Querido
@onatrapse el esfuerzo que haces para tratar de comprender esta relación y las posibilidades futuras es encomiable. Yo también lo intenté por un tiempo, pero llegué a la conclusión de que este melodrama se disfruta más si no tratas de analizarlo y te dejas llevar. Nada de lo que sería lógico y razonable sucede en unos personajes que se mueven a base de impulsos y reacciones a situaciones, a veces, inverosímiles y sorprendentes.
Por ejemplo, lo que podría verse como una buena idea, buscar ayuda para afrontar un problema que te afecta a ti y a tu pareja, del que te reconoces incompetente para resolverlo, se transforma en un ejemplo de mala gestión de las relaciones y falta de empatía, por problemas propios del personaje y un análisis de situación muy deficiente, ocasionando el efecto contrario al deseado inicialmente. Los problemas de cada personaje hacen de cada situación algo imprevisible, y las reacciones impulsivas u obsesivas convierten anécdotas en dramas existenciales y conflictos insoportables.
Así que mi recomendación es que te ajustes las protecciones y disfrutes de la montaña rusa sin fijar la vista en el frente intentando ver por donde vas o acabarás mareado.
Evidentemente tu estás en tu derecho de persistir en tu fatal error de tratar de comprender el caos que existe en medio del deseo infantil, el impulso irracional, la incompetencia relacional y la necesidad de sentirse bien considerado por los demás, en alguien que trata de pasar por la vida sin hacer daño a los demás, pero que lo acaba haciendo. La clave nunca está en los demás, esas figuras distorsionadas por las percepciones de un narrador parcial e interesado, sino en el caos interno del personaje principal, así que cualquier razonamiento lógico a cerca de un personaje secundario será invalidado por las necesidades de cada momento del personaje principal.
Salud camarada, déjate llevar y sorprender por la historia, levanta los brazos y grita a pulmón abierto en el siguiente tirabuzón que te ofrezca esta historia.