Reencuentro con Elena

Capítulo 688

Aquello era algo que me gustaba, porque me proporcionaba una tranquilidad que venía necesitando, sobre todo por parte de Noelia y sus apariciones por casa tan repentinas como molestas. Pero también me preocupaba. Cada vez se estaban haciendo más amigas, porque dentro del grupillo de amigas que se montó, ellas eran las que más tiempo pasaban juntas y sabía que eso me podría traer problemas. Andrea ya me había demostrado de parte de quién estaba cuando había una situación problemática entre Noelia y yo. Y también me había dado la impresión de que estaba metiendo mano sutilmente para que la cosa entre ella y yo fuera mejor, aunque eso lo tenía muy difícil. Anda que no tenía que emplearse a fondo para que tratara a Noelia de la misma manera que la trataba a ella... La posibilidad de que aquello tuviera lugar era ínfima. Pero eso no era lo que me preocupaba en ese momento, era justo lo dicho antes. Veía a Andrea capaz de traerse más a Noelia por casa para que yo "normalizara" su presencia y que le tuviera más tolerancia por así decirlo. Desde luego, eso me pondría las cosas muy cuesta arriba.

El martes fue un día festivo, 1 de noviembre, en el cual empleé gran parte de la mañana en el gimnasio para recuperar bastante tiempo que tenía acumulado al saltarme algunas sesiones entre una cosa y otra. Allí coincidí con Hugo, con el que estuve hablando, haciéndome el rato más llevadero, aunque no tardó mucho en irse, porque ese día también curraba. Entró después de mí y se fue mucho antes de que lo hiciera yo, pero aun así me hizo mucha compañía y el rato que estuvo conmigo se me pasó más rápido de lo que ya lo hacía por lo que me concentraba en hacer ejercicio, porque como he dicho me gustaba mucho por eso mismo, porque me concentraba en ello y me ayuda a evadirme. Fue una sesión de las intensas, de las que más, porque acabé bastante agotado y tan hambriento que casi ni me tenía en pie. De hecho, de camino a casa, cosa que me gustaba hacer andando, me tuve que parar un par de veces, sentándome en un banco, porque me costaba. Me temblaban las piernas y notaba cómo los músculos me daban espasmos.

En casa, lo primero que hice fue darme un atracón, haciéndome unas tostadas, comiendo varias piezas de fruta e incluso algo de bollería con chocolate. Aquello me dejó genial y me ayudó a reponer fuerzas, aunque me faltaba algo. Por eso me di una buena ducha, quedándome debajo del agua caliente varios minutos para que me ayudara a rebajar la tensión muscular que tenía después de haber forzado tanto. Me quedé como nuevo y me fui a mi habitación para ordenar alguna que otra cosa, aunque no tardé mucho en almorzar, cosa que, esta vez sí, hice con Andrea. Aunque fue algo rápido por su parte, porque ella me contó que había quedado con sus amigas para tomarse un café y se nos había echado la hora encima preparando la comida. Estaba tan tranquilo y a gusto tumbado en el sofá después de comer que hasta me entró sueño y fui capaz de echarme una pequeña siesta de media hora, algo inconcebible en mí normalmente. Aunque no me desperté desorientado como solía hacerlo al dormir a deshoras, una de las principales razones por las que no me gusta hacerlo. Pero ese día sí que tenía motivos, porque además del mal sueño, que se volvía a acentuar en esas semanas, aquel día había hecho un esfuerzo demasiado grande y el cuerpo pedía tregua.

Pero no quería tampoco estar tan parado el resto del día, porque entre otras cosas, cuando lo hacía me daba por recordar que el día siguiente era mi cumpleaños y aquello me transportaba un año atrás y no quería volver a vivir el peor día de mi vida, aunque fuera en forma de recuerdo. Por eso estuve un rato jugando con la consola, aunque no tardé mucho en irme a tocar la batería, porque la tenía muy abandonada. De hecho, me costó de primeras ponerme y me notaba muy oxidado, pero al final conseguí arrancar y tuve una buena sesión allí también. Además, me servía para mantener el cuerpo activo, que aunque no lo necesitara después de la mañana que me había pegado en el gimnasio, tampoco me parecía que estuviera de más. Hasta me quité la sudadera, quedándome con el pecho descubierto, porque me entró calor, tanto por el esfuerzo y tocar con intensidad, como por tener la habitación cerrada para no molestar a los vecinos y que no retumbara toda la casa, porque tenía hasta ciertos materiales que insonorizaban, así me ahorraba llamadas de atención que no quería.

Sudé. Sudé bastante de nuevo por la manera tan agresiva que tenía de moverme y por tocar esa música con ritmos tan altos como intensos, obligándome a tocar de manera frenética por momentos, los cuales repetía varias veces al gustarme tanto esas canciones. Irónicamente, lo que casi acaba conmigo ese día en lugar del sobreesfuerzo físico que estaba haciendo, fue el susto que me dio Noelia cuando me levanté y me quité los cascos. Estaba a un metro de mí, agarrando sus manos por delante y con una enorme sonrisa en su cara. Tenía pinta de que llevaba ahí un buen rato, porque yo no podía ver si entraba alguien o no al estar de espaldas a la puerta. Me miró de arriba a abajo y me dijo que le gustaba mucho como lo hacía y que le traía recuerdos. No me hacía falta pensar mucho para entender que se refería a ese momento en el que estuvimos su hermana, ella, Irene, Mario y yo de vacaciones y tocamos algo en un hotel por el que pasamos. Después de decir aquello me miró con deseo y me dijo que estaba para comerme, intentando darme un abrazo y apartándola yo diciendo precisamente eso, que estaba sudado, aunque ella decía que no le importaba que lo estuviera.

La dejé atrás y me volví a dar una ducha para ponerme ropa limpia después, llamándome las dos para avisarme de que la cena estaba lista. Se me había pasado el tiempo volando y no me había dado cuenta de que ya era tan tarde. La cena fue mejor de lo que pensaba, aunque puse de mi parte para que fuera así, porque no me apetecía nada ninguna tontería. Yo solo quería estar tranquilo, y por suerte Noelia colaboró al no abrir mucho la boca. Solo se limitaba a mirarme con una sonrisa, bajando la mirada a su plato de manera tímida. Me tenía algo despistado esa manera de comportarse, por lo que busqué una respuesta en Andrea al mirarla, pero no la encontré. Tras cenar, ambas se quedaron en el salón jugando un poco con la consola. Andrea se había aficionado con los juegos de Super Mario y le ofrecía a Noelia jugar con ella con cierta regularidad siempre que iba. Yo me acabé retirando a mi habitación sin decir nada y sin que se enteraran por lo pendientes que estaban de la pantalla.

Aunque no tardó en aparecer Noelia por mí habitación. Y fue más inoportuna de lo habitual, porque me puse a mirar cosas en el móvil y vi algún mensaje que tenía de Ángela y eso acabó desembocando en recordar la sesión de cibersexo que tuvimos hacía un par de días, por lo que me empecé a tocar ayudándome de las imágenes que recordaba de ese momento, de las veces que nos habíamos acostado y de alguna foto que tenía de ella en mi móvil. Noelia me pilló en plena faena, aunque lo estaba haciendo de forma calmada, pero no pude evitar que no me viera pese a guardármela rápidamente bajo la sudadera. Noelia se rio y me preguntó qué hacía, pidiéndole yo que no pasara y que me dejara tranquilo, pero ella entró de todas formas y se sentó en mi cama para quedarse mirándome. Me sugirió hacer algo ya que estaba así, comentando que a ella le apetecía mucho también, poniendo su mano en mi pierna.

Noelia hizo uso de su don para persuadir y embaucar, poniéndose a hablar con tono meloso y poniendo caras sugerentes. La verdad es que mi cuerpo me lo pedía y llevaba ya unos días sin hacer nada más que masturbarme, por lo que me lo empecé a pensar, pero antes de que me dejara responderle, ella ya estaba agarrando mi polla para empezar a mover su mano lentamente hacia arriba y abajo, mirándola y haciéndolo también con mis ojos, intercambiando objetivos, aunque siempre que me miraba fijamente ponía una sonrisa en su boca. Cuando lo hacía con mi polla, se relamía sin embargo. Me quitó los pantalones y los calzoncillos para acomodarse entre mis piernas y regalarme una buena mamada en la que controlaba muy bien los ritmos. Era muy buena haciéndolo, eso no se podía negar por mucho que me jodiera reconocerlo y me conocía bastante bien como para saber qué me gustaba y qué no.

Por lo general me la comía como yo quería en ese momento, aunque de últimas me empezó a dar algún que otro beso por ella, por las caderas o por el pubis. Buscaba complicidad con su mirada, aunque solo encontraba indiferencia por mi parte, que no era poco teniendo en cuenta el rencor que le tenía. Me quitó la sudadera también, empezando a besar mi pecho, subiendo hasta mi cara hasta que llegó a mi oído para decirme que estaba muy mojada y que se moría de ganas por sentirme, acabando en mis labios para darme un beso en el que participé con desgana. Alargué la mano hasta la mesita para coger un condón, desnudándose ella mientras tanto. Lo hizo en nada y me quitó el condón con ansia para ponérmelo con la boca, siendo algo bastante morboso y que me gustó, aunque se ayudó con la mano para ponerlo por completo. Una vez lo tenía puesto, ella se puso sobre mí para acariciarse su propia rajita con mi polla, empezando a meterla muy lentamente hasta que quedó dentro de ella por completo.

Lanzó un suspiro largo y lento y se quedó quieta unos segundos. Aquello me permitía sentir lo caliente que estaba ella, literalmente, porque casi quemaba. También podía sentir cómo su cuerpo temblaba ligeramente como si estuviera muy nerviosa o tuviera mucho frío, pero dudo mucho que fuera eso último por el calor que irradiaba su cuerpo en general. Ya se le empezaba a enrojecer la piel, cosa en la que me había fijado últimamente. Siempre que se excitaba mucho o que estábamos en pleno acto, su piel reaccionaba como si un sarpullido estuviera invadiendo su cuerpo. Puso sus manos con delicadeza sobre mi pecho y se empezó a mover muy lentamente. Tanto que casi no podía notar ningún estímulo. Aunque a ella le parecía estar gustando mucho, pero yo necesitaba más. Por eso le dije que lo hiciera más rápido, abriendo ella sus ojos y saliendo de una especie de trance en que parecía estar, haciéndome caso y empezando a follarme de verdad.

No quería que la cosa durara más de lo que debía para que no se acostumbrara a ello y también caí en la cuenta de que en esa postura ella llevaba las riendas, cosa que no quería que fuera así para nada, porque consideraba que eran pequeños detalles que para ella tendría mucha importancia y que le daría pie a ganar una confianza que yo no quería que tomara. Ni conmigo ni con ella misma para saber por dónde tirar para que yo estuviera receptivo. No podría hacerlo esa noche de la manera que más me gustaba a mí, pero era algo necesario, por eso la puse bocarriba sobre la cama, con una rudeza que ella no se tomó para nada mal y que de hecho le gustó por las pequeñas risas que lanzaba. Se abrió bien de piernas y se dejó hacer, alabándome en mi trabajo y pidiéndome que no parara. Casi lo suplicaba. Yo le decía que se callara para que no nos escuchara Andrea, tapándole la boca además, pero llegó un punto en el que la cambié de postura, porque nuestras miradas se cruzaban mucho y me causaba cierta incomodidad, sobre todo porque siempre que aquello pasaba, ella sonreía.

La puse de lado y se la metí desde atrás para follarla haciendo la cucharita, aunque de manera muy rápida, nada que ver con el cariño que se suele tener en esa postura. Aunque por mi cabeza pasó que ella sí que podía estar sintiendo eso, por lo que la acabé poniendo bien a cuatro para empotrarla bien sin importarme esta vez que nos pudieran oír, porque lo que buscaba era acabar rápido para desahogarme y punto. Noelia gemía y le pedí que se callara, pasando a ordenárselo al ver que no me hacía caso. Hasta le agarré de la nuca para empujar su cabeza contra la almohada, apurando todo lo que pude para acabar, consiguiéndolo al empezar a correrme dentro del condón. Mi orgasmo provocó el suyo, el cual manifestaba con fuertes espasmos y gemidos lastimeros que ahogaba contra la almohada. La solté y me tumbé bocarriba, quitándome el condón y dejándolo anudado sobre la mesita. Ella tardaba en recuperarse, pero terminó haciéndolo, poniéndose de lado para mirarme y pasar su brazo por mi pecho.

-Javi, si quieres podemos hacerlo sin condón. Tomo pastillas. Ya te lo dije.
-No voy a follarte así. Olvídate.
-Bueno, como quieras. Yo te lo recuerdo por si te apetece. A mí me gustaría mucho sentirte así.
-De eso nada.
-Ha sido increíble. Me encanta irme a la cama contigo.
-Ya...
-¿Me puedo quedar a dormir?
-No.
-¿Y hasta las 12? Quiero ser la primera en felicitarte por tu cumple.
-Tampoco. Quiero que te largues ya.
-¿No quieres que nos veamos mañana?
-Pues no. Quiero estar tranquilo. Y contigo es imposible.
-¿Tanto te pongo? -decía con una risa socarrona.
-Malo es lo que me pones. Vete ya.
-Me da pena que estés solito el día de tu cumple.
-Sabes de sobra que no es uno de mis días favoritos. Y es por tu culpa.
-Pues por eso mismo. Quiero que eso cambie y que sea tu día favorito. Podríamos hacer tantas cosas juntos...
-No sé qué te metes, pero déjalo, porque te está derritiendo el cerebro.
-Tú eres mi droga.
-Pues haz lo que te he dicho y déjame.
-No puedo. Te quiero demasiado. ¿Cómo lo pasaste en la fiesta de Halloween? -dijo cambiando de tema.
-¿Y a ti qué más te da?
-Es que no podía dormir y me acordé de ti y de que estabas de fiesta. Te escribí porque te echaba de menos. ¿Por qué no me respondes los mensajes?
-Porque te pondrías más pesada aún. Y porque no quiero absolutamente nada contigo.
-No quieres nada y, sin embargo, mira cómo estamos -dijo acariciando mi pecho.
-Para desahogarme pues no me ha viendo mal. Pero no te hagas ilusiones -respondí apartando su mano.
-Te voy a esperar lo que haga falta. No me voy a rendir.
-Pues espera, que te vas a hinchar.
-Javi... -dijo alargando su cuello para darme un beso, aunque me aparté.
-Vete.
-Mírame -dijo agarrando mi cara del mentón con firmeza, mirándome a los ojos fijamente y con unos ojos muy vivos para lo negros que eran-. Te quiero. Eso no va a cambiar nunca. Y quiero felicitarte en persona, así que mañana me pasaré por aquí.
-Vete. Ya.
-Te quiero -repitió una vez más para despedirse de mí con un pico.
 
A mí sinceramente no me parece una mala chica Noelia.
Creo que Javi debería hablarle sinceramente para hacerle ver, pero de buenas maneras que lo suyo no puede ser.
Seguro que Ella encuentra un buen chico que le corresponda.
Y desde luego, sigo pensando lo mismo, cuanto antes le diga a Ángela lo que siente, mejor.
Porque Ángela está deseando empezar algo con el.
 
Esta relación va a acabar muy muy mal. Javi debe hablar seriamente con Andrea, de que no quiere volver a ver a Noelia por casa. Debe cortar todo contacto con ella, ya que está obsesionada con él y todo roce que tenga con ella solo empeorará ese sentimiento. Y él está actuando fatal, utilizándola como un objeto de usar y tirar, como una muñeca hinchable, como un auténtico cabrón, te la meto me corro y adiós, vete que me molestas.
 
Según Javi: La mejor manera de demostrarle a Noelia, que la odia y que no quiere ni verla. Es permitirle el libre acceso a su casa, y acostarse con ella, cada vez que se quedan a solas.
Cómo Javi siga con ésta estrategia de " venganza". Puede llegar a hacerle cosas terribles a la pobre chica... Como casarse con ella, tener cinco hijos y llegar a las celebrar las bodas de oro... Para que se entere lo que es bueno 😡😡
 
Esta relación va a acabar muy muy mal. Javi debe hablar seriamente con Andrea, de que no quiere volver a ver a Noelia por casa. Debe cortar todo contacto con ella, ya que está obsesionada con él y todo roce que tenga con ella solo empeorará ese sentimiento. Y él está actuando fatal, utilizándola como un objeto de usar y tirar, como una muñeca hinchable, como un auténtico cabrón, te la meto me corro y adiós, vete que me molestas.
Si no querría que pase nada, era solo cuestión de cerrar la puerta con pestillo mientras se la estaba cascando, como haría cualquier persona normal compartiendo casa con otra persona y que encima este con invitados. Y si esa la invitada es Noelia, con mucha mas razon. Evidentemente el se queja pero no termina de hacer nada por acabar la relación.
El tendria toda la razon del mundo de echarla de la casa, hasta incluso te diria que si Andrea no estuviese de acuerdo, le rescindiria el contrato de alquiler a ella tambien. Lo que hizo en su momento Noelia le arruino la vida, y el en vez de cortarla de una vez por todas, sigue follandola cada dia por medio.
 
Capítulo 689

Como de costumbre cuando me iba con ella a la cama, luego me entraba un malestar. No físico, sino mental, porque es que repudiaba a esta chica, pero al final, por una cosa u otra acababa encamado con ella. No le presté nada de atención a aquello que me dijo de que quería ser la primera en felicitarme por mi cumpleaños, comentando el resto de tonterías que le dio por decir, pero sí que me hizo recordar la fecha en sí. Como le dije a ella, no era uno de mis días preferidos, lejos de lo normal, cuando por regla general a todo el mundo le gusta la fecha de su cumpleaños por las reuniones que tienen lugar, por las fiestas que se pegan y por ese afán de protagonismo que tienen algunas personas que ya te lo recuerdan en numerosas ocasiones por si se te puede pasar. Hasta las hay que van haciendo una cuenta atrás cada día en redes sociales, como si les fuera a cambiar la vida. No era mi caso, ni en ese entonces ni nunca. Sí que me juntaba con los más allegados de normal para celebrarlo, pero de manera muy convencional y sin mucha gente. No era de irme de fiesta en aquellas ocasiones, porque valoraba más estar tranquilo y pasar un buen rato con la gente con la que más confianza tenía.

Pero a esa manera tan ligera de celebrar mi cumpleaños ahora se le añadía algo que no se marchaba de mi cabeza por mucho que lo intentara y por mucho que pudiera tener breves periodos de tranquilidad y/o felicidad en mi vida, como podía ser el tiempo que estuve en relación con Valentina, o la vuelta de Ángela a mi vida con esos días tan dulces en los que me decidí a confesarle lo que sentía por ella con tal de llegar a ser pareja. La losa de que la persona a la que más había querido hasta la fecha me dejara en ese día aún pesaba. Y no poco, porque fue una situación espantosa la que viví y de la que creía no ser merecedor, porque mi forma de actuar en algunas circunstancias puede ser cuestionable, pero mi intención era siempre buena. Que Noelia no parara de rondar por casa no ayudaba a que pudiera mantener esos recuerdos a raya para no estar casi toda la noche en vela, como al final acabó ocurriendo, aunque justo cuando dieron las 12, ella fue la primera en felicitarme tal y como me dijo minutos antes.

Ni le hice caso, dejándola en visto una vez más, aunque ella insistía, buscando iniciar una conversación al decirme que tenía algunos regalitos para mí. Obtuvo la misma respuesta por mi parte, ninguna. Intentó llamarme, pero no se lo cogí en ninguna de las numerosas ocasiones en las que lo intentó. Al final me envió una nota de audio más extensa de lo que cabría pensar para ser una felicitación, como yo suponía que haría. Y así era, porque empezaba felicitándome, aunque se entretuvo contándome cómo le gustaría pasar el día conmigo, almorzar y cenar junto a mí. También decía que si fuera por ella, se saltaría todas las clases del día y yo tampoco iría a trabajar y que nos pasaríamos todo el día en la cama pasándolo bien, aunque se corrigió a sí misma al decir que estaríamos haciendo el amor hasta que no pudiéramos más y acabáramos dormidos juntos y abrazaditos. Todo eso para acabar riendo con tono de vergüenza, porque lo hacía de una manera muy bobalicona y hasta parecía que se tapaba la boca con la mano por cómo cambiaba el volumen del audio.

Por momentos creía que me estaba volviendo loco, porque era una chica tan diferente a la que conocí en su día... Es algo que he mencionado en varias ocasiones, pero es que era algo que me sorprendía de verdad y que no encontraba una explicación lógica para ver ese cambio en ella. Otra cosa era mencionar lo de hacer el amor, cosa que ella pensaba que era una tontería. Me hizo recordar una de las tantas situaciones en las que estábamos mi ex, ella y yo en la misma habitación y surgían conversaciones y salía este tema. Mi ex le contaba que era algo increíble y que no le podía explicar con palabras, pensando que seguramente le daría la razón cuando lo probara, aunque ésta le dijera que aquello era una tontería y que ella quería que le dieran fuerte. Pues ahora parecía cambiar de opinión. En menos de un año parecía haber cambiado tanto que era como estar tratando con otra persona, pero cuando le veía la cara había lo que había.

El audio no quedaba ahí, pues después de esa risa tímida seguía contándome cosas, como la idea que tenía en mente para verme al día siguiente, pensando en ir a comer a mi casa después de encargar algo en un restaurante. Finalmente se despedía diciéndome que me quería y que no podía esperar para verme otra vez, volviendo a decirme que le había encantado el rato que habíamos pasado juntos, pasando a despedirse con muchos besos que le daba al micrófono de su móvil, acabando con una tierna risa. No me gustaba nada lo que sus aparentes buenas palabras y sentimientos originaban en mí, porque me ponía de muy mal humor cuando debía ser al revés al no estar haciéndome nada malo, pero es que su sola presencia me resultaba nociva y no podía hacer nada para remediarlo o para al menos, no estar de tan mal humor y quedarme en un estado de ánimo neutral. Me resultaba imposible.

No me apetecía nada aquel día y lo único que buscaba era estar tranquilo. Casi que me sobraba también las típicas llamadas por parte de familiares. Al menos conseguí esquivar aquello en las primeras horas de la mañana en las que me fui al gimnasio, poniéndome música para distraerme del todo y motivarme al mismo tiempo. Pero me notaba muy bajo de energía. No dormir apenas pasa mucha factura, sobre todo si vas a hacer esfuerzos físicos. Al ver que no podía hacer grandes esfuerzos, me dediqué a correr sobre una cinta o a hacer bicicleta. El día no acompañaba al estar lloviendo y al ser tan gris. Así hasta que llegó Hugo, quien me dio un par de toques en el hombro para que me girara y pudiera verlo. No sabía cómo se había podido enterar de que ese día era mi cumpleaños, pero me acabó felicitando, dándome un abrazo con palmadas en la espalda.

Se lo agradecí y estuvimos un rato hablando, poniéndonos cada uno en una bicicleta para que él pudiera calentar mientras que yo seguía con ese ejercicio del que no me iba a salir. Me preguntó si tenía pensado celebrarlo o algo por el estilo, comentando yo que no tenía nada en mente. Me dijo que era un soso y que al menos podíamos tomarnos algo el fin de semana, cosa a la que le dije que me parecía bien. No parecía muy convencido por mi manera de responderle, preguntándome si estaba bien, aunque salí del paso como pude al escudarme en que no había dormido bien. Él no le dio más importancia a aquello, porque no era la primera vez que me veía así. Tampoco tardé mucho en irme, porque no me apetecía mucho trote y me encontraba sin energía. Así que me fui a casa, echándome la capucha de la sudadera, porque no me llevé paraguas, poniéndome perdido de agua, por eso fui directo a la ducha, para no enfriarme tanto y estar un rato bajo el agua caliente.

Fue una ducha reconfortante y que me dejó bastante relajado pese a notar el olor de Noelia al llegar a casa. No me extrañaba tampoco que hubiera estado ahí antes de ir a clase. Seguro que con la excusa de ir a por Andrea para bajar juntas, pero su idea principal era felicitarme. Lo sabía de sobra por lo insistente que se puso la noche anterior. Pero había sabido esquivarla bien para poder estar tranquilo en casa para esa ducha y luego para desayunar tranquilamente con la intención de coger fuerzas, al igual que intentaba hacer al tomarme un buen café. Los mensajes no tardaron en llegar por parte de los más allegados, donde la primera fue mi madre, con la que hablé de manera breve porque tenía que entrar a trabajar. Me dijo que les resultaba imposible ir a casa para verme, cosa que le daba mucha pena, pero que igualmente me iban a llamar todos, pidiéndome también que me acercara el próximo fin de semana para que pudiera celebrarlo en familia allí con ellos, que prepararía una buena comida y una tarta para mí. Le dije que iría encantado y la verdad es que sus palabras me animaron bastante al verla con tantas ganas de verme pese a haberlo hecho hacía un par de días, aunque también me dio pena la manera en la que me dijo que no podía venir a verme y que le resultaba una lástima.

Así que ya tenía un plan para ese fin de semana y la verdad es que me apetecía, aunque por mi cabeza se me pasaba que mi madre podría estar tramando algo, como una reunión con mi hermano, cosa a la que yo no estaba dispuesto. En el trabajo también me felicitaron. Mi jefa se acordaba de mi cumpleaños por haberme hecho las fichas de los cursos que di allí hacía años, pero también porque coincidía con el de un familiar suyo. Y así se enteraron mis demás compañeros y compañeras. Hasta trajeron una pequeña tarta y nos comimos un pequeño pedazo cada uno en los breves descansos que teníamos entre clase y clase. También me animó bastante eso. Parecía no estar yendo tan mal la cosa después de todo. Pero cuando salí de trabajar y tenía que volver a casa sabía de sobra lo que me iba a encontrar, por eso pensé en hacer algo diferente. No me apetecía nada aguantar a una Noelia que iba a estar más pesada y empalagosa de lo normal, por eso me acabé marchando a un restaurante para comer yo solo.

Y bien a gusto que estuve, aunque me interrumpieron varias veces con muchas llamadas entre familiares y amigos, entre los que estaban Irene, Mario y Sofía, quienes me desearon un feliz cumpleaños, no habiéndolo hecho antes porque o ellos estaban trabajando, o yo lo estaría haciendo, pensando en llamarme en el descanso para almorzar. Les agradecí el detalle y me dijeron que tenían algo para mí, pero que no podrían ir a verme, aunque a lo mejor me lo encontraba antes de tiempo, cosa que me extrañó y que me dejó despistado. Pero no pedí ninguna pista para que la sorpresa fuera mayor, comentando que el fin de semana iría allí para celebrarlo con mi familia y que de paso nos podíamos ver los cuatro, cosa que les pareció genial. También vi mensajes en el grupo más grande de amigos, donde alguien empezó a felicitarme y los demás empezaban a hacerlo en efecto dominó. Les agradecí las felicitaciones y seguí con lo mío, marchándome al coche para buscar un aparcamiento cerca de casa y quedarme dentro hasta que me tocara entrar de nuevo al trabajo.

En lo que hacía hora para aquello, también me llamó Daniela para felicitarme. Me sorprendía que se acordara y le di las gracias, preguntando cómo iba todo. Me comentó que todo iba muy bien y que tenía proyectos de cara al futuro, pero que prefería contarme en persona, por lo que acordamos vernos para contarnos cómo nos iba con más detenimiento mientras nos tomábamos un café. Tampoco faltó el aluvión de mensajes y llamadas por parte de Noelia. No le hice caso a nada de aquello, porque sabía de sobra lo que me iba a encontrar. Aunque ya de últimas sí que leí los mensajes, donde vi que ponía que estaba preocupada y que me estaban esperando para comer los tres juntos. A Andrea sí le respondí al ver que también se preocupaba, contándole que había comido fuera y que me había entretenido, dejándola más tranquila e imagino que Noelia también al estar allí con ella.

De vuelta en el trabajo, la tarde ya fue más normal. Todo el mundo que me tenía que felicitar ya lo había hecho y estuve más calmado. Aquel día pensé en hacer clases más tranquilas. Estaba de un buen humor que preveía imposible por obvias razones, pero la verdad es que ver la cantidad de llamadas y mensajes que recibí me hizo sentir una sensación bastante cálida. Por eso hice esas clases, como un pequeño regalo de mi parte a los alumnos, sobre todo para los que venían sin ganas de hacer gran cosa. Nos pusimos a hacer algunos juegos que tuvieran que ver con el inglés, sobre todo, aunque también con las matemáticas por tener relativa facilidad en esa asignatura también. Aunque había algún caso en el que no me podía dormir por exámenes que tenían próximos, pero la verdad es que fue una tarde bastante diferente a lo usual y mucho más relajada que de costumbre.

Al acabar ya sí que volví a casa, porque estaba realmente cansado y necesitaba echarme en el sofá para poder descansar, además de que tenía hambre y quería cenar en casa más tranquilo. Sabía de sobra que me iba a encontrar a Noelia allí y que se pondría muy pesada con el tema de mi cumpleaños y por no haber ido a almorzar con ella y con Andrea después de eso que me dijo de que iba a encargar algo de comer en un restaurante. Efectivamente, me la encontré nada más abrir la puerta. Parecía estar esperándome ahí de pie derecho y se abalanzó sobre mí para darme un fuerte abrazo mientras me felicitaba. También me agarró la cara para darme un beso del que no me pude librar pese a intentarlo, estaba muy exaltada. Aunque ahí no quedaría la cosa, pues me agarró de la mano con fuerza para arrastrarme al salón, donde había muchos amigos míos y todos gritaron: ¡Sorpresa!

Me encontré a mis amigos del grupillo que jugábamos al juego con el que nos conocimos, a Hugo y a Andrea. Todos estaban bien vestidos y también había bastante comida sobre la mesa en donde abundaban canapés y bebidas. Estaba muy sorprendido de todo aquello y no me salían las palabras, aunque volví a la realidad cuando Noelia me apretó la mano, viendo que estaba muy contenta al verme sorprendido. Hasta tenía brillo en los ojos. Me percaté de la mirada que nos echó Hugo al vernos de la mano, porque él, junto a Andrea, era el único que sabía mi historia con Noelia. Por eso intenté soltarme, consiguiéndolo al zarandear un poco la mano. Todos me felicitaron de nuevo y estuvimos hablando un poco. Me alegraba mucho de ver a Sara por allí, además del chico que estaba enamorado de Amaya. Aunque ella no estaba y se le echaba mucho en falta, pero no se llegó a comentar nada. De repente alguien dijo algo del regalo y Noelia dio un saltito, volviendo a agarrarme de la mano con fuerza para llevarme a mi habitación, arrastrando también a Andrea. No tenía ni idea de lo que tramaba y me resultaba muy extraño que nos llevara a los dos.
 
Esto es enfermizo, y no lo digo sólo por Noelia, sino también por Javi y Andrea. Me resultan chocante tantas situaciones sin sentido una tras otra.

Y al final si lo piensan bien, el único culpable de lo que pasó en el pasado fue Javi. Noelia sólo actuaba como le dejaron hacer, punto. Lo que Javi hace con ella, sólo la volverá más y más loca hasta que todo estalle y salpique por todos lados.
 
Si no querría que pase nada, era solo cuestión de cerrar la puerta con pestillo mientras se la estaba cascando, como haría cualquier persona normal compartiendo casa con otra persona y que encima este con invitados. Y si esa la invitada es Noelia, con mucha mas razon. Evidentemente el se queja pero no termina de hacer nada por acabar la relación.
El tendria toda la razon del mundo de echarla de la casa, hasta incluso te diria que si Andrea no estuviese de acuerdo, le rescindiria el contrato de alquiler a ella tambien. Lo que hizo en su momento Noelia le arruino la vida, y el en vez de cortarla de una vez por todas, sigue follandola cada dia por medio.
Que piense contrario a como actúe se ha dado desde el comienzo. Y eso a veces me da pensar que ciertas cosas ocurrieron diferente a como nos la cuenta. Por ejemplo cuando Noelia se metió a su cama... realmente no sabía que era ella como nos lo cuenta? o es un auto convencimiento?
 
Que piense contrario a como actúe se ha dado desde el comienzo. Y eso a veces me da pensar que ciertas cosas ocurrieron diferente a como nos la cuenta. Por ejemplo cuando Noelia se metió a su cama... realmente no sabía que era ella como nos lo cuenta? o es un auto convencimiento?
Quizá no vayas desencaminado.
El autor ha señalado en varias ocasiones, la capacidad olfativa de Javi. Es capaz de distinguir quién ha entrado en su casa por el olor. Si Andrea ha estado en casa, lo sabe, si ha sido Noelia también... Es casi un sabueso!!!.
Y no supo diferenciar a Elena de su hermana?
Sembremos la duda 😜
 
Capítulo 690

Sobre la cama encontré una gran caja envuelta con papel de regalo y un lazo. Me quedé mirándola preguntando qué era eso, sugiriéndome Noelia que lo abriera, por lo que lo cogí y fui a salir de la habitación, pero ella me detuvo y me insistió para que lo abriera allí. Me parecía feo no hacerlo delante de los demás para que también lo vieran, pero se puso muy cabezona y Andrea estaba como cortada por lo exaltada que estaba Noelia. Así que lo abrí allí, encontrándome una caja de batería de mi grupo de música favorito. Era una caja característica del batería de la banda, la que usaba él, aunque no la misma, claro. Pero era el mismo modelo personalizado con el logo de la banda y con un acabado en negro. Había visto reviews de eso y contaban muchas cosas, como que tenía tanta sonoridad que en las grabaciones que hacía la banda no ponían micros muy cerca de ella. Además de aquello, venían unas baquetas que usaba el artista y que eran de edición muy limitada al llevar parte de él en ellas, pues en esa tinta roja que usaban para poner la marca y demás, iba su sangre. Hasta había un video en el que se veía cómo le extraían sangre y cómo la echaban en un bol, mezclándola él mismo con una baqueta.

Estaba muy impresionado, porque lo reconocí todo al momento y sabía que aquello no había sido barato. Les pregunté de parte de quién era y cuánto se habían gastado en eso. Noelia dijo rápidamente que había sido un regalo de parte de todos y de más gente incluso, añadiendo que Andrea se había hecho cargo de ponerse en contacto con mis amigos para que pudieran hacer un bote entre todos y poder comprar aquello. Y con lo de amigos se refería a los de mi ciudad, porque gesticuló haciendo gestos que señalaban afuera de la habitación, pero también otros que indicaban más lejanía. Andrea dijo que no era para tanto, por tener facilidad para hacerlo, resaltando que Noelia había puesto más de la mitad de lo que costaba aquello, aunque ésta no la dejó seguir y me dio otro abrazo, preguntándome si me había gustado, pasando a cogerlo todo para dármelo y llevarme hasta el salón para que lo pudieran ver los demás, aunque la sorpresa me la llevé yo al llegar.

En el salón, junto a los amigos que ya había, me encontré con mis mejores amigos: con Irene, Mario y Sofía. Fue un momento tenso para mí, porque Noelia se encontraba allí y no sabía cuál podía ser la reacción de ellos. Hasta me entró sudor frío de manera instantánea. Se me enfrió mucho el cuerpo, aunque las manos me empezaron a sudar bastante. No sabía qué hacer ni decir para salir de esa. El tiempo empezó a pasar muy despacio, cada segundo parecía un minuto. Irene y Sofía estaban hablando con Sara de manera amigable, acababan de conocerse. Mario lo hacía con los chicos, sin embargo. Y él fue el primero que se percató de la presencia de Noelia, quien de primeras se quedó como yo, abriendo ella sus ojos bastante. Mario se quedó de piedra, mirándome inmediatamente, estando yo tan pálido como él. Luego miró con cara de horror a su novia. Noelia reaccionó, diciendo con calma que prestáramos atención para que vieran lo que me gustaba el regalo que me habían hecho entre todos.

Fue un momento que parecía de película, porque se me puso todo a cámara lenta. No le quitaba el ojo a Irene, quien giró su cara hacia la persona que estaba hablando, Noelia. Conforme lo hacía, la sonrisa que tenía mientras hablaba con Sara se iba diluyendo, pasando a quedarse como pillada al ver a Noelia. Luego hizo un gesto de extrañarse mucho, pero ya fue cuando su rostro empezó a expresar ira. Sofía tuvo una reacción similar, aunque ella en vez de enfadarse, puso una cara como de susto, abriendo sus ojos y su boca, aunque sus dientes chocaban sin abrirse. Todo volvió a su velocidad normal y entonces fue cuando Irene le preguntó a Noelia a voces qué coño hacía allí. Se lo preguntó como tres o cuatro veces, pero la receptora del mensaje no respondía, pareciendo asustarse, porque se agarró a mi brazo. Irene siguió con muchos insultos que salían de su boca en forma de gritos y hasta empezó a venir hacia nosotros.

Estoy seguro al 100% que quería pegarle a Noelia. Entre Mario y Sofía la sujetaron, aunque ella no paraba de insultarle, llegando también a decir que nos había jodido la vida a todos. Noelia al ver cómo Irene tenía la intención de venir hacia nosotros y al verla de esa manera tuvo la reacción de ponerse detrás de mí, abrazándose más aún a mi brazo. Sabía que no le haría gracia a Irene encontrársela, pero desde luego no me imaginaba que también se enfadara tanto conmigo como hizo hasta tal punto decir que era un hijo de puta. También me preguntaba que cómo podía estar con ella como si tal cosa. Se puso histérica y no paraba de gritar y zarandearse. Me daba la sensación de que Mario no podía pararla del todo. Al final se la llevó a la calle, quedándose Sofía mirándome con cara de circunstancia, preguntándome con la mirada qué era lo que pasaba, además de gesticular con sus manos. Aunque no me dio la oportunidad de explicarle, pues se dio la vuelta para seguir a Mario y a Irene. Hugo la siguió a ella también y cerraron la puerta.

Me quedé bastante abatido por lo que acababa de pasar, haciéndose un silencio muy incómodo que por suerte no duró mucho al marcharse todos. Por fin pude reaccionar, deshaciéndome del abrazo de Noelia al apartarla bruscamente de mí. Ahora era yo el que gritaba, echándole una bronca tremenda que ella recibía haciéndose pequeña y mirando al suelo, aunque me miró cuando le dije que me mirara a la cara cuando le hablara. Al hacerlo, vi que tenía los ojos vidriosos, aunque a mí no me podía importar menos en ese momento. Le pregunté si no se cansaba de joderme la vida al provocar el final de mi relación con la persona que más había querido en mi vida, como para ahora jodérmela también con mis mejores amigos. Estaba tan enfadado con ella y ya eran tantas cosas dentro de mí las que habían pasado esas últimas semanas que ésta fue la gota que colmó el vaso. Estallé como si estuviera en una olla a presión. De lo que grité, luego me acabaría picando la garganta incluso. Y menos mal que Andrea la agarró de la mano para llevársela a la calle, porque le habría dicho muchas más cosas aparte de que era una hija de puta, que me daba asco y que era peor que un cáncer.

Me senté en el sofá, bastante nervioso, porque me temblaba el cuerpo con lo acababa de pasar y con el enfado que tenía encima y de repente, noté cómo alguien ponía su mano en mi hombro, asustándome bastante. Se trataba de Sara, que seguía por allí. Al ver cómo reaccioné a su acercamiento me pidió que me calmara, que ya había pasado todo y que no merecía la pena volverse a enfadar y pensar en ello.

-¿Cómo es que sigues aquí? -le pregunté cuando mi cuerpo se empezó a relajar, dejando de temblar y volviendo mi respiración a la normalidad.
-Pues... Es que... He visto lo que ha pasado y... No sé absolutamente nada de lo que ocurre. Es la primera vez que veo a casi todos los que estaban aquí. Y pues he visto cómo te has puesto y pensaba que no era buena idea que te quedaras solo.
-Ah...
-En situaciones así creo que está bien hablarlo para desahogarse. Es que me he asustado un poco, porque esa chica se ha puesto hecha una furia. Y luego tú. ¿Estáis bien?
-Es evidente que no.
-¿Discutís mucho?
-Qué va. Ha sido por... Da igual.
-Bueno, tú tranquilo. Anda, ven y comes algo.
-No tengo hambre, Sara. Gracias.
-Por favor. Hazlo por mí. Luego te ayudo a recoger todo. ¿Vale?
-Bueno...

Sara se portó muy bien conmigo. La verdad es que fue un rato que pude sobrellevar mejor con ella a mi lago. Ambos comimos algo de lo que había en la mesa. Había mucha comida que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, pero era una lástima que se desperdiciara tanta, por eso hicimos el poder de intentar que bajara la cantidad. Mientras cenábamos charlamos de otras cosas. Bueno, fue ella la que no paraba de sacarme tema de conversación, intentando distraerme de lo que acababa de pasar y se lo agradecí bastante, aunque luego le conté un poco por encima lo que pasaba y quién era cada uno en esa situación. Sara me escuchó con atención y me dijo que no pasaba nada, que seguro que todo iría a mejor. Aunque también me dijo que entendía que no pudiera ver a Noelia y que le guardara tanto rencor, pero que en su opinión, nadie se merece que le hablen así. Me dijo que pensó que había sido demasiado duro con ella teniendo en cuenta lo colada que estaba por mí.

Me preguntó además si quería que pasara la noche conmigo en casa en vista de que iba a quedarme solo, pero le dije que no hacía falta, agradeciéndole mucho el tiempo que se había tomado para hacerme compañía y quedarse conmigo después del incidente. Le di un abrazo fortísimo y con una duración más larga de lo normal, pasando ella a preguntarme si estaba bien una vez nos despegamos. Le dije que sí y que no se preocupara por mí, dándole las gracias una vez más por venir. Ella me acarició la cara y me pidió que me cuidara y que no dudara en hablarle si lo necesitaba, que allí estaría ella para lo que hiciera falta. Descubrir esa faceta de Sara fue algo genial y que no sabía que pudiera tener. Cuando me juntaba con ella siempre estábamos de coña y había mucho tonteo, pero desde lo de Amaya estaba muy así. Quizá sí que era así antes de que aquello pasara. No lo sé, no tenía un trato tan estrecho con ella, pero me gustó mucho ese gesto que tuvo conmigo y cómo se preocupó por mí. Aún estaba muy reciente lo de nuestra amiga y no podía evitar pensar que por su cabeza pasara una situación en la que yo pudiera acabar de la misma manera.

Terminé de recogerlo todo, porque Sara me ayudó a preservar lo que sobró de comida, aunque le dije que no hacía falta. Así que cuando se fue puse en orden todo lo que se había movido para esa reunión que tan bien empezó y tan mal acabó. Una vez acabé me volví a sentar en el sofá, tratando de dejar la mente en blanco, pero en mi cabeza se reproducía ese momento tan malo en bucle, una y otra vez sin parar. Cogí el móvil para ver si tenía algo, aunque no terminé de encontrar nada. Así que empecé yo a escribir. Primero lo hice con el grupillo de amigos en el que se encontraba Sara. Pedí disculpas por lo que había pasado y por chafar la sorpresa que me habían preparado, al igual que pedí perdón por las formas que tuve cuando le eché la bronca a Noelia. Luego pensé si ponerme en contacto con mis amigos más cercanos, aunque no sabía si era buena idea, sobre todo con Irene, porque la cosa estaba caliente a más no poder y no podía pasar nada bueno en esos momentos.

Por eso pensé en dejar pasar unas horas o quizá un par de días para hablar con ella. También descarté hablar con Mario, porque evidentemente estaba con Irene y era la misma situación, además de que imaginaba que estaban volviendo a casa y estaría conduciendo. Sin embargo, sí que me animé a hacerlo con mi amiga Sofía. Le escribí para preguntarle si estaba disponible y poder explicarle así lo que hacía Noelia allí. Pero no recibí respuesta por su parte. Esperé varios minutos y también le insistí con algún mensaje más, pero no los abría, aunque sí que les llegaba. También intenté ponerme en contacto con Hugo, porque él salió detrás de ellos tres, pero tampoco me contestó. Pensé que a lo mejor estaban los cuatro juntos, tratando de calmar a Irene entre los tres o quizá cenando algo. No tenía la certeza de eso, pero les pedí a los dos que me dijeran algo cuando pudieran, porque me preocupaba ver que no me respondían. Sobre todo, quería hacerlo con mi amiga Sofía, porque sabía que ella estaría más abierta a conversar sobre ello.

Los únicos mensajes que encontré fueron de Andrea. Me decía que me había pasado mucho con Noelia y que esperaba que le pidiera perdón una vez pasaran las horas y me calmara. Me puso que entendía que estuviera enfadado con ella por todo lo que había pasado, pero que nada me daba derecho a hablarle de esa manera tan fea y encima delante de todos para humillarla hasta tal punto para hacerla llorar, porque así es como se fue. Acabó los mensajes diciendo que iba a pasar la noche con ella, porque estaba muy mal y no quería dejarla sola. Ella, a diferencia de Sara, no me preguntó si yo estaba bien ni nada, cosa de lo que tomé nota. Al buen rato, sobre las 11 de la noche, alguien llamó al timbre de la puerta. Me extrañó muchísimo y me hizo preguntarme quién podía ser. Descartaba que fueran mis amigos por ser ya tan tarde y tener que trabajar al día siguiente, así que solo me quedaba una persona en mente, y fui preguntándole qué coño quería de camino, porque la veía capaz de volver después de todo lo que le dije, pero una vez abrí la puerta con aire mientras seguía hablando esperando yo que fuera Noelia, me llevé una sorpresa más grande incluso que la que me llevé tanto con la fiesta sorpresa, como con la aparición inesperada de mis amigos.

-¿Valentina? ¿Qué haces aquí? -pregunté perplejo al verla allí.
 
Yo siento ser duro, pero es que todo lo ha hecho mal.
Primero no diciéndole la verdad a sus amigos y asumiendo las consecuencias y luego siendo tremendamente borde con Noelia. Hay que tener más sensibilidad. Aquí el único culpable es el por no decírselo a sus amigos. Veremos a ver si no los ha perdido.
Luego está lo de Hugo, que me parece curioso como se está metiendo en su circulo de amigos.
Noelia estuvo muy mal en el pasado, eso es así, pero la actual Noelia creo que ha cambiado para bien y debería pasar página y tener una charla amable con Ella y no ser tan agresivo.
 
Capítulo 690

Sobre la cama encontré una gran caja envuelta con papel de regalo y un lazo. Me quedé mirándola preguntando qué era eso, sugiriéndome Noelia que lo abriera, por lo que lo cogí y fui a salir de la habitación, pero ella me detuvo y me insistió para que lo abriera allí. Me parecía feo no hacerlo delante de los demás para que también lo vieran, pero se puso muy cabezona y Andrea estaba como cortada por lo exaltada que estaba Noelia. Así que lo abrí allí, encontrándome una caja de batería de mi grupo de música favorito. Era una caja característica del batería de la banda, la que usaba él, aunque no la misma, claro. Pero era el mismo modelo personalizado con el logo de la banda y con un acabado en negro. Había visto reviews de eso y contaban muchas cosas, como que tenía tanta sonoridad que en las grabaciones que hacía la banda no ponían micros muy cerca de ella. Además de aquello, venían unas baquetas que usaba el artista y que eran de edición muy limitada al llevar parte de él en ellas, pues en esa tinta roja que usaban para poner la marca y demás, iba su sangre. Hasta había un video en el que se veía cómo le extraían sangre y cómo la echaban en un bol, mezclándola él mismo con una baqueta.

Estaba muy impresionado, porque lo reconocí todo al momento y sabía que aquello no había sido barato. Les pregunté de parte de quién era y cuánto se habían gastado en eso. Noelia dijo rápidamente que había sido un regalo de parte de todos y de más gente incluso, añadiendo que Andrea se había hecho cargo de ponerse en contacto con mis amigos para que pudieran hacer un bote entre todos y poder comprar aquello. Y con lo de amigos se refería a los de mi ciudad, porque gesticuló haciendo gestos que señalaban afuera de la habitación, pero también otros que indicaban más lejanía. Andrea dijo que no era para tanto, por tener facilidad para hacerlo, resaltando que Noelia había puesto más de la mitad de lo que costaba aquello, aunque ésta no la dejó seguir y me dio otro abrazo, preguntándome si me había gustado, pasando a cogerlo todo para dármelo y llevarme hasta el salón para que lo pudieran ver los demás, aunque la sorpresa me la llevé yo al llegar.

En el salón, junto a los amigos que ya había, me encontré con mis mejores amigos: con Irene, Mario y Sofía. Fue un momento tenso para mí, porque Noelia se encontraba allí y no sabía cuál podía ser la reacción de ellos. Hasta me entró sudor frío de manera instantánea. Se me enfrió mucho el cuerpo, aunque las manos me empezaron a sudar bastante. No sabía qué hacer ni decir para salir de esa. El tiempo empezó a pasar muy despacio, cada segundo parecía un minuto. Irene y Sofía estaban hablando con Sara de manera amigable, acababan de conocerse. Mario lo hacía con los chicos, sin embargo. Y él fue el primero que se percató de la presencia de Noelia, quien de primeras se quedó como yo, abriendo ella sus ojos bastante. Mario se quedó de piedra, mirándome inmediatamente, estando yo tan pálido como él. Luego miró con cara de horror a su novia. Noelia reaccionó, diciendo con calma que prestáramos atención para que vieran lo que me gustaba el regalo que me habían hecho entre todos.

Fue un momento que parecía de película, porque se me puso todo a cámara lenta. No le quitaba el ojo a Irene, quien giró su cara hacia la persona que estaba hablando, Noelia. Conforme lo hacía, la sonrisa que tenía mientras hablaba con Sara se iba diluyendo, pasando a quedarse como pillada al ver a Noelia. Luego hizo un gesto de extrañarse mucho, pero ya fue cuando su rostro empezó a expresar ira. Sofía tuvo una reacción similar, aunque ella en vez de enfadarse, puso una cara como de susto, abriendo sus ojos y su boca, aunque sus dientes chocaban sin abrirse. Todo volvió a su velocidad normal y entonces fue cuando Irene le preguntó a Noelia a voces qué coño hacía allí. Se lo preguntó como tres o cuatro veces, pero la receptora del mensaje no respondía, pareciendo asustarse, porque se agarró a mi brazo. Irene siguió con muchos insultos que salían de su boca en forma de gritos y hasta empezó a venir hacia nosotros.

Estoy seguro al 100% que quería pegarle a Noelia. Entre Mario y Sofía la sujetaron, aunque ella no paraba de insultarle, llegando también a decir que nos había jodido la vida a todos. Noelia al ver cómo Irene tenía la intención de venir hacia nosotros y al verla de esa manera tuvo la reacción de ponerse detrás de mí, abrazándose más aún a mi brazo. Sabía que no le haría gracia a Irene encontrársela, pero desde luego no me imaginaba que también se enfadara tanto conmigo como hizo hasta tal punto decir que era un hijo de puta. También me preguntaba que cómo podía estar con ella como si tal cosa. Se puso histérica y no paraba de gritar y zarandearse. Me daba la sensación de que Mario no podía pararla del todo. Al final se la llevó a la calle, quedándose Sofía mirándome con cara de circunstancia, preguntándome con la mirada qué era lo que pasaba, además de gesticular con sus manos. Aunque no me dio la oportunidad de explicarle, pues se dio la vuelta para seguir a Mario y a Irene. Hugo la siguió a ella también y cerraron la puerta.

Me quedé bastante abatido por lo que acababa de pasar, haciéndose un silencio muy incómodo que por suerte no duró mucho al marcharse todos. Por fin pude reaccionar, deshaciéndome del abrazo de Noelia al apartarla bruscamente de mí. Ahora era yo el que gritaba, echándole una bronca tremenda que ella recibía haciéndose pequeña y mirando al suelo, aunque me miró cuando le dije que me mirara a la cara cuando le hablara. Al hacerlo, vi que tenía los ojos vidriosos, aunque a mí no me podía importar menos en ese momento. Le pregunté si no se cansaba de joderme la vida al provocar el final de mi relación con la persona que más había querido en mi vida, como para ahora jodérmela también con mis mejores amigos. Estaba tan enfadado con ella y ya eran tantas cosas dentro de mí las que habían pasado esas últimas semanas que ésta fue la gota que colmó el vaso. Estallé como si estuviera en una olla a presión. De lo que grité, luego me acabaría picando la garganta incluso. Y menos mal que Andrea la agarró de la mano para llevársela a la calle, porque le habría dicho muchas más cosas aparte de que era una hija de puta, que me daba asco y que era peor que un cáncer.

Me senté en el sofá, bastante nervioso, porque me temblaba el cuerpo con lo acababa de pasar y con el enfado que tenía encima y de repente, noté cómo alguien ponía su mano en mi hombro, asustándome bastante. Se trataba de Sara, que seguía por allí. Al ver cómo reaccioné a su acercamiento me pidió que me calmara, que ya había pasado todo y que no merecía la pena volverse a enfadar y pensar en ello.

-¿Cómo es que sigues aquí? -le pregunté cuando mi cuerpo se empezó a relajar, dejando de temblar y volviendo mi respiración a la normalidad.
-Pues... Es que... He visto lo que ha pasado y... No sé absolutamente nada de lo que ocurre. Es la primera vez que veo a casi todos los que estaban aquí. Y pues he visto cómo te has puesto y pensaba que no era buena idea que te quedaras solo.
-Ah...
-En situaciones así creo que está bien hablarlo para desahogarse. Es que me he asustado un poco, porque esa chica se ha puesto hecha una furia. Y luego tú. ¿Estáis bien?
-Es evidente que no.
-¿Discutís mucho?
-Qué va. Ha sido por... Da igual.
-Bueno, tú tranquilo. Anda, ven y comes algo.
-No tengo hambre, Sara. Gracias.
-Por favor. Hazlo por mí. Luego te ayudo a recoger todo. ¿Vale?
-Bueno...

Sara se portó muy bien conmigo. La verdad es que fue un rato que pude sobrellevar mejor con ella a mi lago. Ambos comimos algo de lo que había en la mesa. Había mucha comida que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, pero era una lástima que se desperdiciara tanta, por eso hicimos el poder de intentar que bajara la cantidad. Mientras cenábamos charlamos de otras cosas. Bueno, fue ella la que no paraba de sacarme tema de conversación, intentando distraerme de lo que acababa de pasar y se lo agradecí bastante, aunque luego le conté un poco por encima lo que pasaba y quién era cada uno en esa situación. Sara me escuchó con atención y me dijo que no pasaba nada, que seguro que todo iría a mejor. Aunque también me dijo que entendía que no pudiera ver a Noelia y que le guardara tanto rencor, pero que en su opinión, nadie se merece que le hablen así. Me dijo que pensó que había sido demasiado duro con ella teniendo en cuenta lo colada que estaba por mí.

Me preguntó además si quería que pasara la noche conmigo en casa en vista de que iba a quedarme solo, pero le dije que no hacía falta, agradeciéndole mucho el tiempo que se había tomado para hacerme compañía y quedarse conmigo después del incidente. Le di un abrazo fortísimo y con una duración más larga de lo normal, pasando ella a preguntarme si estaba bien una vez nos despegamos. Le dije que sí y que no se preocupara por mí, dándole las gracias una vez más por venir. Ella me acarició la cara y me pidió que me cuidara y que no dudara en hablarle si lo necesitaba, que allí estaría ella para lo que hiciera falta. Descubrir esa faceta de Sara fue algo genial y que no sabía que pudiera tener. Cuando me juntaba con ella siempre estábamos de coña y había mucho tonteo, pero desde lo de Amaya estaba muy así. Quizá sí que era así antes de que aquello pasara. No lo sé, no tenía un trato tan estrecho con ella, pero me gustó mucho ese gesto que tuvo conmigo y cómo se preocupó por mí. Aún estaba muy reciente lo de nuestra amiga y no podía evitar pensar que por su cabeza pasara una situación en la que yo pudiera acabar de la misma manera.

Terminé de recogerlo todo, porque Sara me ayudó a preservar lo que sobró de comida, aunque le dije que no hacía falta. Así que cuando se fue puse en orden todo lo que se había movido para esa reunión que tan bien empezó y tan mal acabó. Una vez acabé me volví a sentar en el sofá, tratando de dejar la mente en blanco, pero en mi cabeza se reproducía ese momento tan malo en bucle, una y otra vez sin parar. Cogí el móvil para ver si tenía algo, aunque no terminé de encontrar nada. Así que empecé yo a escribir. Primero lo hice con el grupillo de amigos en el que se encontraba Sara. Pedí disculpas por lo que había pasado y por chafar la sorpresa que me habían preparado, al igual que pedí perdón por las formas que tuve cuando le eché la bronca a Noelia. Luego pensé si ponerme en contacto con mis amigos más cercanos, aunque no sabía si era buena idea, sobre todo con Irene, porque la cosa estaba caliente a más no poder y no podía pasar nada bueno en esos momentos.

Por eso pensé en dejar pasar unas horas o quizá un par de días para hablar con ella. También descarté hablar con Mario, porque evidentemente estaba con Irene y era la misma situación, además de que imaginaba que estaban volviendo a casa y estaría conduciendo. Sin embargo, sí que me animé a hacerlo con mi amiga Sofía. Le escribí para preguntarle si estaba disponible y poder explicarle así lo que hacía Noelia allí. Pero no recibí respuesta por su parte. Esperé varios minutos y también le insistí con algún mensaje más, pero no los abría, aunque sí que les llegaba. También intenté ponerme en contacto con Hugo, porque él salió detrás de ellos tres, pero tampoco me contestó. Pensé que a lo mejor estaban los cuatro juntos, tratando de calmar a Irene entre los tres o quizá cenando algo. No tenía la certeza de eso, pero les pedí a los dos que me dijeran algo cuando pudieran, porque me preocupaba ver que no me respondían. Sobre todo, quería hacerlo con mi amiga Sofía, porque sabía que ella estaría más abierta a conversar sobre ello.

Los únicos mensajes que encontré fueron de Andrea. Me decía que me había pasado mucho con Noelia y que esperaba que le pidiera perdón una vez pasaran las horas y me calmara. Me puso que entendía que estuviera enfadado con ella por todo lo que había pasado, pero que nada me daba derecho a hablarle de esa manera tan fea y encima delante de todos para humillarla hasta tal punto para hacerla llorar, porque así es como se fue. Acabó los mensajes diciendo que iba a pasar la noche con ella, porque estaba muy mal y no quería dejarla sola. Ella, a diferencia de Sara, no me preguntó si yo estaba bien ni nada, cosa de lo que tomé nota. Al buen rato, sobre las 11 de la noche, alguien llamó al timbre de la puerta. Me extrañó muchísimo y me hizo preguntarme quién podía ser. Descartaba que fueran mis amigos por ser ya tan tarde y tener que trabajar al día siguiente, así que solo me quedaba una persona en mente, y fui preguntándole qué coño quería de camino, porque la veía capaz de volver después de todo lo que le dije, pero una vez abrí la puerta con aire mientras seguía hablando esperando yo que fuera Noelia, me llevé una sorpresa más grande incluso que la que me llevé tanto con la fiesta sorpresa, como con la aparición inesperada de mis amigos.

-¿Valentina? ¿Qué haces aquí? -pregunté perplejo al verla allí.
Vaya sainete tiene montado Javi :ROFLMAO: ni los hermanos Marx en el camarote, encima aparece Valentina vendrá por que los amigos le han dicho algo, por que aparecer así tan de repente y por la noche .......

Ahora tendremos que ver como reaccionan los amigos, Hugo que buen amigo es de Javier quedándose con él para apoyarle por si necesita consuelo o algo que pincharse.

Buen capítulo Keranos me gusta el caos que has montado :D👏👏👏
 
Capítulo 690

Sobre la cama encontré una gran caja envuelta con papel de regalo y un lazo. Me quedé mirándola preguntando qué era eso, sugiriéndome Noelia que lo abriera, por lo que lo cogí y fui a salir de la habitación, pero ella me detuvo y me insistió para que lo abriera allí. Me parecía feo no hacerlo delante de los demás para que también lo vieran, pero se puso muy cabezona y Andrea estaba como cortada por lo exaltada que estaba Noelia. Así que lo abrí allí, encontrándome una caja de batería de mi grupo de música favorito. Era una caja característica del batería de la banda, la que usaba él, aunque no la misma, claro. Pero era el mismo modelo personalizado con el logo de la banda y con un acabado en negro. Había visto reviews de eso y contaban muchas cosas, como que tenía tanta sonoridad que en las grabaciones que hacía la banda no ponían micros muy cerca de ella. Además de aquello, venían unas baquetas que usaba el artista y que eran de edición muy limitada al llevar parte de él en ellas, pues en esa tinta roja que usaban para poner la marca y demás, iba su sangre. Hasta había un video en el que se veía cómo le extraían sangre y cómo la echaban en un bol, mezclándola él mismo con una baqueta.

Estaba muy impresionado, porque lo reconocí todo al momento y sabía que aquello no había sido barato. Les pregunté de parte de quién era y cuánto se habían gastado en eso. Noelia dijo rápidamente que había sido un regalo de parte de todos y de más gente incluso, añadiendo que Andrea se había hecho cargo de ponerse en contacto con mis amigos para que pudieran hacer un bote entre todos y poder comprar aquello. Y con lo de amigos se refería a los de mi ciudad, porque gesticuló haciendo gestos que señalaban afuera de la habitación, pero también otros que indicaban más lejanía. Andrea dijo que no era para tanto, por tener facilidad para hacerlo, resaltando que Noelia había puesto más de la mitad de lo que costaba aquello, aunque ésta no la dejó seguir y me dio otro abrazo, preguntándome si me había gustado, pasando a cogerlo todo para dármelo y llevarme hasta el salón para que lo pudieran ver los demás, aunque la sorpresa me la llevé yo al llegar.

En el salón, junto a los amigos que ya había, me encontré con mis mejores amigos: con Irene, Mario y Sofía. Fue un momento tenso para mí, porque Noelia se encontraba allí y no sabía cuál podía ser la reacción de ellos. Hasta me entró sudor frío de manera instantánea. Se me enfrió mucho el cuerpo, aunque las manos me empezaron a sudar bastante. No sabía qué hacer ni decir para salir de esa. El tiempo empezó a pasar muy despacio, cada segundo parecía un minuto. Irene y Sofía estaban hablando con Sara de manera amigable, acababan de conocerse. Mario lo hacía con los chicos, sin embargo. Y él fue el primero que se percató de la presencia de Noelia, quien de primeras se quedó como yo, abriendo ella sus ojos bastante. Mario se quedó de piedra, mirándome inmediatamente, estando yo tan pálido como él. Luego miró con cara de horror a su novia. Noelia reaccionó, diciendo con calma que prestáramos atención para que vieran lo que me gustaba el regalo que me habían hecho entre todos.

Fue un momento que parecía de película, porque se me puso todo a cámara lenta. No le quitaba el ojo a Irene, quien giró su cara hacia la persona que estaba hablando, Noelia. Conforme lo hacía, la sonrisa que tenía mientras hablaba con Sara se iba diluyendo, pasando a quedarse como pillada al ver a Noelia. Luego hizo un gesto de extrañarse mucho, pero ya fue cuando su rostro empezó a expresar ira. Sofía tuvo una reacción similar, aunque ella en vez de enfadarse, puso una cara como de susto, abriendo sus ojos y su boca, aunque sus dientes chocaban sin abrirse. Todo volvió a su velocidad normal y entonces fue cuando Irene le preguntó a Noelia a voces qué coño hacía allí. Se lo preguntó como tres o cuatro veces, pero la receptora del mensaje no respondía, pareciendo asustarse, porque se agarró a mi brazo. Irene siguió con muchos insultos que salían de su boca en forma de gritos y hasta empezó a venir hacia nosotros.

Estoy seguro al 100% que quería pegarle a Noelia. Entre Mario y Sofía la sujetaron, aunque ella no paraba de insultarle, llegando también a decir que nos había jodido la vida a todos. Noelia al ver cómo Irene tenía la intención de venir hacia nosotros y al verla de esa manera tuvo la reacción de ponerse detrás de mí, abrazándose más aún a mi brazo. Sabía que no le haría gracia a Irene encontrársela, pero desde luego no me imaginaba que también se enfadara tanto conmigo como hizo hasta tal punto decir que era un hijo de puta. También me preguntaba que cómo podía estar con ella como si tal cosa. Se puso histérica y no paraba de gritar y zarandearse. Me daba la sensación de que Mario no podía pararla del todo. Al final se la llevó a la calle, quedándose Sofía mirándome con cara de circunstancia, preguntándome con la mirada qué era lo que pasaba, además de gesticular con sus manos. Aunque no me dio la oportunidad de explicarle, pues se dio la vuelta para seguir a Mario y a Irene. Hugo la siguió a ella también y cerraron la puerta.

Me quedé bastante abatido por lo que acababa de pasar, haciéndose un silencio muy incómodo que por suerte no duró mucho al marcharse todos. Por fin pude reaccionar, deshaciéndome del abrazo de Noelia al apartarla bruscamente de mí. Ahora era yo el que gritaba, echándole una bronca tremenda que ella recibía haciéndose pequeña y mirando al suelo, aunque me miró cuando le dije que me mirara a la cara cuando le hablara. Al hacerlo, vi que tenía los ojos vidriosos, aunque a mí no me podía importar menos en ese momento. Le pregunté si no se cansaba de joderme la vida al provocar el final de mi relación con la persona que más había querido en mi vida, como para ahora jodérmela también con mis mejores amigos. Estaba tan enfadado con ella y ya eran tantas cosas dentro de mí las que habían pasado esas últimas semanas que ésta fue la gota que colmó el vaso. Estallé como si estuviera en una olla a presión. De lo que grité, luego me acabaría picando la garganta incluso. Y menos mal que Andrea la agarró de la mano para llevársela a la calle, porque le habría dicho muchas más cosas aparte de que era una hija de puta, que me daba asco y que era peor que un cáncer.

Me senté en el sofá, bastante nervioso, porque me temblaba el cuerpo con lo acababa de pasar y con el enfado que tenía encima y de repente, noté cómo alguien ponía su mano en mi hombro, asustándome bastante. Se trataba de Sara, que seguía por allí. Al ver cómo reaccioné a su acercamiento me pidió que me calmara, que ya había pasado todo y que no merecía la pena volverse a enfadar y pensar en ello.

-¿Cómo es que sigues aquí? -le pregunté cuando mi cuerpo se empezó a relajar, dejando de temblar y volviendo mi respiración a la normalidad.
-Pues... Es que... He visto lo que ha pasado y... No sé absolutamente nada de lo que ocurre. Es la primera vez que veo a casi todos los que estaban aquí. Y pues he visto cómo te has puesto y pensaba que no era buena idea que te quedaras solo.
-Ah...
-En situaciones así creo que está bien hablarlo para desahogarse. Es que me he asustado un poco, porque esa chica se ha puesto hecha una furia. Y luego tú. ¿Estáis bien?
-Es evidente que no.
-¿Discutís mucho?
-Qué va. Ha sido por... Da igual.
-Bueno, tú tranquilo. Anda, ven y comes algo.
-No tengo hambre, Sara. Gracias.
-Por favor. Hazlo por mí. Luego te ayudo a recoger todo. ¿Vale?
-Bueno...

Sara se portó muy bien conmigo. La verdad es que fue un rato que pude sobrellevar mejor con ella a mi lago. Ambos comimos algo de lo que había en la mesa. Había mucha comida que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, pero era una lástima que se desperdiciara tanta, por eso hicimos el poder de intentar que bajara la cantidad. Mientras cenábamos charlamos de otras cosas. Bueno, fue ella la que no paraba de sacarme tema de conversación, intentando distraerme de lo que acababa de pasar y se lo agradecí bastante, aunque luego le conté un poco por encima lo que pasaba y quién era cada uno en esa situación. Sara me escuchó con atención y me dijo que no pasaba nada, que seguro que todo iría a mejor. Aunque también me dijo que entendía que no pudiera ver a Noelia y que le guardara tanto rencor, pero que en su opinión, nadie se merece que le hablen así. Me dijo que pensó que había sido demasiado duro con ella teniendo en cuenta lo colada que estaba por mí.

Me preguntó además si quería que pasara la noche conmigo en casa en vista de que iba a quedarme solo, pero le dije que no hacía falta, agradeciéndole mucho el tiempo que se había tomado para hacerme compañía y quedarse conmigo después del incidente. Le di un abrazo fortísimo y con una duración más larga de lo normal, pasando ella a preguntarme si estaba bien una vez nos despegamos. Le dije que sí y que no se preocupara por mí, dándole las gracias una vez más por venir. Ella me acarició la cara y me pidió que me cuidara y que no dudara en hablarle si lo necesitaba, que allí estaría ella para lo que hiciera falta. Descubrir esa faceta de Sara fue algo genial y que no sabía que pudiera tener. Cuando me juntaba con ella siempre estábamos de coña y había mucho tonteo, pero desde lo de Amaya estaba muy así. Quizá sí que era así antes de que aquello pasara. No lo sé, no tenía un trato tan estrecho con ella, pero me gustó mucho ese gesto que tuvo conmigo y cómo se preocupó por mí. Aún estaba muy reciente lo de nuestra amiga y no podía evitar pensar que por su cabeza pasara una situación en la que yo pudiera acabar de la misma manera.

Terminé de recogerlo todo, porque Sara me ayudó a preservar lo que sobró de comida, aunque le dije que no hacía falta. Así que cuando se fue puse en orden todo lo que se había movido para esa reunión que tan bien empezó y tan mal acabó. Una vez acabé me volví a sentar en el sofá, tratando de dejar la mente en blanco, pero en mi cabeza se reproducía ese momento tan malo en bucle, una y otra vez sin parar. Cogí el móvil para ver si tenía algo, aunque no terminé de encontrar nada. Así que empecé yo a escribir. Primero lo hice con el grupillo de amigos en el que se encontraba Sara. Pedí disculpas por lo que había pasado y por chafar la sorpresa que me habían preparado, al igual que pedí perdón por las formas que tuve cuando le eché la bronca a Noelia. Luego pensé si ponerme en contacto con mis amigos más cercanos, aunque no sabía si era buena idea, sobre todo con Irene, porque la cosa estaba caliente a más no poder y no podía pasar nada bueno en esos momentos.

Por eso pensé en dejar pasar unas horas o quizá un par de días para hablar con ella. También descarté hablar con Mario, porque evidentemente estaba con Irene y era la misma situación, además de que imaginaba que estaban volviendo a casa y estaría conduciendo. Sin embargo, sí que me animé a hacerlo con mi amiga Sofía. Le escribí para preguntarle si estaba disponible y poder explicarle así lo que hacía Noelia allí. Pero no recibí respuesta por su parte. Esperé varios minutos y también le insistí con algún mensaje más, pero no los abría, aunque sí que les llegaba. También intenté ponerme en contacto con Hugo, porque él salió detrás de ellos tres, pero tampoco me contestó. Pensé que a lo mejor estaban los cuatro juntos, tratando de calmar a Irene entre los tres o quizá cenando algo. No tenía la certeza de eso, pero les pedí a los dos que me dijeran algo cuando pudieran, porque me preocupaba ver que no me respondían. Sobre todo, quería hacerlo con mi amiga Sofía, porque sabía que ella estaría más abierta a conversar sobre ello.

Los únicos mensajes que encontré fueron de Andrea. Me decía que me había pasado mucho con Noelia y que esperaba que le pidiera perdón una vez pasaran las horas y me calmara. Me puso que entendía que estuviera enfadado con ella por todo lo que había pasado, pero que nada me daba derecho a hablarle de esa manera tan fea y encima delante de todos para humillarla hasta tal punto para hacerla llorar, porque así es como se fue. Acabó los mensajes diciendo que iba a pasar la noche con ella, porque estaba muy mal y no quería dejarla sola. Ella, a diferencia de Sara, no me preguntó si yo estaba bien ni nada, cosa de lo que tomé nota. Al buen rato, sobre las 11 de la noche, alguien llamó al timbre de la puerta. Me extrañó muchísimo y me hizo preguntarme quién podía ser. Descartaba que fueran mis amigos por ser ya tan tarde y tener que trabajar al día siguiente, así que solo me quedaba una persona en mente, y fui preguntándole qué coño quería de camino, porque la veía capaz de volver después de todo lo que le dije, pero una vez abrí la puerta con aire mientras seguía hablando esperando yo que fuera Noelia, me llevé una sorpresa más grande incluso que la que me llevé tanto con la fiesta sorpresa, como con la aparición inesperada de mis amigos.

-¿Valentina? ¿Qué haces aquí? -pregunté perplejo al verla allí.

Hoy es San Valentina…jajajja
 
Vaya sainete tiene montado Javi :ROFLMAO: ni los hermanos Marx en el camarote, encima aparece Valentina vendrá por que los amigos le han dicho algo, por que aparecer así tan de repente y por la noche .......

Ahora tendremos que ver como reaccionan los amigos, Hugo que buen amigo es de Javier quedándose con él para apoyarle por si necesita consuelo o algo que pincharse.

Buen capítulo Keranos me gusta el caos que has montado :D👏👏👏
Hugo es un caradura que se ha metido con toda la jeta en su circulo de amigos.
Desde el minuto 1 no me ha gustado absolutamente nada. No me extrañaría nada que ya se haya acostado con Sofía a sus espaldas.
Quizás, a la larga debería buscarse otros amigos, porque últimamente tampoco es que se estén portando muy bien.
Por otra parte, veremos a ver ese reencuentro con Valentina. Yo no descarto nada, porque si ha ido a verlo, será por algo.
 
Hugo es un caradura que se ha metido con toda la jeta en su circulo de amigos.
Desde el minuto 1 no me ha gustado absolutamente nada. No me extrañaría nada que ya se haya acostado con Sofía a sus espaldas.
Quizás, a la larga debería buscarse otros amigos, porque últimamente tampoco es que se estén portando muy bien.
Por otra parte, veremos a ver ese reencuentro con Valentina. Yo no descarto nada, porque si ha ido a verlo, será por algo.
Bueno a Hugo es Javi quien lo introduce en sus amistades, y si se acosto con Sofia tampoco creo que pase nada ninguno tiene pareja, ahora otra cosa es esa supuesta amistad de todos, no se si por la distancia o por otros motivos. está claro que no pasa por su mejor momento,
 
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