Memorias de una solitaria

Es que últimamente está un poco parado este foro y hay que animarlo, ¿Donde se han metido los buenos autores?
¡Hombre! Estás en un hilo de uno de ellos. Y también hay otras buenas historias, dale tiempo.

No te preocupes y disfruta de la aventura italiana de Claudia. Aunque esto no parece que vaya a ser como Lieja ... aunque nunca se sabe.
 
¡Hombre! Estás en un hilo de uno de ellos. Y también hay otras buenas historias, dale tiempo.

No te preocupes y disfruta de la aventura italiana de Claudia. Aunque esto no parece que vaya a ser como Lieja ... aunque nunca se sabe.

Si esta historia me encanta y más ahora que vamos a conocer su aventura italiana, pero tampoco hay mucho más.
 
Bueno, en mi caso yo es que últimamente estoy más descargando todas las películas nuevas que se han acumulado en verano que en leer relatos, aunque alguno voy leyendo y en otras cosas.
De todas formas a mí me gustaba más la Residencia.
Ahora se supone que vamos a conocer que fue de Claudia aunque tampoco me da a mí que vaya a ser una vida super mega divertida ya que se centrara más en su Carrera que le habrá ocupado casi todo el tiempo de su vida.
 
Última edición:
Bueno, en mi caso yo es que últimamente estoy más descargando todas las películas nuevas que se han acumulado en verano que en leer relatos, aunque alguno voy leyendo y en otras cosas.
De todas formas a mí me gustaba más la Residencia.
Ahora se supone que vamos a conocer que fue de Claudia aunque tampoco me da a mí que vaya a ser una vida super mega divertida ya que se centrara más en su Carrera que le habrá ocupado casi todo el tiempo de su vida.
Quizás empiece a gustarte más este relato cuando Claudia y Luis se reencuentran en el hospital y comiencen...
 
Es que últimamente está un poco parado este foro y hay que animarlo, ¿Donde se han metido los buenos autores?

En verdad que está lento esto. Al menos en lo que a mí interesa.

Algunas historias todavía se pueden seguir, pero en su mayoría han perdido esos ingredientes que les hace ser excitantes.
 
No creo que vaya a pasar. Definitivamente cada uno tiene su vida y no le veo yo engañando a Alba a la que ama con locura.
Estoy de acuerdo, Luis tiene todo lo que quería y tal y como lo quería. Lo de Claudia es el gusanillo de la conciencia, una penitencia no cumplida, bastaron unas palabritas de Claudia para que el peso de esa culpa se disipase e incluso hasta le traspasase una parte a la propia Claudia, para alivio de la conciencia de Luis.

En cuanto a lo que pase en la vida de Claudia, sí claro, la formación y el ejercicio de una especialidad muy exigente en medicina exige mucha dedicación. La cardiología es una de esas especialidades vitales en tiempo real, de lo que se haga en el momento preciso puede depender la vida de muchos pacientes, lo que requiere continua formación tanto en los avances fruto de la investigación, como con la incorporación constante de avances tecnológicos de diagnóstico y tratamiento.
A los médicos les gusta hablar de cosas de médicos con otros médicos, es natural, es vocacional, y se relacionan preferentemente con otros médicos, ya sabemos las historias de los hospitales ... es fácil encontrar "consuelo" entre colegas. Así que Claudia puede centrarse en su carrera y su profesión, y también darse unas buenas alegrías disfrutando de libertad y variedad. Ya veremos.

A mi personalmente me intriga la razón del título "Memorias de una solitaria", me recuerda a esa visión rancia como la de la canción de "La tieta" de Juan Manuel Serrat de quien no encaja en el modelo de "felicidad" de la familia católica tradicional. Claudia puede conseguir perfectamente vivir la vida que quiere y tal y como quiere, y tener sus momentos de felicidad como los tiene Luis, eso sí con una vida muy distinta a la de él, ojalá lo consiga. Ya veremos.
 
Última edición:
“Hola gordo¡¡¡

Por fin estoy instalada ya. No te he escrito antes porque no he parado desde que llegué. Me he quedado sin datos y no podía escribirte. Me he sacado un número nuevo de aquí. Es éste +39999999999. Grábame en tu móvil y podemos mandarnos mensajes.

Aprovecho para contarte todo lo que me ha pasado. Te dije que volaba de Málaga a Milán y de allí en tren a Bolonia, pero mi vuelo salió con retraso y cuando llegué a la estación de trenes no salía ninguno hasta el día siguiente. Tuve que buscar un hostal para pasar la noche en un barrio un poco chungo. La verdad que pasé algo de miedo.

Por la mañana salí en el primer tren a Bolonia y me fui directamente a la Universidad. Allí me daban dos opciones de alojamiento, residencia o piso compartido. He optado por el piso porque es más barato y la beca tampoco me da para muchos gastos. Rellené toda la documentación que me pedían en la oficina de atención al estudiante y me fui a llevar mis cosas al piso que me indicaron. Funcionan muy bien, mejor que en España, pues la propia universidad tiene un listado de pisos e inquilinos y te ofrecen según la cercanía a tu facultad de modo que en ocasiones compartes con compañeros.

El piso está muy bien. Es muy grande y convivimos 6 personas, todos estudiantes de medicina o enfermería. Esta universidad es increíble. Hay gente de todas partes. En mi piso estamos 4 chicos y dos chicas. Uno de los chicos es italiano, de Roma pero estudia aquí y comparte asignaturas conmigo. Se llama Gianni y está siendo muy amable. Los otros chicos son un húngaro de Erasmus que sólo va a dormir, un alemán Erasmus también y se supone que tiene que llegar otro español. La otra chica es italiana, se llama Tita y estudia enfermería.

Sólo compartimos salón y cocina pues los dormitorios son bastante amplios, individuales y con mesa de estudio. Y como hay dos baños los chicos han consentido en repartirnos uno para chicas y otro para chicos. Nos dan la opción de contratar wifi pero yo todavía no lo tengo aunque me hará falta. Sé que voy a pasar muchas horas encerrada estudiando en el cuarto y me alegro de tener un buen ventanal con vistas a la parte antigua de la ciudad.

Gianni y Tita son muy amables y ya he salido con ellos a conocer el campus y la ciudad. Las clases empiezan el lunes y dejaré de salir. Creo que he tenido suerte con los compañeros.

La ciudad es preciosa, con muchísimo ambiente universitario, cafeterías y actividades. Me encantaría que estuvieras aquí conmigo. Te estoy echando mucho de menos. Me encantaría enseñarte todo esto.

Te conozco y sé que te pones triste. No te preocupes, ya falta menos para que nos veamos. Espero que no estés encerrado en tu casa. Sal mucho y disfruta, que sé que te gusta más que a mí. Pero no dejes los estudios de lado que no estoy para vigilarte.

Un beso, mi gordo. TQM.

Estoy deseando que me escribas. P.D.: En la cama cabemos los dos.”

No tardó demasiado en responder:

“Hola princesa,

Me alegro de que todo te haya ido bien. Y también de tener compañeros apañados. ¡Cuidado con los italianos! Es broma. Yo ando gastando los días hasta que tenga que volver a la residencia. Tengo mucha pereza por volver. Sin ti me va a resultar muy diferente. Tengo miedo de meter la pata sin tus consejos.

Pero a la vez estoy deseando volver a la rutina, que este curso se pase rápido y reunirnos lo antes posible. Te acabas de ir y ya me siento perdido. En Navidad nos veremos, de todos modos espero que podamos hablar todos los días. Temo pasar demasiado tiempo alejados y no es por olvidar porque lo que he vivido contigo es algo único e irrepetible, pero quiero vivir muchas más cosas contigo. Ya te contaré como está todo en la residencia.

TQM, mi princesa”

Demasiado lacónico. Algo le pasaba pero estaba claro que no me lo quería contar.
 
Hasta que Luis rompió con ella, sabemos mas o menos lo que Claudia hizo por Italia. Es a partir de la ruptura lo que nos interesa saber, y cuales fueron sus reflexiones para tomar las decisiones que tomó después con respecto a Luis.
 
El empezar las clases y organizarme hizo que pensara menos en Luis. O mejor dicho, que no pensara constantemente en Luis. Gianni estaba siendo un buen compañero que me guiaba por la enorme facultad de medicina donde había estudiado la flor y nata de la profesión en Italia. Pero además insistía mucho en salir a tomar café uniéndosenos Tita.

Yo los primeros días me apunté pero poco a poco empecé a recortar mis salidas. El desorbitado precio por un café en un dedal y mi sentimiento de culpabilidad en los momentos de ocio me hicieron rehusar sus invitaciones. Pero sin embargo Tita sí empezó en cambio a venirse a mi dormitorio a darme conversación en los momentos de descanso en el piso. Costumbre a la que empezó a sumarse Gianni.

Yo se lo contaba todo a Luis, pero él a mí no. Nos escribíamos a diario e incluso llegamos a hacer alguna videollamada para vernos las caras. Yo sabía que me ocultaba algunas cosas porque Lourdes me contaba todo. Primero cuando Luis empezó a quedar cada vez menos con ellos lamentándose de ser la carabina de la parejita. Pero además Luis me ocultó que había empezado a quedar con compañeras de clase.

Sí me contaba cuando quedaba con los compañeros del equipo, o con su nuevo compañero de habitación, un tal Marcos que según Luis estaba un poco empenado. Si él se hubiera vito hace un año…

Pero no me contó que entre las compañeras de su clase con las que estaba saliendo estaba Marta. Yo entendía su precaución pues era su exnovia y no querría preocuparme. Yo viendo lo mal que habían acabado no temí por mi relación. Pero el hecho de que me lo ocultara sí me produjo cierta desazón.

Por el contrario sí que me habló de la chavala que había ocupado mi cama en mi cuarto de la residencia. Que me hablara tanto de ella me indicaba que no había peligro.

Pero unas semanas más tarde hicimos videollamada y si sentí algo raro. Era el puente de la Hispanidad. Luis había regresado a su ciudad a pasar esos días. Mientras en Granada más o menos podía saber de él, en su ciudad vivía exclusivamente de lo que él me quisiera contar.

Yo como siempre le contaba todo aquello a lo que yo le daba importancia. Había detalles que pasaban por mi cabeza que no tenía sentido contarle a Luis. ¿Sería importante haberle ocultado que Tita me había dicho que yo le gustaba a Gianni? ¿Para qué? El italiano era amable pero no me atraía. Yo estaba sólo para Luis y no quería más distracciones.

Pero mientras yo le contaba a mi novio cómo eran las cafeterías, el ambiente en la universidad, o las bromas del profesor de Fisiología sonó el teléfono de Luis. Hizo un extraño gesto con la cara al mirar la pantalla y le dije que contestara, pero no quería. Pero insistí. Luis se apartó de la cámara para hablar fuera de la habitación. ¿Me molestó el hecho de apartarse? Yo tampoco me abría en canal. No tenía motivos.

-¿Quién era?-no pude evitar la curiosidad.

-Una amiga. Me invitaba a una fiesta esta noche.

-Y vas, ¿no?

-No le he contestado.

-No desaproveches una fiesta, tonto, que ya sabes que con Lourdes poca fiesta vas a tener, bueno, o conmigo si estuviera allí…

-Si te tengo a ti tengo mejor que fiesta…

Me hizo sonreír y desechar la duda de quién sería esa amiga que me ocultaba.

-Eso no te lo niego, jajaja. Que yo también echo de menos esos ratitos contigo…Pero oye, vete a la fiesta, a lo mejor te sale plan…-dije guiñándole un ojo con complicidad.

Pero ofendido y bastante nervioso me respondió:

-¿Qué me estás diciendo Claudia? Déjate de tonterías…

-Ya sabes que no soy celosa. No te puedo tener a pan y agua por haber decidido irme.

-Pero es que yo quiero sólo contigo…-respondió con la mirada baja.

Ahí se me aceleró el corazón y sentí un nudo en el estómago. Yo también quería abrazarlo, y besarlo, y echarme en su pecho, y…

-¿Te quieres hacer una pajilla?- le solté a bocajarro.

-¿Qué dices loca? Jajajaja.

-Como sólo quieres conmigo a lo mejor andas cargadito.

-Pero es que así en plan frío. No querrás que me saque la polla aquí en medio…

-Para mí, tonto. ¿O no te la sacas cuando estamos juntos? Además me viene bien verla…

-¿Y eso?- preguntó.

-Para recordarla mejor cuando me toco pensando en ti…

No iba a ocultar a mi novio que me relajaba pensando en los momentos vividos juntos.

-¿Te tocas pensando en mí?- preguntó alelado.

-Yo también me alivio, gordo…-le dije bajando el tono de voz.

-¿Y en qué piensas cuando lo haces?

-En mi gordo…en las cositas que hemos hecho. En tu olor…y tu sabor…

-Yo también pienso en ti, princesa…-respondió con la voz entrecortada.

-¿Y qué se te viene a la mente?-pregunté con mucha curiosidad.

-Tus tetitas…

-¿Te gustan mis tetitas?

-Ya sabes que me vuelven loco…

-Tú sabes que sólo son tuyas, ¿verdad?

-Ajam…-respondió mientras yo veía su brazo moverse. Se estaba masturbando.

Admito que la situación me estaba poniendo bastante caliente y dejándome llevar me quité el top mostrándole mis pechos con los pezones erguidos por mi propia excitación.

-Ten, mi vida…son tuyas…- se las ofrecí.

Luis se puso de pie enseñándome su polla durísima. No pude evitar relamerme mientras decía:

-Qué rico estás mi vida…no sabes las ganas que tengo de que me folles de nuevo…

Luis no respondía pues yo sólo veía su abdomen apretado y su mano subiendo y bajando con fuerza por el tronco de su polla.

-Ojalá pudiera sacarte yo tu lechita, gordo…- respondí con mi mano ya dentro de mi braga comprobando que mi excitación ya las mojaba.

Pero de golpe Luis se guardó su churra de nuevo sentándose bruscamente para decirme que sus padres acababan de llegar. Me dijo que ahora me escribía y cortó la videollamada.

Aunque me cortó el punto me hizo gracia y le escribí un mensaje:

“Casi te pillan con el cipote en la mano, jajaja. Bonita forma de conocer a mis suegros. Tú empalmado y yo en tetas, jajaja”.

En realidad había sido una situación graciosa. Yo no creía mucho en el cibersexo aunque ya habíamos tonteado Luis y yo alguna vez al separarnos en la residencia pero ahora empezaba a verlo como una forma de mantener caliente nuestra relación. Si mi novio se relajaba viendo mi cuerpo por una pantalla lo haría. Quizá así evitaba que buscara otras tetas.

De hecho aquella noche terminé lo que había empezado con Luis recordando la visión de sus abdominales apretadas y su polla en la pantalla mientras mi lengua se paseaba entre mis labios intentando recordar la suavidad de su glande. Le había mentido en realidad. Era la primera vez que me masturbaba desde que nos habíamos separado.
 
Sin embargo no volvimos a intentarlo en las siguientes videollamadas. Hablábamos mucho y nos decíamos cuanto nos echábamos de menos. Pero no volvió a aparecer el sexo entre nosotros. ¿Luis estaría servido y por eso no lo intentaba?

No iba a comerme la cabeza por eso. Además empezaba a tener un problema que me incomodaba. El último inquilino del piso que acababa de llegar era un español que estaba de Erasmus. Pasaba de las clases y sólo pensaba en fiestas. Lástima desaprovechar así una beca tan interesante, pero no todos tenemos las mismas necesidades ni intereses.

El problema es que se empeñó en montar una fiesta en el piso a la que sólo me opuse yo. Técnicamente el reglamento de la universidad prohibía celebrar fiestas en sus pisos pero, para qué engañarnos, estábamos en Italia y el reglamento se cumplía poco.

Como faltaba mucho para los exámenes de diciembre accedí a que se celebrara la fiesta aunque yo dije que me quedaría en mi cuarto. Sin embargo, fue imposible. Las risas, la música…no había forma de concentrarse en nada y acabé en el salón tomando una copa para alegría de mis amigos italianos.

Yo nunca había estado en una fiesta así y no me gustó demasiado. Todo era un poco forzado. Beber por beber. Se notaba que la gente no buscaba sólo un rato de charla, música o baile y me mosqueé viendo como una pareja se colaba en mi cuarto sin pedir permiso. No me apetecía nada encontrarme la cama llena de semen o a saber qué más.

Cuando quise entrar para impedirlo Gianni me retuvo sujetándome con fuerza. ¿Cómo pensaba aguarles la fiesta? Pregunté por Tita pero me dijo que ella sí se estaba divirtiendo con un tío en su dormitorio. El problema es que me propuso que nosotros lo hiciéramos en el suyo.

Por supuesto me negué y se puso muy pesado, bastante sobón y cuando lo rechacé abiertamente incluso violento sin llegar a agredirme pero sí verbalmente. Me asusté bastante. ¿A quién podía contarle lo sucedido? A nadie. El último a Luis. Me pediría que me fuera de allí inmediatamente. Después a Lourdes, pero terminaría contándoselo a Luis. A Tita…pero ella estaba en su cuarto follando con un tío. Y el mío ocupado.

Muy nerviosa pensé en salir del edificio pero era demasiado tarde. Me encerré en el baño con unas enormes ganas de llorar sin llegar a romper las lágrimas en mis ojos. Ya hubo un Negro, y nunca jamás tendría sexo de forma forzada. No iba a engañar a Luis sólo porque el italiano estuviera caliente.

Salí del baño temerosa de que volviera a insistir. Efectivamente me observaba atravesando el salón. No quería enfrentarme de nuevo a Gianni. Parecía bastante borracho. Pero tenía los ojos clavados en mí. Así que me dirigí a mi dormitorio para evitarlo. Abrí la puerta sin acordarme de que había entrado una pareja. Efectivamente una chica cabalgaba entre grititos a un tío en mi cama.

Se sorprendieron al verme entrar y se extrañaron, y hasta se mosquearon al decirles que salieran de mi dormitorio. La chica se vistió enfadada mientras el chico me increpaba por haberles cortado el punto desnudo con la polla tiesa sin ningún rubor. Secamente les dije que se fueran a follar al baño y la chica tiró del chico para salir del dormitorio mientras él me hacía el saludito con el dedo y me decía algo en un idioma que no entendí. Que me insultaran en arameo era lo que menos me preocupaba en ese momento.

De nuevo sentí la soledad que tantas veces me había acompañado en los últimos años desde que me tuve que ir a vivir con mi tía. Otra vez ocultando mi pensamiento. Otra vez tragándome las palabras sin sentirme segura de contarle a alguien lo sucedido. Y cómo echaba de menos a Luis.

Al día siguiente Tita vino a hablar conmigo al ver que yo no salía de mi dormitorio. Había dormido vestida aunque tapada pues la parejita de haber manchado algo habría sido el edredón que no llegaron a abrir. Le conté lo ocurrido con Gianni y le quitó importancia. De hecho hablando con ella intuí que justificaba la actitud de nuestro compañero de piso. ¿Dónde había quedado la camaradería femenina?

Hablar con Tita me hizo sentirme aún más sola. El lunes fui a la oficina de atención al estudiante a intentar cambiar de alojamiento pero a mediados de octubre la universidad no tenía nada libre, y además irme a uno privado me encarecería bastante la estancia. Tendría que quedarme.

Los días siguientes sentí el rencor de Gianni y la condescendencia con él de Tita. Además en la facultad solía ir con él por lo que mi sensación de soledad se acentuaba. Estuve tentada de contarle a Luis lo sucedido pero me daba miedo su reacción. Sólo le conté a Lourdes que no me llevaba muy bien con los compañeros de piso pero sin explicarle la causa.

Al fin al llegar el siguiente fin de semana Gianni intentó disculparse conmigo. Me soltó el típico discurso de que estaba borracho, que se dejó llevar por la euforia y me reconoció que yo le gustaba mucho. Tita era testigo de la conversación. No terminaba de entender la actitud de la chica justificando a su compatriota y buscando convencerme ¿de qué? ¿De que me liara con él?

Menuda alcahueta. ¿Y ella qué sacaba? Fuese como fuese tuve que sopesar entre vivir aislada o mantener una suerte de convivencia pactada con ellos. Gianni me prometió que no volvería a ocurrir tras yo recordarle que tenía novio. Y para hacer las paces me ofrecieron irnos los tres a pasar unos días a los Alpes.

Aquello me sonó a encerrona pero ¿Qué podrían hacerme? ¿Violarme? No parecían tan malas personas y su arrepentimiento, no tanto por el hecho, sino por las formas parecía sincero. Dije que me lo pensaría pero la insistencia de Tita me hizo aceptar la invitación. Gianni quería empezar de nuevo como buenos amigos y olvidar su mal gesto en la fiesta Erasmus. Lo que no podría imaginarme es que aquel viaje tendría sorpresa y que esa sorpresa dificultaría mi convivencia en el piso aún más.
 
No voy a hacer spoiler de la sorpresa por si no la recordáis. Pero yo si me acuerdo.
Aunque eso dado mi memoria es normal.
Todavía recuerdo los resultados y los goles del Sevilla desde 1986-87, cuando empezó a gustarme el fútbol.
 
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