Bueno, ahora, luego de haber acabado el libro por completo, puedo dar mi más sincerísima opinión sobre el final.
Los seres humanos somos impulsivos, viscerales, emocionales y muchas veces irracionales. Un paso en falso de tu pareja, de un amigo, de un familiar, a veces puede resultar tan hiriente, que te sueles olvidar de todas las cosas buenas que has vivido con esa persona y te centras en ese suceso puntual y particular. Y es normal, porque la traición es una bala en el medio del pecho que te deja herido de muerte, sufriendo por culpa de esa persona en la que tanto confiabas. Ya no hay lugar para el raciocinio, para contextos o matices, para viajes fugaces a ese pasado en el que fuiste tan feliz.
Una traición te transforma. Una traición te hace hacer tonterías. Seguir pasos que, en otro momento de tu vida, jamás aconsejarías seguir a otros.
Entonces, ¿qué se debería hacer en esos casos? Obvio, lo fácil es decir que tranquilizarse, respirar, usar la cabecita para no empeorar las cosas... Pero la teoría siempre es muy fácil. En la práctica, hay que estar ahí, hay que vivirlo y sentirlo... Y cada persona es un puto mundo. No todos vamos a reaccionar igual.
Luego, vienen los arrepentimientos. La cabeza, tarde o temprano, se enfría. Los impulsos desaparecen y las emociones se calman. Ahí vuelve el pensamiento crítico, tu lado más frío y calculador. Una vez pasada la tormenta, te das cuenta si valió la pena todo lo que hiciste durante el despecho o no. Pones en tu balanza particular todas aquellas cosas que pasaron, tanto de un lado como del otro, para saber de qué sabor serán las lágrimas que, inevitablemente, vas a seguir derramando por culpa de esa persona que tanto tiempo te va a costar olvidar.
Daniel, nuestro querido Dani, ahogado en el dolor más intenso y punzante que jamás había sentido, decidió privar a Alba de su derecho a réplica. Por supuesto, luego de quedarse a gusto en sus pequeñas revanchitas personales con todos los buitres que lo separaron de su alma gemela.
Si hizo bien o si hizo mal, eso depende de la perspectiva de cada uno. No hay una respuesta correcta. Dani se dejó llevar y, tiempo después, terminó arrepintiéndose. Sobre todo, al darse cuenta de que todo lo sucedido en aquellas vacaciones había comenzado por un maldito malentendido. Porque todo se podía haber evitado con un poco de comunicación.
Ahí tenía él su contexto, su matiz.
Luego, ya sólo dependía de él decidir si ese suceso puntual, esos desafortunados diez días en el pueblo de Alba, pesaban más en su balanza que todos los momentos felices junto a ella. Si, por una sucesión de desgraciados eventos, valía la pena sacrificar un futuro de felicidad junto a la mujer de su vida.
Porque, repito, cada persona es un mundo. No podemos valorar una historia, su final, a sus personajes, por lo que hubiéramos hecho nosotros dentro de la obra. Podemos emitir opinión, podemos dar nuestros puntos de vista, pero no podemos tachar algo de inverosímil sólo porque nosotros hubiésemos actuado diferente.
Mi valoración final: un 100 sobre 10.
Más tarde comentaré sobre todo lo acontecido desde el capítulo llamado "Salimos pitando" hasta el nombrado "Infiel", porque, de verdad, esa parte de la historia se merece un párrafo aparte.
Reitero, una vez más, mis felicitaciones, querido autor.
Gracias por tanto y perdón por tan poco.
