Reencuentro con Elena

Todavía no entiendo que Javier no se preocupe de mantener un lugar con adecuada independencia donde ofrecer privacidad y libertad de acción a la pareja sexual de turno.

Es un grave error táctico para un hombre soltero tan activo como él, más si fue una decisión propia perder tal independencia.

Cuando las citas van sólo por sexo, con el tiempo ese tipo de limitaciones suele terminar frustrando a algunos, sobre todo aquellos que para la obtención del placer necesitan comportarse con total libertad y desenfreno.

Resulta inevitable para Javier ser arrastrado por el morbo de Ángela, que con astucia comparte sus hazañas transfiriéndole el placer de sus propias fantasías.

Ella lo quiere llevar a su terreno, nada raro que pronto los veamos liados en un trío con Cintia, y recién vamos en el entremés.

Un virtual súcubo. :banana1:






Mientras, angustiada por no admitir el real motivo de no viajar al cumple de la abuela, tiernamente intenta distraerlo...acércate D...
 
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Capítulo 658

-Quédate a dormir -le pedí de manera impulsiva, tal y como surgió el pico que le di en su casa.
-¿Quieres que me quede a dormir?
-Sí -respondí lo obvio.
-Pero tu compañera de piso...
-No te preocupes. Se va muy temprano a clase.
-Y yo también trabajo temprano.
-Pero no será mucho el tiempo que pierdas. Además, ya se ha hecho tarde...
-Vale. Voy a avisar a mi hermana para que no se preocupe.
-Muy bien.

Ángela avisó a su hermana mandándole un mensaje y se puso sus braguitas para dormir tal cual estaba, con mi camiseta, mientras que yo ya me había puesto mis boxers una vez acabé de limpiarme. Ella se quedó dormida casi de inmediato después de darme las buenas noches y un beso en la mejilla. Se puso de lado mirando hacia mí, quedándome yo mirándola durante un buen rato. No entendía qué me pasaba, por qué me había salido decirle que se quedara a dormir tan repentinamente sabiendo yo que le daba un poco de vergüenza por Andrea. No ayudó mucho despertar abrazándola una vez me pude dormir para despejar mis dudas. Estaba muy a gusto con ella y no paraba de buscar contacto con su cuerpo, queriendo olerla, acariciarla... No terminaba de entender cómo había estado tantos años con ella como si nada y ahora estaba con más ganas de ella constantemente, aunque tampoco era nada nuevo, porque antes de que nos dejáramos de ver me pasaba algo parecido.

Me desperté con una erección de las buenas cuando ya clareaba, encontrándola despierta, abrazándome ella también y acariciando mi cuerpo. Estaba tan a gusto que no quería que ese momento se acabara, aunque ella con un movimiento muy leve debió sentir mi dureza, porque noté como si riera al exhalar aire por su nariz, pasando a poner su mano sobre la zona para acariciar muy suavemente. Yo también aproveché para acariciar su culo, sin que ninguno de los dos dijéramos nada, concentrándonos en lo que hacíamos con nuestras manos, estando en absoluto silencio. Se podía oír como Andrea se levantó y empezaba a deambular por la casa para prepararse el café que siempre se tomaba, al igual que se escuchaba cómo circulaba por el baño. Para cuando acabó de darse una ducha, Ángela y yo estábamos follando de manera lenta, pero constante. Me montaba con unos movimientos lentos y muy sensuales que me estaban encantando, aunque paró repentinamente al oír a Andrea cerca de la habitación en la que estábamos.

Fue una falsa alarma y reanudó esos movimientos para continuar con ese polvo tan espontáneo, pudiendo oír cómo Andrea se marchó al cerrar la puerta. Aquí, Ángela sí que cambió su manera de follarme al hacerlo de manera más rápida, del mismo modo que sus gemidos empezaban a ser cada vez más altos. Y los míos también, porque estaba muy caliente como para eso. Esta vez sí que tuvo un orgasmo intenso, de esos que le engarrotaban un poco el cuerpo para luego relajarse sobre mí, tratando de recuperar la respiración. Como se había vuelto costumbre, acabé dentro de ella, levantando mis caderas al tratar de hacer na penetración lo más profunda que pudiera, quedando de la misma manera que ella una vez acabé. Tras unos momentos se bajó de mi cuerpo para quedarse sobre la cama, donde estuvimos vagueando unos minutos, pero sin hablar nada todavía, tal y como habíamos estado durante todo el tiempo desde que nos despertamos.

Aunque no tardamos mucho en levantarnos, haciéndolo yo primero para darme una ducha rápida por haber sudado un poco en ese momento y también antes de irnos a dormir, dejándole el baño libre rápidamente para ir a la cocina y preparar algo de café y algo para desayunar. Me agradeció el gesto y lo hicimos ahí, comentando un poco lo que íbamos a hacer, aunque no acordamos nada para volver a quedar. La notaba un poco cansada y no era para menos con el ritmo de trabajo que estaba teniendo los últimos días y que aún le duraría durante unos cuantos más como me contó tras leer un correo que le enviaron. Así que nos despedimos, pero le acompañé a su casa aprovechando que iba al gimnasio, despidiéndonos allí como siempre lo solíamos hacer, con un abrazo y un beso en la mejilla, aunque a mí me habría gustado hacerlo de otra manera. Y hasta estaba un poco molesto por no poder haber desayunado más tranquilamente con ella al tener tanta prisa para ponerse a trabajar cuanto antes, aunque tampoco le eché nada en cara. Ni mucho menos.

En el gimnasio tuve tiempo de darle más vueltas aún a lo que ya venía rondando mi cabeza varios días, aunque acababa siempre igual. Ya en casa me despejé con otra ducha, distrayéndome también al tener que preparar alguna cosa para las clases. Y allí también estuve concentrado en lo mío con los alumnos de los cursos, tratando de hacer unas clases más participativas en las que habláramos más entre todos que otra cosa para evitar pensar y tratar así de estar bien concentrado en lo mío, que era lo que debía hacer. También pude evadirme un buen rato cuando hice el parón del mediodía, yendo a comprar alguna cosa mientras hacía hora para que Andrea viniera a casa al salir de clase y ponernos entre los dos a hacer la comida, charlando sin parar y viendo cómo lo íbamos a hacer para que le echara una mano con el francés. Luego de vuelta al trabajo, con el mismo plan para no darle más vueltas al tema. Y ya de noche, pues me quedaba jugando a la consola cuando Andrea se marchaba a dormir hasta que me entraba sueño y me iba a la cama.

Así estuve hasta el viernes, en donde Ángela me invitó a comer. Bueno, a mí y a Andrea, porque yo no quería dejarla sola para comer y al final me dijo que la trajera. Me sorprendió que no rechazara la oferta como ya había hecho anteriormente cuando Irene o yo le proponíamos un plan. Y puntual llegó a casa para marcharnos a la de Ángela y comer allí junto a ella y su hermana Lucía. Fue un rato bastante agradable en el que Lucía parecía cortarse un poco con Andrea de por medio, porque no llegó a soltar ninguna de las suyas. Ambas no paraban de hablar para conocerse, llegando a decir que les parecía hacerse visto por la universidad y demás. En un momento dado, me quedé a solas con Ángela en la cocina, buscando ese contacto que el cuerpo me venía pidiendo, consiguiendo algo al abrazarla desde atrás, con ella riendo, para preguntarle cuando podríamos quedarnos solos. Dándose la vuelta me dijo que ese fin de semana, Lucía se iba a ir a casa para estar con su madre y que era algo que le venía bien para poder estar ella tranquila para trabajar, teniendo ella pensado ultimar todo lo que tenía acumulado de esos días intensos que había en el periódico.

Me pareció muy bien, pero le pregunté si no nos podíamos ver por lo mismo, diciendo ella que algo se podría hacer. Al final le entraron ganas cuando le dije de quedar para cenar al día siguiente, llevando yo algo que pillara en algún sitio para llevar, teniendo así la casa sola y bastante rato para poder divertirnos. Luego volvimos con las chicas y continuamos con la charla, aunque yo estaba más pendiente de ella al verla tan guapa pese a ir con su típico look de día a día con ropa cómoda y sus trencitas. De la misma manera que me pasó cuando la acompañé a casa el jueves bien temprano por la mañana, al despedirnos me quedé con más ganas de darle un buen beso y un buen abrazo, haciéndolo de manera mucho más comedida que de lo habitual al estar su hermana y Andrea delante. De camino, mi compañera de piso comentaba lo bien que les caía las dos, aunque el comentario aquel que me hizo me tenía aún un poco despistado.

Así llegué al sábado, consiguiendo no comerme la cabeza al tener la mente distraída o centrada en otras cosas. Y fue realmente fácil continuar así al irme a la tienda por la mañana para jugar el típico torneo que se montaba cada fin de semana, pudiendo además comer con mis amigos para luego continuar, volviendo a tener algo de suerte esta vez al quedar bastante bien una vez acabó el torneo, a diferencia de las últimas ocasiones. Andrea se volvió a ir a casa ese fin de semana al quedarle tan cerca, haciéndolo el viernes por la tarde, casi de noche, así que no tenía problema en estar todo el día fuera de casa para no dejarla tanto tiempo sola. Acabamos a buena hora como para ir tranquilo a casa para darme una ducha y prepararme bien para ir a casa de Ángela, yendo antes para encargar algo e ir después a recogerlo. Cuando llegué a su casa y subí, me quedé boquiabierto con lo guapa que se había puesto.

Llevaba un vestido rojo muy corto y muy ajustado que me permitía ver que no llevaba sujetador debajo de él. No tenía ningún diseño ni nada, siendo baste simple y sexy a la vez, con unos fijos tirantes para sujetarse a su cuerpo bien. Sus pezones se marcaban bastante, más de lo normal en ella cuando no llevaba ninguno puesto, algo que era muy raro de ver, siendo así prácticamente cuando iba en pijama por casa y a veces ni eso de lo sensibles que los tenía. También vestía unas sandalias con un tacón muy alto, aunque sin nada de plataforma, pero alzaban mucho su escasa altura. Y de maquillaje iba como solía ir cuando salía por la noche. Ángela era una chica a la que le gustaba maquillarse bien en ocasiones especiales, pareciendo ser esta una de ellas, porque llevaba una buena sombra de ojos, bastante base y unos labios de un rojo tan intenso como su vestido. La guinda era cómo iba peinada, pues aun yendo como siempre, marcaba más esas ligeras ondas, estando además su cabello reluciente.

De primeras me quedé sin palabras, ocasionando una de sus típicas risas en ella, dándose una vuelta para preguntarme cómo me veía después de haber cruzado yo el umbral de la puerta y cerrarla. En ese instante pude ver que se le marcaba un tanga al parecer negro por lo oscuro que lo veía. Me salió del alma que estaba para irse con ella a la cama y no salir en un mes, volviendo a provocar su risa y pasando a decirme que yo también iba muy guapo pese a no haberme arreglado tanto como ella al ir tan solo con un polo y unos vaqueros largos ahora que refrescaba por la noche. Me agarró de la mano y me llevó hasta el salón para coger lo que llevé e irse a la cocina, volviendo conmigo de inmediato para sentarnos en el sofá y charlar un poco. Pese a haber estado hablando en persona hacía un día, hablamos bastante, aunque estuve nervioso en todo momento, y no poco, por lo guapa que se había puesto.

Aun así, fui capaz de contenerme para pasar un buen rato con ella de esa manera, porque también me apetecía. Me fascinaba lo que cambiaba cuando se maquillaba así, porque pasaba de ser muy guapa y tierna a ser muy guapa y sexy, como si al maquillarse aumentara su edad para hacerla más mujer por así decirlo. También se notaba que se esforzaba un poco por ser sexy por las expresiones que ponía y cada vez me costaba más no lanzarme sobre ella. Al final la acabé besando, recibiéndome ella bien al poner su mano en mi mentón con mucha delicadeza mientras yo ponía la mía sobre su muslo y lo acariciaba. Pero no queríamos empezar aún, por lo que dijimos de ir a la cocina para emplatar lo que había comprado de camino y poder cenar. No me percaté hasta ese momento en la que la vi usando sus manos que no tenía esas típicas uñas largas y falsas que llevaba últimamente, cosa que me hizo preguntarle el motivo de no llevarlas.

Ella me dijo que debía darles un descanso a las uñas, porque el pegamento que se usaba para mantenerlas bien fijas era perjudicial para la uña en sí. Me empezó a explicar cómo lo hizo, ayudándole su hermana a retirarlas y luego echándose vaselina y poniéndose unos guantes, pero ya cuando se fue a dormir. Bromeé un poco con aquello de la vaselina, aunque luego le pregunté por qué las llevaba pintadas de nuevo. A ella le gustaba llevarlas bonitas fuera como fuera. Y no tenía unas uñas feas, para nada, pero de siempre le gustaba llevarlas pintadas, optando esta vez por un rojo como el de su vestido también, yendo completamente a juego al llevar pintadas las de los pies también. Me encantaba ver cómo cuidaba esos detalles y también cómo olía, porque es otro detalle importante, que me pedía contacto con ella. Por eso la abracé en un par de ocasiones durante ese momento en el que preparábamos la cena.

Me gustaba mucho cómo reaccionaba a mis acercamientos con sus sonrisas, sus pequeñas risas y con cariño al corresponder ella esos gestos o al acariciarme la cara. Así fuimos hasta el salón, para cenar tranquilamente, dando en el clavo con lo que pillé de cena, aunque no era tan difícil acertar al conocerla bien y saber qué gustos tenía. No sé cuántas veces me dio las gracias por haber comprado aquello, preguntándome también cuánto me había costado para pagarme su parte, aunque yo no le dije nada en ningún momento, porque la quería invitar. Ella bromeaba al decir que la estaba mimando mucho. Y seguimos charlando ampliamente de muchas cosas. Me contaba desde lo nuevo en su trabajo, hasta lo que le pasaba a su hermana, sacando algún cotilleo en el que ella comentaba que ya le había echado el ojo a un par de compañeros. Pero no quedaba ahí la cosa, porque se interesaba mucho por cómo me iba a mí en el mío, sobre todo ahora que estaba empezando a impartir clases de materias más variadas.

Tras cenar, nos quedamos charlando un poco más en el sofá, aunque ya sí que nos empezamos a tocar. Empezamos con caricias, pero poco a poco ganaban intensidad hasta que acabé metiendo mi mano por dentro de su vestido y de su tanga para acariciar su vello púbico, susurrándole de manera entrecortada cómo me encantaba que lo tuviera así. Como le provocaba cosquillas, pasé a acariciar su raja, ocasionando en ella otro tipo de cosquilleo, bastante más agradable por lo que podía intuir en sus caras. Nos empezamos a comer la boca con muchas ganas y mi manera de estimularla iba a más, empezando a acariciar su clítoris, aunque también le metí los dedos e hice ambas cosas a la vez, provocando su primer orgasmo. Traté de seguir para intensificarlo más aún, pero ella cerró mucho sus piernas y me sacó la mano. Fue una lástima que me parara, aunque tenía pensado volver a probarlo más tarde una vez estuviera más desnuda, limitándome esta vez solo a chuparme los dedos para probar sus fluidos.

Ángela me beso con intensidad cuando se recompuso de su orgasmo, corriéndose ya el pintalabios del morreo tan intenso que nos estábamos dando. No tardamos en irnos a su habitación para continuar allí, donde nos desnudamos por completo, viendo en esta ocasión cómo en realidad Ángela llevaba un tanga de color verde botella más que negro como yo pensaba. Pero no lo pude apreciar mucho pese a lo bonito que parecía ser con esos encajes que tenía, porque me moría por seguir. Nos tumbamos y nos empezamos a besar de nuevo, con ella agarrando mi polla para masturbarla hasta que la puse dándome la espalda para besarle el cuello mientras la tocaba con mis manos por la zona de sus pechos. Ella trataba de agarrar mi polla como podía, pero le costaba trabajo. De nuevo, me puse a tocarle el coño una vez lo hice durante un buen rato con sus tetas, empezando a acariciar su clítoris hasta que alcanzó otro orgasmo, pudiendo continuar yo esta vez.

Ella se retorcía y me pedía que parara, pero le pedí que aguantara todo lo que pudiera, porque me gustaba mucho cómo estaba disfrutando. Sé que le costó trabajo aguantar, pero me sorprendió mucho que lo hiciera durante tanto tiempo, durando su orgasmo como 2 minutos. Se retorcía y gemía de una manera que no me podía aguantar más, respirando de manera muy acelerada hasta que me dijo que ya se le había pasado el orgasmo, pasando yo para abrazarla y besarla como podía, aunque ella misma fue la que se dio la vuelta para besarnos en condiciones. Nos quedamos en silencio durante varios minutos en los que la polla no se me bajaba. Y por muchas ganas que tenía de seguir, no me importaba nada estar así con ella bien abrazado, notando cómo se serenaba su respiración mientras yo no dejaba de aspirar su olor tan sensacional, dándole algún beso en la cabeza, hasta que acabó suspirando.
 
Capítulo 659

-¿Por qué has seguido? -me preguntó bajito.
-Quería ver qué pasaba. ¿Te ha dolido?
-No. Para nada. Pero es que es muy intenso. Me da cosa...
-Ya.
-Nunca lo había hecho antes, ¿sabes?
-¿Pero te ha gustado?
-Sí. Pero no puedo repetirlo ni de coña, jajajaja.
-Me lo imagino. Aunque quiero probar una cosa más contigo.
-¿El qué?
-Ya lo verás más tarde. Te mereces un buen descanso después de esto.
-Tengo muchas ganas de chupártela.
-Pues cuando quieras.
-¿Quieres que probemos lo que me acabas de hacer contigo?
-Uff... Venga, vale. Pero es que ya me lo han hecho y sé lo que me va a pasar.
-¿Qué te va a pasar?
-Pues que me voy a marear seguramente.
-Ah, pues...
-Pero si te apetece, podemos hacerlo. No pasa nada.
-Bueno, podemos probar y si veo que no puedes aguantar, paro.
-Como quieras.

Ángela se puso a ello cuanto después de colocarse bien entre mis piernas, estando yo tumbado bocarriba. Empezó de manera muy lenta para mi sorpresa, como si quisiera hacer una especie de preliminares que no eran nada necesarios, pero desde luego, no iba a decirle nada, porque estaba muy a gusto. Se dedicó a masturbarme muy ligeramente durante un rato, mirando mi polla muy de cerca, como si la estuviera estudiando. Me hacía mucha gracia lo cerca que ponía su cara de ella, sobre todo por las caras que ponía, aunque también me daba mucha ternura, en especial cuando le daba algún beso con cariño. Hasta hacía que palpitara un poco, mirándola ella con más atención en esas ocasiones. Tras eso, empezó a lamerla de manera tímida al recorrer toda su longitud con la punta de su lengua, cosa que me hacía cosquillas, riendo ella de una forma muy mona al ver cómo me estremecía y me reía.

Pero pronto se podría más en serio al chupar bien el tronco, ayudándose de sus labios, comenzando a succionar mientras me miraba a los ojos de manera muy intensa. Además de excitarme cada vez más, la veía muy mona al llevar el cuidado que estaba teniendo y por cómo me acariciaba con su otra mano. También daba grandes lametones, jugando también con mis huevos, pero acabó subiendo hasta llegar a la punta para atraparla con sus labios y mover su lengua para estimularme. Resoplé por lo repentino que lo hizo y por el cambio tan grande de estimulación que estaba experimentando, sonriendo ella como podía, achinando sus ojos mucho como respuesta a mi reacción. Así otros cuantos segundos hasta que se animó a metérsela en la boca poco a poco. Lo hizo como si fuera un juego, de manera lenta y metiéndose cada vez más una vez retrocedía para sacársela.

Llegó a un punto en el que alcanzó su tope y ya no podía engullir más, aunque lo intentaba con ganas. Como resultado de ese esfuerzo se empezaban a derramar lágrimas negras por su cara. Aunque a ella no parecía importarle para nada, porque no paraba de intentarlo. Hasta me arañaba el torso al hacer fuerza, haciéndola también con sus manos, hincándome las uñas y tirando hacia abajo. No me hacía mucho daño, por lo que me callé, prefiriendo dejarle hacer para que no perdiera su concentración. Pero viendo que no podía pasar más desde donde había llegado hacía un rato, se decidió a hacerme acabar empezando a chupármela rápidamente, engullendo a buen ritmo, pasando a centrarse más en el glande al volver a atraparlo con sus labios para presionar sobre él con ellos a la vez que movía su lengua, acariciando la punta Y moviendo su mano con mucha rapidez por el tronco aprovechando la lubricación que le proporcionaban sus propias babas.

Así no duré mucho, empezando a avisarla de que iba a acabar, pero ella no paraba, no bajaba la intensidad de la mamada que me estaba haciendo. Le empecé a llenar la boca de semen, con ella aguantando muy bien, llevándome así a un orgasmo que fue muy intenso de por sí, pero que se veía más intensificado por no parar ella de estimularme en ningún momento. No baja el ritmo ni siquiera cuando ya empezaba a ser demasiada estimulación. A medida que ella seguía, yo me empezaba a retorcer más todavía, llegando a un punto en el que agarré las sábanas con fuerza, retorciéndolas también. Mi cuerpo se empezaba a engarrotar y mi corazón latía a tal ritmo que parecía que iba a salir disparado por mi boca. Le pedí en un par de ocasiones que parara, porque llegaba hasta a doler un poco. También apreté mis dientes con mucha fuerza y ella finalmente me soltó, respirando yo de manera muy rápida al estar aguantándola por lo intenso que estaba siendo todo. Como le diría después, eso era lo que me ocasionaba el mareo, respirar tan fuerte hasta llegar a hiperventilar, con el consecuente resultado.

No fue algo que la preocupara en exceso, porque ya venía avisada al haberle comentado yo cómo me iba a poner. Tuvo el detalle de hacérmelo más llevadero al ponerse a mi lado para acariciar mi cuerpo y darme algún beso por él. Poco a poco se me empezó a ir el mareo, preguntándome si estaba bien, siendo ya algo obvio y nos quedamos de lado mirándonos y acariciándonos. Comentamos un poco lo ocurrido, pareciéndole a ella algo interesante, aunque seguía opinando que lo que sentía era demasiado fuerte como para hacerlo con regularidad. También me reconoció que le había puesto muy caliente verme así, con mis músculos marchándose mucho, al igual que las venas de mi cuerpo. Le parecía muy varonil y eso le gustaba mucho, además de que le eché bastante semen en la boca, comentando que se lo tragó casi de manera automática mientras me la seguía chupando. Tan cachonda se puso que estaba de nuevo muy mojada ahí abajo como pude comprobar al acariciar su raja. Y era algo más viscoso su fluido, algo que me llamaba la atención.

Se le veía con muchas ganas de seguir la noche que teníamos pensada, pero yo me notaba un poco raro aún, por lo que la puse bocarriba para tocarle de manera muy suave, aunque acabé bajando para comérselo, terminando en un 69 con el paso de los minutos, hasta que ya pasamos a follar de verdad al ponerme yo sobre ella y metérsela sin llevar el cuidado que solía al estar ella tan mojada. Empezamos en ese misionero en el que ella se mantenía con las piernas bien abiertas, poniendo sus manos algunas veces en mi culo para empujarlo y que la follada fuera así más intensa. Al parecer acabó más sensible de la cuenta, porque su nuevo orgasmo no tardó mucho en llegar, apretando yo un poco al dar alguna embestida con fuerza para apurarlo bien, aunque me quedé dentro de ella una vez acabó, para empezar a moverme cuando vi que se recuperaba.

Aquello parecía ponerle mucho, porque me decía que siguiera así y que la follara con más fuerza, pasando yo a hacerlo al agarrarla de sus tobillos y ponerme de manera más vertical en la cama. Pero acabamos cambiando de postura, poniéndose ella a cuatro y yo detrás de ella para continuar con las embestidas que cada vez le daba con más fuerza. Hasta me animé a agarrarle del pelo y tirar un poco de él para mantenerla con la cabeza levantada. Ella gemía con fuerza, al igual que la cama y el cabecero retumbaban contra la pared. Me noté muy cerca de acabar y le solté el pelo para agarrarla bien de las caderas y darle todo lo fuerte que podía, haciendo que ella tuviera otro orgasmo, derrumbándose sobre la cama y llegando yo también, acabando sobre su culo y un poco por su espalda también, tumbándome a su lado para recuperar el aliento los dos, porque estábamos sofocados.

Aproveché para ir a por agua fría y beber un poco, porque teníamos calor y estábamos sedientos, aunque no tardamos mucho en continuar, poniéndose ella sobre mí para metérsela y empezar a montarme, aunque de manera lenta. Bromeé un poco diciéndole que a lo mejor debería hacerle lo que le hice al principio para que estuviera con tantas ganas como estaba en ese momento. Ella sonrió de manera tierna, diciendo que eso tampoco es que tuviera mucho que ver. Ángela continuó con esa follada lenta, aunque por momentos aceleraba el ritmo, o cambiaba un poco al botar sobre mí, apoyándose en sus pies en lugar de sus rodillas cuando se movía hacia delante y atrás. También pegaba su cuerpo al mío al inclinarse para mover su culo hacia arriba y abajo, dándole yo varias palmadas cuando no se lo estrujaba. Fue un polvo mucho más lento en el que nos centramos más en mantenernos dándonos placer continuamente que en llegar cuanto antes al orgasmo, porque ya habíamos desfogado bastante con los anteriores orgasmos.

Al final terminé acabando yo dentro de ella en un orgasmo bastante intenso otra vez, abrazándola con fuerza para sentir bien su cuerpo, apreciando perfectamente cómo se clavaban sus pezones en mi pecho, intensificando ella mi orgasmo más aún al besarme el cuello como ya sabía que me ponía a mil. Quedé rendido pese a no ser una noche tan intensa como otras que había tenido con ella, pero la verdad es que me había gustado muchísimo, porque disfrutamos de una forma algo diferente al explorar otras maneras de jugar. Pero faltaba algo para acabar la noche, lo que le comenté que quería probar y me venía perfecto, porque ella no había llegado a su orgasmo. Pero para ello prefería que se limpiara, cosa que no tuve ni que decirle, porque se limpió con papel bastante bien, usando toallitas, aunque dijo de darnos una ducha, pero la paré, diciéndole que aún faltaba algo.

Parecía un poco perdida al no entender lo que tenía en mente, pero pronto lo iba a descubrir. La agarré de la mano para ponerla sobre mí y poder así enrollarnos nuevamente, tratando de que se volviera a excitar para que estuviera lubricada y preparada. Para ello me ayudé de su punto débil, por lo que le comí las tetas durante un rato, llegando a mordisquear sus pezones, pero no al poner mis dientes en contacto sobre ellos directamente, sino que mordía mis labios por dentro para atrapárselos con ellos. Efectivamente, Ángela se puso como una moto y fue cuando me puse a intentar lo que tenía en mente. Para ello la puse bocarriba y le metí dos dedos para estimularle el punto G y ver si podía hacer squirting. Empecé lento, pero fui apretando cada vez más hasta que la estimulación era bastante fuerte, haciendo yo movimientos duros y rudos. Aunque Ángela llegó a su orgasmo, no fue capaz de hacer un squirting como tal aparte de que le salieran algunas gotas. No muchas, pero lo suficientes como para dejarme la mano muy húmeda.

Quedó extasiada sobre la cama, respirando con ansia y agarrándome fuertemente en brazo. Su cuerpo se retorció mucho en ese orgasmo y ahora sus piernas temblaban, aunque también lo hacía el resto de su cuerpo cuando le venían esas oleadas de placer. Me quedé unos minutos en la cama con ella, pero me acabé levantando para ir al baño y echarme un poco de agua en la cara, porque tenía mucho calor. Ella, sin embargo, se quedó en la cama todo el tiempo, estando demasiado cansada como para ir al baño. Tenía pensado darnos una ducha para dormir más cómodos, pero ella ya estaba fuera de cobertura. Al menos, cogí toallitas húmedas para limpiarle la cara y tratar de quitarle todo su maquillaje como buenamente pude, aunque quedó con algo por sus ojos por no querer molestarla de por más. La veía hermosa así y le di varios besos pequeños por la cara, acabando con uno en sus labios, el cual se alargó más que el resto, pero rápidamente apagué las luces para dormir, porque yo también estaba que no podía más. Le abracé bien, acariciando su cuerpo y dándole un último beso en la frente para acabar dormido muy pegado a ella.

En esta ocasión, fue Ángela la que se despertó antes al día siguiente, despertándome a mí también al desperezarse ella. La estaba abrazando desde atrás y ni podía estar más a gusto. Nuestros cuerpos estaban totalmente pegados y ella al darse cuenta, me empujó un poco con su culo, frotándose con mi polla morcillona. Parecía seguir con ganas pese a haber tenido una buena noche, aunque es verdad que no fue tan intensa como otras. Le pregunté eso mismo, haciendo que le entrara la risa, aunque no terminó de responder, por lo que mis manos se tomaron la libertad de recorrer su cuerpo para jugar con ella. Efectivamente, parecía estar con ganas, porque con un par de simples roces con sus pezones, se les pusieron de punta y hasta pude notar cómo se le erizaba la piel. Mi polla terminó también de ponerse dura por completo al notar esos cambios en su cuerpo y me mojé los dedos con saliva para humedecer la punta y empezar a metérsela. Noté que estaba un poco húmeda y más ganas me entraron, por lo que me empecé a mover dentro de ella para follarla en esa postura de la cucharita.

Ángela empezaba a gemir de manera tímida, aunque pasó a hacerlo más normal conforme le daba con más fuerza. Para completar la estimulación le empecé a acariciar el clítoris con mi mano derecha mientras que con la otra me entretenía con sus tetas al pasar ese brazo por debajo de su cuerpo. Le preguntaba en forma de susurros y entre jadeos si le gustaba cómo le follaba. Ella me respondía como podía que le encantaba, con su voz entrecortada por las embestidas que le daba desde atrás, llegando a pedirme más incluso. En esas circunstancias no hacía falta mucho más para que llegara a su orgasmo, haciéndolo al par de minutos, empezando a gemir ella de manera más aguda mientras su cuerpo empezaba a dar sacudidas, con sus piernas temblando de una manera deliciosa. Estaba excitado al máximo follándola y ver cómo alcanzó su éxtasis hizo que yo llegara al mío.
 
Si una marca de consoladores intenta publicitar sus productos al estilo Energizer o Duracell, seguro tendría a Ángela como su "conejito".

Parece tener una capacidad inagotable para sentir y provocar orgasmos. Como diría Buzz..."Al infinito y más allá". 👨‍🚀

Al parecer no es multiorgásmica, pero está muy cerca de serlo.

Aunque Keranos ha resultado impredecible con algunas parejas de Javier, se puede notar cada vez mayor conexión entre ambos, lo que hace suponer que llegado un momento y no haber obstáculos, no se conformarán con sólo ser follamigos.

Es contradictorio, pero extraño el drama de su relación con Valentina, su difícil avance. Con Ángela todo ha sido demasiado sencillo.:oops:






Mientras, luego de oír su sincera confesión, acongojado de comprobar su mayor temor, entre lágrimas le responde - Lo siento E...
 
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Me ha costado 2 semanas pero ya he leído los 659 capítulos y me he puesto al día. Muchas felicidades por el relato Keranos !!!!
Joder, eso significa que has leído más de 45 capítulos por día. Vaya salvajada. Me alegro de que te esté gustando el relato 😁

Dedicando 12 horas a dormir, alimentarse y otros varios, habrían sido algo menos de 4 capítulos a cada hora, 12 horas por día. :eek:(y)
 
Última edición:
Capítulo 660

Su cuerpo colaboró mucho con esa lubricación natural que el cuerpo femenino tiene una vez llega al orgasmo para que sea más fácil quedar embarazada, aunque eso no iba a pasar en este caso. Además, su coñito se apretaba, estrujándome la polla para terminar de darme ese empujoncito y empezar a descargar en su interior entre jadeos altos y entrecortados, quedando ambos rendidos sin movernos lo más mínimo. De hecho, lo único que hice fue apretar más el abrazo que le estaba dando. Nos costó un poco calmarnos, aunque lo terminamos por hacer, con ella dándose la vuelta sin importarle lo más mínimo que pudiéramos manchar las sábanas, sobre todo al salir mi semen de su interior. Lo que más me gustó fue la forma en la que se abrazó a mí para quedar con su cara apoyada en mi pecho, dándome algún que otro beso en él y aprovechando para vaguear unos minutos y terminar así de espabilarnos a la vez que nos relajábamos tras ese orgasmo.

Ella se acabó levantando enseguida para darse una ducha, prefiriendo hacerlo por separado para darle un respiro, así que me quedé en la cama, sugiriéndome ella que descansara un poco más y que ya me avisaría una vez acabara para que pudiera dármela yo. Fueron unos momentos que me permitieron dar un repaso a cómo había ido la noche anterior con ella, poniendo una sonrisa en mi cara sin poder remediarlo. Había pasado una noche fantástica con ella y estaba encantado con ello. Tanto, que tenía ganas de seguir allí en su casa para echar el domingo ya que estábamos. No tardó mucho en aparecer por la habitación, envuelta en una toalla, aunque con su pelo suelto. Subió las persianas y me dijo que fuera a la ducha. Allí recordé con más detalle lo ocurrido hacía unas horas, llegando a tener una buena erección de hecho, pero no desembocó en nada más, porque terminé de darme la ducha, saliendo y poniéndome la misma ropa que llevé puesta la noche anterior al llegar a su casa.

Al salir, fui a la habitación para buscarla, encontrándome todo perfectamente recogido, aunque no estaba ahí, por lo que me moví por la casa hasta que la vi en la cocina, terminando de poner lo que preparó para desayunar sobre la mesa, diciéndome que me sentara para poder hacerlo. De manera muy natural empezamos a comentar lo ocurrido la noche anterior y esa misma mañana. Me contaba que no recordaba cuánto llevaba sin tener sesiones así de sexo antes de que nos volviéramos a encontrar. Y que casi le estaba costando acostumbrarse, porque era algo que ya había dejado bastante atrás, siendo algo muy esporádico, como cuando quedaba con Irene y Mario, o con algún breve follamigo como lo era Finn, pasando también por alguna pareja, como ese último chico con el que estuvo y que tanto daño le hizo. Pero lo normal en ella era estar semanas sin sexo fuera de esas situaciones, especialmente desde que acabó la universidad.

Al final fue ella la que me dijo si quería quedarme a comer también, pareciéndome genial y yéndonos al salón para estar tumbados un rato en el sofá, aunque nos acabamos levantando para ir a su habitación y ver en lo que estaba trabajando, enseñándome de paso cómo se las arreglaba para hacerlo. Se organizaba de manera parecida a la mía cuando tenía ese trabajo, aunque pude darle algunos consejos para hacer algunas cosas de manera más rápida o sin dar tantas vueltas que le parecieron bien. Pero volvimos al sofá para estar allí el resto de la mañana viendo una película tranquilamente. Qué diferente estaba respecto a la noche anterior al estar con ropa de estar por casa con un vestidito suelto se verano aprovechando que aún se podía estar así, pero qué guapa estaba igualmente. A veces no podía evitar mirar esa carita aniñada, viendo lo concentrada que estaba ella en la película, sin darse cuenta de que la miraba. Pero no me quedaba ahí, porque cogí sus piernas para ponerlas sobre mi regazo, quedándose ella bastante cómoda y de vez en cuando acariciaba sus pies, llegando a masajearlos, mirándome en esas ocasiones para poner una sonrisa y decime que llevara cuidado de no hacerle cosquillas.

Comimos tranquilamente después de que entre los dos preparáramos algo de comer, recordando tiempos de universidad cuando hacíamos precisamente eso, sobre todo en época de exámenes, pasando más tiempo de lo habitual juntos para ayudarnos mucho a estudiar el uno al otro, preguntándonos cosas o compartiendo trucos. Y si no, echando algunos polvos para relajarnos del estrés típico de esas fechas, aunque muchas veces su compañera de piso nos cortaba el rollo al estar por allí, teniendo que estar más cohibidos. En ese caso estábamos solos y no tardamos mucho más en volver a liarnos una vez comimos y reposamos un poco. En esta ocasión, me escurrí por el sofá para besar su cuerpo por encima de la ropa hasta que llegué a sus caderas, levantándole el vestido para hacerlo sobre su ropa interior, aunque me moría por ir más allá, porque ya me empezaba a llegar ese olor especial de cuando se excitaba.

De nunca he sido muy fan de esas películas que echan en la televisión después de comer, haciendo ella algo de zapping hasta que vio una con un argumento que le pareció interesante, pero es que a mí no me podían aburrir más, por eso me puse juguetón con ella. Ángela veía la televisión, aunque también parecía estar dispuesta a lo que le estaba haciendo, porque se abría bien de piernas y me acariciaba la cabeza. Por eso le acabé quitando las braguitas, para empezar a comérselo, aunque de una manera tan lenta que me costaba recordar cuándo había sido la última vez que lo había hecho así. No estaba cerca de alcanzar su orgasmo y ni falta que hacía, porque me apetecía estar así durante horas. Por eso ella estaba también bien pendiente de la película, permitiéndole yo que se centrara en ella, aunque también lanzaba algún gemido muy mono de vez en cuando, cerrando sus ojos y llegando a empujar un poco mi cabeza, aunque no variaba en nada el ritmo al que se lo comía.

No sé cuántas veces le dije que me encantaba el vello púbico que tenía, pensando que hasta le tenía que parecer pesado por la cantidad de veces que se lo había dicho de por sí antes de ese día, pero a ella nunca se le iba la sonrisa de la cara cuando me miraba una vez se lo decía. Así, poco a poco, fui aumentando el ritmo y bajándolo para que fluyera más la estimulación. También le llegué a meter los dedos en alguna ocasión, de la misma manera que metí mis manos por dentro de su vestido hasta llegas a sus pechos y manosearlos, aunque con cuidado de no tocar mucho sus pezones. Ella continuaba de la misma manera todo el tiempo, con algún que otro gemido tímido y suspiros, pero no parecía que fuera a correrse pronto, algo que me venía bien. Cometí el error de rozar sus pezones en un par de ocasiones mientras movía mi lengua en círculos en la zona de su clítoris, provocándole un orgasmo muy súbito que ella expresó con un gritito agudo, pasando a gemir con intensidad.

Ya que se había corrido, aproveché para alargar todo lo que pude su orgasmo al continuar con ese cunnilingus que le estaba haciendo hasta que la dejé tranquila al separar mi cara de su coño, que no de su cuerpo, porque me entretuve besando sus ingles, su pubis, sus caderas... Cuando se tranquilizó, estando ella con sus ojos cerrados y su gesto relajado, volví a lamer su coñito, dando ella un respingo, aunque le entró la risa, diciéndome que le hacía cosquillas, pero pronto se le fueron cuando se lo empecé a comer de nuevo a buen ritmo, provocándole otro orgasmo para dejarla descansar y volver otra vez a lo mismo. Como la estimulación que le estaba haciendo no era muy fuerte, no se quedaba tan sensible y sus orgasmos no eran tan intensos como otros que le había provocado, como los de la noche pasada sin ir más lejos. Por eso podía aguantar mejor, siendo capaz de arrancarle unos cuantos orgasmos hasta que tiró de mí para ponerme sobre ella y poder así besarnos.

Ángela notó la dureza de mi polla y colaba su mano entre nuestros cuerpos para tocarla por encima de la ropa, aunque estuvimos un buen rato besándonos, pero al final me acabó diciendo que le habían entrado muchas ganas con todo lo que había hecho y empezó a tirar de mi polo hacia arriba para quitármelo. Yo colaboré al desnudarme por completo y quitándole a ella su vestido. En menos de un minuto ya estábamos follando una vez más, estando yo sentado en medio del sofá con ella sobre mí, montándome a buen ritmo mientras me agarraba la cara para besarme con intensidad. Aunque también cambiamos de postura, poniéndola yo a cuatro para reventarla bien, con ella gimiendo contra el cojín del sofá con fuerza. Pero volvimos a esa en la que ella me montaba, haciéndolo de una manera que no me podía gustar más, porque además de sus movimientos, me miraba de una manera que me ponía muy tonto.

Ángela me decía alguna guarrada y pasó a besarme de nuevo, apartándose de mis labios para ir a mi cuello de manera breve. De manera instantánea me entraron ganas de correrme, por lo que le avisé, quitándose ella de donde estaba para hincar sus rodillas en el sofá, poniéndose en pompa y agarrando mi polla para llevársela a la boca y que pudiera hacerlo ahí. Y así lo hice, porque le llené la boca bastante pese a haber descargado mucho en las últimas horas. Ángela gemía de manera cariñosa en lo que yo terminaba de tener mi orgasmo, incorporándose una vez acabé para que viera cómo se lo tragaba. Le di un beso, porque me gustó tanto que lo hiciera como la forma tan sexy en la que me enseñó cómo lo llevo a cabo. Pero ella no había acabado en esa ocasión, por lo que la puse bocarriba y se lo volví a comer, provocándole el último orgasmo de esa sesión, con ella ya retorciéndose al ser, ahora sí, una estimulación más intensa. Hasta me apretó la cabeza con los muslos de sus temblorosas piernas.

Tras eso, nos quedamos bastantes minutos casi en esa postura, aunque me abracé a ella, quedando con la cara a la altura de su vientre más que sobre su coño. Estaba muy cómodo y hasta me entró algo de sueño, sobre todo por estar ella acariciándome la cabeza. Me habría encantado estar así con ella toda la tarde, pero nos vimos interrumpidos por una llamada que le hizo su hermana. Al estar tan cerca de ella pude oír perfectamente cómo Lucía le contaba a su hermana que estaba de camino, por si necesitábamos darnos prisa y acabar lo que estuviéramos haciendo y no pillarnos así con las manos en la masa. A mí me entró un poco la risa, aunque lo disimulé al ver que Ángela se molestaba con ese comentario. Una vez colgó, mi amiga me explicó que su hermana estaba por llegar y que no podíamos estar así para cuando llegara, por lo que nos vestimos y me pareció que lo mejor era irme para evitar una situación que seguramente la incomodaría. Ella me dijo que no hacía falta que me fuera si no quería, pero también adivinaba que era algo que prefería. La conocía muy bien y sus expresiones y caras me comunicaban más de lo que ella me pudiera decir.

Así que me fui a casa bastante contento por cómo había ido el fin de semana en general, entreteniéndome en casa lavando la ropa que usé y recogiéndola un poco, aunque al estar Andrea ya por allí, no tenía tanto que hacer, por lo que también estuve jugando un rato con la consola hasta que ella llegó y me contó lo que había hecho, jugando de paso conmigo y preguntándome por qué estaba tan de buen humor al no parar de hacer bromas y el tonto. Le conté un poco por encima que pasé bastante tiempo con mi amiga Ángela ese fin de semana, poniendo ella una sonrisilla en su cara y diciéndome que a lo mejor era algo más que una amiga. Sus palabras me dejaron muy pensativo, sobre todo una vez acabamos de cenar juntos y nos quedamos en el sofá viendo la tele. Estuve cerca de preguntarle en un par de ocasiones qué opinaba ella por lo que veía al respecto, pero no lo terminé de hacer. Ya en la cama le di más vueltas y quizá sí que llevaba razón en que era algo más que una amiga.

Tenía muy claro que la quería un montón y que me gustaba pasar mucho tiempo con ella, ¿pero como para ir más allá? Mis experiencias en llegar a una conclusión cuando me ponía a pensar en este tipo de cosas dejaban siempre mucho qué desear. Y en esta ocasión no era menos, porque tenía la cabeza echa un lío. Un quiero y no puedo. Sobre todo, acabando de salir de una relación con una mujer a la que también quería y de hecho, lo seguía haciendo. ¿Y si daba el paso y Valentina decía hablar para perdonarme y volver a intentarlo? Veía aquello como una posibilidad muy remota, pero tampoco tan imposible. Quizá se tragara un poco su orgullo y dijera de darme la oportunidad de explicarle bien lo que había pasado. ¿Pero era eso lo que yo quería? Con Ángela había tenido muchos menos problemas que con ella y teníamos mucha química. Nos conocíamos mucho a esas alturas al tener una relación de amistad de varios años. Tampoco conocía con detalle qué se planteaba ella para su vida en el futuro, aunque sí sabía que le gustaría tener hijos, por ejemplo, aunque la vida da muchas vueltas y las opiniones respecto a ciertas cosas pueden cambiar.
 
Ya casi me convences Keranos, ayuda el apreciar diferentes ángulos de como se llevan Javier y Ángela.

Este aspecto más terrenal de ambos aterriza muy cómodamente la posibilidad que avancen a algo más.

Va quedando por conocer si acaso comparten las suficientes expectativas de vida que les permitan proyectarse a futuro. 👨‍👩‍👧‍👦

Por ahora ha ido muy bien, muy ideal todo, han logrado gran complicidad, dicha, placer, hasta veo felicidad. :love1:

Creo que ni con Elena se sintió así...:oops:
 
Ya está de nuevo Javi dándole vueltas a la cabeza. Pobre chaval. Cuando se deja llevar por su intuición y no se come la cabeza guardándose las cosas dentro y dejando que se pudran, le va mucho mejor. Mira cómo empezó con Ángela y cómo ha ido dejando que todo fluyera sin expectativas ni mierdas, total ahora le ha llevado donde le ha llevado, a estar a gusto, compartir intimidad, compartir complicidades y compartir pasión.
Recuerdo las mierdas que tenía en la cabeza justo antes de romperse lo que tenía con Elena, que si el jefe, que si la hermana, que si le cuento que si no le cuento ... sus propias palabras lo dice todo:

Mis experiencias en llegar a una conclusión cuando me ponía a pensar en este tipo de cosas dejaban siempre mucho qué desear.

Ponerse a pensar en estas cosas no es lo suyo.

Debería pensar menos y hacerlo todo con la naturalidad con que actúa en sus demás facetas. Creo que al chaval a lo que teme es a eso del compromiso, el propio y el de la otra parte. Y creo que confunde compromiso con obligaciones.

Por cierto, si tienes que ponerte a pensar en si hay algo más, tienes un problema, o eres incapaz de identificar ese "algo más" en tus propios sentimientos y emociones, o tienes miedo a ese "algo más" y lo que supone, e intentas evitarlo o negártelo ... las dos opciones no son nada buenas, susto o muerte.
 
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Ya está de nuevo Javi dándole vueltas a la cabeza. Pobre chaval. Cuando se deja llevar por su intuición y no se come la cabeza guardándose las cosas dentro y dejando que se pudran, le va mucho mejor. Mira cómo empezó con Ángela y cómo ha ido dejando que todo fluyera sin expectativas ni mierdas, total ahora le ha llevado donde le ha llevado, a estar a gusto, compartir intimidad, compartir complicidades y compartir pasión.
Recuerdo las mierdas que tenía en la cabeza justo antes de romperse lo que tenía con Elena, que si el jefe, que si la hermana, que si le cuento que si no le cuento ... sus propias palabras lo dice todo:
Ponerse a pensar en estas cosas no es lo suyo.
Debería pensar menos y hacerlo todo con la naturalidad con que actúa en sus demás facetas. Creo que al chaval a lo que teme es a eso del compromiso, el propio y el de la otra parte. Y creo que confunde compromiso con obligaciones.

Coincido bastante con lo que dices, principalmente en que Javier comiéndose la cabeza es un desastre.

Aunque lo sucedido con Elena no podemos cargárselo todo a él, el entorno que tuvieron esos últimos días era francamente tóxico, la presencia de su hermana fue determinante para el quiebre, y lo de Alberto su jefe terminó siendo la guinda de la torta, fue demasiado evidente que pasaron cosas allí.

Objetivamente pienso que en esos momentos, la cabeza, y quizás también, el corazón, de Javier y Elena no estaban para mantener la relación que tan románticamente añoraban.
 
Coincido bastante con lo que dices, principalmente en que Javier comiéndose la cabeza es un desastre.

Aunque lo sucedido con Elena no podemos cargárselo todo a él, el entorno que tuvieron esos últimos días era francamente tóxico, la presencia de su hermana fue determinante para el quiebre, y lo de Alberto su jefe terminó siendo la guinda de la torta, fue demasiado evidente que pasaron cosas allí.

Objetivamente pienso que en esos momentos, la cabeza, y quizás también, el corazón, de Javier y Elena no estaban para mantener la relación que tan románticamente añoraban.
Creo que ambos se salvaron de estar juntos. Ambos actuaron sin escrúpulos, sin códigos, y hasta con crueldad. Claro que más por parte de Javi por su absurdo silencio, creo que hasta por fetiche incluso, y por todo lo que hizo después. Y ella por meterse con el hermano, aunque aún falta aclarar eso, lo del jefe aún es muy poco lo que se sabe.
 
Coincido bastante con lo que dices, principalmente en que Javier comiéndose la cabeza es un desastre.

Aunque lo sucedido con Elena no podemos cargárselo todo a él, el entorno que tuvieron esos últimos días era francamente tóxico, la presencia de su hermana fue determinante para el quiebre, y lo de Alberto su jefe terminó siendo la guinda de la torta, fue demasiado evidente que pasaron cosas allí.

Objetivamente pienso que en esos momentos, la cabeza, y quizás también, el corazón, de Javier y Elena no estaban para mantener la relación que tan románticamente añoraban.
En aquellos días de infausto recuerdo, el pobre Javi hasta enfermó, y todo, todo, pareciera tener una causa psicosomática. Del jefe sabemos lo que la torturada mente de Javi nos dejó ver, a veces parecían pesadillas más que pensamientos, la hermana era ciertamente tóxica, efectivamente el entorno tenía sus dificultades, como muchos, pero no era determinante, lo determinante fueron los silencios de Javi, su autotortura con esos silencios y con su incapacidad de abordar sensatamente ese entorno, expresar sus sentimientos a Elena a cerca de las intenciones de su jefe o plantear el ultimatum de que la hermana no podía vivir con ellos sin afectar a su relación. El entorno era el que era pero la actitud de Javi lo volvió tóxico para su propia salud y para la relación, es un caso de manual de una persona incapaz de conjugar a la vez asertividad y empatía, y que con facilidad se envuelve de un cierto ensimismamiento. Mientras todo transcurre por una cierta superficialidad no hay problema, pero cuando se involucran sentimientos más intensos el chaval parece desbordado, esos sentimientos no existían con Valentina, con ella era algo distinto, un profundo afecto confundido con otra cosa. Entiendo que el concepto "relación" le genere dudas, y más a alguien que se come la cabeza de esa manera, necesita un buen amigo o amiga que le ayude, con quien se abra y exprese sus miedos y frustraciones, Ángela sería una buena amiga ... siempre tendría una bonita sonrisa para él.

Mira creo que he encontrado el término: "ensimismamiento". Si es que el castellano es formidable.

ensimismamiento
1. m. Acción y efecto de ensimismarse.

2. m. Fil. Recogimiento en la intimidad de uno mismo, desentendido del mundo exterior. Se opone a alteración.
ensimismarse
De en sí mismo.

1. prnl. abstraerse (‖ concentrarse en los propios pensamientos).

2. prnl. Sumirse o recogerse en la propia intimidad.

3. prnl. Bol. y Hond. envanecerse (‖ ponerse vanidoso).


Cuando se "ensimisma" o sea se encierra en sí mismo, llegan los problemas para Javi. No es mal tío, hasta es buena gente, pero tiene una cierta dificultad para entender las relaciones y sus propias emociones, cuando eso pasa, cuando no entiende a los demás y/o sus propias emociones, se ensimisma, y eso es un problema para él y para quien está junto a él.
 
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Capítulo 661

No estaba seguro de querer volver con Valentina en ese momento. Habíamos tenido ya demasiados desencuentros para el poco tiempo qué habíamos compartido juntos, aunque como pareja solo tuvimos un mal momento, pero acabó desembocando en la ruptura. Ángela me aportaba algo muy parecido a lo que me daba Valentina y con ella solo había tenido un momento de mal rollo, aquel en el que me pidió que la dejara tranquila y me centrara en mi relación, dejando así aparcada nuestra amistad, aunque cada uno pedíamos información del otro a amistades en común, lo que significaba que nos seguíamos importando mutuamente. Sin contar eso, con Ángela todo eran risas y buenos momentos. Y ya habíamos compartido varios íntimos, ya fuera a lo que sexo corresponde, como a temas más personales, como el que tuvimos en la cena de aquel restaurante en Manchester en donde me contó algo que no le había mencionado a mucha gente.

Estuve un par de días pensando mucho en lo que yo quería y en cómo se podía desenvolver todo y lo cierto es que poco a poco me di cuenta de que Ángela me gustaba más de la cuenta. Veía que lo que sentía por ella era más fuerte que lo que sentía por Valentina pese a quererla mucho. Y me había emparejado con ella. ¿Por qué no hacerlo con Ángela? Pero aquí me volvieron a asaltar muchas dudas de nuevo. ¿Y si ella no buscaba lo mismo? ¿Y si no daba la talla y engañaba a mi pareja otra vez? Sabía que tenía el gatillo fácil por lo atractivo que les resultaba ahora a las chicas por lo que me cuidaba al meterme las horas que me metía en el gimnasio. ¿Y si se me cruzaba una chica despampanante que despertara ese deseo en mí, haciéndome caer y mandando a la mierda otra relación? Tenía mis motivos al pensar esto, porque es lo que me acababa de ocurrir con Ángela, rompiendo así una relación.

Pero había un detalle que me mantenía optimista. Y es que Ángela había estado enamorada de mí durante mucho tiempo. Lo estuvo durante gran parte de todos esos años que compartimos en la universidad y me reconoció que prefería apartarse de mi vida antes de que le volviera a pasar después de reencontrarnos y verme con pareja. Eso era lo que hacía que la balanza se inclinara más hacia un lado. Pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. En esos ratos de soledad cuando me iba a dormir le daba muchas vueltas tratando de pensar un escenario para declararme, para hacerlo bonito y especial, pero no terminaba de ocurrírseme nada especial del todo. Por eso terminé por relajarme y dejarme llevar, llegando a la conclusión de mandarle un mensaje para quedar con ella cuando pudiera al seguir teniendo tanto lío en el trabajo, aunque lo escribí varias veces al borrar todo el rato lo que estaba poniendo, porque no quería parecer muy descarado.

-Angie -escribí haciendo un poco el tonto, llamándola así por una coña que teníamos cuando íbamos a la universidad-, ¿nos vemos mañana para cenar? Hay una cosilla que te quiero comentar.

Se lo envié nervioso, porque al final esa última parte cantaba mucho. Y más nervioso me puse al ver que no me contestaba, pero tenía sentido al ser ya algo tarde en aquella noche de martes en la que a mí me estaba costado dormir por no parar de darle vueltas al tema, porque ya ni distraerme con otras cosas podía.

-Jajajajajajaja. Mmm, vale. De hecho, yo también te quiero comentar algo. Mañana me habían dicho mis amigos de quedar, pero prefiero hacerlo a solas para hablar más tranquilamente. Mañana nos vemos. Un beso.

Si mientras le enviaba el mensaje estaba nervioso, ahora leyendo lo que me acababa de enviar, estaba que me iba a dar algo. Me puse muy contento al leer aquello, porque se me hacía muy obvio lo que me iba a decir y no podía estar más contento. Tenía muchas ganas de que llegara el momento en el que nos viéramos, pero aún quedaban muchas horas por delante y debía descansar para ir a trabajar en buenas condiciones, pero me costó mucho dormirme esa noche. De la misma manera que las horas en el trabajo y en general se me hicieron como el doble de largas. Así hasta que salí de trabajar y me fui a casa para darme una ducha y arreglarme bien para la quedada que teníamos en el bar en que habíamos quedado. Aunque antes de salir me tuve que cambiar de nuevo la camisa, porque de lo intranquilo que estaba, sudé bastante, pero no me demoré mucho en salir de casa para no hacerla esperar y para poder verla cuanto antes.

-Qué guapa, ¿no? -dije al verla una vez llegué, estando ella sentada en una mesa pegada a la pared, mirando el móvil y con su típico Nestea sobre la mesa.
-Hola -respondió de manera alegre-. Gracias. Tú también estás muy guapo.

Yo al final no iba para tanto, llevando la típica ropa para cuando se sale por la noche, con una camisa y unos vaqueros. Ella sin embargo iba con un vestido ajustado y corto, de color marrón que le quedaba francamente bien. También iba más maquillada de lo que solía y llevaba unas sandalias con tacón alto. Nos saludamos además con un beso en la mejilla y me empezó a contar su día un poco, pasando a preguntarme, aunque me quedé embobado mirándola. No podía dejar de mirarla por todas partes, viendo como seguía aún con sus uñas naturales, aunque ahora de color blanco, mirando también su cuerpo, porque estaba increíble en ese vestido, pero en lo que más me fijaba era en su preciosa cara y en esos ojos tan enigmáticos.

-Bueno, que te tengo que contar una cosa... -siguió ella cambiando su estado de ánimo, poniéndose muy contenta y hasta dando saltitos.

De golpe me empecé a poner nervioso, porque durante la charla que habíamos empezado me relajé bastante y hasta se me olvidó porqué había ido hasta allí. Me centré mucho en ella y en lo que estábamos hablando y se me fue el santo al cielo, aunque ahora lo recuperé de golpe. Fue un cambio tan brusco que se me puso hasta algo de mal cuerpo, como si me empezara a encontrar mal, comenzando también a sudar. Me puse nervioso de verdad, porque era un paso muy importante para mí. Dicen que a la tercera va la vencida y ella sería mi tercera novia. Nos conocíamos muy bien y apenas discutíamos, prometiendo bastante la cosa para que pudiera ir todo sobre ruedas.

-Ah, sí. Es verdad. Dime -dije ilusionado por pensar que ella también me iba a decir de empezar una relación.
-El domingo pasó algo... Y le he estado dando vueltas.
-Ajá...
-Es muy importante para mí, porque bueno... Jejejeje -reía nerviosa.
-Te veo muy contenta -comenté yo nervioso.
-No es para menos, ¿sabes?
-Me lo imagino.
-Pues... -dijo inclinando sus cejas, poniendo cara de vulnerabilidad.
-¿Qué es? Va...
-Que me voy a Francia.
-¿Eh? ¿Cómo que te veas?
-Pues resulta que... -empezó a contarme emocionada- Hace un par de meses envié un currículum a una revista de moda francesa. Una que sigo yo mucho y... Pues que me han cogido, ¿sabes? -dijo con una sonrisa radiante, agarrándome del brazo- Llevo años leyendo esa revista y probé suerte, porque me gustaría mucho trabajar allí. Mandé el currículum y un video contando a lo que me dedicaba, hablando un poco en los idiomas que sé. Solo estaba haciendo el tonto, pero me han respondido y me han dicho que les he gustado. Tuvimos una videollamada el lunes por la mañana y me hicieron una entrevista más formal. Voy a tener un trabajo de oficina normalito, pero el mundillo ese me encanta y tengo muchas ganas. Me han dicho que de vez en cuando se pasa algún diseñador y tal. ¿Qué te parece? -me preguntó con toda la ilusión del mundo.
-Me parece genial. No puedo alegrarme más por ti -dije dándole un abrazo.

No pude evitar cambiar de gesto una vez la abracé sin que pudiera ya ver mi cara. Me alegraba mucho por ella, porque era evidente que le fascinaba ese mundo y que estaba encantada con ser parte de aquello, pero yo tenía algo muy diferente en mente para el futuro más cercano y me llevé un chasco como pocas veces me había llevado. Puse en mi cara una sonrisa que debía parecer bastante falsa, porque lo era, aunque ella no pareció notarlo, pero una vez la abracé me quedé bastante serio y hasta debí poner un gesto triste. Apreté ese abrazo pensando que sería de los últimos que nos íbamos a dar, porque su decisión ya estaba tomada, pareciendo estar ella encantada, supongo que al pensar que me alegraba mucho por ella. Y así era, pero mi desilusión empañaba mucho mis mejores deseos para ella en su nuevo trabajo.

-Buah, que ganas tengo de empezar, Javi. Se pensaban que no tenía mucha idea por el currículum que les mandé, porque no tengo nada de estudios en moda y eso, pero en la entrevista me hicieron muchas preguntas y me defendí bien. Les impresioné bastante y les gustó mucho lo echada para delante que soy. También me dijeron que era muy guapa y que a lo mejor me podían usar para modelaje si tenían alguna emergencia. ¿Te lo puedes creer?
-Me lo creo, me lo creo -dije intentando ocultar mi decepción-. Con lo guapa y extrovertida que eres, te los tuviste que ganar enseguida.
-Más o menos, jejejeje. Hasta que no acabé la entrevista, en la que estaba nerviosa, por cierto, no me dijeron que estaban interesados del todo en mí. Me preguntaron cuándo me podía incorporar y fue todo muy de sopetón. Se rieron un poco por lo parada que me quedé. Les expliqué que yo ya tenía un trabajo, que no soy de allí y en fin... No ha habido mucho problema. Me han dicho que me dejan unos días para que ponga mis cosas en orden y para que encuentre piso allí y que puedo empezar en octubre. Cuando me hablaron del sueldo y todo... Uff...
-Pero tienes que tener en cuenta que allí la vida es más cara.
-Lo sé. Pero me permitiría ahorrar mucho más, aun así. Javi, ya me conoces y sabes que yo necesito relacionarme con personas. El trabajo que tengo ahora mismo me gusta mucho, pero estar todo el día encerrada frente al ordenador puede conmigo. Necesito relacionarme.
-Ya. Sé que eres así.
-Y pues en este trabajo voy a tener esa oportunidad. Además, va a ser un buen cambio de aires y me apetece mucho vivir fuera para tener esa experiencia.
-Sí. Eso tiene que estar bien también.
-¿Estás bien? Te noto un poco... No sé, jajajaja.
-Es que me ha pillado esto muy desprevenido. No sé muy bien qué decir, jajaja.
-¿Y qué me querías decir tú?
-¿Eh...? Ah... Pues... Justo era por algo muy parecido -dije soltando lo primero que se me ocurrió.
-¿Sí? ¿El qué?
-Pues que necesitamos a alguien en la academia, porque una chica se va. Y había pensado en ti, porque como eres muy extrovertida y eso y además controlas varios idiomas, pues...
-Oh... Habría estado muy bien trabajar contigo.
-Ya, pero con esto de que te vas, pues ya no puede ser. Como ahora vives aquí y nos vemos mucho, pues pensaba que te animarías.
-Y lo hubiera hecho, Javi. De verdad. Pero con esto que me acababa de salir... No puedo dejar escapar una oportunidad así.
-Desde luego que no -dije sonriendo para abrazarla de nuevo.
-Ay... -dijo con alivio una vez nos separamos- Tendrías que haber visto a mi madre cuando se lo he contado. Se ha puesto como loca, porque a ella también le gusta un poco el tema. Aunque que me vaya tan lejos... Eso sí que no le ha gustado, jajajaja. De hecho, se va a venir unas semanas para vivir allí conmigo hasta que me adapte bien a todo, por si necesito ayuda en algo y para que no me sienta tan sola al irme a la aventura.
-Qué bien.
-Mi hermana ha flipado que no veas... Jajajajaja. Dice que le doy mucha envidia y que espera que ella también tenga esa suerte cuando le toque.
-Jajajajaja.
 
Pobre Javi, con la bonita película que se había montado en su cabeza. Y de nuevo lo mismo, problemas con la empatía y la asertividad. A ver porqué no puede decirle a Ángela lo que siente, luego si eso, ya hablarán de cómo llevarlo, ni ella tiene porqué renunciar a su sueño, ni él a decirle lo que siente. Sabiendo la verdad ambos pueden tomar decisiones juntos ... ¿Y si Ángela siente lo mismo por Javi? ... ¡Qué tarugo es el chaval! ... Otra vez se ha quedao ensimismao.

Ya, ya, que es una escena muy común, si yo lo digo por el bien de los dos, a ver si me escucha, jeje
 
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Yo entiendo que se ha quedado en shock. Pues me parece que hasta aquí llegó su Historia con Ángela.
Al final esto no tiene otro camino que su reencuentro con Elena, aunque ya veremos.
Me parece sorprendente que Ángela no se haya dado cuenta de nada.
 
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