Capítulo 559
Y de pronto me di cuenta de precisamente eso, de que no me parecía mal. Me paré en seco y pensé si lo que teníamos Valentina y yo estaba yendo a más, sobre todo por mi parte al hacer cambios significantes con respecto a otras chicas que se habían cruzado en mi camino. Quizá puedan parecer detalles insignificantes para el resto, pero permitir que ella jugara con la parte más sensible de mi cuerpo en un momento así, sí que era algo reseñable, especialmente cuando la única que me había hecho sentir cosas fuertes al hacerlo ya no estaba en mi vida. Asociaba esos momentos a ella y a lo que teníamos y cómo de duro fue lo que terminó pasando. Por eso le daba mucha importancia. Y también estaba la promesa de darle una exclusividad típica de una pareja al decirle que no me vería con otras. Y esta vez lo decía en serio, siendo algo que salió más de mí que de ella al pedírmelo. Aunque habría que ver si era capaz de cumplir esa promesa ahora que mi vida era bastante diferente a cuando me propuse ser fiel bastante tiempo atrás con otra chica.
Llegué sobre la hora que le dije a Valentina, con algo de desayuno recién hecho para los cuatro. En cuanto entré, Valentina levantó su cabeza al estar mirando su móvil sentada en el sofá del salón, estando sentada con sus piernas echadas a un lado y con su pijamita, aunque ahora sí que llevaba sujetador. Puso una de esas sonrisas preciosas que tenía ella y rápidamente dejó su móvil sobre la mesa para levantarse y venir hacia mí, dándome un abrazo y buscando mis labios para besarme.
-No, que estoy sudado...
-Me da igual. Me apetece besarte. No me hagas el feo, anda.
-Vale.
Nos dimos un beso en los labios, de nuevo, de manera húmeda y esta vez, además, colando ella un poco su lengua en mi boca, apartándose con una risita a los pocos segundos.
-¿Qué traes? -me pregunto al verme con una bolsa colgando de mi mano.
-Algo de desayunar para los cuatro.
-Am, qué bien. La verdad es que me ha entrado hambre.
-Voy a darme una ducha rápida.
-Vale. Yo mientras preparo esto para comerlo.
Me di una ducha rápida para quitarme la sudada que llevaba encima y tras eso, eché la ropa a lavar, aunque antes pasé por la habitación de mis amigos, que tenía la puerta muy entornada, casi cerrada para decirles que había traído algo de desayunar, aunque ellos no estaban muy por la labor, con Irene diciendo con tono muy adormilado que tenía mucho sueño y que en un rato irían. Mario ni se despertó pese a que hablamos con tono de voz normal, mis pequeños golpes en la puerta para llamar antes de asomarme y por la luz que entraba por la ventana. Volví con Valentina a la cocina después de ver cómo ambos estaban totalmente desnudos y sin nada que los cubriera. Parecía que se lo habían pasado muy bien la noche anterior, porque hasta llegué a ver algún que otro juguete sexual. Ya en la cocina, Valentina y yo empezamos a desayunar tranquilamente con ella dándome las gracias por haber comprado algo tan rico.
-¿Y cómo es que te has levantado ya?
-No me he podido dormir cuando te has ido.
-Vaya... Te estás acostumbrado demasiado a mí -dije para pincharla un poco.
-Pues sí. Eso parece, jejeje. No, es que tenía que ir al baño también. Anoche bebimos demasiado líquido.
-Ah...
-Y bueno, también es que estoy acostumbrada a madrugar mucho. Me pasa un poco como a ti. Llega un punto en el que no puedo estar más en la cama.
-Bueno, ¿y qué tal? ¿Estás cómoda? ¿Estás descansando? ¿Te lo estás pasando bien?
-Sí a todo, jejeje. Hacía mucho tiempo que no tenía tanto rato tranquilo. Es hasta raro, ¿sabes? Noto el cuerpo raro, porque como a veces tengo tantas cosas en la cabeza, pues ahora tanta tranquilidad me tiene intranquila.
-Jajajaja.
-Es verdad. Que bueno, eso no quita esté consultando el móvil a cada poco por si acaso. También pregunto bastante cómo va la cosa por allí.
-Ya. Te veo mucho con el móvil.
-Que es por eso, ¿eh? No pienses que...
-¿Qué? No, no lo decía por eso, jajaja. Lo decía por el tema de desconectar.
-Ah. Ya. Es que no puedo dejarlo todo así tan descuidado. Lo siento. Soy así, jejeje.
-Bueno, por lo menos te veo contenta y que estás disfrutando de esto. Eso me vale.
Valentina me sonrió y acabamos de desayunar tranquilamente, recogiendo lo que usamos y yéndonos al salón después de pasar por la habitación y que ella se pusiera otra ropa, escogiendo el otro bikini de entre los que me dio a elegir el día anterior, poniéndose también un pareo bastante bonito y cogiendo sus gafas de sol y su pamela para echarla en el bolso en el que llevaba cremas y demás para ir a la playa. Yo me puse un bañador y nos fuimos al salón para esperar a que mis amigos se levantaran. Nos quedamos viendo la tele mientras tanto, aunque entre una cosa y otra le empecé a acariciar uno de sus muslos y nos calentamos, sobre todo yo. Por eso nos besamos y le empecé a acariciar su cuerpo, en especial su culo mientras se me empezaba a levantar una buena erección. Al final, viendo que no venían, nos fuimos a la habitación para echar un rapidito después de echar el pestillo. Puse a Valentina contra la pared, y me puse un condón para metérsela desde atrás mientras la agarraba de sus caderas.
Fueron unos 5 minutos de pequeños jadeos por su parte y de algún que otro bufido por la mía, con ella pegando su cara y sus manos a la pared. Ni siquiera nos desnudamos, porque tan solo le subí su pareo hasta arriba y le bajé la parte inferior de su bikini hasta medio muslo, haciendo lo mismo con mi bañador para no perder el tiempo y darnos placer de inmediato. Fue increíble cómo ella manifestó su orgasmo con su respiración entrecortada siendo reprimida al taparse la boca con su mano y por cómo le temblaban las piernas. No la llegué a reventar como a ella le gustaba, pero sí que procuraba mantener un ritmo firme y constante. Tanto me gustó el polvo que echamos que logré acabar yo también pese a llevar una goma puesta y a haber follado hacía escasas horas, pero es que con Valentina era más sensual todo y estaba encantado con cómo iba la cosa, especialmente después de la reconciliación del día anterior habiendo hablado todo y de pasar un día tan bueno disfrutando de todo lo que teníamos allí.
Al final mis amigos no aparecieron hasta bien pasadas las 11, con Irene viniendo con una cara de sueño importante y con sus ojos hinchados. Al menos llevaba su pijama de verano puesto y no apareció desnuda, aunque sí que marcaba los pezones de manera exagerada, llegando incluso a transparentarlos al ser un pijama blanco y fino y al tener ella los pezones oscuros, de la misma manera que transparentaba su vello púbico. Nos dio los buenos días, sentándose a nuestro lado, aunque rápidamente se levantó diciendo que se nos iba a ir la mañana, yendo a vestirse para que bajáramos a la playa. De nuevo, le dije que traje desayuno, pero ella me contestó diciendo que se lo comerían en la playa tranquilamente, pero que no quería perder el tiempo. En un cuarto de hora aparecieron los dos listos para irnos, aunque lo hicimos en mi coche al volver a irnos a un sitio más retirado. No fuimos exactamente al mismo del día anterior, pero tampoco estaba muy apartado, aunque sí que había algo más de gente, pero había mucho niño, pareciendo ser familias.
La cosa estuvo bastante calmada de primeras, con mis amigos desayunando, aunque más bien devoraban lo que les compré, dándome ambos las gracias por haberlo hecho y diciendo que estaba muy bueno. Valentina los miraba divertida con una sonrisa en su cara, aunque su cara fue un poema cuando Irene dijo que cerca de donde estábamos había una playa nudista. Hasta medio bromeó diciendo que tal vez nos podíamos acercar para dar un pequeño paseo por ella. Valentina en este caso apartaba la mirada sin llegar a decir nada, pero ya sabía yo lo que había. Tampoco es que pensara hacerlo si ella nos decía que fuéramos nosotros mientras ella se quedaba allí, pero me hacía gracia ver cómo de cortada se ponía por momentos. Tampoco la hizo sufrir mucho más Irene con eso después de lanzar la propuesta al aire de nuevo, aunque con tono de broma. Mario se quedó sin decir nada, aunque miraba a Valentina y me figuraba que deseaba ir para poder verla desnuda.
Pero luego, mi amiga saldría con el tema del topless. Valentina esta vez no apartaba la mirada como antes, sorprendiéndome bastante de hecho por pasárseme por la cabeza que tal vez no le pareciera mal y que se podría hasta animar a hacerlo, pero qué iluso era pensando eso, porque dijo que no le parecía mal el tema, aunque ella no iba a hacerlo de ninguna manera. Irene se puso algo desafiante, preguntándole por qué no quería hacerlo. Valentina le respondió diciendo que le daba vergüenza desnudarse delante de desconocidos, mencionando que no mucha gente le había visto desnuda. Además, pensaba que iba a llamar mucho la atención por tener los pechos grandes y no se iba a encontrar para nada cómoda. Irene le preguntó qué pensaba de sus pechos y ella le respondió que les parecía bonitos y que eran perfectos para hacer topless, pues no eran tan grandes, siendo normalito de tamaño para no llamar mucho la atención.
Por eso, Irene, con toda su cara, se quitó la parte de arriba de su bikini para dejar sus pechos al aire, teniendo la marca del moreno, por lo que se echó crema. De nuevo, le preguntó a Valentina qué le parecían y ella volvió a decir que eran muy bonitos y que se notaba que era joven. Aquí sí que intervino más seria diciéndole que ella era una mujer muy atractiva y que no aparentaba ni de lejos la edad que tenía. Valentina difería un poco de ella, aunque aquí yo estaba con mi amiga. Y así estuvieron un rato, charlando de temas de chicas con sus cuerpos y demás mientras yo sonreía por la gracia que me hacía la situación en general, aunque intervendría si veía a Valentina incómoda, pero salvo ese pequeño momento en el que se nombró la playa nudista, no vi nada como para tener que intermediar. Así, Irene dijo que tenía ganas de dar un paseo, preguntándole a Valentina si quería acompañarla para seguir hablando de cosas de chicas. Por lo que nos dejaron solos, aunque Valentina le preguntó si no se ponía la parte de arriba, respondiendo Irene que no, que quería coger color, dejándonos ambas a Mario y a mí allí solos, permitiéndonos poder hablar con intimidad.
-Joder, Javi...
-¿Qué pasa? Jajaja.
-Que es increíble lo buena que está esta mujer.
-A mí me lo vas a decir.
-Me encantó el momento que echamos anoche en la playa los cuatro retirados. Hablar de temas más... Me dio morbo.
-Ya, jajaja.
-Y ahora con el tema del nudismo y del topless, pues más todavía.
-Ya. Creía yo que iba a estar más cortada con estos temas, porque sabía que iban a salir por mucho que Irene me prometiera que iba a intentar no hacer nada. Pero la verdad es que me ha sorprendido que haya seguido el rollo casi en todo momento.
-Eso es que le va la marcha, ¿no?
-No como a nosotros. Te lo aseguro. Eso sí, es muy fogosa en la intimidad y se esfuerza por contentar a la otra persona. También se nota que se está esforzando por estar en nuestra onda para que no penséis que es una recatada o algo.
-Qué tontería.
-Ya, un poco. Pero es que, por lo que me ha contado, ella no es que socialice mucho más allá de la relación que tiene en el trabajo con sus empleadas. Y sé que ella es muy profesional y todo eso y no va a ir hablando de estos temas con esa gente. Entonces pues quiere caeros bien y que veáis que es alguien divertida.
-A mí me gustaría otra cosa, pero bueno.
-Ya. Me lo imagino, jajajaja.
-¿Crees que hay alguna posibilidad de...?
-Ni la más mínima.
-Joder. Qué putada.
-Ya, jaja.
-¿No será que te pondrías celoso y no quieres ver como se la folla otro? Jajajaja.
-Qué va. Sabes que no.
-Bueno...
-Anoche nos calentamos cuando nos dejasteis solos.
-No fuisteis los únicos. Irene se puso muy tonta con la conversación esa. Cuando íbamos al local para bailar y eso me agarraba la mano con fuerza. Ya sabía cómo iba a ir la noche nada más ver ese gesto. Resoplaba por el camino y cuando llegamos nos pusimos a bailar, muy pegados. Me agarraba de la nuca para besarme y me susurraba lo cachonda que estaba, lo que le ponía Valentina, cómo nos imaginaba haciendo un trío con ella y también estando los cuatro. Se le pusieron unas chapetas y todo, ¿sabes? También me metía mano de vez en cuando, pero de manera disimulada.
-Pues para cómo es en esas situaciones...
-Ya ves... Al estar tan pegados me tapaba bien y no se me notaba que la llevaba como una piedra. Yo también aprovechaba, no te creas. Estuve agarrando su culo todo el tiempo. Al poco de iros vosotros, nos bajamos a donde estuvimos, a las hamacas esas y ahí nos enrollamos más tranquilos. Hasta me acabó haciendo una mamada. Y yo también le hice un dedo. Ya nos fuimos al apartamento, porque conforme estábamos, si follábamos ahí, nos iban a pillar por los gritos que íbamos a pegar.
-Ya, si cuando llegasteis hubo una buena serenata.
-Jajajajaja. Íbamos cachondos como monos y borrachos. Imposible contenerse y no hacerlo así.
-Ya, ya lo sé. Jajaja.
-¿Y vosotros? Follaríais también, ¿no? Porque viniste marcando tú también, jajaja.
-¿Se me notaba?
-Sí.
-Joder... Es que empezamos con el tonteo allí donde nos dejasteis. Algún beso tonto, nada más, pero nos calentamos muy rápido. Y nos pillasteis en plena faena cuando llegasteis.
-¿En serio? Joder, pues perdona por haberos jodido el polvo, porque en ningún momento se oía nada.
-Llevamos cuidado. Ella es muy tímida para follar con gente al lado y estuvimos en silencio. Fue genial.
-Joder, tío. Ni oírla podemos. A Irene le va a dar algo estos días.
-Jajajajaja. Pues es lo que hay. Esta mujer no va a hacer absolutamente nada. Ya te digo que bastante que le ha dado por hablar así más...
-Eres un cabrón, que lo sepas.
-¿Por? -pregunté riéndome.
-Por traer a un pibonazo así sin que sea juguetona.
-Si juguetona es, pero solo conmigo.
-Tampoco te tires el rollo, que para haber estado enfadados es para que estuvierais todo el día follando y poco veo.
-Ayer en cuanto vino y fuimos al apartamento para dejar sus cosas echamos un buen polvo. Por la noche otro y esta mañana también. Así que...
-Yo si estuviera con una mujer así, no saldría de la cama.
-Así hemos estado. Ya llevamos unas semanas viéndonos. Ya os lo he contado. Solemos follar bastante, hazme caso, porque ella trabaja bastantes horas al día y encontramos hueco. Imagínate si estuviera más libre.
-Pues me alegro por ti. Yo no he tenido nunca una aventura con una mujer así. Me refiero a la edad. Tiene que dar mucho morbo.
-Sí, jajaja.
-Ya en serio. ¿Te gusta?
-Joder, vaya pregunta. ¿Cómo no me va a gustar?
-Ya sabes a qué me refiero.
-Ah...
-He visto cómo la miras. No cualquiera mira así a una persona hablar de algo que no le interesa mucho y de lo que no tiene mucha idea.
-Ya.
-Que me parece de puta madre, ¿sabes? Me alegra que... Bueno, ya sabes.
-Es que...
-Tú sin prisa. Entiendo que sigas un poco... Pero ya han pasado varios meses. Entiendo que no quieras cometer los mismos fallos, que no quieras agobiarte por ciertas cosas, pero algún día habrá que dar el paso, ¿no?
-Es que tampoco me quiero complicar la vida. Entonces, pues así veo la cosa bien.
-Yo solo digo lo que veo. Veo que os entendéis, que tenéis complicidad. Aunque ella no es mucho de mostrar nada en público. Pero hay detalles que dan que pensar.
-Yo qué sé... La verdad es que para el poco tiempo que nos llevamos viendo, la cosa ha sido intensa. Bastante. Hemos tenido broncas fuertes, y con motivos. Pero las hemos solucionado y está muy claro que ambos queremos seguir viéndonos y que estamos a gusto con el otro.
-Ahí es a donde voy.
-¿No piensas que la edad sea un problema?
-No. No lo pienso.
-Pero, ¿y el tema de los hijos?
-Coño, no quieres decir que lo vuestro es más serio de lo que dices, ¿y ya estás pensando en tener hijos con ella? Jajajajaja.
-Noooooooo. Calla, coño. Es porque ella dice que no le gustan los niños y eso. Si es que tiene hecha hasta la ligadura de trompas.
-Y tú sigues queriendo tener una niña, ¿no?
-Pues sí. Me hice a la idea en su día y la verdad es que me gustaría en un futuro. ¿Eso no afectaría en una hipotética relación?
-No sé. Imagino que sí. Pero todo es hablarlo. Jajajaja.
-¿De qué te ríes?
-Nada, es que me hace gracia que no quieras nada, que nos eches la bronca cuando decimos que es tu novieta y sales con esas... Es como que quieres y no quieres a la vez.
-Será eso. ¿Y vosotros? ¿Cómo va el tema de tener un bebé?
-Pues lo hemos hablado en serio.
-¿Sí?
-Sí. No sabes lo que me ha costado que lo hayamos hablado, porque siempre se ponía con su risa tonta. Irene dice que aún somos muy jóvenes para tener un hijo y que aún nos falta por disfrutar. Dice que le gustaría hacer algunos viajes en pareja solos y que también estamos ahora bastante a gusto con el trabajo estando los dos juntos y yendo la cosa tan bien. Y la verdad es que tiene razón.
-Vamos, que te ha convencido.
-Un poco, sí. Creo que tiene razón y que podemos esperar un poco, pero no te vayas a pensar que las ganas se me han ido.
-Tiene pinta de que fue una conversación de las intensas.
-Un poco. No estábamos tampoco tan serios, pero el tema lo era. Ni siquiera nos hemos casado todavía y es algo que también me gustaría hacer, aunque eso no lo llegamos a hablar. Bastante seria estaba ya la cosa con ese tema. Pero no pasó nada, no te vayas a pensar. Al final acabamos follando, jajaja.
-Lo suponía. Jajajajaja.
Seguimos hablando de otras cosas mientras las chicas venían, aunque estaban tardando. Nos preguntábamos qué estarían haciendo e incluso estuvimos cerca de llamarlas al móvil, pero al final acabaron apareciendo. A medida que se acercaban, Mario lanzó un sonido de que veía un problema. Le pregunté qué pasaba y él me dijo que conocía a su novia y que le veía la cara muy seria, sobre todo al estar de vacaciones y con Valentina. Pensaba que algo había pasado, especialmente cuando ni siquiera se acercó a nosotros, diciéndonos Valentina que iba a darse un baño en cuanto llegó a donde estábamos. Mario me miró y Valentina pasó a sentarse entre mis piernas, siendo un gesto típico de pareja que dejó a Mario algo desconcertado, aunque más lo estaba yo, porque parecía estar muy cariñosa al echarse sobre mi pecho. Mario nos dijo que iba con Irene para darse un baño también. Desde luego, la cosa estaba rara.