Capítulo 510
-Madre mía, Javi... Soy tonta. No tenía que haber venido. Si fui yo misma la que te dije de no venir hasta que no se hubiera marchado.
-No pasa nada. No te preocupes, de verdad.
-Si ya lo sé... Pero es que para estas cosas me gusta estar los dos completamente solos. Contigo me descontrolo mucho.
-¿Sí? -le dije medio riendo acercándome a ella.
-Va, que estoy hablando en serio -dijo poniendo su mano en mi pecho.
-Es que estás muy guapa, Valentina. Y ahora te tienes que ir y me voy a quedar con ganas de estar contigo.
-Ya. Hemos tenido mala suerte.
-Al menos no ha venido estando ya en la cama.
-Shhh -siseaba enérgicamente-. Que nos va a oír...
-Qué va. Oye, lo siento, de verdad. Pero tengo que echarle una mano y para un examen que le queda…
-No pasa nada.
-El domingo nos vemos, ¿vale? Mañana si quieres hablamos para ver dónde te recojo y eso.
-Vale. Mañana hablamos -dijo cogiendo el pomo de la puerta para marcharse.
-Oye, espera.
-Dime.
-Un beso, ¿no?
-Mmm... -decía pensativa- Es que ya me he arreglado el maquillaje que, por cierto, lávate la cara, que pareces un payaso con los labios rojos ahora mismo.
-¿Perdona?
-No... No lo decía por... Es por la similitud.
-Ya. Me estoy quedando contigo.
-Ay... De verdad...
-Venga, di que soy un niño y todo eso que te sale de carrerilla cada vez que hago algo que no te gusta.
-Ya te lo dices tú solo, mira qué bien -decía con una sonrisa desafiante.
Me gustó cómo respondió, por eso me acerqué a ella para pegar mi cara a la suya y agarrar su culo con firmeza para levantarlo incluso.
-Este niño te va a follar en un par de días como no te han follado en tu vida. Vas a chillar tanto que te vas a quedar afónica y veremos a ver cómo acaba tu coño...
Valentina iba a responderme, pero la interrumpí.
-Y ahora dime que no sea grosero y que blablabla...
Valentina empezó a reír bajo y siguió:
-Pero es que lo eres. No recuerdo haber estado hablando con alguien tan soez, pero te lo digo con cariño, ¿eh?
-A saber con quién te juntas tú... Seguro que eres de las que se junta con gente muy estirada, de esos que parece que llevan metido un palo por el culo.
-Jajajaja -reía bajito-. No te vendría mal a ti un poco de eso.
-¿De meterme un palo por el culo? Quita, quita.
-Noooooo -decía partiéndose de risa-. De lo otro, de aprender algo de modales y eso.
-Si te lo pasas genial conmigo, anda.
-Bueno. Un poco -decía haciéndose la interesante-. Pero es que eres muy chulito tú...
-Si eso os encanta. No me vengas de modosita ahora...
-Tiene su encanto, pero...
-Bueno, tengo que ayudar a Andrea. Nos vemos el domingo, ¿vale?
Le di un beso sin dejar que me respondiera, aunque fue breve. Después de eso, se me quedó mirando con media sonrisa una vez nos despegamos y ella se puso frente al espejo de la entrada para corregirse el pintalabios con los dedos rápidamente. Yo me puse detrás de ella y la abracé por las caderas, pasando su pelo a un lado para besarle el cuello.
-Va, Javi, que no paramos.
-Si es que eres muy sexy -balbuceaba al no dejar su cuello.
-Venga, que me tengo que ir yo también. Nos vemos el domingo. Que tengas un buen día -dijo apretándome las mejillas para darme un pico.
-Tú también.
Valentina se fue y me quedé un par de segundos en la puerta, lanzando un suspiro, porque lo que me estaba pasando con esta mujer creía que no me había pasado con otra. La veía tan sensual y tan atractiva que me tenía un poco revolucionado y me apetecía mucho estar con ella, pero por una cosa o por otra no podía ser. En cuanto desperté de mi atontamiento, fui a avisar a Andrea, yendo al baño mientras lo hacía para quitarme el pintalabios de la boca y aprovechar para echarme agua fría y así tratar de bajar la erección que se me había vuelto a levantar. Fue un rato que se nos pasó bastante rápido, aunque notaba a Andrea de otra manera. Se notaba que era ya el último examen y que el curso se acababa para ella, pero eso no quitaba que no estuviera nerviosa aún por aquel examen, ya que era una asignatura que no se le daba tan bien como otras, pero con todo lo que habíamos trabajado sabía que no tendría problema.
Así, a las 12 y poco se marchó para hacer el último examen del primer año de universidad que cursaba, dándole yo ánimos. Una vez se fue, volví a pensar en Valentina y estuve cerca de llamarla para ver si se quería pasar por casa, pero pensaba que estaría en el trabajo y que podría liarla, así que me estuve quieto, pero solo en ese aspecto, porque me marché a mi habitación para hacerme una paja teniendo aún su olor en mi mente, ayudándome incluso de la foto que le eché clandestinamente. Un poco pasadas las 2 de la tarde acudió Andrea por casa, esperándola yo para comer después de haber preparado algo. Me contó que el examen había ido mejor de lo que esperaba y que pensaba que iba a sacar buenas notas en general, sin temor a llegar a suspender ninguno. También me comentó que varios compañeros suyos de clase se habían ido a comer por ahí, pero que ella no se acabó uniendo.
-¿Por qué no lo has hecho?
-No me apetecía.
-¿Por? Si mañana vas a ir a cenar con ellos, ¿no?
-No te creas que me apetece mucho tampoco.
-Pues vas a ir. Te lo mereces después de las semanas que te has pegado estudiando.
-Para la cena si estoy metalizada de ir, pero para lo de hoy, pues no. No me gusta cuando surge de repente. Tampoco llevaba dinero encima.
-Te podía hacer acercado yo algo.
-Bueno, pero es que sabía que habías preparado algo y no te quería hacer el feo. Además, ya mismo me voy.
-Pero volverás el siguiente curso, ¿no?
-No tengo ni idea, Javi.
-¿De verdad?
-Es que a lo mejor echo una beca en la que me dan alojamiento y eso. Lo mismo me voy a vivir a una residencia.
-Ah... Bueno, como veas. Ya te dije que la cosa podía seguir igual. No tienes por qué pagarme nada. Y creo que nos llevamos bien y nos hemos estado apañando muy bien entre los dos.
-Ya, pero no depende solo de mí.
-Ya, imagino.
-Cuando sepa algo, te comento. ¿Vale?
-Sí.
-¿Esta tarde tienes que trabajar?
-Sí.
-Pero si ya ha acabado el curso para todos y la selectividad. ¿Para qué vas a ir?
-Es lo que tiene tener que trabajar, Andrea. Jajaja. Hoy termino yo también de momento. Nos vamos a tomar un par de semanas libres en la academia. Además, las madres siguen llevando a sus hijos a clase para tenerlos entretenidos y quitárselos un rato de encima.
-Ah, bueno.
-¿Por qué me preguntas si trabajo?
-Porque me apetecía hacer algo.
-¿El qué?
-La verdad... Me apetecía jugar contigo un poco con la play.
-Ah...
-Muchos días cuando te ibas a trabajar por la tarde la ponía para jugar yo un poco -me confesó.
-Me lo podías haber dicho y hubiéramos jugado los dos alguna vez.
-Ya. También es que estás últimas semanas he estado ocupada y no la he tocado. Pero ya está, era una tontería.
-Bueno, cuando venga esta noche después de cenar si quieres. Mañana es que voy a estar casi todo el día fuera. Y el domingo igual.
-Vale, pues esta noche jugamos.
Tras comer y reposar un poco, me fui a trabajar a la academia, siendo ya un día bastante tranquilo efectivamente por haber acabado el curso, dedicándome más a hacer algún que otro juego en el que pudiera implementar el inglés o si se trataba de matemáticas, pues lo mismo. Fue una tarde bastante divertida en realidad en la que nos acabamos despidiendo de varios alumnos por haber terminado ya, aunque la academia seguiría abierta para los que tuvieran que recuperar, además de para impartir cursos de inglés, de los cuales me iba a ocupar yo en principio en gran medida. Al acabar me di cuenta de que tenía un mensaje de Valentina, de hacía pocos minutos en realidad en el que me decía que se le había hecho la mañana y la tarde un poco duras después de lo ocurrido en mi casa.
-Dime a donde voy y estoy ahí en nada -dije para ver si sonaba la flauta.
-Jajajaja -respondió a los pocos minutos-. ¿No puedes esperar un día más?
-Contigo es muy difícil.
-Lo imagino.
-Qué humilde.
-De tanto que me lo dicen, pues una se lo acaba creyendo, jeje.
-¿Te lo dicen mucho?
-Claro.
-Vaya pregunta he hecho... ¿Cómo no lo van a hacer?
-Hay quién lo hace de buenas maneras y hay quién lo hace de maneras menos agradables, pero sí. Me lo dicen. Y no poco.
-Seguro que tú tampoco puedes esperar.
-Bueno... Yo creo que sí.
-Claro, ahora que has descubierto el autoplacer, pues es más fácil.
-No, no lo voy a hacer.
-Que no, dice...
-Es verdad. No lo voy a hacer. Así cuando te vea pues es todo más intenso.
-¿Y quién dices que te dice lo buena que estás?
-Uy... Jajajajajajaja. ¿Estás celosillo?
-Jajajajaja. No.
-No sé... Como me preguntas... Jajaja.
-Era curiosidad. Lo mismo es que sales de caza y eso, aunque con la semana que nos pegamos no sé si tendrías hueco para estar con alguien más.
-No soy de las que salen buscando líos. Ya te lo dije, que el día que nos conocimos era la primera vez que salía en mucho tiempo. Salir a secas, imagínate a ligar.
-Es verdad.
-Y puedes estar tranquilo, ahora mismo tú eres el único con el que me veo. Puedes estar tranquilo, porque no te voy a pegar nada ni nada por el estilo.
-Ah, muy bien.
-¿Puedes decir tú lo mismo?
Yo solito me había metido en ese jardín del que ahora no sabía cómo salir. Debería haberme estado quieto y no indagar de por más, porque en realidad no me importaba que estuviera viéndose con alguien más. Tan solo era curiosidad, pero ahora había caído en mi propia trampa. En esta ocasión opté por ser honesto con ella tras pensarlo durante un par de minutos.
-No. No puedo decir lo mismo.
-Pues muy mal -dijo al cabo de un par de minutos.
-Ya. Es que a veces es complicado.
-¿Es complicado ponerse un preservativo?
-No. Es que son varios factores.
-A ver, explícame. ¿O estás ocupado?
-No. Ya he acabado y estoy recogiendo un poco. Estoy solo en la academia. Hoy me ha tocado cerrar a mí.
-Te llamo entonces, que así es más cómodo para que me expliques. ¿Vale?
-Ok.
Dejamos de hablar por mensaje y efectivamente, Valentina me llamó al instante
-Buenas noches. A ver, cuéntame eso de que es complicado y que hay varios factores.
-Es que...
-Javi, yo creo que no hay excusa para no ponerse un preservativo. Es algo muy básico y necesario para mantener una buena higiene y salud -decía echándome la regañina.
-Ya, si ya lo sé. Una vez tuve un problema y pillé una infección de hongos.
-Madre mía... -decía con tono de disgusto.
-A ver, te explico.
-¿Últimamente has tenido relaciones sexuales sin preservativo? -preguntó interrumpiéndome.
-Eh... Sí. La semana pasada. Dos veces.
-Qué barbaridad... Sería con la misma chica al menos, ¿no?
-Em... No.
-¡Javier! -gritó muy enfadada- ¡¿Pero cómo se te ocurre hacer eso?! ¡¿No ves que pones en riesgo a mucha gente?!
-Sí. Llevas razón. Perdona.
-Se me están quitando las ganas de quedar contigo.
-No -dije al instante-. No, Valentina. Si en realidad he tenido cuidado.
-¿Qué has tenido cuidado? ¿Pero tú te estás oyendo?
-Esas chicas me dijeron que no se habían visto con nadie más en varias semanas, así que...
-Y tú te lo crees, ¿no?
-Ambas son amigas y son muy buenas personas. Es imposible que me hayan mentido en algo como eso.
-Ya. Seguro.
-Una de ellas es Daniela. La otra la que los pilló besándonos en la puerta de mi casa.
-Ah...
-Te aseguro que no son unas mentirosas.
-¿Hablaste con esa chica?
-Sí. No tienes nada de lo que preocuparte.
-Eso espero -decía aún con tono de enfado.
-Oye, que tampoco fue culpa mía que nos pillara. Fue algo fortuito.
-Fue mi culpa en realidad. No maquilles la situación para no enfadarme más.
-Como quieras.
-Fue un fallo mío y yo lo admití. No sé a qué viene ese comentario.
-No lo hacía con intención de... Da igual. No quería echarte nada en cara. Ya está.
-¿Me vas a explicar por qué no usas protección cuando debes?
-En el caso de Daniela fue después de hacerlo con preservativo. Nos dimos una ducha juntos y pues nos volvimos a calentar y pues lo hicimos de esa manera.
-¿No te importa poder dejar embarazada a una chica tampoco?
-Claro que me importa. Pero nos pudo el calentón.
-Pues te sales de la bañera y vas a por un preservativo, Javi.
-Ya, Valentina. Si llevas razón. Pero es que nos pudo las ganas. Además, yo ya había descargado y tenía más control como para acabar dentro de ella.
-Ya... ¿Tú no sabes...?
-Sí. Lo sé.
-Pues no lo parece.
-Son situaciones muy difíciles de sobrellevar con la cabeza en otra parte.
-Más bien la sangre. Ni una gota debías tener en la cabeza.
-Pues eso.
-A ver, ¿qué más motivos hay?
-En el caso de Amaya, la otra chica, fue por un problema que tiene.
-¿Qué problema?
-Es alérgica al látex. Por eso no me lo puse.
-No me vale. Seguro que hay preservativos de otros materiales. Tanto para chicos como para chicas como para ir haciéndolo sin usar ninguno. ¿Es que no te han dado la charla de todas las enfermedades que puedes pillar?
-Sí, Valentina.
-Es que no me entra en la cabeza que lo hicierais así. Solo en pareja se debería hacer sin protección. Siempre y cuando ambos sean fieles, claro. Y si no se busca un niño, pues hay muchos métodos diferentes para evitar un embarazo.
-Fue algo de mutuo acuerdo hacerlo así.
-Faltaría menos.
-Yo le dije de dejarlo para otra ocasión, pero ella me dijo que tenía muchas ganas. Y sinceramente, yo también.
-No, si se ve que no te vale con una, que vas de flor en flor.
-El caso es que lo terminamos haciendo así y todo fue bien.
-Ya... ¿Algún motivo más?
-Mmm, no. En realidad no. Bueno, si acaso porque resta sensaciones. Yo prefiero hacerlo sin condón para sentir más. Por eso aguanto tanto sin correrme usando condón.
-Yo es que no me puedo creer lo que oigo. ¿Ves cómo eres un niño? Solo un niño haría las cosas así, sin pensar en las consecuencias.
-Es verdad.
-Claro que es verdad. Es que no tienes derecho ni a enfadarte por haberte llamado niño.
-Llevas razón. Pero no te enfades, por favor.
-Ya lo estoy. Yo estando así contigo sin saber nada de esto y... En fin. Es que ahora mismo podría tener algo en mi cuerpo por tu culpa.
-No creo por lo que te he dicho.
-Ya. A saber con cuántas más has estado... Te lavarás bien por lo menos, ¿no?
-Sí. Te lo aseguro.
-Estoy muy enfadada, Javi. Se me han quitado por completo las ganas de quedar contigo este fin de semana.
-No me digas eso...
-Es que no sé en qué estás pensando. Ahora te voy a ver y lo único que me vas a dar es asco. Asco por poder haberme pegado algo.
-Pero nosotros lo hemos hecho con condón todo el tiempo. Solo te lo he comido así en plan contacto directo.
-Claro. ¿Te parece poco?
-Tienes razón, ha estado muy mal hacer todo eso, pero...
-Como me llegaras a decir que no es para ponerse así... Es que no me ves más el pelo.
-No. Ya te he dicho muchas veces que llevas razón. Y me he disculpado. ¿Qué más quieres que haga?
-Que hicieras las cosas en condiciones. Eso estaría muy bien. Es que... Ya no tengo ganas ni de besarte.
-Joder... -dije por lo bajo.
-Una cosa te voy a decir. Si quieres estar conmigo, no quiero que te veas con nadie más para... No quiero correr el riesgo de que me pegues algo.
-Me parece bien -dije al instante por miedo a dejar de verme con ella.
-Más te vale. Como te acuestes con otra, no me vas a ver más.
-Vale. Lo he entendido.
-Eso espero.
-¿Nos veremos el domingo entonces?
-No lo sé. Tengo que pensarlo. No veo mucho sentido a quedar sin poder hacer nada de lo que solemos hacer. Porque evidentemente no vamos a hacer nada. Quiero que te hagas un análisis de enfermedades de transmisión sexual. Hasta que no tenga en mis manos los resultados de ese examen no vamos a hacer absolutamente nada.
-Vale, vale. Me parece bien.
-Estaría bien que no -decía con sarcasmo.
-Bueno, piénsalo mañana tranquilamente cuando estés más calmada. Te puedo enseñar mi ciudad, cenar por ahí tranquilamente, dar un pequeño paseo si quieres y ya pues vamos a dormir al hotel. No hace falta que hagamos nada. Somos amigos, ¿no?
-Ya veremos.
-Bueno, mañana me dices algo.
-Vale -dijo de manera seca para colgar sin ni siquiera despedirse.
Me había caído un buen rapapolvo, y con razón, pues no había tomado las mejores decisiones últimamente en ese aspecto y ahora estaba pagando las consecuencias. Y eran unas consecuencias muy leves para lo que podía haber pasado, llevando Valentina razón en absolutamente todo. Estaba siendo un inconsciente al dejarme llevar de esas maneras tan estúpidas y poniendo tan poca oposición. Con un pequeño bajón me fui a casa al dejarlo todo recogido y cerrar, encontrándome a Andrea muy sonriente al verme llegar, con la cena preparada. Así que nos pusimos a cenar mientras ella me decía lo nerviosa que estaba por tener que esperar los resultados de los exámenes, aunque sabía que no iba a suspender ninguno, pero eso no quitaba que estuviera pendiente de sacar la máxima nota posible para poder optar a una posible beca con mayor facilidad.
Después, como hablamos antes de que me fuera a trabajar, jugamos un poco con la consola los dos juntos, siendo un rato bastante bueno para distraerme de la conversación mantenida con Valentina hacía poco. Aunque durante la cena me preguntó si me ocurría algo al verme bastante callado, pero ya jugando se me pasó y estuve como siempre. En realidad, estuvimos jugando hasta casi la 1 de la mañana, pero ella se acabó marchando a la cama, porque había madrugado mucho y se le cerraban los ojos. Yo también me fui a la cama para tratar de descansar para el día siguiente, el cual prometía ser bastante largo por aquel torneo que tenía lugar en la tienda y del cual todos teníamos muchas ganas. El del fin de semana pasado fue un entrenamiento para este y ahora teníamos que ir con todo. Así que me puse a pensar en aquello, dejando de lado el pequeño bajón que rondaba mi cabeza, llegando a la conclusión de que tenía que apechugar con lo que había y que tenía que hacer mejor las cosas.