Miniescritos, prosa y verso.

Mi legado.

Te dejo mis días felices, esos que aún no gasté. Te dejo mis días de compartir un banco en el parque sintiendo la brisa en nuestro cabello y el sol en nuestro rostro.
Te dejo el aroma de nuestros abrazos, esos entre los que me quedaba colgada de tu cuello.

Te dejo el suave sonido de mis te quiero, en nuestra almohada. Te dejo las arrugas de las sábanas, desordenadas, para que ordenes nuestras caricias una a una.
Te dejo mis lágrimas, en ellas está la lucha, el miedo, la superación, la desesperanza, la soledad.

Te dejo mis olvidos, en ellos están las discusiones a media tarde, esas que no valían la pena. Te dejo mis horas llenas de vitalidad, esas con las que escalaba los imprevistos y seguía con la mirada al frente, esas horas en las que un salto para cambiar de acera, era volar con nuevas alas de hada.

Te dejo mi sonrisa, para cuando entre tus cajones habite la tristeza. Quiero que recuerdes que no hay mayor sufrimiento que dejarse llevar por el dolor.

Te dejo mi espejo, busca en el mis sueños sin cumplir. En ellos vive la ilusión, el deseo, el destino al que siempre anhele ir y nunca llegué. Encontrarás reflejados los ojos risueños con los que siempre te supe ver.

Te dejo mi espacio preferido, hay un brillante letrero, donde pone pensamiento, en el vives tú.
 
Tus palabras vuelan, en un destino apenas audible
El día viene gris, y no me parece bien
El sentido de la melancolía, que roza mi sentido
no es igual que el brillo de tus ojos, al despedirte
esos ojos sin brillo, luz, ni esperanza
aunque supongo que habrás encontrado otro amor

El día se va apagando, cierro las persianas, enciendo la luz
pero eso no evoca que tu olor sigue vivo en mi
esa sensación de estar a mi lado, se desvanece
cuando pasan las horas, y la cama esta vacía
vacía de tus besos y tus delicias...
 
Mi legado.

Te dejo mis días felices, esos que aún no gasté. Te dejo mis días de compartir un banco en el parque sintiendo la brisa en nuestro cabello y el sol en nuestro rostro.
Te dejo el aroma de nuestros abrazos, esos entre los que me quedaba colgada de tu cuello.

Te dejo el suave sonido de mis te quiero, en nuestra almohada. Te dejo las arrugas de las sábanas, desordenadas, para que ordenes nuestras caricias una a una.
Te dejo mis lágrimas, en ellas está la lucha, el miedo, la superación, la desesperanza, la soledad.

Te dejo mis olvidos, en ellos están las discusiones a media tarde, esas que no valían la pena. Te dejo mis horas llenas de vitalidad, esas con las que escalaba los imprevistos y seguía con la mirada al frente, esas horas en las que un salto para cambiar de acera, era volar con nuevas alas de hada.

Te dejo mi sonrisa, para cuando entre tus cajones habite la tristeza. Quiero que recuerdes que no hay mayor sufrimiento que dejarse llevar por el dolor.

Te dejo mi espejo, busca en el mis sueños sin cumplir. En ellos vive la ilusión, el deseo, el destino al que siempre anhele ir y nunca llegué. Encontrarás reflejados los ojos risueños con los que siempre te supe ver.

Te dejo mi espacio preferido, hay un brillante letrero, donde pone pensamiento, en el vives tú.
Sobre todo deja tus escritos a la humanidad, no te reserves para ti todo tu arte
 
La vida del asno.

Y, al tiempo que me duermo, yo despierto,
y, al tiempo que despierto, caigo en sueños,
y, no sé si despiert@, si dormid@,
yo cargo a las espaldas angarillas,
van repletas de retazos de mis vidas.

La que tengo, la buscada, decidida,
la que anhelo, y no menciono, silenciada,
la que exhibo, de cara a la galería,
la que callo, bajo mi cama escondida,
la que gasto, con dispendio, sin medida,
la que guardo, atesorando los días,
la que muere, abrasada en el instante,
la que ha muerto, y me lleva por delante,
la que vivo, aún a veces sin quererlo,
la que mato, a sabiendas, y queriendo.

Todas ellas y aún hay más, se van viniendo,
de a poquitos, calladitas, en silencio,
cada tanto, sin dolor, se van subiendo,
y aunque noto que me pesan, yo las dejo,
¿no se hicieron los serones para eso?
 
La vida del asno.

Y, al tiempo que me duermo, yo despierto,
y, al tiempo que despierto, caigo en sueños,
y, no sé si despiert@, si dormid@,
yo cargo a las espaldas angarillas,
van repletas de retazos de mis vidas.

La que tengo, la buscada, decidida,
la que anhelo, y no menciono, silenciada,
la que exhibo, de cara a la galería,
la que callo, bajo mi cama escondida,
la que gasto, con dispendio, sin medida,
la que guardo, atesorando los días,
la que muere, abrasada en el instante,
la que ha muerto, y me lleva por delante,
la que vivo, aún a veces sin quererlo,
la que mato, a sabiendas, y queriendo.

Todas ellas y aún hay más, se van viniendo,
de a poquitos, calladitas, en silencio,
cada tanto, sin dolor, se van subiendo,
y aunque noto que me pesan, yo las dejo,
¿no se hicieron los serones para eso?
Creo que todos tenemos un poco de cada una de esas vidas. Bravo por tan bello y reflexivo escrito. 👌
 
Sobre todo deja tus escritos a la humanidad, no te reserves para ti todo tu arte
Lo mio no es arte. Arte, lo hacen los artistas. Los que tienen y saben de la técnica, de la gramática, del estilo narrativo adecuado. Yo solo distraigo la mano, garabateando /tecleando letras.

Pero te agradezco tus palabras igualmente. Besos.
 
Lo mio no es arte. Arte, lo hacen los artistas. Los que tienen y saben de la técnica, de la gramática, del estilo narrativo adecuado. Yo solo distraigo la mano, garabateando /tecleando letras.

Pero te agradezco tus palabras igualmente. Besos.
Pues discrepo, escribes (escribís) de una manera que hipnotiza, no lo quieres llamar arte, pues vale, lo llamaremos maestría
Me provoca admiración y un poco de envidia, que mi calidad literaria es el equivalente en el dibujo a " con un 3 y un 4 hago el dibujo de tu retrato"
 
Pues discrepo, escribes (escribís) de una manera que hipnotiza, no lo quieres llamar arte, pues vale, lo llamaremos maestría
Me provoca admiración y un poco de envidia, que mi calidad literaria es el equivalente en el dibujo a " con un 3 y un 4 hago el dibujo de tu retrato"
En mi modesta opinión, escribis como los ángeles, seguir asi, gracias por vuestras palabras
 
Ni si, ni no.

Mi razón a veces no es coherente, se comporta como una rebelde.

Hablo poco, hablo mucho.
Desmemoriada más de una vez y otras veces, memoria con detalle.
Alegre a ratos, inmensamente desdichada en otros ratos largos.
Me gusta ocultarme en mi soledad, me abruma asomarme al resto de la humanidad.
Cálida en ocasiones, fría en otras muchas.

Estoy asustada, corro despeinada, intentando alcanzar no se qué.
Soy un desastre organizado o quizás una desorganizada con arte.

No todo lo que se dice, se siente.
Ni todo lo que se siente, se dice.
 
Hay un pájaro de alas azules y blancas, quiere volar en libertad. Pero no puede, no quieren, no lo dejan.
Hay un pájaro de alas azules y amarillas, va volando tras la paz. Pero no llega, no quieren, no lo logra.

Hay una jaula de oro, hay una trampa tras cada logro, hay manos tendidas sin decoro. Nunca se alcanza el vuelo, nunca se termina el duelo.

Hay veces que, ni paz, ni libertad son destinos. Largo es el recorrido en el que volar hacia la adversidad. Hay veces que los colores, descolorean siendo todos iguales. Hay veces que los intereses, interesan con sabidas desigualdades.
 
En la tranquilidad y el silencio que me brinda la noche, Solo puedo una cosa resaltar.

Tras leer todos los aportes, uno a uno
Examinándolos siempre un poco más allá

Solo me sale “agradeceros” a todos
Vuestro tiempo y claridad
A la hora de alimentar este hilo
Gracias, gracias una vez más
 
De dos te quiero,
un beso de amor.
Vestido de ilusión,
tu abrazo es cálido Sol.

Mi preciado tesoro,
valiente siempre.
Sabiendo del miedo
Le atacas sonriente.

De grumete a capitán,
has cumplido con honor.
Tú nombre lleva el valor,
a la vida sabes conquistar.

Mil hombres quisieran,
tener tus sueños de azúcar y sal
tener tu arrojo como feroz león
tener tu propia y coherente razón,
entre palabras de amar.

Mi pequeño pirata
entre lunas y mares,
ya me atrapas.

Mi preciado tesoro,
mi pequeño aventurero,
eres mi "te quiero".
 
Lo mio no es arte. Arte, lo hacen los artistas. Los que tienen y saben de la técnica, de la gramática, del estilo narrativo adecuado. Yo solo distraigo la mano, garabateando /tecleando letras.

Pero te agradezco tus palabras igualmente. Besos.
"...y cada verso es
un jirón de piel"
 
De dos te quiero,
un beso de amor.
Vestido de ilusión,
tu abrazo es cálido Sol.

Mi preciado tesoro,
valiente siempre.
Sabiendo del miedo
Le atacas sonriente.

De grumete a capitán,
has cumplido con honor.
Tú nombre lleva el valor,
a la vida sabes conquistar.

Mil hombres quisieran,
tener tus sueños de azúcar y sal
tener tu arrojo como feroz león
tener tu propia y coherente razón,
entre palabras de amar.

Mi pequeño pirata
entre lunas y mares,
ya me atrapas.

Mi preciado tesoro,
mi pequeño aventurero,
eres mi "te quiero".
Que bien escribes, gracias:):)
 
SEÑALES

Las señales del mundo
llegan a deslumbrar.

Aquel mirlo escondido era un
"es por ahí".

La araña de la esquina,
"ten cuidado".

Y ahora, el magnolio,
"estás en casa".
 
Última edición:
De otros mundos:

No soy yo de elucubrar.
Los misterios y los dogmas,
no me van.
La vida eterna o su ausencia,
se me escurren, no me llegan
a calar.

Los "trinos" que me estremecen,
de costumbre suelen ser,
los de pájaros heridos,
que cantan su fenecer.
Los "unos" que me seducen,
acostumbran a ser parte,
de un dos, que por dos se escoge,
tratando de ser felices.

Los dioses y los demonios,
los dejo para entendidos,
lo más que llego es al sino,
pero no le veo raices.
En tanto a lo metafísico,
me inclino más por lo químico,
me dice más un olor,
que cualquier astral visión.

Con todo, y lo que no digo,
he de confesar también,
que, cuando el tiempo aburrido,
se pasa como la miel,
con cadencia lenta y densa,
a veces pienso en la fosa,
en la muerte, en la guadaña,
en ese tipo de cosas.

¡ Qué siniestra ocupación !
pensarán todos ustedes,
no les niego su razón,
pero no tengan cuidado,
lo que ocupa mi cerebro,
no es morir, sino quedar,
dejar, no más una sombra,
un recuerdo de pasar,
y ¿ qué mejor que una frase,
un epitafio final?
"aquí yace
(no debajo, que no me quiero enterrar)
¿para siempre?
un curioso personaje,
que quiere que le recuerden,
para no morir jamás.
 
De otros mundos:

No soy yo de elucubrar.
Los misterios y los dogmas,
no me van.
La vida eterna o su ausencia,
se me escurren, no me llegan
a calar.

Los "trinos" que me estremecen,
de costumbre suelen ser,
los de pájaros heridos,
que cantan su fenecer.
Los "unos" que me seducen,
acostumbran a ser parte,
de un dos, que por dos se escoge,
tratando de ser felices.

Los dioses y los demonios,
los dejo para entendidos,
lo más que llego es al sino,
pero no le veo raices.
En tanto a lo metafísico,
me inclino más por lo químico,
me dice más un olor,
que cualquier astral visión.

Con todo, y lo que no digo,
he de confesar también,
que, cuando el tiempo aburrido,
se pasa como la miel,
con cadencia lenta y densa,
a veces pienso en la fosa,
en la muerte, en la guadaña,
en ese tipo de cosas.

¡ Qué siniestra ocupación !
pensarán todos ustedes,
no les niego su razón,
pero no tengan cuidado,
lo que ocupa mi cerebro,
no es morir, sino quedar,
dejar, no más una sombra,
un recuerdo de pasar,
y ¿ qué mejor que una frase,
un epitafio final?
"aquí yace
(no debajo, que no me quiero enterrar)
¿para siempre?
un curioso personaje,
que quiere que le recuerden,
para no morir jamás.
 
Atrás
Top Abajo