bla bla bla, toda esa chorrera de arrepentido que tantas veces hemos leído por estos foros?
Se me hace que el proceso de separación va a ser muy duro, no creo que el esposo se quede tan tranquilo en relación a la empresa y sus bienes, más aún si logra reunir pruebas de su infidelidad con Javi, a ver cómo lo resiste la nueva pareja.
Mientras tanto: enhorabuena!!!!
Hombre, si hablamos de infidelidades, el no es precisamente el más indicado cuando tiene un amante.
 
Bueno, al final terminó pasando. Es que Valentina, a pesar de su madurez para ciertos aspectos de la vida, no lo es tanto en cuanto a las relaciones, se comporta igual que Javi: no va a hablar con su esposo, simplemente le manda un abogado y listo, muy fácil, no?
Ella piensa que si habla con él, le va a dar las justificaciones del por qué se fué con otra y que ya no la quiere....y si no es así? Y si el tío viene arrodillado suplicando clemencia y perdón? Si viene con el cuento de que sigue siendo el amor de su vida y bla bla bla, toda esa chorrera de arrepentido que tantas veces hemos leído por estos foros?
Se me hace que el proceso de separación va a ser muy duro, no creo que el esposo se quede tan tranquilo en relación a la empresa y sus bienes, más aún si logra reunir pruebas de su infidelidad con Javi, a ver cómo lo resiste la nueva pareja.
Mientras tanto: enhorabuena!!!!

Valentina ya tiene pruebas de la infidelidad de su marido, suficientes para pedir el divorcio y que él no se suba a la parra con las exigencias.
No estaría mal que el marido los pillara en casa y vea quien empotra ahora a su ex, un mozalbete grandote, fortachón, barbudo y con los brazotes tatuados.
 
Hombre, si hablamos de infidelidades, el no es precisamente el más indicado cuando tiene un amante.
Según lo relatado por Keranos, Javier jamás ha sido infiel, parece sorprendente, pero así es.
A ninguna pareja le fue infiel, siendo con Elena la única relación formal que ha tenido. Hasta ahora.
 
Una verdadera redención sexual está ocurriendo con (la) Valentina.

Ha sido un acelerado cambio en su comportamiento con Javier, hasta ahora muy positivo, igual le aconsejaría a él seguir durmiendo con un ojo abierto.

Partió con el pié izquierdo en esta relación, ahora formalmente de novios, es de esperarse que cambie pronto el paso.

Antes la consideré ideal para Javier, una muy positiva influencia, para su vida, para ser un adulto más responsable consigo mismo, que exteriorice mejor lo que siente y piensa.

Ahora ya no me parece tan claro, encuentro que surgieron muchos peros, aún así le daré crédito a su ascendente cariño por Javier.

Ya de novios surgirán situaciones que los probarán, tanto en su fortaleza como compromiso en la relación. En público, ante amistades de ambos lados, y sobretodo los amigos más íntimos de Javier.
 
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