El Fruto Prohibido. ( Continuación - 354 )
Miré hacia el lugar de donde procedía esa llamada, y allí en una mesa pude ver que estaban sentadas Marisa y su amiga Sofía, que todas sonrientes me decían con gestos que me acercase, y eso fue lo que hice.
Allí estaban las dos con unos anoraks abiertos y tomando algo caliente porque la verdad es que el día se había enfriado bastante en el ambiente.
Según llegué a la mesa fue que salude a Marisa:
----- Hola... ¿ Que tal estás ?
----- Bien... ----- me respondió.
Hizo ademán de levantarse, pero poniendo mi mano sobre su hombro se lo impedí:
----- Deja, deja... no te levantes. ----- le dije.
A continuación me acerqué e intercambiamos un par de besos de cortesía. Luego hice lo mismo con Sofía, a quien también saludé.
----- Vienes algo cargado. ----- me dijo.
----- Solo son un par de bolsas. He ido a comprar algo de comida ya que el frigorifico lo tengo un tanto menguado en contenido.
Ambas se rieron


y Sofía me dijo:
----- Vaya hombre más apañado que estas hecho.
Hice un gesto con un resoplido y le respondí:
----- A ver que remedio...
Entonces Marisa me comentó:
----- Pero tienes en tu casa a ese amigo sudamericano... ¿ no ?
----- Tenía. ----- le respondí.
Y a continuación añadí:
----- Ayer regresó a Sevilla.
----- Ahhhh...
Y Sofía me dijo:
----- ¿ Nos haces compañía ?
Y tras un par de segundos le respondí:
----- Bueno, por que no...
Marisa me indicó una de las sillas y ahí me senté quedando frente a ellas, a la vez que en la otra silla que estaba libre dejé mis bolsas. Ahí me fijé que ambas se estaban tomando un buen chocolate a la taza bien calentito, junto con unos buenos churros...




----- ¿ Que quieres tomar ? ----- me preguntó Marisa.
----- Voy ahora a la barra a pedirme algo. ----- le respondí.
Me puse en pié y allí las dejé un momento, mientras que en la barra me pedí una buena pinta de cerveza más un montado de jamón con queso, con unos buenos chorros de aceite virgen por encima... También aproveché para dejar todo pagado


tanto lo mío como lo que estaban tomando ellas...

En cuanto regresé a la mesa y según tomaba asiento, fue Marisa quien me preguntó:
----- ¿ Que tal Carmen ?
----- Bien, está bien. La dejé en casa durmiendo...
----- Aún durmiendo a estas horas... ----- dijo Sofía.
Entonces sonreí y le respondí:
----- Si, es que ayer regresamos bastante tarde a casa, tuvimos la cena de empresa, y ya sabéis...
Ambas sonrieron y Sofía comentó:
----- Pobrecilla, estará agotada.
----- Pues si, por eso decidí dejarla dormir y salir yo solo a comprar.
----- Yo me he perdido la de este año... ----- dijo Marisa.
Y a continuación, agarrando a Sofía del brazo, añadió:
----- Y aquí mi aiga también se ha perdido la suya.
----- En solidaridad contigo... ----- apuntó Sofía.
Ambas se sonrieron, y se abrazaron brevemente, a la vez que también intercambiaban un par de besos... Sofía le daba unas palmadas en la espalda y le decía:
----- Bueno, venga... no te emociones.
----- Es que estás haciendo mucho por mí.
----- Porque te lo mereces... Sabes que eres como la hermana que nunca tuve.
Ambas se sonrieron de nuevo, y Sofía puso su mano sobre la mejilla de Marisa.
----- Veo que estás bien... ----- dije a Marisa.
----- Si, gracias a Dios me voy recuperando bien y ya pronto me darán el alta y vuelta a funcionar.
Y justo en ese momento me traían mi cerveza con el montado de jamón y queso. Una vez que me lo sirvieron y di las gracias por el servicio, miré a mis acompañantes y les dije:
----- Si gustáis.
----- No gracias... ----- me respondieron ambas.
Y tras dar el primer bocado y tomar un trago de cerveza, les comenté:
----- Es lo primero que como hoy... A ver si engaño al estómago hasta que llegue la hora de comer.
Marisa toda sonriente me preguntó:
----- ¿ Como se presentan las navidades ? ¿ Tienes algún plan ?
Hice un gesto y le respondí:
----- Pues digamos que tengo dos planes más bien.
----- Anda... ¿ Y eso ?
----- Nochebuena y Navidad seguramente que lo pasaré en Santander, me haré una rápida escapada que aún tengo que coordinar con mi hermana que quiere que vaya.
----- Es normal.
----- Ya, pero me insiste porque casi a finales del verano pasado falleció mi madre.
----- Ay vaya... cuanto lo siento. No me enteré.
----- No te preocupes. ----- le respondí.
Y a continuación le aclaré:
----- Pero será una escapada rápida porque la última semana del año me toca trabajar y además estaré yo solo al frente de todo, ya que mis socios se van. Después en la primera semana del año me toca a mi.
----- Pues muy bien.
----- Si, la mar de bien, porque esa semana Carmen y yo marcamos una visita a Londres.
----- Andaaaa... que bueno... Uhhhhhh....!!!! Vaya nivel.
Y sonriendo le comenté:
----- Carmen está muy ilusionada.
----- Anda, como lo estaría yo si fuese la afortunada.
Y nos reímos...


----- Es que ella nunca ha estado, y digamos que ese es el regalo de navidad que le hago.
----- Pues vaya regalazo que le haces.
Y tras suspirar profundamente comentó:
----- Ayyy... Señor, señor... Por que no me ocurren estas cosas a mi.
Sofía y yo nos reímos...




y luego nos comentó:
----- Yo soy más de París.
----- La ciudad de la Luz. ----- le dije.
----- Siiiii... y el romanticismo. ----- añadió.
Hice un gesto apretando los labios y le respondí:
----- Si, bueno... Pero Londres también tiene su encanto.
----- Ya me imagino, pero no cambio París por nada.
Hice otro gesto y le comenté:
----- Yo obviamente, tiro más hacia lo británico.
Ambas sonrieron... Y en esas, Marisa puso su mano sobre la mía. y mirando con una expresión de agradecimiento y ternura...
Uffff....!!! Me resultaba curioso e incluso un tanto chocante el ver como su antipatía y mal sentir hacia mi se habían diluido por completo, y habían desaparecido así de golpe como por arte de magia; y volvía a percibir en ella a aquella misma Marisa de antes de nuestro desencuentro...
Agarrando su mano, se la apreté suavemente, a la vez que miraba al fondo de sus ojos


mientras le decía:
----- Me alegro enormemente de verte tan bien y que te vayas recuperando.
Ella sonrió con ternura y bajó la mirada unos segundos para luego responderme:
----- Gracias, muchas gracias... Te debo mucho.
Entonces agarré su otra mano y le dije:
----- Ehhh... a mi no me debes nada; ya te lo dije.
----- Si te debo; fuiste mi ángel salvador.
Sonreí y tras hacer un gesto apretando llos labios, le respondí:
----- Bueno... digamos que se dieron una serie de circunstancias; el destino suele ser caprichoso, y esa noche quiso que coincidiéramos en el ascensor, que después Sofía viniese a avisarme y que yo supiese como más o menos había que actuar ante esa situación. Todo fue un asunto de azar, porque esa noche estaba a esa hora en el ascensor debido a que regresaba de una salida imprevista que tuve que hacer...
----- Ya, pero...
La interrumpí y continué:
----- Pero imagina que no hubiese tenido que hacer esa salida... No habríamos coincidido en el ascensor; Sofía no me habría conocido ni sabría que existía, y no habría llamado a mi puerta.
----- No, seguro que no... ----- apuntó Sofía.
----- El destino, fue el destino... ----- concluí.
Y allí seguimos charlando un rato más hasta que terminé mi cerveza y aquel montado. Tras ello, me puse en pié y les dije:
----- Bueno chicas, ha sido un placer estar este rato con vosotras.
Ambas sonrieron y Sofía me dijo:
----- Muchas gracias, igualmente.
----- Me voy a ir a casa porque seguramente que Carmen ya se habrá despertado y se preguntará donde ando y que estoy haciendo.
Ambas sonrieron de nuevo, Marisa mirando a Sofía le dijo:
----- Nosotras nos vamos también... ¿ Verdad ?
----- Si pero antes habrá que pagar esto... ----- le respondió.
Sonreí y les dije:
----- No hay que pagar nada porque ya está todo pagado.
Marisa me miró un tanto sorprendida


y me dijo:
----- Pero como... Ay no, Danny. para que pagaste, si quería invitarte.
Sonreí y le respondí:
----- En otra ocasión.
----- Si... ¿ pero cuando ?
----- Cuando sea.
Ellas también se pusieron en pié mientras que yo agarraba mis bolsas con la compra; y así salimos a la calle, donde ya hacía un frío que pelaba...








Menos mal que solo teníamos que cruzar la calle porque enfrente justo teníamos nuestro portal.
Ya frente al portal, Sofía dijo a Marisa:
----- Me voy a acercar a mi casa.
----- Bueno, como veas.
----- Subo contigo y me voy.
Marisa le respondió:
----- No, no hace falta.
Tras ello me miró y añadió:
----- Ya subo con Danny... ¿ verdad ?
Afirmé con un gesto y una sonrisa, mientras que Sofía le decía:
----- En una hora y media más o menos estaré de vuelta.
----- Tranquila, no tengas prisa; te espero para comer.
Luego Sofía me miró, y acercándose me dijo:
----- Danny, ha sido un placer verte de nuevo.
Sonreí y en tono cordial le respondí:
----- Muchas gracias, lo mismo digo.
Y nos despedimos intercambiando un par de besos.
Marisa y yo nos quedamos un par de segundos mirando como se alejaba, y tras ello abrí con mi llave la puerta y cedí el paso a Marisa.
----- Gracias... ----- dijo sonriendo.
La verdad que me chocaba el verla de nuevo tan amble y atenta conmigo después de aquel desencuentro tan brusco que habíamos tenido unos meses atrás, y la mutua antipatía que nos mostramos. En cambio ahora iba agarrada a mi brazo mientras nos dirigíamos hacia el ascensor.
Continuará...............................................................