El Fruto Prohibido. ( Continuación - 357 )
Nos abrazamos con fuerza, y tras mirarnos a los ojos volvimos a unir nuestros labios en cálidos y profundos besos con los que acoplamos nuestras bocas...

las cuales literalmente nos las devoramos en medio de unas buenas sesiones de lengua, desatando húmedos juegos con los que iba en aumento nuestro nivel de excitación y calentamiento...
Llegó un momento que que le retiré aquella camiseta que llevaba puesta; lo cual fui haciendo muy lentamente, disfrutando de ese estupendo torso que iba apareciendo ante mi para culminar con esas estupendas y maravillosas tetas

con que estaba dotada y que me volvían loco...

Así fue que solo la dejé con aquel minúsculo tanga en color negro que se había puesto por la mañana cuando se despertó.
----- Uffff....!!! Que frío. ----- comentó agitada.
Entonces hizo un movimiento y de inmediato se metió en la cama tapándose con la sabana y el edredón, mientras que yo me ponía en pié y me quitaba la ropa hasta quedarme sin ninguna prenda encima.
Tras ello me metí en la cama con ella, y así nos abrazamos de nuevo apretándonos el uno contra el otro. De esa manera sentí esa agradable sensación que me provocaba el roce de su suave piel contra mi, al igual que sus magníficas tetas

presionadas contra mi pecho. Y así fue que tras una sesión de suaves caricias y sensuales besos, se las agarré con suavidad y comencé a masajearlas trazando círculos con mis dedos sobre las mismas, y presionando con mis pulgares esos erguidos pezones que las coronaban y que ya se iban endureciendo.
Poco después, tras presionárselos, me acerqué y comencé a besárselos suavemente con cortos y tiernos besos



cargados de delicadeza, para irlos lamiendo poco después con delicados golpecitos de lengua y atraparlos y presionarlos en medio de mis labios, consiguiendo que ella se agitase de placer. Poco después se los fui mordisqueando y apretando suavemente con la punta de los dientes, mientras que ella se deshacía en profundos suspiros, a la vez que me agarraba por la nuca y me apretaba contra sus senos.
----- Uhhhhhmmmmm... que bien me los comes. ----- susurró.
Aquello me encendió aún más y puse todavía más ímpetu en la tarea de degustar sus sabrosos senos...


Y fue en medio de esa tarea que una de mis manos la puse sobre su torso y poco a poco la fui desplazando hasta su cintura; así fue que llegué hasta el borde de ese tanga que aún llevaba puesto. Aparté la goma y con la mano fui avanzando por dentro, hasta que llegué a ese magnífico y hermoso coño con que estaba dotada; se lo agarré con suavidad y según lo hice se estremeció toda soltando un leve gemido. Uhhhmmmm, lo tenía rasuradito y suavecito como siempre...


Acto seguido comencé a acariciárselo con suavidad y ternura, mientras que ella se movía y agitaba susurrando lo que le gustaba que le hiciera eso. Le fui pasando los dedos por todo el contorno, rozando sus hinchados labios externos que se le habían puesto bien gruesos, dando un buen tamaño a su hermoso chirri...




haciéndolo muy apetitoso. Así fue que poco después ya le fui pasando el borde de mi mano por toda la raja, impregnándolo con todos los jugos y humedades que comenzaban a manar de su interior, a la vez que iba desplazando su hinchado y excitado clítoris hacia arriba y abajo, provocando que se agitase y retorciese en medio de profundos gemidos, debidos al placer que le provocaban estas maniobras que le estaba aplicando en su magnífico coño...





----- Dioooossssss... como me gusta esto que me haces.
No paraba de susurrar.
Poco después hice un movimiento y me metí dentro de las sábanas; así separé sus piernas y me coloqué en medio. Acto seguido agarré su tanguita por las gomas laterales y poco a poco se lo fui bajando hasta quitárselo por completo. Tras ello me fui acercando a la vez que mi olfato se iba llenando con esas esencias que salían de su interior y que despertaban aún más mis instintos...



Con la punta de la lengua le di unos golpecitos sobre la punta de su botoncito de placer; ella se estremeció y agitó, a la vez que soltó un profundo gemido.
----- Dioooosssssss....!!!!! Sigue, sigue... ----- exclamó.
Me agarro por la nuca con ambas manos y me apretó contra su empapado coño, incitándome a que se lo comiese y devorase...



Y así me puse a degustar y saborear sus sabrosos jugos internos, que no paraban de manar de su interior... De esa manera fui pasando mi lengua por sus labios internos lamiendo y tragando esos manjares que brotaban de su interior, mientras que ella me apretaba entre sus piernas, a la vez que se agitaba y retorcía como una posesa en medio de gemidos y jadeos cada vez más profundos.
----- Sigue... sigue... no pares.
Iba susurrando continuamente, para luego añadir:
----- Ay Dioooosssss... que me estas haciendo...
O también:
----- Uhhhhmmmm... que placer siento... que placer...
Sobre todo cuando atrapaba su excitado clítoris en medio de mis labios y se lo apretaba. Como también exploraba con mi lengua su húmedo y encharcado interior o recorría el exterior de su coño, visitando y explorando todos sus rincones y pliegues... Poco después sentí que ya estaba en su punto adecuando, por lo que me coloqué encima suyo y me agarré el miembro, el cual estaba bien erguido y duro

pidiendo pasar a la acción...


Lo coloqué justo en la entrada de su excitado coño, y poco a poco lo fui introduciendo en su interior, como si fuera a cámara lenta, mientras disfrutaba esa maravillosa sensación de como se iba abriendo camino y como aquellas húmedas paredes se iban adaptando a su tamaño y forma...



mientras que Carmen lo iba recibiendo con los ojos cerrados y la boca medio abierta, soltando profundos gemidos y largos suspiros de placer. Y así se lo introduje por completo, hasta el final del tronco, cuando ya no entró nada más, con lo que ambos quedamos perfectamente acoplados...
Entonces la besé sensualmente en los labios...

y después nos miramos, yo me alcé apoyándome en sus hombros, mientras que ella se agarró a mis brazos. En ese momento tomó su papel de hembra dominante, y en tono de autoridad, con el semblante serio, fue que me dijo:
----- Venga... ¿ A que esperas ? Hazme eso que me haces tan bien.
Y sin más me comencé a agitar despacio, frotando mi pelvis contra la suya y deslizando mi miembro en su encharcado interior, en un rítmico mete y saca, recorriendo por completo tan placentero trayecto...


Poco a poco fui imponiendo más ritmo, dando más profundidad a mis embestidas, mientras que ella no paraba de gemir y jadear, a la vez que me pedía más y más... y que no me parase.
Al poner más ritmo y velocidad, mi miembro entraba y salía cada vez más rápido de su encharcado interior, provocando un rítmico chofff... choooffff...
----- Uhhhhmmmm... que ruidíto hace. ----- decía excitada.
Poco después alzó sus piernas y las colocó sobre mis hombros, provocando más profundidad en mis penetraciones, que le generaban más y más placer, además de una cada vez mayor excitación con mis embestidas, mientras que no paraba de retorcerse y agitarse a mi ritmo, en medio de profundos jadeos y suspiros...



----- Dioooosssss...!!!! me vas a destrozar... ----- proclamaba excitada.
Y luego añadía:
----- Rompeme... rompeme.
O también:
----- Dioooossss... que polvazo... que placer sientooooo...
El verla y sentirla tan fuera de sí...




me excitaba aún más y me ponía más a tono, haciendo que mis embestidas ganasen en ritmo y profundidad, Y ver como sus maravillosas tetas

se agitaban siguiendo el ritmo de nuestros movimientos, igyual que si fuesen dos apetitosos y temblorosos flanes, a la vez que ella no paraba con sus gemidos, jadeos y suspiros.
Uffff....!!!!!




aquello era el éxtasis total...




Tener sexo con una mujer como Carmen era uno de los mayores premios que te podía dar la vida y el destino...



Después de unas series más de profundas embestidas y de un par de cambios de postura, fue que casi a la par nos llegó un maravilloso orgasmo y casi explotamos


al mismo tiempo. Así comencé a bombear mi semilla en su interior, que se iba mezclando con sus fluidos y esencias, inundandolo por completo, porque fueron largos chorros de abundante semen que le descargué; me había pillado con buenas reservas.
Ella se quedó quieta, toda agotada, mientras que yo fui decayendo el ritmo hasta que me detuve por completo, y me deje caer sobre ella, poniendo mi cabeza sobre su hombro. Me apretó con sus brazos, y me acarició con suavidad la espalda y después la nuca, mientras temblaba debajo mío. Y así nos quedamos unas decenas de segundos bien acoplados y descansando de ese esfuerzo que habíamos realizado y toda la energía que habíamos quemado en tan maravilloso polvo que nos acabábamos de marcar..
Poco después acaricié sus cabellos y besé el lateral de su frente, nos miramos a los ojos y susurró:
----- Vaya polvazo que hemos echado.
Hice gestos afirmativos y respondí:
----- Memorable, ha sido memorable.
----- Totalmente.
Y luego añadió:
----- No veas como lo necesitaba.
Sonreí y le respondí:
----- Y yo... cada vez lo necesito más.
Ella sonrió también y me dijo:
----- Pues no veas yo...
A continuación acarició mi mejilla y me dijo:
----- Ay mi amor, si es que cada vez follamos mejor.
Yo me reí y buscando sus labios los uní a los míos en un cálido y sensual beso.
Tras ello, volvió a acariciar mi mejilla con ternura, y mirándome a los ojos, me dijo en tono sensual:
----- Cada vez me gusta más el sexo contigo.
Sonreí y nuevamente besé sus labios...
Y en tono de confesión añadió:
----- Nunca follé como follo contigo.
----- Halaaaa... que ordinaria. ----- le dije.
Me miró un tanto sorprendida

y me dijo:
----- ¿ Que pasa ? Es la verdad.
La miré sonriendo y respondí:
----- Nosotros no follamos.
----- Ah, no... ¿ Entonces que hacemos ?
----- El amor, hacemos el amor... Lo nuestro no es solo sexo; es sexo con sentimiento.
Apretó una sonrisa y poniendo mi mano sobre mi mejilla, me respondió:
----- Si mi amor... tienes razón.
Nuevamente unimos nuestros labios en un cálido y sensual beso...
Tras ello, acarició nuevamente mi mejilla, y en tono sincero me dijo:
----- Nunca sentí con nadie lo que siento contigo.
Sonreí con ternura y tras besar nuevamente sus labios

continuó:
----- Lo que tu me transmites no me lo ha transmitido nadie.
----- ¿ Y que te transmito ? ----- le pregunté.
Me miró apretando una sonrisa, y poniendo su mano sobre mi mejilla, me respondió:
----- Paz, amor, seguridad, sentimiento, complicidad... Eres lo que siempre estuve esperando.
Sonreí y a acaricié su mejilla, a la vez que continuó:
----- ¿ Sabes que es lo que más me gusta de nuestra relación ?
----- ¿ Que ?
----- La libertad y la confianza que nos profesamos... Eso nunca lo había experimentado con nadie; solo contigo.
Aquellos momentos de ternura y confesiones cómplices, con grandes dosis de sinceridad llenaban mi interior y me provocaban una total paz espiritual.
Y mientras continuábamos acoplados, con nuestros sexos aún acoplados, a pesar de que mi miembro ya había perdido tamaño y dureza, pero gustosamente descansaba en el interior de Carmen, reteniendo la descarga que le había dejado, a la vez que estábamos en ese juego de sensuales y tiernas caricias, más pequeños besos cargados de sentimiento...



Hasta que así de pronto me miró con un semblante como de duda...


y me dijo:
----- ¿ No te enfadas si te digo algo ?
Durante unos segundos la miré en silencio sin entender lo que me quería decir.
----- ¿ Como ? ----- le dije.
----- Que quiero decirte algo, pero solo te lo diré si no te enfadas.
La miré sorprendido...


tratando de entender a que venía esa actitud tan misteriosa.
----- Anda, prométeme que no te enfadas. --- me insistió.
----- Joder, háblame claro... ----- le dije.
Pero ella siguió en sus trece y no soltaba prenda.
----- No, no... solo te lo diré si estoy segura de que no te vas a enfadar.
----- No lo se, no puedo prometer algo que no se de que se trata. ----- le respondí.
----- No seas así... ----- me dijo en tono ñoño.
Pero yo insistí:
----- Mientras no sepa de que va el tema no prometo nada.
----- Joder tío... ----- se quejó.
La verdad es que ya me estaba quedando un tanto mosca con este jueguecito tan misterioso que de repente se estaba trayendo.
Y tras unos segundos le dije:
----- ¿ Me lo dices, o no me lo dices ?
No se si se dio por vencida ante mi negativa a prometer algo que no sabía de que se trataba, o si se rindió al ver mi firmeza...


El caso es que nuevamente puso su mano sobre mi mejilla y me soltó de golpe:
----- Es que llevo como dos semanas sin tomar las anti...
Mis ojos debieron salirse de las órbitas




y exclamé:
----- ¡¡¡ Como !!!
Continuará....................................................