Reencuentro con Elena

Capítulo 651

Me llevé los dedos a la boca para saborear sus fluidos, los cuales me encantaron y viendo cómo Sara se quedaba mirándome fijamente por mis ojos y mis labios. Era evidente que quería besarme y le di ese gusto al acercarme a ella para darnos un buen morreo. Pero no quise que se alargara, porque la levanté para que bailara un poco para mí. Sara lo hacía de manera muy sensual, sobre todo por cómo iba vestida y por los tacones que llevaba. Por momentos me enseñaba el coño descaradamente al poner su culo en pompa y también se le salía una teta. Me tenía muy despistado así, por lo que la agarré de la mano para quitarle el vestido, viendo cómo se había dejado el vello púbico tal y como yo le dije que hiciera. Me dio un fuerte escalofrío al verlo así, con un triángulo rubio oscuro bien perfilado y mullidito, estando todo lo demás bien depilado. Ver sus gruesos labios colgar un poco me puso bastante para preferirlos yo más bien finos.

Hasta la abracé, bajando mi cara hasta su coño, dándome un olor muy bueno a sexo. Le besé el pubis y le di la vuelta para darle un azote con firmeza, mandándola de nuevo hasta la barra para que continuara bailando. Y así lo hizo durante unos momentos más en los que se movía con soltura, aunque no terminaba de subirse a ella mucho por tener su piel resbaladiza por la crema, prometiéndome ella que ya me haría un buen show en otra ocasión. Aunque yo estaba muy bien con lo que me ofrecía. Le pedí que se descalzará, porque me gustaban mucho sus pies y ella lo hizo, estando ya completamente desnuda. Aquello hizo que me calentara de por más, desnudándome yo también para tumbarme sobre la cama y empezar a masturbarme lentamente. Sara no me quitaba ojo de encima, mordiéndose el labio y diciéndome que le parecía increíble. Hasta podía ver cómo se tocaba un poco ella también al darse la vuelta, además de que tiraba de sus pezones con fuerza cuando me daba la cara.

Necesitaba ir más allá y por eso le dije que viniera conmigo. No podía dejar de mirar su coño y sus tetas, con esos pezones atravesados cada uno por un piercing con dos bolitas negras a cada lado. La puse sobre mí, quedando mi polla bien apretada entre nuestros cuerpos y nos empezamos a besar de bueno. Notaba su cara muy caliente y mientras le amasaba el culo le pregunté si tenía ganas. Ella, con la respiración entrecortada me confesaba que sí, que no podía esperar más. Le di una buena palmada en ese culazo y le dije que me la chupara, que seguro que lo hacía muy bien. Y no me equivocaba, porque Sara la comía muy bien, sabiendo sacarle partido a ese extraño piercing que tenía en la lengua. Chupaba con ganas, como para no con las ganas que teníamos, pero no lograba metérsela entera en la boca como quizá esperaba yo que pudiera hacer. Y lo intentaba, esforzándose mucho por hacerlo, pero no lo lograba, llegando incluso a derramar lágrimas. Aun así, le dije que me gustaba cómo lo hacía, llegando casi a conseguirlo, porque se quedaba cerca, pero no me importaba y le follaba la boca igualmente, llegando incluso a agarrarla del pelo, despeinándola.

No quería acabar de esa manera, por lo que cuando me noté cerca por la buena mamada que me estaba haciendo, la aparté de mí tirando firmemente de su pelo, continuando con ese juego con el que empezamos. A Sara le iba ese juego de ser sumisa y lo demostraba muy bien con los gemidos que lanzaba con algunos de mis actos, como este precisamente. La puse bocarriba en la cama y cambiamos papeles al ser yo el que le comía el coño ahora justo en la misma posición en la que se encontraba ella segundos antes. No recordaba haberme comido un coño con unos labios tan gruesos, pero la verdad es que en el tema no me dio asco. Nada más lejos, porque su olor y sabor invitaba mucho a que se lo comiera, dando yo grandes lamidas por toda la zona y succionado esos labios con fuerza, dándole mucho placer a ella. Tanto, que se acabó corriendo, aparentando mi cabeza con sus muslos y temblando mucho sus piernas.

Continúe un poco más, hasta que sus gemidos se volvieron muy agudos y su cuerpo empezaba a convulsionar. Sara estaba muy mona recién corrida, con su respiración muy acelerada y varios temblores. Yo me masturbaba lentamente mientas ella se recuperaba, cosa que por suerte, no duró mucho. Cogí un condón de los que compré y me lo puse para dar unas cuantas pasadas al ponerme sobre ella. Mi amiga abrió sus ojos y se abrió bien de piernas para recibirme, empezando a clavársela yo. Me puse sobre ella, metiéndosela por completo, estando ella con una cara espectacular al abrir un poco su boca y dejar sus cejas caídas. Y aún no habíamos empezado, porque me quedé quieto para darle un beso más, acariciando ella mi espalda y mi culo. La miré a los ojos y le pregunté si estaba preparada, asintiendo ella, por lo que me empecé a mover para darnos placer mutuamente.

Sara gemía bastante alto para estar rodeados de tantos vecinos, aunque a mí me daba bastante igual aquello. No se cortaba un pelo, y eso me gustaba bastante. Yo empecé con algo normalito para ir tanteando si estaba bien recuperada de su reciente orgasmo y parecía que sí, por eso apreté un poco más, empezando la cama a sonar. Tanto los muelles del colchón, como el cabecero de la cama al retumbar contra la pared. Por momentos gritaba mi nombre y gemía muy alto, tratando yo de corregir eso al tirar de su pelo para continuar el juego más que nada, porque como digo, me daba igual hacer ruido. También le comía las tetas cuando paraba brevemente para que no se volviera a correr tan pronto, aunque no duraba nada aquello para lo que me gustaban esas tetas. Pero quería continuar con el juego, porque a ella le gustaba y a mí también, aunque no tan agresivo como intuía en ella por eso que me había dicho de que le gustaba sentir dolor.

Lo que hice fue apretarle las tetas con mis manos, apoyándome en ellas mientras la follaba en ese misionero en el que empezamos. Sara no dejaba de gritar por aquello y la veía tan encendida que empecé a usar palabras que no usaba nunca en esos momentos. No había llegado tan lejos con ninguna chica como para insultarla y casi que vejarla, pero di en el clavo, porque a ella parecía encantarle eso, llegando a pedirme más. Continué con ese vocabulario en lo que la follaba cada vez con más dureza, llegando también a escupirle. A Sara le iba la marcha, y de la buena por cómo reaccionaba con todo lo que le hacía. Me puse más serio, pero en el tema de reventarla, porque me centré en follarla con dureza y rapidez para que se volviera a correr, consiguiéndolo y quedando yo muy cerca, saliéndome de ella, aunque no me detuve, porque notaba que se mojaba mucho, y de manera muy líquida, por lo que le metí los dedos para estimularle el punto G y ver si podía provocarle un squirting.

Y efectivamente, pude conseguir que lo hiciera, con ella levantando sus caderas y lanzando un par de chorros, pasando yo a frotar su clítoris, lo que provocó que salpicara mucho lo que estaba terminando de expulsar de su cuerpo. Mojó bastante la cama y a mí también, quedando ella temblando bastante y murmurando cosas, aunque no podía entenderla, porque parecía que estaba tiritando por su manera de hablar pese a estar los dos sudados. Aunque no iba a quedar así la cosa, porque ella ya se había corrido un par de veces y yo ninguna, por lo que me puse sobre ella, quitándome el condón, para agarrarla del pelo y correrme en su cara, que entre eso, el sudor y los escupitajos que le lancé, dejaron su maquillaje bastante corrido. Sara recibía todo lo que le echaba con ganas, llegando a abrir bien la boca, sacando la lengua, poniéndome mucho el gesto de por sí, pero más al ver ese piercing suyo.

Cuando acabé, me eché sobre la cama y ella, aún con los ojos cerrados, se llevaba todo lo que tenía sobre su cara hacia su boca usando sus dedos. Se estaba metiendo todo el semen que le dejé en la cara para luego tragarlo y relamerse, diciéndome que estaba muy rico. Me salió del alma decirle que era una guarra, riendo ella y dándome la razón, pero es que le encantaba serlo y disfrutaba mucho. Y a mí más que me hacía disfrutar con esa forma de comportarse en la cama. Continuamos la noche volviendo a follar, aunque antes agarré sus pies para chupárselos un poco, llevándolos hasta mi polla para que me pajeara con ellos. Parecía tener práctica, reconociéndome que se había topado con algunos fetichistas y que le gustaba dar placer de esa forma. Luego me puse otro condón para volver a follarla, haciéndolo en la misma postura que antes, aunque ahora la agarraba de sus tobillos, pegándolos a la cama, dejando cada pie a cada lado de su cabeza. Se veía sorprendida por lo que le hacía, más por la seguridad con la que lo hacía diría yo. Y eso la hacía disfrutar mucho.

La follaba con ritmo, en esa postura en la que la penetración era más profunda, aunque cambié al ponerla a cuatro para darle bien duro, como los azotes que le soltaba, los cuales les dejó el culo bien rojo. También seguía tirándole del pelo y hablándole de esa manera guarra y despectiva que parecía calentarla mucho por cómo gemía como respuesta, llegando así a su tercer orgasmo, siguiéndola yo al pegar mi cuerpo al suyo. Esta vez descansamos un poco más, aunque al rato ya estábamos liados otra vez. En esa ocasión, con ella sobre mí para follarme como yo le dije con mis indicaciones. Sara era una bomba en la cama, porque follaba de maravilla y seguía el juego a la perfección, moviéndose de manera más sensual todavía cuando le agarré el cuello con firmeza. Aunque no me corrí de esa manera, porque la puse de nuevo a cuatro y le dije que le iba a follar el culo.

Ella no se negó en ningún momento y de hecho, parecía agradarle la idea a juzgar por la sonrisa que puso. Pero antes de metérsela por ahí, la follé un poco más, pasando a jugar con su ojete al escupir sobre él y empezar a acariciarlo con un dedo, para meterlo después. En menos de 5 minutos ya se la estaba metiendo, con ella encogiendo su cuerpo. Quizá debería haber llevado más cuidado, pero con aquello de que le gustaba sentir dolor cuando estaba muy excitada, pues se la empecé a meter cuanto antes, lográndolo y follándola a buen ritmo. Con lo apretada que estaba, como ya había comprobado al vérselo antes, no me costó mucho correrme con las buenas embestidas que le daba, agarrando su pelo para tirar de él y mantener su espalda erguida. Sara se tocaba mientras tanto el coño con sus dedos, llegando a correrse, apretando ella el culo y provocando mi orgasmo.

Fue una noche muy divertida en la que después de eso nos quedamos descansando durante unos minutos, aunque ella estaba rendida y casi que no se podía mover, teniendo sus ojos bastante entornados. Yo me levanté para ir vistiéndome, diciéndole que me había gustado mucho el rato que habíamos echado y que ya nos veríamos más de esa manera, murmurando ella para darme a entender que estaba de acuerdo. Me despedí de ella dándole un pequeño azote y me fui, pensado por el camino lo divertida que era Sara y lo buena que estaba, haciéndome pasar una noche muy buena. Así llegué a casa, entrando sin hacer ruido para no despertar a Andrea, dándome una ducha y echando algo de ropa en una bolsa para los dos próximos días que iba a pasar con mis amigos, marchándome a dormir después, porque era tarde y la idea que teníamos Ángela y yo era irnos temprano a nuestra ciudad.

Ángela acudió por casa bastante temprano, unos minutos pasadas las 8 de la mañana. Iba muy mona con sus dos típicas trenzas para ir cómoda y para no pasar tanto calor, yendo además con su atuendo usual de camiseta blanca de tirantes y shorts vaqueros cortitos, aunque en esta ocasión llevaba unas Converse en lugar de unas sandalias. Nos dimos un abrazo y un beso en la mejilla y ella dejó su pequeño trolley en la entrada, yendo ambos hasta la cocina para tomaros un café antes de salir. Le pedí que no hiciera mucho ruido, porque era muy temprano y Andrea dormía aún. En el rato que estuvimos en la cocina no paraba de decirme que tenía muchas ganas de este plan al que íbamos, aunque era algo bastante simple, pero le apetecía mucho estar los cuatro juntos. Se le ocurrían muchos sitios a los que ir bien entrada la tarde y luego ya de noche para ir a bailar o lo que surgiera.

Pero no saldríamos tan pronto de casa, porque me dijo que debíamos hacer algo antes de salir. Me quedé sin entender a qué se refería y me agarró de la mano para llevarme al baño grande, al que usaba yo ahora que Andrea estaba de vuelta y tenía el otro asignado. Una vez allí, me susurró que me desnudara, con una sonrisa pícara. Le pregunté si quería hacer algo en ese momento, negando ella y volviendo a interrogar yo, aunque ahora con un gesto más que con palabras. Ella me dijo que tenía que darme un repaso para que fuera bien depiladito, porque ya había pasado una semana desde que lo hizo y pensaba que tenía que arreglarme eso, prestándose otra vez a hacerlo. Me entró un poco la risa, aunque ella esperaba con sus brazos en jarra, bastante sonriente, hasta que se cansó de esperar por quedarme yo mirándola, echando mano a mi ropa para empezar a quitármela.
 
Bueno, ya sabemos como mató el Viernes Javierman, falta por conocer como fue para Ángelawoman.

Comparten el mismo superpoder, Ángela no se le queda atrás, es muy posible se lo termine llevando por delante.

Siguiente misión, Mario e Irene.
 
Capítulo 652

-¿No decías que te daba lo mismo cómo llevara esto?
-Y así es.
-¿Entonces?
-Es para darle la sorpresa a Irene, porque seguro que te va a ver desnudo de una forma o de otra -dijo terminando de desnudarme y llevándome a la bañera.
-¿Haces esto mucho? -pregunté riéndome.
-Pues no -dijo con sorna.
-Lo malo de esto es que se me va a poner dura con tanto toqueteo.
-No pasa nada, no me va a dar vergüenza, jejeje.
-Si no es por eso...
-Ah... Bueno, tampoco llevas tanto tiempo sin echar un polvete, ¿no? El último que echamos fue el miércoles.
-No, si sí que he echado uno más.
-Anda -decía algo sorprendida-. ¿Sí? ¿Con quién? -dijo empezando a repasar mis zonas bajas con una cuchilla.
-Una amiguilla. Llevábamos tiempo queriendo irnos a la cama y ayer por fin pudimos.
-Mmm... -murmuraba divertida- ¿Cómo es?
-Pues es mona. Está bastante bien, aunque no tanto como tú. Pero no sé... Tiene algo que me pone muy burro. Y encima le va la marcha. Y de la dura...
-Anda -decía de nuevo, aunque ahora divertida, dándome un cachete en el culo, además.
-No te preocupes, usamos condón. Bueno, ella me la comió sin nada y yo a ella, pero me dijo que llevaba un par de semanas sin...
-Si tu confías en ella, yo no tengo problema. Además, esta noche...
-Lo ves tú muy hecho...
-Pues claro. ¿No ves que es Irene? Y a Mario le pongo bastante. Lo sé.
-Le pones a cualquiera.
-Lo malo es que no va a estar Sofía. Está con su familia.
-Vaya...
-Habríais triunfado Mario y tú, ¿eh...?
-Todos en realidad. ¿No ves que os va el rollo bollo también a las tres?
-Jajajaja -reía bajito.
-Joder, es que no te termino de imaginar con una chica.
-¿Te da morbo?
-Pues claro que me da. ¿Ves? Ya se me ha puesto dura.
-Jijijiji... Entonces esta noche lo vas a pasar muy bien. Es una lástima que a Mario y a ti no os vaya...
-Ya. Aunque hemos hecho nuestros tríos con Irene. Y ha pasado alguna cosa.
-¿Cómo qué?
-Pues Irene juntó nuestras pollas para intentar comérnosla a la vez. Y obviamente nos tocamos con esa parte.
-Uff... Quiero ver eso.
-Jajajaja.
-Pues déjame informarte de que tú no fuiste el único que tuvo suerte anoche... Jajajaja.
-¿Sí? -pregunté algo sobresaltado- ¿Follaste con Cintia? Cuenta.
-Mmm, no sé... ¿Debería?
-Joder, yo te he contado...
-Pero es que te vas poner muy tonto. Lo sé. Jajajaja.
-¿Y?
-Pues que no vamos a follar ahora.
-Sobreviviré.
-Jajajaja -reía intentando no ser muy escandalosa.
-Va.
-Pues nos vimos en la puerta de mi casa. Vivo a buscarme.
-Ajá.
-Y paseamos un poco. Luego fuimos a cenar a un restaurante para charlar más tranquilamente, recordando momentos de cuando íbamos a la universidad, aunque no había mucho de qué hablar, porque solo duró un año aquí.
-Ya.
-Pero hablamos de más cosas. De cómo nos iba, a lo que nos dedicábamos y tal. Y de pronto saliste tú como tema de conversación.
-Vaya, qué sorpresa -dije de manera irónica.
-Está resentida contigo, ¿eh?
-¿Me lo dices, o me lo cuentas? Lo sé de sobra.
-Me explicó lo que pasó cuando hablaste con ella seriamente, que lo pasó mal, que aquello desembocó en algún problema para ella que ahora ya está gestionando mejor...
-Ya, le hice mucho daño, aunque esa no era mi intención.
-Ya, ya lo sé. Pero ella... Bueno, me dijo precisamente que le has dicho mucho eso, pero que se lo acabaste haciendo. Luego me preguntó a mí qué me traía contigo esos días.
-¿Y qué le contaste?
-Pues que éramos follamigos.
-¿Solo eso?
-Bueno, más tarde, conforme cogíamos confianza sí que le conté algo más. Lo que pasó hace más de un año, vaya.
-Ah...
-Se interesó bastante por tu ex, aunque no le conté mucho de ella. No me parecía muy bien.
-Vale.
-Le dije que solo traté con ella 5 minutos para que no se pusiera insistente, porque me preguntó un par de veces más. Se la describí un poco físicamente y poco más. Ya no preguntó más por ella.
-¿Y cómo fue después de la cena?
-Pues antes nos fuimos a tomar algo, para bailar un poco y eso.
-¿Ibais guapas? Seguro.
-Nos echamos alguna foto. Luego te las enseño.
-Y ya fuisteis a su casa, ¿no?
-Sí. Es muy bonita.
-¿Te enseñó la sala esa que tiene?
-¿Cuál?
-Estaría cerrada con llave.
-Mmm, no. Todas las habitaciones estaban abiertas. Me enseñó la casa entera.
-¿Y no viste nada raro?
-No. ¿Por?
-Pues la habrá quitado. Tenía una sex dungeon. Negra y roja, con muchas cosas. Para flipar si la ves.
-¿A ti te llevó ahí?
-Sí. Ya te conté lo que pasó, ¿no? Pues ahí fue.
-Pues yo no vi nada de nada.
-¿Y al final...?
-A ver... No fue gran cosa. Nos sentamos en el sofá de su salón. Ella me ofreció whisky, pero le dije que no bebía nada de alcohol y me sacó un refresco bien puesto en un vaso con hielo. Ella sí bebió. Nos dimos un beso. Muy pequeño y tímido. Ella estaba con ganas. Se le notaba.
-¿Y ya está?
-No. Nos dimos algún beso más. Y nos metimos mano por encima de la ropa. Es más fácil con chicas por la diferencia de ropa. Bueno... Con los chicos es más fácil en la parte de arriba, porque soléis usar camisas para cuando salís, ¿sabes? Es mucho más fácil tocar la piel así que cuando una chica lleva un vestido. Pero por la parte de abajo es todo lo contrario.
-Me lo figuro.
-Me gustaron mucho sus tetas cuando se las vi.
-¿Tan directa fuiste?
-Qué va. Se las sacó ella. Se las toqué y me gustó. También se las comí un poco.
-Y también te gustó.
-Sí, jajaja.
-¿Y algo más?
-Ella estaba muy cachonda y quería ir más allá.
-Normal.
-Ella hizo lo mismo conmigo. Me pidió permiso para verme las tetas. Fue muy cuidadosa.
-Vaya... -dije sorprendido.
-Le informé de lo sensible que soy yo con los pechos y ya en el asunto, ella se puso más cachonda aún al ver cómo me ponía. Estaba muy sorprendida. Y ya puso mi mano en mi muslo para subir por él y llegar a mi entrepierna.
-Mmm...
-Me notó muy húmeda y de alguna manera, se las arregló para meter su mano dentro de mi tanga con mucha facilidad. Le impresionó mucho que tuviera vello ahí abajo.
-Sí. Ella ya no lleva nada.
-Aunque le gustó. Me lo acarició un poco y luego bajó para tocarme bien. Lanzó un gemido muy mono. Sabe haberlo muy bien.
-¿Te gustó?
-Claro.
-Menudo polvo tuvisteis que echar...
-Pues no.
-¿No?
-No, porque al poco de que me empezara a tocar, la paré.
-¿Por? ¿Se puso como una loca histérica?
-Qué va... Si fue un amor en todo momento.
-¿Entonces?
-No quería ir tan lejos. No tan pronto.
-¿Vas a ir de estrecha con ella?
-Joder, es que a mí no me gusta ir tan rápido. Si apenas la conozco.
-¿Y conmigo?
-Javi, contigo fue después de llevar unos meses conociéndonos.
-¿Y con Mario e Irene?
-Pues... Me pusieron mucho. Y verte me hizo recordar algunas cosas y me encendí. Necesitaba hacer algo. Me di cuenta muy rápido de lo buenos amigos que erais y se ganaron mi confianza muy rápido. No me equivoqué.
-¿Y qué hay diferente con Cintia si dices que te trató muy bien?
-Pues lo que me has contado. Que te haya hecho todo eso, pues me da un poco de cosa, qué quieres que te diga...
-Bueno, has hecho bien.
-A ver, que seguro que volveremos a quedar, porque nos caímos bien. Ya veremos qué pasa, pero ganas hay por las dos partes.
-Entonces tienes que estar con ganas después de haber hecho eso y no ir hasta el final. ¿O te corriste?
-No. La paré bastante antes. Aunque ya en casa le puse remedio.
-¿Te tocaste?
-Sí, jajajaja.
-Pensando en ella.
-Claro.
-Cómo sois las chicas, de verdad...
-¿Por? Jajajaja.
-No sé cómo podéis parar en situaciones así.
-Bueno, habrá de todo, pero para abrir boca, estuvo muy bien.
-Al menos te lo pasaste bien tú sola.
-Sí. Eso sí. ¿Qué pasa? ¿Estás un poco decepcionado con lo que te he contado?
-Un poco, la verdad.
-Pues mi amiguita no opina igual. Está escuchando con atención, jejeje.
-Porque le gustas mucho.
-Y ella también me gusta mucho a mí.
-Oye, ¿no te tienes que dar tú un repasito como el mío?
-Pues no -decía riendo-, ya lo hice anoche antes de mi cita con Cintia.
-¿Para qué? Si tampoco pasó gran cosa...
-Por si acaso, jajajaja. ¿Qué pasa? -dijo incorporándose bien, habiendo acabado ya lo que estaba haciendo para agarrar mi polla y pajearme muy lentamente- ¿Te has calentado mucho?
-No lo sabes bien.
-Y me quieres echar un polvo ahora, ¿no?
-¿Tú qué crees?
-No sé... -decía haciéndose la loca, mirando a otro lado, aunque aguantando la risa.
-Te la quiero meter ahora y aquí mismo -le dije sin tapujos.
-Pues... Vas a tener que esperar.
-¿Y eso?
-Porque quiero que esta noche estés a la altura -dijo poniéndose de puntillas y tirando de mí para darme un beso ligero en los labios.
-Lo estaré.
-Ya, pero así te caliento un poco de paso, jijijiji...
-Ah... Que estás en plan calientabraguetas. Anoche con Cintia y ahora conmigo.
-Nooooo. No es eso. Pero me parece divertido que lo pases un poquito mal en este sentido.
-¿Te parece poco lo mal que lo he pasado ayer y antes de ayer sin poder hacer nada contigo?
-Pero si anoche echaste un polvo... -decía riendo.
-Porque no podía estar contigo. Además, lo voy a estar pasando mal toda la mañana contigo y con Irene en bikini con lo buenas que estáis. Y luego por la noche cuando os arregléis... Uff... Lo mismo no llego.
-Jajajaja -reía esforzándose por hacerlo bajo-, no seas exagerado, anda...
-Lo voy a pasar tan mal que seguramente me empalme muchas veces durante todo el día.
-Jajajaja. Ay... ¿Y qué podemos hacer entonces?
-Pues echar un rapidín, ¿no?
-Ya lo que voy a hacer...

Ángela me dio otro pequeño beso, separándose de mí con una sonrisa preciosa y con sus típicas chapetas cuando se excitaba, sin dejar de pajearme en todo momento.

-Uff... Está muy dura, ¿eh? -preguntó sin quitarle el ojo de encima a mi polla.
-Está así por ti.
-Y por Cintia.
-Te aseguro que no.
 
Se me hace complicado tener una posición clara respecto a estos dos.

Explicarlo es difícil por los delicados temas que involucra, con gran riesgo de ser mal entendido.

Se ha revelado una Ángela tan abiertamente liberal, incluso más que Javier, que no parece tener límites, y creo tampoco permitiría que se los impongan.

No me cae mal Ángela, pero confieso que la imaginaba de una forma diferente, como va esta etapa en su vida, difícil verla novia de alguien, sea hombre o mujer.

La razón es simple, no es lo mismo para una mujer ser liberal en el sexo estando en pareja que hacerlo siendo soltera. No es justo pero es real.

A riesgo que suene machista, sólo constato el hecho de que ser liberal resulta ser un hándicap que afecta a hombres y mujeres solteros en diferente medida.

Ya teniendo pareja, el caso de Mario e Irene, pueden hacer y deshacer juntos, experimentar las fantasías de ambos, ellos establecen sus límites y permisos.

Dirán a que viene todo esto de explayarse tanto...quizás Keranos sabe del tema y lo utilizó.

En el mundo liberal existen una serie de conceptos que sirven para entender mejor el papel que cada persona juega en ese estilo de vida.

Uno de los más codiciados y difíciles de conseguir es el unicornio, su mítico nombre lo dice todo, pues, se trata de la mujer bisexual que participa sin pareja, y se encarga de proporcionar y recibir placer sin distingo de sexo, con ningún límite de prejuicios ni barreras emocionales.

Sin duda lo que Ángela está resultando ser, un unicornio.

A beneficiarse de eso Javier... mientras sea tu turno.:oops:
 
Se me hace complicado tener una posición clara respecto a estos dos.

Explicarlo es difícil por los delicados temas que involucra, con gran riesgo de ser mal entendido.

Se ha revelado una Ángela tan abiertamente liberal, incluso más que Javier, que no parece tener límites, y creo tampoco permitiría que se los impongan.

No me cae mal Ángela, pero confieso que la imaginaba de una forma diferente, como va esta etapa en su vida, difícil verla novia de alguien, sea hombre o mujer.

La razón es simple, no es lo mismo para una mujer ser liberal en el sexo estando en pareja que hacerlo siendo soltera. No es justo pero es real.

A riesgo que suene machista, sólo constato el hecho de que ser liberal resulta ser un hándicap que afecta a hombres y mujeres solteros en diferente medida.

Ya teniendo pareja, el caso de Mario e Irene, pueden hacer y deshacer juntos, experimentar las fantasías de ambos, ellos establecen sus límites y permisos.

Dirán a que viene todo esto de explayarse tanto...quizás Keranos sabe del tema y lo utilizó.

En el mundo liberal existen una serie de conceptos que sirven para entender mejor el papel que cada persona juega en ese estilo de vida.

Uno de los más codiciados y difíciles de conseguir es el unicornio, su mítico nombre lo dice todo, pues, se trata de la mujer bisexual que participa sin pareja, y se encarga de proporcionar y recibir placer sin distingo de sexo, con ningún límite de prejuicios ni barreras emocionales.

Sin duda lo que Ángela está resultando ser, un unicornio.

A beneficiarse de eso Javier... mientras sea tu turno.:oops:

Yo creo que, por esa apertura de mente respecto a las relaciones sexuales, es lo que hace a Ángela la pareja ideal para Javier.
Una curiosidad, el hombre bisexual sin pareja también se le considera unicornio, o es un término exclusivo para la mujer bisexual sin pareja?
 
Aprovecho que paso por aquí para decir que este puente voy a estar fuera para desconectar un poco, que falta me hace. Así que el siguiente capítulo será colgado el próximo lunes
Por un puente tiraba yo a mucha gente que yo me conozco y que ayer me dieron vergüenza ajena. Yo sé porque lo digo.
No, en serio pásatelo bien.
 
Nada de nada, todos con todos, imposible una relación tradicional. Me imagino que o vuelve Elena o Javi será un pichalibre toda la vida
Lo de Elena lo veo imposible la verdad. Después de haberse tirado a la hermana y a la madre, y Elena al hermano (al menos es lo que parece), ni siquiera como amigos.
 
Capítulo 651

Me llevé los dedos a la boca para saborear sus fluidos, los cuales me encantaron y viendo cómo Sara se quedaba mirándome fijamente por mis ojos y mis labios. Era evidente que quería besarme y le di ese gusto al acercarme a ella para darnos un buen morreo. Pero no quise que se alargara, porque la levanté para que bailara un poco para mí. Sara lo hacía de manera muy sensual, sobre todo por cómo iba vestida y por los tacones que llevaba. Por momentos me enseñaba el coño descaradamente al poner su culo en pompa y también se le salía una teta. Me tenía muy despistado así, por lo que la agarré de la mano para quitarle el vestido, viendo cómo se había dejado el vello púbico tal y como yo le dije que hiciera. Me dio un fuerte escalofrío al verlo así, con un triángulo rubio oscuro bien perfilado y mullidito, estando todo lo demás bien depilado. Ver sus gruesos labios colgar un poco me puso bastante para preferirlos yo más bien finos.

Hasta la abracé, bajando mi cara hasta su coño, dándome un olor muy bueno a sexo. Le besé el pubis y le di la vuelta para darle un azote con firmeza, mandándola de nuevo hasta la barra para que continuara bailando. Y así lo hizo durante unos momentos más en los que se movía con soltura, aunque no terminaba de subirse a ella mucho por tener su piel resbaladiza por la crema, prometiéndome ella que ya me haría un buen show en otra ocasión. Aunque yo estaba muy bien con lo que me ofrecía. Le pedí que se descalzará, porque me gustaban mucho sus pies y ella lo hizo, estando ya completamente desnuda. Aquello hizo que me calentara de por más, desnudándome yo también para tumbarme sobre la cama y empezar a masturbarme lentamente. Sara no me quitaba ojo de encima, mordiéndose el labio y diciéndome que le parecía increíble. Hasta podía ver cómo se tocaba un poco ella también al darse la vuelta, además de que tiraba de sus pezones con fuerza cuando me daba la cara.

Necesitaba ir más allá y por eso le dije que viniera conmigo. No podía dejar de mirar su coño y sus tetas, con esos pezones atravesados cada uno por un piercing con dos bolitas negras a cada lado. La puse sobre mí, quedando mi polla bien apretada entre nuestros cuerpos y nos empezamos a besar de bueno. Notaba su cara muy caliente y mientras le amasaba el culo le pregunté si tenía ganas. Ella, con la respiración entrecortada me confesaba que sí, que no podía esperar más. Le di una buena palmada en ese culazo y le dije que me la chupara, que seguro que lo hacía muy bien. Y no me equivocaba, porque Sara la comía muy bien, sabiendo sacarle partido a ese extraño piercing que tenía en la lengua. Chupaba con ganas, como para no con las ganas que teníamos, pero no lograba metérsela entera en la boca como quizá esperaba yo que pudiera hacer. Y lo intentaba, esforzándose mucho por hacerlo, pero no lo lograba, llegando incluso a derramar lágrimas. Aun así, le dije que me gustaba cómo lo hacía, llegando casi a conseguirlo, porque se quedaba cerca, pero no me importaba y le follaba la boca igualmente, llegando incluso a agarrarla del pelo, despeinándola.

No quería acabar de esa manera, por lo que cuando me noté cerca por la buena mamada que me estaba haciendo, la aparté de mí tirando firmemente de su pelo, continuando con ese juego con el que empezamos. A Sara le iba ese juego de ser sumisa y lo demostraba muy bien con los gemidos que lanzaba con algunos de mis actos, como este precisamente. La puse bocarriba en la cama y cambiamos papeles al ser yo el que le comía el coño ahora justo en la misma posición en la que se encontraba ella segundos antes. No recordaba haberme comido un coño con unos labios tan gruesos, pero la verdad es que en el tema no me dio asco. Nada más lejos, porque su olor y sabor invitaba mucho a que se lo comiera, dando yo grandes lamidas por toda la zona y succionado esos labios con fuerza, dándole mucho placer a ella. Tanto, que se acabó corriendo, aparentando mi cabeza con sus muslos y temblando mucho sus piernas.

Continúe un poco más, hasta que sus gemidos se volvieron muy agudos y su cuerpo empezaba a convulsionar. Sara estaba muy mona recién corrida, con su respiración muy acelerada y varios temblores. Yo me masturbaba lentamente mientas ella se recuperaba, cosa que por suerte, no duró mucho. Cogí un condón de los que compré y me lo puse para dar unas cuantas pasadas al ponerme sobre ella. Mi amiga abrió sus ojos y se abrió bien de piernas para recibirme, empezando a clavársela yo. Me puse sobre ella, metiéndosela por completo, estando ella con una cara espectacular al abrir un poco su boca y dejar sus cejas caídas. Y aún no habíamos empezado, porque me quedé quieto para darle un beso más, acariciando ella mi espalda y mi culo. La miré a los ojos y le pregunté si estaba preparada, asintiendo ella, por lo que me empecé a mover para darnos placer mutuamente.

Sara gemía bastante alto para estar rodeados de tantos vecinos, aunque a mí me daba bastante igual aquello. No se cortaba un pelo, y eso me gustaba bastante. Yo empecé con algo normalito para ir tanteando si estaba bien recuperada de su reciente orgasmo y parecía que sí, por eso apreté un poco más, empezando la cama a sonar. Tanto los muelles del colchón, como el cabecero de la cama al retumbar contra la pared. Por momentos gritaba mi nombre y gemía muy alto, tratando yo de corregir eso al tirar de su pelo para continuar el juego más que nada, porque como digo, me daba igual hacer ruido. También le comía las tetas cuando paraba brevemente para que no se volviera a correr tan pronto, aunque no duraba nada aquello para lo que me gustaban esas tetas. Pero quería continuar con el juego, porque a ella le gustaba y a mí también, aunque no tan agresivo como intuía en ella por eso que me había dicho de que le gustaba sentir dolor.

Lo que hice fue apretarle las tetas con mis manos, apoyándome en ellas mientras la follaba en ese misionero en el que empezamos. Sara no dejaba de gritar por aquello y la veía tan encendida que empecé a usar palabras que no usaba nunca en esos momentos. No había llegado tan lejos con ninguna chica como para insultarla y casi que vejarla, pero di en el clavo, porque a ella parecía encantarle eso, llegando a pedirme más. Continué con ese vocabulario en lo que la follaba cada vez con más dureza, llegando también a escupirle. A Sara le iba la marcha, y de la buena por cómo reaccionaba con todo lo que le hacía. Me puse más serio, pero en el tema de reventarla, porque me centré en follarla con dureza y rapidez para que se volviera a correr, consiguiéndolo y quedando yo muy cerca, saliéndome de ella, aunque no me detuve, porque notaba que se mojaba mucho, y de manera muy líquida, por lo que le metí los dedos para estimularle el punto G y ver si podía provocarle un squirting.

Y efectivamente, pude conseguir que lo hiciera, con ella levantando sus caderas y lanzando un par de chorros, pasando yo a frotar su clítoris, lo que provocó que salpicara mucho lo que estaba terminando de expulsar de su cuerpo. Mojó bastante la cama y a mí también, quedando ella temblando bastante y murmurando cosas, aunque no podía entenderla, porque parecía que estaba tiritando por su manera de hablar pese a estar los dos sudados. Aunque no iba a quedar así la cosa, porque ella ya se había corrido un par de veces y yo ninguna, por lo que me puse sobre ella, quitándome el condón, para agarrarla del pelo y correrme en su cara, que entre eso, el sudor y los escupitajos que le lancé, dejaron su maquillaje bastante corrido. Sara recibía todo lo que le echaba con ganas, llegando a abrir bien la boca, sacando la lengua, poniéndome mucho el gesto de por sí, pero más al ver ese piercing suyo.

Cuando acabé, me eché sobre la cama y ella, aún con los ojos cerrados, se llevaba todo lo que tenía sobre su cara hacia su boca usando sus dedos. Se estaba metiendo todo el semen que le dejé en la cara para luego tragarlo y relamerse, diciéndome que estaba muy rico. Me salió del alma decirle que era una guarra, riendo ella y dándome la razón, pero es que le encantaba serlo y disfrutaba mucho. Y a mí más que me hacía disfrutar con esa forma de comportarse en la cama. Continuamos la noche volviendo a follar, aunque antes agarré sus pies para chupárselos un poco, llevándolos hasta mi polla para que me pajeara con ellos. Parecía tener práctica, reconociéndome que se había topado con algunos fetichistas y que le gustaba dar placer de esa forma. Luego me puse otro condón para volver a follarla, haciéndolo en la misma postura que antes, aunque ahora la agarraba de sus tobillos, pegándolos a la cama, dejando cada pie a cada lado de su cabeza. Se veía sorprendida por lo que le hacía, más por la seguridad con la que lo hacía diría yo. Y eso la hacía disfrutar mucho.

La follaba con ritmo, en esa postura en la que la penetración era más profunda, aunque cambié al ponerla a cuatro para darle bien duro, como los azotes que le soltaba, los cuales les dejó el culo bien rojo. También seguía tirándole del pelo y hablándole de esa manera guarra y despectiva que parecía calentarla mucho por cómo gemía como respuesta, llegando así a su tercer orgasmo, siguiéndola yo al pegar mi cuerpo al suyo. Esta vez descansamos un poco más, aunque al rato ya estábamos liados otra vez. En esa ocasión, con ella sobre mí para follarme como yo le dije con mis indicaciones. Sara era una bomba en la cama, porque follaba de maravilla y seguía el juego a la perfección, moviéndose de manera más sensual todavía cuando le agarré el cuello con firmeza. Aunque no me corrí de esa manera, porque la puse de nuevo a cuatro y le dije que le iba a follar el culo.

Ella no se negó en ningún momento y de hecho, parecía agradarle la idea a juzgar por la sonrisa que puso. Pero antes de metérsela por ahí, la follé un poco más, pasando a jugar con su ojete al escupir sobre él y empezar a acariciarlo con un dedo, para meterlo después. En menos de 5 minutos ya se la estaba metiendo, con ella encogiendo su cuerpo. Quizá debería haber llevado más cuidado, pero con aquello de que le gustaba sentir dolor cuando estaba muy excitada, pues se la empecé a meter cuanto antes, lográndolo y follándola a buen ritmo. Con lo apretada que estaba, como ya había comprobado al vérselo antes, no me costó mucho correrme con las buenas embestidas que le daba, agarrando su pelo para tirar de él y mantener su espalda erguida. Sara se tocaba mientras tanto el coño con sus dedos, llegando a correrse, apretando ella el culo y provocando mi orgasmo.

Fue una noche muy divertida en la que después de eso nos quedamos descansando durante unos minutos, aunque ella estaba rendida y casi que no se podía mover, teniendo sus ojos bastante entornados. Yo me levanté para ir vistiéndome, diciéndole que me había gustado mucho el rato que habíamos echado y que ya nos veríamos más de esa manera, murmurando ella para darme a entender que estaba de acuerdo. Me despedí de ella dándole un pequeño azote y me fui, pensado por el camino lo divertida que era Sara y lo buena que estaba, haciéndome pasar una noche muy buena. Así llegué a casa, entrando sin hacer ruido para no despertar a Andrea, dándome una ducha y echando algo de ropa en una bolsa para los dos próximos días que iba a pasar con mis amigos, marchándome a dormir después, porque era tarde y la idea que teníamos Ángela y yo era irnos temprano a nuestra ciudad.

Ángela acudió por casa bastante temprano, unos minutos pasadas las 8 de la mañana. Iba muy mona con sus dos típicas trenzas para ir cómoda y para no pasar tanto calor, yendo además con su atuendo usual de camiseta blanca de tirantes y shorts vaqueros cortitos, aunque en esta ocasión llevaba unas Converse en lugar de unas sandalias. Nos dimos un abrazo y un beso en la mejilla y ella dejó su pequeño trolley en la entrada, yendo ambos hasta la cocina para tomaros un café antes de salir. Le pedí que no hiciera mucho ruido, porque era muy temprano y Andrea dormía aún. En el rato que estuvimos en la cocina no paraba de decirme que tenía muchas ganas de este plan al que íbamos, aunque era algo bastante simple, pero le apetecía mucho estar los cuatro juntos. Se le ocurrían muchos sitios a los que ir bien entrada la tarde y luego ya de noche para ir a bailar o lo que surgiera.

Pero no saldríamos tan pronto de casa, porque me dijo que debíamos hacer algo antes de salir. Me quedé sin entender a qué se refería y me agarró de la mano para llevarme al baño grande, al que usaba yo ahora que Andrea estaba de vuelta y tenía el otro asignado. Una vez allí, me susurró que me desnudara, con una sonrisa pícara. Le pregunté si quería hacer algo en ese momento, negando ella y volviendo a interrogar yo, aunque ahora con un gesto más que con palabras. Ella me dijo que tenía que darme un repaso para que fuera bien depiladito, porque ya había pasado una semana desde que lo hizo y pensaba que tenía que arreglarme eso, prestándose otra vez a hacerlo. Me entró un poco la risa, aunque ella esperaba con sus brazos en jarra, bastante sonriente, hasta que se cansó de esperar por quedarme yo mirándola, echando mano a mi ropa para empezar a quitármela.
Hola, buenas noches.
Gracias, ya tenía yo ganitas de Sara y no ha decepcionado.

Saludos

Hotam
 
Yo creo que, por esa apertura de mente respecto a las relaciones sexuales, es lo que hace a Ángela la pareja ideal para Javier.
Una curiosidad, el hombre bisexual sin pareja también se le considera unicornio, o es un término exclusivo para la mujer bisexual sin pareja?
Unicornio solamente es una mujer bisexual y single, al hombre se le denomina bull.
 
Pero entendamos que estas definiciones corresponden a individuos que llevan un estilo de vida swinger.

Unicornio no es cualquier mujer bisexual single, debe ser swinger.
 
Se me hace complicado tener una posición clara respecto a estos dos.

Explicarlo es difícil por los delicados temas que involucra, con gran riesgo de ser mal entendido.

Se ha revelado una Ángela tan abiertamente liberal, incluso más que Javier, que no parece tener límites, y creo tampoco permitiría que se los impongan.

No me cae mal Ángela, pero confieso que la imaginaba de una forma diferente, como va esta etapa en su vida, difícil verla novia de alguien, sea hombre o mujer.

La razón es simple, no es lo mismo para una mujer ser liberal en el sexo estando en pareja que hacerlo siendo soltera. No es justo pero es real.

A riesgo que suene machista, sólo constato el hecho de que ser liberal resulta ser un hándicap que afecta a hombres y mujeres solteros en diferente medida.

Ya teniendo pareja, el caso de Mario e Irene, pueden hacer y deshacer juntos, experimentar las fantasías de ambos, ellos establecen sus límites y permisos.

Dirán a que viene todo esto de explayarse tanto...quizás Keranos sabe del tema y lo utilizó.

En el mundo liberal existen una serie de conceptos que sirven para entender mejor el papel que cada persona juega en ese estilo de vida.

Uno de los más codiciados y difíciles de conseguir es el unicornio, su mítico nombre lo dice todo, pues, se trata de la mujer bisexual que participa sin pareja, y se encarga de proporcionar y recibir placer sin distingo de sexo, con ningún límite de prejuicios ni barreras emocionales.

Sin duda lo que Ángela está resultando ser, un unicornio.

A beneficiarse de eso Javier... mientras sea tu turno.:oops:
Interesante aporte. Creo que tu comentario es muy pertinente y acertado. El relato nos lleva precisamente por esos paisajes y son unos paisajes delicados y desconocidos para muchos.
Me ha llamado la atención, también, el comentario de @alternativo360 en el que se lamenta de la imposibilidad de que Javi tenga una relación tradicional y "lo condena" a ser un "pichalibre". No se si sería su intención, pero ha sonado un poquito despectivo, no sé si las personas que mantienen relaciones liberales consideran "pichaesclava" a una persona que mantiene relaciones monógamas y exclusivas.
Es que la moral tiene esas cosas, antes las relaciones como las de Ángela o incluso Irene podían ser perseguidas legalmente, hoy, afortunadamente, ya no es así. Luego se dan las paradojas de que la Familia Real represente el máximo exponente de una "relación tradicional" mientras uno de sus miembros tiene una vida liberal y libertina ... :unsure: ... a lo mejor es que eso es lo de "relación tradicional", jeje ...

La sociedad establece unas normas aduciendo necesidades de regular la convivencia y la relación con el prójimo, el 6º mandamiento de "No cometerás actos impuros" que completo es "Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón". Este mandamiento establece que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son considerados actos inmorales. Pero claro, eso pasa en esta religión judeo-cristiana y algunas otras, pero hay otras en las que no pasa, así que esta fórmula, para nosotros tradicional, de regular la convivencia y las relaciones, es simplemente una fórmula de conveniencia. Cada grupo humano ha buscado una forma civilizada para lo que en la naturaleza se resuelve con lucha entre los machos por el dominio de unas hembras, o por una caprichosa selección de pareja que en ocasiones causa hasta la muerte del aspirante.

Para mí la historia de Javi transcurre por unos paisajes que me son desconocidos pero que puedo llegar a entender si me desprendo de los "prejuicios tradicionales" que son los que me acompañan, por cierto, pero esa es otra historia, cómo llega cada uno a vivir el amor es asunto de cada uno.
Intento ver el relato y las vicisitudes que atraviesa Javi, no solo como una forma diferente de relacionarse a la tradicional, intento verlo desde el observador que ve a alguien intentado encontrar el amor. Porque el amor no tiene que ver con la moral, se aman dos cincuentones que de adolescentes tuvieron 10 años de noviazgo, se dieron el sí al acabar la carrera y son padres de 2 hijos, como se aman dos cincuentones fruto de un matrimonio concertado y que también son padres de dos hijos, por ejemplo.

Pero volviendo a lo importante, a Javi y, aunque él no lo reconozca, su búsqueda del amor. Creo que su historia explica muy bien aquella teoría triangular del amor que lo define como una relación interpersonal (no obligatoriamente dual) que busca el equilibrio entre la intimidad, la pasión y el compromiso. Y ojo, que compromiso no tiene nada que ver con exclusividad, sino con decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor, que implica mantener la relación en los buenos y en los malos momentos. Un padre está comprometido con amar a todos sus hijos sin plantearse que el no dedicarse exclusivamente a uno de ellos signifique amarlo menos.
En las relaciones de Javi se combinan esos tres componentes en mayor o menor medida pero parece que no ha conseguido el equilibrio de lo que se llama amor consumado y, de momento se pasea por el cariño, el encaprichamiento, el amor sociable como con Valeria, etc ...

En fin, esta parrafada tan solo era para compartir que cuando dejamos de mirar las acciones de Javi desde la moral, los usos y costumbres, y las intentamos ver desde su necesidad de amor, su historia adquiere otra perspectiva. Aunque siempre mantiene ese aire de niño grande o eterno adolescente de apariencia egoísta que reclama su independencia pero al mismo tiempo quiere saberse querido y busca el cariño, unas veces le darías un capón y otras un tierno abrazo. Felicidades al autor.

Samanté ... 🍵 ... 🧘‍♂️ ... que tengáis un bonito domingo.
 
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