Memorias de una solitaria

Pero del dicho al hecho va mucho trecho. Y yo era incapaz de transmitirle mis sentimientos. Tampoco me daba pie con su naturalidad. Se comportaba como si nunca me hubiera lanzado la pregunta. ¿Arrepentimiento o escudo? ¿Me vería como una persona asexuada incapaz de expresar mis deseos?

Al final fue la naturaleza la que siguió su curso de la forma más inesperada. Un sábado por la noche mientras hacíamos una guardia aburrida en que yo dormía me despertó con prisa. Se había producido un accidente grave de circulación en una avenida en la que estaban implicados varios vehículos. Se había producido una pelea posterior y había derivado a los heridos a distintos hospitales para evitar líos en la sala de espera.

Como había bastante movimiento en urgencias habían movilizado a todo el personal de guardia. Como venía una muchacha en parada cardiorrespiratoria me la habían asignado pero a Edu lo llamaron a urgencias generales para atender a otros implicados en el accidente. En uno de los coches venían varios menores y algunos estaban bastante graves.

Gracias a la rcp de los paramédicos del 061 y a mi rápida actuación conseguimos reanimar a la chica aunque estuve un buen rato analizando sus constantes vitales y esperando un análisis de sangre hasta dejarla completamente estabilizada.

Tras la tensión vivida me tomé una infusión intentando rebajar mi nivel de adrenalina y regresé a la salita de guardias a relajarme. Edu no había tenido tanta suerte y uno de los menores había fallecido por los traumatismos mientras entre el médico y él se turnaban para reanimarlo. No podían intervenir hasta estabilizarlo. Pero por desgracia pese a haber entrado consciente en el hospital había fallecido.

Fue otra compañera la que me avisó que Edu había salido tocado de su colaboración en urgencias. Lo busqué por el hospital y di con él al final en las taquillas del vestuario masculino. Estaba solo y pasé a ver como estaba. No podía imaginarme que ese cuerpo tan grande pudiera llorar de esa manera. Se sentía inútil. Era la primera vez que se le moría alguien y además tan joven.

No sabía como consolar a mi amigo y lo ofrecí un abrazo. Se deshizo entre lágrimas de impotencia mientras yo buscaba la forma de ofrecerle mi apoyo. Le acariciaba la espalda mientras se desahogaba contándome su impotencia. Me partía el corazón verlo así y empecé a acariciar su pelo mientras Edu se iba serenando. Estaba consiguiendo soltar la rabia que llevaba y yo me sentía satisfecha.

No sé decir si fue él o yo. Pero tras un momento de silencio en el que nos mantuvimos abrazados y yo atusaba su pelo empezamos a besarnos. Primero despacio, con pequeños picos, para seguir explorando nuestras bocas poniendo nuestras lenguas a jugar. No había sido algo premeditado y ni siquiera soy capaz de asegurar quien empezó. Pero estuvimos besándonos entrechocando nuestras bocas varios minutos hasta que Edu se separó lo justo para poder hablar y preguntarme si estaba segura.

-Segurísima- respondí buscando de nuevo sus labios.

Ahora me abrazaba con más fuerza. Con ansia diría. Como si por fin tuviera algo que deseaba dese hace tiempo. Al subir sus brazos para abrazarme se levantó la camiseta de su pijama de enfermero y mi mano tocó la piel de su espalda. Fuerte y musculosa. Pero suave y caliente.

A partir de ahí todo fue ya impulsivo. Edu gemía en mi boca por las caricias en su espalda y yo sentía su excitación pegada a mi bajo vientre. Si entraba alguien nos pillaría pero afortunadamente faltaba bastante para el siguiente cambio de turno.

No sé cuanto tiempo estuvimos besándonos y acariciándonos hasta que Edu me susurró entre besos:

-Me muero por hacértelo ahora mismo…

Yo entonces respondí:

-Mierda…

-Tengo condones en mi taquilla- respondió apurado.

-No es eso- respondí sin dejar de buscar sus labios entre pausas- es que tengo la regla.

Pese a mi confesión no dejamos de besarnos y mi mano ya no acariciaba la piel de su espalda sino la de su pecho, tan duro como lo imaginaba. Él, algo más cohibido me apretaba con sus manos en mi espalda sin atreverse a tocar mi piel o mi culo. Cuando por fin saltamos la barrera mi inoportuna menstruación se colaba por medio.
se puede follar con la regla de echo es muy placentero, pruebalo cludia veras como flipas y mas si se corren dentro
 
Sentí como la polla de Edu perdía vigor aún en mi boca y como mi amigo me ayudaba a levantarme. Al abrir los ojos me encontré con el pulpo de frente. Le sonreí y me fui al lavabo que había a su espalda en el vestuario a enjuagarme la boca mientras él se acomodaba la ropa que yo le había desbaratado.

No quería que nadie notara mi aliento con olor a polla y semen. Me moriría de la vergüenza si un paciente o compañera se percataba. No me avergonzaba de lo que acababa de hacer pero sí de que alguien me descubriera.

-No te imaginaba así…-dijo Edu todavía con la voz algo entrecortada.

-Así ¿cómo?

-Tan directa. No me pega con el carácter que tienes en el trabajo o cuando salimos por la noche.

-¿Disgustado?

-Para nada- respondió abrazándome para darme un pico-…encantado. Pero siento que tú no…

Lo callé poniendo mi dedo en sus labios y respondí:

-Me lo he pasado muy bien. En serio.

No sé por qué no le admití que me había corrido comiéndole la polla.

-Pero tenemos algo pendiente- insistió.

-Por supuesto- respondí con una sonrisa.

Me acomodé bien la ropa frente al espejo comprobando que no se me hubiera escurrido algo por los labios que delatara lo que acabábamos de hacer y me dirigí a la puerta del vestuario:

-Voy a dar una vuelta por el hospital. Llevamos mucho tiempo aquí y quizá nos estén buscando.

Pero Edu me tomó de la mano y me detuvo un momento. Cuando ya lo miraba a los ojos habló:

-Claudia, Gracias.

-¿Por una mamada?

-No, jajaja. Aunque también. No. Gracias por el abrazo que me diste cuando lo necesitaba.

Le di un beso rápido y me retiré por la puerta dejándolo en el vestuario. Pero antes de cerrar la puerta asomé la cabeza y le dije guiñando un ojo:

-De los tatuajes, el que más me gusta es el pulpo…

Le hizo gracia y se rio como un niño mientras yo me iba por el pasillo aún con el pulso acelerado y muchas preguntas en la cabeza. Tomando café luego con una compañera me dijo:

-Con la noche que hemos tenido y tú tan feliz. Cómo envidio tu carácter.

-Ni yo misma sé porque estoy tan contenta- respondí.

En ese momento llegó Edu a la cafetería con su sonrisa habitual saludándonos a las dos con afabilidad. Tras charlar unos pocos minutos sobre la agitación de aquella noche la compañera se retiró dejándonos solos. Me sonrió mirándome a los ojos y me dijo un escueto “Hola”.

-Hola- respondí justo antes de echarme la mano a la boca para reprimir la risa.

Me encantaba nuestra complicidad. Ahora con más motivo todavía.

Tras el café hicimos la ronda por los pacientes de nuestra planta y yo me retiré a descansar mientras Edu preparaba la medicación junto a otra enfermera y los auxiliares.

Como soy tan tonta al quedarme sola me asaltaron las dudas: ¿Qué habría pensado de verme tan lanzada? ¿Querría Edu algo más? ¿Éramos pareja?. Con esa incertidumbre me fui a casa al terminar la guardia sin volverlo a ver. Le dejé un mensaje en el móvil:

-Ya hablamos mañana.
 
Al día siguiente me levanté a media mañana y me fui al gimnasio. Estaba eufórica a pesar de que después del revolcón apenas habíamos hablado Edu y yo. Estaba deseando contarle a mis amigas algo, pero ¿qué? ¿Qué en un calentón me había lanzado a comerle la polla al tío que me tenía tonta? Y si me preguntaban ¿y qué más? No tenía nada que responder salvo las mariposas en el estómago.

Por eso me vino bien nadar un rato y después sudar en la sauna. La sorpresa vino cuando al regresar a casa me encontré a Edu en la puerta.

-He comprado churros pero ya se han quedado fríos.

Me dio un beso en la mejilla y lo hice pasar al portal. Preparé dos chocolates a la taza y nos tomamos los churros mojándolos mientras charlábamos de la última guardia obviando nuestro affaire.

Me sentí tan cómoda con él hablando como antes y sin ninguna alusión sexual, pues supongo que recordaba que estaba con la regla, que entendía perfectamente que otras chicas se quedaran colgadas de él. Y yo misma podría hacerlo si sus propias palabras no me hubieran dejado claro mucho tiempo antes que él no estaba por mantener una relación estable.

Sin darnos cuenta charlando en la mesa de la cocina se nos echó encima el mediodía y lo invité a comer. Pero se fue temprano porque tenía entrenamiento. Me había gustado mucho su detalle. Era la primera vez que se presentaba en mi casa y no había venido a follar. ¿A qué se refería con tener algo conmigo? Podíamos haberlo hablado y ninguno había sacado el tema. Quizá era mejor dejar que las cosas fueran pasando sin planteamientos previos.

Yo me sentía a gusto con lo que había pasado aunque evidentemente esperaba mucho más. Me lo tenía que follar y punto. Y era algo que yo tenía muy claro y parecía que él también. Pero su actitud demostraba que no me veía como alguien con quien echar un polvo. Estaba claro que entre nosotros había surgido algo más. Pero ¿qué? Yo no me lo había planteado todavía, pero ¿y él? Su pregunta aquel día en el coche tenía algo que ver con que me veía como algo más que una amiga que le atraía físicamente.

Ay, no tenía ganas de pensar. Quería dejar de ser la Claudia racional que tenía que encontrar una explicación a todo. ¿Por qué no me dejaba arrastrar? Sin planteamientos, sin objetivos…sólo vivir el momento.

Quizá no fuese tan fácil. Así empecé con Luis, dejándome llevar sin pretensiones y acabé colgada de él y arrepentida de haberle dado pie a lo que terminó convirtiéndose en la causa del fin de nuestra relación. Y aún teniendo yo bastante claro después de que me dejara burdamente aquella Navidad del año que me fui a Bolonia con la beca que me había convertido en la médico que soy ahora, que no habría una segunda oportunidad con él, caí como una boba. Todo empezó una semana después de Semana Santa, tras mi regreso a Bolonia cuando Lourdes me contó que había sido invitada al cumpleaños de Marta, la ex de Luis. Puede parecer una tontería. Pero verlo retomar esa relación me daba ¡celos?

Cualquiera pensaría que yo era como el perro del hortelano. Y ni yo misma me entendía a mí misma. Pero a pesar de ser yo la que había decidido marcar distancia allí estaba escribiéndole para ver qué me contaba.

-Luis, estás perdido. ¿Todo bien?

Luis tardaba en responder pero al rato lo hizo:

-Hola guapa ¿Cómo estás?

-Por fin das señales de vida, jajaja. En Semana Santa sé que mister Procesiones no está para nada pero pensé que el domingo pasado hablaríamos.

-Bueno, ya me conoces. Y el domingo pasado vine durmiendo en el tren y ni me acordé, la verdad.

-Vaya, que pronto te olvidas de las amigas.

-Tú sabes que no eres una simple amiga.

-Bueno, ¿qué tal todo?

-Muy bien en Semana Santa ya sabes, y aquí en la residencia ahora pues saliendo con los compañeros y tal.

-Ya me ha contado Lourdes que el viernes estuvisteis de cumpleaños.

-Pues sí. Lo pasamos bien. Hay que aprovechar ahora que en nada empiezan los exámenes. Bueno ¿Y tú qué tal?

-Pues al final vine unos días a casa. Llevaba sin ver a la familia desde Navidad y los echaba de menos.

-¿Sólo a la familia?

-Y a los amigos, claro, jajaja.

-¿Y cómo es que viniste?

-Encontré una oferta de vuelo de esos de última hora muy baratos y aunque perdí días de clase no me importó.

-Pero ¿cuándo has venido? -Aquí las vacaciones son del Jueves Santo al Lunes de Pascua y me encontré una oferta de Lunes Santo a Jueves Santo, perdí tres días de clase, pero he estado en casa primero y después los días sola en Bolonia recopilando los apuntes de los días que falté.

-Tú siempre tan aplicada.

-No me queda otra.

-¿Y cómo no me avisaste?

-Bueno, podía haberlo hecho, porque la oferta era volando de Bolonia a tu ciudad. Pero llegué el lunes por la noche, que tú estás con tu hermandad y regresaba el jueves noche y no quise estropearte tu Madrugá.

-No seas tonta, podía haberme acercado un momento al aeropuerto a darte un abrazo.

-A lo mejor me daba miedo.

-¿Abrazarme?

-Es broma, jajaja.

-Oye, ¿sabes cuándo vuelves?

-Pues aquí los exámenes son en mayo. Si voy aprobando todo para final de mayo estoy de vuelta en España y tendré que pasar unos días por nuestra universidad para llevar los certificados y que me convaliden lo que he hecho aquí. Serán dos o tres días nada más pero podremos vernos.

-Ya tengo ganas de verte.

-Lo malo es que vas a estar de exámenes.

-Ya me busco un hueco para verte. Bueno si te quedas en la residencia cenaremos y desayunaremos juntos.

-Claro.

-Me alegro de que me hayas escrito.

-¿Tengo motivos para no hacerlo?

-A ver si se me ocurre alguno, despecho, un exnovio capullo, un tal Gianni…

-Ay que bobito eres. Que no estemos juntos no significa que te rechace. Fracasamos como pareja pero eso no significa que tengamos que evitarnos.

-¿Me estás dando esperanzas?

-¿Sólo me quieres como novia?

-Te quiero sin más. El estado civil lo dirá el tiempo y lo que sintamos.

-No te pongas tan filosófico anda, jajaja.

-No me pongo filosófico. Tú también me quieres y te gusta saber de mí. Es recíproco. Lo que pase ya se verá.

-Eso, Luis. Ya se verá.

Vaya forma de dejarle las cosas claras…
 
Que considerada es esta Claudia.
Aunque estuvo en su ciudad no quiso molestarle.
Esta es la Semana Santa que luis se paseaba con Alba y su mantilla?
Pues mejor que no le hubiese llamado, no?

Y que diferencia entre las ansias sexuales incontenidas de luis y la contención cariñosa y detallista de Edu.
Que diferencia.
 
Que considerada es esta Claudia.
Aunque estuvo en su ciudad no quiso molestarle.
Esta es la Semana Santa que luis se paseaba con Alba y su mantilla?
Pues mejor que no le hubiese llamado, no?

Y que diferencia entre las ansias sexuales incontenidas de luis y la contención cariñosa y detallista de Edu.
Que diferencia.
Pringado Edu con pringada Claudia. Son tal para cual. 😈😈
 
Pringado Edu con pringada Claudia. Son tal para cual. 😈😈
Quizás la juventud te haga ver las cosas de forma equivocada. En mi barrio se decía que todos los ignorantes son valientes.
A las mujeres les gustan los malotes, los machitos y todo ese tipo de gente pero se quedan con los que les traen churros para desayunar y flores en San Valentin. Aunque el tipo en cuestión solo lo haga para mojar el otro churro que trajo consigo.
Al igual que a nosotros nos gustan las guarrillas pero nos quedamos con las buenas chicas. Aún cuando estamos locos por que estas se comporten como guarrillas cuando están en casa.
Si alguien te lo hace pasar genial con el sexo pero te da mala vida, huye. Seguro que encuentras a otra persona que te lo haga pasar igual de bien y que además te traiga churros.
Y sin mala vida.
 
Última edición:
Con todo lo avanzado en cuatro meses ahora volvía a caer. ¿Sería porque presentía que ya faltaba poco para volver y tenía que tomar una decisión? O quizá, porque en realidad no había tomado ninguna decisión porque pese a mi dureza no quería alejarme de él.

De escribirme él y yo huirle ahora le habíamos dado la vuelta a la tortilla. Él apenas me escribía y era yo la que iniciaba las conversaciones. Una de ellas era lógica. No podía saltarme su cumpleaños. Elegí una fórmula amistosa. Casi neutra.

-Felicidades, Luis. Espero que estés pasando un cumpleaños muy agradable en tu Feria con tu familia y tus amigos. Ya falta menos para que nos veamos. Muchos besos.

Tardó bastante tiempo en contestar y lo hizo de forma fría:

-Gracias por acordarte. Ya te contaré.

-Hey. ¿Ya estás en la residencia?

-No, en autobús volviendo.

-¿Qué tal la semana?

-Muy bien.

Su sequedad me abrumaba. Algo había pasado. Pero no habíamos discutido. No podía ser por mi culpa. Además había estado en su ciudad. En su Feria. Le encantaba. Se saltaba clases para ir. Algo tenía. O pasaba algo grave o…

…o yo estorbaba porque ya había sustituta en su corazón. Luis tenía la habilidad de usar la churra sin remordimiento hasta verse reflejado en mi engaño y como le dolió. Pero su sequedad simplemente podía significar que su corazón ya tenía dueña. Quizá definitivamente había llegado el fin y no había sido yo la que había puesto tierra de por medio. Como toda enamorada aunque estuviese despechada no estaba preparada para eso. Duele ser dejada, aunque eso ya hubiese ocurrido unos meses antes.

Evidentemente le pregunté a Lourdes, pero ella no sabía de las andadas de Luis en su ciudad pues en Granada estaba siempre con su ex, Marta, Ángela, la chica que me sustituyó en el dormitorio y otra compañera de clase, una tal Miriam. Ella creía que no se había liado con ninguna pero con Luis nunca se sabía. Esa coletilla me dolía en realidad. Pero ella creía que no había nada pues en la fiesta sorpresa que le habían hecho por su cumpleaños no había notado nada raro con ninguna de ellas aunque la organizadora de todo había sido Marta.

Lo que definitivamente había cambiado, según me contaba Lourdes, es que ya no quedaban para estudiar pues aunque ella se iba a la residencia con Víctor, Luis siempre estaba o con Ángela o con Marta.

Cayó en mis brazos después de que Marta lo dejara. ¿Caería en los brazos de Marta ahora que estaba sólo? La chica lo había dejado por un engaño pero si ya sabía que era falso y había vuelto a confiar en él…¿por qué me comía ahora la cabeza con esas cosas? Que se vaya con ella y me deje tranquila. ¿Era eso lo que yo realmente quería?

Yo misma había alabado a la chiquilla. No me caía mal. Y Luis, seguía tan perdido, que cualquier hombro donde apoyar la cabeza, un oído que lo escuchara y si se terciaba un chochito que follarse colmarían todas sus necesidades.

Efectivamente Lourdes me confirmó días después que Luis y Marta estaban enrollados. Aparentemente no eran pareja pero se comportaban como tales. Eso hoy en día es una mera formalidad. Estás con quien duermes y follas. Y Luis me había sustituido por la persona a la que yo sustituí. Vuelta al principio pero en realidad sin retorno, pues aquello, con luz y taquígrafo, a la vista de todo el mundo significaba simplemente que su nueva princesa era Marta.

Quise comprobarlo pero no me atreví a preguntárselo directamente. Varias conversaciones las cortaba con respuestas sencilla y sin mojarse. Estaba claro que todo el interés por mí se había diluido. De nuevo se repetía la escena de unos meses antes. Él me engañaba pero él me dejaba. Él estaba molesto por mi supuesta historia con Gianni, pero él era el que volvía con su exnovia.

No podía seguir colgada de esa relación. Me faltaban pocos días para acabar los exámenes y volver a casa. Y Luis me había facilitado en realidad las cosas. Si ni siquiera nos cruzábamos no teníamos ya nada que hablar. Él seguiría su vida y yo la mía sin él.

Esa era la decisión que él ya había tomado y que yo aceptaba por mi bien. Además me aclaraba mi futuro. Podría irme a otra universidad y así dejar atrás la residencia, Luis, y todos sus líos. Sólo me lamentaba por la pobre Lourdes, que se agobiaba pensando en cómo me sentiría yo. Y por más que le repetía que era una liberación para mí no se lo creía y siempre me ofrecía nuestras charlas ya que no podía ofrecerme su compañía. Incluso me ofreció irnos a su apartamento de la playa cuando llegara el verano. Me pareció buena idea al principio pero después pensé en los recuerdos que me traería y rechacé la idea en mi mente sin llegar a decírselo a Lourdes para no molestarla pese a su ofrecimiento tan cariñoso.

Yo entonces empecé a hacer mi vida completamente sin Luis. Corté nuestras charlas. Él tampoco me hablaba. Así que decidí presentarme a la segunda vuelta de los exámenes para subir notas y asegurarme la beca. Eso retrasaría mi regreso a España. Pero ya no tenía ninguna prisa.

Ahora sí, parecía que Luis era definitivamente pasado.
 
Con todo lo avanzado en cuatro meses ahora volvía a caer. ¿Sería porque presentía que ya faltaba poco para volver y tenía que tomar una decisión? O quizá, porque en realidad no había tomado ninguna decisión porque pese a mi dureza no quería alejarme de él.

De escribirme él y yo huirle ahora le habíamos dado la vuelta a la tortilla. Él apenas me escribía y era yo la que iniciaba las conversaciones. Una de ellas era lógica. No podía saltarme su cumpleaños. Elegí una fórmula amistosa. Casi neutra.

-Felicidades, Luis. Espero que estés pasando un cumpleaños muy agradable en tu Feria con tu familia y tus amigos. Ya falta menos para que nos veamos. Muchos besos.

Tardó bastante tiempo en contestar y lo hizo de forma fría:

-Gracias por acordarte. Ya te contaré.

-Hey. ¿Ya estás en la residencia?

-No, en autobús volviendo.

-¿Qué tal la semana?

-Muy bien.

Su sequedad me abrumaba. Algo había pasado. Pero no habíamos discutido. No podía ser por mi culpa. Además había estado en su ciudad. En su Feria. Le encantaba. Se saltaba clases para ir. Algo tenía. O pasaba algo grave o…

…o yo estorbaba porque ya había sustituta en su corazón. Luis tenía la habilidad de usar la churra sin remordimiento hasta verse reflejado en mi engaño y como le dolió. Pero su sequedad simplemente podía significar que su corazón ya tenía dueña. Quizá definitivamente había llegado el fin y no había sido yo la que había puesto tierra de por medio. Como toda enamorada aunque estuviese despechada no estaba preparada para eso. Duele ser dejada, aunque eso ya hubiese ocurrido unos meses antes.

Evidentemente le pregunté a Lourdes, pero ella no sabía de las andadas de Luis en su ciudad pues en Granada estaba siempre con su ex, Marta, Ángela, la chica que me sustituyó en el dormitorio y otra compañera de clase, una tal Miriam. Ella creía que no se había liado con ninguna pero con Luis nunca se sabía. Esa coletilla me dolía en realidad. Pero ella creía que no había nada pues en la fiesta sorpresa que le habían hecho por su cumpleaños no había notado nada raro con ninguna de ellas aunque la organizadora de todo había sido Marta.

Lo que definitivamente había cambiado, según me contaba Lourdes, es que ya no quedaban para estudiar pues aunque ella se iba a la residencia con Víctor, Luis siempre estaba o con Ángela o con Marta.

Cayó en mis brazos después de que Marta lo dejara. ¿Caería en los brazos de Marta ahora que estaba sólo? La chica lo había dejado por un engaño pero si ya sabía que era falso y había vuelto a confiar en él…¿por qué me comía ahora la cabeza con esas cosas? Que se vaya con ella y me deje tranquila. ¿Era eso lo que yo realmente quería?

Yo misma había alabado a la chiquilla. No me caía mal. Y Luis, seguía tan perdido, que cualquier hombro donde apoyar la cabeza, un oído que lo escuchara y si se terciaba un chochito que follarse colmarían todas sus necesidades.

Efectivamente Lourdes me confirmó días después que Luis y Marta estaban enrollados. Aparentemente no eran pareja pero se comportaban como tales. Eso hoy en día es una mera formalidad. Estás con quien duermes y follas. Y Luis me había sustituido por la persona a la que yo sustituí. Vuelta al principio pero en realidad sin retorno, pues aquello, con luz y taquígrafo, a la vista de todo el mundo significaba simplemente que su nueva princesa era Marta.

Quise comprobarlo pero no me atreví a preguntárselo directamente. Varias conversaciones las cortaba con respuestas sencilla y sin mojarse. Estaba claro que todo el interés por mí se había diluido. De nuevo se repetía la escena de unos meses antes. Él me engañaba pero él me dejaba. Él estaba molesto por mi supuesta historia con Gianni, pero él era el que volvía con su exnovia.

No podía seguir colgada de esa relación. Me faltaban pocos días para acabar los exámenes y volver a casa. Y Luis me había facilitado en realidad las cosas. Si ni siquiera nos cruzábamos no teníamos ya nada que hablar. Él seguiría su vida y yo la mía sin él.

Esa era la decisión que él ya había tomado y que yo aceptaba por mi bien. Además me aclaraba mi futuro. Podría irme a otra universidad y así dejar atrás la residencia, Luis, y todos sus líos. Sólo me lamentaba por la pobre Lourdes, que se agobiaba pensando en cómo me sentiría yo. Y por más que le repetía que era una liberación para mí no se lo creía y siempre me ofrecía nuestras charlas ya que no podía ofrecerme su compañía. Incluso me ofreció irnos a su apartamento de la playa cuando llegara el verano. Me pareció buena idea al principio pero después pensé en los recuerdos que me traería y rechacé la idea en mi mente sin llegar a decírselo a Lourdes para no molestarla pese a su ofrecimiento tan cariñoso.

Yo entonces empecé a hacer mi vida completamente sin Luis. Corté nuestras charlas. Él tampoco me hablaba. Así que decidí presentarme a la segunda vuelta de los exámenes para subir notas y asegurarme la beca. Eso retrasaría mi regreso a España. Pero ya no tenía ninguna prisa.

Ahora sí, parecía que Luis era definitivamente pasado.
Marta!!!! Joder, qué buena eres en la cama!!!!
 
Inevitable el deseo de que la historia cambie cada vez que la leemos, que el final conocido no lo sea en realidad, sea sólo otra etapa en la búsqueda del más grande amor de sus vidas, ellos.
 
Inevitable el deseo de que la historia cambie cada vez que la leemos, que el final conocido no lo sea en realidad, sea sólo otra etapa en la búsqueda del más grande amor de sus vidas, ellos.
Yo me desmarcó y me voy por la banda.
Vamos que soy el único que no coincide con el resto en ese deseo. Ya sabéis que siempre he sido más de Alba.
 
Hubieron unos episodios en los que el personaje de Claudia se estaba diluyendo. Tanta culpabilidad, tanta “añoranza”… parece que ese personaje fuerte y capaz está volviendo.

Tiembla Edu que va a por ti.
 
Ahora sí, parecía que Luis era definitivamente pasado.
Yo no digo nada, pero ... por referencias, de este mismo relato, sabemos que lo ha tenido muy "presente" durante mucho tiempo. En este sentido la credibilidad de Claudia está un poco en entre dicho.

Pero en fin, al lío, que aún no se ha follado a Edu ... ese pulpoooo. Si ha tenido un orgasmo solo mamando e imaginando, espera que Edu la llene con una polla de verdad y juegue con sus manos de remero con el botoncito de Claudia y su puerta de atrás ... se "mea" de gusto y acaban en Urgencias con convulsiones de la doctorcita.
 
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