Memorias de una solitaria

Aquí está, viene ya tan feliz
Con sus flechas de amor para ti
Quizás también para mí
Sí, también para mí.

Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas
Están entre tu pelo y en tu forma de mirar
Son las flechas que se clavan una vez y otra vez más
Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas


Solo para boomers con solera.
Esto no es de boomer !!!
Es de mis padres!!!
🤣🤣🤣
 
Aquí está, viene ya tan feliz
Con sus flechas de amor para ti
Quizás también para mí
Sí, también para mí.

Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas
Están entre tu pelo y en tu forma de mirar
Son las flechas que se clavan una vez y otra vez más
Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas


Solo para boomers con solera.

Yo, por ejemplo, al menos lo de boomer, lo de con solera, a ratos. ;)
 
A la mañana siguiente no estuve demasiado atenta en clases pensando en cómo solventar la papeleta del fin de semana. Luis no podía saber nada pero tampoco podía apartarlo. Era mi novio, me había dado una sorpresa preciosa y yo tenía que buscar el equilibrio entre disfrutar del momento y no erosionar más mi convivencia en el piso.

Siempre estaba igual. Nunca disfrutaba plenamente de las cosas. No me dejé llevar con Luis por los estudios, cuando ya no pude evitarlo vivía agobiada por los estudios, después separados, después peleados por la beca…era imposible disfrutar la felicidad plena de los últimos días de la residencia y la playa.

Sin tener del todo claro como podía salir aquello tras comer nos subimos al coche de Gianni y tomamos la carretera. Luis estaba incómodo. Se lo notaba. Por eso me pasé todo el trayecto cogiéndole la mano y acariciándolo. Pero me incomodaba más la actitud de Gianni, abiertamente hostil a la presencia de Luis. Respondía de forma seca y lanzaba preguntas incómodas a mi novio, que estaría bastante decepcionado de pensar que no era el fin de semana que él habría previsto. Más aún cuando vio el alojamiento pues los cuatro compartíamos habitación.

Admito que para mí la situación era también bastante incómoda pues habría preferido tener intimidad para hablar y follar con mi novio cuanto me apeteciera. Me sentía culpable por haberlo llevado allí en vez de afrontar el problema. Pero esa era yo: incapaz de afrontar las cosas. No fui capaz de decirle a mi novio que me iba y ahora era incapaz de explicarle mi situación en aquel piso.

Su decepción era evidente y me lo hizo saber:

-Princesa, yo quería estar a solas contigo…

-Pero gordo, si hubiera sabido que venías me habría organizado de otra manera. Ya sabes que no ando sobrada de dinero y no iba a perder este viaje. Mejor contigo, así tengo mejor recuerdo de este sitio- intenté convencerlo.

-Pero yo quiero…ya tu sabes contigo…

-Ya veremos cómo lo hacemos…jajajaja. Que yo también te tengo ganitas.

Y tanto que tenía ganas de pasarme todo un fin de semana con él abrazada a su cuerpo o con él dentro de mí. Si no fuera tan importante para mí aprovechar aquella beca lo habría mandado todo a la mierda por él en ese momento.

Además Gianni no ayudaba y seguía con su actitud borde con Luis. No ocultaba su molestia con la presencia de mi novio. A saber cuáles serían sus planes. Al decidir irnos a dormir Gianni y Tita se cambiaron con naturalidad y yo para no hacerle la situación más incómoda a Luis los imité con cuidado de no enseñarle las tetas a Gianni. Nunca fui excesivamente pudorosa pero no me apetecía darle ese premio. Además su cuerpo me desagradó enormemente. Muy delgado y velludo por todo el cuerpo, piernas, pecho, barriga, y con unos terribles slips muy ajustados, nada que ver con lo bien que le quedaban los boxers a mi niño que algo cortado se quedó también en calzoncillos.

Luis se metió en la litera de abajo conmigo mientras Gianni durmió en la otra superior y Tita en la inferior. Pero Luis quería fiesta y yo estaba bloqueada. No podía ponerme a follar con mi novio a dos metros de los dos italianos. Ellos no eran Lourdes y Víctor. Para frenar a Luis tuve que pedirle que esperara al día siguiente. Se conformó aunque yo misma tuve que evitar comprobar la erección que sabía que tenía durmiendo abrazado a mí.

Por la mañana al despertarse de nuevo intentó meterme mano. Me pareció excesivo no dejarle acariciarme así que estuvo unos instantes con su mano acariciando mis tetas mientras me pegaba el paquete al culo. Sentir su caricia en mis pezones y su dureza entre mis nalgas me estaba encendiendo por lo que corté levantándome para ducharme.

Allí coincidí con Tita que me alabó el gusto con Luis diciéndome que era muy guapo. Tal y como la iba conociendo no sabía como interpretarlo. Con lo abierta que aparentaba mostrarse capaz era de plantear un cambio de pareja o cualquier cosa rara. Aunque quizá se iba más de boquilla que de realidad, pues salvo el día de la fiesta en el piso nunca la había visto con nadie, aunque tampoco salía tanto con ella como para saber. Pero desde luego no había traído a nadie.

Ese día teníamos planeada una ruta de senderismo hasta un lago cerca dela frontera austriaca. Luis no venía preparado para aquello así que salió con sus zapatillas y su chaquetón nada apropiado para la alta montaña. Desde luego no contaba con estar en un sitio tan frío a primeros de noviembre. Estaba tan preocupada por él que casi ni me fijo en el paisaje espectacular que surgió detrás de la niebla entre circos glaciares y riscos verticales. ¡Qué lastimita me daba el pobre! Él viniendo a darme una sorpresa y yo tratándolo así.

Pero para colmo Luis estaba con la mosca detrás de la oreja. Y no podía callárselo:

-¿Hay algún motivo por el que tu amigo me mire tan mal?

-¿Quién? ¿Gianni? Pero si es superamable- mentí.

-Contigo. Yo creo que le gustas.

Joder, algo se olía pero no creo que se imaginara la verdad.

-Apenas me habla y me trata como si le molestara mi presencia. Sólo encuentro ese motivo- explicó.

-Luis, de verdad. Yo no me he dado cuenta. Te juro, que yo no…

-Claudia. Tranquila. He dicho que le gustas. Nadie mejor que yo puede entender que tú le gustes a alguien. No te culpo. Pero te lo estoy diciendo para que lo sepas. A veces los tíos interpretamos amabilidad con lo que no es y nos hacemos esperanzas…

Tenía que dejarle claro que él era el único. Me di cuenta de que mi actitud con Luis no estaba siendo correcta y que debía comportarme con naturalidad con mi novio y olvidarme del italiano. Así que empecé a abrazarlo, tirar de su mano o besarle la mejilla cuando me apetecía. Luis parecía también más relajado. Incluso Gianni parecía no haberse creído del todo que de verdad Luis era mi novio y al verme ahora comportarme de forma más natural también se relajó y empezó a ser menos cortante con él. Al final parecía que no estaba siendo tan mala idea todo.
 
Pero al acostarnos Luis quería jugar. Qué diantre, y yo también. Pero la idea de hacerlo en la misma habitación que mis compañeros de piso pese a la completa oscuridad no me atraía nada. Además admito que soy bastante ruidosa en el sexo. Pero aunque intenté detener a Luis, tenerlo pegado a mí con sus manos acariciando mis pechos y sus boca tan cerca me hicieron desistir y entregarme a algo que yo misma deseaba.

Cuando sus dedos descubrieron mi humedad era imposible dar marcha atrás y cuando me susurró al oído que me iba a clavar la polla fui incapaz de negar lo que yo esperaba que hiciera. No quería tener su dedo entre mis piernas sino todo su cuerpo clavándose en mí.

Sin embargo cuando fue a quitarme las bragas intenté detenerlo. ¡Gianni se había acostado en la litera de abajo y seguro que nos oía! En realidad se merecía saber que sólo me abría de piernas para Luis, pero temía su reacción cuando mi novio se marchara. Debí hacer ruido pues Luis me pidió callar aprovechando para desnudarme. Estábamos destapados. Menos mal que la oscuridad era total. Noté como se había quitado sus calzoncillos y acaricié su polla durísima e incluso algo húmeda. ¡Qué rico estaba!

No me dio tiempo a pensar se montó sobre mí encajándose entre mis piernas. Estaba tan mojada que su polla se deslizó dentro de mí haciéndome vaciar los pulmones y abrazándolo. Si estaba deseando sentirlo ¿por qué me cohibía tanto el italiano? Con mi amiga Lourdes habríamos estado disfrutando de nuestros novios sin cortarnos. Pero con Tita y Gianni me cortaba.

Ya era tarde Luis me clavaba su polla haciéndome sentir todo su cuerpo y para ahogar mis gemidos besaba y mordía su hombro. Su respiración se agitaba la mía era incontenible. Y para terminar de vencerme en el ímpetu de sus envestidas me susurró al oído:

-Te quiero Claudia…

Desarmada y vencida respondí que yo también justo en el momento en que su sexo y su amor me llevaban al éxtasis de forma repentina. Pero Luis o no se dio cuenta o simplemente quería más pues siguió dándome caña con fuerza dejándome sin respuesta provocando que se prolongara mi placer. Creo que mis manos se agarraban a su pecho mientras me follaba intentando trasmitirle mi placer como si fuese el biberón de una batería de coche descargada. De golpe se detuvo y se salió de mí provocándome un gran vacío.

Noté como sus piernas se colocaban a mis lados porque no veía nada. Entonces comprendí sus intenciones. Me había plantado la polla en la cara y yo la recibí con gusto. Al principio intenté subir la cabeza para mamársela pero me agotaba hasta que él empezó a follarme la boca mientras yo misma me daba placer con mis manos.

No sé cuanto tiempo estuvimos así pero Luis no debió tardar mucho en llenarme la garganta con su semen. Su orgasmo disparó el mío pero de golpe Luis desapareció dejándome abandonada en la cama mientras me recuperaba de mi segundo orgasmo. Era incapaz de moverme o reaccionar. Sólo sentí que al poco regresaba. Debía haber salido de la habitación y ahora volvía. Pues sentí como me tapaba con las sábanas y se abrazaba a mí hasta que me quedé dormida. Me había olvidado por completo de los dos italianos.

Sin embargo por la mañana mi conciencia regresó y me di cuenta de que no tenía las bragas puestas. Rebuscando desperté a Luis:

-¿Qué pasa princesa?-me preguntó despabilándose.

-Gordo, no encuentro mis bragas.

-Estarán entre las sábanas.

-Ayúdame a encontrarlas.

Miré bajo las sábanas que Luis sujetaba pero nada. Ni debajo de nuestros cuerpos ni entre las piernas.

-Bájate la camiseta y sal de la cama a buscar otras bragas. Sólo yo sé que este culito precioso está desnudito.-dijo con guasita mientras yo seguía buscando entre sus piernas.

Yo no estaba para bromas recordando lo que habíamos hecho por la noche y consciente de que mis compañeros nos habían oído con seguridad.

-Ya que estás por ahí podías aprovechar y hacerme una mamadita, jajaja.

Le di tan fuerte en la barriga que pensé que le había hecho daño pero el muy capullo seguía con la coña:

-Mira lo que me asoma, princesa…

-Luis, de verdad, que no es el momento.

-Pero tú mira.

Vi entonces mis bragas asomando por el elástico de su calzoncillo.

-Eres un capullito.

-Capullo el que tengo ahí dentro.

-Dámelas, anda.

-Cógelas. ¿O ya no te atreves?

Con sigilo intenté tirar de ellas para sacarlas de sus boxers pero Luis seguía con los juegos que en realidad no me estaba haciendo nada de gracia y más cuando me agarró la mano metiéndola en su calzoncillo para que notara que la tenía dura. Aún así la rodeé con mi mano agarrándola mientras le decía que no podíamos hacer nada:

-Es de día. Nos van a ver…

-¿Tú crees que anoche no se dieron cuenta del polvo que echamos? Compartís pisos y hacéis fiestas Erasmus. ¿Me vas a decir que ninguno de tus compañeros se ha tirado a nadie en esas fiestas?

Ya empezaba a ver por dónde iban los tiros…

-Pero yo me retiraba a mi habitación dejándolos de fiesta, Luis. Ya sabes como soy.

Saqué mis bragas de su calzoncillo tras soltar su churra y me las puse con cierta prisa. Lo besé y salí de la cama mientras Luis me miraba contrariado:

-Que tontín es mi novio. Llevo meándome desde que me he despertado.

En el baño me di cuenta de que Luis estaba celoso. Y mi actitud recelosa con él de los días anteriores y la absurda situación le daban la razón. No se merecía el puente que yo le estaba dando. No es lo que queríamos ninguno de los dos.
 
Continúa la operación "Blanqueando a mi Luis" ¡Pobre Claudia, le toca asumir taaantos errores!

En el relato de Luis no hubo ni un remordimiento, ni el reconocimiento de ningún error por su parte en ese viaje. Y ahora Claudia justificando siempre cada actitud, cada gesto, cada acción de su niño.

En fin, me gusta la historia de Claudia al margen de ese niñato egoísta y caprichoso, cuya memoria parece que quiera rehabilitar desde su visión de enamorada de un niño maravilloso. Me gusta mucho más conocer su historia antes de conocer a Luis o después de su separación, ya metida de cabeza en su vocación.
 
Última edición:
Continúa la operación "Blanqueando a mi Luis" ¡Pobre Claudia, le toca asumir taaantos errores!

En el relato de Luis no hubo ni un remordimiento, ni el reconocimiento de ningún error por su parte en ese viaje.

En fin, me gusta la historia de Claudia al margen de ese niñato egoísta y caprichoso, cuya memoria parece que quiera rehabilitar desde su visión de enamorada de un niño maravilloso. Me gusta mucho más conocer su historia antes de conocer a Luis o después de su separación, ya metida de cabeza en su vocación.
Si al final le voy a coger cariño y todo al caprichosillo…
¿Donde se quedó la chica segura de sí misma y con ideas claras?
Esta Claudia con remordimientos, insegura y dubitativa no es la misma que discute con luis cuando entiende que este intenta “tutelarla” en el viaje que hace a madrid a presentar los papeles.

En cualquier caso, toda estas facetas que se nos muestran de Claudia luis las desconocía y por lo tanto es difícil que blanqueen sus infidelidades, sus actitudes ni sus decisiones.
 
En el baño me di cuenta de que Luis estaba celoso. Y mi actitud recelosa con él de los días anteriores y la absurda situación le daban la razón.
Chica no te equivoques!!!
Si está celoso es su problema!!!
Que alguien no se sienta cómodo echando un polvo en una habitación compartida o que se tenga que acoplar a un viaje programado con anterioridad no es motivo para estar celoso.
 
Aquí alguno desde luego no formaría un club de fans.
Con lo tranquilo que venía yo de haber pasado la tarde de tapeo con mis colegas. Y me encuentro esto. Respetable pero no lo comparto.
 
Ahora Luisito, cuando vuelva a Sevilla, se desahogará a gusto con Inés.
Nieves, con Nieves, y con Blanca ... con Blanca y con Nieves ... Luis, el enanito celoso o Luis, el enanito infiel.
Pobre Claudia, el amor es ciego, pero ciego de verdad, ver con esos ojos a menudo niñato egoísta impresentable.

Porque en esa época es lo que era Luis, luego, gracias a sus propias cagadas tal vez se moderó un poco, no por reflexionar y reconocer sus errores sino por los palos recibidos, pero en esa época era un egoísta irresponsable, a los hechos me remito.
 
Última edición:
Aquí alguno desde luego no formaría un club de fans.
Con lo tranquilo que venía yo de haber pasado la tarde de tapeo con mis colegas. Y me encuentro esto. Respetable pero no lo comparto.
No lo dudes, de aquel Luis no sería fan ni aunque me obligasen por tradición familiar de la cofradía.

Pero a mi lo que más me molesta es que hay pasajes que más que contarnos el punto de vista de Claudia, están escritos para defender, por boca de Claudia, a Luis de las críticas que muchos lectores vertieron sobre su actitud frente a su breve y tormentosa relación con ella, plagada de cagadas del pardillo que se creía lo que no era. Y me jode que para eso se "utilice" a un personaje que se había ganado el aprecio de muchos.

Sí yo soy del club de fans de Claudia y nunca sería del club de fans de Luis, aunque el chaval tenía una historia interesante y nos dio grandes tardes de entretenimiento. Y como cualquier miembro de un club de fans, defenderé a Claudia siempre, incluso frente a su autor si este mancha su memoria, como tú defenderás a tu Sevilla incluso frente a un presidente que atentase contra lo que crees que es el espíritu de tu club.
 
Última edición:
No lo dudes de aquel Luis no sería fan ni aunque me obligase la RFEF.
Y la opinión no sólo es respetable sino compartida.
A mi lo que me molesta de verdad es que hay pasajes que más que contarnos el punto de vista de Claudia, están escritos para defender, por boca de Claudia, a Luis de las críticas que muchos lectores vertieron sobre su actitud frente a su breve y tormentosa relación con ella, plagada de cagadas del pardillo que se creía lo que no era. Y me jode que para eso se "utilice" a un personaje que se había ganado el aprecio de muchos.

Sí yo soy del club de fans de Claudia y nunca sería del club de fans de Luis, aunque el chaval tenía una historia interesante y nos dio grandes tardes de entretenimiento. Y como cualquier miembro de un club de fans, defenderé a Claudia siempre, incluso frente a su autor si este mancha su memoria, como tú defenderas a tu Sevilla incluso frente a un presidente que atentase contra lo que crees que es el espíritu de tu club.
Pues precisamente ahora el Presidente del Sevilla no es santo de devoción de casi ningún sevillista.
Yo es que soy más objetivo y me caen bien tanto Luis como Claudia, por eso de mi boca no va a salir muchas críticas a Luis, más allá de las necesarias.
Pero bueno, estás en tu derecho de criticar ferozmente y desproporcionadamente a Luis.
Por cierto compartida por los demás, por mí segurísimo que no. Pero vamos de aquí a Pekin que no. Y lo dejo aquí por qué me voy a calentar más de lo que debería.
 
Última edición:
Insisto, aunque sé que en esto estoy solo. No me sale ser muy duro con Luis. Todos cometemos errores y no veo porque hay que ser tan duro con él.
Por qué te caiga bien Claudia no tienes porqué atacar ferozmente a Luis como están haciendo algunos. Y sé que me estoy metiendo en un charco. Pero sí nadie lo defiende, yo si lo voy a hacer.
 
Por qué te caiga bien Claudia no tienes porqué atacar ferozmente a Luis como están haciendo algunos.
Por el hecho de que algún personaje te caiga mejor que otro no quiere decir que tengas que cortarle la cabeza a nadie. Eso queda fuera de duda.
Mi esposa es la persona más bonita y sexi que ha pisado este planeta y ello no quiere decir que todos los demás seamos unos seres asquerosamente feos. Pero es una realidad que algunos si lo son.
El luis post adolescente que pasa los primeros años universitarios con un ego híper subido es de los que sí son feos. El de después…pues cada uno lo juzgará con los criterios necesarios en cada situación.
¿Cómo era aquello que decían sobre el culo del caso de valle Inclán?
Pues eso.
 
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