Es fácil empatizar con los protagonistas de DL, su dependencia emocional les hace queribles por los demás..
Resultando en un común Talón de Aquiles para ellos, son demasiado queribles, lo que no les permite ser deseables.
Tipos que para follar necesitan conectar emocionalmente, que sin amor se les dificulta tener erecciones.
En esta última escena en su dormitorio, mientras al lado empotraban a Sara, Pablo dio indicios claros de como viene su comportamiento ante el morbo de ver con otro a una posible pareja sentimental.
Sería muy complicado para la dinámica en el trabajo que Javier, jefe de ambos, sea el autor de los orgasmos de Sara.
Es probable que no se desvele su identidad muy pronto, quizás al conocerla sabremos demasiado de la personalidad de Sara.
Por lo descrito, Sara debió estar suficientemente atendida por el follador de turno, aún así se da las ganas de responderle a Pablo.
En eso consiste el juego que se trae Sara, mantenerlo cerca, pendiente de ella.
Quizás enamorarlo para convertirlo en alguien que en forma incondicional cuide de ella.
No esperemos de Pablo algo que no puede ser, puede a muchos disgustarnos, pero sabemos lo que viene cuando leemos a DL.