Reencuentro con Elena

Capítulo 633

Al poco de sentarnos me llamó Daniela, llegando a preocuparme un poco por pensar que había pasado algo con Valentina, por lo que me levanté y me aparté un poco para cogerle la llamada y hablar con ella. Solo me dijo que había pasado el día anterior por casa y que lo acababa de hacer con la idea de poder hablar acerca de lo que dijo Valentina de que no me acercara a ella, porque pensaba que era una muy mala influencia para ella. Tuve que contarle que me había ido a pasar el fin de semana a la playa con la intención de desconectar, entendiéndolo ella y dejando esa conversación por lo tanto para otra ocasión. Le dije que ya nos pondríamos de acuerdo para quedar y poder hacerlo tranquilamente. También le pregunté cómo estaba mi ex, ya que seguía estando muy encima de ella y me contó que seguía igual, aunque ya no la veía tan enfadada, pero sí que se mantenía muy callada sin embargo. Le volví a recordar que no era mi intención hacerle eso y que nadie más que yo tenía la culpa de lo que había pasado, pero que fue algo que no pude evitar.

Dejamos ahí la conversación y volví con Ángela, quien me preguntó si pasa algo. Como no fue nada del otro mundo, le conté de qué había ido la conversación y con quién la había tenido. Ella parecía entender la postura de Valentina, aunque no estaba para nada de acuerdo con ella, pero se ponía en su lugar y pues veía normal que estuviera tan enfadada como para decir eso. Aunque rápidamente cambió de tema para no seguir por ahí, porque la idea de que hubiera ido hasta allí era para no estar pensando en eso y poder descansar la mente. Sacó el tema del sexo por otro lado, estando bastante sorprendida por el cambio que había dado yo en ese aspecto. Mencionó que físicamente tenía el cuerpo más bonito por mucho que ya le gustara cuando nos conocimos y demás, pero lo que más le llamaba la atención era en lo curioso que me había vuelto según sus palabras. Después me dijo que era un poco guarro por cómo lo habíamos hecho últimamente, todo ello entre risas.

No era nada nuevo que quisieran jugar con su culo, porque según me contaba, era la parte de su cuerpo que más les gustaba a sus parejas sexuales, porque siempre que estaban en el tema, era lo que le decían. Por eso no se sorprendió cuando le dije de querer jugar con su culo para acariciarlo y acabar comiéndoselo. Lo que le pareció más raro fue el tema de los pies. Nunca le había pasado que nadie con quien se había ido a la cama hubiera tenido interés por esa parte de su cuerpo, cosa que me extrañó, porque los tenía bastante bonitos. Yo pensé que simplemente no habría dado con alguien a quien le gustara esa parte del cuerpo, porque feos no eran precisamente. Le conté por encima que había aprendido a disfrutar de esa parte del cuerpo en experiencias anteriores, sin llegar a nombrar a nadie en especial, aunque tenía toda la pinta de que sabía por dónde iban los tiros, preguntándome yo si Irene tenía que ver algo en eso.

Pero de la misma manera que le extrañó que hiciera aquello, también me confesó que fue algo que estuvo bien para ella. De primeras raro, por la novedad y por no haber pensado nunca en esa parte de su cuerpo como algo erógeno. Pero conforme se relajó y se dejó hacer en el jacuzzi, le parecía sexy. Así que tomé nota para futuros encuentros entre nosotros, riendo ella porque le parecía una tontería en realidad. Luego estuvimos hablando del tema culo. Era algo que ya había practicado con anterioridad, aunque no mucho, pero que no tenía problema en hacer si la otra persona se lo hacía bien. Y por lo que me contaba y había notado ya, yo no iba mal encaminado. Le reconocí que me había fijado miles de veces en él en los días en los que nos veíamos mucho para irnos a la cama, con la intención de sugerirlo alguna vez, pero que no acabé de hacer por un poco de vergüenza y porque no sabía cómo se lo podía tomar.

Ángela seguía riendo, como siempre, diciendo que era una lástima que no se lo hubiera propuesto, aunque ahora tendríamos oportunidad, pero que igualmente le daba un poco de miedo por el tamaño, porque siempre que había hecho algo por ahí, había sido con poca cosa, ya fuera por algún chico no tan bien dotado o porque de comérselo y meterles los dedos no pasaban, como era el caso de cuando lo hacía con chicas. Le pregunté si no usaba dildos en esas ocasiones y me dijo que no, que era muy raro usar uno cuando se acostaba con una chica. Comentó que como nunca se lo había propuesto, pensaba que no me gustaba nada, porque siempre salía de la otra persona hacer algo en esa zona. Y no iba tan mal desencaminada, porque prefería de la forma más convencional, pero también es verdad que tampoco le había hecho ascos a ningún culo cuando había tenido ocasión.

Volvió a salir eso de que era la parte de su cuerpo que más le llamaba la atención a todo el mundo, preguntándome si era así también para mí. Yo estaba entre esa parte y su cara, porque me parecía una chica guapísima con esa belleza de chica joven con cara aniñada que buen partido le sacaba cuando llevaba poco maquillaje o nada, pero que también resultaba increíble cuando se ponía algo más. Confesé que me gustaba todo de su cuerpo y que no pensaba que algo pudiera ser mejor, echándose a reír ella. Le dije que iba en serio y que no me podía decantar por ninguna parte de su cuerpo en especial, preguntándole si ella tenía alguna parte favorita de su cuerpo. Me dijo que le gustaba su culo y sus ojos, estado yo de acuerdo también en eso último, porque como ya conté cuando la describí por primera vez, Ángela tenía unos ojos de color raro, pero preciosos igualmente.

Aunque también sacó a pasear sus complejos que yo pensaba que no tenía. El primero era su nariz. Pensaba que tenía una imperfección y que por eso le hacía la cara algo aniñada, cosa que no le terminaba de gustar. Me sorprendió mucho que dijera eso, porque a mí me encantaba, tanto su nariz como su cara aniñada. Le dije que tenía que estar de broma con lo que me estaba diciendo, pero ella pensaba así, aunque no tenía en mente hacerse ningún retoque ni nada por suerte. El segundo era que pensaba que tenía sus pechos pequeños. Y es verdad que los tenía así, pero le expliqué que eso no era un problema para los chicos al menos, porque grandes o pequeñas, estando en la cama con una chica que te gusta, vas a disfrutar igual de esa parte de su cuerpo. Hizo un gesto como de entenderlo, extrapolando ella eso a el tamaño del pene. Pensaba exactamente lo mismo respecto a la importancia que se le suele dar, más por nuestra parte que por la de las chicas prácticamente, contándome que pensaba igual. Hasta le conté que había estado con una chica en los últimos meses que prácticamente tenía el pecho plano y que no fue algo que restara una vez nos acostamos.

Pareció quedar más conforme con esa parte de su cuerpo, aunque no volvimos a tratar más de su cuerpo después de que le preguntara si no se animaba a hacer topless aprovechando que estábamos los dos solos, riendo ella. Luego me preguntó a mí. Yo en realidad no había tenido nunca ninguna parte favorita en mi cuerpo. Podría decir una clara, pero tampoco es que fuera con la polla fuera para presumir. Pasó entonces a preguntarme si había tenido algún complejo, contándole yo que antes de ir a la universidad era más corpulento y que no me gustaba nada mi cuerpo. Estaba tan descontento que no me gustaban ni mis manos. Ella se sorprendió bastante, diciéndome que le gustaba todo de mí. Hasta parecía preocupada, pero la tranquilicé al decirle que todo eso formaba parte del pasado y que ya no era así. Como ella me preguntó a mí, hice yo lo mismo con ella para saber cuál era su parte favorita de mi cuerpo. Me volvió a decir que le gustaba todo, pero por quedarse con algo, dijo mi cara, cosa que me sorprendió, porque yo pensaba que no era para tanto. Eso y la expresión que ponía al hablar con ella, eso era lo que más le gustaba de mí.

Dejamos aparcados esos temas para hablar de otras cosas, aunque poco nos duró el rato tranquilo, porque apareció Lucía, llamándonos desde lejos. Ángela reía al darse cuenta, pero no como lo hacía conmigo, porque tenía pinta de que le iba a echar una bronca a su hermana. La verdad es que me apetecía estar tranquilo, porque lo que le pedí que no se metiera mucho con ella, porque para nada que nos quedaba allí, no merecía la pena. Ángela reprochaba que era Lucía la que se metía con ella siempre que podía. Al final quedamos en que no diría mucho, pero que si su hermana la empezaba a chinchar, pues ella se defendería. No lo puso fácil de primeras, saludando alegremente, aunque soltando el chascarrillo de que sí que habíamos madrugado para lo entretenidos que habíamos estado la noche pasada. Yo la saludé ignorando lo que dijo después, haciendo Ángela lo mismo, aunque con desgana.

L: No tenía ni idea de que estabais aquí anoche. Oí algún ruido y tal, pero no pensaba que estuvierais aquí... Jijijiji.
J: Es que teníamos calor y como no podíamos dormir por lo mismo, pues bajamos a darnos un baño.
L: Pero si hay aire acondicionado en toda la casa.
A: Javi no está acostumbrado a la humedad que hace aquí.
L: Ammm... -decía riendo por no creérselo- Cuando llegamos, pensaba que era una pareja y nos quedamos ahí por curiosidad.
J: Pues eso no se hace. ¿No ves que de haber sido así les habrías cortado el rollo?
L: Ah, ¿pero que no lo hice ya?
A: Javi y yo no somos pareja. Lo sabes de sobra.
L: No, si lo digo por cómo salió el del agua. Entre eso y que estaba desnudo, pues sí que os corté el rollo.
J: A ver... Eso fue un juego. ¿No viste que tu hermana llevaba puesto el bikini?
L: Sí, pero...
J: ¿Dentro del agua? Qué incómodo, ¿no? Si se te tiene que irritar todo con el agua salada.
L: ¿No has follado entonces nunca en la playa?
J: En la orilla, como en la películas -dije riéndome.
L: ¿Y se puede saber con quién?
A: ¿Y para qué quieres saber tú eso?
L: Solo pregunto. Para descartar que seas tú.
J: Con una novia que tuve.
L: ¿Y qué juego era ese para estar desnudo y salir...?
J: Pues uno en el que nos contábamos cosas que habíamos visto en la playa por la mañana.
L: Ah... Jajajaja.
A: Lucía, usarías protección, ¿no?
L: Sí, la misma que usas tú.
A: Eh...
L: Es broma. Él traía condones. Pero que si me vas a echar la charla, aplícate el cuento tú antes, ¿vale?
A: ¿Y qué sabrás tú?
L: Sé que no usáis condones, porque no ni rastro de ninguno en la basura. Ni envoltorios ni nada.
J: Como si fuera el único método...
L: Ella dijo una vez que lo más cómodo es usar condón. Así que descarto que haya usado otro método...
A: Pero la diferencia es muy grande, porque conozco a Javi desde hace casi 10 años. Tú a ese chico lo conocías de no hacía ni un día.
L: Es que no sé cuál es el problema. Conocí a un chico y echamos un polvo con protección. ¿No lo has hecho tú nunca? Joder, que tienes 27 años y parece que no te has enterado aún de lo que puede pasar cuando follas sin condón por ahí, aunque el chico controle...
A: Vale, ¿y lo de que tienes novio? ¿Eso cómo va?
L: Corté con él antes de venir. Estaba harta ya de él.
A: ¿Y por qué no me lo has contado?
L: Porque estabas ocupada con otra cosa -dijo mirándome.
J: Bueno, ya está bien. Vamos a dejar el tema.
L: Iba a decir de hacer topless, más que nada para estar un poco en paz contigo, que te he visto ya desnudo dos veces, pero mejor me callo, jajajaja.

Lucía se fue un momento al agua para mojarse el cuerpo después de haberse echado crema y esperar a que su piel la absorbiera un poco, quedándonos en silencio, aunque aproveché para comentarle algo.

-Ángela, lo de la protección...
-¿Qué pasa?
-Pues que tu hermana lleva razón en realidad. Tendríamos que haber usado algo.
-Ya habíamos hablado esto, ¿no?
-Sí, pero...
-Mira, mañana voy a pedir cita con una ginecóloga. Tengo que consultar algunas cosas. Ya sabes que no puedo tomar pastillas.
-Sí, lo sé. Aunque no me contaste nunca los motivos.
-Uff... Reglas irregulares, problemas de piel, los pezones se me ponen más sensibles... ¿Sigo? Jajajaja.
-Joder... Ni que estuvieras tomando veneno.
-Para algunas chicas casi que lo es. Hay gente a la que no le afecta nada, otras tienen algunos problemillas y otras los tenemos todos. Así que eso descartado. Pero no te preocupes, porque quiero hacerlo como lo hemos estado haciendo estos días y que podamos llegar hasta el final. Tiene que ser...
-Joder, sí que te ha gustado volver a probarme... -le dije riendo.
 
Quizás me haya incomodado y discutido así de adolecente, pero ya cerca a los 30 uno habla más suelto. Pareciera que la hermana es mayor a ellos, se le siente menos infantil.
 
Capítulo 634

Ángela se bajó un poco sus gafas de sol para que viera cómo me mirara, haciéndolo ella de arriba a abajo, poniendo una pequeña sonrisa y mordiéndose el labio ligeramente. Cuando su hermana volvió con nosotros no pasó nada más, porque se tumbó sobre su toalla para tomar el sol mientras escuchaba música con unos cascos, lo que nos permitió a Ángela y a mí hablar tranquilamente sin importarnos que ella estuviera ahí, aunque tampoco es que tratáramos ningún tema delicado o privado. Y así transcurrió toda la mañana, con algún baño más para luego ponerse ellas su pareo y yo una camiseta e ir a comer donde lo hicimos el día anterior, charlando entre todos con un ambiente más distendido. Una vez acabamos, recogimos todo para irnos a la casa y meternos en el jacuzzi, estando allí relajados y charlando, para apurar hasta el final una vez nos tuviéramos que duchar y arreglar para irnos al aeropuerto.

Fue Lucía la que nos dejó en el aeropuerto al llevarnos en coche después de que nos diéramos una buena ducha, por separado, y nos arregláramos. Nos dejó en la misma puerta para que no tuviéramos que dar mucha vuelta. La despedida fue mejor de lo que esperaba y es que apesar del pique que tenían y de llevarse un poco como el perro y el gato, se querían. Ángela puso una cara muy mona de quedarse algo preocupada después de darle un buen abrazo y un beso en la mejilla a su hermana, correspondiendo ella con el mismo gesto. Aunque ella estaba muy alegre diciendo que en nada venía su madre y que parecía que tenía 5 años por cómo de preocupada quedaba ella. Conmigo también se despidió de manera cariñosa al darme un buen abrazo y dos besos en las mejillas que se volvieron más lentos de lo que suelen ser ese tipo de besos, diciéndome además que se alegraba mucho de haberme conocido y que esperaba poder vernos más cuando fuera a ver a Ángela, porque iban a pasar una temporada juntas al final.

Bajé las maletas del coche y fuimos a embarcar, quedándonos sentados esperando a que avisaran para ir hacia la cola para entrar al avión, cosa que no iba a tardar mucho en principio. A Ángela no se le iba esa cara larga por dejar a su hermana sola, intentando yo animarla diciéndole que su madre iba a llegar en menos de un día y que era imposible que la liara tanto como para que se pusiera así. Esta vez me respondió riendo mientras decía que se notaba que no la conocía bien. Si ella lo decía debía ser cierto, pero le recordé que usó protección con aquel chico con el que la vimos, o mejor dicho, con el que iba cuando nos encontró en la playa la noche anterior. Seguía sin quedarse tranquila al respecto, por lo que pasé a cambiar de tema con tal de que se animara un poco, medio consiguiéndolo, aunque como teníamos que irnos, nos pusimos en la cola para estar pendientes y montarnos así en el avión.

Allí encontró bastante alivio cuando vio ese chico rubio con el que estaba su hermana. Al parecer tenía un plan parecido al nuestro y estaba volviendo a casa. Bueno, como casi todo el mundo, porque en su mayoría, el avión estaba lleno de gente de nuestra edad, o un par de años menos. Muchos estaban con cara de reventados, durmiendo hasta en posturas que parecía que ni una bomba los despertaría, otros dormían ya de manera más normal. Ángela quedó tan satisfecha al verlo, que no tardó tampoco en dormirse, echándose sobre mi hombro todo el camino de vuelta. Y qué suerte tenía, como todos los que lo hacían, porque yo no me dormí y sufrí las tremendas turbulencias que hubo de vuelta. Volar no era algo que me diera miedo en especial más allá de los típicos nervios que se suelen tener cuando vas a coger un vuelo y no estás acostumbrado, pero aquel vuelo logró enervarme con tanto bote y temblor.

Hasta se apagaron las luces, aunque la gente estaba como si tal cosa. Lo que más me acojonó fue notar como el avión se movía y no quedaba totalmente horizontal, pudiendo ver por un lado el cielo y por el otro la tierra. Por suerte, a la media hora de salir paró aquello y fue mucho más tranquilo, con Ángela despertándose tan solo para decirme con una voz muy mimosa que tenía frío y que apagara el chorro de aire que nos daba a los dos, volviéndose a acurrucar contra mí. Estaba tan mona con sus dos típicas trencitas a cada lado de su nuca que no le podía decir que no pese a tener yo calor por las secuelas de haberlo pasado mal hacia no mucho. Al aterrizar se despertó y se desperezó un poco y ya salimos. Era bastante temprano como para encerrarse a dormir, por lo que pensamos en ir a cenar algo, aunque teníamos que ir con las maletas, pero no resultaba tan molesto al ser cómodas de llevar. Cenamos en un bar que solíamos frecuentar cuando éramos estudiantes y comentamos muchas cosas de lo ocurrido ese fin de semana, pasando un rato agradable hasta que dijimos de irnos.

Estábamos aún bastante retirados de nuestras casas, pero decidimos ir andando aprovechando que hacia una noche fantástica pese a estar en pleno agosto. Su casa pillaba de camino antes que la mía y poco antes de llegar me preguntó si quería subir un rato y así me la enseñaba. Pensé en ponerme en contacto con Daniela para vernos y poder tener la charla que teníamos pendiente, pero la verdad es que me apetecía seguir estando con ella pese a haber estado prácticamente pegados dos días enteros. Así que subí a su casa y me la enseñó por completo. Hasta la habitación de Lucía. Toda la casa tenía una decoración bastante similar a la casa que tenían en la playa, con mucho tono blanco y pastel. Aunque la habitación de Ángela tenía una decoración que me recordaba más a la que tenía cuando iba a la universidad, donde abundaban los detalles de color verde, su favorito.

Entre una cosa y otra, acabamos enrollados con las típicas coñas de que tenía una buena cama, sentándome yo en ella para botar un poco, haciendo ella lo mismo. Seguía con ese aire tan mono con ese peinado y esa sonrisa resplandeciente y no pude evitar besarla. Ella no se resistió para nada al dejarse llevar después de poner una de sus manos en mi cara para acariciarla. Tan solo salió un pequeño gemido de su boca cuando lo hice, seguido de varias risas durante todo el rato que estuvimos comiéndonos la boca. Pero el cuerpo pedía más, sí, lo hacía pese al fin de semana que nos pegamos. Por eso acabamos follando. Y no de manera lenta precisamente, porque parecía que nos faltaba tiempo, al menos para mí. Ni nos desnudamos, porque no le quité la camiseta blanca de tirantes que llevaba, ni su sujetador, tan solo me limité a bajarle hasta medio muslo sus shorts vaqueros y su tanga, haciendo yo lo mismo con mis pantalones y mis boxers.

Ángela estaba sobre su cama, bocarriba y con su culo casi en el filo mientras que yo sujetaba sus tobillos para mantener las piernas todo lo abiertas que nos permitía su ropa para metérsela a buen ritmo. Es que ni sus Converse negras le quité. Solo quería follarla, lo demás no me importaba absolutamente nada. Fue rápido y frenético el polvo, porque duró poco y no cambiamos de postura. Lo único diferente de lo anterior descrito fue que ella se subió la camiseta y su sujetador para dejar sus tetitas al aire, apretándoselas, aunque sin llegar a hacerlo directamente con sus pezones. También las juntaba, aunque su mirada estaba clavada en la mía. Y lo único que me pidió fue que me quitara la camiseta, cosa que hice en un segundo, tirándola al suelo. Le llegó su orgasmo muy rápido, cosa que se veía venir por lo lubricada que estaba y por la cantidad de fluidos que segregaba. Dio un grito para interrumpir esos gemidos que cortos que lanzaba durante todo el mete-saca y manifestarlo así, siguiendo con esos mismos gemidos una vez lo dio y aguantó la respiración durante unos segundos.

Se la tuve que sacar en a prisa, porque una vez más, lo estábamos haciendo sin nada de protección y sentir su orgasmo aceleró mucho la cosa para mí como para que me viniera el mío. Como pude, mantuve sus piernas abiertas para agarrar mi polla y dar las últimas sacudidas para empezar a descargar sobre su torso, llegándole algún chorro hasta sus tetas. Ella gemía aún por su orgasmo, aunque ahora lo hacía más mimosa. Cuando acabé me tumbé a su lado sin ni siquiera ponerme bien la ropa, quedando ambos así durante unos minutos, porque había sido intenso, aunque me pidió que fuera a por papel al baño para poder limpiarse. Y eso fue lo que hice, llevándole también toallitas que vi. Me puse bien la ropa y me quedé mirándola hasta que acabó y también se puso bien la suya, quedándonos tumbados y mirando a ese techo que tenía con algunas estrellas fluorescentes, las cuales iluminaban un poco. No era un silencio incómodo, porque ambos estábamos a gusto, o al menos así estaba yo y es lo que percibía de ella.

-Tenemos que dejar de follar sin condón hasta que... -dije riéndome.
-Ya. Es que... Jajajaja.
-Se te ha pasado la sensibilidad, ¿no? Jajajaja.
-Calla... -dijo dándome un manotazo, aunque riendo.
-Oye, en serio, gracias por invitarme este fin de semana a tu casa en la playa.
-No es nada.
-Sí que lo es.
-Ni que te hubiera pagado el viaje, jajaja.
-Me da igual eso. Lo importante para mí ha sido la compañía que he tenido. Te has preocupado de mantenerme entretenido para que no me comiera el coco.
-Es lo menos que podía hacer cuando he sido yo la que…
-No has sido tú. El que te empezó todo besándote fui yo.
-Ya, pero...
-Me ha venido muy bien -dije interrumpiéndola.
-Bueno, con mi hermana por allí...
-Ha sido divertido ver el pique que tenéis y no ha dejado que tuviéramos oportunidad de aburrirnos. Además, hemos hecho lo que hemos querido.
-Bueno... No ha estado mal.
-¿Perdona? -pregunté haciéndome el ofendido.
-Jajajajajaja. Me refería a que lo podríamos haber pasado mucho mejor de lo que lo hemos hecho.
-Joder, ya tendremos ocasión.
-Es verdad.
-Oye, que he estado pensando...
-Dime.
-Como tú me has invitado este fin de semana, me gustaría hacer lo mismo.
-No hace falta que...
-Es que el fin de semana que viene me voy de viaje a Manchester. ¿Te quieres venir conmigo?
-¿A Manchester? ¿Y eso?

Le comenté a Ángela el plan que tenía para ese fin de semana, habiendo venido más rápido de lo que pensaba, porque parecía que había sido la semana anterior cuando me había enterado de tal cosa, pero lo cierto es que ya habían pasado unas semanas. A ella le pareció muy guay lo que le conté y la verdad es que le apetecía, porque era una ciudad que ninguno de los dos habíamos visto y en cierto modo nos recordaba al viaje que hicimos cuando ambos íbamos a la universidad y que justo ese fin de semana rememoramos haciendo algún comentario. Acabó aceptando, diciéndome que se tenía que organizar con el trabajo, aunque solía tener un planning parecido al que seguía yo en su día al dejar libres los fines de semana. Así que quedamos en que iríamos hablando a lo largo de la semana lo que podíamos hacer allí, porque los billetes ya los tenía yo comprados. Fue algo que le sorprendió y aunque no le dije nada, ella puso cara de entender por qué había comprado dos billetes, pero no terminó de decir nada. Iba a hacer un comentario para que viera que ella no era un segundo plato, porque simplemente la cosa se dio así, pero no lo llegué a hacer, porque se lo ocurrió algo para hacer allí y me empezó a contar.

Me preguntó si me quería quedar a dormir con ella para no tener que ir a casa ahora que se hacía tarde, pero tenía ganas de llegar a casa para empezar a colocar todo lo que me había llevado, de la misma manera que quería madrugar para ir al gimnasio y tener una buena sesión, que entre una cosa y otra, lo tenía algo abandonado. No puso una cara rara ni nada, pareciéndole perfecto, aunque es verdad que le sugerí yo de comer juntos al día siguiente, aceptando ella con una sonrisa. Así que nos despedimos con un buen abrazo y un beso por mi parte en su cabeza, comenzando a caminar hasta casa, donde empecé a lavar ropa, porque no tenía sueño por mucho que quisiera madrugar al día siguiente. Ya en casa y en soledad se me venía Valentina a la cabeza. Durante todo el tiempo que estuve con Ángela no tuve ocasión de pensar en ella, cosa que me venía muy bien como le dije para descansar en ese aspecto.

Pero ahora sí que lo hacía. Me seguía sintiendo mal por ella, porque no se merecía nada lo que le había hecho y me seguía encontrando muy sorprendido por mi actitud frente a lo que había pasado. No por haberla engañado, haber sido capaz de contarle todo lo que pasó o por dejarlo todo a su elección a la hora de continuar o no con la relación, sino por cómo de fácil y rápido me desenganché de ella. Cada vez estaba más convencido de que no estaba enamorado de ella por mucho que me gustara y por mucho que la quisiera. Era algo muy diferente a lo que ya había vivido anteriormente y suponía que era eso por lo que no había conseguido cumplir mi palabra y de hecho, seguir viéndome con Ángela de esa manera, que parecíamos conejos aquel fin de semana que acabábamos de pasar juntos. Era algo que de siempre me llamaba la atención cuando lo veía en otras parejas desde fuera y que ahora vivía yo, aunque seguía sin entenderlo del todo.
 
A ver. Yo seré muy romántico, pero es que siempre fui muy de Ángela. Cuando terminó lo de Elena, me hubiera gustado que apareciera. Yo es que veo una posible relación con Ella y creo que sí es la indicada. Al menos debería plantearselo a ver qué pasa.
 
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A ver. Yo seré muy romántica

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La reaparición de Ángela en la vida de Javier ha sido la de un virtual bulldozer.

Ha arrasado emocional y físicamente con casi cualquier vestigio de su relación con Valentina.

Apenas van días de lo que eran Javier y Valentina, y se siente algo tan lejano e insignificante. Quién lo diría.

Quedó en evidencia la falta de una base emocional fuerte y lo forzosa que fue llevada esa relación.

En cambio, estos dos son como pedernales, sacan chispas apenas los acercas.

Yo, en el lugar de Javier pondría la pelota al piso un rato, y meditaría seriamente los pasos a seguir.

Relacionarse con una mujer como Ángela, a cualquier nivel, puede resultar un gran riesgo para la integridad psico-emocional de algunos hombres. No son para cualquiera.

El ascenso es vertiginoso e intenso, fácil es enamorarse y encoñarse, lo duro viene después.

En todo caso Javiermán siempre tiene distracciones que le hacen todo más llevadero, Irene, Sofía, Daniela, Julia, Lucía, Sara, hasta Valentina.
 
Hola, buenas noches.

Lo primero, agradecer al autor su trabajo y su constancia.

Lo segundo, sólo decir que ya va siendo hora de que el tema con Sara se cierre, que lleva la pobre esperando un montón de tiempo....

Saludos y gracias.

Hotam
 
Capítulo 635

La semana la empecé efectivamente en el gimnasio, teniendo una buena sesión como yo quería tener. Luego me marché a la academia para seguir con las clases, quedando cada vez menos para las recuperaciones de septiembre. Todo fue bien y no tuve que llevarme nada a casa para corregir ni nada, aunque en realidad no fui a mi casa, sino que fui a la de Ángela, porque a eso de las 12 me mandó un mensaje para que comiéramos juntos allí. Cuando llegué me recibió con un abrazo muy grande, estando muy mona con una camiseta de manga corta bastante ancha y unos shorts de pijama para estar más cómoda. También iba en chanclas, lo que significaba que quedaba muy lejos de mi altura. Siempre me hacía gracia cuando iba de plano y me miraba, porque muchas veces ponía sus manos juntas como si la intimidara o algo y en esta ocasión volvió a pasar. Preparó algo simple para comer los dos tranquilamente mientras charlábamos y nos contamos nuestro día. Bueno, ella me preguntó a mí, interesándose bastante sin llegar a contarme nada de lo que había hecho.

Aunque me enteraría cuando acabáramos y nos fuéramos al sofá, porque me apetecía hacer algo con ella, pero no pudo ser, porque me contó que había ido a su cita con su ginecóloga y habían estado hablando de los métodos anticonceptivos. Le sugirió varios, donde el más recomendado era el preservativo por el tema de la comodidad y demás, pero fue algo que ella descartó. Así, se decantó por uno que creyó sería el más óptimo. Ángela se colocó un DIU esa misma mañana. Me estuvo contando que había varias marcas y que había dos tipos de tratamientos, uno de hormonas y otro que funcionaba con un hilo de cobre. En primero lo descartó por lo mismo que dejaba de lado las píldoras anticonceptivas, pensando que le pasaría lo mismo al intervenir en su cuerpo a ese nivel, por lo que acabó decantándose por el de hilo de cobre. Otra ventaja de elegir ese era que se podían mantener relaciones casi de manera instantánea, mientras que con el de hormonas había que esperar unos 7 días si no se colocaba durante el periodo o algo así. Demasiado complejo para que pudiera entender todo aquello al tener en cuenta tantos detalles, pero quedé muy conforme, porque podríamos hacerlo con una muy buena protección sin correr riesgos, tal y como queríamos.

Sin embargo, Ángela me contó que había tenido molestias en el proceso y que las seguía teniendo. Se lo puso poco antes de mandarme ese mensaje en el que me invitaba a comer en su casa y por eso no se había esmerado mucho en lo que había preparado bajo su punto de vista, a la vez que iba vestida así de cómoda, porque tenía un poco de malestar y quería descansar. Le resté importancia al decirle que me había gustado mucho lo que había preparado, de la misma manera que le dije que ella estaba guapa con lo que se pusiera. Además, ya la había visto así varias veces de cuando estudiábamos juntos y se ponía más cómoda. Así que nos quedamos en el sofá, los dos echados, con ella sobre mí, dándome las gracias por ser comprensivo, diciendo yo que faltaría menos. Me contó que ese día se lo iba a tomar libre, pero que no se podía dormir para poder irnos juntos a Manchester sin tener ninguna preocupación.

No tardé mucho en irme tampoco, porque le mandé un mensaje a Daniela para hablar y poder quitárnoslo de encima cuanto antes, quedando media hora antes de que abriera la cafetería para hablar allí mismo en lo que ella iba preparándolo todo. Antes de irme, le dije a Ángela que se pasara por mi casa a la noche por si no quería estar sola y así cenar en compañía. A ella le pareció bien, por lo que le dije que para las 9 salía y que estaría por allí en poco tiempo. Me dijo que allí estaría y nos despedimos conforme nos saludamos cuando llegué, con un fuerte abrazo. Así que salí de su casa y me puse en camino para ir a la cafetería de Daniela, estando yo bastante seguro de que no me cruzaría con Valentina. No era algo que no quisiera por mí, sino por ella, porque sabía que no le iba a gustar nada. De hecho, yo quería verla para ver cómo se encontraba de verdad, porque la conocía y con solo verla sabría si había empezado a pasar página o no. Me habría encantado quedar bien con ella, pero desde luego con lo que hice y por cómo se lo tomó ella era imposible.

-Hola Javi, ¿cómo estás? -preguntó Daniela con cierto tono de preocupación una vez le dije por mensaje que estaba en la puerta y me abrió ella para que pudiera pasar.
-Joder, cualquiera diría que hice lo que hice por el tono que tienes al hablarme... -dije con tono de broma para relajar el ambiente, porque por cómo la veía pensaba que no iba a ser muy fácil aquella conversación.
-Es que eres mi amigo y me preocupo por ti, porque sé que no lo has pasado bien con todo esto.
-Ya...
-¿Me equivoco?
-No, no. Lo he pasado algo mal por ella.
-¿Y por qué reaccionas así a lo que te he dicho?
-Porque pienso que no merezco que me trates así de bien.
-¿Por qué dices eso?
-Porque me habré acostado con la chica con la que le puse los cuernos a Valentina como tres veces más.
-Ah... -dijo algo cortada.
-Lo que más me molesta de lo que he hecho ha sido hacer sentir tan mal a Valentina. No quería que pasara por eso de nuevo, especialmente después de haber resuelto el tema de su marido hace nada. Pero ha pasado y no se puede dar marcha atrás.
-Ya.
-Valentina me gusta mucho y la quiero mucho, pero... Esta chica es especial para mí. Te tengo que reconocer que yo pensaba que no estaba enamorado de Valentina. Y lo sigo pensando...
-¿Y por qué estabas con ella entonces? ¿Solo por el sexo?
-Todo empezó así, pero no. Con el tiempo fui capaz de verla para otras cosas. Me gustaba pasar tiempo con ella. Es una mujer muy interesante y con ella no me aburría. Aunque también es verdad que le costó abrirse y que estuviéramos bien, porque ella me veía como yo la veía a ella, para echar nuestros polvos. Pero nos acabamos cogiendo cariño. Y cuando me contó lo de su marido y me dijo que me quería, pues... Yo también descubrí que la quería, porque me preocupaba por ella como lo había hecho con pocas personas. Me dijo que lo podíamos intentar si me parecía bien y la verdad es que me apetecía.
-Me da mucha pena que hayáis roto.
-No hemos roto. Me ha dejado. Por mi culpa, pero si hubiera sido por mí, la cosa habría seguido.
-¿Seguro? Como dices que te has seguido viendo con tu amiga...
-Es verdad que me he seguido viendo con ella, pero en parte ha sido porque ella se ha preocupado por mí y quería saber cómo iba evolucionando la cosa. Se fue a la playa el lunes por la mañana y cuando le conté que me había dejado, me propuso irme con ella a la playa para distraerme y no pensar.
-Ya veo.
-¿Qué piensas?
-Mmm, pues conforme me lo cuentas, pienso que quizá esté interesada en ti, por eso te dijo que te fueras con ella a la playa.
-No me ha dado esa impresión. A ver, ella estuvo enamorada de mí hace tiempo, porque estudiamos juntos en esta ciudad y pasábamos mucho tiempo juntos. Pero en esta ocasión no me ha dado la impresión de que esté interesada en mí de esa manera. Y mejor, porque ahora mismo yo necesito un descanso por todo lo que ha pasado.
-Solo saco conclusiones de lo que me cuentas. No la conozco ni veo el trato que tenéis para poder estar segura.
-Mira, hace como un poco más de un año, me encontré con ella después de estar un tiempo sin vernos. Yo llevaba con mi novia un par de meses, con la primera novia que me había echado en mi vida.
-¿Valentina es la segunda? -preguntó interrumpiéndome y algo sorprendida.
-Así es. La cosa es... -seguí- Yo estaba enamorado de mi novia a más no poder. Te lo prometo. Pero cuando me contó que sentía cosas por mí en años anteriores, que se sentía mal por decir cosas no muy apropiadas delante de mi novia, por la despedida que tuvimos al irse ella por medio a enamorarse de nuevo o encapricharse... Pues me di cuenta de lo importante que era para mí.
-Mmm, no entiendo.
-Sembró dudas en mí. Dudas estando muy enamorado de mi novia, como te he dicho. Estaba confuso y me dolió que se fuera de mi vida y que cortara todo contacto conmigo al decirme que me centrara en mi novia. Mis amigos hablaron conmigo y me hicieron ver algo que yo ya sabía, que no tenía por qué tener dudas cuando la chica con la que estaba lo era todo para mí. Pero esas dudas surgieron. Eso no me lo quitaba nadie de la cabeza por mucho que me diera cuenta de que lo que tenía era lo que quería.
-Vale. ¿Y qué tiene que ver eso con lo que ha pasado con Valentina?
-Pues tiene que ver mucho, porque si ella plantó dudas en mí estando enamorado, sin estarlo... ¿Tú qué crees que puede pasar?
-Ah... -decía entendiendo.
-No acabamos muy bien, como te he dicho. Y me hizo mucha ilusión verla. Mira, la vi yo a ella sin que se diera cuenta, pero no me acerqué. Por miedo a que no quisiera saber nada de mí todavía y casi que también por lo que acabó pasando. Pero es que a los pocos minutos ella me vio y se acercó a verme. Y eso que pensaba que se había ido, pero volvió y me habló. Le hizo mucha ilusión verme y a mí también. Nos fuimos a mi casa para hablar de muchas cosas. Tantas... Yo sabía muy poco de ella, lo justo para saber que estaba bien, porque Irene, Mario y Sofía son amigos nuestros en común. Ya sabes cómo es mi amiga Irene y resulta que la tenía muy bien informada de todo lo que pasaba conmigo.
-Así que sabía que tenías novia.
-Sí. Justo cuando fui a besarla me preguntó qué pasaba con ella. Pero a esas alturas no pude frenar. Ya era demasiado tarde. Y acabamos en la cama.
-Por cómo hablas de esa chica parece que es importante para ti.
-Lo es.
-¿Estás seguro de que no estás enamorado de ella como te dije?
-No, no estoy enamorado de ella.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque no he sentido por nadie más lo mismo que sentía con mi ex. Por eso. Ángela es muy especial para mí y la quiero a rabiar, pero no llega a eso por muy bien que me haga sentir.
-¿Sientes más con ella que lo que sentías con Valentina?
-No lo sé. Puede.
-Pfff... Estás hecho un lío.
-Bueno...
-No me puedes decir que te gustaría seguir con Valentina cuando sientes más por esa chica.
-Es que es muy difícil, Daniela. Yo... No sé qué decir respecto a eso. Lo que sí te puedo asegurar es que todo lo que ha pasado con Valentina ha sido real para mí. No he mentido en nada de lo que le he dicho. Te lo juro. Me parece una mujer excepcional y la he querido. Y lo sigo haciendo, pero ha pasado esto. Joder, es más normal de lo que parece, ¿no? Hay mucha gente que es infiel. ¿O soy el único?
-No. No lo eres.
-Me gustaría verla para poder hablar con ella, pero sé que es imposible. No quería hacerle el daño que le he hecho y deseo que todo le vaya bien y que pueda encontrar al alguien que la llene de la manera que ella busca y que le sea fiel y que sea feliz. Te prometo que no hago esto para que se lo cuentes a ella. Pero es que necesitaba hablarlo con alguien que conociera bien nuestra relación.
-Sé cómo eres. He visto cómo mirabas a Valentina y cómo la has tratado. Sé lo que hay.
-Bien.
-Ha pasado unos días malos. Eso ya lo sabes.
-Me lo imaginaba. Ha tenido que relacionar esto con lo de su exmarido y ahora pues no va a confiar en nadie seguramente. Me siento muy culpable por eso.
-Necesita tiempo para sanar heridas.
-Ya. El tiempo lo cura todo, ¿no?
-Eso dicen.
-Y respecto a lo que queríamos hablar de verdad...
-Ah, sí...
-¿Quieres decir algo?
-Tú primero.
-Yo creo que ella no es quién para decidir eso si te soy sincero. Pienso que es algo que nos concierne a ti y a mí. A nadie más. Pero por otra parte...
-¿Mmm?
-Por otra parte, sé que no tiene más amigas o amigos. Y necesita a alguien con quien hablar, con quien desahogarse y con quien socializar. Y tú eres perfecta para ello. Además, tú también la quieres mucho. Como ella a ti. Tú eres una de las pocas personas en las que sigue confiando.
-Pero tú también eres mi amigo. No me parece justo que no pueda hablarte ni nada. Está enfadada. Eso es todo.
-Ha sido un palo muy grande para ella. Y yo quiero que esté bien. Sola no lo va a estar.
-¿Y si le hacemos caso y dejamos que pase un poco el tiempo para ver si se calma? Seguro que cuando se le pase el enfado y cure un poco estas heridas no piensa tan así.
-Me parece bien. Creo que lo mejor va a ser que no hablemos por mensaje ni nada, porque ella es capaz de coger tu móvil para revisarlo con tal de asegurarse.
-¿En serio?
-Puede ser. Ella es así. Tiene sus motivos para serlo, desde luego. Pero quiero que tengas en mente que puedes contar conmigo para lo que sea. Si necesitas ayuda para lo que sea, o por Valentina, por si va a peor o algo, yo qué sé... Que sepas que me tienes aquí para lo que sea, ¿vale?
-Vale -dijo poniendo una sonrisa muy bonita en su cara, pasando a darme un abrazo después-. Tú también puedes contar conmigo para lo que sea. Que no se te olvide, ¿vale?
-Sí. Háblame en unas semanas para contarme cómo estáis las dos. No quiero dejar de saber de vosotras.
-Muy bien.
 
Era de esperar, Javier dejando alguna ventana abierta con Daniela y Valentina, todo un caballero, disponible para lo que necesiten. :cunao1:

Enamorado de Ángela?...no lo creo, aún. Justo ahora es por quién más siente, y lo sucedido hasta ahora ha sido más que sólo sexo. :oops:

Admito que el amor, enamoramiento o encoñamiento nos lleve a ser egoístas, pero considero que con Valentina ha sido muy cruel.

Por complicado que haya sido lo de ellos, no lo merece, esa forma de reemplazarla, para él casi ha sido como cambiarse de ropa. :cautious:

No nos engañemos, con Ángela no es un polvo más, se buscan, se preocupan y se preparan en aspectos que sólo las parejas lo hacen.

Bien por ellos, para mí hacen una pareja perfecta, espero no permitan verse afectados por influencias externas, de ambos lados.

Ella conoce casi todo de él y su entorno, en cambio Javier poco y nada sabe del de ella. :unsure:

Veremos esta nueva y muy interesante etapa en la vida de Javier.:dancer1:
 
Última edición:
Pues yo hasta dudo que haya estado enamorado de Elena la verdad, lo de Danny es una especie de idealización que tiene en la cabeza. Es que hace cosas muy raras que se contradice mucho con lo que piensa.

Osea, piensa y medita sobre algo, pero hace lo contrario. Entonces, es difícil descifrar sus sentimientos la verdad.
 
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