Memorias de una solitaria

Contradicción!!!
Si Valladolid es el norte y África empieza en la margen derecha del Ebro algo no cuadra en la clase de geografía. 🤪🤪🤔😇

Ten cuidado donde sitúas el norte vaya a ser que alguno se moleste.
Si hasta se desprendieron de Cantabria y La Rioja cuando crearon las comunidades autónomas porque estaban muy cerca del norte…

Va a venir algún caminante blanco y te va a dar.
🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦
 
Está bastante claro que dice eso porque los hechos se sitúan en Andalucía, donde tienen mucha más gracia que en resto de España para todo probablemente

Algunos sois de quisquillosos... 🤣
Nos tienen envidia, Keranos. Más quisiera el colega ser de aquí 😁.
PD: Es coña que luego se lía. Estoy de broma.
Desde ayer estoy, no sé porque de buen humor. Estoy Lukebakizado.
 
Por cierto. Estoy como cuando te ponen una película de esas con sucesivos cambios de tiempo. Que si estoy en el momento en el que estaban en la residencia. Luego me hace un cambio de juego y pasa a un momento más actual. Ahora vuelvo a la épica de la residencia. 🤯🤯
 
En este capítulo es que me he perdido. Vamos a ver. Empieza hablando de su historia con Borja, que es cuando ya había terminado con Luis y luego empieza a hablar de una llamada con Vanessa, que por cierto no la recuerdo muy bien, y se supone que en ese momento ya no estaban juntos o no?. Vaya lío!!!!
 
Está bastante claro que dice eso porque los hechos se sitúan en Andalucía, donde tienen mucha más gracia que en resto de España para todo probablemente

Algunos sois de quisquillosos... 🤣
Que vais a tener gracia ni leches si no pilláis un tonto intento de haceros hablar un poco.
Anda ya…gracia dice!

Y estés donde estes, los de la meseta no son del norte.
 
Que vais a tener gracia ni leches si no pilláis un tonto intento de haceros hablar un poco.
Anda ya…gracia dice!

Y estés donde estes, los de la meseta no son del norte.
No te cabrees, hombre. Que es de buen rollo todo. Además aunque algunos se emperren, España lo forman todas las regiones, sean del Sur del norte o del Centro.
 
Mucha sensibilidad veo por aquí por razones que no lo ameritan a mi entender. Y ya no es la primera vez.

Si tienen problemas, no sería mejor resolverlo por interno?, los demás tratamos de disfrutar una historia.
 
Lo del norte y el sur siempre es relativo. Para los andaluces de Despeñaperros para arriba todo es Alemania, o sea el norte. Así que desde ese punto de vista un señor de Badajoz o de Ciudad Real está al norte. O sea al norte de nosotros.

Y siguiendo con la coña, lo que está al este del norte es el noreste. En este caso al este de Alemania pues está Polonia...
 
La fecha parecía de broma: 28 de diciembre. ¿Quién iba a ser la inocente? Más que como la receptora de una broma de mal gusto hice de tripas corazón porque me moría de ganas por estar con Luis. Saber que me ponía los cuernos no había cambiado mi deseo pero sí había aumentado mi miedo. Sorprendentemente no contaba con dejarlo, temía ser víctima de la fecha y como aquellos niños inocentes que tuvieron la mala suerte de nacer a la vez que Jesús, tenía miedo a morir abandonada por el que sentía en ese momento como mi primer y único amor que se me escapaba de las manos por haberme alejado de él.

Hablando con él en Navidad me costó que no se me notara el disgusto que tenía por la venganza de Vanessa. Él parecía normal y deseoso de recibirme. Yo también lo estaba. Pero mis recelos eran grandes. Intentaba pensar que sólo jugaba con aquella chica y que no estuviera realmente enamorándose de otra persona. Y encima yo había colaborado no tratándolo como se merecía en Italia. Quizá era mi castigo. ¿Estaría pensando en dejarme? ¿Me iba a hacer ir para eso? No tenía sentido.

Habría preferido vivir en la ignorancia. Sin la llamada de Vanessa habría ido feliz. Además la noche anterior mirándome en el espejo me vi fea. Había adelgazado pues con el ambiente tenso con Gianni y Tita en el piso había perdido el apetito. Veía mis caderas y mis costillas demasiado marcadas y mis pechos como dos pequeños conos que asomaban sobre ellas. Además mi palidez era exagerada incluso para mí.

Mientras me rasuraba el pubis me sentí fea y seguramente inferior físicamente a la chica que le comía la polla a Luis en un parque, como yo había hecho en verano…¿Por qué me sentía culpable? Yo sólo estaba intentando labrarme un futuro. Había hecho lo que tenía que hacer. Sabía que Luis era débil. Pero ahora era yo la que temblaba como un flan en un autobús en dirección a Sevilla entre el mar de olivos de la Campiña.

Cuando el autobús aparcó en la estación de Prado de San Sebastián me alarmé. No lo veía. Pero al salir por la puerta del autobús ya lo vi apoyado en su muleta ligeramente apartado de la gente que esperaba seguramente para no ser pisado. No pude reprimir entonces la alegría del reencuentro y sonreí lanzándome a por el comiéndomelo a besos mientras me abrazaba.

-¿Quieres un café?- me preguntó tras nuestras muestras de cariño.

Relajada por su actitud al recibirme le dije la verdad:

-Tengo más prisa por hacerte el amor.

Me sonrió complacido e hizo el además de cargar con mi mochila.

-¿Cómo vas a cargar tú con las mochilas y la muleta? Anda trae bobo…

Respondí liberada del peso de mis miedos. Me daba igual que se follara a quien quisiera si me quería a mí. Esa era mi condición cuando me fui y Vanessa sólo me había alarmado. Pero era mi Luis es que me recogía. Mi gordo, el de siempre.

El hotel estaba bastante cerca de la estación pero Luis no podía andar demasiado rápido así que tardamos un rato en llegar. Yo pensaba que iríamos a un hostal cutre de los que rodean las estaciones pero me sorprendí entrando en un hotel de tres estrellas en una céntrica avenida. Y más cuando al subir a la habitación Luis abrió las cortinas de un gran ventanal y entró la luz de una mañana limpia de invierno y tras ella pude ver una maravillosa vista del centro de la ciudad con el Alcázar en primer plano y la catedral dibujándose entre el apretado casería del barrio de Santa Cruz.

Yo no necesitaba esos lujos, pero el gesto de Luis había sido muy bonito y además su esfuerzo denotaba interés. El que yo no había tenido con él en Bolonia. Solté las mochilas en el suelo y me lancé a desnudarlo. Costó sacar su pantalón con la férula en el tobillo pero entre los dos lo conseguimos. Sin prolegómenos y sin pudor. Los dos desnudos frente a frente observando nuestros cuerpos.

Luis estaba cambiado. El mentón más marcado. El pecho ancho y los hombros más fuertes. Estaba recién afeitado y su pubis rasurado y suave como pude comprobar después. Fue un instante pues de inmediato nos tumbamos en la cama colmando el deseo de pegar nuestros cuerpos, especialmente nuestros labios. Los nubarrones de mi mente se esfumaban.

Pero la prisa se ralentizó al tenernos. Yo besé su cuello, sus hombros, pecho y barriga y él me imitó evitando mis pechos. Incluso cuando se acercaba peligrosamente a mi pubis lo evité. Todavía no. Era el momento de redescubrirnos que para follar había tiempo. No sentía la necesidad del orgasmo que me llevó otras veces a buscar su penetración inmediata. No tenía prisa. Ahora sólo quería su cuerpo Su piel. Su respiración. Besar y morder sus pezoncillos hasta sacarle una sonrisa mimosa de sus preciosos labios. No quería romper el momento iniciando un sexo frenético y aunque él parecía impacientarse por momentos aceptaba mi juego y regresaba a mi barriga o mi cuello hasta que atrapó mis pezones.

No sé qué sentirá un hombre cuando chupa una teta. Supongo que será un morbo y un deseo similar al que las mujeres experimentamos al hacerlo con una polla. Pero las sensaciones tan placenteras que a mí me generaban los labios de Luis apoderándose de mis pezones mientras su lengua los rozaba era indescriptible. Y él los disfrutaba entre gemiditos roncos. No necesitaba ofrecerle mis pechos pues él los tomaba, amasaba y mamaba con pasión mientras ahora sí me hacía sentir la mujer más deseada del mundo.

Aunque yo ya había rozado su pecho me lancé de nuevo a por sus pezoncillos. Me gustaba su pecho fuerte. Ya me gustaba mi canijo de antes pero es que mi novio con tanto ejercicio se estaba poniendo buenorro.

Su tercer intento de llegar hasta mi pubis con su boca y sentir su respiración cerca me hicieron ser consciente de lo empapada que estaba y me dispuse a recibirlo:

-Ya tengo ganas de sentirte dentro.

Me senté sobre él y sin miramientos agarré su polla durísima, que llevaba un rato evitando, y la dirigí a mi raja. Me quemaba al entrar de puro deseo. Me empalé en él perdiendo el control de mi respiración quedándome sin aire hasta que conseguí de nuevo tragar el oxígeno suficiente para no morir de placer. Me abracé a él que me recibió feliz. Se me escapó una lágrima de emoción y no lo oculté:

-Luis, me pasaría así toda la vida. Pegada a ti. Sintiéndote en lo más hondo de mi ser.

Relajado se dejó caer hacia atrás quedando tumbado y apoyando mis manos en su pecho comencé a cabalgarlo suavemente. Me perdía en sus ojos mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Quería sentirlo más y más. Pero quiso cambiar de postura y lo detuve:

-Te he dicho que te iba a hacer el amor yo…

Desistió dejándose hacer mientras yo marcaba un ritmo cada vez más alto en la penetración intentando que su polla recorriera todo mi coño y a la vez se clavara muy profunda. Ahora sí. Ya venía mi clímax. La primera contracción fue leve. En la segunda clavé mis uñas en su pechos y en la tercera ya no pude moverme más sintiendo el latigazo de placer. Cerré los ojos aunque aún veía los suyos mirándome mientras hacíamos el amor hasta que sentí que Luis levantaba su torso abrazándome mientras mi orgasmo se prolongaba. Cuando los espasmos de mi entrepierna empezaron a cesar fui capaz de decir:

-Mmmmm, Luis. Te necesitaba…

Me abrazó más fuerte mientras yo escondía mi cabeza en su pecho besándolo hasta que pensé que él no había terminado. Ma bajé de él y me tumbé a su lado agarrando su polla empapada por mi placer y empecé a masturbarlo hasta que entre estertores y gemidos agudos se vació sobre mi mano, su abdomen y su pubis.

Satisfecha fui al baño a por papel para limpiarlo y después me tumbé con la cabeza en su hombro abrazándolo. El sol atravesaba la ventana calentando nuestras pieles ya satisfechas de amor. Ya habían hablado los cuerpos, tocaba que hablar el corazón.
 
La fecha parecía de broma: 28 de diciembre. ¿Quién iba a ser la inocente? Más que como la receptora de una broma de mal gusto hice de tripas corazón porque me moría de ganas por estar con Luis. Saber que me ponía los cuernos no había cambiado mi deseo pero sí había aumentado mi miedo. Sorprendentemente no contaba con dejarlo, temía ser víctima de la fecha y como aquellos niños inocentes que tuvieron la mala suerte de nacer a la vez que Jesús, tenía miedo a morir abandonada por el que sentía en ese momento como mi primer y único amor que se me escapaba de las manos por haberme alejado de él.

Hablando con él en Navidad me costó que no se me notara el disgusto que tenía por la venganza de Vanessa. Él parecía normal y deseoso de recibirme. Yo también lo estaba. Pero mis recelos eran grandes. Intentaba pensar que sólo jugaba con aquella chica y que no estuviera realmente enamorándose de otra persona. Y encima yo había colaborado no tratándolo como se merecía en Italia. Quizá era mi castigo. ¿Estaría pensando en dejarme? ¿Me iba a hacer ir para eso? No tenía sentido.

Habría preferido vivir en la ignorancia. Sin la llamada de Vanessa habría ido feliz. Además la noche anterior mirándome en el espejo me vi fea. Había adelgazado pues con el ambiente tenso con Gianni y Tita en el piso había perdido el apetito. Veía mis caderas y mis costillas demasiado marcadas y mis pechos como dos pequeños conos que asomaban sobre ellas. Además mi palidez era exagerada incluso para mí.

Mientras me rasuraba el pubis me sentí fea y seguramente inferior físicamente a la chica que le comía la polla a Luis en un parque, como yo había hecho en verano…¿Por qué me sentía culpable? Yo sólo estaba intentando labrarme un futuro. Había hecho lo que tenía que hacer. Sabía que Luis era débil. Pero ahora era yo la que temblaba como un flan en un autobús en dirección a Sevilla entre el mar de olivos de la Campiña.

Cuando el autobús aparcó en la estación de Prado de San Sebastián me alarmé. No lo veía. Pero al salir por la puerta del autobús ya lo vi apoyado en su muleta ligeramente apartado de la gente que esperaba seguramente para no ser pisado. No pude reprimir entonces la alegría del reencuentro y sonreí lanzándome a por el comiéndomelo a besos mientras me abrazaba.

-¿Quieres un café?- me preguntó tras nuestras muestras de cariño.

Relajada por su actitud al recibirme le dije la verdad:

-Tengo más prisa por hacerte el amor.

Me sonrió complacido e hizo el además de cargar con mi mochila.

-¿Cómo vas a cargar tú con las mochilas y la muleta? Anda trae bobo…

Respondí liberada del peso de mis miedos. Me daba igual que se follara a quien quisiera si me quería a mí. Esa era mi condición cuando me fui y Vanessa sólo me había alarmado. Pero era mi Luis es que me recogía. Mi gordo, el de siempre.

El hotel estaba bastante cerca de la estación pero Luis no podía andar demasiado rápido así que tardamos un rato en llegar. Yo pensaba que iríamos a un hostal cutre de los que rodean las estaciones pero me sorprendí entrando en un hotel de tres estrellas en una céntrica avenida. Y más cuando al subir a la habitación Luis abrió las cortinas de un gran ventanal y entró la luz de una mañana limpia de invierno y tras ella pude ver una maravillosa vista del centro de la ciudad con el Alcázar en primer plano y la catedral dibujándose entre el apretado casería del barrio de Santa Cruz.

Yo no necesitaba esos lujos, pero el gesto de Luis había sido muy bonito y además su esfuerzo denotaba interés. El que yo no había tenido con él en Bolonia. Solté las mochilas en el suelo y me lancé a desnudarlo. Costó sacar su pantalón con la férula en el tobillo pero entre los dos lo conseguimos. Sin prolegómenos y sin pudor. Los dos desnudos frente a frente observando nuestros cuerpos.

Luis estaba cambiado. El mentón más marcado. El pecho ancho y los hombros más fuertes. Estaba recién afeitado y su pubis rasurado y suave como pude comprobar después. Fue un instante pues de inmediato nos tumbamos en la cama colmando el deseo de pegar nuestros cuerpos, especialmente nuestros labios. Los nubarrones de mi mente se esfumaban.

Pero la prisa se ralentizó al tenernos. Yo besé su cuello, sus hombros, pecho y barriga y él me imitó evitando mis pechos. Incluso cuando se acercaba peligrosamente a mi pubis lo evité. Todavía no. Era el momento de redescubrirnos que para follar había tiempo. No sentía la necesidad del orgasmo que me llevó otras veces a buscar su penetración inmediata. No tenía prisa. Ahora sólo quería su cuerpo Su piel. Su respiración. Besar y morder sus pezoncillos hasta sacarle una sonrisa mimosa de sus preciosos labios. No quería romper el momento iniciando un sexo frenético y aunque él parecía impacientarse por momentos aceptaba mi juego y regresaba a mi barriga o mi cuello hasta que atrapó mis pezones.

No sé qué sentirá un hombre cuando chupa una teta. Supongo que será un morbo y un deseo similar al que las mujeres experimentamos al hacerlo con una polla. Pero las sensaciones tan placenteras que a mí me generaban los labios de Luis apoderándose de mis pezones mientras su lengua los rozaba era indescriptible. Y él los disfrutaba entre gemiditos roncos. No necesitaba ofrecerle mis pechos pues él los tomaba, amasaba y mamaba con pasión mientras ahora sí me hacía sentir la mujer más deseada del mundo.

Aunque yo ya había rozado su pecho me lancé de nuevo a por sus pezoncillos. Me gustaba su pecho fuerte. Ya me gustaba mi canijo de antes pero es que mi novio con tanto ejercicio se estaba poniendo buenorro.

Su tercer intento de llegar hasta mi pubis con su boca y sentir su respiración cerca me hicieron ser consciente de lo empapada que estaba y me dispuse a recibirlo:

-Ya tengo ganas de sentirte dentro.

Me senté sobre él y sin miramientos agarré su polla durísima, que llevaba un rato evitando, y la dirigí a mi raja. Me quemaba al entrar de puro deseo. Me empalé en él perdiendo el control de mi respiración quedándome sin aire hasta que conseguí de nuevo tragar el oxígeno suficiente para no morir de placer. Me abracé a él que me recibió feliz. Se me escapó una lágrima de emoción y no lo oculté:

-Luis, me pasaría así toda la vida. Pegada a ti. Sintiéndote en lo más hondo de mi ser.

Relajado se dejó caer hacia atrás quedando tumbado y apoyando mis manos en su pecho comencé a cabalgarlo suavemente. Me perdía en sus ojos mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Quería sentirlo más y más. Pero quiso cambiar de postura y lo detuve:

-Te he dicho que te iba a hacer el amor yo…

Desistió dejándose hacer mientras yo marcaba un ritmo cada vez más alto en la penetración intentando que su polla recorriera todo mi coño y a la vez se clavara muy profunda. Ahora sí. Ya venía mi clímax. La primera contracción fue leve. En la segunda clavé mis uñas en su pechos y en la tercera ya no pude moverme más sintiendo el latigazo de placer. Cerré los ojos aunque aún veía los suyos mirándome mientras hacíamos el amor hasta que sentí que Luis levantaba su torso abrazándome mientras mi orgasmo se prolongaba. Cuando los espasmos de mi entrepierna empezaron a cesar fui capaz de decir:

-Mmmmm, Luis. Te necesitaba…

Me abrazó más fuerte mientras yo escondía mi cabeza en su pecho besándolo hasta que pensé que él no había terminado. Ma bajé de él y me tumbé a su lado agarrando su polla empapada por mi placer y empecé a masturbarlo hasta que entre estertores y gemidos agudos se vació sobre mi mano, su abdomen y su pubis.

Satisfecha fui al baño a por papel para limpiarlo y después me tumbé con la cabeza en su hombro abrazándolo. El sol atravesaba la ventana calentando nuestras pieles ya satisfechas de amor. Ya habían hablado los cuerpos, tocaba que hablar el corazón.
Pobrecilla.
Será duro darse cuenta que lo ha perdido.
Recuerdo cuando los había que decían que Claudia no se había comprometido con la relación y resulta dolorosamente claro que el que falló fue luis que en estos momentos ya tenía sustituta en mente. Y aún así aquí lo encontramos, en una habitación de hotel dejando que Claudia le haga el amor cuando ella está tan enamorada que cuando se de cuenta de la situación improvisara dándole una una excusa para que el chico tenga una salida mucho más digna de lo que se merece.

Al conocer el desenlace de la escena se me hace muy triste y me invade la pena por esa deliciosa chica.
 
Lo del norte y el sur siempre es relativo. Para los andaluces de Despeñaperros para arriba todo es Alemania, o sea el norte. Así que desde ese punto de vista un señor de Badajoz o de Ciudad Real está al norte. O sea al norte de nosotros.

Y siguiendo con la coña, lo que está al este del norte es el noreste. En este caso al este de Alemania pues está Polonia...
Y al sur de Alemania está Suiza pero no te despistes.
 
Pobrecilla.
Será duro darse cuenta que lo ha perdido.
Recuerdo cuando los había que decían que Claudia no se había comprometido con la relación y resulta dolorosamente claro que el que falló fue luis que en estos momentos ya tenía sustituta en mente. Y aún así aquí lo encontramos, en una habitación de hotel dejando que Claudia le haga el amor cuando ella está tan enamorada que cuando se de cuenta de la situación improvisara dándole una una excusa para que el chico tenga una salida mucho más digna de lo que se merece.

Al conocer el desenlace de la escena se me hace muy triste y me invade la pena por esa deliciosa chica.

Y es que encima ella se va a culpabilizar por no haber actuado bien cuando fue Luis a visitarla a Bolonia.
 
Y es que encima ella se va a culpabilizar por no haber actuado bien cuando fue Luis a visitarla a Bolonia.
Es que este luis, si al menos fuera del Betis… que son una gente medio elegantes, así con ese verde bonito que llevan. Aunque la cargan con el blanco que es sabido por todas las personas de bien que solo sirve para estar, copa en mano, en los chiringuitos ibicencos.
Y dicho esto me retiro que hoy hay partido.
 
Es que este luis, si al menos fuera del Betis… que son una gente medio elegantes, así con ese verde bonito que llevan. Aunque la cargan con el blanco que es sabido por todas las personas de bien que solo sirve para estar, copa en mano, en los chiringuitos ibicencos.
Y dicho esto me retiro que hoy hay partido.
Entonces Luis se pegaba un tiro, sobre todo a finales de la temporada pasada, que los pobres se llevaron unos cuantos zascas por hablar
eligió bien de equipo como yo.
 
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