Reencuentro con Elena

Entiendo que recién vamos en la navidad del 2016, y la historia dura hasta los primeros meses del 2017, deben quedar cosas por encajar en estos meses que quedan, sería insólito que el tema de Elena no se dilucidara más, saber qué la llevó a tener tan contradictorias actitudes a partir del reencuentro, y que sucede ahora en su cabeza y corazón, no por nada el relato lleva el título que lleva.
Con seguridad terminando la historia, Keranos nos entregará algún tipo de epílogo actualizando la situación de vida de cada personaje.
 
Capítulo 899

A la mañana siguiente se nos hizo un poco tarde para levantamos. Al menos a Abby y a mí, pues me encontré a Ángela hablando por teléfono con su familia, dándome cuenta de que no era tan temprano como imaginaba. Fui a la cocina a por algo de agua, porque estaba muy sediento de lo ocurrido la pasada noche, pero mi amiga me interceptaría.

Pensaba que estaba ocupada hablando por su móvil, pero le pillé acabando la conversación, viniendo a decirme mientras reía que estaba un poco preocupada al no habernos levantado a la hora a la que lo habíamos estado haciendo durante los días que ella había permanecido con nosotros.

Le dije que habíamos tenido una noche especial, a lo que ella asintió. Le pregunté si había oído algo y afirmó con la cabeza mientras sonreía, pero me dijo que no le importaba nada y que podía estar tranquilo, porque no tenía pensado sacar el tema delante de Abby para que no le diera vergüenza o se pusiera incómoda como pensaba que podía pasar.

Ella lo veía completamente normal al vernos como una pareja, sobre todo al estar empezando. Me seguía diciendo que se alegraba mucho por mí al verme tan bien con ella, pudiendo haber pasado página de tan buena manera al encontrar a alguien más. No le hacía falta que le dijera más lo que sentía por Abby al poder verlo ella con sus propios ojos. En su opinión, era una mirada tan parecida a la que tenía cuando estaba con Elena que sabía cuánto la quería y que también estaba enamorado de ella.

Le confesé que la pasada noche le dije que la quería por primera vez pese a llevar como pareja casi dos meses ya, pero veía en Abby a una persona de naturaleza tímida por mucha confianza que hubiéramos cogido ya. Pensaba que se pondría nerviosa cuando se lo dijera por primera vez, especialmente siendo algo pronto quizá, pero lo cierto es que me sorprendió lo bien que fue en el momento al no poder aguantármelo más.

Ángela no cabía en sí de gozo al oírme decir todo aquello, llegando a darme un abrazo además. Continuamos con la charla durante unos pocos minutos más, pero me puse en marcha, porque ella ya se había duchado y hasta desayunado, subiendo yo para ir dándome una ducha, no sin antes ir despertando a Abby para que se fuera espabilando, con los típicos cariñitos, diciéndole una vez más que la quería.

Ella volvió a reaccionar muy bien a eso, sonriendo y dándome un abrazo, aunque estaba tan adormilada aún que ni abrió los ojos. Me respondió con las mismas palabras y me dio un pequeño beso. Le comenté la hora que era, pensando que estaría bien ir levantándonos para aprovechar el par de días que nos quedaban con Ángela antes de que ésta volviera a España.

Mientras Abby se duchaba y yo me iba arreglando, llamé a mi madre para agradecerle el regalazo que me mandó, estando ella muy contenta, aunque seguía diciendo que me echaba de menos, pero la tranquilicé al decirle que era cuestión de tres meses para que me pudiera ver. Estuvimos hablando un poco de cómo fue la cena de Nochebuena para todos, poniéndose de nuevo contenta por lo que le contaba sobre lo que hicimos.

Seguía haciendo un frío increíble, donde lo más normal era que hiciera temperatura negativa, a lo que Abby estaba acostumbrada más que de sobra, pero a mí me estaba costando un poco acostumbrarme y eso que me gustaba el frío. La que lo pasaba mal era Ángela, ya que a ella le gustaba mucho el verano y no demasiado el invierno. Aun así era gracioso verle la cara con las chapetas que se le ponían con el frío, así como la nariz roja.

Dimos un pequeño paseo, lo que nos permitió el tiempo, pasando el día entretenidos al visitar atracciones de interés, aunque ahora en interiores para resguardarnos un poco del frío. Se notaba que era festivo, porque había mucha gente por la calle, estando la mayoría de locales bastante llenos, fuera el que fuera.

Para comer, lo hicimos fuera aprovechando que era un día especial y que la cena la habíamos hecho en casa. Fuimos a un restaurante bastante apañado, sin ser tampoco muy caro, en el que servían comidas con mucho aspecto casero. De hecho, me recordaba mucho a lo que comíamos en casa, en donde Abby era la principal protagonista. De hecho, nos contó que solía frecuentar ese restaurante con sus padres de pequeña y que les gustaba mucho.

Por la tarde estuvimos en el centro comercial, porque Ángela quería hacerse con unos regalos para su madre y su hermana, además de algún que otro detalle para el resto de su familia. Estuvimos entretenidos y me encantaba ver a Abby tan cercana con Ángela. Le costaba un poco socializar de primeras, pero cuando se acostumbraba a una persona, lo hacía con mucha normalidad y cercanía.

El día siguiente fue más tranquilo en ese aspecto, porque no salimos casi de casa por el tiempo. Además, Ángela estaba preparando todo para su marcha, pues al día siguiente se tenía que ir. Me sorprendió mucho que Abby se pusiera así de triste en la despedida cuando la llevamos al aeropuerto. Se llegó hasta a emocionar y eso que Ángela había pasado alrededor de una semana con nosotros.

La despedida entre nosotros no es que fuera la más agradable del mundo por obvias razones, pero tampoco era algo nuevo, por lo que fue más llevadero que las veces anteriores, además, ambos nos consolábamos con que nos volviéramos a ver para Semana Santa más o menos. De camino a casa le puse la mano sobre el muslo a Abby, quien estaba algo tristona, pero se me hacía muy mona, aun así.

Ese día nos lo tomamos de reposo por cómo estaba el ambiente en casa con la marcha de Ángela. Nos tiramos todo el día viendo películas navideñas en el sofá, bien abrazados y también jugando con la consola para distraernos. Ángela nos llamó cuando llegó a casa después de muchas horas de vuelo y algunas escalas. Así Abby se quedó más tranquila, porque el tiempo que teníamos allí no era el mejor y estaba un poco preocupada por cómo podía haber ido el vuelo.

Los siguientes días los empleamos en estudiar para los exámenes que tendrían lugar entre enero y febrero. Abby lo llevaba mucho mejor, porque se iba cuidado de tener todos los apuntes bien preparados y a la vez que se organizaba, iba estudiando. Yo tenía que organizarme de mejor manera, pero ella me enseñaría cómo hacerlo para que luego me costara menos trabajo y no perdiera tanto tiempo como estaba haciendo en esa ocasión.

Aun así, la cosa no marchaba mal en ese aspecto, porque yo veía que lo tenía controlado y no se me estaba haciendo pesado ni tedioso. Abby era muy cuidadosa con sus estudios, dedicándole mucho tiempo al día y viendo que ella lo quería así y le venía muy bien el silencio, pues yo aprovechaba también para dedicarle esas mismas horas, cosa que me vino muy bien de cara a los exámenes.

Pero antes de los exámenes estaba el día de Nochevieja y el de Año Nuevo. Mi madre me llamó para desearme un feliz año nuevo cuando para ella eran las 12 de la noche, cambiando ya de año, mientras que yo tenía que esperar unas horas más. Mis amigos también me llamaron, comentándome que se iban de fiesta. Sofía y Hugo se iban con los amigos de ella y los demás se iban en el grupo grande, aunque al día siguiente me enteraría de lo que pasó.

Abby y yo teníamos un plan también pese a ser menos importante que la cena de la noche de Navidad. En esta ocasión, no compramos nada para preparar en casa, sino que pensamos en salir a cenar fuera y luego irnos a algún sitio a tomarnos algo y poder bailar también, cosa en lo que ella estaba interesada. No me costó nada convencerla cuando le dije eso último, porque ella prefería quedarse en casa, pero lo cierto es que yo pensaba que le vendría bien para despejarse de tanto estudio.

Porque también se estaba empezando a poner nerviosa y debía tomarse un descanso, aunque ese día en el que tenía lugar la cena también estuvo estudiando, tomándomelo yo libre para jugar un poco y despejarme. Pero me prometió que al día siguiente sí que se lo tomaría libre, pero solo ese, porque cada vez quedaba menos para las pruebas y quería llevarlo todo bien, aunque yo apostaba a que ya lo hacía de por sí.

Le estuve contando cómo de importante era esa noche en mi país, pensando ella que estaría bien que cenáramos entonces en un sitio especial para que no me resultara extraño no seguir con la tradición. Y hablando de tradiciones, le conté la de las uvas, haciéndole gracia y viéndolo raro, porque no se lo terminaba de imaginar, pensando también que podía ser peligroso por la facilidad que debía haber para atragantarse.

Le di la razón en ello, aunque le dije que yo hacía ya muchos años que no la seguía, preguntándome ella el motivo. No supe llegar a ninguno en especial, contándole que de pequeño sí que lo hacía y demás, pero que conforme crecí lo veía una tontería y prefería no hacerlo, aunque recordando, lo hice el año anterior en casa de Ángela, pidiéndome Abby que le contara con detalle cómo fue esa noche.

Supuse que era por la afinidad que había cogido con Ángela al haberla conocido en persona y al echarla de menos aún. Así que me puse a contarle, dándole a ella pena el resultado de la noche con la bronca que teníamos Irene, Mario y yo. Pero al final veía que todo eso se había solucionado y que ya nada era así, pero sentía pena por Noelia.

Ya le había hablado de ella en algunas ocasiones, siendo esta una nueva. A mi chica le parecía que debía haber actuado de manera muy diferente con ella y esperaba que tuviéramos oportunidad de reencontrarnos y poder hablar para quedar bien. Yo lo veía complicado por cómo acabó la cosa entre nosotros, pero Abby pensaba que si nos volvíamos a ver podríamos tener unas palabras.​
 
La propuesta de Abby, de enviar a Javi a hablar con Noelia, es de una inocencia conmovedora. Si Javier se acerca de nuevo a esa familia, muy probablemente su relación con Abby se verá afectada.
Noelia cerca de Javi, siempre ha resultado un problema. Sin olvidar su asunto con Elena, y sobre todo con Maribel. Los 7.000 Kms largos, que hay entre Canadá y España, es una distancia razonable a mantener.
 
oteador dijo:
La propuesta de Abby, de enviar a Javi a hablar con Noelia, es de una inocencia conmovedora. Si Javier se acerca de nuevo a esa familia, muy probablemente su relación con Abby se verá afectada.
Noelia cerca de Javi, siempre ha resultado un problema. Sin olvidar su asunto con Elena, y sobre todo con Maribel. Los 7.000 Kms largos, que hay entre Canadá y España, es una distancia razonable a mantener.
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Me pregunto si en algún momento se sabrá lo de Maribel.

En este universo, yo me lo llevaría a la tumba, pero ahí ....
 
oteador dijo:
La propuesta de Abby, de enviar a Javi a hablar con Noelia, es de una inocencia conmovedora. Si Javier se acerca de nuevo a esa familia, muy probablemente su relación con Abby se verá afectada.
Noelia cerca de Javi, siempre ha resultado un problema. Sin olvidar su asunto con Elena, y sobre todo con Maribel. Los 7.000 Kms largos, que hay entre Canadá y España, es una distancia razonable a mantener.
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Veo cada vez más difícil que lo de Javier y Abby se estropeé, según lo visto en el relato de una cosa sí podemos estar seguros de Javier, mientras más enamorado más monógamo se vuelve, recordemos que en el mejor momento de su relación con Elena llegaron a decidirse por mantener una exclusividad que bastante desconcertó al grupo de íntimos. ;)
Por otra parte, la actitud de Ángela me sigue intrigando, no me explico su extrema adaptabilidad emocional, TODO le parece bien, ninguna queja ante nada, imagino que no es que todo le dé lo mismo porque se la ve genuinamente contenta por él, sin embargo creo que algún sentimiento de dolor debe haber en su interior, que muy bien reprime por sentimientos superiores. :rolleyes::(
 
onatrapse dijo:
Veo cada vez más difícil que lo de Javier y Abby se estropeé, según lo visto en el relato de una cosa sí podemos estar seguros de Javier, mientras más enamorado más monógamo se vuelve, recordemos que en el mejor momento de su relación con Elena llegaron a decidirse por mantener una exclusividad que bastante desconcertó al grupo de íntimos. ;)
Por otra parte, la actitud de Ángela me sigue intrigando, no me explico su extrema adaptabilidad emocional, TODO le parece bien, ninguna queja ante nada, imagino que no es que todo le dé lo mismo porque se la ve genuinamente contenta por él, sin embargo creo que algún sentimiento de dolor debe haber en su interior, que muy bien reprime por sentimientos superiores. :rolleyes::(
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Tal vez sea la cultura canadiense. Las pocas personas que conozco de esa nacionalidad tienen a ser muy amables y creo que la gran mayoría son así.
 
onatrapse dijo:
Veo cada vez más difícil que lo de Javier y Abby se estropeé, según lo visto en el relato de una cosa sí podemos estar seguros de Javier, mientras más enamorado más monógamo se vuelve, recordemos que en el mejor momento de su relación con Elena llegaron a decidirse por mantener una exclusividad que bastante desconcertó al grupo de íntimos. ;)
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En teoría, lo de Javi y Elena no falló por no ser monógamo, sino por el absurdo mutismo de Javi por cosas graves del que él no tenía responsabilidad al comienzo.

El problema de Javi no es de infidelidad, por ese lado creo que Abby puede estar tranquila. El tema son sus absurdas decisiones ante el entorno tóxico que no sabe manejar.

Mientras el entorno sea tranquilo, todo estará tranquilo en él.

onatrapse dijo:
Por otra parte, la actitud de Ángela me sigue intrigando, no me explico su extrema adaptabilidad emocional, TODO le parece bien, ninguna queja ante nada, imagino que no es que todo le dé lo mismo porque se la ve genuinamente contenta por él, sin embargo creo que algún sentimiento de dolor debe haber en su interior, que muy bien reprime por sentimientos superiores. :rolleyes::(
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Sobre Angela, quizás haya algo oculto que no vemos. Sus acciones son extrañas, algo hay ahí, quizás algo que pueda hacer daño.
 
javieron dijo:
En teoría, lo de Javi y Elena no falló por no ser monógamo, sino por el absurdo mutismo de Javi por cosas graves del que él no tenía responsabilidad al comienzo.
El problema de Javi no es de infidelidad, por ese lado creo que Abby puede estar tranquila. El tema son sus absurdas decisiones ante el entorno tóxico que no sabe manejar.
Mientras el entorno sea tranquilo, todo estará tranquilo en él.
Sobre Angela, quizás haya algo oculto que no vemos. Sus acciones son extrañas, algo hay ahí, quizás algo que pueda hacer daño.
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Coincido.
Esa falta de comunicación ha complicado todas sus relaciones con sus parejas y amistades, en muchas ocasiones sus omisiones lo llevaron a ser tratado como un mentiroso y un traidor.
Aunque el retorno de Ángela a su vida pudo mejorar bastante su mayor defecto, su viaje a Canadá ha demostrado que necesitaba estar lejos de su habitual entorno para poder desarrollar sentimientos más genuinos por alguien.
Lo de Ángela es un caso, el particular desarrollo del personaje hace preguntarse cuánto puede distar de la persona real en la vida de Keranos, cuesta encajar en la vida real a una mujer tan bella, sensual e inteligente, sacrificada tan generosa e incondicionalmente por una amistad con quien dice ser sólo su mejor amigo. :unsure::rolleyes::cool:
 
Capítulo 900

Ese día tiramos un poco la casa por la ventana, yendo a un restaurante caro, el cual tenía un menú especial para esa noche. Así que nos vestimos como la ocasión requería, poniéndose Abby un vestido elegante y sexy al mismo tiempo, aunque no era el negro que le había visto ya, sino que se trataba de uno rojo, el cual tenía un poco más de escote y también era cortito de falda. Se ajustaba perfectamente a su precioso cuerpo, llevando unos tacones negros muy altos en esta ocasión.

No se me podían ir los ojos a otro sitio que no fuera ella, aunque Abby también estaba contenta al verme vestido de nuevo de traje. Me decía a cada rato que le encantaba verme vestido así y que debería ponérmelo más, pero no me veía yendo a clase o trabajando dándolas vestido de esa manera. Tan bien nos veíamos el uno al otro que casi no llegamos bien a la cena, porque cayó algún beso tonto y un poco más y acabamos quitándonos la ropa.

Pero ya habría tiempo de eso más tarde. Así que nos fuimos al restaurante, en coche, porque ya la temperatura era demasiado extrema para ir paseando estando tan retirado. Sobre todo para ella, que iba con un vestido fino y corto por mucho abrigo que se pusiera. Fue una noche increíble, habiendo un buen ambiente, pues al fin y al cabo, se estaba despidiendo el año y era una ocasión especial allí igualmente.

Todo el mundo allí iba vestido de manera parecida a nosotros. Y todo fue de maravilla. Cenamos muy a gusto y el trato estaba a la altura del precio que demandaba el lugar. Una vez llegó el momento, se hizo una cuenta atrás para despedir el año, brindando una vez entramos en el nuevo, aunque eso fue después de que Abby y yo nos diéramos un buen beso, diciéndonos que nos queríamos mucho. Fue bonito ver cómo todo el mundo allí brindaba y se deseaban un feliz año de esa manera tan cercana con la que lo hicieron.

Mi pareja y yo estábamos algo retirados, preguntando yo cuando entramos si se nos podía asignar una mesa como en la que estábamos por el problemilla de Abby, pudiendo conseguirla y yendo todo de maravilla. Al final, una vez acabó tanto la cena como el brindis, dijimos de marcharnos, pero no nos enteramos de que allí habría también un espacio para celebrar un poco la entrada de año, habiendo música, copas y demás.

Teníamos pensado ir a otro sitio, pero la verdad es que allí se estaba bastante bien y nos quedamos, tomándonos algo, aunque yo no pude tomar nada con alcohol por tener que conducir de vuelta a casa, pero no me importaba. Abby sí que tomó algo de alcohol, cosa que le vino bien para desinhibirse, yéndose esos nervios que tenía cuando llegamos al haber tanta gente, cosa que era normal en un restaurante. De hecho, siempre le pasaba, pero era cuestión de minutos para que se acostumbrara.

Pero ahora la cosa iba mejor al llevar ella un poco de alcohol encima, aunque permanecíamos algo apartados igualmente. Tan bien le sentó aquello que se animaba mucho a darme besos, y no sutiles precisamente. Yo me dejaba llevar viendo lo guapa estaba así vestida y con su maquilla, pareciéndome muy sexy. Me sentía el más afortunado teniéndola a mi lado, creyendo que era el que más suerte tenía de los que estábamos allí al estar con ella, y eso que había chicas y mujeres muy guapas y atractivas.

Pero yo solo tenía ojos para ella. Bailamos durante bastante tiempo, pegándonos bien para sentir nuestros cuerpos, cosa que estaba empezando a pasar factura, porque entre eso y lo que pasó en casa antes de que nos fuéramos, estábamos muy a tono. Se lo podía notar mucho a ella en su cara y en lo sonrojada que estaba. En mí era notable también, pues me pasé todo el tiempo con la polla morcillona desde que empezó esa celebración.

Se me pasó por la cabeza ir al baño para hacer algo allí, pero no terminaba de ver a Abby de esa manera con el problemilla que tenía, por lo que le dije de irnos a casa para continuar con la celebración de otra manera. Me encantó la sonrisa tan preciosa que puso, no necesitando que me dijera nada para poder irnos de allí. Aunque antes de llegar a casa nos dimos muchísimos besos en el coche, teniendo lugar también algunos tocamientos, aunque todo por encima de la ropa.

En cuanto llegamos a casa subimos las escaleras para continuar con ese magreo que tuvimos durante un buen rato en el coche. En esta ocasión, a ella le apetecía que fuéramos algo más rápido al empezar ella a quitarme la ropa, pareciéndome a mí perfecto, porque tenía muchas ganas también.

Una vez me consiguió desnudar del todo, me hizo una señal con el dedo para que esperara, tardando más de la cuenta, cosa que no entendía. Le llegué a preguntar si todo iba bien, respondiéndome ella que sí, pero que le diera un momento. Volvió a los pocos minutos conforme se fue, aunque podía ver algo de cambio en ella, porque sus medias no eran las mismas que se había puesto para salir a cenar.

Esas eran de las que son ajustables a la cintura, sin embargo, ahora llevaba unas que se quedaban a medio muslo y algo más translúcidas. Me puso mucho verla con esas medias, queriendo ella seguir jugando, aunque se puso sobre mi cuerpo para chupármela durante unos momentos, pero yo quería algo más, por lo que tiré de ella a los pocos minutos para besarnos un poco.

Puse mis manos sobre su culo, acariciando también su coño por encima de la tela del tanga que se había puesto, encontrándolo bastante húmedo, cosa que me encantó, provocando que lanzara un pequeño gemido que a ella le hizo gracia. En esta ocasión fui yo el que la puso bocarriba en la cama para desnudarla, empezando por sus tacones, siguiéndole el vestido, hasta que la dejé en ropa interior.

Me resultaba muy sexy verla con ese conjunto negro y esas medias, apeteciéndome dejárselas puestas para el resto de la noche, aunque la ropa interior sí que se la quería quitar. Lo primero en irse fue el sujetador, que acabó en el mismo sitio que el vestido. Con su tanga me entretuve un poco más, siendo visible una mancha de humedad pese a ser tan oscura la prenda. Me encantaba ver eso. Tanto, que puse mi cara sobre la zona.

A ella le hizo mucha gracia, riendo como si le hubiese hecho cosquillas. A mí me entró mucho calor por la excitación al olerla así. No perdí más el tiempo en quitarle el tanga para comérselo bien, lanzando ella un gemido de sorpresa, seguramente por la manera tan ruda con la que empecé. Pero es que tenía demasiadas ganas.

Me pidió que la dejara un poco para que no se corriera, pues quería hacerlo mientras se la metía. Así que cuando vi que se aproximaba al final, paré para subir por su cuerpo entre besos hasta que llegué a sus labios. Me agradeció mucho que le hubiera hecho caso, cosa que me resultó difícil por lo que me encantaba comerle el coño con lo rica que estaba en general.

Me susurró que se la metiera, acomodándose bocarriba para abrir las piernas y que pudiera hacerlo. Yo también me acomodé, empezando a acariciarle con la polla, cosa que nos encantaba a los dos, pero no tardé en empezar a metérsela. Rápidamente, sus jadeos aumentaban de ritmo a medida que se la metía de manera más rápida y fuerte. Me pidió que aguantara sin acabar, pero que ella iba a hacerlo. Traté de contentarla y pude lograrlo, aunque me quedé bastante cerca de terminar también.​
 
Estagirita dijo:
"cuarto oscuro" ... ¿entiendes? ... agujero negro ... cueva del ogro ... ¿entiendes? ... ese es el lugar del "sótano" de Abby que Javier desea conocer.
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Mi alegoría al sótano de la casa de Abby, era una referencia a la parte oscura y oculta que puede habitar en cada uno de nosotros. Pero eso tú ya lo sabes 😜
La parte oscura a la que tú te refieres, creo que Javi la tiene muy a la vista, y parece que con fácil acceso 😝😝
 
Última edición:
Capítulo 901

Abby se corrió entre sus típicos gemidos mientras se retorcía, como siempre solía hacer, siéndole muy placentero por lo que podía ver y sentir. En cuanto se recuperó, cosa que fue rápida, me tumbó sin salirme yo aún de ella para ponerme bocarriba y bajar por mi cuerpo hasta mi polla y chuparla, limpiándola así de sus fluidos. Pero llevó cuidado igualmente para que no acabara.

Después de eso me dio un poco de vía libre para hacer lo que quisiera, siempre y cuando no acabara. Le pregunté la razón de querer que no acabara, pero ella no me la dijo, limitándose a comentar que era una sorpresa. Así que estuvimos follando de muchas maneras y durante bastante tiempo. Por momentos lo pasaba un poco mal, porque me notaba muy cerca de acabar y era algo que quería hacer, pero ella siempre llevaba cuidado de que no lo hiciera.

Practicamos muchas posturas, llegando ella a correrse otra vez cuando lo estábamos haciendo estando ella a cuatro, pero no me dejaba terminar. Volvió a chupármela cuando se corrió para limpiarme sus fluidos, gustándome, pero yo también quería acabar, preguntándole de nuevo el motivo de que no quisiera que acabara. Se sentó sobre la cama con sus piernas cruzadas para decirme que quería que tuviéramos sexo anal.

Me dio muchísimo morbo que me lo dijera de esa manera tan tierna e inocente. Abby se sonrojó un poco de hecho, cosa que no entendía con todo lo que habíamos hecho a esas alturas, porque no era raro que ella se autoestimulara esa zona mientras lo hacíamos. Si lo hizo en nuestra primera vez. Pero a ella parecía darle vergüenza. Ahora entendía lo que estaba haciendo en el baño antes de que empezáramos a parte de ponerse esas medias.

Me dijo que nunca lo había hecho pese a haber jugado algunas veces ella sola, pero que sabía que yo sí que lo había practicado y pensaba que podíamos intentarlo sin problemas por eso mismo. Le dije que sería algo que me encantaría hacer con ella. Su sonrisa me decía que ella pensaba lo mismo, dándome un abrazo y preguntándome cómo podíamos empezar.

La puse bocabajo sobre la cama para besarle la nuca e ir bajando por su cuerpo hasta llegar a su culo, dándole algún mordisco en las nalgas, cosa que le hacía gracia. Dio un gritito muy mono cuando le empecé a comer el culo, aunque trataba de ir tranquilo al ser algo tan especial, pero a ella le pilló por sorpresa. Aunque se relajó rápido, dejándose hacer y disfrutando bastante de ello.

Se lo dilaté durante un buen rato, usando los dedos y demás hasta que le pregunté si estaba preparada para dar un paso más. Ella me dijo que sí mientras miraba hacia atrás, cogiendo yo el bote de lubricante que teníamos en la mesita y que usábamos de vez en cuando para jugar al ser de esos de sensaciones de frío y calor. Me eché bastante por la polla y también lo hice por su culo, empezando a frotarme con ella para ver cómo reaccionaba.

Lo hacía tan bien como cuando se lo comía, cosa que me alentaba a ir más allá. Empecé a hacer un poco de presión, poniéndose ella algo nerviosa. Le comenté que lo mejor que podía hacer era relajarse para que todo saliera bien, pasando a frotarme con ella hasta que la notara tranquila. Una vez lo noté, volví a hacer presión, yendo todo mucho mejor al estar ella más calmada.

No costó mucho que entrará en realidad, siendo muy placentero al tenerlo ella tan cerradito. Me mantuve quieto con mi glande en su interior, preguntándole qué tal estaba y si le gustaba. Ambas respuestas fueron afirmativas, por lo que empecé a moverme muy lentamente para ver cómo se adaptaba, yendo todo bastante bien también.

En unos cinco minutos ya la follaba, aunque de manera lenta, pasando a aumentar el ritmo conforme veía que cada vez entraba mejor y que ella colaboraba al empujar con su cuerpo hacia mí. Me ponía mucho verle el culo tan abierto, poniendo ella sus manos en sus nalgas para abrírselas bien y que fuera más fácil.

Aunque soltó una para tocarse mientras yo le seguía dando de esa manera, diciendo que le estaba gustando. Yo ya venía muy calentito con todo lo que había pasado ya a esas alturas entre los momentos posteriores a la cena, lo del coche y todo el folleteo que habíamos tenido desde que volvimos, por lo que no pude aguantar mucho más corriéndome dentro de su culo en abundancia, llegando ella a otro orgasmo que la hizo retorcerse.

La seguí para no ponerlo todo perdido y tumbarme también, pues acabé exhausto y mareado del subidón que me dio. Tardamos algo más en recuperarnos, aunque fue Abby la que tomó precauciones al coger papel para que no se manchara nada. Me la encontré mirándome una vez me terminé de recuperar y abrí los ojos, estando ella muy sonriente, dándome un beso. Me dijo que le había encantado la experiencia y que podíamos hacerlo de vez en cuando si me parecía bien, afirmando yo.

Nos dimos una ducha rápida para poder descansar mejor, marchándome yo a la cama rápidamente, llevándole a ella un poco más al tener que desmaquillarse por no haberse mojado la cara para no hacerlo con el pelo tampoco. Casi me duermo antes de que viniera, pero no tardó, abrazándose a mí con fuerza para darme un beso y decirme que me quería mucho. Veía que todo marchaba de maravilla al haber ido tan bien en días importantes como el de mi cumpleaños o en Navidad, nada que ver con años anteriores.

Poco después de empezar las clases, empezaron los exámenes, cosa que fue bastante bien, tanto para Abby, como para mí. Aunque sí que pasó algo que es digno de mención, y es que una chica que se estaba sacando el mismo máster que yo, se ponía nerviosa a la hora de los exámenes y armaba mucho revuelo. De primeras no me importó, pero cuando se acercó a mí, sí que me saltó alguna alarma.

No paraba de hablar y estuvimos charlando un poco. De hecho, le ayudé a repasar el temario de los exámenes que aún nos quedaban por hacer al contarme ella sus resúmenes, comentándome que leer en voz alta sus apuntes o contárselos a alguien le ayudaba mucho para que se le quedara mejor. Como digo, no me importó en absoluto que me buscara para eso, pero la cosa es que siguió buscándome una vez acabaron.

Supongo que le caería bien o algo, porque siguió acercándose a mí pese a no necesitar esa ayuda que yo le brindaba de cara a las pruebas. Fue algo descarada al sentarse justo a mi lado cuando antes de todo esto estábamos bastante alejados, ya que el aula era grande y había muchos lugares vacíos. Empezó por comentarme lo de los tatuajes, porque tenía la costumbre de remangarme para los exámenes sin importar el frío que hiciera, aunque allí había calefacción todo el tiempo.

Por ahí fue por donde empezó a sacarme tema de conversación. Me dijo que les pareció bonitos y que se los podía enseñar alguna vez de manera más privada. No era muy sutil que digamos. Tuve que pararle los pies al decirle que tenía novia y que no me interesaban encuentros como que el me acababa de sugerir, aunque ella se hizo la loca, pero para mí se me hizo muy obvio el objetivo que tenía. Fue algo que me recordó bastante a los encuentros con Natalia en el gimnasio.

Aunque esta chica, llamada Hailey, no iba tan a saco pese al acercamiento tan brusco que tuvo. Me sorprendió un poco de primeras que se acercara a mí de esa manera, pues siempre la había visto cerca de un chico, con el que se seguía relacionando entre clases, pero al parecer no eran pareja. Me dijo que no me preocupara, que no buscaba nada en mí y que respetaba lo que le había dicho, aunque me preguntó si le importaba que se quedara sentada por ahí desde ese momento.

Le dije que no tenía problema siempre y cuando no me distrajera de las clases, aunque esto lo dije con tono de broma para relajar la tensión, pues me pareció que quizá fui demasiado brusco con ella. Ella sonrió y me dijo que no tendría que preocuparme por ello. La verdad es que era una chica bastante atractiva y guapa. Mediría alrededor de 1,60, siendo rubia y con unas curvas bastante sensuales, teniendo unos buenos pechos, aunque lo que más llamaba la atención de los chicos del lugar era su culo, redondo y grande.

Era bastante simpática, como demostró a lo largo de las semanas en las que se estuvo sentando a mi lado. Sacó de vez en cuando el tema de vernos fuera de la universidad para compartir apuntes o tomar café, pero yo decliné siempre, porque seguía notando que me ponía ojitos de vez en cuando y no quería meterme en problemas al estar tan a gusto con Abby, porque a esas alturas ya sabía lo que había y sentir las mismas cosas que sentía con Elena me decía que lo que había entre nosotros era serio.​
 
Keranos dijo:
Capítulo 901

Abby se corrió entre sus típicos gemidos mientras se retorcía, como siempre solía hacer, siéndole muy placentero por lo que podía ver y sentir. En cuanto se recuperó, cosa que fue rápida, me tumbó sin salirme yo aún de ella para ponerme bocarriba y bajar por mi cuerpo hasta mi polla y chuparla, limpiándola así de sus fluidos. Pero llevó cuidado igualmente para que no acabara.

Después de eso me dio un poco de vía libre para hacer lo que quisiera, siempre y cuando no acabara. Le pregunté la razón de querer que no acabara, pero ella no me la dijo, limitándose a comentar que era una sorpresa. Así que estuvimos follando de muchas maneras y durante bastante tiempo. Por momentos lo pasaba un poco mal, porque me notaba muy cerca de acabar y era algo que quería hacer, pero ella siempre llevaba cuidado de que no lo hiciera.

Practicamos muchas posturas, llegando ella a correrse otra vez cuando lo estábamos haciendo estando ella a cuatro, pero no me dejaba terminar. Volvió a chupármela cuando se corrió para limpiarme sus fluidos, gustándome, pero yo también quería acabar, preguntándole de nuevo el motivo de que no quisiera que acabara. Se sentó sobre la cama con sus piernas cruzadas para decirme que quería que tuviéramos sexo anal.

Me dio muchísimo morbo que me lo dijera de esa manera tan tierna e inocente. Abby se sonrojó un poco de hecho, cosa que no entendía con todo lo que habíamos hecho a esas alturas, porque no era raro que ella se autoestimulara esa zona mientras lo hacíamos. Si lo hizo en nuestra primera vez. Pero a ella parecía darle vergüenza. Ahora entendía lo que estaba haciendo en el baño antes de que empezáramos a parte de ponerse esas medias.

Me dijo que nunca lo había hecho pese a haber jugado algunas veces ella sola, pero que sabía que yo sí que lo había practicado y pensaba que podíamos intentarlo sin problemas por eso mismo. Le dije que sería algo que me encantaría hacer con ella. Su sonrisa me decía que ella pensaba lo mismo, dándome un abrazo y preguntándome cómo podíamos empezar.

La puse bocabajo sobre la cama para besarle la nuca e ir bajando por su cuerpo hasta llegar a su culo, dándole algún mordisco en las nalgas, cosa que le hacía gracia. Dio un gritito muy mono cuando le empecé a comer el culo, aunque trataba de ir tranquilo al ser algo tan especial, pero a ella le pilló por sorpresa. Aunque se relajó rápido, dejándose hacer y disfrutando bastante de ello.

Se lo dilaté durante un buen rato, usando los dedos y demás hasta que le pregunté si estaba preparada para dar un paso más. Ella me dijo que sí mientras miraba hacia atrás, cogiendo yo el bote de lubricante que teníamos en la mesita y que usábamos de vez en cuando para jugar al ser de esos de sensaciones de frío y calor. Me eché bastante por la polla y también lo hice por su culo, empezando a frotarme con ella para ver cómo reaccionaba.

Lo hacía tan bien como cuando se lo comía, cosa que me alentaba a ir más allá. Empecé a hacer un poco de presión, poniéndose ella algo nerviosa. Le comenté que lo mejor que podía hacer era relajarse para que todo saliera bien, pasando a frotarme con ella hasta que la notara tranquila. Una vez lo noté, volví a hacer presión, yendo todo mucho mejor al estar ella más calmada.

No costó mucho que entrará en realidad, siendo muy placentero al tenerlo ella tan cerradito. Me mantuve quieto con mi glande en su interior, preguntándole qué tal estaba y si le gustaba. Ambas respuestas fueron afirmativas, por lo que empecé a moverme muy lentamente para ver cómo se adaptaba, yendo todo bastante bien también.

En unos cinco minutos ya la follaba, aunque de manera lenta, pasando a aumentar el ritmo conforme veía que cada vez entraba mejor y que ella colaboraba al empujar con su cuerpo hacia mí. Me ponía mucho verle el culo tan abierto, poniendo ella sus manos en sus nalgas para abrírselas bien y que fuera más fácil.

Aunque soltó una para tocarse mientras yo le seguía dando de esa manera, diciendo que le estaba gustando. Yo ya venía muy calentito con todo lo que había pasado ya a esas alturas entre los momentos posteriores a la cena, lo del coche y todo el folleteo que habíamos tenido desde que volvimos, por lo que no pude aguantar mucho más corriéndome dentro de su culo en abundancia, llegando ella a otro orgasmo que la hizo retorcerse.

La seguí para no ponerlo todo perdido y tumbarme también, pues acabé exhausto y mareado del subidón que me dio. Tardamos algo más en recuperarnos, aunque fue Abby la que tomó precauciones al coger papel para que no se manchara nada. Me la encontré mirándome una vez me terminé de recuperar y abrí los ojos, estando ella muy sonriente, dándome un beso. Me dijo que le había encantado la experiencia y que podíamos hacerlo de vez en cuando si me parecía bien, afirmando yo.

Nos dimos una ducha rápida para poder descansar mejor, marchándome yo a la cama rápidamente, llevándole a ella un poco más al tener que desmaquillarse por no haberse mojado la cara para no hacerlo con el pelo tampoco. Casi me duermo antes de que viniera, pero no tardó, abrazándose a mí con fuerza para darme un beso y decirme que me quería mucho. Veía que todo marchaba de maravilla al haber ido tan bien en días importantes como el de mi cumpleaños o en Navidad, nada que ver con años anteriores.

Poco después de empezar las clases, empezaron los exámenes, cosa que fue bastante bien, tanto para Abby, como para mí. Aunque sí que pasó algo que es digno de mención, y es que una chica que se estaba sacando el mismo máster que yo, se ponía nerviosa a la hora de los exámenes y armaba mucho revuelo. De primeras no me importó, pero cuando se acercó a mí, sí que me saltó alguna alarma.

No paraba de hablar y estuvimos charlando un poco. De hecho, le ayudé a repasar el temario de los exámenes que aún nos quedaban por hacer al contarme ella sus resúmenes, comentándome que leer en voz alta sus apuntes o contárselos a alguien le ayudaba mucho para que se le quedara mejor. Como digo, no me importó en absoluto que me buscara para eso, pero la cosa es que siguió buscándome una vez acabaron.

Supongo que le caería bien o algo, porque siguió acercándose a mí pese a no necesitar esa ayuda que yo le brindaba de cara a las pruebas. Fue algo descarada al sentarse justo a mi lado cuando antes de todo esto estábamos bastante alejados, ya que el aula era grande y había muchos lugares vacíos. Empezó por comentarme lo de los tatuajes, porque tenía la costumbre de remangarme para los exámenes sin importar el frío que hiciera, aunque allí había calefacción todo el tiempo.

Por ahí fue por donde empezó a sacarme tema de conversación. Me dijo que les pareció bonitos y que se los podía enseñar alguna vez de manera más privada. No era muy sutil que digamos. Tuve que pararle los pies al decirle que tenía novia y que no me interesaban encuentros como que el me acababa de sugerir, aunque ella se hizo la loca, pero para mí se me hizo muy obvio el objetivo que tenía. Fue algo que me recordó bastante a los encuentros con Natalia en el gimnasio.

Aunque esta chica, llamada Hailey, no iba tan a saco pese al acercamiento tan brusco que tuvo. Me sorprendió un poco de primeras que se acercara a mí de esa manera, pues siempre la había visto cerca de un chico, con el que se seguía relacionando entre clases, pero al parecer no eran pareja. Me dijo que no me preocupara, que no buscaba nada en mí y que respetaba lo que le había dicho, aunque me preguntó si le importaba que se quedara sentada por ahí desde ese momento.

Le dije que no tenía problema siempre y cuando no me distrajera de las clases, aunque esto lo dije con tono de broma para relajar la tensión, pues me pareció que quizá fui demasiado brusco con ella. Ella sonrió y me dijo que no tendría que preocuparme por ello. La verdad es que era una chica bastante atractiva y guapa. Mediría alrededor de 1,60, siendo rubia y con unas curvas bastante sensuales, teniendo unos buenos pechos, aunque lo que más llamaba la atención de los chicos del lugar era su culo, redondo y grande.

Era bastante simpática, como demostró a lo largo de las semanas en las que se estuvo sentando a mi lado. Sacó de vez en cuando el tema de vernos fuera de la universidad para compartir apuntes o tomar café, pero yo decliné siempre, porque seguía notando que me ponía ojitos de vez en cuando y no quería meterme en problemas al estar tan a gusto con Abby, porque a esas alturas ya sabía lo que había y sentir las mismas cosas que sentía con Elena me decía que lo que había entre nosotros era serio.​
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Natalia!!!!!
 
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