Memorias de una solitaria

Podría juntarme en parejas con una ex si es que la conociera mucho tiempo, pero con alguien como Borja me parece innecesario. Siempre es incómodo presentar a las nuevas parejas.

En todo caso, se hubiera guardado que eran ex parejas y sólo que eran amigos.

No sé, es mi punto de vista. Trato de no complicarme innecesariamente.
Sí, en realidad sobraba esa reunión.
 
Tengo poco tiempo y solo diré una cosa.
“Eso era más charla de amigas que una confesión a una tía a la que empezaba a ver mayor, especialmente cuando se ponía las gafas de cerca.

Mayor y gafas de cerca.
Me has hecho sentir viejo, eso es por lo del meriva, no?
 
Tras mi recaída con Luis en la residencia y nuestra despedida de novela rosa temí que volviera a la carga como tras haber roto en Navidad. Pero me sorprendió comportándose de forma moderada y retomando la misma actitud amistosa que tuvo al principio de nuestra ruptura. De vez en cuando charlábamos contándonos qué hacíamos. Por supuesto él tenía más vida social que yo, pues la mía estaba muy limitada en mi barrio después de haber pasado años alejada de allí.

Su actitud me resultó tan tranquilizadora que cuando tuve que ir a Sevilla a informarme de las posibilidades de uso de mi beca incluso lo avisé para vernos. Era un viaje de ida y vuelta en el día por lo que no había peligro de recaída.

De nuevo mi actitud podría parecer contradictoria. De huir de él a avisarlo para vernos. Pero es que mis sentimientos por Luis eran verdaderamente contradictorios. Tras regresar de Granada me había masturbado varias veces rememorando los polvos que habíamos echado. Yo misma me autocastigaba después por el error, pero cerrar los ojos y transportarme de nuevo a aquella habitación de la residencia donde hicimos el amor dos veces despertaba en mi cuerpo sensaciones que había olvidado durante los meses anteriores.

Un día en la ducha acariciándome mi zona íntima mientras el agua tibia caía por mi piel me di cuenta de que seguía colgada por él de una forma especialmente física cuando mi madre me gritó desde la cocina que estaba gastando demasiado gas e iba a acabar con la bombona de butano. Por eso estar con él y controlarme sería una especia de terapia, de prueba a superar como la del alcohólico que le sirven una copa de vino.

Pero iba a ser una dosis pequeñita. Organicé todo para estar a primera hora en la ciudad, acudir a un centro de investigación en el Parque Tecnológico de Cartuja donde tenía una oficina la Sociedad Española de Cardiología desde donde coordinaban los proyectos de investigación en distintos hospitales de Andalucía. Tenía que entrevistarme con quien en el futuro se convertiría en mi mentor y aún no lo sabía, el doctor Francisco García. Era toda una eminencia, tanto en uno de los hospitales universitarios, como en una clínica privada y la propia sociedad.

En la entrevista él me explicaría como funcionaría la beca si optaba por quedarme en Sevilla y los cursos que debería hacer allí mismo para continuar con la formación programada para los becados y de paso yo debía justificar mi interés. Parecía una entrevista de trabajo, pero la pasión que ese hombre le ponía a su trabajo me terminó de convencer de que debía quedarme en la ciudad aun a riesgo de recaer con Luis.

De todos modos a él le quedaban dos años más de carrera en Granada y yo sabía que en Sevilla no había Escuela de Traducción, pues en aquella época sólo tenía una facultad en Granada para toda Andalucía.

Salí tan encantada de la entrevista, especialmente por cómo me animó el doctor García a optar por su proyecto que casi me olvido de que había quedado con Luis. Así que saliendo de la entrevista lo llamé para decirle que cogía el autobús un rato más tarde. Respondió que se vestía y venía corriendo pues su casa estaba cerca.

Mientras Luis llegaba entregué en el registro del centro de investigación mi documentación para proceder una vez aceptada a hacer el traslado de matrícula en la universidad, por lo que tendría que volver más adelante a Sevilla para formalizarla y buscar alojamiento.

Luis me encontró saliendo por la puerta. Quedaba poco tiempo para coger mi autobús por lo que cruzamos la pasarela de la Cartuja para llegar a la estación de autobuses. Teníamos algo más de media hora y nos tomamos un café frente a la estación.

Se le notaba ansioso por saber y yo no quería darle la noticia de que me quedaba en la ciudad pues me temía que volviera a la carga. Pero cuando preguntó directamente tuve que contestar.

-Bueno, ¿y qué papeles has echado hoy aquí?

-No te hagas ilusiones, Luis. Todavía no sé dónde voy a estar el próximo curso. Tengo reserva de plaza en las facultades de las tres ciudades, ya me he ocupado de ello, pero le instituto que me beca como te dije tiene tres sedes en España y una está aquí- mentí.

-Y has venido a solicitar plaza aquí…

-No. Bueno, sí. He venido aquí porque es el que me pilla más cerca de mi casa pero todavía no me dicen si tengo plaza aquí. Todavía puede tocarme en Madrid o Barcelona.

-Ojalá te toque aquí…

-Pero si tú no vas a estar, tontaina, jajaja.

-Pero puedo venirme todos los fines de semana.

-Que es cuando yo me iría…

-Que difícil te gusta ponerlo todo.

-Luis, yo siempre he sido la racional y tú el impulsivo. Yo la fría y tú el caliente…

-Bueno, a caliente tú también…

-No me refiero a eso, jajaja. Digo de mente. No te lo tomes como un obstáculo, simplemente plantéatelo como que porque yo me venga aquí no nos vamos a ver constantemente. Tú estudias allí y yo puede que aquí. Pero vamos a seguir separados.

Tenía necesidad de dejárselo claro pues prefería poner el parche antes del pinchazo a sabiendas de que me quedaba en la ciudad.

-Verte más que el año pasado para mí ya es un premio.

-Como ex novio cursi no tienes precio, jajajaja.

-No te rías de mí- respondió molesto- Puedo decírtelo así y de otras maneras pero en todas me rechazarías. Desde empezar por lo bonita que vienes con ese vestidito y el maquillaje que te has puesto hasta la alegría que me da verte tan pronto después de nuestra última despedida.

-Bueno, vengo algo arreglada porque tenía una entrevista esta mañana. Hay que dar buena imagen.

-La tuya es impecable… Claudia, no te estoy diciendo que por tu estar aquí y yo verte los fines de semanas vayamos a ser pareja de nuevo. Sé que no lo quieres y no voy a insistir, pero me ¿negarás verte?

Siempre tan zalamero. Primero me saca la sonrisa y después me lanza el dardo. ¿Le negaría el vernos? Sí…o quizá no. No podía responder y devolví una pregunta:

-¿Por qué no esperas a que sepa dónde voy? Prefiero que no digamos nada que el tiempo y la circunstancias conviertan en nada. Luis, ten paciencia. Controla sus impulsos. Recuerda lo que hablamos.

-Y la voy a tener. Por ti toda espera merece la pena.

Su positividad en ocasiones resultaba divertida y me hizo reír:

-No tienes remedio, jajaja. Pero hay que quererte como eres.

-Entonces me quieres…

-Ains, que cansino eres. No voy a tener otra vez la conversación contigo.

-Vale, pero al menos me avisarás con lo que te den o al menos cuando sepas donde vayas.

-Claro. Serás el primero en saberlo…- volví a mentir.

Pero mi respuesta lo dejó tan satisfecho que cambió de tema. Pero cuando insistió en volver a vernos con la excusa de perder el autobús zanjé el tema. Pagamos en la cafetería y cruzamos a la carrera la avenida pues se cerraba el semáforo. Luis me tendió la mano pero no se la cogí.

Efectivamente el autobús ya estaba en el andén y la gente subiendo. Me fui con prisa a la puerta y tras reconocerle que tendría que volver en verano a la ciudad me despedí de él con un abrazo. De forma espontánea le di un pico del que me arrepentí ya sentada en el asiento del autobús. Su cara de felicidad mirando desde el andén me confirmaba el error.

Quería estudiar en Sevilla pero me daba miedo retomar la relación con Luis. El problema es que si seguía viéndolo el riesgo de dejarme arrastrar de nuevo por el torbellino de personalidad sería mayor. Pero no iba a renunciar a mis deseos. Tendría que ver cómo hacerlo, porque en realidad yo no tenía ni idea. Ya ni sabía si de verdad quería hacerlo.
 
Imbuida en mi traslado y con las ideas claras de mi destino me pasé el verano arreglando papeles y pensando qué hacer con Luis. Finalmente pasé unos días con Lourdes en la playa. Aunque estaban sus padres en el apartamento nos pasamos casi todo el tiempo las dos solas en la playa o la piscina. Como buena amiga me apoyaba en todo y especialmente en una cosa: ella mantenía la amistad con Luis aunque se veían muy poco. Pero no le perdonaba su actitud. Si de verdad estaba por mí, ¿qué juego se traía con Marta? Y además con sus amiguitas…

Lourdes lo tenía muy claro. El Luis de ahora ya no era el mismo que habíamos conocido en la residencia, y si yo me planteaba algo con él sabía que terminaría mal. En eso mi amiga no difería demasiado de mi propio pensamiento.

Su problema además era que con Víctor las cosas tampoco iban demasiado bien. Se había vuelto taciturno y comodón. Cada vez menos cariñoso pero sí más exigente en lo sexual. Cada vez que ella no tenía ganas o no le apetecía alguna práctica él se lo tomaba mal. Y ella notaba que esa era muy mala señal.

Yo no me sentía capaz de aconsejarle. Venía de acostarme con mi ex que me había puesto los cuernos de mil formas. Así que ni podía reprocharle más dureza con su novio ni afearle que aguantara tales vejaciones. Echaba de menos haber tenido alguien así como Lourdes en Bolonia pues nunca fui tan abierta con Erika.

Apenas regresé a mi pueblo tuve una conversación por mensajes con Luis que confirmaba todo lo hablado con Lourdes. Él iba a insistir y yo tenía que evitarlo. Y si nos veíamos muy seguido el riesgo de acabar en sus brazos era inevitable. Por suerte Luis había perdido cierta confianza con Víctor y no se enteró de mi escapada con Lourdes, o al menos no la sacó a colación para forzar ese reencuentro metiendo a nuestros amigos por medio.

También pasé otra semana con mi tía en la costa de Cádiz. Ella era una segunda madre para mí como ya he contado, pero en muchos aspectos era también como una buena amiga, a la que podía contar mis confidencias y pedir consejo. Algo que no era capaz de hacer con mi propia madre. Una tarde sentadas en arena mientras tomábamos el sol esperando el ocaso me preguntó por Luis. Ella sabía que habíamos cortado pero como si intuyera que había pasado algo más, o quizá sabedora de mi marcha a Sevilla, quiso saber mis sentimientos hacia él.

-Lo he visto un par de veces desde mi regreso de Bolonia- respondí incómoda.

-¡Qué bien! ¿Y qué tal

No entendía su forma de celebrar cuando era conocedora de que habíamos terminado hacía tiempo. Yo no sabía por donde iban sus comentarios, así que me quedé callada cortada y ella insistió:

-Quiero decir que a pesar de haber acabado mantenéis vuestra amistad intacta…

-Bueno…

-¿Hay algo más que yo no sepa?- preguntó curiosa.

De nuevo mi silencio fue elocuente y fue ella la que adivinó que había novedades.

-¿Habéis vuelto?

-No.

-Hija mía, si no hablas más no me entero de nada.

Al pensar si decirle que me había acostado con él empecé a sentir vergüenza. ¿Cómo alguien que había sufrido una ruptura como la mía con él podía ser tan tonta para volver a tropezar en la misma piedra?

-Claudia, nena. ¿Ha pasado algo malo entre vosotros?

-Bueno…no…sí…

-Espero que no seas igual de espesa en las entrevistas esas que has hecho para la beca, jajajaja.

Entonces pasó por delante de nosotras un grupo de quinceañeros que me miraron descaradamente las tetas desnudas al sol y me imaginé a un Luis salido que sólo miraba a las chicas por el deseo del sexo, aunque eso incluyera engañarme y yo fuese una presa más…

-Me he liado con él- solté enfadada.

Mi tía se quedó muy cortada pero al fin reaccionó:

-Sé que te gusta mucho ese chico, pero no pareces contenta.

-Y no lo estoy, tía. He caído como una tonta y ahora corro el riesgo de vivir colgada de ese tío viéndolo todos los fines de semana.

-Espera. A ver, vamos por partes.

Tomé aire y le conté lo ocurrido en la residencia cuando había ido a Granada precisamente buscando evitarlo y cómo le estaba ocultando que ya tenía decidido irme a seguir mis estudios en Sevilla.

-Hija mía, los sentimientos son difíciles de controlar. Entiendo que estás muy enamorada de ese niño, pero también que esa relación te hace daño. Comprendo que te dejaras arrastrar por las emociones y los recuerdos, pero el sexo tiene sus consecuencias…

-¿Me vas a sermonear por algo que yo misma sé que no estuvo bien?

-No- me respondió con una sonrisa cariñosa en su rostro iluminado por los últimos rayos de sol de una tarde agosteña- Yo no soy la mejor persona para aconsejarte en relaciones. Pero déjame terminar mi frase. Te decía que entiendo que los recuerdos, las emociones, los momentos difíciles…nos hagan querer recobrar la felicidad vivida. Y sé que has sido muy feliz con ese chico. Pero también sé que lo has pasado muy mal por su culpa. Sé también que esa cabecita tuya ha luchado mucho para priorizar en tu vida los estudios a ese chico. Que quisieras evitarlo ya es muy indicativo. Pero ahora se te abre un tiempo incierto. Vas a tenerlo cerca y lejos a la vez. ¿Qué te da miedo?

-Volverme dependiente de estar con él.

-¿Sólo eso?

-No. También tengo miedo de no saber pararlo. De que se meta en mi cama cada vez que quiera mientras yo me cuelgo cada vez más de él.

-¿Y por qué temes eso?

-Porque sé que me promete cosas que no va a cumplir…

-Claudia. Yo no he dicho nada. Tú lo has dicho todo…
 
En este momento de la historia claudia ya sabia lo que muchos sospechábamos.
Luis, que seguro que era un gran tipo en su mundo, era totalmente tóxico para claudia.
Cuando en una relación existe una parte que actúa de forma egoísta existe poco futuro en ella. Aún cuando esa parte se arrepienta a posteriori y pida perdón.
Y precisamente esas son las peores. Cuando se les perdona por una vez hay que acabar haciéndolo alguna vez más y mientras tanto la otra persona va sufriendo y aislándose en sus sentimientos contradictorios. Amor, culpabilidad, miedo, enfado…y amor otra vez.

Esta Cláudia siempre fue muy lista.
 
Última edición:
No entiendo por qué la mayoría ve tan claro que Luis resulta demasiado tóxico para Claudia, volviendo imposible una relación con ella.

No lo veo tan así, puede ser complicado llevarlo, pero contra todo pronóstico ambos siguen amándose.

Acaso creen que...

...Claudia no puede ser inteligente y aplicada, y al mismo tiempo querer a Luis?

...Luis no puede ser absolutamente monógamo y mantener exclusividad si se compromete con Claudia?

:unsure: :unsure: :unsure: :rolleyes: :rolleyes: :rolleyes:
 
No entiendo por qué la mayoría ve tan claro que Luis resulta demasiado tóxico para Claudia, volviendo imposible una relación con ella.

No lo veo tan así, puede ser complicado llevarlo, pero contra todo pronóstico ambos siguen amándose.

Acaso creen que...

...Claudia no puede ser inteligente y aplicada, y al mismo tiempo querer a Luis?

...Luis no puede ser absolutamente monógamo y mantener exclusividad si se compromete con Claudia?

:unsure: :unsure: :unsure: :rolleyes: :rolleyes: :rolleyes:
Porque cuando uno le coge manía a uno, ya es difícil hacerle cambiar.
Así que déjalo estar porque aquí el club de haters de Luis tiene algún miembro.
He tirado con bala, a ver si se pica quién yo me se. 😁
 
No entiendo por qué la mayoría ve tan claro que Luis resulta demasiado tóxico para Claudia, volviendo imposible una relación con ella.

No lo veo tan así, puede ser complicado llevarlo, pero contra todo pronóstico ambos siguen amándose.

:unsure: :unsure: :unsure: :rolleyes: :rolleyes: :rolleyes:
Bueno, cada uno hemos ido formando nuestra opinión sobre Luis, y más los que hemos participado con intensidad en La Residencia desde el inicio, y seguimos estas memorias de Claudia. La mía es, como todas, personal, aunque considero que bastante reflexionada. En primer lugar hay que decir que no tenemos un único Luis, la historia de este chico es una historia de maduración, de aprendizaje y por lo tanto nada tiene que ver el Luis que llegó a La Residencia con el Luis que renunció a la sueca porque tenía un "compromiso" con Alba. El que llegó a La Residencia tenía una novia llamada Viqui y él se dejó desvirgar por Marina en el baño de un bar cuando su novia lo iba a visitar a Granada para ofrecerle su virginidad, creyendo que él hacía lo mismo. En este sentido, la introducción en el comentario de @Xavierrrr "En este momento de la historia ..." es muy pertinente.
Es indudable que el Luis que se comprometió con Alba y construyó un proyecto de vida con ella no habría resultado tóxico para Claudia, e incluso habría encajado muy bien en ese entorno de Claudia formado por su mentor, su esposa y sus amistades, con los que tiene cierta vida social. Claudia quizás no habría tenido el mismo encaje con las "tradiciones" de Luis, pero no me cabe duda de que se habría hecho querer por la familia de este y las habría respetado aunque no participase con la intensidad con que participa Luis.

Pero el Luis que se encuentra con Claudia en Granada cuando esta va a gestionar su traslado, y luego se vuelven a ver en Sevilla, no es todavía ese Luis. Es un chaval inmaduro, sin experiencia y sobre todo, sin un mentor positivo para él. Todo lo aprende a partir de prueba y error, de encontrarse en situaciones a las que no sabe decir no, y de no tener un modelo positivo o alguien que le ayude a orientarse ante las novedades que vive. De hecho, la única persona que le da buenos consejos a lo largo de la historia es Claudia, sobre todo a su llegada a La Residencia, ni el capitán del equipo, ni su amigo de Sevilla, ni nadie de su entorno es un modelo o mentor a seguir, así que prueba y error. La ventaja del chaval es que no hay maldad en él, eso no le libra de causar daño, porque hay inmadurez e irresponsabilidad que hacen que la decisiones, a veces, sean equivocadas, pero una leve conciencia le avisa, a veces a posteriori, de lo que está bien o lo que está mal, en el fondo él llega a ser consciente de sus errores, y eso le jode.

En el momento de la historia en que están, Luis dejó a Claudia por el canto de sirena de Nieves, se lio con Blanca, y con Dani, jeje, empezó a tontear con Alba, lo retomó con Marta a la vuelta de Semana Santa y se acordó poco de Claudia, en este momento de la historia la churra mandaba, el "amor" le volvió de repente cuando vio a Claudia y tras otro fracaso con Marta, no me atrevería a decir que Luis y Claudia siguen amándose, o al menos Luis muestra una curiosa forma de amar.

Respecto a las dos cuestiones que planteas:

Acaso creen que...

...Claudia no puede ser inteligente y aplicada, y al mismo tiempo querer a Luis?

...Luis no puede ser absolutamente monógamo y mantener exclusividad si se compromete con Claudia?
Claudia, efectivamente es inteligente y aplicada, y al mismo tiempo quiere a Luis, por eso le cuesta tanto alejarse de él, por eso le duele tanto querer y no poder. Porque sabe que el Luis de ese momento de la historia es muy probable que le vuelva a hacer daño. En el caso de Claudia su maduración fue algo más prematura por las circunstancias que nos ha contado y su "plan" lleva más tiempo afianzado en su conciencia, la necesidad de escapar de un entorno negativo y la tabla de salvación de un posible futuro profesional es una visión personal de futuro ya muy arraigada en Claudia. Evitar arriesgarlo por alguien poco fiable renunciando a quien quieres debió ser muy duro.

Luis nos demostró que tiempo después fue capaz de mantener exclusividad, de comprometerse, de cumplir su compromiso y de luchar por la relación cuando la otra parte flaqueaba brindándole apoyo incondicional. Si bien con Marta hubo un primer conato de "compromiso" decayó en cuanto vio a Claudia y las dudas de la relación con Marta socavaban su débil "compromiso". Pero todo cambió después del último portazo de Claudia, un portazo que le hizo tocar fondo, reflexionar, aprender y planificar mínimamente su vida, su famoso "Plan", cansado de dar tumbos al albur de sus deseos, el capricho del momento, la respuesta afirmativa de una niña a su zalamería o los caprichos de los demás que lo usaban a él. Sin duda el carácter egoísta y caprichoso de un hijo único consentido sobrevuela en su actitud inmadura y "en este momento de la historia" aún no había tenido su epifanía, su caída del burro...
Claudia tiene todos los datos y todas las sospechas de que Luis no ha alcanzado el grado de madurez que le permita confiar en él ... "en este momento de la historia" ... la dejó por Nieves y ahora parece que deja a Marta en cuanto ve a Claudia, muy fiable no parece.

La separación de los dos fue dura y traumática para ambos, para Claudia por tener que renunciar a quien quiere porque quien quiere no es confiable, no es mala persona y encima zalamero, pero acaba causando dolor por su inmadurez, y para Luis porque le puso ante el espejo del ser inmaduro e irresponsable que era. Indudablemente salió ganando Luis, Claudia perdió lo que más quiso y además con el dolor de ser ella la que renunciaba, y Luis obtuvo una lección de vida que le hizo madurar casi de golpe y ver la vida de un modo diferente, sobre todo en lo que se refiere a tener una relación de pareja, incluso más acorde con su entorno y sus tradiciones, de aquella ruptura nació la relación con Alba.

Lamento la ausencia de "brevedad" en este comentario, pero es que las acertadas preguntitas del espartano @onatrapse no eran fáciles de responder, y menos con un sí o con un no a secas.
 
Última edición:
Bueno, cada uno hemos ido formando nuestra opinión sobre Luis, y más los que hemos participado con intensidad en La Residencia desde el inicio, y seguimos estas memorias de Claudia. La mía es, como todas, personal, aunque considero que bastante reflexionada. En primer lugar hay que decir que no tenemos un único Luis, la historia de este chico es una historia de maduración, de aprendizaje y por lo tanto nada tiene que ver el Luis que llegó a La Residencia con el Luis que renunció a la sueca porque tenía un "compromiso" con Alba. El que llegó a La Residencia tenía una novia llamada Viqui y él se dejó desvirgar por Marina en el baño de un bar cuanto su novia lo iba a visitar a Granada para ofrecerle su virginidad, creyendo que él hacía lo mismo. En este sentido, la introducción en el comentario de @Xavierrrr "En este momento de la historia ..." es muy pertinente.
Es indudable que el Luis que se comprometió con Alba y construyó un proyecto de vida con ella no habría resultado tóxico para Claudia, e incluso habría encajado muy bien en ese entorno de Claudia formado por su mentor, su esposa y sus amistades, con los que tiene cierta vida social. Claudia quizás no habría tenido el mismo encaje con las "tradiciones" de Luis, pero no me cabe duda de que se habría hecho querer por la familia de este y las habría respetado aunque no participase con la intensidad con que participa Luis.

Pero el Luis que se encuentra con Claudia en Granada cuando esta va a gestionar su traslado, y luego se vuelven a ver en Sevilla, no es todavía ese Luis. Es un chaval inmaduro, sin experiencia y sobre todo, sin un mentor positivo para él. Todo lo aprende a partir de prueba y error, de encontrarse en situaciones a las que no sabe decir no, y de no tener un modelo positivo o alguien que le ayude a orientarse ante las novedades que vive. De hecho, la única persona que le da buenos consejos a lo largo de la historia es Claudia, ni el capitán del equipo, ni su amigo de Sevilla, ni nadie de su entorno es un modelo o mentor a seguir, así que prueba y error. La ventaja del chaval es que no hay maldad en él, eso no le libra de causar daño, porque hay inmadurez e irresponsabilidad que hacen que la decisiones, a veces, sean equivocadas, pero una leve conciencia le avisa, a veces a posteriori, de lo que está bien o lo que está mal, en el fondo él llega a ser consciente de sus errores, y eso le jode.

En el momento de la historia en que están, Luis dejó a Claudia por el canto de sirena de Nieves, luego se lio con Blanca, empezó a tontear con Alba, lo retomó con Marta a la vuelta de Semana Santa y se acordó poco de Claudia, en este momento de la historia la churra mandaba, el "amor" le volvió de repente cuando vio a Claudia y tras otro fracaso con Marta, no me atrevería a decir que Luis y Claudia siguen amándose, o al menos Luis muestra una curiosa forma de amar.

Respecto a las dos cuestiones que planteas:


Claudia, efectivamente es inteligente y aplicada, y al mismo tiempo quiere a Luis, por eso le cuesta tanto alejarse de él, por eso le duele tanto querer y no poder. Porque sabe que el Luis de ese momento de la historia es muy probable que le vuelva a hacer daño. En el caso de Claudia su maduración fue algo más prematura por las circunstancias que nos ha contado y su "plan" lleva más tiempo afianzado en su conciencia, la necesidad de escapar de un entorno negativo y la tabla de salvación de un posible futuro profesional es una visión personal de futuro ya muy arraigada en Claudia. Arriesgarlo por alguien poco fiable renunciando a quien quieres debió ser muy duro.

Luis nos demostró que tiempo después fue capaz de mantener exclusividad, de comprometerse, de cumplir su compromiso y de luchar por la relación cuando la otra parte flaqueaba brindándole apoyo incondicional. Si bien con Marta hubo un primer conato de "compromiso" decayó en cuanto vio a Claudia y las dudas de la relación con Marta socavaban su débil "compromiso". Pero todo cambió después del último portazo de Claudia, un portazo que le hizo tocar fondo, reflexionar, aprender y planificar mínimamente su vida, su famoso "Plan", cansado de dar tumbos al albur de sus deseos, el capricho del momento o la respuesta afirmativa a su zalamería. Sin duda el carácter egoísta y caprichoso de un hijo único consentido sobrevuela en su actitud inmadura y "en este momento de la historia" aún no había tenido su epifanía, su caída del burro...
Claudia tiene todos los datos y todas las sospechas de que Luis no ha alcanzado el grado de madurez que le permita confiar en él ... "en este momento de la historia" ... la dejó por Nieves y ahora parece que deja a Marta en cuanto ve a Claudia, muy fiable no parece.

La separación de los dos fue dura y traumática para ambos, para Claudia por tener que renunciar a quien quiere porque quien quiere no es confiable, no es mala persona y hasta es zalamero, pero acaba causando dolor por su inmadurez, y para Luis porque le puso ante el espejo del ser inmaduro e irresponsable que era. Indudablemente salió ganando Luis, Claudia perdió lo que más quiso y además con el dolor de ser ella la que renunciaba, y Luis obtuvo una lección de vida que le hizo madurar casi de golpe y ver la vida de un modo diferente, sobre todo en lo que se refiere a tener una relación de pareja, incluso más acorde con su entorno y sus tradiciones, de aquella ruptura nació la relación con Alba.

Lamento la ausencia de "brevedad" en este comentario, pero es que las acertadas preguntitas del espartano @onatrapse no eran fáciles de responder, y menos con un sí o con un no a secas.

Felicito tu acabado y didáctico desarrollo de ambos personajes, un análisis que nos aterriza a una realidad en donde llevados por la empatía, muchas veces nos cuesta aceptar.
 
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