Reencuentro con Elena

"...para asegurarme que no lo estaba engañando conmigo, porque no tenía nada con él más allá de un tonteo como el que teníamos nosotros..."
Esta frase deja meridianamente claro que para Ángela, Finn y Javier están al mismo nivel de follamigos, el tonteo es con ambos.:banana1:

Lo que no sería un problema, si no fuera por las expectativas que en forma exponencial parecen ir creciendo en Javier.

Muestran una elevada atracción y conexión sexual, pero creo notar en Javier un poco más de compromiso emocional. Cosa rara. :rolleyes:

Pensaba callarlo, y no puedo...:oops:

Es una sensación que más bien es una sospecha, "la noche de chicas". También dudan o soy el único de mente podrida??? :salido1:

Lo que comienza como una comida con Finn, cuyo motivo no es claro, pasa a una ineludible cena con amigas, y termina en una inesperada noche de chicas.

Muy conveniente sucede todo durante la tarde y noche antes de viajar Ángela a Manchester, donde pasará días sin verse con Finn. :unsure:

Insisto, Ángela apareció y en pocos días borró a Valentina, ni imaginar hasta dónde desordenará el corazón y mente de Javier. :dancer1:
Efectivamente :
Parece que Javi va a recibir una buena dosis de su propia medicina.
Probablemente, Ángela no haya querido decirle que pasaría la noche con Finn, sin saber cómo iba a reaccionar Javier.
Nuestro héroe está acostumbrado a manejar los tiempos y las sensaciones en su relación con las chicas.
En esta ocasión creo que es Ángela la que está al mando.
 
Capítulo 641

Lamentablemente no pudimos hacer mucho una vez aterrizamos después de casi 3 horas de vuelo que a mí se me hicieron bastante llevaderas al estar tan distraído. Era tarde para el horario en el que se movían en esa ciudad y todo estaba bastante cerrado. Teníamos que ir al hotel aún para arreglarlo todo pese a estar ya registrados al encargarme yo, pero había que terminar de dejarlo todo listo y la verdad es que después del madrugón, día de trabajo y el vuelo, estábamos cansados. Nos costó encontrar un sitio decente que no fuera de comida rápida en el que poder cenar, dando con uno que más o menos nos dejó satisfechos, pero es que la hora era muy mala para encontrar algo mejor. Ángela se había estudiado bien qué teníamos que visitar para el escaso tiempo que teníamos, aunque también era muy comprensiva al haberle contado yo que no tenía muy claro cuando iba a acabar de jugar. Pero nos íbamos el domingo por la noche, así que, a las muy malas, teníamos casi todo ese día para movernos y ver lo que pudiéramos de la ciudad.

En cuanto acabamos de cenar, nos fuimos al hotel y ya nos quedamos allí, dándonos una ducha rápida para poder descansar mejor. Ya estando echados sobre la cama, Ángela me dio las gracias por haberla invitado a ese miniplan. Parecía haberle hecho bastante ilusión por la sonrisa tan grande que tenía mientras me lo decía. Le molestaba un poco que yo hubiera comprado los dos billetes, pero es que llevaban comprados ya varias semanas. Le dije que así estábamos en paz por haberme invitado ella a su casa de Ibiza para el fin de semana que pasamos hacia justo una semana. A la pobre se le cerraban los ojos y se notaba que quería descansar, así que nos fuimos a dormir, pero para mi sorpresa, me empezó a acariciar un poco el pecho, bajando a mi vientre y luego subiendo para repetir unas cuantas veces el proceso. Yo sonreía en la oscuridad de la habitación al verla tan cariñosa y ella se pegó un poco más a mí para acabar echando mano a mi polla, la cual estaba ya bastante hinchada.

Ángela rio, diciéndome que cómo podía estar ya así. Le respondí que era muy fácil al tener al lado un pibón como ella con ese pijamita de verano que dejaba su ombligo al aire y sus nalgas casi que también. Ella volvía a reír y se montó sobre mi cuerpo para darme algunos besos. Le pregunté si ya se le había ido el sueño y ella me dijo que tenía, pero que ahora le apetecía jugar un poco después de llevar desde el jueves por la mañana sin hacer nada con ese polvete exprés que echamos. Los besos se volvieron algo más empalagosos, aunque se incorporó rápidamente para quitarse su camiseta de tirantes y dejarla a un lado. Rápidamente encendí la luz de la mesita, para poder vernos bien y la encontré con una cara preciosa, sonriendo y con sus ojos entornados, con excitación en su rostro. No pude evitar echar mano a sus tetas para apretarlas, haciendo lo mismo con sus pezones, resoplando ella con fuerza y lanzándose a mí para comerme la boca con ansia.

Me dijo que era un cabrón por hacerle eso, porque sabía de sobra cómo de sensible tenía la zona y por cómo se ponía, aunque lo hacía riendo. Y tanto que si estaba encendida, porque me arrancó los boxers para tirarlos donde pilló, haciendo lo mismo con sus pantalones y su tanga. Se mojó los dedos al llevárselos a la boca para luego dirigirlos a su rajita y humedecerla, poniéndose sobre mi polla para ir hincándosela poco a poco hasta que llegó hasta el final, lanzando un gemido muy sensual. El polvo del jueves fue rápido, pero este lo fue aún más, porque ella se calentó de manera increíble y yo también lo hice al verla así. Me montó con rapidez, haciéndolo como más me gustaba a mí. Ambos gemíamos, estado yo sorprendido por el papel tan activo que tenía ella. Y de repente se desplomó sobre mí, empezando a tener su orgasmo, aunque a mí me faltaba un poco, pero ella lo remedió al besar mi cuello.

Fue instantáneo. Me empecé a correr dentro de ella levantando mis caderas para hincársela lo más profundo que podía tras 5 segundos de besos en esa zona. Me recorrió un escalofrío muy fuerte por todo el cuerpo, el cual se concentró en mis huevos, saliendo por mi polla hasta el interior de su coño para llenárselo bien. La abracé con fuerza, notando cómo ella temblaba de manera salvaje, llegando a hincarme las uñas por donde las dejaba caer y mordiendo mi hombro, cayendo su saliva sobre él una vez nos empezamos a calmar y solo se oían nuestras respiraciones muy aceleradas. Lo mejor es que no hacia tanto calor como noté al bajar del avión y encontrar una temperatura 15 grados por debajo de la que teníamos aquí fácilmente. Por eso no me moví de la cama, quedándome muy relajado, porque apenas sudé. Pero ella sí que fue al baño rápidamente para lavarse, volviendo conmigo para echarse sobre la cama, apagando la luz de la mesita para poder dormir de una vez, cosa que hicimos completamente desnudos.

El sábado me desperté muy temprano como quería hacer, pero es que ni le dio tiempo a la alarma a dispararse. El torneo empezaba muy temprano y necesitaba prepárame con una ducha y demás. Ángela dormía muy profundamente, estando muy mona al poner un poco de morritos mientras estaba tapada hasta la barbilla. Allí las noches no eran calurosas como las de aquí y de hecho daba algo de frío, pero se solucionaba bastante bien con una sábana o arrimándose a la otra persona. Traté de hacer el menor ruido posible para no despertarla, porque me daba pena que estuviera en pie tan temprano cuando podía descansar un poco más todavía. Y lo conseguí, porque cuando lo tenía todo listo, ella seguía durmiendo a pierna suelta. Aproveché que había un blog y un bolígrafo en la mesa de la habitación para dejarle una nota en la que le decía que me avisara cuando se levantara y que me contara qué iba a hacer hasta que nos viéramos. Porque habíamos quedado en eso, en que ella se daría una vuelta hasta que yo acabara, cosa que no sabíamos cuándo se iba a dar.

Antes de ir paré a desayunar para ir con fuerzas, porque tampoco tenía ni idea de cuando se pararía para almorzar o algo, si es que lo hacíamos. Iba muy bien de tiempo en realidad y desayuné tranquilamente en una cafetería cercana al local en el que tenía lugar el campeonato. Mientras lo hacía, me dio el casi arrebato de no presentarme para no dejar tirada a Ángela sola por la ciudad durante bastante tiempo potencialmente. Y fue algo que hablamos de camino, en el vuelo. Le dije que no me parecía justo dejarla sola cuando era un plan para los dos, pero ella se puso firme diciendo que no le importaba y no tenía derecho a reprocharme nada cuando la había invitado. Y también le daba pena que no me presentara cuando había hecho méritos para estar allí. Por eso acabé yendo, porque en parte también era una experiencia un tanto única al no saber yo si se me daría una oportunidad similar en el futuro teniendo en cuenta que no jugaba tanto como tenía en mente por diferentes motivos.

El ambiente era muy diferente en comparación al de la tienda donde yo solía jugar, donde había muy buen rollo y casi todos nos conocíamos. En aquel lugar era muy diferente, porque se notaba mucho que era una competición seria. Y yo lo entendía, pero por momentos me sentía incómodo y hasta agobiado por la cantidad de gente que había, bastante más grande que la del torneo que gané para estar allí. Y fue en cierto modo un alivio perder las dos primeras rondas para dejarme libre y poder marcharme sin sentirme luego culpable por no haberlo intentado. Intenté hacerlo lo mejor posible, pero la falta de práctica y no conocer varias cartas de otros mazos con los que me enfrentaba pasaba factura. Además, el nivel era bastante alto. Que ya lo era de por sí en la tienda donde solía jugar, pero aquí se notaba algo más y no pasaban ni una, llamando a los jueces que se encargan de resolver dudas o penalizar infracciones. Con la tontería más mínima ya los llamaban para tratar de buscar algo de ventaja y eso era algo que me tocaba mucho la moral por muy competitivo que fuera el entorno.

No eran ni las 10 de la mañana y ya estaba fuera, porque con ese resultado no tenía prácticamente posibilidades de meterme entre los ocho primeros para continuar y poder así ganar. Si estaba hasta contento en realidad por poder irme con mi amiga a hacer turismo por la ciudad, aunque yo no fuera mucho de hacer eso. La pillé en la ducha y de hecho, no se enteró de que estaba allí hasta que salió para vestirse, pillándola yo complemente desnuda y dándole un susto que a mí me llegó a hacer gracia por su reacción. Me preguntó que hacía ya allí y le expliqué que me habían dado una buena paliza, quedándose ella medio pillada. Le respondí que son cosas que pasan, aunque ella me preguntó si lo hice para no dejarla sola, como hablamos el día anterior. Le prometí que no había sido así y hasta le llegué a enseñar lo que me daban por tan solo participar, quedando ella conforme.

Así que salimos del hotel para empezar a ver la ciudad. Ángela era la que tenía el planning de qué ver y cómo hacerlo por las distancias, aunque con lo rápido que acabé tenía dudas, porque ahora nos daba tiempo de ver más cosas. Le pregunté cuál era su plan inicial, contándome ella que se daría un paseo por donde estuvieran concentrados los comercios por si veía algo que le gustara. Le propuse hacer eso precisamente para hacer tiempo en lo que pensábamos cuál sería nuestro siguiente movimiento, porque además, teníamos gran parte del siguiente día. A ella le pareció bien y nos pusimos en camino para ir a dónde ella tenía pensado ir, unos jardines con una fuente con varios chorros. Allí había de todo, desde arte callejero en múltiples formas, hasta varias tiendas de todo lo que pudieras imaginar, donde abundaban las de ropa, pasando por muchos puestos de diferente comida repartidos por la zona, cosa que nos vino bien para que ella pudiera desayunar, aunque yo también acabé probando algunas cosas.

Una vez ella se sació de mirar tiendas, nos pusimos a pasear, marcando ella la dirección al haber estudiado bien el itinerario. Acabamos yendo al ayuntamiento de la ciudad para poder verlo, porque era bastante imponente, con una enorme torre con un reloj, la cual recordaba mucho al Big Ben. Hasta pudimos visitarlo, aunque estuvimos pendientes para no perder mucho tiempo y poder ver más cosas. En él vimos varias esculturas y pinturas que nos gustaron mucho, sobre todo a ella, que era muy amante de ese tipo de arte. Aprovechando que estaba al lado, fuimos a la biblioteca central, la cual era muy llamativa por su forma circular, contrastando bastante con el resto de estructuras. De la misma manera, entramos para visitarla durante unos pocos minutos y seguimos con el recorrido. Tras 5 minutos andando al salir de ella, fuimos a la galería de arte, siendo algo muy interesante al contar la historia de la ciudad con una serie de pinturas que tenían, aunque también había cuadros más modernos.

Lo mejor es que todas esas visitas fueron gratuitas. Bueno, la comida que probamos y alguna cosa que compramos en aquellas tiendas donde empezamos nuestro recorrido, no. Pero era algo que venía bien para poder ir calmados y sin mucha preocupación por si veíamos algo que nos quisiéramos llevar en alguna tienda que viéramos por el camino. Continuando y después de unos minutos andando, llegamos a otra biblioteca, que por lo visto era muy importante según me dijo mi amiga, porque contenía mucha historia de la ciudad en forma de papiros, los cuales vimos también. El lugar no me llamó mucho la atención desde fuera, siendo casi como un edificio más, pero el interior era increíble, porque parecía una iglesia con muchos arcos. Eso fue lo que más nos gustó de ese monumento. Y así nos dio la hora de almorzar, para lo cual regresamos al hotel para dejar lo que compramos e ir más cómodos a un restaurante que quedaba cercano en el que comimos bastante bien, aunque no fue algo muy extendido, yendo de nuevo al hotel para descansar un poco después de estar toda la mañana de un lado para otro y coger así fuerzas para seguir por la tarde.

Estábamos muy contentos por cómo había ido el día y nos pusimos a comentar todo lo que vimos, aunque a mí se me iban mucho los ojos al haberse quedado ella en una de sus típicas camisetas de tirantes y nada más, porque lo único que le quedaba era un tanga negro. Teníamos la tele puesta, pero no le prestábamos atención. Yo por estar mirándola todo el tiempo y ella por estar organizando las fotos que echó a todo con su móvil subiéndolas todas a redes sociales, incluyendo un par que nos echamos juntos. Me preguntó si le importaba que lo hiciera, contestándole yo que no había ningún problema. La veía tan mona con ese peinado recurrente en ella con sus dos trenzas a cada lado de la nuca que me estaban entrando muchas ganas. También me preguntaba cómo hacía para poder usar el móvil con esas uñas que llevaba de gel, aunque no eran tan largas, pero tenían pinta de ser muy incómodas.

Cuando acabó me preguntó riendo qué le miraba tanto. Le dije que todo su cuerpo, porque estaba buenísima. Y ella, dejó su móvil en la mesita y se acercó a mí para pasar su brazo por mi cuerpo. Parecía que también se habían despertado ganas en ella, porque a ese gesto le siguieron unas caricias por mi pecho, por dentro de la camiseta. Ya no podía más con el calentón que tenía encima y la subí sobre mi cuerpo, con ella riendo una vez más, seguramente por mis formas. Se sentó sobre mi semierección y me empezó a subir la camiseta para quitármela. Me advirtió que no quería mucho meneo para poder salir unos minutos después y así poder seguir viendo la ciudad. Y de manera más bajita, en forma de susurros y acercándose a mí, me dijo que también quería guardar algo para la noche, porque le apetecía hacer algo especial. No hizo falta que me dijera nada más para entender yo lo que me quería decir, aunque ella por si acaso hizo un gesto con la cabeza hacia atrás mientras movía su culo. Le sonreí y ella pegó su cuerpo al mío por completo para susurrarme de nuevo y decirme esta vez que era algo que le excitaba mucho hacer y que solía tener orgasmos muy intensos.

Ya me faltaba tiempo para quitarle su camiseta de tirantes y dejarla solo con ropa interior, pues también llevaba sujetador. Pero tampoco le duró mucho, porque se lo quité rápidamente, dejándola ahora solo en tanga. Mis manos se apoderaron de su culo mientras ella me seguía acariciando el pecho suavemente con una sonrisa preciosa en su cara. También dijo que teníamos que hacer una cosa antes de que hiciéramos nada por la noche, estando yo bastante despistado al respecto y riendo ella por lo mismo, negándose a darme una pista siquiera. Pero seguimos a lo nuestro sin dejar que ese juego nos cortara el momento, porque la pegué a mí para besarnos durante un rato, soltándole yo algún azote con ella lanzando gemidos traviesos, lo cual me incitaba a darle alguno más. Con un poco de forcejeo, Ángela me quitó los pantalones para quedar en igualdad de condiciones, aunque yo mismo me quité lo que me quedaba de ropa, haciendo lo mismo con ella.
 
Efectivamente :
Parece que Javi va a recibir una buena dosis de su propia medicina.
Probablemente, Ángela no haya querido decirle que pasaría la noche con Finn, sin saber cómo iba a reaccionar Javier.
Nuestro héroe está acostumbrado a manejar los tiempos y las sensaciones en su relación con las chicas.
En esta ocasión creo que es Ángela la que está al mando.
Lo dudo y mucho.
 
"...para asegurarme que no lo estaba engañando conmigo, porque no tenía nada con él más allá de un tonteo como el que teníamos nosotros..."
Esta frase deja meridianamente claro que para Ángela, Finn y Javier están al mismo nivel de follamigos, el tonteo es con ambos.:banana1:

Lo que no sería un problema, si no fuera por las expectativas que en forma exponencial parecen ir creciendo en Javier.

Muestran una elevada atracción y conexión sexual, pero creo notar en Javier un poco más de compromiso emocional. Cosa rara. :rolleyes:

Pensaba callarlo, y no puedo...:oops:

Es una sensación que más bien es una sospecha, "la noche de chicas". También dudan o soy el único de mente podrida??? :salido1:

Lo que comienza como una comida con Finn, cuyo motivo no es claro, pasa a una ineludible cena con amigas, y termina en una inesperada noche de chicas.

Muy conveniente sucede todo durante la tarde y noche antes de viajar Ángela a Manchester, donde pasará días sin verse con Finn. :unsure:

Insisto, Ángela apareció y en pocos días borró a Valentina, ni imaginar hasta dónde desordenará el corazón y mente de Javier. :dancer1:
Te digo exactamente que al compañero.
Dudo muchísimo que a Javi lo tenga al mismo nivel que al tal Finn.
Para empezar ella estaba enamorada de Javi y no creo que ese sentimiento haya desaparecido.
 
Te digo exactamente que al compañero.
Dudo muchísimo que a Javi lo tenga al mismo nivel que al tal Finn.
Para empezar ella estaba enamorada de Javi y no creo que ese sentimiento haya desaparecido.
Además, Angela no parece tan tonta como para mentir sin ninguna necesidad. Ella sabe que a Javi le importa 3 cuernos que ella tenga otros follamigos, por el contrario, afectaría su amistad ocultando cosas sin sentido.
 
Deseo que tengas razón, y Ángela elija a Javier. :cool:

Que haya sido nada más un encuentro para terminar todo con Finn, poniéndole al tanto de su nueva relación con Javier. :unsure:

Además esperemos que Finn se conforme y termine aceptándolo. ;)
A ver. Que es o era un follamigos está claro. Pero creo que eso termino ya. Que el no lo ha aceptado nada bien y ella se lo ha dejado muy claro.
Ángela creo que sigue enamorada de él, y si Javi da el paso, que entiendo que por sus malas experiencias no se atreva, podrían empezar una relación. Aunque creo que para eso tendrá que pasar un tiempo.
 
Deseo que tengas razón, y Ángela elija a Javier. :cool:

Que haya sido nada más un encuentro para terminar todo con Finn, poniéndole al tanto de su nueva relación con Javier. :unsure:

Además esperemos que Finn se conforme y termine aceptándolo. ;)
En ese caso, todo seguirá muy calmado.
Cada vez que hay una temporada de calma, tan sólo es el preludio de una nueva tormenta. Ocurrió con Elena y también con Valentina.
La relación de Javier y Ángela, es la normal de cualquier pareja, los problemas pueden surgir cuando traten de establecer en qué punto están exactamente.
En cuanto a que a Javi le de igual que la chica con la que está se acueste con otro: Eso es más que discutible. Eso es así cuando él es quien controla la situación . Acordaros de como se puso cuando sospechaba que Elena tenía algo con su jefe.
En otro orden de cosas, no olvidemos que ha reaparecido Andrea... La ÚNICA chica que se ha resistido a los encantos de Javi.
Como ya he dicho en alguna ocasión: Keranos es un maestro en dejar historias abiertas a las que volver cuando crea conveniente.
Posiblemente nos esperen sorpresas.
 
Además, Angela no parece tan tonta como para mentir sin ninguna necesidad. Ella sabe que a Javi le importa 3 cuernos que ella tenga otros follamigos, por el contrario, afectaría su amistad ocultando cosas sin sentido.

Partamos de la base que necesidad de mentir nunca la hay.

Supongamos que Ángela efectivamente hubiera estado con Finn la tarde y noche antes del viaje.

Esto habría sido demasiado trascendente para Javier, ya que como follamigo o lo que sea, él la había invitado a cenar y pasar la noche antes del viaje, y para él no iba a ser igual si era desplazado por dos amigas que por Finn.

Una mentira blanca quizás pudo dar, para ganar tiempo buscando el momento ideal para decírselo después del viaje.

Respecto a Finn, creo a Javier le pasa que no acostumbra tener adversarios, menos si pueden ser tan deseables para sus mujeres como él lo es.

Estoy más que seguro que al conocerlo se le vino a la memoria la vez que también conoció a Alberto, jefe de Elena. Ambos guaperas.

Lo de Javier y Ángela es más que una simple amistad, al menos por parte de él queda demostrado cada vez en su sublime forma de expresarse acerca de ella.
 
En ese caso, todo seguirá muy calmado.
Cada vez que hay una temporada de calma, tan sólo es el preludio de una nueva tormenta. Ocurrió con Elena y también con Valentina.
La relación de Javier y Ángela, es la normal de cualquier pareja, los problemas pueden surgir cuando traten de establecer en qué punto están exactamente.
En cuanto a que a Javi le de igual que la chica con la que está se acueste con otro: Eso es más que discutible. Eso es así cuando él es quien controla la situación . Acordaros de como se puso cuando sospechaba que Elena tenía algo con su jefe.
En otro orden de cosas, no olvidemos que ha reaparecido Andrea... La ÚNICA chica que se ha resistido a los encantos de Javi.
Como ya he dicho en alguna ocasión: Keranos es un maestro en dejar historias abiertas a las que volver cuando crea conveniente.
Posiblemente nos esperen sorpresas.

Interesante lo de Andrea, ha resultado inmune a su super atracción sexual.

Es un personaje que parece secundario, pero toma gran protagonismo cuando reaparece, Javier se encarga de eso.

Resulta inexplicable que él prefiera convivir con ella antes que seguir solo, sacrificando independencia y privacidad, esenciales para su estilo de vida.

En una de esas, Andrea es "la elegida", y termina siendo la "forever us" de Javier. ;)
 
Interesante lo de Andrea, ha resultado inmune a su super atracción sexual.

Es un personaje que parece secundario, pero toma gran protagonismo cuando reaparece, Javier se encarga de eso.

Resulta inexplicable que él prefiera convivir con ella antes que seguir solo, sacrificando independencia y privacidad, esenciales para su estilo de vida.

En una de esas, Andrea es "la elegida", y termina siendo la "forever us" de Javier. ;)
Andrea tiene novio, lo respeta, eso debería ser lo normal, aún si no lo tuviera, también es normal no tener ganas de involucrarte con alguien así sea con Javi Pitt. Que para las amigas de Javi sea "difícil de creer" que se haya podido resistir, es lo que me suena super anormal, al menos para mi.

Partamos de la base que necesidad de mentir nunca la hay.

Supongamos que Ángela efectivamente hubiera estado con Finn la tarde y noche antes del viaje.

Esto habría sido demasiado trascendente para Javier, ya que como follamigo o lo que sea, él la había invitado a cenar y pasar la noche antes del viaje, y para él no iba a ser igual si era desplazado por dos amigas que por Finn.

Una mentira blanca quizás pudo dar, para ganar tiempo buscando el momento ideal para decírselo después del viaje.

Respecto a Finn, creo a Javier le pasa que no acostumbra tener adversarios, menos si pueden ser tan deseables para sus mujeres como él lo es.

Estoy más que seguro que al conocerlo se le vino a la memoria la vez que también conoció a Alberto, jefe de Elena. Ambos guaperas.

Lo de Javier y Ángela es más que una simple amistad, al menos por parte de él queda demostrado cada vez en su sublime forma de expresarse acerca de ella.
Bueno, yo me remito al pasado con Elena, cuando le confesó a Javi que se besó con el ex, y Javi estuvo super sereno y tranquilo, y hasta confesó más adelante que él perdonaría una infidelidad porque no tiene mucho problema con eso.

Así que con Angela no creo que sea diferente. Si Angela decidió mentir, quizás sea porque también le guste jugar con eso como si fuera un fetiche la mentira innecesaria.
 
Capítulo 642

Esta vez se sentó sobre mis muslos, con sus piernas bien abiertas, para agarrar mi polla con su mano y empezar a pajearme, empezando de manera muy lenta, pero subiendo el ritmo al poco y manteniéndolo durante un rato. Siguiendo con ese tono juguetón me preguntó si me iba a portar bien y si iba a seguir el plan de echar uno rapidito para dejar lo mejor para la noche. Le asentí y dejó caer un poco de saliva desde su boca hasta mi polla, para esparcirla con su mano y empezar a metérsela al ponerse sobre ella. Y así empezamos a follar en ese rato tan agradable después de comer. Y fue tal cual dijo ella, rápido, porque no duraría más de 10 minutos. Ni siquiera nos movimos de esa postura inicial en la que ella me montaba, botando por momentos o frotándose, pero acabamos muy satisfechos, corriéndome yo antes que ella en su interior, continuando mi amiga llegando a hacerme sufrir un poco por la velocidad para que ella pudiera acabar también, derrumbándose sobre mí con los temblores típicos de un orgasmo.

La abracé y le acaricié un poco el cuerpo, acompañando el momento con algunos besos en su cabeza, aunque ella parecía estar un poco en otro mundo, cosa que no era muy normal en ella, quien solía ser consciente cuando llegaba a su clímax. Fui a por papel y algunas toallitas que había en el baño y nos limpiamos, aunque ella fue luego al baño para lavarse bien, viniendo rápidamente a la cama para tumbarse un poco y terminar de relajarse. Y le entró la risa, preguntándole yo por qué. Ella decía que le gustaba lo espontáneo que había sido y lo bien que me había portado al dejarle a ella hacer sin querer seguir más como me dijo que pretendía. La notaba contenta, aunque miró la hora que era, diciéndome que me vistiera para salir. Le pregunté si tenía prisa y de hecho sí que la tenía, porque tenía calculado el tiempo para algo y necesitaba que saliéramos cuanto antes.

Así que me vestí rápido, haciendo ella lo mismo, para bajar y salir del hotel, marcando ella la dirección, pero iba a paso lento para tener tanta prisa. Yo andaba a paso ligero, porque con lo que dijo, pensaba que llegábamos tarde, pero la adelantaba y me tenía que parar para esperarla. Hasta me llegó a llamar la atención riendo para que disfrutara del paseo. No entendía nada y ella me tuvo que explicar que le gustaba mucho pasear, cosa que ya sabía. Pero la mezcla entre esa actividad y hacerlo por un sitio en el que nunca había estado le encantaba. Me confesó que íbamos a asistir a una visita guiada en un lugar, pero que íbamos muy bien de tiempo justo para disfrutar de un buen paseo, porque la zona en la que se encontraba esa actividad quedaba algo retirada del hotel de que salimos. Y la gracia era que íbamos un poco en dirección contraria, pero ella iba guiándose con el móvil, por lo que supuestamente íbamos bien.

Me empezaron a sonar ciertas zonas por donde ya habíamos pasado por la mañana y de repente ella me dijo por dónde tirar, dando con una serie de murales de arte urbano impresionantes. No tenía nada que envidiar a lo que vimos horas antes y la verdad es que nos encantó. Era hasta conmovedor ver como la ciudad se convertía en un lienzo para esas enormes pinturas que en ocasiones abarcaban edificios enteros. Nos hicimos alguna foto más, teniendo que flexionar yo mis rodillas bastante para hacernos una en la que saliéramos los dos con la cámara del móvil apuntando hacia abajo para que saliera también la pintura que más le gustó a ella. Y quedó muy bien la foto, estando ella encantada. Seguimos paseando un rato más por el barrio en el que nos encontrábamos, viendo algún puesto para comprar algún dulce y disfrutar de él por el camino en lo que charlábamos y seguíamos contemplando ese arte.

Pero salimos de él después de que Ángela mirara la hora en su móvil en varias ocasiones, diciendo que todo estaba bajo control. Ahora sí, fuimos en dirección contraria, justo por donde se encontraba el lugar al que mi amiga tenía pensado que fuéramos. Me dijo que íbamos bien, por lo que seguimos paseando a paso normal hasta que empezamos a divisarlo como a 200 metros. Parecía una grúa por la construcción que tenía en la parte de arriba con todos esos hierros blancos. Por supuesto, conocía Old Trafford, pero no me sonaba de nada haberlo visto desde fuera. Siempre que lo he visto ha sido por la tele cuando ha habido un partido en la Champions o en otras competiciones y lo cierto es que cuando me enteré de que iba a ir allí, pensé en acercarme para verlo, pues no sabía cuándo iba a ir por allí de nuevo, pero como iba a lo que iba y no tenía mucho tiempo, pues no terminé de informarme. Por suerte, mi amiga me llevó, diciendo que pensaba que me gustaría. Le di las gracias no sé cuántas veces, sonriendo ella y dándome un abrazo, aunque ahora sí que me metió un poco de prisa, porque teníamos que estar allí antes de las 5 de la tarde.

No sabía por qué tenía que ser justo a esa hora hasta que ella me dijo que era cuando empezaba la visita guiada por todo el estadio. Le dije que no hacía falta, pero mi amiga quería que asistiéramos a ella, porque tenía buena pinta, pese a que a ella no le gustaba mucho el fútbol. Por eso me presté a pagar su entrada, negándose ella, pero la terminé por convencer al decirle que me había hecho casi de guía turística durante todo el día y que no me parecía justo. Ella decía con modestia que también lo había hecho por ella misma, porque le gustaba mucho hacer turismo, pero me puse firme y le dije que o pagaba yo, o no entrábamos. Acabó aceptando al entenderme, sobre todo en eso de que iba a aguantar algo que no le gustaba tanto por mucho que dijera que no se lo quería perder. Así que pagué los casi 30 euros al cambio en libras que costaba cada entrada y nos pusimos en marcha.

A mí particularmente me encantó y se me hizo no corto, pero sí muy entretenido, pues la visita guiada duró alrededor de unas 2 horas. De últimas sí notaba que a ella se le estaba haciendo un poco pesado, sobrándole fácilmente una hora del recorrido. Estuvo muy bien ver las inmediaciones, cómo era por dentro el estadio, yendo por las gradas y el palco, bajando también al césped para andar un poco por allí estando todo muy preparado para la inminente temporada que estaba por empezar... Hasta bajamos a los vestuarios, pasando también por el museo que tenían allí donde se explicaba la historia del club en diferentes imágenes, con los títulos, varias camisetas y demás por allí. De camino al hotel, pues ya era bien pasadas las 7 de la tarde cuando acabamos y nos paramos a tomar un café. Estuvimos comentando cómo lo habíamos visto todo, acabando ella algo cansada como yo había imaginado al verla de últimas. Pero aun así le gustó bastante por el ambiente que percibía de los que iban con nosotros, a quienes le gustaba mucho el fútbol. Decía que tenía que ser increíble estar allí en un partido importante.

Ya de vuelta en el hotel, descansamos un poco de tanto paseo y de estar tantas horas de pie. Y cuando fuimos a darnos una ducha para irnos a cenar a un buen restaurante, me dijo que íbamos a llevar a cabo eso que me había comentado antes. Seguía despistado, pensando en que quería ir al final ya, pero no era así, porque me agarró de la mano para llevarme al baño, diciéndome que me desnudara. Yo lo hice al instante, empezando ella a reír por verme ya con la polla algo inflada. Me pidió que aguantara, porque hasta que no volviéramos de cenar, no pasaría nada, pero me prometió que no sería mala conmigo. Me señaló la ducha con una sonrisa divertida y yo me metí, sacando ella de su neceser unas cosas. En cuanto vi lo que tenía en las manos recordé de lo que se trataba. Ya me dijo cuando estuvimos en su casa de la playa que quería que me depilara por completo y que ella me iba a ayudar. Y ahí estábamos, siendo algo que me dio vergüenza llegados al punto en el que ella quería quitarme todos los pelos de mi cuerpo de cuello para abajo.

Yo procuraba siempre quitarme los del pecho y lo de las axilas. Los de la primera zona porque se me enganchaban mucho en las camisetas y demás y me pegaban tirones muy fuertes que me hacían daño, aunque también me gustaba verme sin ellos. Y los de las axilas por comodidad para no sudar tanto, aunque también los quitaba en invierno, porque me gustaba ver la zona sin nada, tal y como me pasaba con el pecho. También llevaba las zonas bajas bien preparadas siempre, aunque en el pubis sí que me solía dejar un poco, bien recortado y arreglado, porque también me gustaba verlo en mí y, sobre todo, por evitar el picor tan grande que empieza a dar un par de días después de haber rasurado la zona. Pero lo demás sí que no lo tocaba mucho y ella se emperró en quitármelos absolutamente todos. Con una maquinilla que llevó me empezó a quitar los del pubis y los de las piernas, pero luego cogió una cuchilla después de untar todo mi cuerpo con crema depilatoria.

Fue más rápido de lo que imaginé, pero me dio mucha vergüenza cuando me pidió que me diera la vuelta para manipular la puerta de atrás. Ella reía bajito y hasta me llegó a preguntar si habían jugado alguna vez con mi culo. Le dije que sí y que había sido capaz de disfrutarlo en parte, pero que con ella no me hacía mucha gracia por las uñas que tenía, porque me figuraba que me las podía hincar. Ella rio fuerte, diciéndome que no era justo que yo le fuera a meter todo lo mío y que ella lo pudiera jugar. Le dije que ya veríamos lo que hacíamos en lo que ella me terminaba de depilar, dándome listo en poco tiempo para que me pudiera duchar tranquilamente, cosa que empecé a hacer al instante. Aunque oí que ella seguía por allí y que estaba haciendo algo, por lo que asomé la cabeza al correr un poco la cortina. Me excitó mucho ver cómo Ángela se daba un repaso con la cuchilla por sus ingles y parte de su pubis, dejando esa franja que se dejó intacta pese a haber ganado algo de frondosidad, cosa que me encantaba por ganar intensidad ese color rubio que tenía ahí abajo, oscureciéndose un poco.

Me pilló mirándola, llegando a sonrojarse un poco mientras me preguntaba qué hacía con una risa nerviosa, cerrando sus piernas. Le confesé que me encantaba vérselo así y que por mí lo podía dejar crecer un poco más, cosa que no estaba entre sus planes. Decía que así era suficiente y que no lo iba a dejar crecer más, pero que me podía quedar tranquilo, porque se había acostumbrado y hasta le encontraba ese punto sexy que yo le veía, aunque ni de lejos tan alto. Se acercó tal cual estaba y movió la cortina para que dejara de mirarla, volviendo cada uno a lo suyo, riendo ambos. Mientras me enjabonaba y aclaraba charlamos un poco y me daba cuenta del buen trabajo que había hecho al notarlo todo muy suave. Pero la cosa no quedó ahí, ya que cuando salí de la ducha y me sequé bien, ella me esperaba en la cama, con su camiseta de tirantes y su tanga puesto. Estaba haciendo hora para que yo terminara, pero en lugar de entrar directamente a la ducha, me echó por todo el cuerpo mucha crema hidratante que olía muy bien para que no se me irritara nada.

Tras eso, se metió en el baño durante un buen rato, dándole tiempo de sobra a la crema a que fuera absorbida por mi piel. La esperé quedándome en la cama tumbado con solo unos boxers puestos y cuando salió me quedé embobado, aunque ella me dijo que no la mirara mucho, porque quería que fuera una sorpresa esa ropa interior que llevaba, pero la acabé viendo. Era un conjunto rojo precioso que por delante parecía un body, pero que sin embargo eran dos piezas conectadas. Un culotte y sujetador de un rojo muy intenso que llevaba bordados y algo de transparencia. Entre sus típicas risas me dijo que me tapara los ojos con mis manos, cosa que hice a medias para hacer el tonto, porque me podía el ansia de verla así. La cosa fue a mejor con el olor que me vino de su perfume. Pero en un abrir y cerrar de ojos se marchó de nuevo al baño, pareciendo haber cogido el vestido que llevaría aquella noche.

Me excité, y no poco, porque se me levantó y tardó un poco en bajarse la erección. Afortunadamente, Ángela se demoró un poco más, dándome tiempo a que me relajara mientras me empezaba a vestir, poniéndome una camisa blanca remangada y unos chinos azules ajustados, terminando con unos zapatos formales. También me puse el reloj que me regalaron mis amigos, viéndome bastante bien en el espejo que había en la habitación. Ángela me llamó una vez más antes de salir del baño, pidiéndome que le acercara sus zapatos. Se trataban de unas sandalias con un alto tacón, aunque sin plataforma. Bastante bonitas de un color plateado muy brillante y que por lo que veía le iban a dejar sus pies al descubierto en gran parte. Tan solo abrió la puerta unos centímetros, sin dejarme ver nada ni que me asomara, cerrando de inmediato, pero no tardó mucho más en salir.

Y lo hizo dejándome sin palabras de lo guapa que estaba al llevar ese vestido azul metalizado sin tirantes, ajustado y el cual le llegaba a medio muslo. Me preguntó cómo la veía, teniéndome que repetir la pregunta riendo al verme tan atontado. Le dije que estaba guapísima y que me encantaba verla así. Llevaba un maquillaje más marcado que de costumbre, pero es que sabía cómo ponérselo para ir radiante. También tenía su pelo bien peinado con algunos tirabuzones anchos que hacía que se le quedara casi a la altura de los hombros. De nuevo me envolvió su embriagador olor, haciendo que se me pusiera un poco la piel de gallina. Ese vestido le hacía un culazo impresionante, como pude ver cuando se dio un par de vueltas cuando me pidió opinión. Y ella también estaba encantada por cómo iba yo. Me decía que había cambiado mucho desde que salíamos juntos en la universidad y que me quedaba fantásticamente la ropa que había elegido, yendo ambos casi a juego por el color de su vestido y de mis pantalones.

Nos echamos algunas fotos frente al espejo de la habitación, saliendo muy bien la primera, aunque dos siguientes ella salía partiéndose de risa al decirle yo que esa noche la iba a reventar y que no iba a salir viva de nuestro viaje. Pero le gustó mucho cómo salíamos ambos riendo y las subió igualmente a redes sociales. No perdimos mucho más el tiempo y bajamos para ir a un buen restaurante al cual tuvimos que ir en taxi por estar un poco alejado de nosotros pese a estar en el centro de la ciudad. La verdad es que no recuerdo nada del sitio al que fuimos, no porque bebiera alcohol ni nada parecido. Era porque no le podía quitar el ojo de encima a ella. Mis ojos no paraban de moverse por todo su cuerpo, aunque una vez nos sentamos me concentré más en su preciosa cara. Casi que no prestaba atención a lo que me decía, pero no podía seguir así, por lo que ya me centré en seguir con la conversación, aunque ya habíamos hablado mucho de todo lo que habíamos ido viendo ese día, por lo que cambié un poco el tema de conversación.
 
Capítulo 642

Esta vez se sentó sobre mis muslos, con sus piernas bien abiertas, para agarrar mi polla con su mano y empezar a pajearme, empezando de manera muy lenta, pero subiendo el ritmo al poco y manteniéndolo durante un rato. Siguiendo con ese tono juguetón me preguntó si me iba a portar bien y si iba a seguir el plan de echar uno rapidito para dejar lo mejor para la noche. Le asentí y dejó caer un poco de saliva desde su boca hasta mi polla, para esparcirla con su mano y empezar a metérsela al ponerse sobre ella. Y así empezamos a follar en ese rato tan agradable después de comer. Y fue tal cual dijo ella, rápido, porque no duraría más de 10 minutos. Ni siquiera nos movimos de esa postura inicial en la que ella me montaba, botando por momentos o frotándose, pero acabamos muy satisfechos, corriéndome yo antes que ella en su interior, continuando mi amiga llegando a hacerme sufrir un poco por la velocidad para que ella pudiera acabar también, derrumbándose sobre mí con los temblores típicos de un orgasmo.

La abracé y le acaricié un poco el cuerpo, acompañando el momento con algunos besos en su cabeza, aunque ella parecía estar un poco en otro mundo, cosa que no era muy normal en ella, quien solía ser consciente cuando llegaba a su clímax. Fui a por papel y algunas toallitas que había en el baño y nos limpiamos, aunque ella fue luego al baño para lavarse bien, viniendo rápidamente a la cama para tumbarse un poco y terminar de relajarse. Y le entró la risa, preguntándole yo por qué. Ella decía que le gustaba lo espontáneo que había sido y lo bien que me había portado al dejarle a ella hacer sin querer seguir más como me dijo que pretendía. La notaba contenta, aunque miró la hora que era, diciéndome que me vistiera para salir. Le pregunté si tenía prisa y de hecho sí que la tenía, porque tenía calculado el tiempo para algo y necesitaba que saliéramos cuanto antes.

Así que me vestí rápido, haciendo ella lo mismo, para bajar y salir del hotel, marcando ella la dirección, pero iba a paso lento para tener tanta prisa. Yo andaba a paso ligero, porque con lo que dijo, pensaba que llegábamos tarde, pero la adelantaba y me tenía que parar para esperarla. Hasta me llegó a llamar la atención riendo para que disfrutara del paseo. No entendía nada y ella me tuvo que explicar que le gustaba mucho pasear, cosa que ya sabía. Pero la mezcla entre esa actividad y hacerlo por un sitio en el que nunca había estado le encantaba. Me confesó que íbamos a asistir a una visita guiada en un lugar, pero que íbamos muy bien de tiempo justo para disfrutar de un buen paseo, porque la zona en la que se encontraba esa actividad quedaba algo retirada del hotel de que salimos. Y la gracia era que íbamos un poco en dirección contraria, pero ella iba guiándose con el móvil, por lo que supuestamente íbamos bien.

Me empezaron a sonar ciertas zonas por donde ya habíamos pasado por la mañana y de repente ella me dijo por dónde tirar, dando con una serie de murales de arte urbano impresionantes. No tenía nada que envidiar a lo que vimos horas antes y la verdad es que nos encantó. Era hasta conmovedor ver como la ciudad se convertía en un lienzo para esas enormes pinturas que en ocasiones abarcaban edificios enteros. Nos hicimos alguna foto más, teniendo que flexionar yo mis rodillas bastante para hacernos una en la que saliéramos los dos con la cámara del móvil apuntando hacia abajo para que saliera también la pintura que más le gustó a ella. Y quedó muy bien la foto, estando ella encantada. Seguimos paseando un rato más por el barrio en el que nos encontrábamos, viendo algún puesto para comprar algún dulce y disfrutar de él por el camino en lo que charlábamos y seguíamos contemplando ese arte.

Pero salimos de él después de que Ángela mirara la hora en su móvil en varias ocasiones, diciendo que todo estaba bajo control. Ahora sí, fuimos en dirección contraria, justo por donde se encontraba el lugar al que mi amiga tenía pensado que fuéramos. Me dijo que íbamos bien, por lo que seguimos paseando a paso normal hasta que empezamos a divisarlo como a 200 metros. Parecía una grúa por la construcción que tenía en la parte de arriba con todos esos hierros blancos. Por supuesto, conocía Old Trafford, pero no me sonaba de nada haberlo visto desde fuera. Siempre que lo he visto ha sido por la tele cuando ha habido un partido en la Champions o en otras competiciones y lo cierto es que cuando me enteré de que iba a ir allí, pensé en acercarme para verlo, pues no sabía cuándo iba a ir por allí de nuevo, pero como iba a lo que iba y no tenía mucho tiempo, pues no terminé de informarme. Por suerte, mi amiga me llevó, diciendo que pensaba que me gustaría. Le di las gracias no sé cuántas veces, sonriendo ella y dándome un abrazo, aunque ahora sí que me metió un poco de prisa, porque teníamos que estar allí antes de las 5 de la tarde.

No sabía por qué tenía que ser justo a esa hora hasta que ella me dijo que era cuando empezaba la visita guiada por todo el estadio. Le dije que no hacía falta, pero mi amiga quería que asistiéramos a ella, porque tenía buena pinta, pese a que a ella no le gustaba mucho el fútbol. Por eso me presté a pagar su entrada, negándose ella, pero la terminé por convencer al decirle que me había hecho casi de guía turística durante todo el día y que no me parecía justo. Ella decía con modestia que también lo había hecho por ella misma, porque le gustaba mucho hacer turismo, pero me puse firme y le dije que o pagaba yo, o no entrábamos. Acabó aceptando al entenderme, sobre todo en eso de que iba a aguantar algo que no le gustaba tanto por mucho que dijera que no se lo quería perder. Así que pagué los casi 30 euros al cambio en libras que costaba cada entrada y nos pusimos en marcha.

A mí particularmente me encantó y se me hizo no corto, pero sí muy entretenido, pues la visita guiada duró alrededor de unas 2 horas. De últimas sí notaba que a ella se le estaba haciendo un poco pesado, sobrándole fácilmente una hora del recorrido. Estuvo muy bien ver las inmediaciones, cómo era por dentro el estadio, yendo por las gradas y el palco, bajando también al césped para andar un poco por allí estando todo muy preparado para la inminente temporada que estaba por empezar... Hasta bajamos a los vestuarios, pasando también por el museo que tenían allí donde se explicaba la historia del club en diferentes imágenes, con los títulos, varias camisetas y demás por allí. De camino al hotel, pues ya era bien pasadas las 7 de la tarde cuando acabamos y nos paramos a tomar un café. Estuvimos comentando cómo lo habíamos visto todo, acabando ella algo cansada como yo había imaginado al verla de últimas. Pero aun así le gustó bastante por el ambiente que percibía de los que iban con nosotros, a quienes le gustaba mucho el fútbol. Decía que tenía que ser increíble estar allí en un partido importante.

Ya de vuelta en el hotel, descansamos un poco de tanto paseo y de estar tantas horas de pie. Y cuando fuimos a darnos una ducha para irnos a cenar a un buen restaurante, me dijo que íbamos a llevar a cabo eso que me había comentado antes. Seguía despistado, pensando en que quería ir al final ya, pero no era así, porque me agarró de la mano para llevarme al baño, diciéndome que me desnudara. Yo lo hice al instante, empezando ella a reír por verme ya con la polla algo inflada. Me pidió que aguantara, porque hasta que no volviéramos de cenar, no pasaría nada, pero me prometió que no sería mala conmigo. Me señaló la ducha con una sonrisa divertida y yo me metí, sacando ella de su neceser unas cosas. En cuanto vi lo que tenía en las manos recordé de lo que se trataba. Ya me dijo cuando estuvimos en su casa de la playa que quería que me depilara por completo y que ella me iba a ayudar. Y ahí estábamos, siendo algo que me dio vergüenza llegados al punto en el que ella quería quitarme todos los pelos de mi cuerpo de cuello para abajo.

Yo procuraba siempre quitarme los del pecho y lo de las axilas. Los de la primera zona porque se me enganchaban mucho en las camisetas y demás y me pegaban tirones muy fuertes que me hacían daño, aunque también me gustaba verme sin ellos. Y los de las axilas por comodidad para no sudar tanto, aunque también los quitaba en invierno, porque me gustaba ver la zona sin nada, tal y como me pasaba con el pecho. También llevaba las zonas bajas bien preparadas siempre, aunque en el pubis sí que me solía dejar un poco, bien recortado y arreglado, porque también me gustaba verlo en mí y, sobre todo, por evitar el picor tan grande que empieza a dar un par de días después de haber rasurado la zona. Pero lo demás sí que no lo tocaba mucho y ella se emperró en quitármelos absolutamente todos. Con una maquinilla que llevó me empezó a quitar los del pubis y los de las piernas, pero luego cogió una cuchilla después de untar todo mi cuerpo con crema depilatoria.

Fue más rápido de lo que imaginé, pero me dio mucha vergüenza cuando me pidió que me diera la vuelta para manipular la puerta de atrás. Ella reía bajito y hasta me llegó a preguntar si habían jugado alguna vez con mi culo. Le dije que sí y que había sido capaz de disfrutarlo en parte, pero que con ella no me hacía mucha gracia por las uñas que tenía, porque me figuraba que me las podía hincar. Ella rio fuerte, diciéndome que no era justo que yo le fuera a meter todo lo mío y que ella lo pudiera jugar. Le dije que ya veríamos lo que hacíamos en lo que ella me terminaba de depilar, dándome listo en poco tiempo para que me pudiera duchar tranquilamente, cosa que empecé a hacer al instante. Aunque oí que ella seguía por allí y que estaba haciendo algo, por lo que asomé la cabeza al correr un poco la cortina. Me excitó mucho ver cómo Ángela se daba un repaso con la cuchilla por sus ingles y parte de su pubis, dejando esa franja que se dejó intacta pese a haber ganado algo de frondosidad, cosa que me encantaba por ganar intensidad ese color rubio que tenía ahí abajo, oscureciéndose un poco.

Me pilló mirándola, llegando a sonrojarse un poco mientras me preguntaba qué hacía con una risa nerviosa, cerrando sus piernas. Le confesé que me encantaba vérselo así y que por mí lo podía dejar crecer un poco más, cosa que no estaba entre sus planes. Decía que así era suficiente y que no lo iba a dejar crecer más, pero que me podía quedar tranquilo, porque se había acostumbrado y hasta le encontraba ese punto sexy que yo le veía, aunque ni de lejos tan alto. Se acercó tal cual estaba y movió la cortina para que dejara de mirarla, volviendo cada uno a lo suyo, riendo ambos. Mientras me enjabonaba y aclaraba charlamos un poco y me daba cuenta del buen trabajo que había hecho al notarlo todo muy suave. Pero la cosa no quedó ahí, ya que cuando salí de la ducha y me sequé bien, ella me esperaba en la cama, con su camiseta de tirantes y su tanga puesto. Estaba haciendo hora para que yo terminara, pero en lugar de entrar directamente a la ducha, me echó por todo el cuerpo mucha crema hidratante que olía muy bien para que no se me irritara nada.

Tras eso, se metió en el baño durante un buen rato, dándole tiempo de sobra a la crema a que fuera absorbida por mi piel. La esperé quedándome en la cama tumbado con solo unos boxers puestos y cuando salió me quedé embobado, aunque ella me dijo que no la mirara mucho, porque quería que fuera una sorpresa esa ropa interior que llevaba, pero la acabé viendo. Era un conjunto rojo precioso que por delante parecía un body, pero que sin embargo eran dos piezas conectadas. Un culotte y sujetador de un rojo muy intenso que llevaba bordados y algo de transparencia. Entre sus típicas risas me dijo que me tapara los ojos con mis manos, cosa que hice a medias para hacer el tonto, porque me podía el ansia de verla así. La cosa fue a mejor con el olor que me vino de su perfume. Pero en un abrir y cerrar de ojos se marchó de nuevo al baño, pareciendo haber cogido el vestido que llevaría aquella noche.

Me excité, y no poco, porque se me levantó y tardó un poco en bajarse la erección. Afortunadamente, Ángela se demoró un poco más, dándome tiempo a que me relajara mientras me empezaba a vestir, poniéndome una camisa blanca remangada y unos chinos azules ajustados, terminando con unos zapatos formales. También me puse el reloj que me regalaron mis amigos, viéndome bastante bien en el espejo que había en la habitación. Ángela me llamó una vez más antes de salir del baño, pidiéndome que le acercara sus zapatos. Se trataban de unas sandalias con un alto tacón, aunque sin plataforma. Bastante bonitas de un color plateado muy brillante y que por lo que veía le iban a dejar sus pies al descubierto en gran parte. Tan solo abrió la puerta unos centímetros, sin dejarme ver nada ni que me asomara, cerrando de inmediato, pero no tardó mucho más en salir.

Y lo hizo dejándome sin palabras de lo guapa que estaba al llevar ese vestido azul metalizado sin tirantes, ajustado y el cual le llegaba a medio muslo. Me preguntó cómo la veía, teniéndome que repetir la pregunta riendo al verme tan atontado. Le dije que estaba guapísima y que me encantaba verla así. Llevaba un maquillaje más marcado que de costumbre, pero es que sabía cómo ponérselo para ir radiante. También tenía su pelo bien peinado con algunos tirabuzones anchos que hacía que se le quedara casi a la altura de los hombros. De nuevo me envolvió su embriagador olor, haciendo que se me pusiera un poco la piel de gallina. Ese vestido le hacía un culazo impresionante, como pude ver cuando se dio un par de vueltas cuando me pidió opinión. Y ella también estaba encantada por cómo iba yo. Me decía que había cambiado mucho desde que salíamos juntos en la universidad y que me quedaba fantásticamente la ropa que había elegido, yendo ambos casi a juego por el color de su vestido y de mis pantalones.

Nos echamos algunas fotos frente al espejo de la habitación, saliendo muy bien la primera, aunque dos siguientes ella salía partiéndose de risa al decirle yo que esa noche la iba a reventar y que no iba a salir viva de nuestro viaje. Pero le gustó mucho cómo salíamos ambos riendo y las subió igualmente a redes sociales. No perdimos mucho más el tiempo y bajamos para ir a un buen restaurante al cual tuvimos que ir en taxi por estar un poco alejado de nosotros pese a estar en el centro de la ciudad. La verdad es que no recuerdo nada del sitio al que fuimos, no porque bebiera alcohol ni nada parecido. Era porque no le podía quitar el ojo de encima a ella. Mis ojos no paraban de moverse por todo su cuerpo, aunque una vez nos sentamos me concentré más en su preciosa cara. Casi que no prestaba atención a lo que me decía, pero no podía seguir así, por lo que ya me centré en seguir con la conversación, aunque ya habíamos hablado mucho de todo lo que habíamos ido viendo ese día, por lo que cambié un poco el tema de conversación.
 

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Old Trafford, un gran Estadio. Ayer conocen bien al Sevilla. 😁.
Cada vez que los cogemos, los mandamos a casa.
 
Capítulo 643

-Oye, ¿y tu hermana? ¿Sigue igual de tontita con tu madre que con nosotros? Jajajaja.
-No. Está que si la vieras, no la conocerías. No está el horno para bollos.
-¿Por? ¿Ha pasado algo?
-Mmm... No, no ha pasado nada. No ha pasado nada ahora.
-¿Entonces?
-Es que... Uff...
-Ángela, ¿está todo bien?
-Hace varios años que no.

De repente, todo lo que era Ángela de alegre y de risueña cambió. De estar mirándome, en esa postura erguida que siempre solía esforzarse en mantener, pasó a venirse un poco a abajo. Empezó por bajar su mirada, siguiendo con su cara y después se encorvó ligeramente. Verla seria era raro, pero en esta ocasión es que sus cejas empezaban a dejarse caer, acabando con ese gesto triste que me preocupaba a la vez que me transmitía mucha ternura.

-¿Por qué? -pregunté preocupado tras unos segundos.
-A principios de agosto ha hecho 9 años que mi padre murió. Y todavía duele...
-Joder... Lo siento mucho, Ángela. No tenía ni la más mínima idea.
-Gracias.
-Hace 9 años... Fue cuando estábamos a nada de entrar a segundo entonces. ¿Por eso no apareciste las primeras semanas del curso?

Ángela asintió, siguiendo con el mismo gesto triste, sin ni siquiera mirarme a la cara.

-¿Por qué no me dijiste nada?
-Porque me cuesta mucho hablar de él... -dijo mirándome esta vez, con sus ojos vidriosos y la voz quebrada.

No sabía qué hacer para mejorar la situación después de ese comentario tan desafortunado que seguramente le abrió heridas. Solo se me ocurrió agarrar una de sus manos con firmeza, apretándome ella también.

-Le echo tanto de menos... Es que parece que fue ayer cuando...
-Ya está. No hace falta que me cuentes más si no quieres.
-Es que no estoy nada acostumbrada. No suelo hablar con nadie de este tema y casi que es tabú en casa.
-Lo entiendo.
-Las tres le echamos mucho de menos. Era el mejor padre del mundo. Nunca nos faltó de nada y nos quería un montón.

Nos quedamos un breve instante en silencio, intentado yo asimilar lo que me estaba contando, porque nunca me había dado la impresión de que hubiera pasado por algo así. Sí es cierto que faltó las primeras semanas del segundo curso de la carrera a la que íbamos juntos, pero a la vuelta estaba como siempre. No había ningún indicio de que algo así hubiera pasado.

-Y fue todo muy de repente. Se empezó a sentir mal y llamamos a una ambulancia, pero no duró mucho más.
-Ángela, no...
-Nos dijeron que era un problema del hígado. Lo tenía muy mal, aunque no se había quejado nunca. Él era de beber bastante alcohol, no para emborracharse, pero sí bebía bastante cerveza para la hora de comer y cenar. También cuando salía con sus amigos.

Ángela estaba hablando como si estuviera en piloto automático. Yo intenté pararla en un par de ocasiones, pero ella seguía y ya opté por dejarla que lo soltara todo, porque a mi parecer, lo necesitaba, como si se fuera a quitar de encima un peso bastante grande. Yo le prestaba atención, pero también se me venían a la cabeza un par de detalles que ahora cobraban sentido para mí.

-Mi hermana era muy pequeña y fue un palo muy grande. Por eso no fui a clase los primeros días. Estábamos las tres que no nos separábamos. Ya pusimos medios para seguir adelante. Yo me refugiada en mis estudios y en mis amigos en la universidad -dijo apretando mi mano de nuevo, dándole a entender que yo formaba parte de aquello-. Pero mi madre... Desarrolló una adicción al alcohol. Empezó a beber y también entró en depresión. Fueron unos meses muy duros.
-No me dio esa sensación para nada.
-Cuando estaba allí cambiaba el chip. Mi hermana se quedó con una de mis tías y mi madre entró en una clínica para limpiarse. Poco a poco la cosa fue a mejor por suerte. Yo siempre que podía iba a verlas a las dos.
-Por eso tú no bebes nada, ¿no? -dije por pensar en uno de esos detalles.
-Sí. Por eso no bebo nada. No he probado ni una gota de alcohol en mi vida. Ni de otras cosas. Mi hermana sí. A ella le da igual eso, aunque es verdad que se hace chequeos muy a menudo.
-Hace muy bien. Es importante que llevéis cuidado.
-Nos costó mucho volver a la casa de la playa, porque fue allí donde pasó, ¿sabes? Pero bueno, ya han pasado unos años y poco a poco pues hemos ido pasando página, aunque no del todo. No le olvidamos. Las primeras veces que empezamos a ir siempre nos sincronizábamos para ir las tres juntas, pero ahora ya es muy difícil. Yo tengo mi trabajo, mi madre tiene el suyo también y mi hermana es un poco cabra loca. Este año por desgracia, no hemos podido coincidir las tres, aunque ha sido por poco. Pero no me importa tanto, porque los ánimos no son los mejores y la verdad es que es casi como dar un pasito atrás. Y yo no quiero darlos. Quiero seguir hacia delante, con mi padre en mi mente, claro, pero no quiero recordar nada de esos días.
-Tiene sentido lo que dices.
-Me cuesta. No te vayas a pensar. La semana que he estado sola allí ha sido un poco difícil. Por mucho que no quiera, es imposible que no se me vengan algunos detalles a la cabeza. Pero por suerte, entre tú y mi hermana me habéis quitado todo eso de la cabeza en cuando llegasteis, jejeje.
-De haberlo sabido, me hubiera ido antes contigo.
-Da igual -dijo mientras una bonita sonrisa volvía a su cara-. Voy un momento al baño, ¿vale? Vuelvo en nada.

Ángela se fue al baño, seguramente para tranquilizarse del todo, pues seguía con sus ojos vidriosos y si se le derramada alguna lagrima, se iba a ensuciar la cara por el maquillaje más cargado que llevaba en esa ocasión. Yo mientras respiré hondo, porque la conversación había sido de las duras, aunque poco intervine yo. Pero si eso le servía a ella para sentirse mejor, pues ningún problema. También pensé en el otro detalle que pensaba yo que tenía relación con esta confesión que me acababa de hacer mi amiga. Se trataba de ese momento en el que Lucía se quedó mirando la foto en la que salían sus padres, aquella que estaba situada en la entrada de la casa. Ahora tenía sentido esa cara tan larga que tenía cuando nos estaba esperando para irnos, quedándose fija mirando esa imagen. Por muy revolucionada que estuviera Lucía, también era persona y tenía que echar mucho de menos a su padre, el cual perdió siendo muy pequeña.

Ángela volvió y nos terminamos el postre para salir de allí sin saber yo muy bien a dónde íbamos. Pensaba que esa noche iba a ser muy diferente de como yo tenía en mente que fuera, pero me sorprendió bastante que mi amiga tuviera ganas de pasear, estando ya como si no hubiéramos tenido esa conversación no hacía ni 10 minutos. Había cambiado el chip de nuevo y su cara volvía a estar sonriente, como siempre. Y su maquillaje también estaba intacto. Yo estaba más pensativo que otra cosa, cogiéndome ella de la mano en ocasiones para que no me alejara mucho de ella. Dimos un paseo y nos tomamos algo en algún local, aunque ella no bebió nada de alcohol, obviamente. Yo tampoco estaba con muchas ganas, pero me tomé solo una. Después dimos otro pequeño paseo y vimos una máquina expendedora, acercándose ella. La seguí y me preguntó si tenía monedas para sacar algo, porque ella no llevaba por ir con un bolso minúsculo en el que casi no le cabía ni el móvil.

Sacó de la máquina un pequeño bote de lubricante, porque era una de esas máquinas. Me sorprendió nuevamente por tener ella en mente seguir con el plan que teníamos acordado antes de que fuéramos a cenar. Y no me parecía mal, pero yo estaba como en otra onda. Volvimos andando tranquilamente hasta el hotel, porque nos apetecía bastante caminar pese a lo que lo habíamos hecho ya de por sí anteriormente ese día, sobre todo a ella, aunque por la noche hacia un poco de fresco y le tuve que pasar el brazo por sus hombros para darle algo de calor, cosa que ella agradecía agarrándose a mí. Estuvimos unos minutos en la zona en la que estuvimos por la mañana, contemplando un espectáculo de luces en la fuente que había por el lugar, siendo bastante entretenido, pero nos marchamos no mucho después. Subiendo por el ascensor le di un buen abrazo, correspondiéndome ella y llegando a meter sus manos incluso por dentro de mi camisa, acariciando mi espalda.

Pero al despegarnos me agarró la cara para darme un pequeño beso con lengua que duró hasta que se abrieron las puertas del ascensor. Tras eso entramos a la habitación, sentándome yo en la cama y quedándose ella frente a mí, apoyando su culo en el filo de la mesa. Se me quedó mirando, cruzando sus brazos con una sonrisa socarrona, como esperando a que yo hiciera el siguiente movimiento. Solo me limité a echarme un poco hacia atrás para apoyarme en mis manos. Aún estaba un poco atontado por la conversación del restaurante. Pero ella estaba decidida a tener una buena noche, por lo que sin cortarse nada, se puso sobre mí, dejando una pierna a cada lado de mi cuerpo, permitiéndome ver su ropa interior. Me preguntó si ya se me habían ido las ganas, haciéndome yo el interesante. Ángela me empezó a besar en los labios tras agarrar mi cara con firmeza. Y como veía que no llegaba a encenderme del todo, pues echó mano a mi cuello.

Entre risas le dije que eso no valía, pidiéndome ella que me pusiera en situación, porque se había hecho a la idea de que esa noche íbamos a pasarlo muy bien y tenía ganas desde que empezamos en el baño con el tonteo de la depilación y demás. Así que me puse como ella quería, agarrándola del culo para tumbarme en la cama por completo, estando ella sobre mí. Lo cierto es que estuvimos así varios minutos, con muchos besos y caricias, aunque ella me empezó a desnudar. O más bien a dejarme muy cerca al desabrochar todos los botones de mi camisa, mi cinturón y el pantalón. Yo mientras tanto, no quitaba mis manos de ese culazo que tanto me gustaba, apretándola contra mi cuerpo para hacer presión sobre mi erección. Pero en un movimiento rápido, agarró mis manos para aprisionarlas contra la cama, ladeando ella su cabeza para echar su pelo a un lado y darme algunos pequeños besos por la cara mientras nos mirábamos fijamente a los ojos cuando se separaba unos centímetros.

-¿Me esperas un momento? Me quiero quitar el maquillaje, porque con tanto movimiento... Lo voy a poner todo perdido, jejeje.
-Como quieras.
-No te muevas. Ni te quites nada. Quiero hacerlo yo -dijo dándome un pico.

Ángela se fue al baño, pero tardó muy poco en regresar. Menos de lo que yo esperaba.

-Sé que ahora no estoy tan guapa, pero... Así estoy mucho más cómoda para esto.
-Qué mentira más grande. Si eres una de las chicas más guapas que he conocido en mi vida.
-Oye, que es seguro que vamos a follar. No hace falta que me digas esas cosas, jejeje.
-Lo digo porque es lo que pienso -dije tirando de ella para ponerla sobre mí y empezar así a besarnos de nuevo.
 
En el multiverso de Keranos...

"-Mi hermana era muy pequeña y fue un palo muy grande. Por eso no fui a clase los primeros días. Estábamos las tres que no nos separábamos. Ya pusimos medios para seguir adelante. Yo me refugiada en mis estudios y en mis amigos en la universidad -dijo apretando mi mano de nuevo, dándole a entender que yo formaba parte de aquello-. Pero mi madre... Desarrolló una adicción al alcohol. Empezó a beber y también entró en depresión. Fueron unos meses muy duros.
-Debió ser especialmente difícil para tu madre
-Y lo fue, pudimos mantenernos unidas, apoyarnos hasta superarlo luego de un periodo en rehabilitación de ella.
-Han seguido unidas, es lo importante. Una gran mujer tu madre.
-Lo es y muy bella, tenemos a quien salir...jijijiji...creo que aquí en la galería tengo una foto reciente que me envió estando en la casa que tenemos cerca de la ciudad.
-Con sólo verlas a uds. ni dudar cabe de los genes de tus padres.
-Aquí la tienes...ella es mi madre...es hermosa no?...como mi abuela se llama Valentina."

:eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek:
 
Ya falta menos para que a Javier le quiten el tapón de los sentimientos y se de cuenta de lo que de verdad hay entre el y Ángela. El rollito de follamigo con Finn ha llegado a eso, al fin.

Sería bueno para Javier entrar ya en "tierra derecha", es tiempo que le dé sentido y un plan a su vida.

Por ahora Ángela es buen rollo, excelente en realidad, a excepción de su noche de chicas todo se ha visto transparente.

Siendo realista a riesgo de parecer pesimista, no creo que lo de Finn sea un capítulo cerrado.
 
Hay un aspecto que he mencionado antes, se relaciona a la exuberancia sexual de Ángela, algo que puede ser determinante en su forma de relacionarse con los hombres.

Es una mujer que parece ir a tope en lo sexual, dando la sensación que en todo momento está dispuesta y preparada para dar y recibir placer. :follar1::lamidaculo1::bdsm1:
La pasada para cualquiera, hombre o mujer, tener a tu pareja sexual siempre lista y dispuesta a darlo todo. :banana1:

Sólo que son tan activas sexualmente que acostumbran a tener más de una pareja sexual, sobre todo si viajan mucho. :babeando1:

Para Javier eso no debiera representar un gran reto, acostumbrado a un alto estándar en ese desempeño, seguro podría ofrecerle una satisfactoria exclusividad...creo!!! :unsure:
 
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