La noche que cambió a Carmen

Y en esas 2 parejas conectan una cosa radicalmente distintas:
Carmen y Javier, infieles y desleales que yo no los querría tener ni de amigos.
Luis y Ana, buenas personas que harían una bonita pareja y no son desleales como otros.
Javier y Carmen? quién de los dos está más enamorado?
Pues parece ser que los dos.
Lo que ocurre es que Javier es libre para sentir lo que quiera, mientras que Carmen vive la aventura, sin plantearse que pueda cambiar radicalmente su vida. Creo que Carmen, pese a estar enamorada, no se plantea abandonar a Luis y empezar una relación de pareja con Javier.
Carmen llama a Javier " mi nene ". No creo que ninguna mujer llame así a su rollete sexual. Ahí hay algo más.
 
Sinceramente yo prefiero que terminen separados. Mejor solo que muy mal acompañado.
Lo único que me fastidia es que estos dos tiene toda la pinta que van a se felices, cuando para mí ninguno de los dos merece nada bueno.
A mí el único con el que empatizo, cosa que está claro con mis comentarios es Luis, al que le deseo lo mejor, y lo mejor no es estar con una mujer desleal e infiel como Carmen.
A mí Ana es después de Luis una persona que me cae muy bien y aunque no hay indicios de que sienta, a priori, nada por Luis, me gustaría que esa cita que han concertado, sea el principio de algo romántico.
Lo que hagan o dejen de hacer los otros 2, me interesa tanto como la liga árabe. Es decir, nada.
 
La coherencia dice que lo de Javier y Carmen, por mucho que me fastidie, es muy fuerte y es casi imposible que nadie lo separe y tarde o temprano Luis lo va a saber y va a solicitar el divorcio, si no lo hace ella.
Al estar claramente decantado por Luis, me preocupa que esto lo.puede destrozar y por eso me gustaría, como estoy dejando claro, que aparezca una buena mujer que le haga olvidar esto.
 
La historia engancha es muy parecido a una telenovela romántica.
todo indica que Carmen y Javier terminarán juntos como pareja ya que sienten algo más que sexo y que no lo reconocen entre ellos pero que a la larga hablarán para declararse su amor.
Ahora también está que tipo de relación tendría Carmen con Javier en el futuro monotama o liberal.
Lo normal sería que Carmen de el paso y se divorcie de Luis pa no hacer más daño a el ya que ella cada vez no siente nada y se comportan como unos compañeros de piso que un matrimonio.

Mi enhorabuena al autor y espero que le des más personalidad a Luis ya que le veo el más débil entre todos los personajes.
 
La historia engancha es muy parecido a una telenovela romántica.
todo indica que Carmen y Javier terminarán juntos como pareja ya que sienten algo más que sexo y que no lo reconocen entre ellos pero que a la larga hablarán para declararse su amor.
Ahora también está que tipo de relación tendría Carmen con Javier en el futuro monotama o liberal.
Lo normal sería que Carmen de el paso y se divorcie de Luis pa no hacer más daño a el ya que ella cada vez no siente nada y se comportan como unos compañeros de piso que un matrimonio.

Mi enhorabuena al autor y espero que le des más personalidad a Luis ya que le veo el más débil entre todos los personajes.
La diferencia es que en una telenovela romántica los protagonistas no hacen lo que hacen Carmen y Javier .
 
Bienvenido, y me alegra que te haya gustado y lo leyeras casi del tirón. Supongo que el hecho de tener a una Carmen del pasado en tu vida te habrá hecho que recuerdes cosas, espero que sean para bien. Nadie se atreve a decir nada bueno de Carmen (para gustos colores). Un saludo, y gracias por unirte al debate.
Pues sí, me ha traído recuerdos... y he de decir que buenos. Al final, en mi historia no puedo evitar recordarla como la buena, aunque el tiempo me ha mostrado que no es así, pero en el recuerdo la guardo con mucho cariño. Al final vive una vida que sé que no quiere (la conocí demasiado bien) pero no la deja por el "qué dirán", y eso hace que empatice con esta Carmen, atrapada entre 2 mundos sin saber con cuál quedarse, pues la estabilidad que le da Luis está tan asentada que no se atreve a dar el paso con Javier. Sólo desfoga y lo usa como vía de escape, pero siento que en su interior sabe que es el que la hace sentir viva, el que la complementa realmente. Pero ha llegado "tarde"...
 
Pues parece ser que los dos.
Lo que ocurre es que Javier es libre para sentir lo que quiera, mientras que Carmen vive la aventura, sin plantearse que pueda cambiar radicalmente su vida. Creo que Carmen, pese a estar enamorada, no se plantea abandonar a Luis y empezar una relación de pareja con Javier.
Carmen llama a Javier " mi nene ". No creo que ninguna mujer llame así a su rollete sexual. Ahí hay algo más.
Tengo la impresión de que Javier va a sufrir... Se está enamorando realmente de Carmen, mientras que ella mantiene esa doble vida que quizá es lo que la hace sentir viva, o puede que realmente empiece a sentir algo por Javier y no lo quiera reconocer... Al final, supondrá dar un vuelco total a su vida, y creo que no es lo bastante valiente para ello. Se quedará con Luis, tapará todo... y Javier, si realmente está enamorado de ella, callará para no hacerle daño, pero va a sufrir mucho.
 
Me sorprende como blanqueais a los dos, cuando están haciendo cosas carente de valores y de ética, por lo menos por parte de ella.
Pero vamos, que entiendo que haya gente que lo veo distinto, pero yo no la puedo defender
Javier, que me cae muy muy muy mal, al menos está libre, pero ella, lo está haciendo muy mal y no parece que se arrepienta del daño que va a ocasionar a Luis.
 
Última edición:
En éste relato se produce un hecho. Con independencia del calificativo ético o moral que se le aplique, lo interesante es el análisis del porqué ha ocurrido, y cuáles van a ser las consecuencias.
Casi todos estamos de acuerdo en que no son las formas correctas de actuar.
Nadie quiere para si mismo, vivir lo que está viviendo Carmen, ni lo que le tocará pasar a Luis, ambos van a sufrir, de una forma u otra.
Todos queremos una relación feliz y tranquila, y no tener que dañar a nadie para conseguirla.
 
Bueno, lo que está viviendo Carmen se podría defender si antes de hacer nada, lo habla con Luis y llegan a un acuerdo de separación.
Pero es indefendible lo que ha hecho de irse varias veces con el a espaldas de Luis con excusas.
Pero esto se le va a caer, porque creo que Ana le va a contar la verdad a Luis.
Para mí solo hay un camino y es la separación, más o menos amistosa, pero no debe seguir con ella.
 
Claro que nos gusta, aunque es evidente que los dos personajes principales me caen muy mal.
Yo soy Team Luis-Ana y ojalá acaben juntos.
Porque Ana si se ve que es una buena chica.
¿Y no te has planteado que Ana esté felizmente casada y si se lía con Luis, este estaría arruinando otra pareja, convirtiéndose en lo mismo que ha hecho Carmen con Javier…? Cuando lo llamó por teléfono le dijo que estaba en el súper con la niña, así que no hay que descartarlo en absoluto…

Por otra parte, no creo que el hecho de que te pongan los cuernos convierta en más blancos los que tú (en este caso Luis) pueda ponerle a Carmen por despecho. Simplemente los pone en el mismo nivel de degradación moral.
 
Última edición:
¿Y no te has planteado que Ana esté felizmente casada y si se lía con Luis, este estaría arruinando otra pareja, convirtiéndose en lo mismo que ha hecho Carmen con Javier…? Cuando lo llamó por teléfono le dijo que estaba en el súper con la niña, así que no hay que descartarlo en absoluto…

Por otra parte, no creo que el hecho de que te pongan los cuernos convierta en más blancos los que tú (en este caso Luis) pueda ponerle a Carmen por despecho. Simplemente los pone en el mismo nivel de degradación moral.
A ver. Cuando hablo de Ana, hablo siempre suponiendo que está soltera y sin compromiso, jamás me lo planteo si está casada.
Y tampoco creo que Luis tenga que plantearse ponerle los cuernos y si separarse de ella.
Si Ana está casada, evidentemente queda descartada.
 
Además sería contradictorio que yo no crea en las infidelidades y pudiera estar de acuerdo en que Luis se liara con Ana si está casada.
Sencillamente pensaba que estaba soltera. Es de sentido común.
 
❤️ Carmen y Javier ❤️

Recordemos que esto inicio como una "Rebeldía" contra la monotonía de su vida laboral y las noches vacías en su matrimonio. Hasta donde todos sabemos los trabajo suele ser monótonos, especialmente los del área administrativa. En cuanto a las noches vacías en el matrimonio, eso se debería de arreglar entre los conyuges. 👍👍
-Como creo que debio proceder Carmen para resolver todo esto, bueno, veamos, por lo general las empresas suelen implementar iniciativas y actvidades para mejorar la convivencia y poder crear un buen ambiente laboral, para generar un mejor desempeño de los esclavos... perdon, perdón, quise decir de los empleados. Recordemos que Carmen es una "EJECUTIVA" en una multinacional y algo de poder o ingerencia debe tener para resolver esto, ¿no? 🤔. Ahora ese vacío que siente "Ella", no "El", que quede claro. Se resuelve conversando con tu pareja y si el problema es más profundo se recurre a terapia. Pero cual fue la fantástica solución que encontro Carmencita a todo esto, usar el vestido más putón que encontró y encamarse con un colega de otra filial de la empresa y continuar engañando al marido. Que buena forma de resolver problemas tiene, ¿no? 🤬🤬

Varios han planteado la pregunta: ¿es posible que Javier y carmen se enamoren?. Bueno, sí, es posible, pero no creo que esta relación termine con un, "y vivieron felices por siempre" :mad:. Si Carmen logra divoriarse sin que se sepa lo del adulterio, sería una bala esquivada pero quedarían otras, como por ejemplo ambos trabajan en la misma empresa pero en distintas ciudades, ¿Cual es la política de la empresa respecto a las relaciones entre sus trabajadores? 🤔, ¿quien sacrificará su trabajo para vivir en la misma ciudad, o sólo pedirán un traslado? 🤔. Esto es una suposición, pero ¿Que pasaría si la empresa realiza una investigación al saber de su relación sentimental y descubre que ambos han incurrido en gastos innecesarios para poder tener sus encuentros furtivos en sus respectivas ciudades? 🤔 (Esto no suele acabar bien para los empleados que han metido la mano en el bolsillo de su empresa) 😡. Por otro lado Carmen no se está haciendo más joven y Javier tiene solo treinta y pocos y amandola con todo el corazón es un golfillo que podría fácilmente conseguir una chica de la mitad de la edad de Carmen. Repito aún amandola con todo el corazón. ¿Carmen lo toleraría? 🤔. Ahora ¿que pasaría si con el tiempo, Carmen vuelve a pasar por esa etapa de "Rebeldía" y le hace a Javier lo mismo que le hizo a Luis en su momento? 🤔. Por este par de cositas que se me ocurren en el momento y supongo que otras más que se me ocurriran más adelante es que creo que su relación no acabaría como un cuento de hadas. 😡😡

Ahora imaginen a un Luis completamente destruido por el divorcio y renace como lo que siempre deseó Carmen en un hombre, un tipo seguro, divertido, además de las cualidades innatas de Luis con un físico imponente a base de sudor y mucha sangre dejada en el Gym y que atrae miradas de todas feminas 😍😍. (digo esto por que creo que Luis no es un Cuasimodo, ¿no?) 🤣🤣 Pero ahora sabiendo sobre el adulterio y las mentiras de Carmen. :bdsm1::bdsm1:

Pero de que estos dos terminen enamorandose va a depender muchísimo del desarrollo de los personajes y si esto sucede ojalá se sienta verosimil en la historia. :cool::cool:

💔 ¿Cuanto amor le queda a Carmen por Luis? 💔

Comparte tu opinion, la idea es lograr que al Autor le de un ACV leyendonos. 🤣🤣
 
Me puse al dia con la historia, esta muy buena. Lo único que te pido es que no hagas que Luis se convierta en un cornudo consentidor. Que no sea de los que cree que cuando su mujer vuelve de coger con el otro, vuelve feliz. Y que por eso le permita la infidelidad. Es un tipo estructurado, nunca aceptaría eso, ni siquiera por amor.

Abrazo!!
 
Luis llegó al bar de Legazpi con el paso apresurado pero el ánimo ligero, confiado en que la cita con Ana sería una charla amable sobre el cumpleaños de Carmen. El sol brillaba en Madrid con una calidez inusual para la época, bañando las calles en una luz dorada que contrastaba con el torbellino que pronto lo envolvería. Entró al local a las 12:30 en punto, el aroma a café tostado y aperitivos flotando en el aire. Allí estaba Ana, sentada en la barra, un refresco con hielo entre las manos, su melena oscura recogida en un moño limpio. Se saludaron con un abrazo breve pero cálido, y ella sonrió, señalándole el taburete a su lado. “Qué bueno verte, Luis,” dijo, y él asintió, acomodándose con esa tranquilidad suya que pronto se desmoronaría.

Pidió un café —“tócalo con whisky, como siempre,” bromeó él, y el camarero sonrió—, y Ana comenzó a hablar del cumpleaños de Carmen, que sería pronto. “Estoy pensando en un catering sencillo pero elegante, algo de picoteo, unos canapés, quizás un pastel de esos que le gustan con crema,” explicó, trazando planes en el aire con las manos. Luis escuchaba, imaginando la fiesta, sintiendo que sería algo bonito para Carmen, un gesto que tal vez le sacara de esa rareza que llevaba semanas notando. “Me parece perfecto, ella se lo merece,” respondió, con un brillo de cariño en los ojos.

Pero entonces, en un giro que Luis no vio venir, Ana cambió el tono. Sus dedos tamborilearon el vaso, y una sombra de duda cruzó su rostro. Tomó aire, como si midiera cada palabra, y se lanzó. “Oye, Luis, ¿tú has notado algo extraño en Carmen últimamente?” La pregunta cayó como una piedra en un estanque quieto, y el corazón de Luis dio un vuelco. La miró, frunciendo el ceño, su calma empezando a resquebrajarse. “¿A qué te refieres?” dijo, la voz más aguda de lo que pretendía. Ana dudó, atrapada entre la cautela y la necesidad de hablar. “Debo contarte algo. No quiero que me malinterpretes ni nada por el estilo, no es mi vida, pero creo que estoy en la obligación de al menos preguntarte.”

El pulso de Luis se aceleró, un latido sordo resonándole en las sienes. Ana continuó, sus ojos fijos en él. “¿Tú sabes que Carmen tiene un amigo con el que se ve habitualmente? Es de Zaragoza, sé que han quedado alguna vez que él vino a Madrid. Creo que trabaja en la delegación de allí de su empresa. Me lo contó ella, pero no sé nada más.” No dio detalles —no mencionó los hoteles, los gritos, el sexo—, pero dejó caer suficiente para que la mente de Luis empezara a girar. La confesión lo atravesó como una lanza, un dolor agudo clavándose en su pecho. “No sé nada de ese amigo,” respondió, la voz temblorosa, las manos sudándole mientras las apretaba contra la barra. De pronto, piezas sueltas del rompecabezas de los últimos meses encajaron: las salidas, los días de gimnasio extra, las noches en que llegaba agotada pero distinta, más viva.

Su imaginación saltó al peor escenario posible: Carmen con otro hombre, risas compartidas, cuerpos entrelazados. El mareo lo golpeó como una ola, la sangre abandonándole el rostro. Se tambaleó en el taburete, y Ana lo notó al instante. “Luis, Luis… tranquilo,” exclamó, levantándose para sostenerlo por la espalda. “¡Un vaso de agua, por favor!” gritó al camarero, que se apresuró a traerlo. Ella se lo dio, su mano firme en su hombro mientras él bebía, el agua fría calmándole apenas el nudo en la garganta. “Perdóname por decirte esto, ¿estás mejor?” preguntó, su voz cargada de culpa. Luis asintió, aunque no era cierto, recomponiéndose lo justo para no derrumbarse allí mismo.

Ana respiró hondo, midiendo sus siguientes palabras. “Es posible que no haya ido a más, pero tampoco me parece correcto que Carmen te lo haya ocultado. No le digas nada, comprende la situación en la que me dejarías a mí, pero creo que debías saberlo y por eso te consulté antes.” Luis la miró, los ojos húmedos, un brillo de lágrimas que no llegó a caer. Agarró las llaves del coche del bolsillo, las manos temblando tanto que casi se le escapan. “Debo volver a la oficina,” murmuró, la voz rota, poniéndose en pie con torpeza. Pero Ana actuó rápido, arrancándole las llaves con un gesto firme. “Tranquilízate, pero tú en este estado no estás para conducir. Coge un taxi y lo mismo para volver a casa. Yo te devolveré las llaves el finde o el lunes, donde me digas, pero no voy a dejarte agarrar el coche así.”

Luis no protestó; no tenía fuerzas. Asintió, perdido en un torbellino de pensamientos, y salió del bar con pasos lentos, el sol golpeándole la cara como una burla. Ana se quedó en la barra, el refresco intacto, un nudo de culpa apretándole el pecho. No era venganza contra Carmen lo que le había movido —quería proteger a Luis, o eso se decía a sí misma—, pero ahora veía el caos que había desatado. Abrió la caja de los truenos, y el eco de sus palabras resonaba en su cabeza mientras él, en un taxi rumbo a la oficina, intentaba procesar una verdad que aún no podía nombrar.
Carmen, en su rutina, seguía tejiendo excusas, sin saber que Luis, sudando y temblando tras el café con Ana, empezaba a mirar su matrimonio con ojos nuevos, heridos, confusos.
 

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