Y aquí la versión de Luis, para seguir la historia en paralelo:
El sexo con Claudia siempre era explosivo y placentero pero que mis celos y mi forma de “enfadarme” la excitara me dio que pensar cuando nos despertamos por la mañana. Ella dormía plácidamente mientras yo miraba al techo dándole vueltas a la cabeza.
Cuando se despertó su sonrisa disipó mis malos pensamientos iluminándome. Estaba llena de churretes blanquecinos pues había dormido con mi corrida encima.
-Estás asquerosita…-le dije besándola.
-Por tu culpa ¿ya no te gusto así?
-A mí me gustas de cualquier manera…y desnudita especialmente…
Me sonrió de nuevo y me besó. Se levantó y cogió su toalla. Miró si estaban los chicos y cruzó corriendo desnuda al baño. Yo me quedé en la cama sumido de nuevo en los pensamientos. No me gustaban los celos. Pero a Claudia parecía encenderla verme celoso. No me aclaraba con ese juego pero tampoco quería indagar demasiado. Seguro que fueron palabras del momento.
Me levanté, me puse el bañador y salí fuera. Víctor y Lourdes seguían acostados. Preparé café para mí y para Claudia y unas tostadas. Cuando estaba sacándolo a la terraza apareció mi chica recién duchada con la braga del bikini puesta y una camiseta.
-Ummm, que rico el desayuno…-dijo sentándose.
-Te tenías que haber dejado los pegotones…
-A mi macho le gusta marcar a su hembra, jajajaja
Justo en ese momento apareció Víctor.
-Hola…-dijo algo contrariado- Claudia, Lourdes te anda buscando. ¿Puedes ir al baño?
-Claro…-respondió mi chica levantándose.
-¿Qué pasa?-pregunté a Víctor.
-Para 5 días que tenemos y se le ha adelantado la regla.
-Vaya putada. Y con regla ¿na de na?
Víctor se encogió de hombros y después me dijo:
-Y mientras vosotros dale que dale…anoche se os oía hablar y gritar que no veas ¿siempre es así?
Algo cortado respodí:
-Siempre no, pero anoche estábamos motivados…
Al momento llegó Claudia.
-Chicos, voy un momento al súper de ahí abajo…
Claudia le hizo a Lourdes el favor de bajar a por tampones al supermercado. Salió del baño contrariada pero no comentó nada delante de mí. De hecho cuando Claudia volvió se encerraron las dos en el dormitorio y tardaron en salir. Para ayudar propusimos en vez de ir a la playa hacer turismo por la costa. Así en media hora estábamos sentados en el coche. Nos comimos los bocadillos en un mirador sobre acantilados desde el que se veía la impresionante costa montañosa. Antes del anochecer volvimos. Víctor y yo bajamos a la piscina un rato a nadar y refrescarnos pero las chicas se quedaron en el apartamento. Cuando subimos nos hicieron una propuesta:
-¿Qué os parece si cenamos y después bajamos a la cala con bebida y nos tomamos un baño de mar y luna?-dijo Claudia.
-¿A ti te apetece?-preguntó Víctor a Lourdes.
-Sí…estamos de vacaciones-respondió su novia.
-¿Te puedes bañar?
-Claro, jajaja. Pero aunque no pudiera os bañáis vosotros.
Me fijé que mientras los chicos habíamos estado en la piscina ellas habían ido otra vez al supermercado. Pero no veía qué habían comprado. Como íbamos a bajar a la playa no nos duchamos y cenamos en el balcón. Después las chicas se pusieron unos vestidos blancos sobre los bikinis y cogimos toallas para secarnos después y no pasar frío y la misteriosa bolsa del supermercado. Llegamos a la cala. Estábamos solos. Era miércoles y se habían ido los hippies.
Extendimos las toallas sobre los chinos en círculo y nos sentamos los 4. Las chicas sacaron velas perfumadas de la bolsa misteriosa y las encendieron mezclando el olor a canela y vainilla con el olor a mar de la marea baja. Después Claudia explicó:
-Sé que no os gustó lo de anoche con gente desconocida y tal. Y mi Luis se puso celosito y, bueno, eso ya lo arreglamos él y yo y tal. Que, veréis, Lourdes y yo hemos estado pensando lo importante que son estas vacaciones para nosotras, que nos hemos pasado todo el año juntas en clase y estudiando, y sin esperarlo, pues mira aquí estamos con los dos chicos que nos gustaron desde el principio. Y estamos muy bien. Y se nos ha ocurrido hacer nuestro propio ritual por la amistad y el amor…
Víctor y yo nos mirábamos intrigados por ver por dónde iban las chicas. Pero fue Lourdes la que siguió hablando:
-Para mí es muy especial venir a mi playa con mi novio y mis amigos y esto lo podíamos haber dicho en la casa pero queríamos un recuerdo especial. Por eso pensamos en la cala, la luna, el mar, y nosotros…
-Bueno, y esto…
Dijo Claudia sacando una botella de tequila con sus vasitos de chupito, sus gajos de limón y un poco de sal.
-…vamos a brindar por nosotros, por que sigamos juntos mucho tiempo y que esto sólo sea el principio y no el fin de nuestra amistad y de algo más.
-Niñas, os estáis poniendo tan trascendentales que casi me estáis asustando…dije.
-Pues vamos a brindar…-dijo mi chica abriendo la botella.
Con un “por nosotros” a coro bebimos una primera ronda de chupitos. Todos pusimos caras raras al tragar el licor pese a la sal y el limón. Después pasamos un buen rato recordando anécdotas del curso o como nos fuimos conociendo. ¿Quién me iba a decir que aquel chico alto y delgado que se me presentó mi primera ducha en la residencia sería ahora mi mejor amigo? En el fondo disimulaba ese sentimentalismo pero lo estaba sintiendo realmente. Claudia, Víctor, después Lourdes habían sido personas muy importantes aquel año y al final me estaba gustando la idea de las chicas de tener ese momento como colofón a aquel año aunque nos quedasen varios días de vacaciones.
Serví otra ronda de tequilas pero al sacar los gajos de limón mi chica propuso un juego. Estábamos estratégicamente sentados chico frente a chico y chica frente a chica. La ocurrencia de Claudia era pasar el limón de boca en boca. Ella empezó, pero en vez de pasármelo a mí se lo pasó a Víctor rozando levemente sus labios. Éste se lo pasó a su novia deteniéndose más. Lourdes a mí rozando también nuestros labios, hasta que llegué a Claudia y nos besamos largamente con el limón en la boca. Reímos como tontos al terminar. Claudia propuso repetir pero cortó el gajo por la mitad. Literalmente nos dimos picos unos a otros pasándonos el limón.
Mi chica estaba muy crecida con risas y palmas a nuestros picos de amigos y lo quiso rematar diciendo:
-Otra ronda, ahora yo se lo paso a Lourdes a Luis a Víctor…
Mi amigo y yo nos miramos con cara de “no te voy a comer la boca” pero para entonces Claudia ya le estaba pasando el limón a Lourdes mientras los dos chicos mirábamos embobados en silencio Lourdes riendo me lo pasó a mí pero yo no me movía para acercarme a Víctor.
-Vamos, no seáis sosos, que no os vais a volver gays por hacer esto, jajaja-insistía mi novia.
Al fin empujando el limón con la lengua y sujetándolo con los incisivos se lo pasé a Víctor que se lo devolvió a mi novia. Viendo las ocurrencias de Claudia, poco acostumbrada a beber y llevaba ya varias rondas de tequila, me levanté y dije ahora toca ese baño de mar y luna. Me quité la camiseta y empecé a andar hacia la orilla, pero antes de llegar me quité el bañador quedando desnudo y los llamé:
-¿A qué esperáis?