Memorias de una solitaria
- Thread starter almutamid
- Start date
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
Carlos Sevillista
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 2,802
- Reputación
- 10,629
A veces las segundas opciones son las buenas. En mi equipo hay muchos ejemplos.Tu y yo sabemos que lo de Alba fue su segunda opción.
Te doy un ejemplo. Kanoute no era la primera opción. Fue un brasileño llamado Fred, y resulta que salió magnífico.
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
No voy a negar eso, pero el caso es que solo fue a por Alba cuando Claudia le cortó cualquier intento de acercamiento. Y seguro que está bien con Alba, pero no tiene la conexión que tenía con Claudia.
Carlos Sevillista
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 2,802
- Reputación
- 10,629
No, te digo que no pero a los Sevillistas nos hizo más felices Freddy Kanoute que lo que posiblemente nos hubiera hecho el tal Fred.
Pues aquí, probablemente ha pasado lo mismo.
Pues aquí, probablemente ha pasado lo mismo.
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
Bueno, aún no está todo escrito.
En realidad fue la tercera opción.
Claudia, Ines ( creo que se llamaba así la del trastero) y Alba.
La cuarta si metemos a marta en la lista.
Esto no quiere decir que no fuese la adecuada para luis. Entre iguales nos reconocemos y Alba es la más igual a luis que sale en la historia.
No es que tuviesen conexión, porque cuando Alba presentaba un poco de… discrepancia se liaba, es que son del mismo pensar.
Tampoco hubo conexión con Claudia.
Hubo un “enamoramiento” del primer mes idealizado por las circunstancias sucesivas. Me refiero a luis, claro.
con quien más conexión real le vi fue con la del supermercado.
Herpilis
Miembro muy activo
- Desde
- 23 Jun 2023
- Mensajes
- 574
- Reputación
- 3,094
Ayer vivimos una Diada Castellera de la Mercè impresionante. Todas las calles que conducían a la plaza Sant Jaume se desbordaron, y toda la plaza se convirtió en una gran "pinya" que llevó en volandas a los castellers.
Una vivencia colectiva llena de valor, compromiso y cooperación, nada más.
Organización, trabajo duro durante todo el año, confianza en tu compañero o compañera, todos colaborando para que el más insignificante llegue a lo más alto, el éxito del más pequeño es el éxito de todos, todo envuelto de emoción.
La Guardia Urbana informó de una afluencia de más de 50.000 personas alrededor de la plaza Sant Jaume, el resto de la ciudad era un hervidero también con cientos de actos de "carrer" y cultura popular.
Perdido en medio del Carrer del Bisbe, intentando llegar a la plaza Sant Jaume, me he acordado de Luis y sus bullas de Semana Santa.
Una vivencia colectiva llena de valor, compromiso y cooperación, nada más.
https://i.*********/gx1vQI1.jpg
https://i.*********/ldik4Mn.jpg
https://i.*********/Wx4TbQs.jpg
Entre el público me pareció ver a alguien parecido a aquella catalana de Banyoles que estudiaba antropología en Lieja mientras Luis estudiaba traducción e interpretación, iba con un grupo de una Colla Castellera. Todos iguales hombres, mujeres, niños y niñas, todos participando cada uno dentro de sus posibilidades, unos en la "pinya", otros en el tronc y la valiente "enxaneta", nombre al que algunos atribuyen un origen etimológico procedente del árabe andalusí zanati, que da origen a atzanet palabra usada para referirse a un "jinete ligero" de la tribu berebere de los Zenati. Por eso de que la enxeneta cabalga sobre el aixecador como quien cabalga un caballo, y es el componente más ligero del castell. Cuantos lazos hay en España gracias a la arabización, que como la romanización, fueron nuestras dos principales transferencias culturales.https://i.*********/ldik4Mn.jpg
https://i.*********/Wx4TbQs.jpg
Organización, trabajo duro durante todo el año, confianza en tu compañero o compañera, todos colaborando para que el más insignificante llegue a lo más alto, el éxito del más pequeño es el éxito de todos, todo envuelto de emoción.
La Guardia Urbana informó de una afluencia de más de 50.000 personas alrededor de la plaza Sant Jaume, el resto de la ciudad era un hervidero también con cientos de actos de "carrer" y cultura popular.
Perdido en medio del Carrer del Bisbe, intentando llegar a la plaza Sant Jaume, me he acordado de Luis y sus bullas de Semana Santa.
Última edición:
Bixlu
Miembro muy activo
- Desde
- 21 Jun 2023
- Mensajes
- 15,976
- Reputación
- 56,587
Impresionante
javieron
Miembro muy activo
- Desde
- 20 Jun 2023
- Mensajes
- 1,137
- Reputación
- 4,836
Cuál es la altura record?
Esto fue el año pasado en Tarragona.
Los Castellers de Vilafranca cargan un pilar nunca visto: "Ha sido brutal"
El pilar de 9 con 'folre', 'manilles' y 'puntals' se había intentado una sola vez hace 20 años
amp.elperiodico.com
Esto es como todo lo relacionado con el folclore o las tradiciones de los otros. A veces las menospreciamos por desconocimiento y porque es fácil.
Cuantas veces me oído ridiculizar las Sardanas. Un baile popular y espontáneo donde se puede unir cualquiera que pasa por ahí, y sabe bailarlas. Que se ponga cualquiera que no sepa y a los pocos segundos se retirará avergonzado.
Ignoramos mucho y solemos echar mano de tópicos que por tópicos suelen ser ridículos.
Lo de los castellets es un espectáculo de los grandes.
Si tenéis ocasión de presenciarlo alguna vez no lo dudéis.
Malegroverte
Miembro
- Desde
- 23 Jun 2023
- Mensajes
- 9
- Reputación
- 42
Buenas tardes
A mi me gusta releer de vez en cuando algunos relatos que me gustaron bastante en su día, y es algo que estaba haciendo con La Residencia. Pero con la desaparición de la anterior web, solo he podido encontrar un sitio donde está publicada, aunque incompleta.
¿Sabría alguno decirme si hay posibilidad de encontrarlo por algún lado?
Me pasa algo parecido con los relatos de Franrel, que era otro autor que me gustaba, y al que he perdido la pista.
Os agradezco cualquier información al respecto.
A mi me gusta releer de vez en cuando algunos relatos que me gustaron bastante en su día, y es algo que estaba haciendo con La Residencia. Pero con la desaparición de la anterior web, solo he podido encontrar un sitio donde está publicada, aunque incompleta.
¿Sabría alguno decirme si hay posibilidad de encontrarlo por algún lado?
Me pasa algo parecido con los relatos de Franrel, que era otro autor que me gustaba, y al que he perdido la pista.
Os agradezco cualquier información al respecto.
Carlos Sevillista
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 2,802
- Reputación
- 10,629
Es que es una auténtica putada. Porque a mí también me gustaba leer relatos de allí y ahora es imposible. La verdad es que está difícil poder volver a acceder a esos relatos.
Cuando tenga algo de tiempo intentaré volver a publicar "La Residencia" en este foro.
En cuanto a los castellers he tenido la suerte de poder disfrutarlos cuando he ido a Cataluña aunque no de forma tan masiva pues era siempre en alguna localidad más pequeña que Barcelona. Una de las grandezas de España está precisamente en sus fiestas populares y como la gente participa de ellas.
En cuanto a los castellers he tenido la suerte de poder disfrutarlos cuando he ido a Cataluña aunque no de forma tan masiva pues era siempre en alguna localidad más pequeña que Barcelona. Una de las grandezas de España está precisamente en sus fiestas populares y como la gente participa de ellas.
Borja regresó a su ciudad tras nuestro revolcón en el sofá del salón de mi apartamento para buscar todo lo que quería llevarse a Córdoba. Una vez instalado allí quedamos en que yo iría a pasar unos días con él cuando tuviera mi primer descanso. Aunque nos faltaba el lenguaje típico de las parejas que empiezan nos escribíamos o nos llamábamos constantemente.
Mientras, yo empezaba mi nueva rutina. Me convertí en la sombra del doctor García, mi adjunto en el hospital público. Lo acompañaba en todo. Visitar pacientes, seguimiento, labores administrativas, y por supuesto en el quirófano. Además como también dirigía un equipo en una clínica privada, siendo miembro destacado de la sociedad que me había becado allí también lo acompañaba haciendo mis jornadas de trabajo muy largas pero a la vez muy emocionantes.
De hecho, de pupila con el paso del tiempo me fui convirtiendo en amiga y admiradora de mi mentor, convirtiéndome en asidua en las cenas y reuniones que organizaba tanto en su gran piso de un barrio burgués de la ciudad como en el chalé que tenía en el Aljarafe donde solía celebrar fiestas de inauguración o clausura de la temporada de verano.
Su mujer, prestigiosa abogada de la ciudad se terminó convirtiendo en mi amiga y letrada de referencia permitiéndome conocer a lo más granado del mundo jurídico y médico de la ciudad. Pero no me quiero adelantar tanto, pues aún me quedan cosas que contar de mi primer año de residencia.
Varias semanas después me fui en tren a Córdoba para pasar unos días con Borja. Pese a su insistencia en quedarme en su casa creí más conveniente hacerlo en casa de mi tía, pues nuestra relación por el momento para mí no pasaba de ser un revolcón entre dos amigos. Ni siquiera habíamos echado un polvo. Borja pareció molestarse pero lo entendió.
Lo que no había calculado es que tendría que presentárselo a mi tía. Llegué a la ciudad al mediodía y me dirigí a casa de mi tía de la que aún conservaba la llave de cuando era mi hogar de estudiante de bachillerato. Cuando llegó mi tía comimos juntas y nos fuimos de compras por el centro. Estaba empeñada en que tenía que mejorar y ampliar mi vestuario para dar buena impresión en el trabajo.
Allí le hablé de Borja y se empecinó en que tenía que invitarlo a cenar. El pucelano vino encantado y, valga la redundancia, estuvo encantador con mi tía y conmigo recordándome los días del curso en Madrid cuando lo conocí. Mi tía con su tacto habitual se excusó para dejarnos solos cuando Borja propuso tomar una copa tras la cena. Una vez solos la copa cayó en su apartamento y no me la llegué a terminar. Teníamos algo pendiente y nos íbamos a desquitar.
Ya en el sofá estábamos comiéndonos la boca y con la ropa revuelta. Desde aquel día en mi sofá le había cogido el gusto a sentarme en su muslo para comernos la boca dada su altura. Aunque se le notaban las ganas lo notaba falto de iniciativa por lo que su camisa acabó desabrochada antes que mi ropa. Tenía ganas de disfrutar de ese torso que tan nerviosa me había puesto cuando lo había visto en el hotel de Madrid.
Me lancé a acariciar su piel tan suave y besarle el pecho. Su respiración se enronquecía. Por fin tomó la iniciativa de llevarme al dormitorio. Allí se lo puse fácil despojándome de mi vestido para quedarme sólo en bragas.
-Que bonita eres…- dijo mientras se quitaba los pantalones.
Madre mía. Si con el pijama parecía modelo ahora ya lo confirmaba. Me alegraba de que fuese paradito en cierto sentido pues con lo bueno que estaba acabaría tirándose a medio hospital de Córdoba.
Sin embargo echaba de menos que se marcara más su calzoncillo comprobando que no estaba empalmado. No era tan rápido como Luis. Ya lo había comprobado al masturbarlo unas semanas antes. Más besos y caricias. Y por fin se fue a por mis pechos sentándose en la cama mientras yo de pie le sujetaba la cabeza mojando mis bragas.
Estaba disfrutando las sensaciones de nuevo de dejar a otra persona descubrir tu cuerpo mientras yo descubría el suyo. Deseaba lanzarme pero algo me frenaba y no sabía exactamente qué era. Borja me gustaba físicamente y como persona pero aún me faltaba esa confianza que te permite mostrarte tal como eres sin miedo a dar una mala impresión a la otra persona. Aunque también admito que la ausencia de erección también me cortaba.
Me senté frente a él apoyando mis rodillas a ambos lados de sus muslos para poder besarnos. Él aprovechó para acariciarme la espalda y el culo nunca sobrepasando un límite que me pudiera resultar incómodo aunque yo estuviera deseando que lo traspasara. Me obligaba a tomar de nuevo la iniciativa y bajé mis manos por su abdomen hasta alcanzar su calzoncillo. Su polla reaccionó al contacto de mi mano iniciando su endurecimiento.
Borja gemía, y más cuando colé la mano dentro del calzoncillo acariciando su glande. Me gustó su suavidad y como hacían estremecer a su dueño mis caricias a su falo. No tardó demasiado en tener el tamaño y dureza suficientes para la penetración por lo que me deslicé para tumbarme en la cama. Mi nueva pareja reaccionó levantándose para irse a la mesilla de noche.
-No he olvidado comprar condones…
Pude observar como con cierta parsimonia que me impacientaba sacó la caja, la abrió, consiguió un envoltorio y lo dejó sobre la mesilla. Se quitó el calzoncillo enseñándome un culillo demasiado pequeño para ese cuerpazo. Al abrir el envoltorio para sacar el preservativo pude ver su polla circuncidada de la que colgaban dos pequeños testículos haciéndola parecer desproporcionada sin serlo.
En mi impaciencia me quité las bragas. No podía percatarse de que me había rasurado para él pues no había llegado a tocarme en nuestro primer encuentro. No sé si le gustó o no pues no expresó nada al verme completamente desnuda limitándose a volver a la cama tumbándose a mi lado para retomar los besos. Por fin poco a poco fue echándose sobre mí obligándome a abrir las piernas para colocarse entre ellas y dirigir su polla a mi chocho que la esperaba impaciente.
Fue un misionero largo con muchos besos y caricias y constantes cambios de ritmo de Borja que me llevaba al borde del orgasmo con intensidad para detenerse y buscar penetraciones mas lentas y profundas que me llenaban provocando placer. No sé si era mi deseo, su buen hacer o el casi año entero sin practicar sexo con otra persona, pero alcancé un orgasmo bastante intenso que se prolongó pues mi amante pareció controlar el momento exacto para vaciarse dentro de mí mientras yo aún seguía temblando de placer.
Pese a su aparente frialdad nuestro primer polvo estuvo muy bien. Y por supuesto ni se me ocurrió vestirme para irme a dormir con mi tía, sino que con las caricias y arrumacos posteriores a nuestro primer polvo me quedé a dormir abrazada a mi nuevo hombre.
Mientras, yo empezaba mi nueva rutina. Me convertí en la sombra del doctor García, mi adjunto en el hospital público. Lo acompañaba en todo. Visitar pacientes, seguimiento, labores administrativas, y por supuesto en el quirófano. Además como también dirigía un equipo en una clínica privada, siendo miembro destacado de la sociedad que me había becado allí también lo acompañaba haciendo mis jornadas de trabajo muy largas pero a la vez muy emocionantes.
De hecho, de pupila con el paso del tiempo me fui convirtiendo en amiga y admiradora de mi mentor, convirtiéndome en asidua en las cenas y reuniones que organizaba tanto en su gran piso de un barrio burgués de la ciudad como en el chalé que tenía en el Aljarafe donde solía celebrar fiestas de inauguración o clausura de la temporada de verano.
Su mujer, prestigiosa abogada de la ciudad se terminó convirtiendo en mi amiga y letrada de referencia permitiéndome conocer a lo más granado del mundo jurídico y médico de la ciudad. Pero no me quiero adelantar tanto, pues aún me quedan cosas que contar de mi primer año de residencia.
Varias semanas después me fui en tren a Córdoba para pasar unos días con Borja. Pese a su insistencia en quedarme en su casa creí más conveniente hacerlo en casa de mi tía, pues nuestra relación por el momento para mí no pasaba de ser un revolcón entre dos amigos. Ni siquiera habíamos echado un polvo. Borja pareció molestarse pero lo entendió.
Lo que no había calculado es que tendría que presentárselo a mi tía. Llegué a la ciudad al mediodía y me dirigí a casa de mi tía de la que aún conservaba la llave de cuando era mi hogar de estudiante de bachillerato. Cuando llegó mi tía comimos juntas y nos fuimos de compras por el centro. Estaba empeñada en que tenía que mejorar y ampliar mi vestuario para dar buena impresión en el trabajo.
Allí le hablé de Borja y se empecinó en que tenía que invitarlo a cenar. El pucelano vino encantado y, valga la redundancia, estuvo encantador con mi tía y conmigo recordándome los días del curso en Madrid cuando lo conocí. Mi tía con su tacto habitual se excusó para dejarnos solos cuando Borja propuso tomar una copa tras la cena. Una vez solos la copa cayó en su apartamento y no me la llegué a terminar. Teníamos algo pendiente y nos íbamos a desquitar.
Ya en el sofá estábamos comiéndonos la boca y con la ropa revuelta. Desde aquel día en mi sofá le había cogido el gusto a sentarme en su muslo para comernos la boca dada su altura. Aunque se le notaban las ganas lo notaba falto de iniciativa por lo que su camisa acabó desabrochada antes que mi ropa. Tenía ganas de disfrutar de ese torso que tan nerviosa me había puesto cuando lo había visto en el hotel de Madrid.
Me lancé a acariciar su piel tan suave y besarle el pecho. Su respiración se enronquecía. Por fin tomó la iniciativa de llevarme al dormitorio. Allí se lo puse fácil despojándome de mi vestido para quedarme sólo en bragas.
-Que bonita eres…- dijo mientras se quitaba los pantalones.
Madre mía. Si con el pijama parecía modelo ahora ya lo confirmaba. Me alegraba de que fuese paradito en cierto sentido pues con lo bueno que estaba acabaría tirándose a medio hospital de Córdoba.
Sin embargo echaba de menos que se marcara más su calzoncillo comprobando que no estaba empalmado. No era tan rápido como Luis. Ya lo había comprobado al masturbarlo unas semanas antes. Más besos y caricias. Y por fin se fue a por mis pechos sentándose en la cama mientras yo de pie le sujetaba la cabeza mojando mis bragas.
Estaba disfrutando las sensaciones de nuevo de dejar a otra persona descubrir tu cuerpo mientras yo descubría el suyo. Deseaba lanzarme pero algo me frenaba y no sabía exactamente qué era. Borja me gustaba físicamente y como persona pero aún me faltaba esa confianza que te permite mostrarte tal como eres sin miedo a dar una mala impresión a la otra persona. Aunque también admito que la ausencia de erección también me cortaba.
Me senté frente a él apoyando mis rodillas a ambos lados de sus muslos para poder besarnos. Él aprovechó para acariciarme la espalda y el culo nunca sobrepasando un límite que me pudiera resultar incómodo aunque yo estuviera deseando que lo traspasara. Me obligaba a tomar de nuevo la iniciativa y bajé mis manos por su abdomen hasta alcanzar su calzoncillo. Su polla reaccionó al contacto de mi mano iniciando su endurecimiento.
Borja gemía, y más cuando colé la mano dentro del calzoncillo acariciando su glande. Me gustó su suavidad y como hacían estremecer a su dueño mis caricias a su falo. No tardó demasiado en tener el tamaño y dureza suficientes para la penetración por lo que me deslicé para tumbarme en la cama. Mi nueva pareja reaccionó levantándose para irse a la mesilla de noche.
-No he olvidado comprar condones…
Pude observar como con cierta parsimonia que me impacientaba sacó la caja, la abrió, consiguió un envoltorio y lo dejó sobre la mesilla. Se quitó el calzoncillo enseñándome un culillo demasiado pequeño para ese cuerpazo. Al abrir el envoltorio para sacar el preservativo pude ver su polla circuncidada de la que colgaban dos pequeños testículos haciéndola parecer desproporcionada sin serlo.
En mi impaciencia me quité las bragas. No podía percatarse de que me había rasurado para él pues no había llegado a tocarme en nuestro primer encuentro. No sé si le gustó o no pues no expresó nada al verme completamente desnuda limitándose a volver a la cama tumbándose a mi lado para retomar los besos. Por fin poco a poco fue echándose sobre mí obligándome a abrir las piernas para colocarse entre ellas y dirigir su polla a mi chocho que la esperaba impaciente.
Fue un misionero largo con muchos besos y caricias y constantes cambios de ritmo de Borja que me llevaba al borde del orgasmo con intensidad para detenerse y buscar penetraciones mas lentas y profundas que me llenaban provocando placer. No sé si era mi deseo, su buen hacer o el casi año entero sin practicar sexo con otra persona, pero alcancé un orgasmo bastante intenso que se prolongó pues mi amante pareció controlar el momento exacto para vaciarse dentro de mí mientras yo aún seguía temblando de placer.
Pese a su aparente frialdad nuestro primer polvo estuvo muy bien. Y por supuesto ni se me ocurrió vestirme para irme a dormir con mi tía, sino que con las caricias y arrumacos posteriores a nuestro primer polvo me quedé a dormir abrazada a mi nuevo hombre.
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
Versionatore
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,011
- Reputación
- 4,146
Franrel también tiene relatos en la oTRa página, pero no están todos. Pienso que cuando tenga algo que publicar, publique también aquí, y de paso que publique todo lo que tenía en Pajis. A mi también me gustaba releerlo de vez en cuando.