Reencuentro con Elena

Javi:
 

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No, está esperando, no?
Esa es la última escena narrada en el capítulo de hoy por @Keranos , lo que @elherdau nos describe es la siguiente escena, después del "fundido a negro" de hoy.

Nota: "Fundido a negro" en la mente de Javi tras verla a ELLA, y "Fundido a negro" en el relato tras el cliffhanger del final del capítulo de hoy.
 
Última edición:
Tuvimos que esperar 415 capítulos para volver a saber de Elena, su alma gemela...aainnsss!!!:LOL:

Todos esperamos de Javier una reacción ejemplar, pero lo conocemos lo suficiente como para esperar reacciones desde que se esconda en el baño, salga corriendo, o que se desmaye, en una de esas nos sorprende a todos y cumple hidalgamente su compromiso laboral.

Esto último sería perfecto para incrementar nuestro morbo viendo sus posibles interacciones, miradas y gestos, confirmar con quien está Elena, cosa difícil en una cena de trabajo, siendo su jefe Alberto, o su posible colega y excuñado David.

Este suceso será el caldo de cultivo para la reconciliación del grupo, se viene Consejo de Guerra presidido por Irene.

Ver la reacción de ella al ver a Javier no tiene precio, lo positivo que tendremos 4 capítulos más esta semana para averiguar como evoluciona este posible reencuentro.

Al relato le van quedando sólo meses de vida literaria, Keranos nos manifestó que consideraba lo ocurrido hasta principios del año siguiente, así que ya empezará a cerrar hilos que seguían abiertos.
 
Bueno, lo mío no era una apuesta, era un "íntimo deseo", la materialización de un magnífico "nada es lo que parece" ...

Estaría bien.

Mi deseo es que vaya salude al jefe (creo que se conocían en persona, si no no tiene sentido saludarlo), salude al hermano y finalmente salude Elena, le diga que le gustaría hablar con ella un momentito y eso... hablar de una maldita vez...

Upsss no tiré una moneda en el pozo de los deseos. Mierda!!! mi deseo no se cumplirá
 
Capítulo 753

El metre me preguntó en dos ocasiones mi nombre para decirme dónde tenía que ir, pero cuando fui capaz de reaccionar, lo único que hice fue mirarlo y negar con la cabeza, dejándolo extrañado y dándome la vuelta para irme a casa, esta vez a paso ligero y de manera tan automática que parecía que había vuelto en un segundo, porque su cara no se iba de mi mente y era prácticamente lo único que podía ver. Me senté en el sofá, con un sudor frío, estando muy nervioso.

Me temblaban bastante más manos y las tenía heladas. Verla así tan de sopetón no me sentó muy bien, estando ahora en casa con un pequeño ataque de ansiedad por la manera que tenía de respirar tan acelerada pese a no haber hecho ningún esfuerzo. Es probable que tuviera que ver que el jefe de Elena sí que me viera a mí, sonriendo él un poco y diciéndole algo a ella al oído, momento que aproveché yo para largarme, porque no sabía si le estaba diciendo que yo estaba ahí o algo, pero no lo quería descubrir.

Por si este golpe que me acababa de llevar no fuera poco, me puse a investigar un poco, encontrándola en redes sociales, con su nombre, aunque escrito de otra manera a como solía. Pero no me costó mucho y la verdad es que ojalá sí que me hubiera costado, o directamente no lo hubiera hecho, porque al encontrar su perfil vi la foto que tenía en él, porque lo tenía privado, pero no me hacía falta ver más.

No estaba seguro de lo que veía, por lo que copié el enlace y lo pegué en una de esas páginas que te deja ver dicha imagen con mejor resolución para encontrar a una Elena con una sonrisa radiante mientras sostenía a un bebé en sus brazos. Sobran las palabras para decir cómo de mal me sentó aquello con la reacción que había tenido simplemente al verla en persona, porque solo fue eso, verla, ni siquiera habíamos tenido un encontronazo en el que hubiéramos cruzado palabra ni nada similar.

-¡Javi, Javi! ¡¿Estás bien?! -preguntaba Noelia zarandeándome- Javi, llevo dos días llamándote y escribiéndote y no me respondes. ¿Y qué es esto? ¿Para qué son estas jeringuillas que hay en la mesa? Estoy muy asustada. Contéstame, por favor...

Noelia me incorporó para dejarme sentado en el sofá, donde llevaba los dos últimos días sin hacer nada más que estar tumbado. Ni siquiera comí en ese tiempo, siendo ella la primera que me encontró así después de que volviera a casa tras haber visto a su hermana. Aunque en realidad, sí que me había visto alguien más, porque después de quedarme sentado en el sofá unos instantes una vez regresé a casa y tras haber visto esa foto de Elena con un bebé en sus brazos, me limpié las lágrimas y salí de casa unos minutos para pillar droga.

Aquella droga que sabía que me despejaría la cabeza de todo lo que estaba pensando y haría desaparecer todo ese dolor que tenía en ese momento. La sensación fue la misma que cuando la vi llorando al descubrirnos a Noelia y a mí en la cocina tras la conversación que tuvimos. Tenía un fuerte pinchazo en el estómago y también una alta presión en el pecho.

Y no quería estar así todo el tiempo, a la vez que sabía que no iba a descansar, por lo que fui a conseguir algo que me quitara todo aquello. Me pasé los dos días siguientes a ese momento drogado todo el tiempo para evitar sentirme mal en algún momento, aunque solo fuera un minuto. Dejé el móvil en silencio y hasta bocabajo, quedándome todo el tiempo tumbado bocarriba con la mente en blanco, porque esa sustancia me permitía dejar de pensar.

Y también dormí mucho, pero ahora tenía a Noelia zarandeándome y preguntándome que pasaba, diciendo que estaba preocupada y también había visto las jeringuillas que tenía encima de la mesa. Aunque no me volvió a pedir explicaciones tan rápidamente, porque lo que hizo fue ayudarme a levantarme después de haberse ido unos minutos al baño, llevándome hasta él cuando vino para meterme en la bañera, la cual había llenado de agua caliente para que pudiera así darme un baño, que falta me hacía.

Allí estuvimos todo el tiempo en silencio, con ella lavándome, aunque yo le apartaba las manos, porque podía hacerlo yo, pero ella siempre terminaba acariciando mi pecho para esparcir el jabón por él, continuando un poco por otras partes del cuerpo. Vacié la bañera y me aclaré, habiéndome dejado ella ropa limpia allí para que me pudiera vestir, habiéndose llevado la que tenía puesta, dejándome varios minutos solo.

No podía ni mirarla a la cara, porque sabía que me iba a recordar a su hermana y, aunque la tenía muy presente en mi cabeza al haberse pasado el efecto de la heroína, no quería verla en carne y hueso, porque eran tan similares que iba a ser imposible no ver a mi ex reflejada en su cara. Elena no se iba de ni cabeza en ningún momento. Tan fija la tenía en mi mente que ni siquiera me molesté en inventarme una excusa sobre qué hacían unas jeringuillas sobre la mesa.

Cuando salí, me dirigí al salón, encontrándome que estaba recogido, aunque en realidad no había mucho que recoger. Tan solo tenía la ropa que usé para la cena que tenía de empresa repartida por las sillas de la mesa grande, porque me puse más cómodo cuando volví de comprarle la droga a aquel chico que le compré para salir de un aprieto. Aún tenía su número y le llamé, quedando con él y siendo todo muy rápido.

Dicha ropa ya no estaba allí tampoco, al igual que tampoco había nada encima de la mesa. Noelia tampoco estaba por allí, pero oí algo de ruido proveniente de la cocina y fui hasta allí, encontrándola cocinando algo. Cuando se percató de que estaba ahí, me miró, pudiendo notar yo que había llorado por cómo tenía sus ojos algo rojos y por cómo se había corrido un poco el ligero maquillaje que llevaba. Aunque ella me sonrió y me dijo que me sentara en el sofá, que estaba casi listo lo que estaba preparando.

Pocos minutos después vino conmigo, trayendo un plato de pasta junto a una servilleta y un tenedor para que pudiera comer, además de agua. Le dije que no hacía falta que me hiciera de comer, que yo sabía hacerlo, pero ella me dijo que no le resultaba ningún problema hacerlo, pidiéndome que me pusiera a comer para que no se me enfriara.

Llevaba dos días sin comer y la verdad es que el cuerpo me pedía combustible, por lo que me puse a ello, aunque tenía el estómago muy cerrado, pero ella se puso insistente y al final me terminé el plato, llevándoselo ella a la cocina una vez acabé después de decirme que había lavado toda la ropa que había en el salón y la que me había quitado al bañarme.

Tras unos breves minutos regresó conmigo, sentándose en el sofá mientras yo permanecía con los ojos cerrados, aunque ella estaba inquieta. Podía notarlo por cómo se movía, porque no paraba quieta. Hasta llegué a pedirle que parara, agarrando ella mis manos para mirarme.
 
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