La versión de Luis para seguir la historia en paralelo.
Desde la orilla llamé a los demás. Claudia de inmediato se quitó el vestido y las bragas del bikini y corrió desnuda hacia mí. Víctor se desnudaba y hablaba con Lourdes. Por fin ella se levantó y se quitó el vestido y la parte de arriba del bikini, pero se dejó la braga supongo que por la regla. Se dieron la mano y corrieron hacia nosotros que los esperábamos en la orilla. Las tetas de Lourdes, más grandes que las de Claudia botaban por la carrera como la churra de mi amigo. Pero es curioso, pues cuando te planteas una situación así crees que es morboso ver las tetas de una amiga pero según se acercaban a nosotros yo intentaba no mirarlas por miedo a quedar mal y supongo que Víctor haría lo mismo con el chocho de Claudia pues las tetas ya se las tenía muy vistas.
Al llegar nos cogimos en fila los 4 de la mano y entramos despacio en el agua. Estaba tibia y no daba frío al entrar entremos hasta que el agua nos llegó al pecho y una vez allí nos sumergimos a la vez contando hasta 3. Al salir nos sonreíamos. Las chicas se abrazaron y Víctor y yo también con los culitos atrás para que no hubiera roce de espadas. Después nos abrazamos con las chicas. Como decía antes me resultó incluso embarazoso sentir las tetas de Lourdes en mi pecho al abrazarla. Entonces Claudia dijo:
-No sabéis lo que significa esto…lo que estamos viviendo no se va a repetir nunca, este año ya no va a volver.
Tenemos que disfrutar cada segundo por si algo cambia a peor. Pero hoy me hacéis muy feliz los tres.
Yo conocía su historia y supongo que Lourdes también. Así que me conmoví por sus palabras a la pegué a mí tirando de su hombro. Estaba realmente emocionada. Lourdes le puso la mano en el hombro mientras Víctor nos observaba en silencio.
-Chicos tengo frío-dijo Lourdes.
-Sí, venga vamos saliendo.
Volvimos andando y nos secamos con las toallas. Entonces Lourdes dijo algo al oído de Claudia y las dos cogieron un pequeño neceser y se retiraron apartadas detrás de unas rocas donde no las veíamos.
Víctor y yo las esperamos con las toallas a la cintura. A los 10 minutos regresaron las dos cuchicheando. Algo tramaban. Nos tomaron a cada uno de la mano y tiraron de nosotros para llevarnos apartados donde no nos viéramos.
-¿Qué pasa Claudia?-pregunté extrañado.
-Vamos a culminar nuestra noche haciéndoos el amor a la luz de la luna.
-Pero Lourdes no puede, ¿no?
-Bueno, algo hemos hablado ella y yo y Víctor va a tener un buen recuerdo…
Llegamos detrás de unas rocas y me dijo que tendiera la toalla. Me hizo tumbarme en ella quedándose observándome ambos desnudos.
-La regla, Luis, es que hoy mandamos las chicas. Así que tendrás que dejarme…-puso una sonrisa maliciosa- hacerte lo que me apetezca…así que vamos a empezar por poner durita a tu amiguita…
Y es que no se si era por el agua del mar, o por lo extraño de la situación a pesar del morbo mi polla estaba arrugada y encogida. Pero Claudia lo iba a solucionar rápido pues se arrodilló a mi lado y empezó a besarme acercando su cara a la mía mientras su mano acariciaba mi pecho haciendo que la sangre corriera por mis venas de tal modo que hincharan mi polla en segundos. Después me sonrió y se sentó sobre mí dejando mi polla aprisionada bajo su pubis frío por el baño. Me besó de nuevo. Fui a abrazarla y me detuvo:
-Mandamos las chicas…
Aupándose sobre mi barriga apoyó sus manos a ambos lados de mi cabeza ofreciéndome sus pechos para que los chupara y desde luego lo hice con avidez. Claudia gemía por mis lamidas decidiendo cuando me ofrecía un pezón o el otro mientras yo emitía sonidos guturales de aprobación del manjar de sus lindos pechos. Sentí como mi vientre se mojaba donde ella estaba sentada pero no sé si era flujo o sudor. La verdad es que al sentir esa humedad mi chica se incorporó para volver a sentarse sobre mi polla pero esta vez la dirigió con su mano a su raja lista para recibirla. Fue sentándose muy despacio tragándose mi trozo de carne. Sentí esa sensación de ardor al entrar por la diferencia de temperatura entre su cuerpo y el exterior y cuando mi chica quedó empalada en mí suspiró vaciando sus pulmones pero en vez de sus habituales palabras calientes me dijo con dulzura:
-Luis, no quiero que esto cambie. Ahora soy tan feliz, tengo tantas esperanzas y tú eres tan bueno, que necesito sentirte conmigo. Me encanta estar contigo y hacerlo conmigo, y me da miedo que todo esto pase o que hagamos una tontería alguno y lo estropeemos…
Verdaderamente aquella noche era toda una catarsis. Mi chica estaba abriéndome su corazón además de sus piernas. Aquel “ritual” era para ella algo más que un juego y lo estaba convirtiendo en una celebración de la amistad y el amor. Mi respuesta fue sin palabras pues me faltaban en ese momento pero cuando la abracé para que se echara sobre mí estaba vez no me rechazó quedando ambos fundidos sobre la toalla, su cuerpo sobre el mío con mis brazos rodeándola, sus piernas a mí y mi apéndice dentro de su ser. Aunque en aquel momento no follábamos. Realmente estábamos haciendo el amor demostrándonos más afecto que deseo.
Nos quedamos así en silencio durante bastantes minutos. Habíamos follado suficiente aquellos días como para no tener prisa por frotarnos. De hecho pasados unos minutos mi polla a pesar de estar dentro de Claudia y no haberme corrido empezó a perder tamaño terminando por resbalar de su interior. Claudia al notarlo se levantó de mí y me dijo:
-¿No quieres correrte?
-No me hace falta, tengo ahora mucho más…¿tú quieres?
Me sonrió. Me tomó la mano y la puso sobre su pecho. Su corazón latía con fuerza y sin perder la sonrisa me dijo:
-Me late más rápido ahora mismo que cuando me matas de gusto, Luisito, jajaja.
La abracé de nuevo comiéndomela a besos y le dije:
-Estos dos no podrán haber hecho gran cosas con la regla de Lourdes. A lo mejor están esperándonos…
Nos levantamos y al rodear la piedra que nos cubría vimos a Lourdes agachada en la orilla del mar limpiándose el pecho:
-¿Qué les habrá pasado?-pregunté.
Claudia me detuvo.
-Que no nos vea…no se vaya a cortar.
La miré extrañado y Claudia me dijo:
-Entre tú y yo. Como habíamos decidido que esta noche hiciéramos algo especial entre todo y con nuestros novios pero Lourdes estaba con la regla y no podían hacerlo…
Mi imaginación en ese momento volaba imaginándome a mi amigo enculando a su novia o haciendo alguna práctica extraña pero Claudia me sacó rápidamente de dudas:
-…pues resulta que me confesó que nunca se la había chupado. Yo le expliqué que era algo muy normal y que incluso yo había probado tu semen y tal, y bueno creo que lo que se debe estar limpiando será la corrida de Víctor.
Esperamos que Lourdes se retirara de la orilla y regresamos al punto inicial donde estaban las velas y las demás toallas. Al instante aparecieron los dos abrazados muy acaramelados. Intentaba mirar la polla de Víctor disimuladamente por si brillaba pero no se apreciaba con tan poca luz. Tras saludarnos entre sonrisas recogimos las cosas para volver al apartamento empezando por vestirnos pues todos seguíamos en pelotas menos Lourdes con su braga. Empezamos a subir las escaleras pero las chicas se rezagaban así que aproveché para preguntar a Víctor:
-¿Qué tal?
-Muy bien-decía con cara de alucinado.
Pero mi curiosidad me hizo indagar:
-Pero Lourdes no podía con la regla, ¿no?
-No.-dijo lacónicamente.
No quise seguir preguntando pero al ver que las chicas quedaban muy atrás. Me paró y susurrándome al oído me dijo:
-Tío, me la ha comido hasta el final…ha sido increíble.
-Pero…-fui a decir pero mi amigo continuó:
-No, nunca. Lourdes es muy tradicional pero, uffff.
-¿Y tú? ¿Nunca?
-Mi novia del instituto me mataba a pajas y poco más…
-Pues ya somos dos… jajajaja- reímos juntos y seguimos andando al sentir la cercanía de las chicas que venían cuchicheando detrás.